EN EL siglo VI a.C., Sidaharta Gotama fundó una nueva religión que se contraponía a la practicada por la casta dominante de los brahmanes.

El llamado Solitario de la región de los Zâkyas fundó esa nueva religión luego de haber obtenido una iluminación, espiritual que cambiaría su nombre por Buda que significa "el Sabio". Actualmente, el budismo cuenta con millones de adeptos en Oriente y su influencia se ha esparcido por todo el planeta.

Al igual que no contamos con textos escritos por puño y letra de Jesús de Nazareth, o bien de Sócrates, las enseñanzas del Buda se transmitieron —de generación en generación— en forma oral. Según la tradición, inmediatamente después de la muerte de Buda se reunió un concilio de 1500 sabios, quienes repitieron el evangelio budista, para propagarlo, según lo recordaba Ananda, el primer y más cercano discípulo de Buda, que pasó 20 años al lado del maestro.

Hacia el siglo I a. C., monjes, ascetas y discípulos de la expansiva religión budista empezaron a poner por escrito las enseñanzas de Buda. Inicialmente, se redactaron estos textos en hojas de palma según la costumbre hindú y fueron depositados en tres diferentes cestos. De aquí que el nombre de las antiguas escrituras budistas, tanto en la antigua lengua pali como en el sánscrito hindú, signifique "tres canastas". Entre los siglos IV y VIII de nuestra era la lectura y la transmisión de las enseñanzas del budismo se extendieron por toda China, de donde pasaron a Japón, además de que ya se encontraban firmemente difundidas en zonas tan distantes como Siria, Egipto e incluso algunas partes de Occidente.

FONDO 2000 presenta en este volumen el Dhammapada o Las enseñanzas de Buda, que recoge más de 400 años de tradición oral y que, en línea directa, representa la transmisión generacional de la sabiduría, consejos, parábolas e imágenes que guiaron a Buda por el camino de su iluminación. El texto se compone de 423 estrofas repartidas en 26 capítulos, donde el lector descubrirá que, ante los inevitables olvidos que suscitaba la transmisión oral, se impuso un discurso poético basado principalmente en la brevedad. Se trata entonces de breves pensamientos, imágenes fugaces y destellos repentinos que dan forma a un interminable juego de paralelismos. Más que dicotomías o tautologías, los paralelismos del Dhammapada reflejan ese estado de iluminación y sabiduría alcanzado por Buda, donde se unen los opuestos, donde el pasado es futuro y los caminos no tienen direcciones de ida o vuelta.

Este invaluable testimonio espiritual ocupa un papel primordial en la vida religiosa de los pueblos budistas, igual de importante que el Bhagavad Gita en las regiones hinduistas. La presente edición se debe a la incansable labor de Alberto Blanco. En sentido estricto, no se trata de una traducción —ya que no fue hecha a partir del idioma original — sino de una versión basada en las diferentes traducciones al inglés, y las muy pocas que se habían hecho al español. En palabras del propio Blanco, "en ésta, como en todas las obras de sabiduría, lo que en realidad importa es el espíritu que está detrás de las palabras ".
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