Luis Vidart

Biografía. Militar y escritor español. Nacido en Madrid a 27 de agosto del año de 1833. Muerto en la misma capital a 9 de septiembre de 1897. Fue hijo de don Bruno Vidart, médico, y doña Isabel Tomasa Schuch. Ingresó en Segovia (1847) en el Colegio de Artillería, después de haber estudiado latín y Ciencias físico-matemáticas. Promovido a teniente de artillería (diciembre de 1853), tomó en Madrid parte en los [508] sucesos militares de julio de 1854 y julio de 1856, obteniendo por su valentía el grado de capitán y la cruz de primera clase de San Fernando. Era, por antigüedad, capitán de artillería cuando fue destinado, en los comienzos del año de 1861, a Tetuán, donde permaneció hasta el abandono de la plaza por las tropas españolas (2 de mayo de 1862). Estuvo algunos años en Sevilla prestando el servicio de guarnición; allí contrajo matrimonio con doña Josefa María de Vargas Machuca y Gironda de Haro, hija de los barones de Tormoye; regresó a Madrid a tiempo de luchar contra los sublevados en 22 de junio de 1866, y ganó en este día la cruz de primera clase del Mérito Militar. Por antigüedad ascendió a comandante de artillería. Pasó a Francia (1871) en comisión del servicio para estudiar la guerra franco-prusiana; fue elegido diputado a Cortes (1872) por dos distritos; optó por el de Albocacer e intervino en los trabajos del Parlamento, ya redactando varios proyectos de ley, ya pronunciando buenos discursos. Luego pidió su retiro (1873), como todos los oficiales de su cuerpo, y no tardó en ser nombrado teniente coronel de ejército en premio a sus escritos científico militares. Además fue vocal de la comisión que debía proponer la mejor organización militar. A su muerte era coronel retirado. Más inclinado al estudio y a las Letras que a la Política y las Armas, dejó el servicio con el empleo de teniente coronel, y, aunque afiliado siempre al partido democrático, que le llevó á las Cortes, cesó de tomar parte activa en las contiendas de los partidos políticos, pues se había decidido a consagrarse de lleno a sus aficiones literarias. Escritor laborioso y concienzudo, sus primeros trabajos en prosa, y verso se insertaron en La Semana y El Semanario Pintoresco Español. Desde 1864 dio a las prensas gran número de libros y folletos interesantes. Tales son: El panteísmo germánico-francés; La filosofía española, discurso; Letras y Armas; Ejército permanente y armamento nacional (discurso); La fuerza armada; La instrucción militar obligatoria; Los poetas líricos contemporáneos de Portugal; dos colecciones de Poesías; &c. Son muy eruditos los estudios que en La Ilustración Española y Americana y en los Almanaques de la misma publicó Vidart con estos títulos: Cervantes, poeta épico; El Quijote y el Telémaco; Algunas ideas de Cervantes referentes a la literatura preceptiva; El Quijote y la clasificación de las obras literarias; Luis de Camoéns; Don Diego Hurtado de Mendoza; Don Álvaro de Navia Osorio, y otros muchos. Contribuyó al esplendor de las fiestas del cuarto centenario del descubrimiento de América, ya dando una brillante conferencia en el Ateneo de Madrid sobre el tema Colón y Bobadilla (14 de diciembre de 1891), para defender al último, ya por otros medios. Apasionado del comandante Villamartín, cuya biografía ha escrito, logró en 1882 que las cenizas de aquel escritor, a quien se deben las Nociones del arte militar, se guarden en monumental sepulcro. Fue el iniciador de cuanto se hizo en 1884 para conmemorar el centenario del marqués de Santa Cruz de Marcenado. Obras suyas son también: El cardenal Jiménez de Cisneros; El gran duque de Alba; De la idea política en el siglo XIX; Noticias biográficas del comandante Villamartín; Apología de Villamartín, con protocolo y notas; Pena sin culpa, drama en tres actos; Los biógrafos de Cervantes; Historia literaria de España; Los aciertos del señor Pinheiro Chagas y los errores del señor Harrison, apuntes críticos relativos a Cristóbal Colón y los descubrimientos geográficos; Colón y la ingratitud de España; Vida y escritos de D. Vicente de los Ríos; &c. Vidart poseía la gran cruz de San Hermenegildo, y era comendador de la Orden de Cristo de Portugal. Al verificar (10 de junio de 1894) su ingreso en la Academia de la Historia, leyó un buen discurso propio acerca de la Utilidad de las monografías para el cabal conocimiento de la Historia de España. Le contestó Fernández Duro. No fue Vidart uno de esos escritores brillantes que impresionan y deslumbran con la magia del estilo; pero en todos sus trabajos, tan numerosos como apreciables, puso el sello de su buen juicio y mostró, al mismo tiempo que su variada cultura, la noble sinceridad de su alma honrada. Aunque dedicado con afán infatigable al estudio y a las Letras, era al propio tiempo hombre de mundo y gozaba en todas partes de las más vivas simpatías por su amenísimo ingenio, sus elegantes maneras y la bondad de su carácter. Una caída le obligó a guardar cama, y la enfermedad que desde época anterior padecía a se agravó entonces, de tal modo que Vidart falleció al cabo de pocas semanas.