Capítulo X. De las legumbres que se crían debajo de tierra

Otras muchas legumbres se crían debajo de la tierra, que los indios siembran y les sirven de mantenimiento, principalmente en las provincias estériles de zara.Tiene el primer lugar la que llaman papa, que les sirve de pan. Cómenla cocida y asada y tambien la echan en los guisados. Pasada al hielo y al sol para que se conserve (como en otra parte dijimos) se llama chuñu.

Hay otra que llaman oca, es de mucho regalo, es larga y gruesa como el dedo mayor de la mano. Cómenla cruda (porque es dulce) y cocida y en sus guisados. Y la pasan al sol para conservarla y sin echarle miel ni azúcar parece conserva, porque tiene mucho de dulce: entonces se llama caui.

Otra hay semejante a ésta en el talle, más no en el gusto —antes contraria porque toca en amargo y no se puede comer sino cocida—, llamada añus. Dicen los indios que, comida, es contraria a la potencia generativa. Para que no les hiciese daño, los que se preciaban de galanes tomaban en una mano una varilla o un palillo mientras la comían. Y comida así, decían que perdía su virtud y no dañaba. Yo les oí la razón y algunas veces vi el hecho, aunque daban a entender que lo hacían más por vía de donaire que no por dar crédito a la burlería de sus mayores.

Las que los españoles llaman batatas ( y los indios del Perú apichu) las hay de cuatro o cinco colores: que unas son coloradas, otras blancas y otras amarillas y otras moradas, pero en el gusto difieren poco unas de otras. Las menos buenas son las que han traído a España.

También hay las calabazas o melones que acá llaman calabazas romanas y en el Perú zapallu. Críanse como los melones. Cómenlas cocidas o guisadas, crudas no se pueden comer. Calabazas de que hacen vasos las hay muchas y muy buenas: llámanlas mati. De las de comer, como las de España no las habían antes de los españoles.

Hay otra fruta que nace debajo de la tierra, que los indios llaman ínchic y los españoles maní.

(Todos los nombres que los españoles ponen a las frutas y legumbres del Perú son del lenguaje de las islas de Barlovento, que los han introducido ya en su lengua española y por eso damos cuenta de ellos.)

El ínchic semeja mucho, en la médula y en el gusto, a las almendras. Si se come crudo ofende a la cabeza. Y si tostado, es sabroso y provechoso. Con miel hacen de él muy buen turrón. También sacan del ínchic muy lindo aceite para muchas enfermedades.

Además de estas frutas nace otra de suyo debajo de tierra, que los indios llaman cuchuchu. Hasta ahora no sé que los españoles le hayan dado nombre. Y es que no hay de esta fruta en las islas de Barlovento, que son tierras muy calientes, sino en el Collao, que es tierra muy fría. Es sabrosa y dulce, cómese cruda y es provechosa para los estómagos de no buena digestión. Son como raíces mucho más largos que el anís. No echa hojas sino que la haz de la tierra donde ella nace verdeguea por encima y en esto conocen los indios que hay cuchuchu debajo y cuando se pierde aquel verdor ven que está sazonado y entonces lo sacan.

Esta fruta y el ínchic más son regalos de la gente curiosa y regalada que no mantenimiento de la gente común y pobre, aunque ellos las cogen y las presentan a los ricos y poderosos.

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