ANTONIO DE ULLOA
NOTICIAS AMERICANAS
Índice
o Al rey n.
tro s. r
o
Introduccion.
o Tabla de
lo que contienen los entretenimientos de esta obra
o
Entretenimiento I
Sobre las
várias disposiciones que tienen los Terrenos en diferentes partes de la tierra;
y los efectos que ésta ocasiona en los temperamentos, no menos que en las
produciones.
o
Entretenimiento II
El orden y
disposicion en que están los Terrenos de las Indias Occidentales, y de la
notable variedad que hay en ellos.
o
Entretenimiento III
Se explican
los temperamentos y climas de los diversos territorios de aquellas partes del
Mundo.
o
Entretenimiento IV.
Continúa
sobre los vários temperamentos.
o
Entretenimiento V.
Sobre los
distintos temperamentos de la parte alta de la América, efectos que producen, y
causas de lo que allí se experimenta contra el orden general de las otras
partes.
o
Entretenimiento VI.
De las
Produciones vegetables de los varios territorios .
o
Entretenimiento VII
De los
Animales y sus particularidades.
o Entretenimiento
VIII.
De las
particularidades de los Volátiles.
o
Entretenimiento IX.
Sobre los
Pescados particulares.
o
Entretenimiento X.
De los Lagos
y de los Rios, dando noticia de lo que contienen de particular.
o
Entretenimiento XI.
De las dolencias
que son particulares, segun la variedad de los climas y su comparacion.
o
Entretenimiento XII
De los
Minerales, principalmente de los de Plata, y el modo de entablar su trabajo.
o
Entretenimiento XIII.
Continúa el
asunto de los Minerales, y se explica quales son las principales caxas, y lo
que se funde de Plata en ellas.
o
Entretenimiento XIV.
Sobre el
estado actual de las Minas y las que se benefician por el fuego, ó por el
Azogue.
o
Entretenimiento XV.
Se trata del
Azogue y de la Sal, materias precisas para el beneficio de la Plata y de las
Minas de estas dos especies.
o
Entretenimiento XVI.
Tratase de
los Fosiles, y particularmente de las Petrificaciones.
o
Entretenimiento XVII.
De los
Indios naturales de las dos Américas, y de sus costumbres, y usos.
o
Entretenimiento XVIII.
Continúanse
las noticias del caracter y costumbres de los Indios, con la comparacion de
unos con otros.
o
Entretenimiento XIX.
Tratase de
la Religion de los Indios, de sus Entierros, de su disminucion, y de las castas
de Mestizos.
o
Entretenimiento XX.
Dáse noticia
de las antiguedades de los Indios, y de las cosas que se conservan de ellos.
o
Entretenimiento XXI.
Explicanse
algunas obras de los Indios para sus precisos menesteres, y de algunas figuras
á manera de Idolos, ó Dixecillos.
o
Entretenimiento XXII.
Sobre la
lengua de los Indios, y juicio del modo en que es regular que se poblasen las
Indias.
SOBRE
La América
Meridional, y la Septentrianal Oriental.
COMPARACION
GENERAL
De los
Territorios, Climas, y Produciones en las tres especies, Vegetales, Animales, y
Minerales.
CON RELACION
PARTICULAR
De las
Petrificaciones de Cuerpos Marinos de los Indios naturales de aquellos Paises,
sus castumbres, y usos.
DE LAS
ANTIGUEDADES:
Discurso sobre
la Lengua, y sobre el modo en que pasaron los primeros Pobladores.
SU AUTOR
Don Antonio
de Ulloa, Comendador de Ocaña, en el Orden de Santiago, Gefe de Esquadra de la
Real Armada, de la Real Sociedad de Londres, y de las Reales Academias de las Ciencias
de Stockolmo, Berlin, &c.
EN MADRID:
En la
Imprenta de DON FRANCISCO MANUEL DE MENA, Calle de las Carretas.
M.DCC.LXXII.
Con las
Licencias necesarias.
Al rey n.
tro s.r
SEÑOR.
Es obligacion de la lealtad tributar al
Señor lo que le pertenece ; y es ley inviolable del vasallage, ofrecer al
Soberano, que nos colma de beneficios, el fruto de las propias tareas: estos
dos preceptos se hallan tan recibidos en mi fidelidad, que no cumpliera con
ellos si dexase de poner á los Reales Pies de V. M. las pequeñas produciones de
mis, taréas, en los ratos menos ocupados de mi principal atencion. La materia
de esta Obra es tomada de los Países que pertenecen á V. M, cuya grandeza
estiende sus vastos Dominios por todo el Mundo, sin que se encuentre Region
donde no se hallen, baxo del suave jugo de su soberanía, Imperios dilatados: á
correspondiencia de ello son várias las gentes que los habitan, y maravillosos
los Fenomenos que se observan: su relacion es por consecuencia de las cosas
raras que contienen los mismos Dominios de V. M; por cuya razon, ofreciendo á
sus plantas lo que le pertenece, no es mas que desempeñar la parte mas esencial
de la obligacion: deseando manifestar al mismo tiempo los mas ardientes deseos
de que subsista colmada de felicidades la grandeza de V. M; y que la Divina
Providencia conserve su preciosa vida para beneficio y consuelo de sus Pueblos
los muchos años que á todos nos importa, &c.
SEÑOR,
A los Reales
Pies de V. Magestad su mas humilde y fiel Vasallo Antonio de Ulloa.
Introduccion.
El deseo de hacer comunicables las
noticias de las, Indias ha sido el objeto de esta Obra, fundandose en la
escasez de Autores que traten de lo mucho que encierran aquellos dilatados
territorios; pues á correspondiencia de su extension ministran materia sobre
que hacerlo abundantemente. No ha sido el intento formar una descripcion
general y completa que lo abrace todo, porque á tanto empeño sería necesario
componer una Obra que correspondiese á lo vasto del objeto, y haberlos examinado
enteramente con este fin en sus largas distancias, cuyo asunto pide la vida de
vários que se ocupasen en formar memorias de las particularidades que fuesen
encontrando. Esta se reduce á las noticias generales que sirven para el
conocimiento de aquella parte de Mundo, y de la Física natural, con las
correspondientes á lo que se registra en ellas de mas particular; siendo esto
lo que parece mas conforme al intento y á la comprehension de las raras
produciones de la naturaleza. Estos asuntos han merecido en todos los tiempos
la aplicacion de los hombres, tomando por principios fundamentales de sus luces
el estudio de aquella sábia maestra, y la comparacion de sus obras con otras,
pues en ellas se encuentra quanto hay de raro y admirable en el Mundo, hasta
los terminos á donde puede llegar la comprehension humana.
Los Pueblos que no conocen cultura, y son
de alcances limitados, puede decirse que lo son por carecer del conocimiento
reflexivo de las obras de la naturaleza, cuya falta los tiene sumergidos en el
estado infelíz de la barbárie; y la distancia que hay de ella al discernimiento
racional hace la diferiencia entre las dos constituciones mas opuestas de los
hombres: los unos cultos y en estado de discurrir y los otros cercanos á
equivocarse en muchas cosas con los brutos: aquellos, con el conocimiento de
las obras de la naturaleza, comprehenden lo que son en sí, saben darles el
grado de estimacion que corresponde, y usar de los medios de discurrir, de
pensar, de reflexionar, y producir: los otros ignorando los principios de las
cosas, lo miran todo con igualdad, lo estiman con indiferiencia, no perciben
las particularides de cada una y no sintiendo la diferencia ni estiman lo bueno
ni desprecian lo que no lo es. El Mundo para estos es igual en todos modos, y
su cuidado solo se ocupa en aquello que es indispensable para la subsistencia
de la vida, al modo que los irracionales que buscan la amenidad de los prados
para la necesidad, sin conocimiento de la hermosura que les comunican los
matices que los adornan: acudiendo á los lugares abrigados para no perecer con
los intemperies, ó con el fuerte calor que comunica el Sol con sus rayos, sin
que su instinto alcance á discernir la diferiencia que hay entre lo llano y lo
escabroso. La tierra profiqua ofrece á esta especie de gentes todo lo
necesario, sin conocer ellos la causa primera que le comunica la virtud para
que sea abundante, y no detienen la consideracion sobre las propriedades, los
efectos y lo raro de las cosas en sí, porque no llegan á tocar con el
entendimiento el mérito que encierran, y la diferiencia que hay de lo uno á lo
otro. Las gentes mas sábias son asimismo las mas cultas; cuya ventaja adquieren
por medio de la instruccion, siendo sus rudimentos el estudio que hacen del
Mundo por sus partes. A medida que se alejan mas de estas luces, se acercan á
la ignorancia hasta degenerar en la barbárie. Pero si se mira la vida como
puramente rústica, no es necesario mas conocimiento que el que corresponde al
instinto de la irracionalidad; y asi lo acredita, no solo lo que sucede con los
Indios, que permanecen en su primitivo estado, sino tambien con distintos
Pueblos Europeos, ácia lo mas retirado del Norte del Asia y del Africa, en
algunas partes, que discrepan poco entre sí, con la diferiencia en que los de
las Indias, hasta el término en que entraron los Españoles, eran quasi todos
bárbaros, apartandose poco de esta esfera con los escasos rudimentos que
adquirieron por medio de los Soberanos que con mas luces que el resto pudieron
levantarse con la soberanía; y que en las otras partes hubo Naciones y Pueblos
cultos, que siempre se diferenciaban de los que, subsistiendo en el primitivo
estado, vivian en la mayor tosquedad; y aun todavia hay bastantes en estas
partes civilizadas, que no conocen mas reglas que las de la vida animal. El
conocimiento que se adquiere de las Naciones rústicas incultas dá reglas para
comprehender lo que se debe á la instruccion, y que sin ella se carecería de
los principios que distinguen sensiblemente á los hombres de los brutos. Esta
instruccion, quanto se halla mas adelantada, despierta mas los entendimientos,
y les enseña á pensar y discurrir; por cuyo medio se distingue lo mejor de lo
que no es tan bueno, y se hace justicia al mérito, que consiste en el modo de
pensar y discernir las cosas mas conformes, y arreglado á razon. El que carece
de tales principios no puede percebir los ápices de perfeccion que concurren en
los objetos que se le presentan; y graduandolos por un modelo, los iguala en su
opinion, sin que los unos le causen mas novedad en la estimacion que los otros.
Este modo de pensar es el que se advierte en los Indios que están reducidos á
lo retirado de las selbas, siguiendo á tiempos las fieras para vivir, ó
embarazados en una canoa persiguiendo el pescado, al modo que las aves del Mar
lo hacen, con el fin de sustentarse. Tales gentes no conocen pudór: se dexan
arrastar enteramente de las pasiones, y no se alteran por las cosas del Mundo,
porque no las conocen; sucediendoles lo mismo que á los irracionales, que comen
porque la necesidad les oprime: duermen porque el exercicio de comer y de
digerir les inclina á ello, y no adelantan mas las funciones, porque tienen sin
uso las potencias para poderlo hacer.
Las noticias del Mundo, y de lo que
contiene en sí, no se adquieren sin el de las partes que lo componen, pues una
sola no dá idéa de lo que encierra en todo el resto. Este desvelo es el que
adelanta las gentes al termino de elevarse sobre los que saben menos, y por
grados vá subiendo de punto desde lo infimo hasta los terminos mas altos á
donde puede llegar la comprehension. Los que mas se aplican á ello son los que
consiguen la superioridad, mediante las luces que el entendimiento les ministra
para hallar los recursos que no pueden conseguir los limitados. Si los Indios
hubiesen sido igualmente instruídos que los Españoles, no hubieran sido
sojuzgados con tanta facilidad, ni se les hubiera hecho estraño vér gentes
blancas, y con barbas, ni otras muchas cosas que les sorprendieron. Esta
comparacion es como dé lo maxímo á lo mínimo, entre cuyos terminos caben otros
muchisimos, y en todos ellos es principio seguro, que el que tiene la
superioridad en las luces del entendimiento, la tiene igualmente en el modo de
pensar y discurrir con sujecion á la razon.
Despues del Descubrimiento de las Indias no se ha trabajado con
la aplicacion que se requería en conocer lo que encierran de raro, haciendo
poco aprecio de esta parte, como menos apetecible, siendo pocos los que han
parado la consideracion en ella, fuera de aquellas primeras noticias que se
adquirieron en los tiempos inmediatos á la Conquista: no se han repetido, ni se
han hecho especulaciones para adelantarlas; por esta razon son mas extrañas, y
con particularidad las que pertenecen á la Física terrestre, á las
antiguedades, á las costumbres y al caracter, génio, é inclinaciones de
aquellos habitantes, en su estado natural, y en el que tienen despues de haber
entrado baxo de otra dominacion, ofreciendo cada uno de estos asuntos no pocas
particularidades en que ocupar el juicio, que son otros tantos documentos para
el conocimiento del Mundo y de las variedades que encierra. La Física terrestre
descubre allí unos Fenomenos que no son comunes en las otras partes, siendo
tales, que si la idéa se los figurase, sin haberlos visto, se persuadiría no
ser posible que existiesen, sin que el orden natural dexase de seguir las
precisas reglas de la uniformidad, porque es repugnante á la comprehension lo
que dexa de acomodarse á los sentidos. Sin embargo de esto queda convencido el
entendimiento, y persuadida la razon, quando advierte, que en los preceptos de
la Creacion usó la Omnipotencia de sus maravillas, y sin interrumpir el orden
general que impuso á las cosas creadas, varió los accidentes por una de
aquellas providencias reservadas á la Sabiduría, con lo qual mudó enteramente
los efectos, conservando en todo su vigor las causas, á fin de que el juicio
humano tuviese mas que alabar, admirando el orden y método con que las
coordinó. Este conocimiento, que ministra mayores motivos para adelantar el del
Supremo Autor, no amplificaría las luces que franquéa si permaneciesen
sepultadas en la ignorancia aquellas particularidades; y asi quando de ello no
se sacase otro adelantamiento mas que este, bastaría para arrastrar el desvelo
y la aplicacion de los hombres.
Los fosiles y petrificaciones Marinas son
el conocimiento demonstrativo de los acaecimientos del mundo, cuya parte no es
la que menos interesa, aun separando la que pertenece á la instruccion,
considerada como mera curiosidad. En ella se descubre, que aquella diferiencia
sensible que varía los territorios, no fue impedimento para que participasen
con igualdad de unos mismos accidentes, conservando señales que lo testifican,
sin dexar de ello equivocacion. Estos monumentos llenan de confusion la
incredulidad, siendo bastante motivo para que merezcan en todos tiempos la
mayor aceptacion, y el aprecio de los hombres sábios, que apoyando en ello las
verdades mas recomendables de la Fé, han conseguido combatir con señales
palpables, que no admiten interpretacion, la temeridad de los impíos,
reduciendolos á confesar la realidad, contra lo que la malicia les inspiraba.
El conocimiento de los diversos Pueblos
de la tierra, sus usos, costumbres, é inclinaciones, ilustra el entendimiento,
dando luz de lo que se diferiencian entre sí: unos inclinando á la mayor
cultura, y al adelantamiento de las luces naturales, y de la razon: otros
declinando al estado de la mayor ignorancia en la vida ínculta y animal, al
trato torpe y tosco, semejante al de los brutos, y á la impropiedad en todas
las acciones. De esto se saca el provecho de saber estimar la instruccion, de
percibir lo que se debe á las reglas de la enseñanza en el conocimiento de lo
bueno, y la abominacion de lo malo, y que sin tales documentos el entendimiento
no sabría usar de sus facultades, como les sucede á los Indios, que se
mantienen en el estado de la barbarie, haciendo vida de fieras, sin
conocimiento de Dios, y sin señales de racionalidad. Estas noticias proporcionan
tambien el conocimiento de la dispariedad que hay de unas gentes á otras, y que
no son todas iguales, aunque en la total estructura son parecidos, con la
diferiencia de algunas alteraciones que se notan. Enseña á conocer las
providencias del Supremo Criador, que habiendoles dado un mismo origen, las ha
diversificado despues por unas causas tan ocultas que no alcanza á penetrarlas
el entendimiento humano, obstentando mas en ello su grandeza, y lo inmenso de
sus providencias, á fin de que se distingan segun los varios parages, regiones,
y lugares que habitan; y dando á conocer al mismo tiempo, que de un principio
único dimanan cosas distintas en los accidentes, sin que se cambien, ó se
altere la esencia al modo que en lo reducido de las familias no se verifica
semejanza perfecta, saliendo los que la componen de un mismo tronco. Estas
noticias animan el entendimiento, le sacan del letargo de la estupidez, le
enseñan el modo de discurrir por comparaciones, y mantienen en exercicio sus
facultades; pues de no ser asi se hallarian tan reducidas y limitadas, como las
de aquellas otras gentes que no tienen mas conocimiento que el de las cosas
presentes y forzosas para la vida.
Las memorias de la antiguedad son las
demostraciones veridicas de lo que fueron las gentes en los tiempos á que se
refieren: por ellas viene á averiguarse lo que alcanzaron, el modo en que se
manejaron, su gobierno, y economía; y á este respecto, lo que han adelantado, ó
perdido, lo numeroso
de sus
gentíos, la industria, el valor, y las máxîmas de manejarse, sin los
monumentos, que, sin embargo de la ruína de los tiempos, se conservan en alguna
parte, no habría documentos formales por donde inferirlo. De ellos se
comprehende la semejanza que tubieron unos Pueblos con otros, y por este medio
llega, en aquella forma que es posible, á desentrañarse su origen, que es una
de las particularides que mas incitan el deseo, como sucede con los Indios, que
por estár separados de las otras tierras, y por tener disonancia en el color, y
en otros accidentes de la contestura, dificulta el juicio el modo de haber
transitado á poblar, y el origen de donde salieron. Estos asuntos serían de la
mayor confusion para el entendimiento si no se les encontrase una solucion
regular en los vestigios de las cosas, en los usos, las costumbres, y las demás
particularidades que descubre la investigacion, ayudada de la inteligencia.
Estas son las ventajas que se adquieren
con las noticias de la antiguedad, con las relaciones de lo que produce la
tierra con el conocimiento de sus regiones ó temperamentos, y con las luces de
la forma y extructrura de las partes que constituyen el globo total, siendo los
medios, como se ha dicho, de que aprendiendo á comprehenderlo se sepa discurrir
y discernir, sin que las confunda la falta de luces, como les sucede á los que
carecen de ellas, pues no acertando á darles sentido no tienen facultades para
hacer distincion de ellas, y darles el grado de aprecio que les conviene segun
sus utilidades.
Si hay gentes que conserven parte del
primitivo estado de los hombres, deben ser los Indios; y es la razon, porque
habiendose mantenido en una situacion que les seperaba del comercio y
comunicacion de las demás, es natural que mantuviesen entre sí algunas cosas de
las que llevaron los Pobladores, mayormente no manifestando disposicion ni
talentos para inventar, ni para hacer novedades, en las que son regulares al
uso preciso de la vida; y asi puede inferirse de lo que se reconoce en ellos,
hablando de los que subsisten en la total incultura, lo que serían los hombres
en lo primitivo, antes que empezasen á civilizarse con el exercicio de las
ciencias naturales, por cuyo medio consiguieron el adelantamiento que se ha
dicho de las cosas de la tierra, de los Astros, y por el conjunto de todas, del
Criador, de sus providencias infinitas, y del orden y coordinacion con que todo
lo dispuso: conociendo igualmente lo que se debe á estos rudimentos y luces
particulares, sin las quales el entendimiento sería como una joya encerrada en
las canteras profundas de la tierra, sin lucimiento, ni provecho.
La presente Obra está dividida en
Entretenimientos, cuyo titulo se les ha dado por interesar la curiosidad, al
paso que dán instruccion: siendo regular esto en los asuntos que tratan de
materias de Física, y de la Historia de los Pueblos, las quales se hacen gratas
á los Lectores por las luces que les ministran de las cosas poco conocidas;
pero con particularidad quando se reconoce sobresalir en ella el estilo de la
verdad, con preferencia al de admiracion que causa lo raro, cuyo defecto suele
experimentarse tratandose de regiones distantes, mayormente si ha faltado el
escrupulo con que se deben exâminar las que son poro comunes: sucediendo no
pocas veces errarse el concepto que se forma de ellos, ó dár demasiado valor á
las exposiciones de la vulgaridad, y de incurrir en uno, ó en otro defecto se
sigue sorprender al Público, llenandole de especies inciertas, que ad mite
gustoso por la propension que tenemos, á lo que dá mas golpe en los sentidos. Aquí
se han procurado salvar estos defectos, haciendole una pintura exâcta de las
cosas, y discifrando lo que representan de extraordinario, con el juicio de las
causas, de donde procede la disigualdad, para que en este modo, al paso que
divierta su lectura, se registren en aquellos Países retirados la diversidad de
los territorios, las distintas especies de climas, y temperamentos, las
producciones, con todo lo demás que encierran, y quede satisfecho el
entendimiento, encontrando la razon de todo ello: reconociendo al mismo tiempo
que las diferencias sensibles que tienen, á lo que es regular en el
conocimiento comun de las gentes, es preciso que sean asi, por hallarse
conformes á los accidentes que ocasionan la variedad.
Solo resta desear que el Público, siendo
el interesado, por haberse escrito á su beneficio, la reciba como prueba de los
fines que han movido á hacerlo, franqueandole las noticias que por sí no puede
alcanzar, y el medio de que registre otros Países distintos de aquellos que
cada individuo conoce, ó otros fenomenos, otras gentes, otros animales, y otras
producciones: si con estos fines selogra tener su aprobacion, será una
recompensa muy apreciable y correspondiente al trabajo que se ha impendido en
escribirlas, y á los afanes de la aplicacion en el cuidado de observar con
proligidad las cosas mas notables del Mundo, y las obras maravillosas de la
Naturaleza.
Tabla de lo
que contienen los entretenimientos de esta obra
I.
Entretenimiento:
Sobre las varias disposiciones que tienen los territorios en diferentes partes
de la tierra, y los efectos que esto ocasiona en los temperamentos, no menos
que en las producciones.
II.
Entretenimiento:
El orden y disposicion en que están los terrenos de las Indias Occidentales, y
de la notable variedad que hay en ellos.
III.
Se explican
los temperamentos y climas de los diversos territorios de aquellas partes del
Mundo.
IV.
Continúa
sobre los varios temperamentos.
V.
Sobre los
distintos temperamentos de la parte de la América, efectos que producen, y
causas de lo que alli se experimenta contra el orden general de las otras
partes.
VI.
De las
producciones vegetables de los varios territorios.
VII.
De los
animales y sus particularidades.
VIII.
De las
particularidades de los volatiles.
IX.
Sobre los
Pescados particulares.
X.
De los Lagos
y de los Rios, dando noticia de lo que contienen de particular.
XI.
De las
dolencias que son particulares, segun la variedad de los climas, y su
comparacion.
XII.
De los
Minerales, y principalmente de los de Plata, y del modo de entablar su trabajo.
XIII.
Continúa el
asunto de los Minerales, y se explican quales son las principales Caxas, y lo
que se funde de Plata en ellas.
XIV.
Sobre el
estado actual de las Minas, y las que se benefician por el fuego, ó por el
azogue.
XV.
Se trata del
Azogue y de la Sal, materias precisas para el beneficio de la Plata, y de las
Minas de estas dos especies.
XVI.
Trata de los
Fosiles, y particularmente de las Petrificaciones.
XVII.
De los
Indios naturales de las dos Américas, de sus costumbres y usos.
XVIII.
Continúanse
las noticias del caracter y costumbres de los Indios, con la comparacion de
unos con otros.
XIX.
Tratase de
la Religion de los Indios, de sus entierros, de su disminucion, y de las castas
de Mestizos.
XX.
Dáse noticia
de las antiguedades de los Indios, y de las cosas que se conservan de ellos.
XXI.
Explicanse
algunas obras de los Indios para sus precisos menesteres, y de algunas figuras
á manera de Idolos, ó dixecillos.
XXII.
Sobre la
lengua de los Indios, y juicio de modo en que se pudieron poblar las Indias.
Entretenimiento
I
Sobre las
várias disposiciones que tienen los Terrenos en diferentes partes de la tierra;
y
los efectos
que ésta ocasiona en los temperamentos, no menos que en las produciones.
Es admirable la naturaleza en todas sus
obras, y participan de esta prerrogativa con singular recomendacion las
distintas disposiciones que dió á los territorios, supliendo con la hermosa,
variedad, en que los dispuso, las ventajas que dexó de franquearles en las
recomendaciones de los lugares que les destinó. Por este medio repartió sus
apreciables dotes tan generalmente, que al paso que se esmeró en ostentar su
fecundidad con los mas pingues, no dexó de comunicar sus prodigios á los que
parecía tener menos ventajas; bien fuese por la situacion en que están, ó por
los accidentes que concurren en ellos. Acostumbrados á aquello primero en que
nos criamos, se nos hace dificil comprehender, que los Países que no conocemos
puedan ser diferentes de ellos; ó que siendolo participen de las propiedades
que son regulares en los que habitamos: sin exceptuarse de estas dudas los
sugetos mas instruídos, los mas aplicados, y estudiosos, ni aun los que miden
los arcános de la naturaleza con la especulacion. Todos incurrimos en esta
flaqueza, como efecto indispensable de nuestra limitacion; y esto procede de
que lo que se considera con las luces del entendimiento puramente, no hace la
misma impresion que lo que se toca desde luego con los sentidos, y pasa de
ellos al convencimiento del alma. La Zona Torrida hace muchos años que se
conoce habitada: pero no hace tantos que entre los hombres Sábios y Físicos
consumados, se comprehendió, que no solamente era habitada, sino que hay en
ella regiones dilatadisimas, en que se experimentan los efectos de la frígida,
y de la templada. No se ignoraba que habia montañas en las inmediaciones de la
Equinociál, pero no se comprehendía bastantemente que la menos densidad del
ayre moderaba de tal modo los efectos de los rayos del Sol, quando están mas
perpendiculares sobre la tierra, que pudiese ser esto un equivalente á la
obliquidad que tienen, quando este Astro se halla mas separado del Zenith, y
que produzca nieves, hielos, y frialdad por este medio, como en las Regiones
que se acercan ácia los Polos. Tampoco se alcanzaba á comprehender, que en los
parages en donde el ayre llega á tener una dilatacion tan considerable, que a
corta diferiencia es la mitad de la que por naturaleza tiene sobre la superficie
total de la tierra, considerada llana como lo están los Mares, pudiese haber
vivientes. No entendian que pudiese haber parage en donde perennemente se
experimentasen los efectos de los quatro tiempos del año, sin que en la
duracion de los dias y las noches hubiese variacion sensible. Tampoco podian
concebir los que habitan en aquellas partes, en donde ni el frio, ni el calor
molestan, que se pudiese resistir á la alternativa continua de Invierno con
frios excesivos, y de Verano con calores extremados. A unos les parece cosa
rara la igualdad de los dias y de las noches, sin ignorar la razon que lo
dispone asi; y á otros, sin carecer de la que hay para la desigualdad, les
parece que será penosisimo á la vida acomodarse a unas noches largas, y pasar
despues á tenerlas aun mas cortas que lo fueron los dias en aquella precedente
estacion.
Muchas otras cosas se hacen dificiles á
la credulidad, hasta que la experiencia fecundiza las idéas de la
comprehension, y desvanece la repugnancia en lo que parece menos regular. La
naturaleza, próvida en todas sus obras, sembró el Mundo de maravillas, sin
sujecion á la limitacion de los entendimientos: siendo ella misma la que con
facilidad enseña la concordancia que les dió, distribuyendolas con tal
igualdad, que lo que parece mas raro en unas partes, es comun en otras. Por
este término vienen á quedar iguales entre sí, sin que tengan que embidiarse,
porque en todas se vive con regularidad; y la vida, que es la prerrogativa mas
principal de las criaturas, no tiene ventajas en los Países que logran una
Primavera continua, sobre los otros, en donde entre el Estío, el Otoño, y el
Invierno, componen las tres quartas partes del año. En todos subsisten las
gentes y los animales, y las particularidades de los climas benignos no tienen
privilegio para alargar la vida, respecto de los que habitan en otros llenos de
molestias y pensiones. Los rigores del calor son tan propios á los que se
habitúan á ellos, como los destemples del frio á los que están acostumbrados a
sobrellevarlos; y como si la naturaleza hiciese fuego de sus accidentes, iguala
entre sí los temperamentos mas distantes dentro de una misma region, colocando
en los ardores de la Zona calurosa las frialdades de las partes glaciales. Esta
sola circunstancia basta para que no cause repugnancia lo que parece menos
conforme, pues á vista de unir los dos extremos mas opuestos, queda persuasible
todo lo demás: si los propios hechos no lo demostrasen, no se creería que
podrian estár unidos baxo de un mismo distrito el calor y la frialdad, el fuego
y el hielo: las llubias abundantes y la esterilidad de las nieves, sin mas
distancia que los separe, que la elevacion; pero la naturaleza, maestra de los
mayores prodigios, se gobierna por leyes tan sábias, y tan próvidas que lo abraza
todo.
Los Países remotos, y particularmente los
de las Indias, ministran cosas bien raras al juicio de los que las registran de
lejos, y se harían repugnantes si ella misma no enseñase el convencimiento de
la posibilidad. Debemos llamar aquellos Países el Mundo moderno, á distincion
de las otras partes que estaban conocidas, en lo que alcanza la memoria de los
hombres; pues aunque las partes Orientales del Asia, y las Meridionales del
Africa lo fueron por los Européos, mucho despues que el resto, hay sobradas
noticias de que en los mas retirados siglos se traficaba á ellas, siendo
regular, que hallandose contiguas, ó unidas entre sí las Naciones, de unas en
otras penetrasen hasta lo mas retirado, no sucediendo lo mismo con las Indias
Orientales, porque mediando un ambito de Mar bien dilatado, que las separa del
Africa y de la Europa por la parte Occidental ,y del Asia por la Oriental, no
habia para con ellas la misma proporcion que tienen las otras. Ni hay memoria
alguna que indique con bastante seguridad esta comunicacion, aunque se quiera
buscar su noticia en las historias mas antiguas. De aqui viene, que quanto se
reconoce en ellas es nuevo, causando tanta estrañeza, como si en realidad se
hubiese pasado de un mundo á otro. Nace de aqui el nombre que se le dio desde
luego de Nuevo Mundo; porque de un modo era nuevo para los que habitaban en las
otras partes; y de otro lo era por las particularidades que encierra en todo
genero de cosas, como se reconoce en la forma y disposicion de los terrenos: en
las diversas produciones que tiene, segun la naturaleza de los temperamentos:
en los temples varios, que no son semejantes entre sí: en los animales de la
tierra; y en los volatiles del ayre, no menos, que en las otras cosas. Esto
llega á ser tan extraordinario, que en aquel Nuevo Mundo se deben considerar
dos, el uno dentro del otro, como lo indican las dos regiones opuestas, que se
experimentan en un mismo espacio: la una calidisima, y la otra muy fria, sin
dexar de participar ambas de una propia direccion de los rayos del Sol; y como
si estuvieran apartadas de una quarta parte del Globo, se experimentan Climas,
Phenomenos, y efectos enteramente diversos y encontrados: pues se vén los de
las partes medias del Africa, y los de las mas Septentrionales de la Europa,
que es quanto puede observarse de mas raro en la naturaleza.
Muchos hombres sábios y curiosos se han
dedicado con aplicacion al conocimiento del Mundo, por el de sus produciones;
con cuyo designio han formado Gavinetes prolijos y abundantes de quanto se
produce en sus distintas Regiones, y se cria en los particulares Territorios de
ellas: cuyo trabajo dá solo conocimiento de una parte de lo raro, sin
extenderse á dár luz de las principales particularidades, que consisten en la
física de la corteza, ó parte exterior del Globo, que es en la que reside la
propiedad y causa primitiva de las produciones. Estas se hacen recomendables
por su particularidad al juicio de los que no tenian noticias de ellas, y
quedan preocupados de la misma novedad, sin penetrar el origen, interin que no
lo desentrañan: para ello se requiere una aplicacion prolija, y examinar las
causas, que son el fundamento de quanto se observa de mas estraño. Las
produciones, en las tres clases en que los Físicos dividen la naturaleza, dán
luz de lo que puede formar la convinacion y concurso de los climas; pero dexa
en confusion la parte mas principal, que es la matríz en donde se imprimen sus
influjos, para que resulten de ello las produciones: esto es lo que debieran
haber explicado; pero escasos de noticias no han podido pasar adelante con sus
deseos.
Los Gavinetes de Historia Natural son sin
duda los Archivos de la naturaleza, en donde la curiosidad registra lo
admirable, y lo raro que se encuentra en diversas partes del Mundo: esta
especulacion no es suficiente para dexar satisfechos los designios del
entendimiento en el empeño de conocer fundamentalmente la causa de la variedad.
La naturaleza es admirable en sus produciones, y tal se reconoce generalmente;
pero el confesarlo asi, no la hace mas comprehensible. Descubrense los efectos
en la diversidad sin alcanzarse el origen; y hay infinidad de maravillas que
las perciven los sentidos, sin que el entendimiento se detenga á considerarlas:
del mismo modo en otras cosas se detiene poco la reflexion, por no poder
encontrar lo que encierran de raro, ó de particular: naciendo de esto, que
continuamente se trabaja en investigaciones, por cuyo medio se adelantan los
descubrimientos, aunque sin llegar á vér el fin.
El Mundo nuevo tiene muchas cosas
estrañas para los de las otras partes, y entre ellas hay algunas tan escondidas
al juicio, que no se pueden explicar sus causas de un modo que convenza: de
este número son los Minerales de plata, que siendo especial patrimonio de
aquellos Países, son raros en lo restante del Mundo, sin que la circunstancia
de haber montañas elevadas, ni la del calor y el frio, ó la humedad y la
sequedad sean las unicas de donde dependa, porque en las otras hay los mismos
accidentes, sin ser comunes como allí los Minerales de este metal. Otras cosas
hay que parecen particulares de aquellas Regiones, pero en correspondiencia
faltarán en ellas algunas, que lo son en las que no participan de las suyas:
para ello no hay mas razon física que lo enseñe, que la de haberlo dispuesto
asi el Autor de la Naturaleza, no siendo posible penetrar sus arcános mas allá
de lo que alcanza la comprehension del entendimiento; pues aunque se quieran
hacer composiciones de temperamentos y de terrenos, de vientos y de humedades,
nunca llegarémos á formarlas con tal precision, que no se encuentre alguna
semejanza en los que carecen de esas produciones; y se reputan por raras,
nacido de estár acostumbrados á otras que se diferencian de ellas. Algunos
Físicos trabajaron mucho en explicar la causa de la corpulencia de unas
Naciones respeto de otras, que son pequeñas: del color negro de los que habitan
la mayor parte del Africa, y de la blancura de las que viven en las mas
Septentrionales, ó Meridionales del Globo; y despues de parecerles haber
adivinado las leyes ocultas de la naturaleza, se vén precisados á conocer que
con qualquier accidente se desvanece lo mas esencial del sistéma, demostrando,
que quanto se establecía como seguro, se halla desacreditado por la
experiencia: continuamente se palpan estos desengaños con los quales se viene
en conocimiento de la facilidad que acompaña los juicios, quando se separan de
ella; y que para acertar no hay otro camino que el de llevarla por guia, y
razonar con la misma.
Las causas primitivas de quanto se
registra sobre la tierra, se explican bastantemente por las reglas comunes;
pero luego que se encuentra nueva observacion que desdiga, varían enteramente
los principios; y de aqui se origina, que el juicio mas bien fundado se hace
falible.
La
direccion de los rayos del Sol sobre la tierra debe ser causa del mas, ó menos
calor; y nos fundamos en la propiedad que tienen de calentar, y el modo de
penetrar la athmosphera para hacer su impresion: sin embargo de ser este un
principio innegable, alguno de los accidentes del segundo orden, como sucede en
las Indias Occidentales hace que varíe en parte; y no solo dexan los rayos
directos, o perpendiculares de causar el calor que correspondía, sinó que se
experimenta frialdad, con todos los efectos, que son consecuentes á ella; de
cuyo modo aquel principio, tan seguro a nuestro juicio, muda con la casualidad
de concurrir otra causa accidental que modifica su fuerza. A este simil sucede
con los vivientes de todas especies en los vegetales y en los minerales, siendo
preciso para no errar en los juicios, gobernarse por la observacion, sin
atender á los principios de la theórica, que determinan lo que debería suceder,
segun las reglas generales, pero sin el total acierto en los efectos que son
correspondientes á los accidentes casuales que intervienen.
En las partes que se hallan fuera de la
Zona calurosa se observa, que quando el Sol está mas inmediato al Zenith, se
experimentan los calores grandes; y quando está mas apartado, los frios y los
hielos. Este principio, y la circunstancia de suceder lo contrario en el ámbito
de la tierra, en donde debia experimentarse el mayor calor, son la señal mas
convincente de que allá existen otras causas, que apartan la naturaleza de su
orden comun; y que su Autor quiso subordinar los entendimientos de las
criaturas, limitandolos para que no pudiesen penetrar enteramente los arcános
de la Providencia, aun en las cosas mas palpables.
Es reparable que los mayores
entendimientos, despues de un trabajo constante de toda la vida, se hallen de
este modo contenidos por uno de los accidentes extraordinarios que sobrevienen,
sin que el discurso, acostumbrado á trabajar sobre las cosas de la naturaleza,
les ministre las luces necesarias para el acierto; y que quando discurrian
tener baxo del dominio de sus idéas la clase general de las cosas del mundo, se
hallen engañados, careciendo aun en muchos casos de la comprehension de lo mas
trivial. Causó novedad á varios sábios del primer orden el vér que se podia
vivir sin mayor incomodidad en donde el ayre era tan ligero, que discrepaba muy
poco de la mitad del peso que tiene en la superficie total del Globo. Las
razones en que fundaban esta opinion, se hallaban apoyadas sobre principios
regulares de física, con varios experimentos; pero no tenian presente que la
naturaleza se sirve de otros medios distintos de los que alcanza la
comprehension humana para obstentar sus providencias. Tambien admira, y no sin
sobrado fundamento, que en la Zona Torrida, inmediato á la Equinocial haya
parages en donde las gentes sean de una blancura y hermosura, de colores tan
particular, que no tengan que emvidiar en ello á los Países mas señalados de la
Europa ó del Asia; y que los accidentes del temperamento no influyen en ellos,
como sucede en otras partes en donde son de color menos blanco: los que
concurren en unos hacen variar la regla general de los otros, y estas son las
providencias admirables de la naturaleza. Muchas otras cosas se notan en
aquellos parages, que no son menos estrañas que las antecedentes; y si hasta
aquí no se ha tenido puntual conocimiento de ellas, es por no haber habido
quien se dedicase á observarlas, y hacerlas comunicables con la extension y
prolixidad que merecen, despreciandose este genero de noticias en aquellos parages,
porque la principal atencion la arrastran unos incentivos que lisongean la
inclinacion de las gentes.
Entretenimiento
II
El orden y
disposicion en que están los Terrenos de las Indias Occidentales, y de la
notable
variedad que
hay en ellos.
Se reconocen de ordinario, por las
particularidades que se notan en los efectos, los atributos de las causas: asi
sucede en la naturaleza, que por las obras se hacen perceptibles las
singularidades de su providencia; y lo confirma la variedad que reyna en ellos,
sin apartarlas de las leyes precisas para la subsistencia. Si las cosas fuesen
en sí iguales, sin discrepancia, no habria motivo para que tubiese que admirar
la especulacion, ni para hacer comparacion de unas con otras. La uniformidad es
de ordinario poco recomendable á los sentido, porque no se distingue en ella
cosa que sobresalga y llame la atencion: por el contrario, la variedad suspende
la atencion á la primer vista de los objetos, que no siendo semejantes tienen
una misma perfeccion, sin ser dable discernir qual sea mas completa en su
especie. Una montaña y un valle son dos cosas diferentes; y si en la primera
admira la especulativa la corpulencia y las desigualdades de que se compone, no
se recrea menos en la llanura é igualdad del segundo; pero un llano dilatado,
donde se pierde la vista, molesta tanto como una serranía continuada; y parece
que en ésta y en aquel hace falta la variedad, para que los objetos se
diversifiquen, y no sean siempre unos mismos. En la tierra dispuso la naturaleza
llanuras, montañas, valles, desigualdades, riscos, lagunas, rios caudalosos,
arroyos, fuentes, y aun dió á la tierra varios coloridos para que no fuese todo
una misma cosa, y que la alternativa de unas con otras hiciese mas completa la
obra. A esta semejanza no hizo las partes de la tierra con rigorosa igualdad;
pero le dió á cada una cierta forma en su estructura, ó en las produciones que
le señaló, por donde se distinguiese de las demás. Esto lo hizo sin apartarse
de las reglas generales que guardó con todas, cuya circunstancia es otro
aditamento muy recomendable. La parte Meridional de las Indias Occidentales,
conocida por América Meridional, se diferencia de las otras sensiblemente en
sus dilatadas llanuras, y en sus elevaciones considerables, que tienen el
nombre de Cordilleras, siendo tan espaciosas, que parece haberse dispuesto un
pedazo de mundo superior al otro, en bastante altura, y dentro de él, tan
desemejantes entre sí, que quasi no se parecen; porque lo material de los
territorios, la disposicion, y simetría de sus partes, las estaciones del año,
los temples, las produciones, y los animales, todo es diverso, ó se halla
encontrado: siendo muy particular que en un propio continente, y no á muchas
leguas de distancia, sea Verano en una parte, mientras es Invierno en otra; y
al contrario, que los arboles que produce el un territorio, sean tan distintos
de los del otro, como si entre ellos mediasen centenares de leguas; y que en
los frutos, animales, y aves suceda esto mismo. De aquí resulta poderse
conceptuar, segun queda dicho, como dos Mundos distintos dentro de uno.
El ambito de la Zona Torrida, que es el
que hay desde el un Tropico al otro, coje toda la Isla de Cuba, la de Santo
Domingo, con otras; y la Ciudad de la Habana se halla á muy corta diferencia
debaxo del de Cancer, estendiendose hasta Morro-Moreno, cerca de la Bahía de
Mexillones, al Súr, cosa de un grado del Puerto de Cobija, en las costas del
Mar del Súr, y Países del Reyno del Perú. Los climas que se reconocen en estos
47 grados, son muchos, y la vária disposicion de los territorios lo mismo: á
cuyo respecto son las produciones, sin que esto siga un orden preciso, por el
qual los que se acercan mas á la Equinocial sean los mas cálidos: ni por el
contrario mas moderados de las influencias del Sol los que se hallan mas
próximos á los Tropicos; cuya disonancia no la alcanza la especulacion de la
física, sin el auxilio de la experiencia, mediante que en el orden natural
correspondia, que el calor mas intenso estubiese en la medianía del espacio que
anda el Sol en el discurso del año, y que fuese moderandose, á medida que se
aparta de aquel punto: esta contrariedad hace rara la cosa, originandose de
ello el deseo de averiguar la causa, porque lo estraño, segun el orden natural
de las cosas, mueve la curiosidad á descubrir el origen que tiene, y á penetrar
los secretos de que se sirvió la naturaleza para apartarlo de las reglas
comunes de su providencia.
No son todos los territorios del espacio
del Globo, segun se ha dicho, semejantes: hay en él Países muy baxos, otros que
son alguna cosa altos, respecto de aquellos, y otros que son altisimos: de
estas diversas graduaciones procede despues la variedad de temperamentos, que
son la causa accidental, ó segunda de la dispariedad que se experimenta en
ellos. La Isla de Cuba, considerada por sus Costas, es en mucha parte baxa, y
en parages tanto, que parece estár igual con el Mar, lo que se nota
particularmente en los que llaman Cayos. Por lo interior de ella se vén montes
y alturas; pero no son estos de una elevacion, comparables con otros, que hay
en distintas partes de la tierra. La Isla de Jamayca, que dista poco de la de
Cuba, y está á la parte del Súr, es alta en forma de montañas, desde las
orillas del Mar, para su interior; haciendose reparable, que en un ámbito tan
corto como el que las divide se encuentre esta dispariedad, pues en dias claros
se vé desde la primera la de Jamayca. Las Costas de la América Meridional, que
miran ácia el Norte, son en lo general de una altura regular, descubriendose en
ellas ácia lo interior montañas medianas, y en ciertos distritos serranías tan
altas, que se dexan vér de mucha distancia: siendo tanto lo que se elevan, que
hallandose poco apartadas del Equinocial están cubiertas de nieve, excediendo
aquel punto de la athmosphera, en donde se forma la congelacion. En las partes
Occidentales de la América Meridional, que es de las que se ha de tratar
principalmente, se vé de todo; pero las tierras que se reputan por baxas, no lo
son tanto, como se ha dicho de la Isla de Cuba y Golfo Mexicano. Las Costas que
siguen por el Occidente del Mar de Cartagena, desde Honduras, por Yucatán,
Golfo de México, dando la buelta por la Luisiana y Florida y las que corren
ácia la Nueva Inglaterra por el Canal de Bahama, son igualmente baxas, y rasas
en tanto grado, que parecen á un nivél con el Mar, asi como los Cayos de la
Isla de Cuba.
Esta parte de la América Meridional y
Occidental es principalmente la que representa el particular fenómeno de la
disigualdad en territorios, y consequente á ellos en los climas y produciones,
debiendose mirar como dos Países diversos en uno mismo. El ambito que mira ácia
el Mar del Súr es baxo, formando como una faxa, que corre desde el Chocó en 7,
ú 8 grados de la parte del Norte de la Equinociál, hasta los 26, ó 28 de la del
Súr, cuya anchura es con variedad desde 8 hasta 20 leguas, ensanchandose en
unos parages mas que en otros. Desde donde fenecen estas llanuras baxas
empiezan las serranías que llaman Cordilleras, elevandose tanto, que parece ir
á rematarse con las nubes. Allá en lo alto forman otro País, interrumpido en lo
dilatado de sus distancias de varias montañas y quebradas; y éste se estiende
en lo largo, todo lo que tiene aquella América, pero en lo ancho es con variedad
de 30 á 50 leguas: al fin de ellas, por el lado del Oriente, buelven á
descender las serranías para formar otro País baxo, que es el que corre desde
su pié hasta las orillas Orientales de la misma América en el Brasíl; siendo
ésta á la que allá se le dá el nombre de Montaña de los Andes, nacido de dos
razones: la una, porque, aunque es País baxo, no faltan en él montes, ni dexa
de ser escabroso y desigual en partes: la otra, por ser poblado de bosques
espesos, que es á lo que por allá dán el nombre de montaña, aun quando el suelo
es llano. De esto se vé, que en lo interior de aquella América hay una faxa de
territorio sensiblemente mas alto que todo el resto, y mas que los Países
habitados de las otras partes del Mundo, porque su elevacion es tanta, que
excede á las que se conocen en ellas, como lo tienen demostrado los
experimentos y medidas que se han hecho para su averiguacion.
En esta parte alta de la América hay
luego otros cerros, que se levantan de su suelo á unas alturas considerables,
lo mismo que sucede en los Países mas conocidos de Europa; pero en la parte
poblada alta, que les sirve de base, hay Provincias, y aun Reynos de mucha
extension y gentío: hay tambien en ella despoblados dilatados; y como si fuese
otra tierra distinta de la baxa, varía todo allí en tanto grado, que quasi no
hay cosa que sea igual del uno con el otro; debiendo ser asi, porque variando
el clima, varían todas las produciones de la tierra. Es conveniente para la
inteligencia segura de esta tierra superior, no equivocar la que llamamos parte
poblada alta, con la mayor elevacion que tienen los montes y serranías que se
levantan de ella; y para esto se debe suponer, que la parte habitada tiene de
altura, respecto de las tierras baxas que están inmediatas al Mar, 45362/3
varas; pero las cumbres de las montañas, que nacen de la misma planicie alta,
tienen mas de 6600 varas, y consequentemente respecto de aquella 2100. Asi se
establecerá haber tres graduaciones de tierra, que son la baxa, que está
contigua al Mar: la alta, que está en lo corpulento de la Cordillera, ó
Serranía; y la mas alta, que son las montañas que se levantan de ésta. Si estas
alturas fuesen con poca diferiencia semejantes á las de las montañas de que se
tiene noticia en las otras partes del Mundo, no darían asunto para que se
reputasen por cosa rara; pero no es asi, su elevacion excede á lo que
conceptuaba el juicio, originandose de ello lo estraño y particular que se
nota, y la diversidad de cosas nada comunes que proceden de este principio.
En el territorio baxo domínan los
areniscos, y esto sucede en distancias bastante dilatadas: hay tambien algunos
espacios de tierra limosa. Como no faltan montañas en algunos parages, hay en
ellas canteras, y toda especie de tierras, como es regular en todos los Países
que tienen extension. En la parte alta, que asi la nombramos mirada en total,
no faltan espacios bien grandes de arena, infiriendose de ello no poderse
absolutamente atribuír á la inmediacion del Mar los largos terrenos de esta
especie. Parece que la naturaleza anduvo jugando con sus obras: al disponer
aquella parte del Mundo, y que para interrumpir el orden de los climas formó un
pedazo de tierra sobre otro, sin diferenciarlos mucho en la especie; pero
poniendo tan elevado el uno, que tubiese semejanza con los que están mas
apartados.
La tierra alta se dilata con corta
diferencia tanto como la baxa, corriendo desde las partes que corresponde á las
Costas de Caracas, Sta. Marta, Cartagéna, y el Chocó hasta muy cerca del
Estrecho de Magallanes; pero con una particularidad, y es, que asi como lo mas
ancho de la América está en la Equinocial, y sus inmediaciones, es tambien lo
mas ancho, y alto de la tierra alta en este parage. La tierra de esta América,
mirada en su totalidad, vá estrechandose á proporcion que corre para el Súr, y
lo mismo le sucede á la parte alta; pero hay otra particularidad mas, y es, que
desde los 30 grados, Súr en adelante, el clima es correspondiente á las
mutaciones de la Zona templada, en las divisiones de Invierno y Verano; y como
menos necesario de allí en adelante suplir con la altura lo que falta á la
naturaleza del clima, fue haciendo algo mas baxa la alta de lo que está en la
Equinocial: de modo, que ésta que puede figurarse como una colina de muchos
centenares de leguas, vá siendo mas estrecha, y menos elevada, quanto se acerca
mas á las partes Meridionales: lo qual es regular en este modo, porque de lo
contrario sería intratable, por lo muy frio en tiempo de Invierno; pues si la
tierra de la Equinocial, por razon de su mucha elevacion, es fria de continuo,
conservandose cubiertos de nieve todo el año los cerros, si esta altura, en la
Zona templada, en donde hay Invierno y Verano fuese la misma, se duplicarian
las causas de la frialdad con la obliquidad de los rayos del Sol, y sería
intolerable por la mucha nieve y hielos que la cubrirían; y asi, próvida la
naturaleza en sus obras, se manejó en ésta de tal modo, que disminuyó la causa
accidental que puso allá para que en nada hubiese exceso. En aquellas
cordilleras de la parte mas al Súr no se han hecho experiencias del barometro,
como en las de la Equinocial, y solo puede congeturarse por el juicio prudente
de la vista, y por lo que indica el grado de frialdad en el Verano: convendría
mucho asegurarlo con observaciones formales. No se trata en esto de lo que se
elevan las otras montañas y serranías sobre la tierra alta, porque en aquellas,
como que no las disponia para que fuesen habitables, dexó de ceñirlas á la
regla que guardó en las segundas; y asi se vé, que quando en las Provincias que
están entre los Trópicos son tratables en todos los tiempos las serranías
altas, las que están de los 30 grados en adelante, no lo son en el Invierno,
porque la abundancia de la nieve, que cubre la tierra, no lo permite.
No son comparables aquellas dos tierras
alta y baxa, con las que se vén en las demás partes del Mundo; porque aunque en
todas hay serranías dilatadas, y en sus alturas y valles no faltan Poblaciones,
sin embargo de las nieves que caen en ellas en sus tiempos, no se encuentran
las llanadas estendidas, que en las de allá, siendo tales, que estando allí no
parece hallarse sobre los pinaculos de la tierra; y asi, los nacidos en
aquellas eminencias, que no han salido de su pátria, juzgan que toda la parte
habitable del Globo está en la misma altura, ó nivél, sin figurarse la gran
distancia perpendicular que el Mar está mas profundo que ellos; y al contrario,
los que nunca subieron á aquellas cumbres no pueden comprehender la diformidad
de la mole de tierra que se halla levantada sobre la planicie regular del
Mundo, costando de muchos centenares de leguas en lo largo, y de bastantes en
lo ancho.
La tierra está en aquella parte alta
entrecortada de aberturas, ó quebradas, segun allí las nombran, de una anchura
muy grande; siendo estas el ámbito que dexan entre sí unas llanuras, ó
serranías, con las del lado contrario; y son tales, que tomadas por el ayre
tienen algunas dos leguas, ó mas de anchura: éstas van estrechandose tanto,
quanto son mas profundas, y por lo mas hondo es por donde corren los rios,
llevando su cauce á corta diferiencia por la medianía; y en la parte baxa de
los Quebradones, por los dos lados, dexa otras llanuras de competente
extension. Lo notable es, que las bueltas y tortuosidades que hacen los rios,
corresponden á las que forman las alturas de los dos lados; de tal modo, que si
se llegasen á juntar, se ajustarian exactamente la una con la otra, y formarían
un territorio seguido, sin rotura alguna. Estos rios ván continuando su carrera
siempre por entre aquella caxa de montañas hasta salir al terreno baxo, y de
allí al Mar; pero el cauce que forman en esta segunda parte es de poca
profundidad, hallandose á corta diferencia como en la superficie de ella: de
esto se puede colegir, para formar verdadera idéa, que quanto son mas elevadas
las cordilleras, los cauces de los rios son mas profundos: la abertura de las
tierras es mas ancha por la parte de arriba, y en lo profundo son asimismo mas
espaciosas las llanadas que acompañan al rio, que es á lo que allí dán el
nombre de valles, á imitacion del que tienen los Países de la parte baxa de la
América, que los distinguen con el propio nombre, á distincion de la habitada
alta, que llaman Sierra.
En la Provincia de Angaraez, entre los
muchos juegos de la naturaleza, que son tanto mas vários y maravillosos, quanto
son los Países mas espaciosos y dilatados, se observa una cosa bien particular:
consta aquella Provincia, que es la que pertenece al Gobierno de Guancavelica,
de varias doctrinas, ó partidos: en una de ellas, que se llama de Conaica, hay
un Pueblo pequeño, llamado Viñas: en la distancia que corre desde éste hasta el
principal Conaica, que es de 9 leguas, se pasa á las 5 de ellas un cerro,
nombrado Corosunta: baxase de éste y se entra en una abertura, por donde corre
el rio que llaman Chapilancas; éste, por espacio de media legua, va
encallejonado por una caxa, cuya anchura es de 6, á 8 varas, y mas de 40 de
altura, sin ensancharse sensiblemente por la parte superior mas que por la de
abaxo: por este suelo, que en donde se angosta ocupa el rio todo su ancho, vá
el camino que conduce al Pueblo de Conaica, y solo en los ámbitos donde la
anchura es de las 8 varas que quedan dichas, se transíta por la una de las
orillas, y se atraviesa 9 veces, buscando aquella en donde se aparta del
murallon que forma la caxa; lo qual sucede principalmente en donde hace
bueltas, ó recodos, porque en donde vá derecho no tiene mas anchura que la
precisa para darle paso al agua. Esta caxa, ó cauce está cortado en peña viva
con tanta precision, que las desigualdades del un lado entrantes, corresponden
á las del otro lado salientes, como si aquella altura se hubiese abierto
expresamente, con sus bueltas y tortuosidades, para darle tránsito á los aguas
por entre los dos murallones que la forman; siendo tal su igualdad, que si
llegasen á juntarse se endensarían uno con otro, sin dexar hueco. El caminar
por allí no tiene peligro, porque siendo peña sólida no hay el de que se
desprenda alguna parte al tiempo de andarlo, y el agua no lleva tanta rapidéz
que ocasione peligro: con todo esto causa horror, y se estremece el cuerpo de
verse encerrado en aquella estrecha caxa, cuya elevacion, y la perpendicular
guardan no menos que la correspondiencia de partes salientes del un lado, y entrantes
del otro, que parece indican quererse juntar en cada instante para bolver al
primitivo ser que tubieron.
Esta abertura es un modelo de las grandes
quebradas, dando á entender lo que fueron en los principios, quando su
profundidad no era mayor que la que tiene ella, y que entonces los costados,
que al presente están con regular declivio, serían perpendiculares, ó poco
menos, como sucede con ésta; pero que á medida que el curso del agua fue
profundandolos, y haciendolos mas hondos, se han ido derrumbando por lo alto,
no pudiendo mantenerse perpendiculares, en cuyo modo han ido buscando la
inclinacion que tienen. A esta semejanza es regular, que con el curso del
tiempo, y el efecto que las llubias, los hielos, y el Sol hacen en los cuerpos
mas duros y recios, vaya desmoronandose la de Chapllancas, y pierda la igualdad
de anchura que ahora tiene de alto á baxo, habiendola conservado mas que otras
por la circunstancia de ser de piedra dura, y no hallarse interpolada con betas
de tierras, faciles á moverse; pero asi como debemos persuadirnos á que solo la
frotacion del agua ha socabado aquella madre hasta el punto en que al presente
se vé; el tiempo que reduce á arenas los peñascos mas compactos y duros, irá
haciendo el proprio efecto para ensancharla por la parte de arriba, de lo qual
se vén bastantes señales en los pedazos menudos de piedra que hay en el cauce,
y en los que se encuentran en la planicie quando el arroyo sale de la montaña á
territorio mas ancho.
Sea por efecto de la frotacion de las
aguas, que se haya formado aquel cauce profundo, hasta el estado que tiene al
presente, ó por el de algun terremoto que abrió la montaña, para que el arroyo,
que antes iba por otra parte, entrase por allí, no tiene duda que esta abertura
es posterior á la disposicion en que quedaron las tierras despues del Diluvio;
y que á su exemplo, las quebradas disformes que hay en aquella parte alta de la
América, las ha formado el tiempo con la frotacion que hace la rapidéz de las
aguas, pues se observa, que en la fuerza con que corren quasi todos los rios de
aquella parte, arrastran peñasquerías extraordinarias de grandes, y en parages
dexan en medio del cauce vestigios de lo que profundizan, á modo de dados, de
un tamaño excesivo, por no haberlos podido dividir con la misma facilidad que
el resto. En el Rio de Iscuchaca, cerca del Lugar del mismo nombre, hay uno de
estos, cuya figura es precisamente como la de un dado, teniendo fuera del agua,
quando el rio está baxo, de 7 á 8 varas, y por cada lado, en quadro, como 12;
para que este, y otros menores, que hay en los rios, de diferentes figuras,
quedasen asi, es preciso, que el agua haya ido descarnando las piedras y arenas
que estaban contiguas á ellos, y arrastrandolas los hayan dexado desmembrados
por todas partes, en cuya forma se mantendrán hasta que profundizando mas,
encuentre por su raíz algunas betas de materia endeble, las penetre, deshaga, y
debilite su subsistencia: despues de tenerlo vencido en una de las grandes
crecientes, en que de las 8 varas solo queda fuera como una, lo arrancará, y
hará correr, con cuyo movimiento, y el choque que hace contra otras peñas
menores, se irá rompiendo, y se reducirá á partes mas pequeñas que rueden con
menos dificultad: á esto debe atribuirse verse aquellos rios en todo su cauce,
y en las orillas mas cercanas al agua llenas de peñasquería suelta, y de
tamaños tan disformes, que no es posible moverlas con las fuerzas humanas. Para
que se pueda formar idéa de la profundidad que tienen aquellas quebradas,
respecto del territorio, ó suelo habitable de la parte alta de la América, será
bien citar algunas experiencias que lo manifiesten. La Villa de Guancavelica se
halla fundada en una quebrada, que forman várias cordilleras de cerros: en ella
se mantiene el Mercurio dentro del tubo del Barometro en 18 pulgadas, 11/2
línea, siendo el medio entre 11/4 y 11/3, que es la mayor variacion que se
experimenta allí: segun ésta, es su altura sobre el nivél del Mar 1949 toesas,
ó 45362/3 varas. En lo alto del cerro de la Mina de Azogues, que todavia es
habitable, habiendo otros inmediatos que le superan otro tanto, como él supera
á Guancavelica, se mantiene el Mercurio en 16 pulgadas: su altura sobre el
nivél del Mar es 23372/3 toesas, ó 5448 varas, con que desde la planicie alta
del cerro de la Mina, hasta el suelo en donde está fundada Guancavelica, hay
9121/3 varas, que se han profundizado por los varios rios que baxan por aquel
cerro despues del Diluvio, los quales ván á juntarse con el de Guancavelica,
que lleva su origen de otra parte que llaman el Ycho.
En el Pueblo de Iscuchaca, que dista cosa
de una legua del de Conaica (y es del propio partido,) y de Guancavelica 8, la
altura del Mercurio es 19 pulgadas, y 10 líneas, que corresponden á 1575
toesas, respecto del Mar, ó 3668 varas: aquel suelo está mas baxo que el de
Guancavelica, 857 varas; y el Rio de Iscuchaca, en su quebrada, ha profundizado
toda esta cantidad; pero el de Guancavelica entra en él, y en el parage en
donde se hace la union está mucho mas baxo que en Iscuchaca: con que allí la
escavacion de las aguas ha sido desde lo alto del cerro de la Mina 17692/3
varas, y además todo lo que se halla mas baxo que en Iscuchaca.
El terreno, ó planicie, en donde está el
Pueblo de aquel nombre, es mas alto que las aguas del rio, quando éstas se
hallan en su altura regular de 10 á 12 varas, siendo desigual en extension,
como despues se dirá: con que las aguas han hecho esta segunda escavacion
sucesivamente, hallandose sobradas señales de ello, y lo son el que por la
parte que está cercana al cauce del rio se halla la misma peñasquería suelta
que hay en aquel, no dexando duda, que corrieron por su nivél en otros tiempos,
y que a fuerza de desmembrar las partes del suelo lo han ido profundando.
Como abundan aquellos territorios de
rios, no habiendo abertura de tierras, ó de montañas por donde no corra alguno,
sucede, que en los parages en donde hacen union, la llanada de su cauce es mas
dilatada que en los otros, porque el cerro, ó eminencia que se halla en él con
curso, parece haberse disminuído en la parte donde habia de formar la punta, á
efecto de lo que las aguas han ido robandole por uno y otro lado, á medida que
le han profundado. Estas llanuras están en forma de graderías, unas mas altas
que otras, como que se fueron disponiendo con casualidad, á medida que las
quebradas fueron haciendose mas profundas. Al contrario sucede en las partes
donde los rios llevan el curso algo derecho, que quasi no tienen extension las
orillas altas; y siendo en estas en donde los caminos se hallan cortados, en el
poco declivio de las pendientes, son muy estrechos y peligrosos, pues apenas
tienen la anchura precisa para que pueda sentar los pies un animal. En donde el
rio hace vuelta tiene mas capacidad la llanura de la orilla alta, pero no tanta
como en donde hay union de rios; y es la causa, porque el dár vueltas las aguas
se esplayan mas que quando ván línea derecha, y comen la punta de las
eminencias por el lado que rodéan, ó que hace como centro á la vuelta que
toman.
De lo que queda dicho se puede colegir
toda la elevacion que tiene la parte alta, ó serranía de la América, respecto
de la baxa; y que en ella misma hay parages profundos, á modo de senos, que
tienen, como se ha explicado, 17692/3 varas perpendicularmente, y mucho mas,
con estensión suficiente para poblaciones, y sembrados de muchas especies, pero
se halla entrecortada con estas aberturas, ó quebradas disformes, unas mas
profundas y anchas que otras: debiendo entender, que á imitacion de lo que
queda explicado, es toda aquella parte del Mundo, que se particulariza en ello.
Para el asunto presente es indiferente
que aquellas grandes quebradas, ó aberturas sean la obra de los rios, ó
formadas por otra causa: lo que se intenta explicar es, que al respecto de la
mucha elevacion que tiene aquella tierra, son mas profundas, y mas anchas; no
siendo comparables con ellas las de las otras montañas que se conocen en las
demás partes del Mundo, porque exceden á las mas afamadas en altura, y en
muchas leguas en la extension de lo ancho.
Dexemos ahora las altas Cordilleras de
aquella parte de la América, y pasemos á examinar algunos de los Países que ván
acercandose ácia la Equinocial, y desde allí se dilatan por el Emisferio del
Norte, en los quales, aunque se encuentra alguna semejanza, no dexan de tener
bastante disparidad. En la parte de Guayaquil, que ésta en 2 grados, 11 minutos
Súr, poco mas, cuyo rio es uno de los caudalosos de las costas de la América
del Mar del Súr, son las tierras tan llanas y baxas, que se inundan, por
espacios dilatados de muchas leguas en el tiempo de las llubias, que es lo que
llaman Invierno; y empieza allí en el mes de Diciembre, quando el Sol está en
el Trópico de Capricornio, por causa de la llanura del terreno: los rios no
tienen pendiente sensible, y con las llubias, que son muy copiosas, crecen
saliendo de madre; y con poco que se levanten sobre el nivél regular, es
suficiente para que cubran la tierra en el modo que vá dicho, y asi se camina
en cabalgaduras por dentro del agua, dirigidos de los que son prácticos, sin
que exceda la altura en unos parages mas que en otros. La tierra es limosa, y
está pobladisima de árboles, que con la abundancia de la humedad y el calor,
crecen, y se hacen fornidos en corto tiempo. En los otros territorios baxos,
que siguen de allí para el Súr, no es tanta la igualdad, y la poca elevacion,
que dén lugar á que se inunden las tierras, que por lo general son de arena; de
modo que se diferencian en estas dos circunstancias de la mas, ó menos altura,
y en la calidad.
Las altas Cordilleras siguen quasi hasta
la vecindad del Mar del Norte, en las Costas que corren desde Cumaná ácia
Portovelo, y dán la vuelta por el Golfo de Honduras; pero los parages adonde
concluyen, hasta las orillas del Mar, el territorio es baxo en bastante
distancia, en partes anegadizo, y en otras con alguna mas elevacion que les
liberta de ello; pero generalmente los de las cercanías de los Rios caudalosos,
como el Orinoco, Madalena, el Sinú, el Chocó y los demás, las llanadas tienen mas
leguas de extension, y sus orillas empiezan por ser tierra muy baxa, que en
algunos se mantiene mas que en otros, sin salir de aquel nivél: no faltan
Naturalistas que piensen que los rios caudalosos ván extendiendo la tierra con
el limo, y las otras materias que arrastran, depositandolas en las orillas del
Mar por su desembocadura, y que alejan el Mar de las orillas antiguas;
originandose de esto, que la parte mas inmediata á él es la mas baxa, y que
entrando algunas leguas á lo interior, vá levantandose el nivél alguna cosa.
Otros han pensado diversamente; pero de qualquier modo que suceda, es constante
que los grandes rios de aquella parte, antes de salir al Mar, corren grandes
distancias por parages muy llanos, y que en las inmediaciones á él son tan baxos,
que luego que crecen los cubren enteramente con sus aguas.
Otro tanto sucede por la parte del
Oriente de aquella América, desde el Orinoco, hasta el Rio de la Plata; y asi,
la parte alta de que se habla está rodeada de una faxa de territorios baxos,
los que por este ultimo lado aun tienen mas anchura que por el Occidente, pues
corresponden á él las Pampas de Buenosayres, que son dilatadisimas, y las del
Paraguay, y el Tucúman; pero como estos Países se hallan distantes del Mar, no
se inundan, y su nivel es de alguna mas altura.
La Isla de Curazao, que ocupan los
Holandeses, es alta, al modo de un pan de azucar: la de Jamayca es de serranía
bien elevada; y estando cerca de la de Cuba, sus inmediaciones al Mar son baxas
y rasas por la parte del Súr, y se anegan muchas en los aguajes que ocasionan
los temporales. Las tierras montañosas y altas están ácia el centro de ella, y
no son muy elevadas: la parte del Poniente, por el lado del Norte, es baxa, y
la del Oriente alta, haciendo montañas, aunque tampoco son éstas comparables en
la altura, con mucha diferiencia, á las de la América Meridional, segun se dixo
antes. La Isla de Santo Domingo es alta, en la mayor parte, y ácia el lado del
Occidente escarpada; y asi se vé, que la naturaleza parece que no guardó regla
fixa en las disposiciones que les dió, para que no hubiese uniformidad, pues en
distancias cortas varió las cosas de una misma especie.
La Florída, y las tierras que corren
desde ella ácia el Norte, en lo que ocupa la Nueva Inglaterra, hasta llegar al
Rio San Lorenzo, son Países, por lo general, llanos, dilatandose en esta forma
ácia lo interior algunas leguas, hasta las Montañas de Apalaches, que corren
del Súr para el Norte, y están apartadas de las costas de Virginia y Carolina de
25 á 30 leguas. Lo mismo sucede con las que corresponden al Seno Mexicano en
toda su circunferencia; y las tierras altas se hallan por lo comun distantes de
la Marina, de modo, que parece que la naturaleza quiso colocar las que tienen
elevacion ácia el centro de los espacios de tierra, haciendo tan rasas y
iguales las que se aproximan al Mar, que en muchas se representasen como que
empiezan á salir de él, pues no son pocas las que por largos espacios quedan
sumergidas en las crecientes, y solo se descubren en las menguantes. En las
costas de la Habana, por la parte del Súr, es bastante comun en los que llaman
Cayos; pero donde se hace mas perceptible es en la Ensenada de Panzacola, y la
Luisiana, cuya circunstancia dá motivo á detenemos en su explicacion.
Son tan baxas las tierras de la
desembocadura del Rio Misisipi, que mucha parte de ellas están anegadas, y solo
se conocen por los carrizales que sobresalen: por esta razon aquellas, y quasi
todas las costas contiguas son dificiles para llegar á ellas, porque el Mar las
confunde, no pudiendo reconocerse estando algo apartados: otras quedan sobre el
agua en las menguantes, y debaxo en las crecientes: esto sucede hasta 15 leguas
mas adentro de la boca; y de allí para adelante es tan corta la diferiencia,
que para embarazar que el agua las bañe, quando el rio está crecido, levantan
diques, ó murallones de tierra de toda la altura que toman aquellas, segun lo
tiene enseñado la experiencia de muchos años. A corta diferiencia sucede esto
en quanto aquel rio corre para el Norte, pasando de 550 leguas las conocidas.
Esto no obstante, se vé que el País mas distante del Mar es algo mas alto que
el que está inmediato; de la propia cantidad que el rio tiene su pendiente,
resultando de ello no ser tan ordinario el anegarse; pero es poca cosa lo que
quedan mas altas que el agua en las crecientes.
A esta semejanza aquel dilatado espacio,
que corre ácia el Poniente y el Norte, es de llanuras muy grandes,
entrecortadas de rios, que juntandose unos con otros ván al fin á descargar las
aguas al Misisipi, y de algunas montañas salpicadas en la larga extension. En
este modo siguen hasta ir muy al Poniente á encontrar las montañas elevadas de
la América Septentrional, que corresponden ácia el Mar de California, y por el
Norte de esta; siendo centenares de leguas de tierras baxas y llanas las que se
cuentan desde las Serranías de Apalaches, hasta donde empiezan aquellas
montañas Occidentales: en esta conformidad puede mirarse la parte de América,
que corre desde los 25 grados de latitud para el Norte, dividida en dos partes:
la mas dilatada del Súr al Norte, y del Oriente ácia el Occidente, llana en
ámbitos espaciosos, muchos de estos de territorio baxo, y dividida por muchos
rios, y por montes salpicados; y la otra, que corresponde al Mar Occidental de
la Calífornia alta, de terreno elevado,al modo del de el Perú, siendo ésta la
que compone los Reynos de Nueva-España, Nueva-Galicia, y Nueva-Vizcaya; y
aunque estos son bien anchurosos, no tienen comparacion con la parte que vá
desde sus pendientes hasta la Serranía Occidental de los Apalaches, y desde la
Oriental de ésta al Occeano, por las costas de la Nueva-Inglaterra.
Aquella parte de territorio elevado ácia
el Mar de California, del qual no se tiene conocimiento para poder hacer juicio
de su altura sobre el nivél del Mar, ni tampoco de lo que se estiende en lo
ancho de Oriente á Occidente, es la continuacion de la América Meridional, que
despues de haberla ocupado en su medianía desde el Súr ácia el Norte, hasta cerca
de las costas de Caracas, Santa Marta, y parte del Dariél, se comprimen: pasan
por el Reyno de Tierra-Firme y Ismo de Panamá, en donde ván reducidas á una
cordillera estrecha, y no muy alta; y despues, siguiendo por la Provincia de
Goathemala, vuelven á estenderse, y tomar elevacion, continuando asi por las
Provincias de los Reynos de Nueva-España, hasta perderse en los Países del
Norte de aquella América, que están desconocidos por no haber llegado á ellos
los descubrimientos.
En esta América domínan mas las llanuras
y territorios baxos que las tierras elevadas, lo que no sucede en la
Meridional, no obstante de las muchas que tiene desde Buenos-Ayres, hasta el
Tucumán, y por la parte de los Rios Grande Marañon, Orinoco, y otros, que son
caudalosos, y de bastante anchura, pues las tierras altas se estienden todo lo
que se ha dicho, y ocupan la parte interior y centro de aquel dilatado espacio
de Mundo.
El Rio Misisipi no tiene conocido origen,
ni se sabe el curso que trae hasta los 43 grados; pero por las relaciones de
las Naciones de Indios, que habitan aquellos territorios mas interiores, se
deduce que viene de las partes de Occidente, y que nace en las cordilleras de
Montañas, que corresponden ácia el Mar, mas arriba de California, cuyos Países,
aunque son continente con los Reynos de Nueva-España, no se han reconocido
bastantemente, y asi son confusas las noticias que se han adquirido en este
asunto. Se ofrece una reflexion bastante curiosa, y es, que en el Perú, los
parages á donde menos se ha internado el empeño de los Descubridores, son los
Países llanos que hay desde las faldas Orientales de la Cordillera ácia el
Occeano, porque entre ellas y los del Brasíl hay territorios muy estendidos,
que se mantienen en el primitivo estado que les dió la naturaleza, habitados de
Indios, tan incultos y distantes de la civilidad, que viven como las fieras, y
solo se diferencian de ellas en la figura. En la América Septentrional son
conocidos los dilatados espacios de llanura, que corren desde las límites
Occidentales del Occeano en la Nueva-Inglaterra, hasta las Montañas de
Apalaches, en los que continúan desde estas hasta el Rio Misisipis, y en los
que ván desde este Rio hasta las que forman la cordillera de la parte
Occidental; pero las otras que corresponden á estas llanuras, y á las
Provincias de la Nueva-Inglaterra, hasta la latitud del Canadá, se hallan tan
desconocidos como las llanuras del Perú entre los Rios Orinoco y Marañon: entre
éste y el Rio Grande, y siguiendo hasta Buenos-Ayres, y el Súr, no
encontrandose mas motivo para lo uno que para lo otro; porque si en la
Septentrional se quisiere atribuir á lo frígido de aquellas montañas, por
hallarse desde los 37 grados, hasta los 46: en la Meridional los ámbitos
desconocidos corren desde las inmediaciones de la Equinocial hasta
Buenos-Ayres, y Estrecho de Magallanes; y no ofreciendose el impedimento de lo
frígido, ni el de lo áspero y escabroso de las cordilleras, no hay otra mas que
la de no haberse cumplido el término que hay en todas las cosas, para que se
penetre á unos y á otros para que se conozcan.
Las cordilleras de los Andes, en la
América Meridional, estaban habitadas por gentes cultas, y segun sus leyes y
costumbres, civilizadas; por esto se entró en ellas, y se conquistaron con facilidad.
Las llanuras que desde aquel Mundo alto corren hasta el Brasíl, lo están por
Naciones barbaras y feroces, que no conocen ningun genero de civilidad, y por
esto ha sido dificil introducirse en ellas, establecer algun trato sociable, y
llegar á conocer lo que son. Esto mismo sucede en las montañas de la
Septentrional, y permanecerán asi unas y otras, hasta que corriendo mas el
tiempo se vayan insensiblemente abriendo caminos por donde se facilite la
comunicacion, y se venga á saber con certeza lo que contienen en calidad de
gentes, de animales, de plantas, y de otras cosas particulares, que no sean
comunes á las demas partes del Mundo.
Debaxo de las aguas parece que el suelo,
ó fondo de ellas imita en lo llano, y en las desigualdades la disposicion que
tienen las tierras que se hallan fuera de ellas; y asi en aquellas partes,
donde los territorios son muy rasos, baxos, y que siguen con igualdad largos
espacios, los que están contiguos á ellos debaxo del agua son en la misma
forma; y esto es á lo que en la Nautica se llama Sonda, porque en bastante
distancia de la tierra visible, ó superior á las aguas, se encuentra el suelo,
ó fondo, y la cantidad de agua se vá disminuyendo poco á poco hasta la orilla.
Asi se experimenta en las costas de la Florída, en la Ensenada de Panzacola, y
en todo lo que se conoce baxo de el nombre de Seno Mexicano, que comprehende
las costas de Campeche, hasta las de Honduras. No es asi en donde hay tierras
elevadas inmediatas al Mar, ó poco distantes, porque en sus orillas se halla
mucha profundidad, y asi en las del Mar del Súr no se encuentra sonda, siendo
preciso estár á la vista de tierra, y algo cerca para hallar el fondo. Las
llanuras del fondo del Mar son tan iguales como las de la tierra, enseñandolo
asi los Placeres, que son parages donde hay poca profundidad: el de la Vibora
se atraviesa por la parte del Oeste del Cascavel, y se andan sobre él 12 leguas
del Súr al Norte, siendo tal la igualdad del suelo, que en esta distancia no
baxa de 12 brazas, ni llega á completar 13; pero luego que se sale de él se
conoce, y se aumenta de repente la profundidad en tanto grado, que no se
encuentra el fondo con 50 brazas. De esto puede colegirse, que si las aguas
baxasen de toda la cantidad que lo cubren, se descubriría una llanada, que
tendría de largo del Norte para el Súr las 12 leguas que se han dicho, pero
ésta se hallaría al modo de las tierras altas de la América Meridional, en lo
alto de unas eminencias, respecto de las profundidades que la rodean.
Navegando desde la Trinidad al Batabano,
se hace la mayor parte de este camino por Placer de poca profundidad, por cuya
causa solo pueden ir por allí. Embarcaciones pequeñas. Entre las várias
profundidades que se vén en él, hay un tramo, que llaman el quebrado de Cayo
Cacao, sobre el qual solo hay 11 pies: las Embarcaciones, que necesitan agua de
éste, ván arrastrando la quilla sobre él; y si no fuese tan igual no sería
practicable, porque habiendo de hacer camino por espacio de hora y quarto,
quedarían estancadas, si hubiese en su distancia algunas desigualdades donde el
agua disminuyese: en sus inmediaciones es la profundidad desde 12 hasta 20
pies, y sin aumento siguen asi distancias de 3, ó 4 leguas. A la semejanza de
estas llanuras, que están debaxo del Mar, son las de la misma Isla de la
Habana, hallandose tan iguales, que se anegan con las llubias, por no tener
pendiente alguna para que corran las aguas.
De las alturas y llanadas dilatadas que
hay sobre las tierras altas de la América, ó de aquel Mundo empinado, se ha
venido con la idéa á dár una noticia de las que están cubiertas de un pielago
dilatadisimo de aguas, para que se admire la providencia del Autor Supremo en
el orden de semejanza que guardó en ciertas cosas, al paso que en otras quiso
que no se pareciesen, y tambien que la variedad no fuese regla fixa que hubiese
de prevalecer en todo.
Entretenimiento
III
Se explican
los temperamentos y climas de los diversos territorios de aquellas partes del
Mundo.
En el conjunto de partes que constituyen
este Globo, era consiguiente que se correspondiesen unas á otras, y que la
variedad fuese participable á cada una de ellas. Asi se observa en los
temperamentos que en sus desigualdades imitan las que tiene la tierra. Los
ardores de la Zona Torrida Meridional se encuentran en ella, pero no en todos
parages; y se reconocen tambien en la templada, en la estacion del Estío. Los
frios y hielos de ésta, en lo rígido de los Inviernos, son naturales en ella, y
sin parecerlo, en la calurosa se experimentan tan excesivos como donde mas
incomodan: no solamente se hacen naturales allí, sino que á imitacion de
aquellas partes en donde por el retiro del Sol son menos estraños los efectos
de la frialdad, se vén continuados, con corta intermision, entre las dos estaciones
mas opuestas. Los tiempos siguen ordinariamente la regla de los rayos del Sol,
y por esta causa en aquellos parages, en donde hieren mas perpendicularmente,
se impregna la tierra de mas particulas ígneas: la reflexion es mas sensible
quanto es mas eficáz, y quanto los rayos reflexos están mas próximos á ser
coincidentes con los de inflexion: de donde dimana, que la impresion que hacen
sobre los cuerpos es mas fuerte, y se dexa sentir mas el calor, incomodando, á
proporcion que es mas grande. La vária direccion de los rayos, mas obliqua, ó
mas cercana á la perpendicular, causa las divisiones del año, segun todos
saben: por esta regla tan generalmente recibida, el calor debería ser mayor,
que en ninguna otra parte, en los Países que están debaxo de la Equinocial. Asi
se creyó en lo antiguo, y que á este respecto sería mas sensible en los que
están cerca de ella, que en los que se ván apartando; pero no sucede asi,
porque hay otras causas que interrumpen esta regla, que sería segura, si las
circunstancias fuesen iguales en todas partes; pero como no sucede asi, dimana
de ello, que en algunas partes cercanas á la Equinocial, y baxo de ella misma
se experimenta un clima frigidisimo, como en el de las Zonas templadas en las
proximidades de las frias; y por la contraria, en los extremos de la Zona
Torrida, y en la templada hay otros parages en donde los calores son tan
incómodos, como en los que mas molestan cerca de la Equinocial, y en ella
misma.
La primer causa del calor es sin
dificultad la actividad de los rayos del Sol sobre la superficie de este Globo;
pero luego hay otras causales, que pueden llamarse secundarias, las quales lo
modifican, interrumpen todo el efecto, y ocasionan contrarias influencias. Una
nube interpuesta entre el Sol y una parte de la tierra, es un pavellón que, no
dexando tránsito á sus rayos, estorba que. pasen hasta élla; y debiendo ser
caluroso con exceso aquel espacio, lo es con moderacion, tanto mas, quanto la
nube fuere mas permanente. La elevacion de un parage, respecto de otro, hace el
ayre mas sutíl y menos pesado: los rayos del Sol, subdivididos en particulas
mas menudas que quando la athmosphera es densa, reflexan con la misma sutileza,
y no tienen lugar para unirse: siendo consequente, que el grado de calor debe.
ser menos que quando penetran por un ayre mas pesado y denso, el qual une las
particulas ígneas, se impregna de ellas, y las reflecta con mas actividad. En
los lugares, elevados, por lo comun, no falta algun movimiento en el ayre, que
en los baxos, por el contrario, no es tan comun, y éste esparce las particulas
ígneas en diferente direccion de la que llevan en la inflexion de los rayos, y
con la que retroceden en la reflexion. La elevacion, de los parages y sus
desigualdades no permiten que el número de rayos que caen sobre ella sea tan
crecido como en el nivél general del Globo, y ésta es otra causa que altera su
efecto para el demasiado calor,
A las razones antecedentes, que se hallan
sostenidas, con la experiencia, se agrega otra muy poderosa, y es, que segun
los Naturalistas, el áccido nitroso es, de los tres que se conocen en la
naturaleza, volátil y muy ligero, atribuyendose á su concurso la formacion de
la nieve, el granizo, y el hielo, lo qual sucede en una région algo elevada de
la athmosphera: quanto los territorios estuviesen mas altos en élla, tanto mas
cercanos se hallarán de esta region, y los efectos serán contrarios al calor:
por esto se experimenta, que en las cumbres de las montañas altas hay nieve
quando en su pié no se vé, y por el contrario se experimenta calor, cuyo
fenomeno es tan comun, que no hay País en donde dexe de verse; y si la montaña
se figurase ser de una altura tan excesiva como los terrenos altos de la
América Meridional, y de la extension que tienen aquellos, se comprehendería mejor
ser natural en ellos, aunque se hallan debaxo de la Equinocial, ó en sus
cercanías, lo mismo que en las montañas de la Europa: con la diferencia de que
lo que acá se experimenta en una altura de 1500, ó 2000 varas, allá necesita
que sea de 4, ó 5, ó tal vez mas, segun las otras circunstancias que concurren
en él.
Por estos términos la naturaleza ha
formado un juguete tan particular de sus obras, que por medio de un accidente
ha variado enteramente los efectos, apartandolos del orden en que deberían
estár, si se ciñesen á la causa general. Esto mismo sucede por el orden
contrario, pues en los Países que debieran ser menos cálidos, y aproximarse á
ser frios, no sucede asi; y la continuacion de las llanuras dilatadas y baxas,
el poco movimiento que el viento tiene en ellas, y la densidad y gravedad de la
athmosphera, concurren para que el efecto de los rayos del Sol sea mas
sensible; y estando en los ámbitos de la Zona templada se experimentan los
efectos, que son proprios de la ardiente, ó calurosa.
Por lo comun es temible el atravesar la
Equinocial en las navegaciones, donde es preciso hacerlo, á causa de los
accidentes que se atribuyen al mucho calor, y á las enfermedades que son de
este número: en realidad sucede asi, pero los calores no son tan excesivos,
como se cree; aunque es cierto que sobrevienen enfermedades de escorbuto, que
son las que ocasiona el calor, pero esto se verifica quando concurre la
circunstancia de ser en navegaciones largas. El calor, es mas grande que en el
Mar debaxo de la Línea, en tierra apartados de ella, y aun fuera de la Zona
Torrida, y con todo no es regular que ocasione escorbutos, aunque sí otras
enfermedades propias de la dilatacion de las partes de la agitacion de los
fluídos, y de la corruccion de la sangre; concluyendose de ello, que el calor
excesivo puede contribuír á que el escorbuto se declarase mas pronto, sin ser
la causa primitiva de él. Esta debe considerarse en el ayre que se respira en
las Embarcaciones, en los alimentos mal sanos que se usan, en el agua
corrompida, y en la athmosphera que circunda las personas, distinta de la de
tierra; y asi se vé, que en las navegaciones largas, el frio excesivo ocasiona
tanto el escorbuto como el calor; y que esta enfermedad no es tan temible al
pasar por la Línea, quando no hace mucho tiempo que se ha salido del Puerto,
como quando, se navega por parage muy frio, como el Cabo de Hornos, ó el de
Buena Esperanza, despues de haber estado largo tiempo en el Mar sin refrescar
los viveres en algun Puerto, y reponer la naturaleza en su estado natural con
los ayres propicios de tierra.
En el Mar del Súr se atraviesa
frequentemente la Línea, pasando del Callao, ó de Guayaquil á Panamá, y al
contrario, sin experimentarse efecto alguno perjudicial á la salud, y es sin
duda por ser de cortos dias estas travesías: siendo natural, que si fuesen
largas sucedería lo mismo que en las otras en donde hace destrozos lastimosos
contra los navegantes; y asi parece, que no deben atribuirse tanto al demasiado
calor, que se supone, como á las otras causas que son inseparables en los
viages largos por el Mar.
Para comprobacion de no ser el calor,
baxo de la Línea en el Mar, tan grande como en los parages que están fuera de
ella, se hará relacion de los que se han observado en várias partes, cuya
noticia podia servir de convencimiento. El año de 1758, cortando la Equinocial,
segun la frase que se acostumbra en la Nautica, en el mes que el Sol debia
hacer todo el efecto de sus ardores, por ser en Marzo quando hace su tránsito
por ella, el dia 3, teniendo de declinacion Meridional 6 grados, 42 minutos, y
estando la Embarcacion en 7 grados, 47 minutos Septentrional, el termómetro de
Mr. d'Reaumur señalo á las 2 de la tarde 20 grados1/3 de calor. Desde este
grado fue aumentando poca cosa. El dia 14 la declinacion Meridional era 2
grados, 25 minutos: la Embarcacion se hallaba en 31 minutos al Norte de la
Equinocial, y el termómetro marcó expuesto al ayre á las 6 de la mañana 23 1/2,
grados, á las 2 de la tarde 25, y á las 11 de la noche 24. El viento que
reynaba era muy floxo, porque la Embarcacion, quando mas andaba, era una milla,
y en algunos interválos solo media, y venía del Nordeste. El dia 16 quasi fue
todo él de calma, pues en las 24 horas solo se andubieron 5 millas: el Navío se
halló por la observacion en la Equinocial: la declinacion del Sol fue un grado,
38 minutos Meridional, y el termómetro marcó constantemente 25 grados á las 6
de la mañana, á las 2 de la tarde, y á las 11 de la noche, habiendo habido
variedad en el tiempo, porque hubo nubes rasgadas en ciertos tiempos, en otros
estubo despejado, y á las 9 de la noche hubo aguaceros.
El dia 17 fue calma, como el antecedente:
la Embarcacion se hallaba en 35 minutos Súr: la declinacion del Sol Meridional
un grado, 14 minutos: el termómetro á las 6 de la mañana 25 grados, á las 2 de
la tarde 26, y á las 11 de la noche 25. Durante el dia, el Sol estubo fuerte: á
ratos hubo nubes; desde las 91/2 noche aguaceros fuertes, relampagos, truenos,
y turbonadas de viento. Este fue el dia de mas calor que hubo en el paso de la
Línea.
El 18 la declinacion del Sol 501/2
minutos Meridional ,la latitud un grado y 131/2 minutos, el termómetro á las 2
de la tarde 24 grados. El 19 en 2 grados, 6 minutos de latitud: el termómetro á
las 2 de la tarde 24 grados. El 20 el Sol quasi en la Equinocial: la
Embarcacion en 3 grados, 2 minutos Meridional: el termómetro á las 2, y 251/3
grados, habiendo tenido el viento Esueste, como el dia antecedente
moderadamente recio. Tres, ó quatro dias se mantubo el calor en el mismo tenor,
á diferencia de un grado, ó de medio; pero desde el 26, en la altura de 11
grados, empezó á disminuir á 23, y con la misma lentitud que habia aumentado,
bolvió á ser menos.
En el año de 64, en e1mes de Noviembre,
atravesando la Equinocial en el Mar del Súr el dia 28, la Embarcacion se
hallaba en 52 minutos Súr: á las 5 de la mañana, el mismo termómetro marcaba 21
grados, á las 2 de la tarde 23, y á, las 11 de la noche 22: el viento vário,
floxo por el Súr, Sueste, y Sudueste: athmosphera opaca mucha parte del dia.
El dia 29, á las 5 de la mañana, 22
grados, á las 2 de la tarde 24, y á las 11 de la noche 231/2: el viento y la
athmosphera lo mismo que en el dia antecedente: la latitud 35 minutos
Septentrional; de suerte, que en el intermedio de un dia al otro se hizo la
travesía de la Línea.
Por este término se mantubo el calor todo
lo que duró el viage, hasta Panamá, sin exceder á las 2 de la tarde de 23
grados, y á las 5 de la mañana de 21, siendo su mayor alteracion con las calmas
y el tiempo cargado un grado, en cuya disposicion duraba poco.
En Panamá no señaló el termómetro mas
calor, que en el Mar, y en el tránsito de la Línea. Desde el dia 4 de Diciembre
hasta el 18, á las 5 de la mañana, marcaba 21 grados, á las 3 de la tarde 23.,
y uno, ú otro dia llegó á subir hasta 24. En aquella ocasion es quando cesan
los vientos Sures, y empiezan á recalar algo las Brizas; pero esto no sucede
todos los dias, ni en todos los años es en un propio tiempo, aconteciendo, que
en unos se adelantan mas, y en otros se retardan: en aquel se adelantaron, y
desde el dia 8 hasta el 12 recalo á las 2 de la tarde: el 13 fue floxa, y el
termómetro estubo en24: el 14 no la hubo, y estubo en 241/2: el 15 la hubo, y
el termómetro estubo en 23. En esta forma siguió aquellos dias. En el año de
1736, los dias 5 y 6 de Enero, el termómetro marcaba á las 6 de la mañana
201/2, á las 12 del dia 231/2, y á las 3 de la tarde 25. Esta corta
diferiencia, que rigorosamente es de medio grado, proviene de que en aquel año,
se retardaron mas las Brizas, no habiendose experimentado hasta entonces, y
tambien de no ser el termómetro el mismo que el que sirvió el año de 64:
tambien pudo concurrir á ello la disposicion que tenia en cada uno de estos dos
tiempos. La latitud de aquella Ciudad está determinada de 8 grados, 58 minutos
Septentrional, por las observaciones que se hicieron el año de 36.
Podría escusarse la repeticion de
noticias del calor en Portovélo y Cartagéna no teniendo sensible diferiencia á
los que se expresan en la Obra de Observaciones, hechas de orden de S. M., y
impresas en Madrid en el año de 48; pero como ésta ya es rara, no se dexará de
hacer memoria de ello, tanto mas que se tendrá la série de los grados de calor,
sin la necesidad de irlas á buscar á aquella.
Desde el dia 23 de Diciembre, hasta el 29
del propio año de 64, el termómetro estaba á las 5 de la mañana en Portovélo en
21 grados, á las 2 de la tarde en 221/2, y á las 11 de la noche en 22. En la
Obra de Observaciones, el 4 de Diciembre de 1735, á las 6 de la mañana marcaba
los mismos 21, y al medio dia 23; la diferiencia es medio grado, que puede
consistir en haber sido entonces las Brizas mas endebles, y no haber refrescado
tanto la tierra, como quando están mas entabladas. La latitud de aquella
Ciudad, determinada por las Observaciones del año de 35, es de 9 grados, 341/2
minutos Septentrional.
En Cartagéna de Indias estaban entabladas
las Brizas, y con bastante fuerza en el mes de Enero de 1765; y desde el dia 10
hasta el 14 constantemente el termómetro marcaba á las 6 de la mañana 22
grados, á las 12 del dia 24, y á las 2 de la tarde 241/2. El año de 35, el 19
de Noviembre, tiempo en que las Brizas no estaban entabladas, el termómetro
marcaba de 24 á 26 grados, que en rigor es grado y medio mas que lo que se
observó en el ultimo. La latitud de aquella Ciudad es, por las observaciones,
10 grados, 253/4 minutos Septentrional.
No se hace mencion por ahora del
temperamento de Lima, cuya Ciudad está en 12 grados, 21/2 minutos en el
Emisferio Austral, porque aquel sigue otro regimen distinto de el de las
partes, de que se vá tratando, y se irá desde luego á vér el de la Habana, en
las extremidades de la Zona Torrida, y vecindad de la templada. En este parage
se encontrará un efecto contrario al orden que se debia esperar. En algun modo
sería regular que en la Habana el calor fuese menos, que en los parages que
quedan citados, por hallarse mas apartado que ellos de la Equinocial; pero si
se atiende al mas tiempo que el Sol se mantiene perpendicular en el Zenith, ó
inmediato á él, el calor deberá ser mas fuerte que en los lugares que se hallan
en la Equinocial, ó cerca de ella; suponiendose igualdad en altura de los
terrenos, que es, con toda precision, lo que acredita la experiencia.
El calor de la Habana, en los meses que
el Sol se halla de la Equinocial para el Norte, es mas fuerte que en Panamá,
Portovélo, Cartagéna, y que debaxo de la Línea, en el Mar del Súr; y en el
tiempo que corren los 6 Signos Australes, es igual al de aquellos. La Ciudad se
halla en 23 grados, 10 minutos de latitud Septentrional, en una bella
disposicion de terreno; por el un lado tiene la Bahía, por otro el Mar grande,
y por el resto País llano, en el qual aunque hay algunas eminencias, es á larga
distancia, y no son de mucha altura, con que los vientos la bañan sin embarazo.
Las observaciones del temperamento se hicieron unas allí, y otras en
Guanabacoa, Lugar que dista dos leguas, y se tiene por mas sano y menos
caluroso que la Ciudad, por estár situado en una mediana altura, donde le bañan
los vientos, que templan el calor del Sol.
En la Ciudad, el 7 de Febrero de 1765, á
las 6 de la mañana, marcaba el termómetro 181/2, á las 121/2 20, en la tarde
hubo turbonadas de viento, y algunos aguaceros. Asi permaneció hasta el dia 19,
que fue mayor el calor, y á las 6 de la mañana estubo en 20 grados, y á las 12
del dia en 22 y medio: de las 3 de la tarde á las 4 mudó el tiempo con
aguaceros, y calmó el viento: á las 5 empezó á correr por el Norte, y refrescó
el tiempo, de suerte, que en el siguiente dia 20, á las 6 de la mañana, estaba
en 17 grados, continuando sin aumento el resto del dia, y en los dos
siguientes.
El Verano fuerte empieza allí en Mayo: en
aquel mes, á las 5 de la mañana, el termómetro señalaba 221/2 grados, á las 12
del dia 251/2, y á las 11 de la noche 221/2. En junio 23 grados, 261/2, y á las
11 de la noche 23. En Agosto y Septiembre sucedió lo mismo. En Octubre se
reconoce algo moderada el calor, por no mantenerse constante el termómetro,
pero no por eso faltan dias en que se ve el licor hasta 25 grados, siendo lo
regular de 231/2 á 24. En Noviembre es lo regular á las 2 de la tarde desde
211/2 á 231/2. Esto propio sucede en Diciembre y Enero, que son los meses del
Invierno, en los quales se dice, que se siente frio, con que la diferiencia
entre estas dos estaciones es de 3 grados. Debe entenderse, que este grado de
calor en todos tiempos es, situando el termómetro en alguna pieza abierta,
donde reciba las impresiones del ayre, sin que el resplandor del Sol le hiera,
pues quando se coloca en parage donde participe de él, se dilata el licor hasta
301/2 grados.
En los meses de Invierno siempre vienen
los vientos del Norte, se comprime el licor, y es quando se siente mas
frescura. En los de Verano, aunque llueba, como sucede de continuo, no se
modera el calor, porque de ordinario sobreviene á la llubia algun intervalo de
calma, y despues vuelven los vientos á la parte del Súr, que son calurosos. No
es lo particular el grado en que asciende el licor del termómetro, sino la
permanencia que tiene en él, y lo poco que varía de una estacion á la otra,
pues en la Zona templada, y bien al Norte de ella sube á los mismos grados,
pero esto es por espacio de un mes, ó poco mas, en algunos dias, y despues
vuelve á descender por los mismos terminos que fue subiendo. En Diciembre,
quando el Sol está en el Tropico de Capricornio, dista del Zenith de la Habana
47 grados, lo mismo que dista del de las partes Meridionales de la España. En
20 de Octubre, acabado de pasar el Verano; y en 20 de Febrero, quando vá
terminando el Invierno, en el primero de estos dos tiempos el termómetro, á las
6 de la mañana, señala en Cadiz 141/2 grados, á las 2 de la tarde 161/2, y á
las 11 de la noche de 15 á 16. En el segundo, á las 6 de la mañana, señala de
12 á 13 grados, á las 2 de la tarde de 14 á 15, y á las 11 de la noche de 13 á
14, y asi hay de 8 á 9 grados menos calor, que allá quando el Sol dista del
Zenith el propio número de grados, segun queda explicado. Por estas
experiencias se reconoce, que aunque la Habana está distante de la Equinocial
todo lo que el Tropico, esto no es suficiente causa para que el calor se
experimente menos fuerte que en los lugares que están cercanos á ella,
guardando igualdad en quanto á la forma de los terrenos, porque, en las partes
que quedan anotadas, son baxos, llanos, é inmediatos al Mar.
La causa de esto es, como queda dicho, la
direccion perpendicular de los rayos del Sol, que en la Habana es mas
permanente que en los otros parages que se hallan mas cerca de la Equinocial,
porque el movimiento del Sol en declinacion es lento quando se acerca á los
Tropicos, y acelerado quando está inmediato á su medianía; y por esto permanece
mucho mas tiempo en las cercanías del Zenith de aquella Ciudad, que en la de
los otros parages, á cuyo respecto calienta mas la tierra, y la penetra con mas
actividad que en donde pasa acelerado sin detenerse. Desde el 21 de Junio,
hasta el 12 de Julio, está el Sol sobre el Zenith de la Habana, á diferiencia
de un grado: este interválo es de 22 dias; pero en las dos estaciones, que pasa
por el de Panamá en Abril y en Agosto, solo está 11, 51/2 en cada una, esto es,
desde que se acerca el grado inmediato, antes de llegar, y despues de haber
pasado por él, con que viene á ser la mitad del tiempo; sucediendo esto con la
intermision de 6 meses, en la qual se ha temperado el calor que se imprimió en
la tierra en los 51/2 dias primeros, al repetirse los segundos: con que aun es
menos de la mitad de la influencia la que recibe el territorio de Panamá, de la
que percibe el de la Habana, en donde los 22 dias son continuos. Para la mejor
inteligencia se ha de suponer, que un grado de calor igual, repetido en vários
dias en la tierra que lo recibe, se aumenta en cada uno de ellos mas de lo que
fue en el antecedente, porque como la encuentra impregnada de las particulas
ígneas que recibió en las antecedentes, quanto mas se repita el grado de calor,
tanta mas disposicion encuentra en ella para conservarle.
Otro exemplar convencerá mas esta razon.
Supongase que la actividad sensible de los rayos del Sol se experimenta dentro
del espacio de 10 grados, antes de llegar el Sol al Zenith, y hasta bolverse á
apartar de él la misma cantidad: desde 20 de Abril empieza el Sol á entrar en
los 10 grados próximos al Zenith de la Habana, y hasta el 21 de Agosto no sale
de ellos, siendo 4 meses continuos. En el primer tránsito, por el Zenith de
Panamá, está desde 29 de Julio hasta 20 de Septiembre, que es un mes y 21 días:
en el segundo, viniendo del Emisferio Austral, desde 20 de Marzo hasta 10 de
Mayo, que son otro mes y 20 dias, y ambos tránsitos componen 3 meses y 11 dias,
asi está 20 dias mas dentro del espacio de los 10 grados inmediatos al Zenith,
en el de la Habana, que en el de Panamá, siendo estos ultimos interrumpidos de
2 meses y 10 dias, corriendo el Sol Signos Septentrionales, y de 6 meses, con
corta diferiencia, quando anda por los del Emisferio Meridional; con que por
precision el calor ha de ser mas sensible en la Habana, estando quasi en el
Tropico, que fuera de allí en los parages que están cercanos á la Equinocial; y
los efectos de la Zona Torrida deben ser, y son mas perceptibles en aquel, que
en estos otros.
Para perder la tierra el calor que ha
percibido por espacio de 4 meses continuos, necesita mucho mas tiempo, que si
estos 4 meses hubiesen sido interrumpidos de un espacio de tiempo en que el Sol
hubiese estado mas apartado del Zenith que los 10 grados, y por esta causa, aun
despues de estár fuera de ellos, permanece el calor, que es lo que se vé en
Septiembre y muchos dias de Octubre, en cuyo tiempo el grado es el mismo, que
quando está dentro de los 10 grados próximos al Zenith. Se siente allí el
efecto que hacen los rayos directos, ó perpendiculares del Sol en las aguas
subterraneas, pues quando en todas partes se hallan frias, respecto del ayre
exterior de los meses de calor, allá se reconocen mas calientes: sucediendo asi
con la de los aljives, y de las fuentes que salen de la tierra; pero en las que
corren sobre ella no es lo mismo, porque estas están iguales con el ayre
exterior. La causa de esto no es otra, sino que el calor del Sol, con la
continuacion, vá calentando la tierra, y éste calor penetra quanto mas dura, tardando
despues otro tanto, como lo que ha estado en penetrarla, en desvanecerse. Las
aguas, despues que salen de los senos de la tierra, participan del ambiente
exterior; y aunque sacan el calor que han percibido, lo pierden, y se ponen en
igualdad con el mismo ayre.
Los vientos, segun la parte de donde
corren, contribuyen al mas, ó menos calor: si es del Norte, en aquellas partes
lo moderan sensiblemente; pero al contrario, si ván de la región del Súr lo
aumentan. En la Habana reynan los primeros, aunque no son continuos, desde
Noviembre hasta Marzo, pero lo rigoroso es hasta Febrero: en las costas de
Cartagéna, Portovélo, y en Panamá les llaman Brizas, y no son precisamente del
Norte, inclinando ácia el Nordeste, que es entre el Norte y el Levante, como
todos saben: allí empiezan en Diciembre, y duran hasta Mayo, sí bien, como
queda dicho, en Panamá se retardan algo mas.
Contribuye tambien al mayor calor la
estada del Sol sobre el Orizonte; pues en Panamá, el dia que se halla en el
Zenith, alumbra doce horas y 12 minutos, y la noche tiene 11 horas y 48
minutos; pero quando en la Habana llega al Zenith, alumbra 13 horas y 26
minutos, y la noche es de 10 horas y 34 minutos; con que calienta una hora y 14
minutos mas, y esto mismo dexa de temperar la tierra y el ayre en la noche,
respecto del otro parage, cuyos efectos son sensibles.
Entretenimiento
IV
Continúa
sobre los vários temperamentos.
La variedad que se observa en los
temperamentos, sin sujetarse precisamente á la regla de lo mas, ó menos
apartados que se hallan los territorios de la Equinocial, no sería persuasible,
si la experiencia no lo convenciese. La Provincia de la Luisiana es uno de los
que mas se distinguen en ello, pues que hallándose en 30 grados, y minutos de
latitud su Capital, el Nuevo Orleans, los calores de los 4 meses de Verano,
desde Junio hasta Septiembre, son mas fuertes que en la Habana, y que en los
otros parages que están mas cerca de la Equinocial: á este respecto, en los
meses de Invierno se alternan los frios y los calores con tanta repeticion, que
despues de 3, ó 4 dias de fuertes hielos, siguen otros en que el calor es poco
menos que en los regulares del Verano; pero aun mas extraordinario es, que con
el mismo viento que hiela en el Invierno, se experimenta en el Verano el mayor
calor. Estas variedades, que no son regulares en otras partes, hacen particular
aquella, y parece contra lo natural, que en el rigor del Invierno, quando
reynan las nieves y los hielos, se vean alternados dias calurosos, como si los
rayos del Sol cayesen directos sobre aquella región. Los vientos están allí en
continuado gyro, siendo raro que permanezcan dos dias por la misma parte. En el
Invierno lluebe con los del Sueste y Súr, y en la misma hora que cesa de llover
hace la vuelta al Norte, y empieza el frio: quando sucede que se detiene en
esta parte mas de un dia, y que aumenta de fuerza, es seguro que hiele; pero
quando sigue la vuelta sin permanecer, y que llega á pasar del Norte para el
Levante, aunque sea cosa muy corta, el frio no es grande: siendo cosa cierta,
que no ha de durar constante, y que pasando prontamente al Levante, y de allí
al Súr y Sudueste se repite la llubia, la nieve, y buelve á hacer nuevo gyro
como el primero.
Los vientos del Noroeste y Norte son los
que allí causan el frio en el Invierno, hasta el término de helar fuerte. Estos
mismos vientos ocasionan el mayor calor en Verano, hasta términos de
sofocacion; pues es tal, que si su duracion pasase de dos, ó tres dias, moriría
mucha gente de no poderla resistir. La razon de los frios, que causan en el
Invierno estos vientos, es la misma que se conoce en todo, el Emisferio
Septentrional; pero no hay otra para el calor, que el venir de aquellas
dilatadas llanuras, de los bosques espesos, y pajonales dilatadisimos, los
quales con la humedad y el calor intenso de los rayos del Sol, exalan vapores
ardientes, y adquiriendo el ayre su misma qualidad, en lugar de refrigerar,
sofoca en tanto grado, que es mas sensible este ayre, que el calor que se
siente quando hace calma.
Para el convencimiento de estas sensibles
desigualdades, será bien congeturarlas con las observaciones hechas en el
termómetro. Los días de mas calor, en el Nuevo Orleans, el año de 67 fueron el
12, 13, y 14 de Agosto. El primero de estos, á las 5 de la mañana, el
termómetro señalaba dentro de una sala, que estaba rodeada de ventanas y
puertas, todas abiertas, 231/2, y expuesto al ayre al resguardo de una galería
espaciosa, y cubierta 221/2; á las 3 de la tarde, en la sala 27, y fuera 32; á
las 12 de la noche, dentro 261/2, y fuera 26: todo el discurso del dia y noche
estubo claro: por la mañana no habia viento: á las 3 lo hubo floxo Oessudueste,
y en la noche Oesnoroeste.
El día 13, á las 5 de la mañana, 24
dentro, y lo mismo fuera: á las 21/2 de la tarde, dentro 274/5, y fuera 333/4:
á las 31/2 de la tarde 28 y 321/2: á las 5 283/4 y 321/2: á las 12 de la noche
271/3 fuera, y igual dentro: el viento era floxo Norte.
El día 14, á las 5 de la mañana, estaba
en la sala en 251/2, en la galería abierta 25, la athmósphera clara, el viento
floxo Norte: en las siguientes horas del dia, como se vé:
A las 9 en
la Sala
á la 1
delante
á las 31/2
á las 51/4
á las 12 de
la noche
261/4
271/2
281/2
291/2
271/2
Galería
301/2
321/2
323/4
321/3
28
A las 5 de
la mañana el barómetro estaba en 27 pulgadas, 71/3 línea: á las 31/2 de la
tarde 27 pulgadas, 73/4: á las 51/4, 27 pulgadas, 74/5: á las 12 de la noche 27
pulgadas, 72/3 líneas.
Desde las 9 del dia, con la fuerza del calor,
cesó el viento, y solo á ratos se experimentaron ventolinas del Norte por la
parte del Este: la athmósphera estaba ofuscada, y en la noche hubo algunos
relampagos, efecto proprio del mucho calor.
El siguiente dia 15 se experimentaron al
amanecer los efectos que habia dexado en la athmósphera el calor del dia
antecedente; y á las 5 de la mañana estaban por consecuencia los termómetros en
26 grados mas altos que en igual hora el dia antecedente, lo qual anunciaba
mayor calor que en aquel, pero el viento habia yá corrido por el Nordeste al
Esueste; y asi, á las 41/2 de la tarde, que fue el mayor calor de aquel dia, el
termómetro estaba en la sala en 27 grados: en la Galería 29; á las 12 de la
noche dentro 24, y 241/2 fuera. El barómetro estubo á la primera hora en 27
pulgadas, 72/3 líneas: en la segunda 81/3 líneas, y en la tercera 91/2 líneas:
la athmósphera con algunas nubes altas y rasgadas, y el viento, desde las 5 de
la mañana, fue por el Sueste algo recio.
Segun el juicio de aquellos naturales,
fue el calor de los 3 dias mayor que el que se experimenta en años regulares; y
en efecto, en los de 66 y 68 no llegó á tanto, y en el ultimo el 18 de Agosto
era 26 grados dentro de la sala á las 31/2 de la tarde; y en la galería 301/3:
el viento estaba floxo Noroeste, la athmósphera algo empañada con celages, y el
barómetro señalaba 27 pulgadas,11/4 líneas.
En el año de 66 se experimentó el mayor
calor en los dias 17, hasta 25 de Julio; pero el mayor fue el 21, que á las 4
de la tarde el termómetro estaba en la sala en 27 grados, y el de la galería en
31, el tiempo claro, y el viento Noroeste floxo. Los otros dias se vió desde 26
hasta 262/3, y en la galería desde 29 hasta 31, siendo el viento totalmente
ninguno, ó por el Noroeste.
El Verano es allí largo, pues desde
mediados de Mayo se experimentan calores recios, subiendo el termómetro, en lo
pesado del dia, á 231/2 grados en la sala, y á 27 en la galería, aunque esto no
es en todos; y en Octubre, en el año de 67, los dias 7, 8, y 9 subió en la sala
de 24 hasta 25 grados, y expuesto en la galería, á 28 y 29, que es el grado de
calor fuerte en España; y asi dura el Verano fuerte cinco meses completos, sin
contar los meses que le preceden, desde Marzo hasta Mayo, en que empieza á
sentirse alguno, y hay dias en que lo hace muy competente: ni desde Octubre
hasta Noviembre, en que vá dexando de ser tan fuerte, para cambiarse á la
estacion del Invierno.
Se sienten allí los efectos de este gran
calor por unos modos que no son regulares en otras partes. Caminando en tiempo
de Verano, despues que el Sol se ha puesto, se entra de repente en un clima
mucho mas caluroso que por el que se llevaba: dura esto por una distancia de
20, ó 30 pasos, y con la misma prontitud se sale de él, buelve á darse en el
primero, como si hubiese faxas, ó Zonas de un temperamento que fuese mas
caluroso que el resto, y en el distrito de un quarto de legua suelen
experimentarse 3, ó 4 de estas mutaciones. La causa de esto no es facil
determinarla, aunque puede atribuirse á vários accidentes, porque allí no
tienen cabimento las quemazones de los campos, despues de recogidas las
cosechas, que es lo que suele calentar el ayre, mas en aquella parte para donde
vá, que en otras. El territorio es igual en qualidad y forma, y no puede
juzgarse que el calor de los rayos del Sol se fixe mas en unos ámbitos que en
otros. Solo puede tener verosimilitud, que en las colunas de ayre, consideradas
Orizontales, unas quedasen paradas despues de haberse puesto el Sol, y otras se
moviesen mudando de lugar; y en esta forma, las primeras se sentirian con el
calor que tenian quando el Sol hería en ellas, y las otras lo perdiesen con el
movimiento de un ayre muy floxo que las agitase: con esto conviene la
circunstancia, de que quando se experimentan estas mutaciones es quando no se
percibe viento. Otro efecto raro de los rayos del Sol son los que se llaman
golpes de él, ó mas propiamente asentarse el Sol: allí sucede con tanta fuerza
y prontitud, que se quedan muertos los hombres de repente, con señales no
equívocas de haber sido la actividad del Sol la que les quita la vida. En la
gente de trabajo, que para hacerlo están parados en una parte, es en los que
mas comunmente se vén estas desgracias, y es raro el año en que no se
experimente alguna.
Por las observaciones, que quedan
citadas, se comprueba, que aunque el Nuevo Orleans está en algo mas de 30
grados de latitud, y que el Sol no llega á estár nunca con diferiencia de 61/2
grados en su Zenith, es el calor en el Verano mas fuerte que en la Habana, y
que en los otros lugares que están cerca de la Equinocial. La razon de esto es
la igualdad de aquel País, y los bosques espesisimos de arboledas altas que hay
en él; y siendo por lo general floxos los vientos en aquella estacion, no les
dá entrada á los sitios en donde están las poblaciones. A esto se agrega, que
hallandose distante del Mar con dificultad penetran hasta élla los que reynan
allá, y es muy comun no sentirse ayre en lo rigoroso del Verano. Si corre del
Norte, biene sobre la tierra, atravesando las dilatadas llanuras y bosques en
donde contrahe la misma propriedad que tienen los vapores que se levantan de
élla, resultando de todo, que contra la regla que parece regular de la mayor
distancia del Sol al Zenith, en aquel territorio es mas activo que en los que
distan menos, y que se experimenten los raros efectos que quedan referidos.
Aunque en el Verano es allí el calor como
queda dicho, no sucede como en la Habana, que se concentre tanto en la tierra,
durando sus efectos en las partes subterráneas algun tiempo: por el contrario
se vé, que las aguas del Misisipi, aunque por arriba están calientes, sacadas
de la profundidad se encuentran frias, y en bastante grado; lo qual indica, que
el calor del Sol no puede penetrar hasta lo mas profundo: siendo la que tiene,
por el parage de la Ciudad, de 20 á 25 brazas, porque aquel es un calor
accidental, aumentado de la falta de viento, y de la calidad de los vapores que
exalan las arboledas, y tierras humedas, los quales se agregan al natural de
los rayos del Sol.
En un País donde el calor llega al grado
que allí, y que es de tanta duracion, no pudiera presumirse que en el Invierno,
por el contrario, fuesen los frios y hielos tan grandes, como se experimentan,
que es otro fenómeno, propio unicamente de aquel clima.
El temperamento de Noviembre, por lo
regular, es de 17 á 18 grados á las 6 de la mañana: de 19 á 20 á las 2 de la
tarde; y de 17 á 18 á las 11 de la noche. Hay dias que repentinamente baxa 7, ú
8 grados, y con la misma prontitud buelve á subir la misma cantidad en el
siguiente. El año de 68 empezó á helar desde el dia 8 de Enero; pero los mas
fuertes fueron en los 17 y 18. En éstos el termómetro baxó del término de la
congelacion, dentro de la sala, cerradas puertas y ventanas, á las 6 de la
mañana 21/2: en la galería 71/2: á las 2 de la tarde subió del término de la
congelacion 33/4 grados: á las 11 de la noche estubo mas baxo que élla 2
grados: en la galería de 5 á 6: las orillas del Misisipi se helaron de 6 á 8
varas por cada una dentro del rio, en agua corriente: es por demás decir que el
agua de las basijas, que estaban dentro de la pieza donde se hallaba el
termómetro, se heló enteramente. Los dias 19 y 20 heló tambien, pero con
moderacion: el 21 se sintió calor; y el 22, á las 6 de la mañana, el
termómetro, en la sala, estubo en 12 grados de calor, en la galería 111/2: á
las 4 de la tarde 162/3 y 171/2, y á las 111/2 de la noche 151 y 141 ; pero el
dia 29 subió, en la sala, á 173/4, y en la galería á 211/2: con que en el corto
intervalo de 3, ó 4 dias se experimentaron los temperamentos contrarios de
Países frios y cálidos, en hielos fuertes, y calores sensibles. Estas
alternativas de frio y calor son allí muy comunes, aunque no todas tan grandes
como la que queda referida, siendo lo regular entre 8, ó 10 grados de un dia
frio á uno caluroso. Aquel año anunciaban los arboles la Primavera en el
Invierno, porque en fines de Diciembre habian cesado los grandes frios, y hacía
calor: se habian vestido de ojas y flores, con particularidad los naranjos, y
este adelantamiento que tenian fue su perdicion; porque sobreviniendo los
hielos quando estaban en la fuerza de los brotes, los secó, cuyo accidente se
suele repetir allí con alguna frecuencia, por la desigualdad que tiene el temperamento.
De esto nace que, hasta que pasa el mes de Marzo, y es entrado Abril, no hay
seguridad de haber cesado el Invierno, no obstante que se experimenten calores
de Verano.
El año de 66, el día 14 de Marzo, á las 6
de la mañana, el termómetro estaba en 21/4 grados mas alto que la congelacion:
el 8 había estado á la misma hora en 162/3, y el 16 estubo en 162/3; pero el 17
bolvió á estár en 11/3: el 22 subió á la propia hora á 133/4, de suerte, que en
el discurso de 14 dias hubo tres Veranos, y dos Inviernos, acaeciendo esta
novedad por la variedad de los vientos, frios quando ventaban del Norte, y
calurosos, quando venían del Súr. Estas alteraciones, que no las alcanza el
discurso con la precision que ellas son sin el auxilio de la experiencia, son
mas extraordinarias por causa de no haber montañas en aquellas inmediaciones,
ni en algunos centenares de leguas, y consiguientemente no hay mas nieves que
enfrien el ayre, que las que caen en aquellas dilatadas llanuras, donde no
permanecen, porque luego que los vientos cambian á la parte del Súr se derriten
enteramente. La razon de estos frios tan repetidos, y variados con el calor no
puede encontrarse en otra causa que en los hielos de los lagos espaciosos que
están ácia la parte del Nórte del Misisipi, desde los 42 grados en adelante:
estos se hielan, y corriendo los vientos por ellos, contrahen la frialdad que
ván á comunicar á la Luisiana: siendo esta la causa, es accidental el frio,
experimentandose quando corren aquellos contrario á lo que sucede con los del
Nordeste, Levante, y partes del Súr, que por ir del Mar son calientes.
En el corto distrito que hay desde Panamá
y Portovélo hasta la Luisiana se han visto temperamentos diversos, y que no
corresponden á la distancia que tienen de la Equinocial: siendo extraordinario,
que fuera de la Zona Torrida, donde los rayos del Sol nunca llegan á ser
perpendiculares, los calores sean mas activos que en los parages que se hallan
con mas inmediacion á élla; y por el contrario mas fuertes los frios que en
otros de la Zona templada, en donde deben hacerse sentir con exceso. Ahora toca
pasar del Emisferio Boreal al Austral, para comparar otros temperamentos de la
Zona Torrida con los que quedan explicados, reconociendo en ellos, no con poca
admiracion, los fenomenos estraños de la naturaleza, que por el contrario, de
los extremos en frio y calor que se vén en la Luisiana: contra el orden
rigoroso de las reglas de los climas, es templado lo que debia ser cálido, y
con exceso frio lo que parece que indica efectos del mas insoportable calor.
El temperamento de aquella faxa de
terreno baxo, que corre lo largo de la América Meridional, en el Mar del Súr,
está explicado en la Obra de Observaciones con la individualidad que pide la
materia; pero para comprobacion de aquello, y continuar la comparacion que se
vá haciendo, será conveniente renovar aquí las noticias con las observaciones
del termómetro, que siendo siempre el mismo de que se usó en las que ván
explicadas, será mas segura la consecuencia que se saque de ellas.
A la parte del Sueste de Lima, y 341
leguas de aquella Capital, hay un valle bien dilatado, que forman dos colinas
de montañas, y es conocido por el nombre de las Capillas; y aunque su latitud
no está determinada por observaciones, se puede computar por la de Lima, y á
corta diferiencia será de 13 leguas. El dia 23 de Octubre del año de 58, á las
6 de la mañana, estando el termómetro expuesto al ayre, marcaba 11 grados, y á
las dos de la tarde 18: debiendo advertirse dos cosas, la primera, que el Sol
se hallaba quasi en el Zenith de aquel parage, pasando al Tropico de
Capricornio: la segunda, ser aquel un valle entre dos colinas de serranía,
donde el calor es por lo regular mas intenso que en los parages abiertos; pero
estas observaciones harán mas convincente la moderacion de aquellos.
Desde el dia 8 hasta el 23 de Octubre del
año de 64, en el Lugar de Bella-vista, próximo á las Ruínas del Callao, el
termómetro, puesto á la sombra, dentro de una sala espaciosa, marcó
constantemente, á las 5 de la mañana, de 15 á 15 grados; y la mayor
diferiencia, en el discurso del dia, era de un grado, que subía en las horas
desde las once á las dos de la tarde, cuya poca alteracion precedia de que el
tiempo era nublado. En los mas de los dias se experimentaban todavía lo que
llaman Garuas de Invierno, que son llubias menudas, ó mas propiamente niebla,
que llega á reunirse, y se precipita: el Sol se descubría muy cortos intervalos
en el dia, que no pasan de una, ó dos horas, volviendo á encubrirse con las
nubes, que con igualdad ocupaban todo el ámbito de la athmósphera. En estos
ratos que el Sol aparecía, era quando se sentia aquel poco de mas calor, que en
el termómetro causaba la diferiencia de un grado, como queda explicado.
Desde el 23 de Octubre hasta el 5 de
Noviembre aumentó el termómetro un grado, y en lo mas caluroso del dia hasta
21/2; de modo, que á las 5 de la mañana estaba en 16, ó 161/2, y á las 2 de la
tarde subía hasta 18, ó 181/2, subsistiendo todavía la athmósphera ocupada de nubes
altas y contiguas, que tenian cubierto el Sol lo mas del dia: solo desde las
10, ó 10 hasta las 2 de la tarde se disipaban, y se sentia algun calor.
Estos meses de Octubre y Noviembre son
allí los de la Primavera, que empieza á reconocerse desde Septiembre, causando
la distincion de tiempos aquella obscuridad de la athmósphera, que como si
fuese un velo, que se le pusiese al Sol, no permite, que con la eficacia de sus
rayos, penetre hasta la tierra; y siendo igual la privacion en todas las horas del
dia, quando no se rompe, sucede serlo el grado de calor, sin que haya causa que
lo aumente mas en las del dia que en las de la noche: de esto nace, que las
mañanas, que regularmente son frias respecto del dia en todas partes, allí sea
muy corta la diferiencia que se nota. En las Capillas era algo mayor, por ser
aquel valle cerrado, y por haber estado el termómetro mas expuesto al
resplandor.
La Primavera del Nuevo Orleans empieza,
como en el Emisferio Septentrional, en Marzo: Abril y Mayo son los meses que
corresponden á los que quedan citados de Bella-vista y las Capillas. Desde el
20 de Abril del año de 68 en adelante, era el calor, á las 6 de la mañana, en
el Nuevo Orleans, de 17 grados para arriba, y á las 3 de la tarde de21, estando
el termómetro en la misma situacion que en Bella-vista; con que hallandose este
parage en 30 grados, y minutos de latitud, y el otro en 12, era mayor el calor
en el Nuevo Orleans de 5 grados, con la variacion de 4 desde la mañana al medio
dia, y con la diferiencia de que el Sol distaba del Zenith del Nuevo Orleans en
Abril 181/2 grados, y en Octubre de el de Bella-vista grado y medio solamente.
A la verdad, son necesarias las experiencias para convencer una disparidad tan
notable como esta, la qual disuena, segun el orden regular de la naturaleza, y
las reglas comunes de sus disposiciones; pero asi como el que estuviese cerca
de una grande hoguera, resguardado de algun antemural que le defendiese de los
efectos del fuego, percibiría menos calor que otro, que sin esta providencia,
estuviese algo mas distante, la naturaleza dispuso que, en sus tiempos, el
antemural de las nubes no dexase paso para que los rayos del Sol penetrasen
hasta la tierra, y que hiciesen menos impresion en ella, moderando el calor en
el primer tiempo que hace curso por el Zenith de aquel parage, concediendole
este privilegio, de que no participan los otros. Siendo la principal causa del
mas, ó menos calor la direccion de los rayos del Sol, tubo la naturaleza
providencia reservada para que allí no molestase con la actividad que parecía
regular. Esto mismo sucede en lo que corre aquella faxa de territorio baxo,
desde los 3 grados, en la parte Meridional, hasta el Tropico del mismo. lado, ó
con corta diferiencia, y en quanto se extiende en anchura.
Es
conveniente pasar despues de lo que queda dicho á explicar la variedad que hay
entre la faxa, ó mundo inferior en el Perú, y el alto, porque en estas
distintas situaciones se reconocen efectos no menos particulares que los que
quedan dichos; y se verá, que los frios excesivos del Nuevo Orleans, iguales á
los de otros parages que están en mas latitud, son los mismos que los de la
medianía de la Zona Torrida, entre la Equinocial, y el Tropico de Capricornio;
y que los calores mas activos de aquellos parages, en donde la respiracion se
sofoca, y dilatados los poros del cuerpo, se disipan las fuerzas, se encuentran
en tan corta distancia, que en lo que puede andarse en un dia sin violentar el
paso, se vén aun tiempo los dos opuestos temperamentos; siendo necesario, que
los resortes del cuerpo, pasando aceleradamente por los grados intermedios, las
dilaten y compriman, para acomodarse al grado que les conviene.
Son los temperamentos de aquellas dos
distintas partes encontrados, no regulandolos la vulgaridad con atencion á la
posicion del Sol, sino á los accidentes; y asi, en la parte alta llaman Verano
al tiempo en que no lluebe, sin embarazarse en que sea entonces quando hiela y
hace mas frio; y llaman Invierno al llovioso, aunque el Sol haga su carrera por
aquel Emisferio. En la parte alta empieza el Verano en Mayo, siendo éste mes en
el que se prepara la entrada del Invierno en la baxa. Dura hasta Noviembre, que
ván cesando los hielos en aquella; pero en ésta cesan entonces las Garuas, y se
disipa el toldo que tiene escondido á el Sol, y formaba el Invierno de élla.
Empieza éste en la parte alta en Diciembre, y entonces es quando desembarazado
el Sol comunica su calor á la tierra en la otra. De este modo, quando es
Invierno arriba, es Verano abaxo, y al contrario sin que medie mas distancia
entre ellas, que lo que se tarda en subir aquella escala que conduce á los
pináculos del Mundo.
Será notable, que allí, donde el calor es
tan escaso, que propiamente son grados de hielo los que se experimentan quasi
todos los dias, las mieses tomen la perfeccion á que pueden llegar con estos
mismos hielos, supliendose con ellos lo que le falta de fuerza al Sol para
completar la obra de la reproducion; pero este asunto será de otro lugar,
dexandolo suspenso por ahora, para continuar el del temperamento que vá
tratandose.
El Verano se distingue allí del Invierno,
en que es el tiempo en que toman las mieses el ultimo grado de madurez, no
obstante de ser entonces quando reynan los hielos, y el frio es mas constante:
tambien en la circunstancia de ser los dias claros, el Sol está despejado, y no
es regular llober, nevar, ni granizar: los vientos no son violentos, y los que
reynan son de la parte de la costa, tocando algo del Súr con moderacion. En el
Invierno sucede todo por el contrario, los dias son nublados y obscuros, cesan
los hielos, y el frio, aunque no es tan grande, es mas molesto, introduciendose
con las humedades de las nieblas congeladas en el cuerpo, porque entonces son
frequentes: estas caen unas veces en copos grandes, y otras en particulas muy
pequeñas, que penetran por los intersticios mas sutíles: entonces graniza,
lluebe, truena, y vienta con variedad, sin que haya hora segura en que no
sobrevenga alguno de estos incidentes. Los vientos son varios, y por lo
ordinario de las partes de tierra: cesan enteramente los que corren del lado
del Mar, las llubias copiosas, y no pocas veces se vé llober y granizar á un
mismo tiempo, mezcladas las gotas de agua con los granizos.
Es regla general allí, que en el Verano,
quando se suspenden los hielos dos dias, se sigue inmediatamente llober, pero
luego que falta la llubia, buelven á continuar aquellos. Del mismo modo, quando
quiere cesar el Invierno, se suspenden las llubias, y inmediatamente hiela, de suerte,
que alternandose estos con aquellos, es raro el dia en que no hiela mas, ó
menos fuerte, ó que no llueba, nieve, ó granice; por este término es mas
visible que en otras partes la agitacion continua de los tiempos en la repetida
mutacion que tienen quando se interrumpen las llubias, pasando el clima al
opuesto extremo de hielo: cesan los vientos de las partes de tierra, y dominan
los de la costa, penetrando hasta alla, y asi los vientos siguen el orden de
las estaciones.
Aquel temperamento varía muy poco en las
distintas horas del dia: lo mismo sucede en el Verano, que en el Invierno: de
las 2 de la tarde á las 6 de la mañana, ó á las 11 de la noche, es la
diferiencia 1/4 de grado, ó 1/3, y rara vez llega á medio grado: por una serie
de observaciones de cerca de 6 años, desde Noviembre de 1758, hasta Agosto de
1764, está comprobada esta igualdad, sin que en unos años hubiese mas
diferiencia que en otros.
El Invierno empieza en Diciembre, como
queda dicho: el temperamento es en las piezas habitables de 81/2 grados de
calor hasta 9: expuesto á el ayre, pero sin recibir el Sol, ni su reflejo, es
de 5 grados hasta 6, debiendo entenderse por piezas habitables las que tienen
precaucion de vidrios, ó lienzos que las resguardan, del ayre exterior. Este
temperamento dura hasta Abril, y desde Mayo empieza el Verano con los hielos,
segun se ha dicho; entonces es lo mas comun señalar el termómetro, expuesto al
ayre, el término de la congelacion, y lo mas que baxa es 3 grados de hielo;
pero estando en el resguardo de las viviendas se conserva en 8 grados, ú 81/2,
sin que en ellas haya fuego que las caliente. Estos grados de frio no son á la
verdad considerables; pero siendo quasi continuos, y corta la diferiencia que
hay entre el Verano y el Invierno, pues consiste la mayor en 9 grados, resulta,
que los hielos son permanentes en los parages que no baña el Sol. Allí no es
extraño mantenerse el termómetro constantemente 15, ó 20 dias en el término de
la congelacion; y á la hora que sube de él es indicio de que se suspenden para
llober en la forma que se ha explicado.
Comparando, pues, aquel temperamento con
el de la Luisiana, se vé la diferencia notable que hay entre uno y otro. En una
parte, entre el Invierno y el Verano, solo hay 9 grados de diferiencia, que
empiezan en 3 grados de hielo, ó congelacion, y termínan en 6 de calor. En el
otro es 411/4 grados, desde 71/2 mas baxo que el término de la congelacion
hasta 333/4. En la Luisiana, es interrumpido el Invierno por dias calurosos lo
que vá de 71/2 grados de hielo á 211/2 de calor: en la parte alta del Perú el
Invierno lo está por dias de hielo y frialdad; y aunque el Verano lo es
tambien, por otros de nieve y llubia, rigorosamente es mudanza de voz, por la
corta diferencia de 4, ó 5 grados, que es en lo que varían, y en la especie del
frio, que el uno es humedo, y el otro seco.
El Verano de aquella parte alta será
reparable sobrevenir en los mismos meses que en Europa, porque empieza en Mayo,
y finaliza en Octubre, ó Noviembre, contra lo que debia ser si se arreglase á
la mayor inmediacion del Sol á el Zenith; pero allí no se sigue esta regla, y
en su lugar se toma la de estár el Sol descubierto, y que caliente la tierra,
lo qual sucede en los meses que se han señalado, y no en los otros. El decirse
que calienta las tierras, parece contra lo que se ha explicado antes de la
frialdad de aquel clima en todos tiempos; pero no es asi, porque en efecto
calienta el Sol en Verano, y quando mas calienta es quando son mas completos
los hielos. Este Verano, y el calor de él no sobrevienen quando el Sol corre
los seis Signos de la parte Austral, como queda dicho, sino quando corre los
Septentrionales, hallandose mas apartado del Zenith.
Llaman de ordinario allí Sol de Puna al
Sol que se siente en los meses de Verano; y quantos conocen aquellas tierras
saben que es muy activo, porque quando dá de lleno calienta tanto que no se
puede tolerar, y causa dolores de cabeza fuertisimos, con otros malos
accidentes. Es tal su fuerza, que parece hacer mas impresion que en los Países
que son calientes por naturaleza; siendo allí expresion general decir que el
Sol abrasa, y la sombra hiela. Várias veces se ha hecho la experiencia, estando
en un ámbito cerrado por todos quatro lados, á la una del dia, puesto á la
distancia de dos pies fuera de la línea de la sombra no se podía tolerar el
calor, y pasando otros dos pies mas adentro de la sombra no habia resistencia
para el frio. La causa de esto es la sutileza del ayre, que no retiene en sí
los corpusculos ígneos que reflectan en la parte iluminada, y asi no hay allí
resplandor: la parte donde el Sol no hiere, es verdadera sombra en quanto al
temperamento, y la otra es parecida á un bolcan: por esta razon, el calor que
la tierra contrahe en el discurso del dia es casual, perdiendolo desde luego
que se oculta, y desde esta misma hora empieza á helar, porque la athmósphera
no conserva las qualidades del calor como en las partes donde el ayre tiene
otra densidad.
En el Invierno acontece muy diverso de
esto, los dias son nublados, el Sol quando se descubre es por pocas horas, los
vientos son recios y vários, las llubias quasi diarias, segun que queda dicho,
y las tempestades de truenos les acompañan por lo comun. En la entrada del que
allí tiene lugar de Otoño, el frio, aunque no es de hielo, es mas molesto,
porque penetra, y no hay Sol que caliente; pero entre todas estas cosas, la que
distingue con mas propiedad las dos estaciones, es la vegetacion, que al igual
de Europa hace sus progresos desde Noviembre hasta Abril, renovandose entonces
las simientes y plantas. Sigue despues el Estío desde Mayo hasta Octubre, en
cuyo intermedio todo está secó y árido: de aquí procede la particularidad de
que las estaciones sean encontradas al orden regular del curso del Sol,
determinandolo por los efectos y accidentes, y por el orden de la reproducion.
Entretenimiento
V
Sobre los
distintos temperamentos de la parte alta de la América, efectos que producen, y
causas de lo
que allí se experimenta contra el orden general de las otras partes.
No son iguales los temperamentos en
aquella parte elevada de la tierra: hay en ellos de todas clases, segun la
altura y disposicion de los territorios. A proporcion de aquella son los hielos
mas constantes en el Verano, y las nieves y granizos mas comunes en el
Invierno; y quanto mas se desciende van siendo mas calurosos, y menos regulares
los frios. Aquellas grandes profundidades por donde corren los rios, que por
allá llaman quebradas, y dice el nombre lo que en realidad se representa, son
lugares que tienen todos los accidentes de la Zona Torrida. El ayre tiene mas
densidad que en los otros, y el calor del Sol lo imprime en él con mas eficacia
que en donde está mas ligero: el abrigo de las eminencias, que forman aquellas
concavidades, contribuye á que la reberveracion sea fuerte; y de una y otra
causa resulta, que los calores son sensibles, y que la tierra lo dé á entender
en sus produciones.
La profundidad, ó quebrada de Iscuchaca,
de la que se ha dado yá alguna noticia, no es de las mas profundas, y
consiguientemente su temperamento no es tan cálido como en otras. En los meses
de Verano, el termómetro, colocado dentro de las viviendas, está en 11 grados,
y su mayor variacion en lo mas entrado del dia es 11/2 grados, subiendo hasta
121/2. En el Invierno se halla desde 14 hasta 16, sucediendo esto
constantemente en todos los años. Esta diferiencia, que tiene del temple de
Guancavelica, aunque no es grande, causa efectos muy sensibles en animales y
vegetales, de tal modo, que al llegar á la mitad de la cuesta por donde se
baxa, se sienten los movimientos de la dilatacion sensiblemente, porque no
correspondiendo todas las partes de la organizacion con igual prontitud, hay
alguna sofocacion mas, ó menos grande, que se manifiesta en zumbido pronto de
los oídos, y torpeza de este sentido, en el hormigueo de las extremidades del
cuerpo, y en otras señales semejantes, no dexando duda proceder de lo que se
dilata la sangre, sin dár tiempo á que los vasos tomen la correspondiente
extension. La ropa que se lleva del otro temperamento pesa, é incomoda; y á
este respecto, parece haberse salido de un Invierno, y estár en un Verano
repentino. Esta mutacion sucede en el espacio de 8 leguas, que son las que hay
de un parage á el otro, y se andan en otras tantas horas, ó en menos tiempo:
con que no es menester mas tiempo que este para transferirse de los hielos al
calor, ó de un Invierno de frios rigorosos á un Verano, cuyos calores, aunque
en realidad son moderados, no dexan de ser sensibles para los que se hallan
habituados al clima frígido del otro parage.
Las produciones de la tierra son el
termómetro y regla de aquellos temperamentos. En los frígidos, como
Guancavelica, solo se crian Pampas, que es lo que en Europa llaman Batatas de
Irlanda. La Cebada crece, pero no dá grano, y allí no prevalecen los Arboles
frutales de ninguna especie. En Iscuchaca grana la Cebada, se produce el Trigo,
y tambien el Maiz, que requiere temperamento de mas calor que aquel grano: allí
subsisten los Sauces, y los Cedros: hay otras especies de Arboles, y las faldas
de aquellas pendientes están pobladas de Arbustos, que no se encuentran en los
territorios altos.
A esta semejanza, en otras profundidades
mas baxas que aquella, el calor se aumenta tanto, que se cria la caña del
Azucar, cuya planta requiere mucho calor para madurar; y los Arboles de climas
cálidos dán todo genero de frutas, propias de ellos, como los Platanos, las
Piñas, Aguacates, ó Paltas, Guabas, por otro nombre Pacaes, y todo genero de
raíces y legumbres. En estos lugares profundos no falta la division de tiempos,
pero la diferiencia de unos á otros no es grande: sin embargo de ello, las
mañanas antes de salir el Sol son frias mas de lo que corresponde á un
temperamento de Primavera regular; y en el Verano no dexa de sentirse el hielo
alguna vez, que aunque no es grande, es suficiente para no dexar de hacer daño
á las plantas.
Dentro de un territorio de cortas leguas
se vén alli los quatro Tiempos del año constantemente: en uno, los frios
rigorosos del Invierno: en otro, las delicias de la Primavera, sin las
molestias del Otoño; y en otro, los calores fastidiosos del Verano, y las
produciones de la Zona Torrida. Esto sucede siendo notable el tenerlas
trastornadas, mediante que quando el Sol se halla mas distante del Zenith, se
experimenta el Verano, como queda prevenido; y quando está mas próximo, y que
debería calentar mas, es el Invierno. De esto sacamos que la naturaleza no se
sujeta á reglas precisas, y que tiene reservadas providencias para invertirlas,
sin interrumpir el orden necesario para la subsistencia.
En la corta distancia de 10 leguas, que
es todo lo que puede mediar entre el territorio baxo y el alto, se vé el
extraordinario fenómeno de estár encontrados los tiempos. Parece deberse mirar
esta circunstancia como una de las mas raras particularidades que hay en
aquellos Países. La diferencia de altura, y las profundidades encaxónadas y
abrigadas pueden ocasionar, como se ha explicado, el mas, ó menos frio, y el
grado de calor mas activo, pero la contrariedad de tiempos es cosa mas
singular. El Invierno es en el terreno baxo en los meses de Junio, hasta
Noviembre, que es en el que corresponde, por la carrera que lleva el Sol en
aquel tiempo en los Signos Septentrionales; pero que en este propio tiempo sea
Verano, cuya estacion es diametralmente opuesta en la parte alta, sin que medie
entre las dos mas distancia que la que hay desde el uno al otro por aquel
tránsito inclinado de las montañas por donde se vé, parece repugnante á la
conprehension, no menos que el que la naturaleza los distinguió tan por entero,
que no hubiese cosa en ellos que tubiese semejanza. Las nubes continuas y las
Garuas causan el Invierno en la parte baxa: las nubes con las llubias, nieves,
y granizos lo causan igualmente en la alta, sucediendo lo contrario en el
Verano; y asi es consiguiente, que quando abaxo el tiempo es claro, lo sea
arriba obscuro, y á este modo anden opuestas las estaciones.
La floxedad de los vientos Sures, y tal
vez la suspension de ellos, por intérvalos de algunos dias, causa la nube que
encubre el Sol en la costa y parte baxa; porque no habiendo viento que las
mueva, están los vapores humedos, que se lebantan de la tierra, parados. Esta
nube no se pone tan alta, como lo está la parte superior de la tierra,
deteniendose á una determinada elevacion. Los vientos Sures, que son los
continuos en aquellos Mares, llamandose asi aunque toquen algo del Sudoeste,
pierden la fuerza en la parte baxa de la athmósphera, manteniendola en la que
está mas alta; y corriendo por un espacio superior á las nubes, igualan con el
nivél de la tierra alta, y corren por ella sin embarazo. En este modo, no solo
no dán lugar á que se formen allí nubes, sino que siendo constantes las
disipan, haciendolas correr para la parte opuesta. Por el contrario, en el
Verano de la tierra baxa, los vientos corren con fuerza inmediatos á su
superficie, disipan las nubes y los dias son claros. Estos vientos no se
levantan entonces á toda la elevacion que necesitarian para bañar la alta, y
dominando entonces con variedad los de tierra, dán lugar á que se formen las
nubes, que se hagan densas, y que ocasionen llubias; pero como en la
rarefaccion que el ayre tiene allí, agregada á la abundancia de partículas
nitrosas, que por su sutileza se levantan hasta aquella altura, ocasionan el
frio, que es comun en todo tiempo: nace de ello, que lo que habia de ser agua
se congela unas veces en granizo, otras en nieve, y no pocas mezclado esto con
el agua. Los vientos Sures, en aquellas partes, son lo mismo que los Nortes en
el Emisferio Septentrional: limpian la athmósphera, son frios, porque corren de
las partes Meridionales, y el Sol se halla en aquella estacion en la mayor
distancia del Zenith: todas estas causas concurren para que se experimenten
hielos; siendolo tambien para que estando en la sombra se sienta frio, y
pasando al Sol calor: con los hielos se endurece la tierra, comprimiendose sus
poros: la reflexion del Sol debe ser mayor entonces, que quando sus rayos
hieren una superficie esponjosa; y á esto se debe atribuir, que el Sol de Puna
sea mas activo é insoportable que el de los territorios templados, ó cálidos en
donde todos los cuerpos están dilatados, y sus porosidades son mayores que en
el otro caso. Del mismo modo, los poros del cuerpo se hallan cerrados con el
frio: la actividad del Sol no encuentra disposicion para la transpiracion, y el
efecto del calor es mas sensible en las partes externas, que las quema, ó
achicharra, que los de temperamentos que son verdaderamente cálidos. Otra
particularidad tiene el Sol de Puna, y es, que aunque parece que abrasa, y
estando parados es inaguantable, no causa sudor, ni es suficiente para ello el
que se agite el cuerpo; regularmente la causa es por la frialdad que conserva
el ayre, la qual comprime los poros, no dandoles lugar á que transpiren con
facilidad; de suerte, que de una parte se siente el calor por la reflexion de
los rayos del Sol, por otra el frio, que es natural en la ligereza de aquella
athmósphera; y en esta contrariedad de climas, á un mismo tiempo padece la
naturaleza, y sobrevienen las incomodidades que quedan dichas, pues si pudiese
desahogarse descansaria, asi como sucede en los temperamentos cálidos.
Sin otra causa mas que los vientos Sures,
y la forma en que reynan, parece estár explicada la de las estaciones
encontradas en aquellos parages, y la de los Inviernos frios en la mediainía de
la Zona Torrida, entre la Equinocial, y el Tropico de Capricornio, contra lo
que debia suceder si solo se atendiese á la proximidad del Sol, pero su
influencia se modera con las otras causas, y en donde el calor debia ser
continuo es moderado, respecto del que hay en otros parages. La diferiencia de
alturas, y el abrigo de las aberturas, ó quebradas son causa, aun allí mismo,
para la variedad en los climas; bien que las estaciones no son encontradas,
como sucede respecto del País baxo.
El temperamento de la Luisiana, en el
Verano, es mucho mas cálido, sin comparacion, que el del territorio baxo del
Perú, y que el de las profundidades del alto; y no obstante este mas calor, la
Caña de Azucar prevalece en él con dificultad, quando en estos otros se cria
regularmente: la causa de ello es, que en los meses de Verano, en la Luisiana,
no tiene todo el tiempo que necesita para completar el periodo de la
vegetacion, interrumpiendola los frios y hielos alternados del Invierno. En el
otro País no sufre estas alteraciones, porque la desigualdad del temperamento
entre el Invierno y Verano no es grande, y necesitando allí el término de tres
años para ponerse en estado de madurez, no le perjudica el temperamento de los
del Invierno que intervienen: lo que en la Luisiana no puede ser, mediante que
entre dos Veranos median hielos que la secan y detienen el curso de la
vegetacion, siendo preciso que crezca y tome madurez en el tiempo que dura el
Verano.
Por medios opuestos sigue la naturaleza
cierto régimen de semejanza, y parece conformarse unos climas con otros, aunque
estén muy apartados. En la Luisiana alternan en el Invierno dias de tanto calor,
que pudieran tomarse por Verano de otras partes; pero en el Verano no alternan
dias de hielo, y los tiempos, segun queda dicho, están en continua variacion de
frio y calor. En el Verano de la parte alta del Perú sucede lo propio. Los dias
de hielo, que son los de Verano, están interrumpidos con otros de Invierno, al
modo de aquel País, porque suspendiendose la fuerza de aquellos, siguen
inmediatamente las llubias, nieves, y granizos, que son señales de Invierno, y
el temperamento se halla igualmente en la misma agitada alternacion que la que
tiene allá. Lo que esto tiene de particular no es la cesacion de un
temperamento, para que le suceda otro mas moderado en su especie, sino el
exceso de pasar repentinamente del uno al otro en extremos opuestos.
El Verano de la parte alta del Perú dá la
ultima sazon á los frutos, pero si se adelanta los pierde enteramente. Puestos
en sazon, durante el Invierno, con las llubias y la moderacion del frio, luego
que empiezan los hielos, desde el primero se agostan, y al tercero están
enteramente secos, haciendo el hielo y el Sol de Puna lo que habia de resultar
solo del calor del Sol: de esto nace, que quando sobrevienen los hielos, antes
que hayan tomado toda la madurez que conviene, se secan fuera de tiempo, y quedan
sin sustancia. Los efectos del hielo son mas prontos que los del Sol, porque en
el término de uno, ó dos dias hacen con las mieses lo que el Sol por grados en
el discurso de muchos.
En las profundidades no son los hielos
los que perfeccionan las cosechas, porque aunque alcanzan algunos, segun queda
explicado, no son fuertes, ni continuos; pero quando empieza la estacion de
ellos en lo mas alto, siendo los dias claros está el Sol descubierto, y
calienta lo bastante para que se perfeccionen, y por esto su total maduréz la
tienen del calor del Sol. De este modo se vé alli el raro fenómeno de que en
una parte se hace por efecto del frio, lo que en otra procede del calor, siendo
en todas á un mismo tiempo.
Los efectos del hielo y de la sutileza
del ayre son tan sensibles, que se perciben igualmente en los cuerpos y en los
metales. Los ayres son secos y sutiles, estos causan tal aridéz que las partes
delicadas del cutis se rajan, y particularmente los labios, poniendose
doloridos, y brotan sangre: las manos se ponen asperas y escamosas, y en las
articulaciones de los dedos, por la parte superior de ellos, son las escamas
mas gruesas que en el resto, tomando un color renegrido, que permanece, sin que
el lavarse de continuo lo quite: á esto llaman Chuño, que es palabra de la
Lengua de los Indios, y significa cosa arrugada y curtida con el frio.
Observase en los metales la penetracion del hielo en aquella athmósphera, y lo
manifiestan las campanas, que generalmente se rajan, sin que las liberte de
este mal la precaucion de darles mas grosór que el que se acostumbra de
ordinario. Esta, que no se vé tan comun como alli en otras partes donde hay
hielos mas fuertes, prueba que concurre á ello á demás la sutileza del ayre, ó
su menos densidad.
La frialdad del clima en el Verano
precave alli de corrupcion, siendo de tal modo, que los pescados que se cogen
en el Mar de 50, ó 60 leguas, se llevan y se comen tan frescos y buenos, como
si se estuviese en la misma orilla de él. No solo se usa de ellos quando llegan,
despues de haber hecho viage largo, sino que se guardan el tiempo que se
quiere, y se encuentran siempre en aquel mismo estado que tuvieron al
principio. Para esto tienen la precaucion de hacer las pescas de parte de
tarde, y luego que llegan con él á las Playas lo abren para sacarle las tripas,
y puesto en las banastas caminan por el País baxo la primer noche, de modo que
al amanecer hayan llegado á las primeras alturas de la Puna: estando allí no
tienen peligro de que se dañe, porque recibiendo la primer helada del nuevo
temperamento, queda asegurado para conservarse todo el tiempo que se quiere. El
pescado en esta forma está endurecido; quando se quiere usar de él se pone en
agua por espacio de media hora, lo qual se hace para que se deshiele, y buelva
á su estado natural, en cuyo modo buelve á que dár como si se acabase de sacar
del Mar. La diligencia de deshelarlo es tan precisa, que sin ella no se le
puede separar la escama, ni cuece, quedando siempre duro y empedernido; pero
puesto en agua fria, que es la del tiempo, se liquidan las partes que están
coaguladas, y queda flexible y docil: en agua tibia, ó caliente no se deshiela
como en la del tiempo. Lo mismo que con el pescado sucede con las carnes y las
frutas: las primeras duran quanto se tarda en consumirlas, sin que disminuyan
su bondad: las segundas se conducen de las profundidades, ó de otros
territorios baxos, que llaman calientes, y con el beneficio del hielo se
mantienen sin sobrevenirles corrupcion. Lograse la ventaja de que no habiendo
en las partes altas fruta alguna, se consiguen las mejores, porque todas ellas
están heladas naturalmente. Era el Invierno no disfrutan de esta comodidad
aquellos Países, embarazandolo la abundancia de las llubias, que son
frequentes, como queda dicho.
Aunque en el Invierno es aquel País tan
llubioso, que son raros los dias en que no suceda, es el ayre seco en todos
tiempos: suelen las paredes de las casas estár manando agua, que se introduce
por las porosidades de los materiales, y los suelos estár humedos durante el
tiempo de las llubias, sin que por esto se reconozcan los efectos de ella, ni
en la salud, ni en los metales, que uno y otro se conservan sin alteracion. Al
contrario sucede en el territorio baxo: las llubias son cortisimas, pues
consisten en aquellas menudas que no llegan á formar gotas sensibles, y sin
embargo es el ayre humedo con exceso, no pudiendose conservar las cosas de
hierro, ó acero sin que desde luego los entre el moho, á cuyo respecto sucede
con las demás. Los Países calidos son por lo general llobiosos, y se
experimentan todos los accidentes de ello. Esta diferiencia que hay con el
territorio alto no puede proceder de otro principio, que de la diferente
densidad de la athmósphera, que en donde lo es mas, tiene disposcion para contraher
las particulas menudisimas del agua, y al contrario no las admite en donde es
mas ligero. Esto procede de no tener bastante cuerpo para mantener las
fluctuantes, y asi sucede que se precipitan convertidas en llubias, dexando el
ayre libre de ellas. Asi como el calor del Sol en aquellas elevaciones se
siente de distinto modo que en los Países baxos, el frio se hace sensible de
otra suerte que en los climas que naturalmente lo son, por la obliquidad de los
rayos del Sol. Luego que se sube del País baxo, siente el cuerpo un desconsuelo
tan extraordinario, que es mayor que el frio: ningun abrigo es suficiente para
moderarlo; el calor del fuego no lo corrige, ni el abrigo de la cama mas bien
preparada y mejor mullida basta para mitigarlo. Esto, que dura algunos dias,
hasta que la naturaleza se acostumbra, molesta aun mas en la noche que en el
dia; y los efectos de la frialdad, sin embargo de los abrigos exteriores y de
las precauciones que se toman, se hace sentir en lo interior del cuerpo á
semejanza del frio, que precede en las calenturas tercianarias. La razon de
ello puede ser la mudanza repentina de un clima templado á otro frio; y no
habiendo tenido en tan breve tiempo el suficiente para que los poros se
compriman en la correspondencia que conviene, las partículas frígidas se
introducen con libertad, y hieren las fíbras delicadas de los nervios, causando
una sensacion extraordinaria, que ocasiona la displicencia del cuerpo; y por
esta causa ni basta el abrigo, ni el calór, ni la agitacion para evitarlo. Esta
incomodidad dura 20, ó 30 dias, hasta que poco á poco se disminuye, y la
naturaleza se habitúa al clima. La misma novedad en los principios buelve en lo
succesivo por el lado opuesto. Acostumbrada la naturaleza á aquel temperamento,
no se le hace despues tan sensible el frio, como sucede en las partes donde
entre el Verano y el Invierno hay muchos grados de diferiencia. Las casas
tienen poquisimas precauciones. En el vestuario, aunque regularmente se trahe
el de Invierno, no es con la duplicacion que parece pedirlo la destemplanza del
ayre. No se usa de fuego para calentarse, y á este respecto se vive como si se
estuviera en una Primavera, sin faltar aquellas señales que convencen lo
contrario en el chuño de las manos, en las aberturas de los labios, y la aridéz
del cutis, verificandose en ello la disposicion que tiene la naturaleza para
acomodarse sin molestia á los distintos temples quando son continuos.
Por lo que queda explicado debe
entenderse variar aquellos temperamentos á proporcion de la mayor elevacion en
que se hallan, ó de la profundidad en que están, y que en esta parte se
diferiencia la tierra alta de las restantes, pues las reglas, que son comunes,
se vén totalmente variadas en tanto grado, que las estaciones, los tiempos, y
los efectos son diversos: allí es Invierno, quando correspondia ser Verano:
reinan los vientos contrarios á los del País baxo: llueve mucho, y es el ayre
seco: hiela, y entonces es quando se maduran las mieses, ó á lo menos toman el
ultimo grado de perfeccion, aunque son pocas las especies que pueden
prevalecer: y ultimamente, el frio y el calor se sienten de distinto modo que
en las demás partes, el uno abrasando, y el otro obrando en lo mas interior del
cuerpo.
Las personas que no están habituadas á
traficar por allí, además de la novedad que experimentan en los primeros dias
de frio, están expuestas á otra mas molesta y extraordinaria; esto es, el Maréo
de la Puna, siendo raros los que se libertan de él. Consiste en un mal tan
incómodo y penoso como el del Mar, guardando el orden de los accidentes que son
comunes en aquel. La cabeza se desvanece, y se acalora con fuertisimos dolores:
á esto acompañan nauséas y fatigas, que producen vómitos viliosos, el cuerpo
descaece y siente la falta de fuerzas, que es regular, y tambien suele acarrear
calentura: el alivio que hay en ello es el vómito; pero algunos llegan á
ponerse tan abatidos, que dieran cuidado, sino se tubiese certeza de que todo
el mal no es otra cosa que Maréo. Dura esta incomodidad uno, ó dos dias, y despues
quedan buenos. No es en todos igual; segun la disposicion de las personas es
mas, ó menos grave, pero es raro el que no lo padece. Despues de haberlo pasado
una vez no es regular que repita quando se buelve á transitar por Puna, yendo á
ella del País baxo, ó de otras partes, cuyo temperamento, es cálido. Este
accidente no puede atribuirse al frio, porque si solo fuese esta la causa,
sería comun en todos los parages donde lo hace, y es preciso que proceda de la
qualidad del ayre, bien sea por su ligereza, ó por otra que no está bien
conocida. En el territorio alto de la parte de Quito, que no lo es menos que el
de la parte del Perú, no se reconoce tal mal, siendo distinto de el de en
Paramarse, ó á lo menos no se experimentó quando se hicieron las Observaciones,
y por esto no se trata de él; pero en la parte que conduce á aquellas otras es
general, observandose tambien que las personas que son propensas á él en el
Mar, lo son en las Punas, y al contrario no lo padecen las que allí no lo han
experimentado, bien que nunca dexan de tener novedad. En las altas montañas de
la Europa, y en las de las otras partes de la sierra, no dexa de sentirse algo
que se parece á esto, particularmente por las personas delicadas; pero no son
los efectos tan sensibles y graves, ni tan generales como allá, procediendo en
estas partes de la rarefaccion del ayre y el frio que se experimenta en las
alturas, cuyas dos circunstancias es preciso que causen algunas alteraciones.
Otro accidente se observa con los
animales en aquel clima, y es, que quando suben de las planicies á los cerros,
ó Punas, como del parage en donde se halla alguna Poblacion, á los que le
circundan, es tanto lo que se les comprime la respiracion, que sin embargo de
hacer varias pausas para que tomen aliento, suelen de repente caerse, y quedar
muertas. Las gentes de allí llaman á esto pasarles la veta, pretendiendo que
generalmente por todas aquellas Serranías no faltan vetas de minerales de algun
metal, y que de ellos se exhalan, por las porosidades de la tierra, partículas
de Antimonio, de Azufre, de Arsénico y otros, atribuyendoles estos accidentes.
Semejante opinion tiene en su contra, que si fuese asi, los que ván montados en
las bestias experimentarían el mismo daño, y tambien aquellas quando están paradas;
pero no sucede esto, porque ni los unos, ni los otros reciben mal; y es de
creer, que la causa sea la sutileza del ayre, ayudada de algun otro cuerpo que
se halle esparcido en él, sin salir inmediatamente de los poros de la tierra.
Hay para ello tambien la circunstancia de no tener probabilidad que se
encierren minerales en lo interior de todas las alturas, ó montañas en donde
sucede esto, por no reconocerse señal exterior que lo indíque, y que para que
fuese asi, sería preciso que todo aquel terreno alto en muchos centenares de
leguas estuviese contaminado de ellos, sin que hubiese cerro, ó eminencia en
donde no se hallase alguna.
Hay tambien otra razon que se opone,
siendolo que, si los minerales causasen este accidente, sería comun en Europa en
los muchos parages que los hay, sin que por ser de plata, de azogue, ó de otro
metal dexase de suceder, pues se encuentran de todas especies. Mirada la
opinion por otro sentido, no es tampoco persuasible, porque aquellas gentes son
muy escasas de luces en estas materias, no teniendolas de la densidad, ó
ligereza del ayre, ni conociendo los efectos que de ello pueden seguirse, y
faltandoles estos principios mal pueden determinar la causa con certeza; y asi
lo executan en lo que está mas aparente á su comprehension, que es las Minas,
persuadiendose á ser tan comunes, que no se puede romper la tiera por alguna
parte en donde dexen de encontrarse. Sus conocimientos de phísica subterranea,
no obstante ser el exercicio de muchos las Minas, son tan escasos, que por lo
general carecen aun de los mas vulgares principios; y asi para ellos el ayre de
aquellas elevaciones, y el de la parte baxa es uno mismo en propiedades, sin
pasar de aqui: no conocen lo que es elasticidad, densidad, ni gravedad. Tambien
los racionales experimentan, quando son nuevamente entrados en aquellos climas,
algo, que tiene semejanza con lo que queda dicho de los animales, porque al
andar sienten una fatiga á modo de sofocacion que les molesta mucho,
obligandoles á hacer largas pausas, y esto sucede aunque sea por terreno llano,
para lo qual no hay otra causa que la sutileza del ayre; pero á proporcion que
los pulmones se ván habituando á aquella athmósphera, vá siendo menos, bien que
siempre que se intenta subir alguna cuesta se encuentra la dificultad, no
siendo posible practicarlo, como se hiciera en otra parte, en donde la
athmósphera tuviese la densidad regular.
Por la misma razon de ser el ayre ligero
es propicio para los Asmáticos, que contrahen la enfermedad en otra mas densa.
Conocen allá ésta por el nombre de Ahogos, y es bastante comun: por esto los
que la padecen en el País baxo procuran irse al alto, en donde, aunque no sanen
del todo, viven sin molestia. Por el contrario, los que la padecen en el País
alto se hallan bien pasando al baxo, y asi la mudanza de athmósphera de mas á
menos densa, y de menos á mas, es medicamento seguro para este genero de
achaque, cuya noticia podia ser util en la Medicina, embiando los enfermos de
unos parages á otros, aunque la diferiencia de altura no fuese tan considerable
como aquella.
Alguna cosa de esta dificultad en la
respiracion, se reconoce en los territorios altos de la Provincia de Quito,
pero no es tanto como en la otra parte, debiendose atribuir á la circunstancia
de estár la una en la Equinocial, ó muy cerca, y la otra no: de esto nace la
opinion comun, de que las Punas del Perú son mas rígidas y fuertes que las
otras; debiendose entender, que lo que se dice de las de Guancavelica es
general en todas las otras que corren ácia el Súr.
Para la mejor inteligencia, antes de
concluir este Entretenimiento, es conveniente advertir, que lo que llaman Puna
en el Perú, es lo mismo que Páramo en el Reyno de Quito, y que todo aquel País
frígido descampado, en donde no se habíta, ó no hay poblaciones, tienen el
propio nombre, bien que hay unas Punas mas altas que otras, segun se hallan mas
elevadas. De aqui proviene darles á los Soles fuertes la denominacion de Soles
de Puna, la misma que á los vientos frios, desapacibles, é incómodos.
Entretenimiento
VI
De las
Produciones vegetables de los varios territorios.
No es particular que en climas
diferentes, y donde los temperamentos son tan diversos, las producciones de la
tierra sean distintos entre sí. El calor y la humedad son los medios sensibles
de la vegetacion; y á proporcion que es mayor el grado de cada una de estas dos
causas, hallandose unidas, la vegetacion es mas pronta y vigorosa en aquellas
especies que lo requieren; y del mismo modo, otras que necesitan de menos calor,
y aun de algunos grados de frialdad prevalecen en donde la encuentran, sin que
se vean en los terrenos cálidos, ni en los parages que abundan de humedad: de
aqui nace, que tan favorable es para las unas el calor en grado excesivo, como
para las otras la frialdad mas, ó menos grande; entendiendose lo mismo de la
humedad, ó sequedad. Con todo esto es mas comun que los campos se vistan de
toda suerte de plantas en los climas cálidos y humedos, que en los frios; y son
muchas las especies que prevalecen en aquellos respecto de las pocas que visten
la tierra en estos otros, sucediendo que los unos son naturalmente frondosos, y
los otros se miran como áridos: en aquellos vé renovarse la naturaleza por
instantes, y en estos, aun quando quiere dár señales de su mayor vigor, se
registra desnuda la tierra, y que miseramente dá algunas señales de no ser del
todo estéril. Esta proporcion con los temperamentos es necesaria para la
variedad, que es la hermosura de la naturaleza, pues por su medio se vén
multiplicadas las especies en tanto grado, que se requiere mucho estudio y
aplicacion para conocerse las mas comunes.
La naturaleza liberal en todas sus
providencias distribuyó los dotes de su generosidad con proporcion á los
climas, á los territorios, y á las propiedades del ayre: hizo comunes entre
todos, ó en los mas, ciertas cosas, y reservó otras para distinguir con ellas
aquellos que le viniese mejor.
Entre la parte baxa del Perú, y la alta;
entre estas y las que están cerca de la Equinocial; y entre unas y otras, y las
que están debaxo del Trópico, se reconoce tanta diferiencia, que parece variada
la naturaleza, porque lo que se vé en la una, no se encuentra en las otras;
pero lo notable es, que en la Luisiana se hallan algunas cosas de las que son
comunes en la cercanía de la Equinocial, y otras diferentes de ellas é iguales
á las de Europa, no faltando tambien algunas que son estrañas de uno y otro
País. La parte baxa del Perú, que llaman Valles, y son llanadas dilatadisimas
en lo largo de Norte á Súr, producen de sí mismas muy poco, por ser territorio
de arena; pero ayudadas del ayre, y fecundadas con humedad, brota con vigor
aquellas plantas que son adequadas al clima; pero esto es solo en los sitios
por donde corre algun arroyo, ó rio, donde se vén arboles y cultura, como que
teniendo el grado de calor que se requiere, solo le falta el de la humedad, la
qual se le ministra por cequiones que se hacen, y de unos campos estériles se
disponen otros, cuya fertilidad no tiene que embidiar á los mas pingues. Allí
prevalecen el Maiz, las Batatas, que llaman Camotes, y en otras partes
Moniatos, Yucas, y muchas especies de simientes, granos, y raíces, como la Caña
de azucar, á cuyo simil crecen tambien arboles frutales de aquellas especies,
que son regulares allá. En esta clase entran los Chirimoyos, Aguacates, ó
Paltas, Guabas, ó Pacaes, Nísperos, Guayabos, Lucumos, Palmas, y Plátanos, con
otros que no dán frutas de exquisito gusto, como los Algarrobos, Guarangos,
Sapotes silvestres, y otros varios. Tambien prevalecen los frutales de Europa,
como Naranjos, Limones, Limas, Manzanas, Nogales, y Higueras; y de los de fruta
de hueso, Duraznos, Priscos, Melocotones, Ciruelas, y Olivos; pero entre unos y
otros no se vén Encinas, Alcornoques, ni Castaños, y si de estos hay algunos es
ácia las partes del Reyno de Chile, cuyo clima es totalmente igual al de
España, con las quatro Estaciones del año bien distinguidas.
Es necesario tambien hacer distincion de
la parte baxa con atencion, no á la mayor inmediacion de la Equinocial, sino á
los vientos que reynan. En aquel dilatado espacio, en donde los vientos Sures
son perpetuos, que es desde los 26, ó 27 grados al Súr de la Línea, hasta los 3
grados del propio lado donde está el Pueblo de Tumbes, prevalecen con mas, ó menos
abundancia las plantas, que quedan dichas, y además de ellas hay tambien las
Parras y Cepas de uvas; pero desde los 31/2 grados Súr hasta pasar la Línea, y
todo el ámbito que hay desde ella hasta el Trópico de Cáncer, abunda solo en
arboles silvestres y frutales, no prevaleciendo en plantas menores otras mas
que las que son propias de Países de mucho calor y humedad; y asi los Cedros de
distintas castas, los Caobos, los Ceibos, las Marias, los Evanos, Granadillos,
las Palmas de muchas especies, y otros diversos se encuentran tan tupidos, y
son tan corpulentos, que no pueden penetrar por entre ellos los rayos del Sol,
texiendolos una infinidad de vejucos mas, ó menos gruesos, y las plantas
pequeñas, con tanto enlace, que es dificil desembarazarse de su confusion. La
parte del País baxo, donde los vientos Sures son continuos, carece de llubias,
y aunque tiene el grado de calor que conviene á aquellos otros arboles, les
falta la correspondencia de humedad que es esencial para el brote de la
vegetacion. En los parages donde ésta se halla por la industria del riego, que
los cequiones distribuyen, sacandose de los rios, no dexan de prevalecer; pero
son arboles plantados expresamente, y no producidos por sí, y sin cuidado, como
sucede en los otros.
Desde la parte baxa hasta la alta, cuyos
temperamentos y el ayre son enteramente opuestos, se siente por grados la
diversidad de producciones. En las quebradas profundas, y en los parages menos
altos se produce con vigor la Caña de Azucar, no tanto con el beneficio del
riego, quanto por la abundancia de las llubias, y á este respecto los arboles y
frutas que crian son las de los climas de la parte baxa; pero como el grado de
densidad de la athmósphera no es el mismo que allá, quanto esta es mas ligera,
son las vegetaciones menos prontas, pero los frutos no son de inferior sazon.
En los parages que no son quebradas profundas, ni tampoco de los mas altos,
prevalecen especies que son regulares en Europa, y que requieren temple frio,
como el Trigo, la Cebada, y otras simientes; pero en arboles es muy escasa, no
hallandose allí los Pinos, Robles, Castaños, Encinos, Alcornoques, cuyas
especies son desconocidas, y solo de los Pinos se dice, que se encuentran en la
parte Meridional ácia el Reyno de Chile, no habiendolos en lo demás de la
Cordillera, desde la Equinocial, hasta los 23, ó 24 grados. Los Sauces son muy
comunes en aquellos temperamentos médios, y los Cedros no dexan de prevalecer
en ellos, aunque con lentitud.
Los parages elevados, que verdaderamente
son frios, crian tres especies de arboles particulares á ellos, estos son los
Quinuales, Especias, y Casis: todos indican en su estructura, y en el colorido
de las hojas la desapacibilidad del temperamento. Son los Quinuales, ó por otro
nombre Quisuales de regular altura y corpulencia, poblados de ramazon
competentemente, y como á la altura de dos varas se divide el tronco en
distintos brazos. La hoja es menuda y gruesa al modo de las Encinas, ó mas
propiamente al de las Carrascas: su color es opáco, de un verde obscuro
macilento: su corteza es particular en circunstancia del quantioso número de
capas de que se compone, con el que parece haber intentado la naturaleza
hacerle á el tronco otros tantos abrigos para defenderlo de la rigidéz de los
climas en donde prevalece: es está en el grosor de una pulgada poco mas,
compuesta de crecido número de capas, que estando pegadas entre sí se separan
con facilidad, y no es facil averiguarlas, pues habiendo contado mas de 150,
faltó la paciencia á vista de no haber llegado á la mitad. Estas capas son muy
delgadas, aun mas que el papel, lisas, suaves al tacto, y de un color que tira
á roxo claro. Al arrancar del tronco un pedazo de corteza empiezan á dividirse
de sí mismas; y debaxo de aquel pedazo, que parece ser el tronco, se saca otro
de innumerables capas, y mas delgadas, tersas, y jugosas que las exteriores. Al
fin de todas está el tronco, que es de una madera obscura, dura, compacta, y
pesada. El fruto es una especie de grano menudo en forma de racimos, del que no
se conoce uso alguno.
Se podría equivocar el arbol que llaman
Especia con el Quinual, mirado de repente, si su corteza no fuese enteramente
diversa. La de éste es del grueso de dos á tres líneas, bastante dura, y aunque
tiene algunas pequeñas grietas, en el total es unida, dura, y se halla tan
aderente al tronco, que no se dexa separar con facilidad. La hoja es algo mas
grande que la del otro, pero del mismo color; y la frutilla que dá es
igualmente mayor. La flor de estos arboles es al modo de los Olivos, pero de
color obscuro, de modo que es preciso mirarlos con cuidado para distinguirla de
la hoja.
En alturas mas elevadas, cuyo clima es
asimismo mas frio, se crian los Casis, cuyo arbol es menor que los
antecedentes, y á proporcion el tronco menos grueso: al simil de aquellos dá
muestras del rígido y continuado Invierno, á el que resiste con su dureza: la
madera es obscura, y la corteza delgada, y muy unida con el tronco: es de mucha
dureza y peso, y no teniendo nada de vidrioso, la prefieren para las obras que
se hacen en lo interior de las Minas. Fuera de estas tres especies de arboles
no se crian de otros por allí, lo qual conviene con lo que se ha dicho, de ser
escasa de producciones naturales.
Aun en las yerbas hay tambien notable
diferiencia. Desde que se sube á temperamento algo frio se empiezan á vér
Pajonales, que en nombre proprio son Ichales, porque á la paja que crece allí
se llama Icho, el de temperamento menos frio es mas largo que el de mayor
frialdad, y tambien mas espeso, y la hoja mas fuerte, pareciendose al Esparto,
del qual se diferiencia en ser mas endeble.
En la parte baxa la yerba comun es la
Grama, y no se encuentra entre ella Icho alguno; de modo que cada clase de
terreno tiene por yerba comun una distinta del otro. Además de estas, que son
las de abundancia, no faltan de otras várias especies, lo qual sucede en las
cercanías de los arroyos, ó rios, en las partes donde el frio reyna menos, y en
las quebradas. El Trevol es entre todas de las mas comunes en aquellos parages donde
no prevalece el Icho.
En los lugares donde el frio no es de lo
mas excesivo, hay una planta que brota un bástago como de una vara, ó vara y
media de alto, y al fin de él hace como un penacho: el grueso de éste bástago
es como pulgada y media de diametro: introducense en él ciertos gusanos, como
de dos pulgadas de largo, y grueso algo menos que el dedo pequeño. Quando el
bástago se pone seco, los gusanos están en su mayor vigor, y son de un color
ceniciento. Estos comidos tienen la propiedad de hacer venir leche á las
mugeres, aunque no estén en positura de tenerla. El modo de usarlos es cocidos,
ó fritos; no tienen gusto fastidioso, ni malo, consistiendo su carne en una
crasitud, al modo de tocino. Es experiencia hecha varias veces, no de casualidad,
sino con intento determinado, y nunca han faltado los efectos. Esto se hará
repugnante por no ser comun, pero allá es tan corriente que en pidiendo gusanos
para la leche, luego los trahen en sus bástagos, que son al modo de cañas, y
usan de ellos las mugeres que los necesitan para facilitarsela, ó hacer que
abunde. Igual virtud tiene la yerba llamada Nuñu-quechua. El nombre Nuñu
significa los Pechos, y de él deriva el de el Ama que dá de mamar. Otra Planta hay de una rara virtud para
curar y cicatrizar toda suerte de llagas; llamanla Yerba de mataduras, en la
lengua de los Indios Huallhua, por ser con la que curan las de las bestias: es
tan eficáz, que en cortos dias las pone buenas; y el modo de aplicarla es
molida, aplicando sus polvos sobre la parte que se halla mala, sea llaga,
herida grande, ó pequeña; y lo que hacen los ingredientes, de que usa la
Cirugía en mucho tiempo, facilita ésta sin auxilio de preparacion, ni de otros
simples, y con la ventaja de la brevedad.
Si no son muchas las especies en plantas
grandes y pequeñas de aquel País, tienen la excelencia de hallarse en ellas
alguna virtud buena; al contrario de lo que sucede en los territorios de climas
calientes. La Cascarilla, ó Quina es de temperamento frio, perteneciente al territorio
alto, y no es en el de Loxa en donde unicamente se cria, participando de esta
véntaja otros muchos: sus virtudes son bien conocidas y apreciadas, á
correspondencia del beneficio que por su medio consigue la salud. En los
temperamentos calientes de la Zona Torrida hay incomparablemente mas fecundidad
en especies, y mas hermosura en los Arboles; pero entre los muchos buenos, y de
maderas exquisitas no faltan algunos que sean nocivos, como sucede con el
Manzanillo, que es bien comun, cuya sombra hincha á los que se acogen á ella
contra los fuertes calores que alli reynan. El Guao, ó Guau es una planta en
forma de Arbusto, cuya malignidad parece no le dexa levantarse al igual de los
otros. Su veneno es tan pronto, que solo con el contacto hace hinchar la parte
del cuerpo en donde toca, y la indispone de tal suerte, que necesita de alguna
curacion para restituirse á su ser. Esta mala calidad de las plantas no quita
que en la muchedumbre haya algunas con virtudes particulares, pues vemos que,
aun las que son venenosas, se aplican con conocimiento y buen éxito á ciertas
enfermedades. Entre las de la Isla de Cuba hay con particularidad una, que
merecia ser mas conocida de lo que está. Esta es el Arbol que llaman Ocuge, el
qual destila una resina tan adecuada para las relajaciones, que las suelda
enteramente. Aseguran las gentes de allí, con el fundamento de la experiencia,
que es de tanta actividad, que puesto el parche de ella en donde encuentre
articulacion, la une y consolída, quitandole totalmente el movimiento; y por
esto es necesario, al tiempo de ponerla, cuidar de que no se extienda á parte
donde pueda resultar daño. Dicen tambien que su virtud es igual para
relajaciones antiguas, como para las recientes, y lo propio en las personas de
mayor edad, que en los jobenes.
No basta la resina sola para esta
curacion, pues es sola una parte del medicamento; y para que sea completo, se
le agregan los polvos de Mates, que se ponen sobre ella despues de hecho el
parche. Estos Mates, son unas pepitas del tamaño de avellanas, pero chatas de
los dos lados, duras, tersas, de un color rojo, hermoso, y por el uno de los
dos lomos tiene una raya negra: los produce un arbusto pequeño, y los Montes se
hallan llenos de ellos, siendo tan comunes, que sirven para el entretenimiento
de los muchachos. Convendria el uso de este medicamento, siendo lastimoso que
no se difunda su conocimiento como importante, contra un genero de accidente,
que inhabilíta á muchas personas, poniendo en riesgo sus vidas, sin libertarse
de tal peligro las de la mayor gerarquía.
Entre las muchedumbres de plantas que dá
aquel clima cálido y humedo se singulariza una, que es de la especie de los
Solanos, conocida por el nombre de Fraylecillo, cuyas hojas sirven de purgante
eficáz, sin causar incomodidades á la naturaleza: es tambien Emética; y sobre
el modo de operar hay en aquellas partes la vulgaridad, de que segun el modo
con que se arrancan las hojas, asi opéran; si se desgajan, tirandolas ácia
abaxo, pretenden que obre por la cámara, precipitando los humores que disuelve;
y si es tirandolas ácia arriba, por el bomito. La tienen por eficáz
desostruyente, y la atribuyen además la propiedad de ser buena para la
fecundidad en la mugeres estériles, sobre cuya virtud se refieren algunos
casos. Dicen los que la han usado por purgante, que no pide resguardarse el dia
que se usa de ella, como se practíca con otras medicinas, y que el efecto que
causa es grande. El modo es, cocidas dos ó tres hojas, beberla, ó comer las
mismas hojas, ó echarlas en almivar al modo de conserva, ó tambien tomada en
polvos. Despues de seca, es tarda en operar, y por esto la toman de parte de
noche, para experimentar los efectos en el siguiente dia. Dá una frutilla del
tamaño de una avellana, con tres divisiones, en las quales contiene otras
tantas almendras largas redondas, formando arriba como una coronita; siendo de
aqui de donde toma el nombre de Fraylecillo. Asimismo es comun fuera de aquella
Isla en los demás Países calientes de aquellas partes.
Los Piñoncillos, cuya planta es tambien
muy comun en los climas cálidos, sirven de purgante eficáz; pero estos son
demasiado activos, y suelen ocasionar malas resultas.
Los campos de aquella Isla en muchas
partes, y con particularidad los que están ácia la Habana, abundan naturalmente
en la yerba de Añil; pero las gentes de allí no la aprovechan, sin faltarles el
conocimiento de su utilidad, pues tienen el exemplar de haber enriquecido á
cierto Estrangero, que se estableció en aquella Ciudad, el qual con mas
aplicacion que los Naturales estableció una manufactura, donde no tenía dueño,
y era silvestre, y haciendola cortar de los campos le fructificó sobresalientes
utilidades. Este Añil es de mejor calidad que el que dá la Luisiana, sin
embargo del cuidado con que se siembra y cultiva. En aquel clima dá tres
cortes, que se hacen en el Verano: la silvestre de la Habana se siembra en el
tiempo caloroso, y se reproduce en el de las lluvias.
La Calaguala, y la Canchalagua, mas
conocidas yá por sus virtudes en Europa que ahora veinte años, son producciones
de aquellos inhabitables pinaculos de la cordillera, donde la nieve raras veces
en el año dexa descubrir la tierra. Hay otra yerva llamada Culén, que crece en
las alturas del Reyno de Chile, cuyas virtudes no son menos recomendables que
las anteriores. Esta es una planta de hojas piqueteadas, al modo de las del
Peregíl, de un color verde obscuro: sus virtudes son tan generales, que la
aplícan con buen éxito á diversás indisposiciones: es estomacál sudorífica,
pero con particularidad es muy favorable para las dolencias ordinarias de las
mugeres; siendo tal su eficacia, que las que padecen retenciones periódicas,
flatos, y otros accidentes histéricos, curan felizmente, y por esto allí hacen
mucho caso de ella.
Ha hecho notable pérdida la Botánica en
la retardacion del regreso á Europa del Profesor de la Real Academia de las
Ciencias de París Don Joseph de Jusieu, que en el año de 1735 pasó, en compañia
de los Academicos de ambas Naciones, con el cargo de examinar las Plantas
particulares de aquella parte del Mundo; pues hubiera podido ilustrar la
Historia Natural, con noticias muy nuevas y útiles, habiendose esmerado con la
mayor aplicacion y penalidad en correr de un cabo al otro el Perú en sus
dilatadas distancias; pero un conjunto de accidentes imprevistas malograron las
esperanzas, que debian fundarse en su sobresaliente aptitud y diligencia; pues
habiendo determinado, con el deseo de acrecentar sus observaciones, y el motivo
de las Guerras que sobrevinieron desde los años de 1740 en adelante con la
Inglaterra, pasar de Lima, donde se hallaba, á Buenos-Ayres, para de allí
transferirse al Brasíl, y hacer su buelta á Europa baxo de vandera segura:
hecho yá la mayor parte del viage, le sobrevino, que un sirviente que le habia
asistido mucho tiempo, y de quien tenia confianza, por robarle el dinero, y las
cosas de algun valor que llevaba; aprovechando la ocasion mas oportuna, se le
desapareció con la Petaca, que contenia el principal tesóro de su trabajo,
consistiendo en los Herbarios que habia formado, y los Quadernos de las
descripciones de Plantas y otras cosas que tenía observadas: y aunque desde
luego se dieron eficaces providencias por los Governadores y Jueces para
descubrirlo, no se pudo encontrar luz de él, dexandose inferir, que tomaría el
camino para alguna parte del Brasíl. Viendose despojado del fruto de sus
taréas, y que era vergonzoso venirse á Europa sin las noticias que se
esperaban, que su naturaleza se hallaba cansada, y no estaba capáz de bolver á
emprender el trabajo que habia hecho antes para formar nuevas relaciones de
Historia Natural, resolvió retroceder á Lima, donde se mantuvo haciendo vida
privada, entregado á la lectura y examen de algunas Plantas que se le
proporcionó; pero al tiempo de estarse escribiendo esta Obra se supo haberse
regresado por la Habana, y que habia llegado á Madrid, con lo qual debe
esperarse que hará publicar las noticias y observaciones que pudo practicar en
el tiempo que se demoró.
La Coca es planta muy comun en los territorios
altos de aquella parte: el modo de usarla es con la tierra llamada Toccra, ó
Llipta, que es una pasta que componen á manera de bollos de chocolate, aunque
algo mayores, y del mismo color: estos son preparados con las cenizas de la
mazorca del Maiz sin granos, y la de algunas otras plantas silvestres,
abundantes de sales, lo qual amasan junto, y queda dura quando está seco. Las
Coqueras, que son por lo regular Indias, ministran graciosamente este
ingrediente en proporcionada cantidad á los que se la compran, como que sin él
le falta la mejor sazon á la yerba. El aprecio que los Indios hacen de ella es
extremoso, y no trabajarian con gusto si los faltase: antes de dár principio se
sientan á prepararla, á lo que llaman Acullicar, y poniendose en la boca una
buena porcion, con un pedacito de la Toccra, la ván humedeciendo y reduciendo á
una pelota: quando la tienen bien amasada, la sacan y ponen en la bolsa, ó
saquillo en donde guardan la Coca, y tomando otra porcion hacen con ella lo que
con la primera: esto lo repiten hasta tener 5, ó 6 bolas, que son las que
consumen en 2, ó 3 horas de trabajo. Luego que se les acaban buelven á
Acullicar para seguir adelante con la obra: cada bola la mantienen en la boca
todo el tiempo que sienten el gusto áspero y fuerte de la hoja; y quando le
falta la arrojan, y toman otra. Usan de unas bolsas hechas del pellejo entero
de algun animal pequeño, como de Zorrillo, ú otro equivalente, y en este trahen
la Coca y la Toccra pendiente de la cintura, al modo que en Europa los que usan
del tabaco, trahen el de polvo en caxas, y el de humo en bolsas proporcionadas
para él.
Es muy comun allí la yerba que llaman
Hedionda, cuyo nombre dice bien con su propiedad, porque el olor que despide
tocandola, ó moviendola es muy fastidioso é incómodo: es una de las muchas
especies de Solano que hay; y esta de que se trata crece en arbusto bastante
grande. Usan de ella para vários medicamentos; y en la Luisiana, donde tambien
es muy comun, para matar las Lombrices, siendo eficaz para ello. Esta no
prevalece en los temperamentos mas frios, pero sí en los que son moderados y
cálidos, y asi viene á ser comun en ambos.
Parece, por lo que la experiencia enseña
allá, que el Ajo es natural del temperamento frio: en aquellos parages altos no
se cultíva, y es una de las yerbas nocivas que inficionan las tierras, porque
en las que empiezan á nacer propagan tanto, que se inutilizan para producir
otras cosas: aun la vecindad es incómoda por el olor fuerte que exalan; asi
este genero no cuesta allí mas que el trabajo de cogerle.
La naturaleza tiene reservadas sus
prerrogativas para distribuirlas en distintos Países, y no á todos los hace
igualmente participes de unas propias cosas. Los de la Luisiana, ácia la parte
de su medianía, son abundantes de Viñas naturales, y crecen con tanta lozanía y
perfeccion, como si se hubiesen plantado á mano, y estuviesen cultivadas. En
este modo se reconocen en el territorio que média entre los Opelusas y los
Natchitochas, cuya distancia es de 40 leguas. Las Viñas forman á modo de cepas,
estendiendo los sarmientos con sobresaliente vigor. En principio de Mayo se
hallaban cargadas de racimos de uba en algo mas que esquilmo, y señales de dár
buen fruto, y abundante; pero no llega á madurar, porque la muchedumbre de
Venados, Gamos, y Osos que hay en aquellas partes las consumen antes de tomar
sazon.
Las plantas de Fresas son igualmente
naturales en aquel territorio, y el fruto es tan bueno como el que se coge en
los jardines, dandole la cultura regular. En el Reyno de Chile, en las Campañas
de la Concepcion, que están en poca mas altura Meridional que los campos
expresados de la Luisiana, son igualmente naturales estas dos plantas,
hallandose esparcidas por ellas en la misma forma que allá. En esto se vé la igualdad
que tienen los dos Países, sin embargo de la mucha distancia que média entre
ambos; pero no se vén en el territorio de la parte alta del Perú, donde reyna
el temperamento frio, ni en la que goza mas templado, sin exceder en estos dos
extremos: debiendose colegir de ello, que estas plantas no solamente necesitan
de un grado de calor moderado, que alterne con el frio del Invierno, y lo mas
cálido del Verano, sino una athmosphera proporcionada, cuyo ayre no sea tan
sutil y ligero como el que reyna allí.
Los campos de la Luisiana son muy
fértiles y abundantes de plantas: circunstancia que debe experimentarse en
ellos, porque el clima les favorece, y las alternaciones de llubias y Soles los
fecundízan. Son asimismo virgenes, no habiendo tenido cultura alguna, y con
esta circunstancia crian lozanamente aquellas plantas, que son proprias de
ellos.
El Zarzafrás es arbol muy comun, y de
aquellos que contribuyen á hacer espesos é impenetrables los bosques. El
Capiler, que vulgarmente llamamos Culantrillo, se produce abundantemente ácia
las partes altas del Misisipi, por los Ilinoeses, y mas ácia el Norte, y el de
allí es estimado con particularidad por la eficácia de sus virtudes.
En las partes mas al Norte de la
Luisiana, ácia lo interior del Rio Misuri, que vá á confinar con Santa Fé, en
el Reyno de Nueva España, y por el Norte de esta Provincia, se halla la planta
llamada por los antiguos Mandragora, de la qual hablan bastante los
Historiadores de aquellos tiempos, haciendolo con particular estimacion. De
ésta, dicen los Tratantes de la misma Luisiana, que son los que se introducen
por aquellos parages, observarse en ella, no solo la semejanza que tiene á la
figura humana, sino que se distinguen los dos sexos; y aunque conducen algunos
trozos, no se percibe por ellos la semejanza que pretenden atribuirle. Hay
Autores que aseguran haberla en el Canadá, lo que no tiene dificultad, porque
los dos parages se dán la mano uno con otro; y de haberla en alguno de ellos,
es regular que participe el que se halla contiguo. En la Provincia de Pequin,
en la China, las hay, bien que, segun la opinion mas acertada, no es allí donde
se cria, llevandose de la Tartária. Llamanla los Chinos Ginseng, aludiendo á la
figura de hombre que tiene, y los Tártaros Orbota, que significa la primera de
las plantas, dandole este nombre por razon de las excelencias de sus virtudes.
Son tantas y tan particulares las que se le atribuyen, que se mira entre ellos
con el mayor aprecio. Las principales consisten en restablecer los espiritus
vitales, y vigorizar las fuerzas quando se hallan desfallecidas por alguna
fatiga del cuerpo; y entre otras muchas que se le apropian, dicen que prolonga
la vida en los ancianos, y la renueva en los que padecen achaques. Sin embargo
de ser cara en donde se coge, por venderse á peso de plata, no lo es tanto como
corresponde á las grandes virtudes que se refieren. El primer descubrimiento
que se hizo de ella en la Luisiana, fue en el año de 1768. Aunque no se dé
crédito á todo lo que ponderan las relaciones Chinas, y las que hacen los
Tártaros, sería muy digna de que se mandasen recoger algunas porciones para
hacer experimentos en la Medicina, pues con una parte que se verificase, de lo
que se relaciona, sería bastante para deberla estimar entre las cosas mas
preciosas.
Lo que falta de frondosidad á los
territorios de la parte alta del Perú, tiene de abundancia la Luisiana en
Arboles de muchas especies: la tierra está tan cercada de ellos, que la hacen
impenetrable: son de una elevacion muy alta, y en todo lo que corre aquel Rio
no se descubre espacio que no esté pobladisimo de ellos, y por bastante
distancia ácia lo interior. Como esto sucede en las orillas de los rios, y sus
inmediaciones, y son tantos los que corren por aquellos dilatados Países, dando
el caudal de las aguas al Misisipi, se propagan á correspondiencia los bosques,
y solo algo retirados de los rios es donde las tierras parecen descubiertas,
formando praderías dilatadas.
Los Arboles mas comunes son los que
llaman Siples, cuya madera es muy semejante á la del Pino del Norte, y por lo
tanto la aplican á hacer tablazon y viguería, el Laurél, el Roble, el Alamo, el
Sáuce y el Pino, siendo varias las especies en que se divide cada una de estas.
Otras dos especies de Arboles se encuentran allí, que parecen ser particulares
de aquel País: la una de estas llaman Pacanos, que es un genero de Nogál de mas
corpulencia que ellos, pero en madera y hoja muy semejante: El fruto es en el
gusto parecido al de la Nuez, mas delicado y fino, con menos partes aceytosas:
en la figura es diferente, y se parece á los Dátiles, siendo en el tamaño quasi
el mismo, ó poco menor; la cáscara es muy delgada y lisa, sin las
escabrosidades que tiene la Nuez. El otro es el Arbol de Cera; éste es mediano,
acopado, y dá una semilla en forma de racimos, que es con la que se hace la
Cera. El modo es, quando tiene la maduréz regular, hervirla en agua, con la
qual se extrahe una parte grasosa, que recogida, se coagúla, y es la Cera; su
color es verdoso obscuro, y la luz que hace tira á este, no siendo tan clara y
viva como la de Cera de Abejas, ó la de Esperma, de que se fabríca mucha en la
Nueva Inglaterra. Le dán el nombre de Cera por la consistencia que toma, sin
derretirse, ni ablandarse con calor moderado, como sucede con el sebo;
propiamente no es Cera, sino una materia oleosa crasa, que toma consistencia, y
forma cuerpo duro, diferenciandose en esto de los otros aceytes de que abundan
ciertas semillas, como la del Lino, la del Cañamo, del Navo, del Colsac, y
otras distintas. Suelen beneficiar esta Cera, extrayendo de ella con repeticion
de evoluciones las partes mas impuras, con lo qual pierde el color verdoso en
mucha parte, pero siempre conserva algun viso, que no dexa equivocacion de ser
materia vegetal.
Los Arboles del Misisipi en la vigorosa
frondosidad que manifiestan, al igual que se vén vestidos de hojas, se
reconocen poblados de una produccion, ó planta estraña, que en la estacion del
Estío, quando se despojan de aquella, queda mas visible, y los aféa, representandolos
como viejos y en el ultimo estado de decadencia. Esta planta, que allí conocen
por el nombre de Barba-Española, se compone de un conjunto de filamentos
delgados de color ceniciento obscuro, y dividida en multitud de ramificaciones
flexibles parece como una maraña de hilos que cuelgan de las ramas en tanta
abundancia que lo pueblan por todas partes: quando se hallan vestidos de la
hoja, y adornados con el verdor de ésta, no se percibe tanto; pero luego que
con el Estío se despojan de ella, se vén las ramazones, y hasta el tronco
desfiguradas con ellos, manifestando tristeza. Esta planta se arrayga en la
corteza del Arbol, y vejeta: sus semillas, llevadas por el ayre, van á los
otros, siendo este el modo de propagarse, y de hallarse tan cundida. Sirvense
de ella para hacer colchones y otros reenchidos, á cuya fin la ponen á secar y
la varéan; y con esta diligencia despide la cortecilla, y queda el corazon, que
es de un color negro: en esta forma engaña, porque parece cerda rizada, no
distinguiendose de ella ni en el color, ni en el grueso, y los que no están
hechos á verla la equivocan facilmente. En esta y otras particulares
producciones se reconocen los juegos de la naturaleza, que entre la distante
variedad de sus dotes imíta con ellos lo que parece mas disonante. En varias
partes de los Países calientes de América, el Arbol llamado Ceibo, imíta con su
fruto la Lana de los Animales, y sirve para muchos usos de los que se aplíca
aquella. El Algodon es una especie de seda finisima y suave. La Piña de Indias
es en la figura parecida á la que dán los Pinos, y en la sustancia totalmente
diversa, los Arboles de Cera la dán, como se ha dicho, semejante á la que
laboréan las Abejas, y la que llaman Barba: siendo una produccion vegetal, se
toma por las Clines de los animales.
Entre la diversidad de plantas que son
comunes en aquel clima, puede mirarse como especial, la que llaman Viperina:
esta es de la clase de las menores, y se encuentra ácia las partes altas del
Misisipi: su virtud es muy conocida para libertar de malas resultas á las
mugeres despues que han parido, y la usan en estos casos con buen éxito; no
menos que para purificar la sangre y corregirla en el retroceso que hace la
Leche al tiempo de extraviarla el curso natural, para que se les seque. A esta
semejanza hay otras muchas que conocen los Naturales, adequadas para varias
enfermedades, y asi se vé que se curan con ellas aun de las mas peligrosas y
dificiles. Sería muy conveniente que en cada País se hiciese un catálogo de las
Plantas y sus virtudes con el modo de aplicarlas, para que las conociesen y se
aprovechasen de ellas en los que no las hay.
Otra Planta menor hay no menos rara que
las antecedentes: ésta, quando se halla en sazon, que está florida, tiene la
propiedad de coagular el agua, al modo que el quajo, ó la flor del Cardo lo
hacen con la Leche, quedando aquella con la misma consistencia que ésta, y
coagulada no es perjudicial á la salud: es bastante abundante por aquellos
campos.
El Añil, como se ha dicho, es de las
plantas que se cultivan en los territorios de la Luisiana: del mismo modo lo
son el Tabaco y la Caña de Azucar; el primero de estos hace mejores progresos
en su vegetacion que la segunda, bien que su calidad no iguala con mucha
distancia al de la Isla de Cuba, ni tiene la fortaleza y olor que el de la
Española. El Azucar es de inferior calidad, y por la misma razon que abunda de
humedad el País, y que sus colores son repentinos, no quaxa á proporcion de lo
que abunda en jugo la caña. Esta se siembra de un año para otro, y no tiene mas
que un corte, originado de sobrevenir los frios grandes del Invierno despues de
haberse hecho: en esto es diferente de lo que sucede en la parte baxa del Perú,
llamada Valles, y en las quebradas de la alta, pues en ambas tarda desde que se
siembra con brevedad, dos, ó tres años, hasta que se corta en maduréz, y
despues de este primer corte dá otros dos en los años consecutivos: siendo el
tercero el que llaman Soca, que sirve para bolverla á plantar. Por esto en
aquellas haciendas de caña, que en unas partes llaman Trapiches, y en otras
Ingenios, con alusion á la máquina donde se muele, tienen quatro suertes, que
plantan en distintos años, y cortan en cada una la que corresponde estár
madura, de cuyo modo nunca cesan de moler, ni de fabricar azucar. Contribuye á
ello la poca diferiencia que hay en el temperamento entre el Invierno y el
Verano, y por ello son igualmente favorables para que el Azucar quaxe. No
sucede asi en la Luisiana, en la Habana, ni en los otros parages donde son
grandes las diferiencias de los dos temperamentos, ó donde reyna con exceso el
calor, porque entonces no quaxa con perfeccion, y solo muelen en aquella
coyuntura que es favorable á el intento.
El Tabaco, sin ser de la mejor calidad,
es regular. El consumo que tiene es en Andullos, ó Rollos para hacer Rapés, y
en hoja para fumar: no tiene mucha extraccion, y por esto son moderadas las
cosechas: es no obstante superior al de las colonias de Virginia y resto de la
Nueva Inglaterra, y al que se cultiva en Holanda, y en las Provincias
Septentrionales de Alemania: por esto si se le procurase dár salida no dexaría
de tener aceptacion, y pudiera ser uno de los ramos de comercio considerables
de aquel País, al modo que lo es el de Virginia, Brasil, y otras partes.
Entretenimiento
VII
De los
Animales y sus particularidades.
Despues de haver explicado lo
correspondiente á plantas, es consiguiente seguir con los Animales, cuya
materia ministra un campo sobradamente extenso, si se hubiese de tratar con la
expecificacion correspondiente; pero se ceñirá su noticia á lo mas particular y
digno de ser sabido, para que sirva de ilustracion á el conocimiento mas
completo de lo que se registra en el Mundo. La curiosidad no siempre se
contenta con la relacion de las cosas que están fuera de los límites de nuestra
vista, sino que desea conocer sus circunstancias particulares, los modos de que
pueden ser útiles, y los usos á que las destina la industria en cada País: por
esto, quantas mas luces puedan adquirirse de ellas, serán mas auxilios para el
logro de estos fines, y el de comprehender las obras de la naturaleza en quanto
alcanza el entendimiento.
Entre los Animales particulares de la
tierra alta del Perú son los mas comunes las Vicuñas, Alpacas, y Llacmas, tres
especies, que en la extructura se diferiencian poco, pero se distinguen en el
tamaño, en las propiedades, en el color, y en lo largo de la lana. Sobre estos
Animales hay varias cosas que decir.
Las Alpacas son en la especie semejantes
á los Guanacos, y la mayor diferiencia consiste en la lana, que la de este
ultimo es tosca, de color pardo, y de poco uso, lo que no sucede con la de las
Alpacas. Estas y las Llacmas, que tambien llaman Carneros de la tierra, se
domestícan, lo que no sucede con la Vicuña, que siendo de las tres la de menos
cuerpo, de figura mas ventajosa, mantiene siempre con lo arisco la propension á
buscar la libertad; suele por curiosidad tenerse alguna en las casas, que por
no ser animales dañinos, no hacen mal, pero no se sujetan á la carga como los
otros, ni se olvidan de los campos que la naturaleza les dió para correr sin
sujecion.
Andan en tropas, ó manadas, mas, ó menos
crecidas, pero no lo son tanto, que pasen de 20, ó 30. Su mansion es en las
Punas desiertas y frias, donde crece el Ichú, ó Pajón, de que se alimentan: es
animal muy sentido, que no dexa se le acerque la gente: corre con tanta, ó mas
ligereza que los Gámos; y no viendose perseguido, está con sosiego paciendo lo
mas del dia. El son que hace con la boca es agudo, á modo de silvido, no
correspondiente al cuerpo; y estando en su libertad, lo repite á menudo,
teniendo mas semejanza al silvido de algun Pajaro, que al ruido de animal
quadrupedo. No es facil cazarlo con la escopeta, ni detenerlo con los Perros,
por la ligereza con que corre. Es ayroso de todos modos, pero en su libertad
mas, por la disposicion y señorío con que lleva la cabeza levantada, y haciendo
con el cuello como una S, sin descomponerla aunque corra velozmente. Lo que se
aprovecha de él es la lana por su fineza y suavidad: sino tuviera el defecto de
ser floxa, pudiera sacarse mayor ventaja de ella para distintos tegidos y
sombreros, cuyo defecto le quita parte del valor que tendría.
No siendo facil cazarlas con la escopeta,
ni con Perros, hay otro medio, que es causa de su destruccion: este es el de
hacer Chacos, voz que en la lengua de los Indios, ó Inca significa union, ó
compañía de muchos para alguna cosa. Es la Vicuña animal muy tímido, qualquier
ruido lo azora, y con facilidad se espanta: con este conocimiento disponen
cerrar una cañada con alguna cuerda que la circúnde, dexando un corral bastante
espacioso, y con una sola entrada: la cuerda la ponen en altura proporcionada,
de modo que corresponda á la medianía del pescuezo de las Vicuñas, y en
pequeñas distancias ponen unos colgajos de lana colorada, ó de otros colores,
para que se muevan con el ayre. Antes de disponer este cerco tienen examinado
el sitio donde pacen algunas manadas, y lo mas cercano á ellas lo forman. Estando
preparado hacen una especie de batida, ayudandose la gente de algunos Perrillos
que tienen industriados para el intento, y llevan acosadas las Vicuñas, hasta
que logran entrarlas en el cerco: ellas, viendose encerradas, procuran escapar,
pero advirtiendo los colgajos, se espantan, sin determinarse á saltar por
encima de la cuerda, ni á humillar el cuello, para pasarla por debaxo. En esta
forma entran los hombres que las enlazan y matan, desollandolas para conservar
la lana en los pellejos. Por lo comun son Indios los que se ocupan en este
exercicio, ó algunos Mestízos: es duro y penoso por hacerse en las Punas
rígidas, cuyos parages son despoblados, sin que en la inmediacion, ni en
algunas leguas se encuentre poblacion, ó albergue donde recogerse. Necesitan
estár meses en él para hacer cacería de algun fundamento: la carne de las
Vicuñas y el Maíz que llevan les sirve de alimento; y quando el tiempo es malo,
que nieva, ó que los vientos son muy recios, se albergan al respaldo de algunas
peñas, ó en lo abrigado de alguna cañada.
Entre las manadas de Vicuñas suelen
encontrarse algunas Alpacas; pero tambien se vén otras de estas, aunque no en
tanto numero como aquellas. Estos Cazadores no sepáran la lana de los pellejos,
porque si lo hicieran, no se los comprarían, á causa del fraude que se ha
solido hacer en mezclar la de Alpaca con la de Vicuña, siendo facil por ser
esta de un mismo color, aunque mas larga, y no tan suave y fina. Los Tratantes
que la compran en pellejos, la mandan separar, y despues la empaquetan para
remitirla á España.
Por esta causa matan quantas éntran en el
Chaco, hembras y machos, de donde resulta la diminucion de la especie, y esto
sin necesidad, porque estando encerradas podrian trasquilar las hembras, y
minorar el numero de los machos, segun se hacia en tiempo de los Incas, con
cuya providencia se multiplicarían, y cada vez habría mas abundancia de lana,
quando al presente cuesta trabajo encontrarlas. Las Alpacas, y los Guanacos son
de las tres especies la mayor, y conservando una semejanza á la Vicuña, son
feas: su pescuezo largo y grueso, pero no en figura de S como la Vicuña, sino
quasi derecho, levantado arriba, perpendicular á las espaldillas: la cabeza y
parte alta del cuello poblada de lanas largas y espesas, lo que no sucede á la
Vicuña; y el resto de las lanas tambien es largo, particularmente en los
brazuelos, y ácia el vientre. Se domestícan como las Llacmas y la Alpaca: sirve
para cargar, pudiendo llevar á proporcion del cuerpo mayor peso que ellas, pero
el Guanaco no.
El animal mas útil para los Indios, y que
se acomoda mas á su carácter es la Llacma, ó Carnero de la tierra: con él hacen
toda suerte de carguíos, no solo en las minas, sino para transportar lo que se
ofrece de unas partes á otras. La estimacion con que le miran pasa los términos
de la racionalidad, y manifiesta su natural ignorancia. A todos los animales
domésticos tienen un genero de afeccion, que no se vé en otras gentes, pero es
mayor con las Llacmas, y asi lo dán á entender por las demostraciones que
hacen.
Antes de empezar á servirse de ellos para
la carga hacen un festejo, que á lo que indíca la exterioridad, es como
celebrando tenerlos por compañeros. Este se reduce á traerlos á el cercadíto de
su choza, engalanarlos, poniendoles muchas cintas y colgajos de seda, ó lana en
la cabeza: preparan porcion de Chicha, de Aguardiente, y de Maíz tostado, y
convidando á los Indios, sus amigos, concurren todos con sus mugeres é hijos en
el cercado ó corralillo donde están las Llacmas: tocan sus tamborilillos y
flautillas, y empieza la danza, que dura un par de dias, continuandose en la
noche como en el dia por intérvalos. Quando están fatigados lo suspenden, y
buelven á seguir luego que toman nuevos brios, ó que los vapores de la bebida
se disípan. De tiempo en tiempo ván á los animales, que por lo ordinario se
hallan recogidos en uno de los rincones del corral, y los abrazan, haciendoles
mil agasajos: les presentan las Totumas, ó calabazas de Chicha y de
Aguardiente; y aunque no las beben, se las aplícan al hocico, quedando
satisfechos con esta demonstracion: tambien les hablan en su lengua,
diciendoles mil cosas de amistad y cariño, asi como pudiera hacerse con una
persona con quien se tratase de algun genero de alianza: concluído este
festejo, que es como anuncio de la amistad, empiezan á servirse de ellos, pero
sin quitarles los adornos y galanerías que les pusieron.
Antes de haberlos puesto á la carga los
tratan con tanta moderacion, que no es regular ni apurarlos en las marchas, ni
castigarlos, acomodandose al paso de ellos, y se sirven del silvido para
gobernarlos. Con facilidad se hacen á la carga, aunque no dexa de haber algunos
que lo resisten, pero esto es de un modo que se conoce no inclinarse á hacer
daño, y que su resistencia es por no sujetarse á llevar el peso que les
intentan poner. No come este animal mas yerba que la que coge del campo, y se
puede pasar sin alimento dos dias, y aun mas tiempo quando no trabaja. Si llega
á cansarse, y se tira en el suelo, sea por haberle dado mas camino del que
puede sobrellevar, por estár necesitado de alimento, ó por haberle puesto mas
carga de la que sus fuerzas permiten no buelve á levantarse mas, y allí se
queda hasta que muere, siendo inutiles quantas diligencias hace el Indio para
ponerlo en pié; cuya particularidad es bien rara, por no ser regular en los
otros animales, como tampoco el que, domesticandose en el modo que se ha dicho,
no coma mas que la yerba que pace: por esta razon caminan tanto de noche como
de dia, y ván cogiendo la yerba que encuentran en las inmediaciones del camino;
pero sin embargo de ello les dán descanso en distintas horas, y en ellas,
despues de haber pasteado, se echan en el suelo para rumiar y recuperar nuevas
fuerzas, manteniendo siempre la cabeza alta y el cuello derecho ácia arriba. El
modo de echarse tambien es particular, diferenciandose de los otros animales:
para ello se hincan lo primero de rodillas, y encorbando las piernas las
acomodan debaxo del vientre, una por cada lado; en esta forma queda el cuerpo
derecho, lo mismo que los que están en pié, el espinazo en medio, y no se les
vé pierna ni brazo, porque las encubren enteramente con el cuerpo.
Quando empiezan á cansarse, ó que se
encolerizan, hacen un chillido agudo, distinto de el de las Vicuñas, á modo de
quexido, pero diferente quando es por cansancio, de quando están embravecidos.
Yendo cargados, sin tener cansancio, llevan en continuo movimiento la cabeza,
mirando con señorío á uno y otro lado, como para registrar la campaña. La lana
es basta respecto de las Vicuñas y Alpacas, y la aplican á ciertos usos, en que
no se requiere fina: tienen variedad en los colores, porque hay algunas
manchadas de blanco y acaneladas: otras de blanco y negro, sucediendo á los
Guanacos lo mismo; pero lo mas regular es el color de canela, menos subido que
el de las Vicuñas. En los tiempos presentes no hay de estas Llacmas montaraces,
siendo manadas domesticas las que se encuentran en las Punas, en cuyos parages
las tienen sus dueños para que procreen con libertad en el clima y pastos que
son propios para ellas; de suerte, que estando allí sin encierro, ni sujecion,
no se hacen ariscas, como lo son siempre las Vicuñas.
Asi como las plantas tienen sobre la
tierra sus distritos particulares para vegetar sin propagarse por toda ella con
igual generalidad, tienen igualmente los animales sus domicilios señalados por
la naturaleza para procrear y mantener la especie sin pasar á otros territorios
distintos de los que les destinó. Las Llacmas son comunes en el Reyno de Quito;
y las Vicuñas son particulares de este ultimo, en el del Perú, sin hallarse en
el otro, no obstante ser todo un continente, ser muy uniforme el clima en la
sutileza del ayre y en los pastos, habiendo en uno y otro País Punas con el
mismo grado de frialdad, siendo la yerba comun el Ichu, y la qualidad del ayre,
en quanto alcanza á percibirse, la misma. Asi hay motivo de creer que concurra
alguna causa no perceptible á los sentidos por donde se distingan las Punas, y
parte alta de aquella tierra, en la Equinocial, y grados inmediatos de la otra,
que está mas apartada, y que ésta es la legitima razon de que los animales, que
son naturales de la una, no puedan prevalecer en la otra.
Tal vez aquella causa que ocasiona el
Maréo en las Punas del Perú, cuyos efectos no se experimentan en las del Reyno
de Quito, puede variar lo esencial del clima en tanto grado que sean diversos,
sin embargo de ser iguales en la dilatacion del ayre, en la frialdad, y en las
yerbas.
Al contrario sucede con la casta de
Conejos silvestres: el haberlos con abundancia en el Reyno de Quito, siendo de
la misma especie que los de Europa en todas sus circunstancias, de tamaño,
figura, color, y gusto; y en el Reyno del Perú no los hay, porque aunque no
dexa de verse la raza de los que llaman Caseros, es distinta de la otra, y
estos solo se vén en las casas donde la curiosidad los mantiene. En
correspondiencia de los Conejos que faltan en el Perú hay otra casta de
animales, que llaman Viscachas, de que el Reyno de Quito carece enteramente:
son en la figura y en el color del pelo lo mismo que el Conejo, y se
diferiencian de él en que tiene rabo largo, poblado de pelo esponjoso, al modo
de las Ardillas: ácia el nacimiento es muy ralo, y ácia la punta espeso y
largo: no lo trahen buelto ácia la cabeza como la Ardilla, sino tendido quasi
orizontalmente: las articulaciones son menudas y escamosas. Se esconden en los
agugeros de las peñas, y en ellos tienen sus madrigueras, no haciendolas en la
tierra como los Conejos: allí están juntas muchas, y lo mas del tiempo se les
vé sentadas sin comer: se alimentan de las yerbecillas, y de los arbustos que
se crian entre las mismas peñas: son de mucha viveza; su escapada no la tienen
en la carrera, sino en la prontitud de buscar la concabidad, y meterse en ella:
de ordinario lo executan quando se sienten heridas, y por esto el modo de
matarlas es tirandoles á la cabeza, pues aunque reciban el golpe en otra parte,
y les hagan mucho daño, no dexan de ir á morir á lo interior de la madriguera.
Tienen la particularidad de que luego que mueren se les cae el pelo, y por esta
razon, aunque es mas suave, y algo mas largo y fino que el del Conejo, no se
pueden aprovechar sus pieles para los usos comunes. La carne es blanca, pero no
de buen gusto, por ser fastidiosa, con particularidad en algunos tiempos, en
los que del todo repugna.
La casta de los Conejos parece ser una de
las que están mas cundídas en la tierra, siendo raro el País en donde no se
encuentren de un modo, ó de otro. En la Luisiana los hay, y aunque de la misma
especie que los de Europa, son algo mayores, como en un médio entre la Liebre y
el Conejo: no hacen madrigueras en la tierra, y en su lugar buscan los arboles
viejos que tienen el corazon podrido, y si hallan huecos en ellos se recogen,
internandose hasta lo mas alto que pueden penetrar; por esto, el modo de
cogerlos es haciendo humareda en la parte inferior y cerrando las
correspondencias de arriba para que la fuerza del humo los sofoque, y
desprendiendose caygan. Los perros con que se les persigue, dán indicio del
arbol á donde se acogen los que han sido perseguidos. Puede inferirse de aqui,
que la propension de hacer madrigueras debaxo de tierra no es general en todos
los Países, y que varía segun las circunstancias. La abundancia de Arboles de
la Luisiana, en la estension de aquellos bosques, proporciona muchos, que con
la vegéz están huecos, y este animal se aprovecha de ellos para su guarida,
evitando la humedad de la tierra, y las inundaciones, que son regulares allí
por la gran llanura del terreno y la poca elevacion que tiene, respecto de los
Rios.
La parte alta de la América Meridional es
poco abundante en especies de animales silvestres; pero las que hay no se sabe
que sean comunes á las restantes del Mundo. Las Vicuñas, Alpacas, y Llacmas no
las hay en la Luisiana, ni en todo lo que se estienden los Reynos de
Nueva-España, ni fuera de la América; pero en el Perú no se vén Ciboros,
Martas, Castores, y otros de pelo fino: en ambos Países hay Conejos, Pabas
montesas, Corzos, Gamos, y Osos, aunque con algunas diferiencias, que las
ocasionan los climas, y asi hay unos animales que son comunes, y otros
particulares á cada territorio, sin que se tengan noticias de que la falta
presente proceda de haberse extinguido con la sucesion de los tiempos los que
no hay, teniendo el clima proporcion para mantenerlos.
El Ciboro es animal proprio de la
Luisiana y de las partes Septentrionales de Nueva-España: comunmente le dán el
nombre de Baca silvestre, y los Franceses le llaman Buey silvestre. Es parecido
al Toro ó Baca domesticos en la figura, tamaño, y sabor de su carne,
diferenciandose en tener una lana fina rizada y corta, en lugar de pelo. Hay
mucho consumo de su carne, y la usan salpresada, no pudiendose conducir de otro
modo, á causa que las cacerías se hacen lexos.
En los Países de Buenos-Ayres, cuyas
espaciosas llanuras son abundantisimas de pastos, hay, como se sabe, crecidas
tropas de Bacas silvestres, que ino reconocen mas dueños que los que van á
matarlas; pero estas son de la misma especie que las de Europa, sin que se
reconozca la de Ciboros, cuya falta no puede atribuirse á la calidad de los
pastos, ni al ayre, porque en donde se mantienen las unas con tanta abundancia,
desde que se hizo la Conquista, podian haberse hallado los otros, como sucede
en las partes del Norte. Debese admirar en esto, como en otras cosas, las
providencias del Supremo Autor, que dispuso no fuesen comunes unas mismas
produciones en todas las partes de la tierra, para que cada País tubiese, en
las que le son propias, el dote que le correspondia, y con el incentivo de la
variedad se hiciesen comunicables.
Uno de los animales comunes es el Oso,
que lo hay en la parte alta del Perú, y en la América Septentrional, y en otros
muchos Países del Mundo antiguo, pero en la Luisiana abunda mas que en otras
partes: allí se hacen crecidas matanzas de ellos, y el Aceyte que se saca de
sus mantecas es el que se gasta para condimentar los alimentos. La carne se
aprovecha; pero lo principal son las piernas y brazuelos, de que hacen jamones
al modo de los del Puerco.
Es tambien ordinaria en aquellos bosques
la Ardilla, que no solo se encuentra en los parages montuosos de la América,
sino en las demás partes de la tierra. En la Luisiana hay una casta enteramente
negras, sin exceder en el cuerpo á las del color regular: estas se hallan ácia
la parte alta de Misisipi, y no son comunes. Las mas particulares, y que no se
vén en otros Países, son las voladoras, las quales hacen un vuelo como de la
distancia de 20 varas, ayudandose para ello de dos membranas que les salen por
los costados del vientre, y se unen con las piernas y brazos: para volar las
estiende, y asi practica los tránsitos de unos arboles á otros, midiendo lo que
puede sostenerse sin caer con la distancia que hay entre ellos. Son algo mas
pequeñas que las ordinarias, pero parecidas á ellas en el penacho que forma la
cola, en la extractura de la cabeza y cuerpo, y en la agilidad y prontitud de
estár siempre en movimiento.
En la parte baxa de la América
Meridional, conocida con el nombre de Valles, no se vén sabandijas, ni animales
ponzoñosos. Tampoco los hay en la parte alta. La primera goza de un calor
moderado en Verano, sin participar de llubias; la segunda de un frio mas, ó
menos grande, llobiendo con abundancia; pero hay parages intermedios en donde,
sin ser los calores de los mas fuertes, ni participarse de las llubias de la
parte alta, abundan las sabandijas ponzoñosas, y particularrricnte las Viboras,
cuya actividad es tanta, que su mordedura es mortal, como sucede en Europa.
Esto se observa en los valles y cañadas que están al pié de la serranía, entre
ella y los Países baxos inmediatos al Mar. A 34 leguas de Lima, por la parte
del Súr y del Este, están los Valles de las Capillas, de Huaquina,
Huanca-conachi, y del Topara, que confinan unos con otros, y en ellos abundan
mucho las Viboras; pero á la corta distancia de 4 leguas, sea subiendo la
serranía, ó dirigiendose á el País llano, no se vén, sucediendo lo mismo en el
Valle de Luna-Guana, cuya situacion es como la de los antecedentes, á el pié de
la serranía, y distante de ellos cosa de 12 leguas, en el que no hay tales
sabandijas; de que se debe inferir, que en la tierra hay alguna qualidad que no
se percibe para que prevalezcan en los unos, y dexen de verse en los otros.
Quál sea ésta en los Países que no son
montuosos y humedos como los de Guayaquíl, Panamá, ó Cartagéna, no es facil de
averiguar, pero puede atribuírse á que el criarse las Viboras y otras
sabandijas ponzoñosas en determinados parages, dimána de ser la naturaleza de
la tierra algo pedregosa, y no de arena pura, como lo es la de los valles en
general.
Ostenta la naturaleza por todas partes
sus maravillas en la extraña variedad con que colocó las cosas, sin dexarnos
penetrar las reglas de su providencia. En la Isla de Cuba hay abundancia de
Culebras, pero su picada, ó mordedura no causa daño de consideracion, como
acaece en los otros climas cálidos y pluviosos de la América, y en ella no se
vén las Culebras, Corales, y las Cascabeles, no obstante que son tan frequentes
en Cartagéna y Tierra-Firme, y que tambien son comunes en la Luisiana, donde se
vén de unos tamaños disformes: fuera de estas dos especies hay allí otras
varias: las mas ordinarias son de color negro, siendo rara la que no sea
ponzoñosa y del mayor peligro. Durante el tiempo frio del Invierno no se vén,
siendo opinion muy valída, que se mantienen dormidas enterradas en el lodo,
pero al calentar el tiempo salen del lecho en donde están, siendo entonces
peligroso andar por donde hay yerba, por lo abundantes que son.
La circunstancia de ser Isla la de Cuba
no parece suficiente motivo para que falten en ella y en las otras sus
confinantes los animales ponzoñosos, que pudieron haberse propagado en ellas,
como los que no lo son. Allí son comunes, entre esta clase de Reptiles, las
Culebras de tamaño disforme, que llaman Bobas, al modo que las de los Rios
Orinoco, Marañon, y otros de la América. El Insecto, tan general en las Indias,
llamado Nigua, ó Pique, cuya incomodidad es frecuente, como el peligro que se
corre despues de la extraccion, si por casualidad se moja el pié en la Isla de
Cuba, no le hay en la Luisiana. Por el contrario, se encuentran en la Provincia
de Quito, no obstante la pureza de su ayre, que no permite animales ponzoñosos,
ni de Insectos molestos á la vida.
La parte alta del Perú logra esta
prerrogativa mas de no participar de su molestia; y aunque la casualidad haga
que alguno las lleve, sin haberlas sentido, luego que llega á aquellas partes,
se mueren, y la naturaleza las hace salir sin diligencia, por separarse ellas
mismas de la carne. Posible será que en los valles de las Quebradas, cuyos
temperamentos son calientes, no falten; pero saliendo de ellos para las partes
altas, perecen. Los frios grandes de la Luisiana en los intérvalos de Invierno
pueden ser causa de que no subsísta allí este Insecto, sí bien hay otro tanto,
ó mas pequeño, y no menos incómodo que las Niguas.
Las yerbas de aquel País, al paso que son
viciosas, producen con abundancia un insectillo de los mas molestos que se
puedan discurrir; basta el pisarle, para que se pegue á las piernas: llamanle
los Franceses, bete rouge, animal rojo: es tan pequeño, que se necesita tener
una vista muy perspicáz para distinguirlo, y con la ayuda del Microscopio se
reconoce tener la figura de un Cangrejo, y que es colorado: se introduce por el
cutis, y causa una picazon tan viva, que parece fuego: si se rasca en donde se
siente, se imposibilíta despues el sacarlo, porque se interna en el cútis; con
cuya advertencia se procura sufrirla, y se extrahe con la punta de un alfiler;
luego que sale cesa el ardor: éste ocasiona ampollas, que se llenan de agua, y
llegan á hacer materia, como sucede con las quemaduras, ó con los cáusticos, lo
que es bastante prueba de la actividad que tiene en la mordedura. Parece
imposible que un animalillo tan pequeño, que lo es como la punta de un alfiler,
pueda hacer mal tan sensible. No es solo en las piernas en donde se introduce,
sino en todo el cuerpo, no habiendo parte reservada para él. El remedio para
mitigar el ardor es labar con vinagre la parte donde está; y repitiendolo, se
muere, pero nunca es tan pronto, que no dure algunos dias.
Aquel País es de los mas pensionados de
Insectos molestos, que puedan verse: las Moscas cantáridas son muy comunes, y
las Garrapatas de monte, que llaman los Franceses, Pou de bois, Piojos de
bosque; con dificultad puede andarse por entre ellos sin encastarse. No son
estas Garrapatas de las grandes que se conocen en otras partes. Su tamaño es
corro la quarta parte de un grano de trigo, pero los efectos no son menos que
los de aquellas: al arrancarlas de la parte donde se pegan es necesario tener
la precaucion de aplicar aceyte y sebo, ú otra cosa, para que suelten, porque
de lo contrario se rompen por el cuello, y quedando la cabeza dentro de la
piel, causan el propio mal que si el animal estuviese entero, y dura por muchas
dias, hasta que á la continuacion de aplicar cosas untuosas, llega á perder la
fuerza. La cabeza, separada del cuerpo, se siente morder á ratos; de donde se
infiere, que no muere del todo, ni pierde la actividad, que es lo mismo que se
observa en el Polipo de Agua.
Entre los varios Insectos, que abundan en
la Luisiana, hay Mosquitos de distintas especies, cuya incomodidad es tanta,
que no le excede la de los Rios y climas mas calorosos y humedos: en parte
alguna se puede estár, que no se experimente el ardor de las picaduras; y
además de los comunes que llaman Mosquitos, ó Zancudos, y Gegenes hay los
llamados Frape dábor, pega de repente, Damoiseles, Moscones, cuya picada es sin
ardor, y hace saltar la sangre, de modo, que son inumerables en especie y
cantidad. Por esta razon es un mueble muy comun el Mosquitero de lienzo, y generalmente
usan calzon largo, que cubra toda la pierna; pero la cara y manos, que no
pueden estarlo, se hinchan con el veneno que introducen las picaduras; siendo
mas insoportable quando se viája por los Rios, que es el modo mas ordinario de
transitar allí.
La humedad excesiva de aquel País, los
charcos y lagunillas que se forman en su planicie, y el calor del Verano, que
es bien grande, segun queda explicado, son suficientes motivos para que abunden
los Sapos. Portovelo, donde son tan comunes, no es comparable en esto con la
Luisiana; los hay de diversas castas y tamaños, siendo una tan disforme, que
solo el cuerpo, sin comprehenderse las piernas, tiene de diámetro una tercia, ó
algo mas, y extendidos casi tres quartas: el ruido de estos, en lo bronco y
recio, parece al de una Ternera de un año. La circunstancia de mantenerse en el
agua de continuo dá lugar á que las gentes los tengan por Ranas; pero el calor
de un verde obscuro, y lo redondo del cuerpo persuade á lo contrario. Quando
cantan muchos sobresalen en la voz á los de las otras especies, como haciendo
los báxos; y es tal el ruido, que incomóda bastante.
Entre los Insectos abunda el Ciervo
Volante, con cuernos largos, y varias puntas en ellos, al modo de los de
Venados: son peligrosos por el daño que pueden causar en los ojos, mediante que
se lanzan contra la cara con mucha violencia: su color es negro, y el tamaño
como el de los Escarabajos grandes.
Las Cucarachas, que son comunes en la
Habana y en los otros climas cálidos, no lo son menos en la Luisiana, con la
circunstancia de ser allí de peor calidad; llamanles Ravers; son mayores que
las de Cartagéna, ó de Cuba, de fastidioso olor, y tan perjudiciales, que hacen
los estragos que los Ratones porque no hay cosa que no roán y destrocen con
mucha ligereza, y por esto es necesario gran cuidado para conservar papeles de
importancia, ó la propia ropa: son muy sentidas y astutas, y huyen con gran
ligereza á el mas leve ruido.
Entre las especies de animalillos que
hermoséan la tierra en distintas regiones, debe mirarse como rara y vistosa la
de los Cucuyos, que abunda mas en la Isla de Cuba, que en las otras inmediatas.
Estos son de la clase de las Lucernas, que se vén volar de noche, pero muy
diferentes de las comunes, y distinguiendose de ellas en la viveza y claridad
de la luz que dán, y el no ser él animal de la de gusanos con álas, á manera de
Mariposas. Su extructura es al modo de las Curianas, ó de las Cucarachas,
teniendo quatro álas, que desembuelven de la concha, ó costra que las cubre por
la parte superior. En medio de la barriga tienen dos depósitos á cada lado el
suyo, por los quales despide la primer luz, siendo del grandor de dos pequeñas
lentejas. Otros dos tiene en la cabeza en el lugar donde corresponden los ojos,
y estos son algo menores que aquellos; asi entre todos cuatro hacen una luz
bastante grande y luciente. El animal la descubre por intérvalos á su voluntad,
manteniendola bastante tiempo y quando quiere la oculta. Poniendolos en agua se
alegran y vivifican; aclarandoseles la luz si están opácos, ó adormecidos,
basta moverlos para que la dén quando por sí no lo hacen. Dexase comprehender
abundar mucho en materia phorforosa; debiendo notarse, que los parages
luminosos son de color baxo amarillo quando muere, ó retira la luz. En el
tiempo de Verano, que es en el que llueve, y de mayor calor, es quando se vén
en abundancia, no encontrandose en el de Invierno. Su alimento es el jugo de la
Caña de Azucar, que crece y toma sazon en la misma estacion; y por esto es en los
Cañaverales donde se hallan con mas abundancia. No los hay en la Luisiana, sin
embargo de la cercanía en que ésta, y de cultivarse la Caña; como tampoco en
los parages donde ésta planta prevalece. Pueden mantenerse en jaulas pequeñas,
que se hacen para el intento, quasi dos meses, dandoles de comer terrones de
azucar, cuya sustancia chupan, y es la que les conviene, como extrahida de la
Caña.
Siendo de noche quando este animalillo se
dexa vér, y que esto sucede por causa de la luz que despide estando volando, no
sería facil cogerle si propenso á la hermosura de su brillantéz, no se engañase
con las asquas de fuego, á las quales acude luego que se le presentan, aunque
buele en larga distancia, y acercandose á ella se dexa coger. Esta propension
procede de parecerle ser otro animal de su propia especie, y venirlo á buscar:
asi se vé, que luego que ven la brasa acuden á ella quantos hay por allí, no
sucediendo lo mismo con la luz de la vela.
En el tiempo que parecen estos Cucuyos,
quando la Luna no alumbra, es una hermosura vér los campos poblados de tan
brillantes Lucernas. Las gentes se divierten en cogerlos para ponerlos en
jaulas; sueltan algunos en una pieza obscura para que la llenen de claridad,
siendo entretenido vér gyrar las luces por varías partes en todo su arrbito.
Las mugeres, quando se pasean de noche buscando el fresco, suelen adornarse las
cabezas, el cuello, y los brazos con sartas de ellos, colocandolos de varios
modos, y van resplandecientes como si llevasen coronas y collares de luces
naturales.
En los otros Países de temperamento
cálido, donde se produce la Caña, y en muchos donde no las hay, no faltan
Lucernas; pero estas son de la especie de Mariposas nocturnas, y la luz que dán
no es comparable con la de los Cucuyos, pues con uno de estos en la mano se lee
muy bien qualquiera letra.
Parece que este animal se sirve de su
propia luz para dirigir el buelo, con el qual se remonta bastantemente para
distinguir los cogollos de la Caña, de donde se ha de alimentar. De dia está
adormecido, y entonces es quando no dá luz, sucediendo lo contrario en la
noche.
Tambien es comun á la Luisiana la
Mucamuca, ó Chuca: llamanle Rá devois, Rata de Bosque, y tiene las propias
particularidades que las de los otros Países: asi se vé ser este uno de los
animales que se hallan esparcidos en las dos Américas.
Parece que los rigores de los frios y
hielos del Invierno no debian permitir allí ciertos animales que son como
naturales de los temperamentos cálidos, y de esta clase es el Caimán; pero no
sucede asi, siendo tantos los que hay en aquellos Rios, que no cede su
abundancia á la que se nota en los de la Zona Torrida, y se encuentran de
disforme tamaño: diferenciandose los de allí de los de Guayaquil, Chagres, y
otros Rios, en que son de un color obscuro, tirando á negro, á contraposicion
de otros que tienen el color de tierra parda. Danles el nombre de Cocodrillos,
y son dañinos con los animales, y con las personas quando se hallan
hambrientos. Su tragadero es tan amplio, que tragado el cazonete de media vara
de largo, y el cebo con él, lo engullen hasta su vientre, y al tiempo de llegar
cerca de la orilla, tirado por la cuerda á que está asido, lo suelen vomitar,
quedandose con la carnada, de lo que hay experiencias repetidas.
Los animales que se juzgan dañosos por la inclinacion que tienen á
mantenerse á costa del trabajo de los hombres, no dexan de participar de alguna
particularidad, por donde se remunera lo que causan de perjuicio. Las Hormigas
son notoriamente de esta clase, por lo que disminuyen las semillas recien
sembradas en la tierra, para proveer sus graneros. Las plantas mas utiles y
bien cuidadas se aniquilan con el estrago que hacen en ellas, royendoles sus
raíces y cortezas, siendo temibles quando abundan, y particularmente las castas
que hay de tamaños grandes. En las casas no son menos perjudiciales, porque se
proveen para su sustento á costa de muchos daños. Este animal, que por todas
partes es destruídor y molesto en los Andes del Perú, es un grande auxilio contra
las sabandijas venenosas. Es de suponer, que aunque la parte alta de aquel
dilatado País se denomina Cordillera Real de los Andes, allá se entiende por
Montañas de los Andes los Países montuosos de las vertientes Orientales de la
Cordillera, cuyo clima es cálido y humedo, porque llube mucho en él, y viene á
corresponder en altura á la parte baxa Occidental, llamada Valles, donde no
llube. Es abundante en Culebras de las especies venenosas mas activas, como
Corales, Cascaveles, las que llaman de dos Cabezas, Bejuquillos, y otras; En
Cientopies, Alacranes, y de las demás clases comunes. Aquellos Países abundan
tambien de una especie de Hormigas grandes, que por el tamaño son fuera de lo
regular, y sería inhabitable si se dirigiesen contra los racionales con el
ímpetu y voracidad que lo executan contra las sabandijas. Estas Hormigas no
pudiendo subsistir con el método que guardan las ordinarias, tienen otro muy
particular. Son viageras por los campos, y andan á caza de sabandijas en
tropas, ó compañías numerosisimas, trepando en los arboles, y buscando en la
tierra el alimento, sin dexar animal que no consuman. Del mismo modo que corren
los bosques y las cañadas, se apoderan de las casas que hay esparcidas en las
orillas de los rios y campos, y subiendo por las paredes no dexan rincon que no
visitan, ni sabandija que no destruyan. Las Culebras, de mas ponzoña y de
tamaño grande, los Cientopieses, Alacranes, los Sapos, y Lagartijas; y quanto
animalejo se procréa á beneficio de la humedad y del calor, no tiene
resistencia para librarse de la persecucion de estos Hormigones. Luego que la
casa queda limpia, la abandonan, y continúan su marcha buscando otros parages
en donde encuentren igual pasto. Es tanto el número que carga sobre qualquier
animal, que sin dexarle arbitrio para escapar, lo devoran al mismo tiempo que
hace sus esfuerzos para desembarazarse de la persecucion; reconociendose en
ello, que el gran número triunfa con facilidad de la fuerza, de la ligereza, y
de la activa ponzoña que hay en los que son acometidos. Llaman Chaco á estos
crecidos hormigueros, ó exércitos de hormigones, y hacen tal ruido sobre las
hojas secas de los arboles, caidas en tierra, que se sienten desde alguna
distancia. Con este aviso las gentes se salen de las casas dexandolas yermas,
hasta que reconocen que han salido, y entonces buelven á ocuparlas, con el
beneficio de hallarlas limpias, y la seguridad de que el Chaco no ha de bolver
por allí hasta el tiempo que es regular, porque sin duda sienten con algun
instinto los parages en donde hay sabandijas. La naturaleza, que se lo dió
proporcionado á los animales, puso en estos la propension de alimentarse de los
mas venenosos, colocandolos en aquellos territorios que son mas abundantes de
ellos; y asi no es de admirar que no busquen á la gente, ni á otros animales,
fuera de los que son incómodos y peligrosos por el veneno que encierran. La voz
Chaco se ha dicho antes que significa junta, ó compañía; y asi aquí explica
compañía de Hormigas, como allá de Vicuñeros y Vicúñas.
No están libres aquellas partes del
territorio alto del Perú, sin embargo de lo frio del clima, de las plagas que
suelen padecerse en Europa. La de la Langosta se experitmenta algunas veces. En
el año de 62, por el mes de Diciembre, la hubo en la Proviticia de Angaraez,
del Gobierno de Guancavelica, cuyas quebradas, que en unas es el ancho media
legua, y otras mas, se cubrieron de este insecto en tanta abundancia, que
quando volaba formaba nubes espesísimas, y permanecian varios dias pasando sin
cesar, de suerte que se fatigaba la vista con la perturbacion que le causaba el
movimiento acelerado y contínuo de ellas. Quando se sientan hacen mucho daño,
particularmente si encuentran tierno el bástago de la mies: entonces se
observó, que el curso que hacia era contra el de las aguas de los mismos rios,
y que no llegaban á las alturas, manteniendose en la parte baxa de ellas, entre
las Cordilleras que las forman de una y otra parte. Esta plaga no sobreviene
con frecuencia, sin embargo del poco esmero que se pone en aniquilarla pasado
el año en que sucede, median muchos sin que se reconozcan reliquias de ella.
Aunque cansan daño en los sembrados, no es tan considerable como el que se
experimenta en Europa, y puede ser la causa la diferiencia de temperamento,
porque en Europa sobreviene quando los calores son mas fuertes en el Verano, y
el temperamento de la quebrada de Iscuchaca, y de otras semejantes á ella, es
como el de Primavera.
No sería bien pasar en silencio lo que se
han propagado en la Isla de Cuba, por la parte de la Havana, los enjambres de
Avejas domésticas, en el corto tiempo desde el año 64, despues que se hizo la
paz con la Inglaterra. Antes de esta Epoca no las habia allí, pues aunque no
faltaban de las otras, que llaman montaraces, son distintas en especie; y
habiendose tranferido allá las familias que habitaban en San Agustin de la
Florida, quando se evaquó, llevaron consigo algunas Colmenas, que pusieron en
Guanavacoa, y en algunas estancias, por moda de curiosidad: estas se
multiplicaron de tal suerte, que se difundieron en los montes, y se conocia que
empezaban á perjudicar en las plantaciones de Caña, de cuya sustancia se
mantenian: su fecundidad era tal, que sin tenerlas con los resguardos que se
acostumbran en Europa, daba cada Colmena un Enjambre en el mes, y á veces dos;
el uno regular y el otro pequeño, castrandose mensualmente; y en la Cera y Miel
que se sacaba, no eran menos abundantes que acá en donde solo se hace esta
operacion una, ó quando mas dos veces en el año. Es tan blanca la Cera, y la
Miel tan clara y de buen gusto como lo mejor. Con estos principios, sin aplicar
demasiado cuidado en su fomento, ni descuidar el cultívo de la Caña como
principal, podria ser el ramo de la Cera y Miel de aquella Isla de los mas
ventajosos para el comercio Nacional.
Entretenimiento
VIII
De las
particularidades de los Volátiles.
La parte alta del Perú no es abundante de
especies de Volátiles, particularmente los de plumages hermosos y canto suave y
armonioso; parece que la circunstancia de ser el clima frio, es causa de no
haberlos. Al contrario sucede en los climas calientes de la Zona Torrida: la
Luisiana, que participa de uno y otro en los Veranos, é Inviernos, no tiene la
variedad y hermosura que hay en la Habana, Cartagéna, y demás parages
semejantes, pero logra algunas especies de los pluma bien matizada, cuyo gorgéo
es divertido y agradable. El Sinsonte en la pluma no tiene cosa particular,
pero en la armonía del canto y en la variedad de sus trinados es de un enveleso
singular quando se halla en libertad: su modo de cantar no es estando parado,
sino revoleteando y haciendo mil juguetes con las álas en el ayre, como
dexandose caer cerca de algun bástago de arbol, en el qual se posa, y levanta
prontamente cosa de 4, ó 6 varas: entretanto que permanece en este genero de
revoleteo no cesa de cantar, y muda de tonos con la misma ligereza que de
positura: luego que se posa enteramente entra en silencio; por esta razon,
estando encerrado no se participa de toda su melodía. Los Franceses le llaman
Moqueur, burlador, porque arremeda á quantos animales oye; en lo que, y en la
variedad del canto, é inquietud que le acompaña manifiesta su alegria y viveza
natural. Esta es causa de que en viendose encerrado, se entristezca, y que
muera prontamente; á lo que tambien contribuye el ser delicado para mantenerse
en jaula: sin dificultad puede mirarse como el Rey de los Pajaros por el canto:
su alimento son los Mosquitos, Moscas, y otros Insectos, y por esto tiene el
pico largo y delgado, dispuesto para cogerlas.
Son igualmente propios de aquellos Países
otras tres especies de Pajaros, cuyo cánto es divertido y particular: los
Franceses, atendiendo á los matices de los colores, los nombran á los unos
Papas, á los otros Cardenales, y á los terceros Obispos; unos y otros abundan
mucho; los que llaman Papas son los que en Español se nombran Mariposas,
aludiendo á la perfeccion de los coloridos que tienen sus plumas tornasoladas:
los Obispos son los que llamamos Azulejos: estas dos especies son menores que
la de los Cardenales, y todas tres tan delicadas para mantenerlos encerrados,
que mueren muchos antes de conseguirse alguno que resista.
Asi como los Cardenales tienen la pluma
de todo el cuerpo colorada, hay otros Pajaros del propio tamaño, que tienen
parte amarillo el cuello, y los encuentros de las álas negros, y son los
Turpianes, cuyo canto es tambien entretenido: otros, que son de un color rosado
hermoso, y á este modo mucha variedad; todos ellos son de paso, mediante que en
el Invierno no se vén por ninguna parte, y sin duda ván á buscar clima mas
benigno, adequado á su naturaleza.
En las partes altas del Perú, los Pajaros
mas particulares son los Piches, muy comunes en todas las Indias, y tienen buen
canto: tambien hay Gilgueros, y en las quebradas no faltan Periquitos, ó
Cotorritas de casta pequeña; y al pié de la serranía, que son las cabeceras de
Valles, se vén en abundancia Cotorras, de la especie regular de los Países
cálidos; siendo reparable, que en la parte que se denomína Valles, no las hay.
Aun mas digno de notarse es, que siendo abundante la Isla de Cuba y costa de
Canpeche de Pajaros grandes de plumage, matizados de colores vivos, como
Guacamayos, de distintas especies, y Cotorras; ni estos, ni los Periquitos se
vén en la Luisiana. La razon que puede encontrarse para ello es, que estos
necesitan de temperamento, que constantemente sea cálido, por no ser capaces de
resistir los frios del Invierno; y no siendo de tránsito, que con el buelo
puedan atravesar el Mar como otros, no pueden subsistir allí, donde los hielos
del Invierno los aniquilarían. En el territorio baxo del Perú no dexa de haber
Invierno, aunque el frio es moderado, procedido de mantenerse cubierto el Sol
por espacio de algunos meses, y de experimentarse las Garuas. En las quebradas
de las cabeceras, que están lexos del Mar, no son tan permanentes; y á
correspondiencia aun es mas moderado el grado de frio; resultando de ello, que
en alguna parte se hallan las aves de temperamento cálido, y en la otra no.
En las Cotorras y Guacamayos se observa,
que se posan sobre las Palmas, ú otros arboles, en crecido numero, en cuya
forma se les tira, y caen quantos puede abrazar la municion; entre ellos no
dexa de haber algunos que solo están lastimados; estos, viendose sin facultades
para volar, graznan sin cesar, y al ruido acuden los que espantados al tiro
salieron volando; y revoleteando al rededor del caído, se les tira; con cuyo
arbitrio es considerable la mortandad que se hace de ellos, que es un modo
divertido para los Cazadores.
Las aves de agua parece que se acomodan
mejor á todo genero de temperamentos; las especies de Patos, que son distintas,
se hallan con abundancia en los Rios de la parte alta del Perú, y en Lagunas
que están sobre los cerros de mas elevacion, cuyo grado de frialdad es
bastante: siendo las especies mas comunes las que llaman Patorras, que son de
los mayores, Labancos, Patillos, y Gallaretas. De estas propias especies se
encuentran en los Valles; los hay en Guayaquíl, en todos los Países de la Zona
Torrida, en la Habana, en la Luisiana, y en las partes mas al Norte de la
América Septentrional; de modo, que es entre las aves la mas difundida y
abundante. Esto propio se observa en las partes mas frígidas ácia el Sur, lo
qual confirma su generalidad.
Son muy crecidas las matanzas que se
hacen de ellos en la Luisiana: diariamente se vén Cazadores cargados de ellos
quanto pueden soportar, siendo la carne mas ordinaria que se consume desde
Noviembre hasta Marzo, y por lo regular las familias tienen un Indio, ó Mulato
Cazador, que saliendo por la madrugada, buelve á hora competente con porcion
necesaria para el gasto del dia.
En las Lagunas de la parte alta del Perú
hay una especie semejante á la Gallareta, que llaman Jujui: ésta es de pluma
negra, y engaña con el éco de la voz, imitando en ciertas sylabas la de las
personas, con tal propiedad, que los Cazadores se equivocan, creyendo ser los
compañeros que los llaman: no levantan vuelo, y su defensa es zambullirse al
sentir el rastrillo de la escopeta: esto propio sucede con los Zambullidores,
que tampoco lo levantan, y es otra especie diferente de la de Patos: en el
tamaño son como Palomos; la pluma blanca, y á manera de pelo, el pico agudo,
sin paletas: las Gallaretas son comunes á todos temples, encontrandose con
abundancia en las lagunas que son fecundas de aves.
Son vistosas y particulares entre las
aves aquátiles las Perionas por el color, siendo en el cuello, pecho, y hasta
la medianía del lomo de un rosado muy vivo, y tan hermoso, que se viene á los
ojos: desde allí vá disminuyendo, y termína en blanco por la parte de la
rabadilla; su cuello es largo y encorbado, al modo del de las Garzas; el animal
es del tamaño de las Abutardas, y vuela en vandada, manteniendose de los animalillos
del agua, y de las raíces de plantas que se crian en ellas: despues de muerto
se apaga sensiblemente el color, perdiendo la viveza, y queda amortiguado: por
esta razon es el ave en donde propiamente se distingue la vitalidad de la
pluma. En la Luisiana hay de estos Pajaros, y en otras partes de las Indias,
como en los Cayos de la Isla de Cuba por la parte del Norte: danles tambien el
nombre de Flamencos, y tienen un olor fuertisimo de Mariscos, que los hace
insoportables, bastando solo tocarlos, para infeccionarse. El pico es largo y
grueso, adequado para cortar las raíces de las Eneas, y Juncos.
En los valles de la parte baxa del Perú
son mas abundantes las Garzas, que en la alta; y en sus especies hay variedad:
en la Isla de Cuba los hay con mayor frecuencia; y en la Luisiana son
igualmente comunes. En esta clase hay una especie, que no se encuentra en la
parte alta, y sí en la baxa del Perú; llamanla Espatula, porque su pico es
precisamente en figura de ella; su largo es de 3 á 4 pulgadas, una, ó poco
menos de ancho, y en la extremidad hace una figura circular, siendo mas ancho
que el resto. Es al mismo tiempo muy delgado, consistiendo en dos hojas finas y
lisas; de suerte, que no tiene diferiencia á la Espatula: el modo que tiene de
pescar es particular, haciendo un medio círculo con la Espatula, tanto de un
lado como de otro; y usa de ella con tanta destreza, que no se le escapan los
Pescadillos quando la dirige ácia ellos: en el tamaño del cuerpo y en el color
es como las Garzas pardas de la casta pequeña. Es la Luisiana mas abundante de
Pajaros de agua que los demás Países: la casta de Anzares silvestres es mas
crecidisima; la de Grullas y Abutardas igualmente, y la carne de estas aún es
mas gustosa que la de los Patos, sin el defecto de sentir amarisco, como sucede
con estos, particularmente desde Febrero en adelante, en cuyo tiempo sobresale
de tal modo, que no se pueden comer sin fastidio.
Allí son de paso estos Pajaros de agua,
viniendo de las grandes lagunas que están ácia la parte del Norte: en el Verano
no se vén, y en los dias que hace hielo es en los que son mas frecuentes las
vandadas; pero si al frio acompaña alguna niebla y viento, entonces vuelan mas
cerca de la tierra, y se pueden tirar mejor: de aquella costa de la Luisiana y
Florida pasan á Cuba, y á las otras Islas, y nunca se les vé bolver á buscar
los Países del Norte en tiempo de calor.
Otra especie de Pajaros hay en la parte
alta del Perú, que no entran al agua, y andan siempre á las orillas de las
Lagunas: su tamaño es como el de una Gallina: el color obscuro, tirando á
negro, la zanca larga, y el pico largo, encorbado, y delgado, al modo de la
Gallineta; vuela regularmente, y su carne es buena: de esta especie no se
encuentra en la parte baxa, ni los hay en la Luisiana, porque necesitan temple
frio para mantenerse.
Los Sarapícos y los Chorlítos son de la
especie de los comunes á distintos temperamentos: con igual generalidad se vén
en aquellos destemples de la parte alta, como en los de la baxa del Perú; y en
la Luisiana no son menos abundantes.
Lo propio sucede con otra casta, que
llaman Frayletes, y algunos les dán el nombre de Gritadores: son en algo
parecidos á las Aves frias. De ordinario están en la parte en donde hay
humedad, siendo los enemigos de los Cazadores, porque luego que los sienten se
levantan gritando con un graznido agudo y penetrante, que sirve de aviso á la
caza; y espantada antes de tiempo, alza el vuelo, sin dexar proporcion para
tirarle.
La parte alta del Perú, por razon del
clima frio, y la baxa, por la de no llober, son diferentes de los territorios
cálidos en donde lluebe, y del de la Luisiana: en aquellos la tierra se halla
desnuda, y los arboles están esparcidos, á excepcion de las quebradas, en donde
el temple y accidentes varían; y estos otros se hallan tan poblados de ellos,
que convidan á las aves para que vayan á anidar entre la frondosidad de sus
hojas, y mantenerse con la diversidad de sus producciones. Estas circunstancias
facilitan que haya en ellos las que son propias de monte. Las Pabas montesas es
una de las especies que alli se crian con bastante abundancia, cuyo tamaño es
mayor que las de otras partes, y que las domésticas: su carne es gustosa; y es
tan poco lo que se diferiencian unas de otras en la figura, que se equivocan.
Tienen el vuelo ligero como otras aves, siendo esto en lo que mas se distinguen
de aquellas.
En correspondiencia de esto, la parte
alta del Perú logra tener Perdices, y criarse Alcones muy finos, con los quales
se hace una de las cacerías mas gustosas y entretenidas que puede verse. Las
Perdices se encuentran en los Ichales, que son parages frios, y no se vén en
las quebradas, cuyo temperamento es mas benigno, ni se juntan en vandadas, como
en Europa: allí andan apareadas, ó solas, y esto es causa de que no sea tan
facil su caza: los Países son doblados, y lo que llaman Llanadas, son Lomas,
mas, ó menos pendientes, y baxos, ó cañadas, que con la frequencia de cuestas,
y la fatiga que causa en la respiracion la sutileza del ayre, no permiten
hacerla con escopeta, y por esto se usa de los Alcones insdustriados por los
Indios, en cuyo modo la Perdiz que lebanta el buelo, acosada por los perrillos,
baxa precipitada entre las garras de aquellos que ván en su seguimiento. Allí
son sin comparacion mas que en el Reyno de Quito. En los cerros de la parte
baxa las hay tambien, sin embargo de que el clima no es con mucha diferiencia
de la frialdad que el de la alta. En la Isla de Cuba, que es temperamento
cálido, las hay asi mismo, aunque en algo diferentes.
Las Becasinas se encuentran al simil de
las antecedentes en lo destemplado de aquellas eminencias, no siendo menos
comunes en la Luisiana; suelen encontrarse tambien en la parte baxa, aunque no
con abundancia.
Los Condores, cuyas singularidades
merecen no pasarse en silencio, son sin duda de las aves que vuelan, la mayor
que se conoce, sirviendonos de esta frase para distinguirla de los Avestruces,
que aunque se sirven de sus pequeñas alas, no son suficientes para el vuelo.
Estos otros, por el contrario, son de los que mas se remontan en aquella
athmosphera, cuya densidad desde luego se puede asegurar sin error ser la mitad
de la que tiene en el nivél de la Mar. El es tan propio de los climas frios
como de los calientes, encontrandose en lo alto de las Punas del mismo modo que
en los Valles; pero no los hay en las partes que están pobladas de arboles, ó
son montuosas como Guayaquíl, Panamá, y otras: su pluma forma un entretexido
tan bien preparado, que no lo penetra la bala de fusíl, ni el animal se inmuta
al recibir el golpe. Ha sucedido tirarle 8, ó 10 tiros seguidos, oyendo dár las
balas sobre él, y caer éstas al suelo de rechazo sin haberle hecho daño alguno:
por varias veces repetida esta experiencia en la parte alta del Perú, no hubo
exemplar de poderles penetrar con tiros regulares. Debe suponerse que lo que
sucede allí puede no ser regla para otras partes, porque con el frio del
temperamento están los poros mas cerrados, la piel es menos flexible para
dexarse penetrar, y á su semejanza la pluma, con particularidad en una Ave que
está tan bestida de ella. En las playas del Mar del Súr, que desde los quatro
grados por aquella parte empiezan los Valles, hay mucha abundancia de ellos
saciando su voracidad en el Pescado muerto, que arroja el Mar, y se tiene por
peligroso pasar por donde están, pues siendo animal de tanta fuerza darán fin
de quien lo intentase.
La variacion que tienen las cosas en el
Mundo se toca á cada paso; y lo que un dia se registra de un modo, con el
discurso del tiempo se halla diverso otro. El Rio de Chagres es muy diferente
al presente de lo que era ahora 20 años: la frondosidad de sus orillas, la
abundancia de animales propios de aquel temperamento, la hermosura en los
matizes de las distintas especies de Aves que se registraban entre los
pimpollos de los arboles, y alternaban en sus cantos, y el conjunto de un
verdor muy vivo y variado, se ha transformado en casas de madera, fabricadas á
distancia unas de otras por las gentes que se han establecido allí, las quales,
desmontando desde las orillas hasta cierta distancia en lo interior, han dado
cultura en la tierra, desterrando por este medio la abundancia de aves y
animales que poblaban antes aquel Rio.
A vista de este exemplar no es dudable
que con el curso de los tiempos las cosas de aquellos Reynos muden de aspecto
tomando otro diverso, y acercandose al que tiene Europa. En estas novedades se
conservan las razas de Animales, y de las Aves, sin alteracion, con solo la
diferiencia de que unas se retiran de los parages donde no encuentran las
proporciones que necesitan para hacer sus nidos y alimentarse; y las otras se
minoran sensiblemente, como sucede con las Vicuñas, á fuerza de perseguirlas, y
de hacer crecidas matanzas en ellas.
Entretenimiento
IX
Sobre los
Pescados particulares.
No es menos abundante el elemento del
agua en los Pescados, que los de la tierra y el ayre, en los animales y
volátiles. Estos se mantienen de los alimentos que les da la misma tierra; y á
medida que varían, por causa del temperamento, ó por la de la sutileza del
ayre, es menos estraño que se diversifiquen entre sí, y que los que se hallan
en una region no sean comunes á otras. En el agua y en sus produciones parece
que no debería ser tan sensible la variedad, por no constar de la convinacion
de partes que constituyen aquella; no obstante se observa, que las produciones
de animales aquatiles no son unas mismas; y que las especies que hay en unos
Mares no son comunes á otros, si bien hay algunas que lo son. De esto debe
inferirse, que ademas del temperamento, y de los pastos de que se alimentan
concurre la generalidad de las semillas, ó su falta. El Mar del Súr es
abundante de Pescados: la parte alta en sus Rios y Lagunas no lo es tanto en el
Perú, y menos en la de Quito; sin que esto pueda atribuirse á ser mas templadas
las aguas en unos que en otros, ni á la circunstancia de llevar mas rapidéz,
porque en esto son iguales. Pero antes de explicarlo será bien decir algunas
particularidades de aquellos Mares.
Las Ballenas son bastantemente comunes en
el del Súr, no solo en la Bahía de la Concepcion, y de allí ácia mayor altura,
sinó en los parages dentro de los tropicos, y hasta los 12, ó 13 grados de
latitud. En Europa es regular irlas á buscas los que se ocupan en su pesca, á
los climas frios del Norte, siendo raro verlas de los 40 grados ácia menos
latitud. La causa de esta diferiencia no es facil averiguarla, porque si fuese
por razon de ir á los Mares en donde no hay Sardina, las costas de Galicia son
abundantisimas de ella, y no por esto se vén con frecuencia, como sucede en el
Mar del Súr. Lo que allá se repara es que acuden á la Anchoba, ó Anchobeta,
cuyo Pescado es abundantisimo, y que con este incentivo se vén en cantidad, y
algunas quedan baradas en las playas, por ir en su seguimiento, y allí mueren,
despues de mucha brega.
No es facil decir si las que allí
frecuentan las costas de poca altura son con toda precision del mismo tamaño
que las de los Mares de Europa, pero lo que no admite duda es que son parecidas
en la figura, y disformes en el grandor, pues las hay tales, que puestas al
costado de una Embarcacion de 700 toneladas cogen tanto espacio como las tres
quartas partes de su largo, considerandolas desde el principio de la cabeza
hasta la extremidad de la cola; de suerte que pueden estimarse á corta
diferiencia de 25 varas de largo; y como entre ellas hay mayores y menores, no
puede ser este tamaño regla fixa para tudas las de aquel Mar. Sus cabezas, como
si fueran peñascos donde batiese el Mar, se hallan llenas por la parte superior
de escaramujos y de conchas de varias especies que se pegan y hacen allí su
procreacion, no menos que de verdín, al modo del que se cria en las mismas
peñas, ó en las partes de los Navíos que baña el agua, despues de mucho tiempo
de no haberse limpiado.
Este pescado monstruoso se sustenta de la
Anchoba, y el modo de proveerse es digno de notarse. Se acerca á los parages en
donde hay cardumen, esto es, que se halla en gran porcion por ser comederos; y
allí, azotando el agua con la cola muchas veces, y batiendola á fuertes golpes,
mata quanta puede alcanzar, que por ser grande y muy abierta tiene bastante
extension: asi continúa hasta que el cardumen se divide huyendo de la
persecucion, entonces come la que queda muerta, y buelve despues en busca de
aquel para darle nueva embestida. Sucede en los Pescados lo que entre los
animales terrestres, que unos andan separados, y otros en compañia: la Sardina
y Anchoba son de la clase de estos segundos; y los parages en donde tienen
comedero están tan poblados de ellas que no se vé otra cosa: de aquí viene que
las matanzas que hace en la muchedumbre son correspondientes á lo que necesita
para mantenerse.
Es perseguida la Ballena de otros
Pescados que tiene por enemigos, pero principalmente del Pexe Espada y Pexe
Sierra: su defensa es con la cola, como que siendo de un tamaño disforme es la
mejor arma de que se puede servir. El combate de uno con otro es entretenido
por las bueltas y movimientos extraordinarios que hace con ella, y con la
cabeza: unas veces saca fuera del agua la una, que parece salir un promontorio:
otras la otra, como si fuese vela de Embarcacion, en donde rebervera el Sol
como si diese en un espejo, y dexandola caer rabiosamente sobre el contrario,
azota el agua fuertemente, levantandola en gruesos borbollones. Entonces se le
percibe estár enfurecida, y lo denota no solo en la forma de moverse y
manejarse, sino tambien en los mugidos roncos que despide, siendo tales que se
perciben á la distancia de una legua de la Playa. Es cosa sabida ser este
Pescado de la clase de los que arrojan por las trompas, ó aberturas que tienen
sobre la cabeza, el agua que recibe por los conductos de las quijadas y
agallas. Esto lo hacen al tiempo de sobrenadar en el agua, y la que levantan en
penachos muy altos es en bastante porcion. Quando descubren la cabeza por
estarse combatiendo, no son tan altos, ni tan abundantes los penachos, siendo
la causa la agitacion que padece; pero quando no milíta este empeño, ni el de
la pesca, parece que se recrea, porque con tranquilidad descubre la cabeza
señoreandose en las aguas, y con el bufido, ó soplo despide los promontorios de
ellas, que divididos en el ayre hacen una vista hermosa, á lo qual ayuda el
reflexo del Sol que dá en ellos.
Asi como tiene combates con sus contrarios, y persigue á los que
necesita para alimento, se exercita otras veces en retozos con sus semejantes:
entonces se aproximan sacando la cabeza fuera del agua á un tiempo, se ponen
muy cerca la una de la otra, y haciendo demostracion de quererse asir con la
boca, se desembarazan como burlandose la que huye de la que acomete: otras
veces se enroscan por las colas, y entre estos movimientos sacan del agua mucha
parte del cuerpo con ligereza, como haciendo amago de saltar. Todos estos
exercicios son por lo regular dilatados: en el combate suele mantenerse una
mañana entera: en el retozo, ó juego con las de su especie lo mismo; y en la
pesca permanece quanto le dura el hambre, ó halla cardumen en donde cebarse.
Los dias serenos, quando el Sol está mas vivo, son por lo comun en los que dá
señales de retozo: en los turbulentos y opácos es regular no parecer; y al
nadar sobre las aguas para arrojarlas, saca la cola, despues de zambullir la
cabeza, haciendo tantos remolinos como los que forma un Navío por su popa.
Tiene espiracion, que es con la que
despide el agua: en ella suele arrojar eructos de tanta fetidéz que inficionan
el ayre en dilatado espacio, siendo tan fastidiosos é insoportables que no se
pueden resistir quando los repite mucho: este es efecto de la porcion de
escrementos, ó materias indigestas que encierra en su estomago.
En Europa se ván á buscar á las partes
frígidas del Norte, armandose Embarcaciones expresamente para ello, y esto se
hace con el fin de convertirlas en aceyte, y de aprovechar sus agallas, que es
lo que comunmente se llama Barba de Ballena. En las costas de la
Nueva-Inglaterra se hacen tambien pesquerías con bastante espendio; y de lo que
llaman Esperma se fabrican las velas que tienen este nombre, siendo de tanta, ó
mas duracion que las de cera, con las vantajas de ser mas blancas,
transparentes, no correrse, ni dár olor alguno: hacen la luz muy clara, y nada
pesada para la cabeza. De lo que se saca de este Pescado se proporcionan distintas
cosas para el uso de la vida y del comercio. En el Mar del Súr, donde sin
trabajo y sin armamentos, ni costos pudieran hacerse pescas crecidas, aun
dentro de las mismas Bahías, y sin apartarse de las costas, no se ha pensado en
ello, y se desprecian las utilidades que facilitarían, no solamente á aquel
Reyno, sino á la España, por las crecidas cantidades que se gastan en Barba y
Cera del Norte para alumbrarse, y para el consumo de ambas Indias. En éstas se
hace poco aprecio de lo que no es plata, ú oro, siendo esta la causa del
abandono en que se advierten esta y otras especies de comercio, sin
consideracion á que la plata se desaparece como los vapores de la tierra quando
faltan las otras cosas necesarias para la vida, y que sin tener los medios de
conservarla es un engaño de la aprehension. Allí podrian hacerse grandes
pesquerías, sin mas trabajo que ir sobre ellas por las costas en Lanchas, con
los atavíos necesarios. El Aceyte tendría el propio uso que se hace de él en
las demás partes; y las Agallas, osamentas, y grasa producirían muchos
quintales de Esperma, asi como en la Nueva-Inglaterra, donde son estas cosas
parte de las minas que les proporcionan las riquezas que atraen con ellas.
De los Pescados que abundan mas en aquel
Mar es uno el que llaman Chita: su calidad es delicada, y se conduce fresco sin
sal para el consumo de la parte alta. Su tamaño es como de media vara, y tiene
de ancho cosa de una tercia, haciendo figura quasi obal: su carne es en hojas,
y éstas muy blancas, al modo de la Corbina; y el grande expendio que hay de el,
asi fresco, como salado, acredita su abundancia; la que tambien se verifica de
otras especies que son comunes.
De los Pescados de Rios, los de la parte
alta, por lo comun, se reducen á dos clases, que son Preñadillas y Bagres, y
solo se distinguen en que las primeras son pequeñas, no excediendo de pulgada y
media, ó dos; y los segundos los hay hasta de mas de tercia: unos y otros son
de cabeza chata y redonda, de pellejo que tira á obscuro, y sin escama, sobre
el qual hay una baba pegajosa, que para comerlos es necesario quitarla
estregandolos mucho con ceniza, porque de lo contrario les comunica olor y
gusto fastidioso. La carne es blanca, delicada, y sabrosa, y no tienen mas
espinas que la de en medio. En los Rios, que corren por aquellas quebradas, es
en donde los hay, pero no con mucha abundancia. En el Reyno de Quito, aunque en
algunos de sus Rios se crian Preñadillas, los mas de ellos no tienen Bagres,
siendo asi, que ni en temperamento, ni rapidéz tienen desigualdad. Solo ácia la
parte de Cuenca se encuentran de ellos, cuyo temperamento es desde 13 hasta 15
grados de calor, constantemente todo el año: dos grados mas que el de
Iscuchaca, en Invierno, y uno mas fresco que el mismo en Verano; pero sin llegar
á aquel parage hay cerca de la Ciudad de Quito muchas quebradas, en cuyos
terrenos se cria la Caña de Azucar, que requiere clima mas cálido que el de
Cuenca, y sin embargo de ello no los crian; de lo que se debe inferir, que el
no haberlos es por faltarles la especie. Tienen tambien los Rios de las
Quebradas de la parte alta del Perú un anfivio, que llaman Zaramagullon: este
es todo negro, el cuello largo, y el pico al modo del de los Patos, pero mas
estrecho: su tamaño es como el regular de aquellos, y la pluma tan pequeña, que
es un medio entre pluma y pelo: en su carne sobresale mucho el gusto de
marisco, de que se infiere que se mantiene con las Preñadillas, ó con los
Bagrecillos chicos.
En los lagos situados en partes frígidas,
superiores al terreno en que están las poblaciones, no se encuentra especie
alguna de pescados, dexandose entender no ser adaptado el clima para ellos por
causa de la mucha frialdad.
Parece que los pescados mas grandes
deberían tener mayor resistencia al frio que los pequeños; y que aquel clima en
donde empieza á haber proporcion para la susistencia de estos vivientes habia
de verificarse en aquellos que son de mas corpulencia, con respecto á la
cantidad de agua que llevan los Rios, para que pudiesen nadar; pero no sucede
asi, siendo muy al contrario, que los mas pequeños son los que se crian en
ellos. En aquellos, cuyo clima es mas frio que el de las quebradas, como de 5 á
6 grados sobre la congelacion, se crian unos Pescaditos tan chicos, que aun no
llegan al tamaño de media linea; llamanles Chiches: son de la hechura de un
Besuguito, y abundan tanto, que no tienen numero; nadan por la superficie del
agua, y los Indios los pescan con unos cedacitos, ó esterillas de junco,
metiendolas en el agua como para espumarla: hacen de ellos unas tablillas de
media quarta de largo, y quatro dedos de ancho, con medio de grueso,
poniendolos en prensa para que se únan unos con otros, y despues los preparan
al humo: sirven asi para condimentar las comidas, á las quales comunican un
ligero gusto de marisco, que se acomoda al paladar de aquellas gentes
agradablemente. En Lima, como en todo el Perú, se hace considerable consumo de
ellos, entrando en el numero de las especerías. No se encuentran en todos los
Rios, siendo señalados en los que los hay, y se cogen en donde hacen remanso.
Nunca llegan á crecer mas de aquel tamaño; y los hay tambien en temperamentos
algo cálidos. La circunstancia de estár en la superficie del agua dá á
entender, que viven de los insectos imperceptibles del ayre que se mantienen de
la misma agua. Los antiguos Indios
usaban del Chiche para aderezar sus comidas, y de ellos lo aprendieron los
Españoles; siendo la Esterilla, en su hechura, y el modo de usarla, semejante á
lo que acostumbraban para otros fines, y ellos son los que se ocupan en este
genero de pesca, que pide bastante paciencia, habiendose de mantener en el agua
hasta la rodilla, en cuya forma ván andando lo largo del Rio, y espumando el
agua, como queda dicho, para sacarlos. Quando están vivos se les nota algun
movimiento, pero sin saltar mucho, tal vez porque su pequeñéz no se lo permite.
No se reconocen en aquellos Rios otras
especies de pescados mas que estos, y es natural que sea por no haber en ellos
la semilla correspondiente; pues asi como los que se han nombrado subsisten,
pudiera haber otros, que en Rios de climas frígidos, y de bastante corriente no
faltan.
Dexando los Países Australes, se pasará á
dar noticia de algunas particularidades en los de la parte del Norte de la Equinocial:
y empezando por la Habana, será lo primero la infeccion de la Ciguatera; esta
es una enfermedad, que comuníca el pescado quando se halla maleficiado de ella,
y con particularidad cierta especie, que dicen ser mas propensa á el que las
otras: basta comer una vez de él, para contraher el mal. Esto se atribuye, á
que come la fruta que llaman Manzanilla, la qual es de las que crian aquellos
campos, y se tiene por venenosa; á lo que corresponden los efectos que causa;
por esta razon está prohibida la venta de los que llaman Ciguatos, y dicen que
se conoce en que tiene los dientes amarillos; y poniendole en la boca quando
está cociendo algo de plata, toma el color de cobre. Los efectos de este mal
consisten en laxitud de todo el cuerpo; ponerse el color pálido, el semblante
abatido y macilento, la vista triste, dolores fuertes en las coyunturas y
huesos por todo el cuerpo, y enflaquecerse sensiblemente, acompañandolo la
inapetencia á comer, y disgusto á todo. Sino se procurase atajar el progreso,
terminaría fatalmente. El remedio que comunmente practícan, es, usar del
Aguardiente bebido, y de algunos apositos que aplican para mitigar los dolores:
la parte espirituosa de este licor aníma los espiritus, pone en movimiento la
sangre para que se sacuda del humor maligno que la inficiona, y se restablece
la naturaleza, pero no sin que se tarde algunos dias, y aun meses en ello.
Esta qualidad nociva de los pescados no
se conoce en las costas de Cartagéna, Tierra-Firme, ni en las otras de aquella
parte, sin embargo de haber por allí el arbol del Manzanillo con abundancia, y
de tenerse su fruta lo mismo que en la Habana por venenosa, y reputarse hasta
su sombra por dañosa; siendo digno de notar, que en los pescados afectos á este
vicio no queden señas del veneno en la carne, ni se adviertan á la vista
desmedrados y enfermos.
La Tortuga es muy comun en aquella Isla,
y se vende su carne del mismo modo que la Baca: la pesca grande de estas se
hace en la parte Occidental en los baxos de Santa Isabél, y en otros parages de
ella, que el Mar tiene poco fondo: para ello se echan al agua los Pescadores, y
siguiendolas, se abrazan con la que encuentran, y la trastornan, poniendolas
boca arriba, cuya diligencia les quita la facultad de nadar. En este modo las
colocan en las embarcaciones, para llevarlas á la Habana, y allí las ponen en
corrales de estacadas que tienen hechos dentro del agua, para que se conserven
vivas, hasta que llega el tiempo de matarlas, para venderlas. La carne es
blanca como la de la Gallina, pero de mas consistencia. En la estacion del
Estío busca este animal las playas de arena, para poner sus huevos en ella, y
el instinto les hace elegir los parages donde peligren menos con los Pescadores
que las persiguen: las Islas de los Caimánes son de las que mas se pueblan; y
luego que sacan las crias, se buelven con ellas á los antiguos comederos.
Tambien abundan aquellas costas de
Careis; y aunque estos son parecidos á aquellos, por ser una de las especies de
ellas, hay mucha diferiencia en la carne, siendo nociva para la salud, en vez
que la otra no lo es: las costas y demás Islas de aquel Mar, particularmente
las que están entre la Equinocial y el Trópico de Cancer, son abundantes de las
primeras; pero fuera de las inmediaciones de la Habana no son frecuentes los
Careyes. En el Mar del Súr no son tan generales las Tortugas; y en la Luisiana
son bien raras; pero en los Rios que entran en el Misisipi las hay, cuyo
grandor es hasta de media vara; siendo muy pequeñas respecto del tamaño que
tienen las del Mar, y particularmente desde la Habana, ácia Cartagéna y
Tierra-Firme.
El Rio Misisipi, sin embargo de ser uno
de los grandes de la América, y de tener la profundidad que se ha dicho antes,
es pobre de pescados, y entre las pocas especies que tiene el que mas abunda es
despreciable. Este es uno, que llaman Barbudo, de la figura del Bagre; los hay
muy grandes, y tienen alguna semejanza en el vientre á los Taburones. La carne
es muy floja, flemosa, y de un gusto insípido; por esto solo la come la gente
pobre y los Negros. Los lagos que por la parte del Norte forman la Isla en que
está el Nuevo Orleans, y son formados de la entrada que hace el Mar entre la
costa firme de la Movila y la Isla, tienen abundancia de pescados, siendo de
estos de los que se abastece la Ciudad. Las aguas del Rio son frias en todo
tiempo, cuya circunstancia puede ser causa de la escasez que tienen de pescados
en especies y en cantidad.
No sucede asi con los Camarones y con los
Langostinos, de los quales parece estár sembradas las tierras con sus semillas;
segun la abundancia y facilidad conque se procrean, multiplicandose sin
termino. Cada especie de estas tiene su tiempo; y es tanto lo que hay de ellos,
que vulgarmente dicen allí ser el Maná del País, porque en realidad se suple la
necesidad de aquellas gentes, sirviendoles en parte de alimento y de gusto. Con
las lluvias en tiempo de Verano, que son copiosas, se llenan de agua los
parages desiguales, y los hoyos de donde se ha sacado alguna tierra, que luego
se encuentran con los Langostinos en bastante numero; pero consumida el agua,
porque dexa de llover, buelve á quedar el parage seco, sin indicios de haber en
ellos tales animales. La causa de esto parece no ser otra, que comunicarse las
semillas con las mismas aguas del Río, quando estas en las crecientes rebosan
por las orillas, ó por medio de los caños, ó cequiones que abren para los
molinos; y esparcidas por la tierra, se recogen en las lagunillas, y procrean
en ellas con brevedad: allí es regular ir por la tarde á pescar los Langostinos
que han de servir de cena: cada familia envia algun muchacho de sus esclavos, y
estos hacen la provision que se necesita, sin que se reconozca menos abundancia
en todo el tiempo que es regular haberlos; pasado éste, no buelven á verse
hasta el año siguiente.
Quando concluye el tiempo de los
Langostinos, empieza el de los Camarones; no siendo menos abundantes que
aquellos: y aunque estas especies las hay en otras muchas Provincias y en los
Rios del Perú, no son frecuentes como en la Luisiana.
De los otros pescados, que son ordinarios
en los Mares y costas, hay abundancia; pero la Isla de Cuba lo es en Conchas y
Arborizaciones Marinas, de las quales hay variedad de especies, cuya
descripcion y noticia pedia un Tratado particular.
Entretenimiento
X
De los Lagos
y de los Rios, dando noticia de lo que contienen de particular.
Los Países mas abundantes de Rios, en
terrenos desiguales y escabrosos, parece que deben serlo tambien de Lagunas,
porque de éstas salen aquellos, y se forman, recogiendose el agua en los
valles, ó llanuras algo profundas, hasta que rebosando, por la parte que está
menos alta se desahoga por ella, distribuyendose en uno, ó mas Rios, segun la
division que despues hace, ó los distintos surtideros por donde se derrama, sin
que esto obste á que las haya en los llanos donde concurra la misma razon, y
aunque no en tanto número son regularmente de mayor extension.
En el Canadá, por la parte que
corresponde al Súr y al Occidente, entre élla y la Luisiana, hay varios Lagos,
y algunos de 60 á 80 leguas de largo, con el correspondiente ancho, siendo asi
que el País es llano y baxo; pero esta misma circunstancia contribuye á ello,
porque las aguas que se recogen en su anchuroso espacio, encontrando terrenos
baxos é inferiores al resto de la llanura por donde corren, los llenan hasta
ponerlos iguales, con la que sigue por donde se les franquea el paso hasta el
Mar.
De este modo se forma el Rio de San
Lorenzo, ministrandole el caudal de aguas el Lago Hontario. Este las recibe del
Erie, á quien las comunica el Huron, y á éste las da el Superior, que está de
los 46 grados para el Norte, ocupando entre todos de Oriente á Occidente como
400 leguas.
No solo recibe cada uno de estos Lagos el
agua del inmediato que le precede, sino tambien de muchos Arroyos y Rios que
ván á dar á ellos: por esto vienen á hacerse Mares en medio de la tierra,
debiendo reputarse por tales quando son de tanta extension. Lo mismo sucede en
Europa, y en las otras partes del Mundo. Las desigualdades de la parte alta de
la América Meridional, siendo correspondientes á la frequencia é inmediacion
que tienen las montañas elevadas, no pueden dexar parages llanos de tanta
magnitud como aquellas.
Daseles tambien el nombre de Lagos,
aunque impropiamente, á algunas ensenadas que forma el Mar entre dos tierras,
introduciendose, ó teniendo su comunicacion por alguna boca estrecha. De esta
clase son los Lagos Borgne, Pontchartrain, y Maurepas, que por la parte del Súr
se hallan contenidos con la Isla del Nuevo Orleans. A estos, si no se les
quisiese aplicar el nombre de Balsas, por su poco fondo, pudiera darseles le de
Balsas, ó Ensenadas del Mar para distinguirlos de los otros.
Hay otra suerte de Lagunas que forman los
Rios quando su caudal es corto en las orillas del Mar, pues al modo que los
grandes forman barra, los pequeños, no teniendo fuerza para romper el
impedimento que las olas les oponen, se rebalsan, franqueandose pasa unas veces
por entre las concavidades y poros de las piedrecillas y arenas que los
contienen, y otras rebosando por encima á donde el impulso de aquellas no
alcanza. De lo que queda dicho se vé, que los Lagos deben entenderse de tres
modos: en el uno los grandes de una extension de muchas leguas como Mares;
otros pequeños; y otros los de las orillas del Mar. Que los primeros están en
las llanadas de mucha extension: los segundos en los Países altos de serranía
escabrosa; y los terceros en donde los Rios van á dár al Mar.
En los territorios baxos y llanos los
Arroyos y pequeños Rios, juntandose en un solo parage, si encuentran proporcion
para ello, forman lo primero una Laguna: el desague de ésta es un Rio, que
despues engruesa con las que se le juntan en el tránsito hasta el Mar. En los
Países montañosos se recogen las aguas del circuito de las montañas en el valle
que forman entre sí, como si cayesen en la concavidad de un estanque: de su
desague se forma algun Rio, y tiene principio la quebrada por donde corre:
aquel y ésta son en el origen pequeños, pero el primero se vá engrosando, y la
segunda vá tomando profundidad de tal modo, que á la distancia de dos, ó tres
leguas forman cauce; la profundidad y las eminencias, que le sirven de caxa,
son montañas de bastante altura, en cuya proporcion quanto mas se apartan del
origen son mayores. En este modo viene á conocerse el nacimiento de aquellas
grandes quebradas, ó aberturas, que por sus cabeceras no son de consideracion,
y despues aumentan de profundidad y anchura.
La parte alta del Perú se halla por todos
lados dividida en quebradas, por las quales corren otros tantos Arroyos, que
por lo comun tienen su principio en los Lagos, como se ha dicho: asi no es
estraño que sean allí mas frecuentes que en otras partes, y que se encuentren á
cortas distancias unos de otros, como de dos, ó tres leguas; pero por lo
regular su extension no llega á un quarto de legua en lo largo. Crecen en sus
orillas, ó en las Islas que forman algunos carrizales, eneas, y juncos: lo mas
ordinario es hallarse en las partes superiores á las Poblaciones, y muchos de
ellos en donde no consiente el clima, por lo frio, que crezca el Icho, ó Pajón.
Estos Rios, que baxando de la cordillera
siguen su curso por el País llano, padecen diminucion de sus aguas, por las que
se emplean con necesidad en fertilizar las tierras que no participan del riego
del Cielo, y no llevando fuerza suficiente para entrar en el Mar quedan
detenidas las aguas, esparciendose con el rebalso que hacen; para lo qual
contribuye tambien la circunstancia de ser muy llano el territorio y sin
declivio. Estas Lagunas desaguan filtrandose, segun se dixo, por entre las
mismas piedras, ó rebosando por el bordo que las detiene.
Por lo general los Rios de la parte
Occidental del Perú, que ván al Mar del Súr, no son tan caudalosos como los de
la Oriental que salen por las costas del mismo lado, porque el mayor espacio
que corren estos ultimos les facilita el ingreso de mas aguas que los ván
engrosando.
En las Lagunas donde es excesiva la
frialdad del clima, y que ésta comunica esterilidad á la tierra, no se vén
animales; y los volátiles, á excepcion de los que son propios de agua, se vén
muy raros; pero hay otras en que abundan con tanto exceso, que las aguas están
cubiertas de ellas, y por lo ordinario son estas las que están en parages mas
descampados, por hallarse los cerros mas distantes entre sí, y por lo regular
situadas en los lugares mas altos, ó en otros que no están inmediatos á las
Punas mas eminentes, donde nunca se desaparece la nieve: de lo que puede
inferirse que estos animales buscan lo mas desembarazado, sin que les
perjudique lo mas frio.
Del mismo principio que tienen allí los
Arroyos y Rios nace la abundancia de los manantiales que se vén: los
receptaculos de agua dexan filtrar mucha de ella por las porosidades de la
tierra; hallandose en elevacion corre por los conductos subterráneos hasta que
se abre salida por donde encuentra menos resistencia. Por esta razon son tan co
munes, que se encuentran ojos de agua á cada paso, y algunos de ellos tan
considerables, que desde su principio forman Arroyos: estos corren á juntarse
con el Rio mas cercano, y la concurrencia de muchos lo engruesan; asi, aunque
la parte que rebosa de las Lagunas no sea considerable, desde luego que sale de
ella vá aumentandose con la que le tributan los innumerables surtideros, ú ojos
que vá encontrando en el camino; unos dimanados de la propia Laguna, otros de
diversas, y todos siguen por donde corre el principal brazo. De aqui resulta
que aquel territorio esté dividido en ramificaciones de Arroyos y Rios por
todas las partes que se mira, cuya pintura dá idea de las aguas subterráneas,
pues siendo tantos los surtideros, es correspondiente el número de Veneros, ó
Arroyos ocultos, que la penetran.
En los territorios baxos y llanos corren
los Rios á su centro naturalmente con curso lento, y nada estrepitoso: las
vueltas y tornos que forman dilatan su camino, y esto ayuda á fecundizar mas
parte de tierra; supliendo asi en el Perú la falta que le hacen las llubias, las
fuentes, y arroyos, pues en ellos es preciso andar algunas leguas para
encontrarlos.
Por lo comun son las aguas del País alto
delgadas, cristalinas, y muy puras: naturalmente siempre están frias,
conservando esta qualidad del clima de donde provienen; pero es bastante
regular incorporarseles otras de ciertos Veneros que las vician: allí llaman á
estas Colpales, siendo propiamente Vitriolicas: esta qualidad la toman de los
minerales por donde pasan; de ello se origina, que tanto quanto son saludables antes
de la union, son nocivas despues de ella, y no solo se distinguen en el gusto,
sino en el color que comunican á las peñas que bañan, y á las orillas,
poniendolas roxas anaranjadas, procedido de la costra que ván formando en
ellas. La abundancia que hay de este genero de aguas indica ser bastante comun
el Vitriolo y los betunes en aquellas tierras; por esto varios Rios grandes,
que en el origen tienen aguas buenas, despues de haberse engrosado son malas, y
de gusto salobre; pero éstos mismos, juntandose antes de salir al País baxo con
otros de igual, ó mayor caudal, que no participan de tal defecto, buelven á
mejorar perdiendo la malignidad. Tambien concurre á disminuirla el sedimento,
que dexa por donde pasa, no menos que aquella costra que forma en la
peñasquería que vá labando; por esto en la parte del territorio baxo, que corre
desde que entran en él, no se percibe el mal gusto, y son utiles para el
regadío, y para beberse.
Hay ciertas aguas con la propiedad de
petrificar las cosas que caen en ellas, como las hojas de los arboles, las
maderas, los huesos, ú otras, especialmente si abundan en porosidades: la causa
de ello es que contienen mucha parte de limo sutíl, y algun áccido mineral, que
al paso que se para aquel, se une y endurece, fixandose en los remansos, ó en
el mismo suelo del cauce; pero es particular que la misma agua pierda la
fluidéz, siendo una de las qualidades esenciales de ella, y que se fixe,
formando canteras como las de qualquiera otra piedra. Es comun el concepto de
decirse que la Villa de Guancavelica está fabricada con Piedra de agua; y que
allí la de ciertos manantiales que están inmediatos se convierte en piedra, que
despues cortada y labrada se emplea en los edificios. Si lo antecedente es tan
estraño, no deberá serlo menos la circunstancia de que esta agua, de que se
forma la piedra, es tan cristalina, transparente, y pura que parece no contener
cuerpo estraño. Aquella Villa está rodeada de estos manantiales, y en cada uno
de ellos hay canteras de la misma piedra: el agua es caliente en tanto grado,
que de continuo humea, pero particularmente al salir de la tierra, de tal modo
que aunque no llega al grado de herbir, no se puede tener la mano mucho tiempo
en ella. Reposada en un grande estanque cortado en la misma piedra, que está
inmediato á uno de estos mismos ojos, ó manantiales, no se reconoce que haga
incrustacion en los costados, ni que por el suelo deponga la materia, que
petrificada disminuya la profundidad. En el se crian aquellas yerbas que son
regulares en donde está el agua retenida. Los derrames del estanque, bañando la
tierra por donde corren, sin haber perdido del todo el calor, hacen, en quanto
humedecen, una costra delgada, que tira á color amarillo, y ésta, con el
transcurso del tiempo, vá engrosando y tomando cada vez mas cuerpo: en los
principios no es dura, pero á medida que vá quedando mas profunda adquiere mas
consistencia. Las yerbas que no están arraígadas, las astillas, ó ramas que
quedan paradas en algun remanso se petrifican igualmente, y se encuentran
incorporadas con las mismas costras. Esta piedra es ligera, aunque no tanto
como el agua, porosa y blanda para cortas, cuyas qualidades conserva aun
despues de haber pasado tiempo de estár al ayre. La hay de dos especies, una
cenicienta clara, y otra naranjada: la primera es de mas consistencia que la
segunda, siendo diversas las canteras; de lo qual debe colegirse, que segun la
especie de la tierra que baña el agua, asi resulta la piedra distinta en el
color y solidéz.
El gusto del agua es malo, por ser gruesa
y salobre, pero los efectos son peores, y por esto los animales no la beben
aunque estén precisados de la sed. En el olor no se le percibe cosa estraña, y
usan de ellas para baños, sin que se haya reparado haber ocasionado malos
efectos.
Inmediato á Guancavelica, y por su frente, hay un cerro de regular
altura, que llaman Potocche: del pié de este, á cortas distancias, salen varios
ojos de agua; los unos las dán en extremo saludables y delicadas, y los otros
nocivas en el mayor grado: las primeras salen en el grado de frialdad, que es
regular en aquel temperamento; las otras con humadera tan abundante y densa,
particularmente en la estacion de los hielos, que forma nube sobre ella: de las
unas á las otras habrá medio quarto de legua, y en esta corta distancia se
encuentra repetida esta gran diferiencia. Las calientes son las que, como vá
explicado, forman la piedra: de lo que se dexa inferir, que aunque se hallan
tan cercanos entre sí los surtideros por lo interior de la montaña, siguen distintos
conductos, que no se comunican; siendo muy particular, que alternandose unos
ojos con otros, y siendo varios los que hay de cada especie, no se crucen por
adentro, ni salgan sus aguas mezcladas.
Estas aguas calientes petrificantes son
muy regulares en la parte alta del Perú, encontrandose en muchos parages, pero
en ninguno son tan abundantes, como en aquel territorio de Guancavelica. Sobre
la formacion de la piedra se ofrece un reparo, y es, que los parages que baña
donde se reconocen las incrustaciones, no se vé que con el transcurso de los
tiempos hayan crecido sensiblemente en altura, mas que las tierras contiguas,
hallandose iguales con ellas: y las canteras de donde se saca la piedra, están
desde aquella superficie profundando para abaxo; de modo, que se hacen,
hoquedadas hondas en donde se abre cantera, lo mismo que sucede con las de
otras especies: esto dá lugar á creer, no que el agua, como cree la vulgaridad,
se convierta en piedra por un modo de coagulacion, sino que tiene la propiedad
de unir las partes de la tierra, y darles la dureza que se vé en la piedra: de
no ser esto, era preciso que el estanque que se ha dicho, despues de los años
que existe, se hallase macizado de la misma piedra; que las tierras que baña el
agua, creciesen sensiblemente en altura, respecto de las otras inmediatas que
no baña; y que los surtideros, que están al igual de ella, se tapasen y
succesivamente se abriesen por otros parages mas altos de la montaña; pero no
hay tradicion de que haya sucedido; y asi no hay indicios de la mutacion del
agua en piedra, no obstante las incrustaciones que se vén de ella.
La parte baxa es suma mente escasa de
manantiales, y los que hay están en las pendientes de la alta. La falta de
lluvia y de congelarse hielos no permite que haya depositos de ella: la
igualdad del País es otro impedimento: y asise diferiencian tambien en esto,
pues lo que mas abunda en la alta es lo que mas escaséa en la baxa, la qual no
podria subsibtir sino le contribuyese la abundancia de Rios de la otra que la
bañan para fertilizarla.
En los territorios cálidos como Panamá y
costas de Cartagéna, que son baxos, no son frecuentes los manantiales, y los
que hay dán el agua en el mismo grado de calor que tiene el ayre, sin que la
circunstancia de haber corrido por lo interior de la tierra las haga algo mas
frescas, procediendo de que los Veneros no están á mucha profundidad, y elcalor
del Sol penetra hasta ellos, que es lo que se dixo tratando del temperamento de
la Habana. Portovelo está rodeado de montañas de bastante altura, siendo los
ramos de las cordilleras que pasan por el Ismo: allí hay abundancia de arroyos,
cuyas aguas son muy delgadas, puras, y cristalinas; y son asimismo algo mas
frescas que el temperamento del ayre, aunque la diferiencia no es mucha: la
misma causa que concurre para que los manantiales de terrenos baxos en aquellos
climas se hallen en el grado de su temperamento, contribuye por el contrario
para que en Portovelo sean diferentes en las montañas de alguna altura; no hace
tanta impresion el calor como en las llanadas baxas. A proporcion de la altura
son los Veneros mas profundos, y alcanza menos parte de calor; y por
consecuencia el agua lo percibe menos; y quando sale de ellos se siente con
alguna frescura, que no llega á ser frialdad.
Las aguas del Rio Misisipi, á la vista,
parecen las mas impuras y nocivas; pero en realidad no lo son: de continuo
están turbias, y tan sobrecargadas de Limo, que al tomarlas en un baso empiezan
á hacer asiento, y se vén moverse las partículas terreas en el agua en tanta
abundancia, que repugna á la vista: en el tiempo de las crecientes son muchas
las palizadas que arrastra, trayendolas de distancias muy dilatadas, unas de
arboles, que tienen algo de verdor, otras de troncos grandisimos, secos y
podridos en parte: esta abundancia de arboles y troncos no puede dexar de darle
al agua muchas partes de la sustancia que en sí contienen; pero no solo no se
percibe en ella, sino que la experiencia tiene acreditado ser saludables y
benéficas para la naraleza. Entranle tambien arroyos y Rios, cuyas aguas están
mezcladas con materias estrañas; otras salobres, pero la porcion considerable
de las suyas, no dá lugar á que sobresalga la mala calidad de las que recibe,
predominando siempre la parte saludable. En el Verano, quando se halla en su
mayor menguante, están algo claras, y entonces no son tan buenas como quando
está crecido, siendo la causa por que le entran las de el Mar á alguna mas
distancia con las maréas, y hacen rebalso las dulces, sin que por esto sean
perjudiciales para la salud. Entonces se sienten calientes por la superficie,
pero en lo profundo mantienen la frescura.
Siendo tan limosas como se ha explicado,
no engendran piedra, debiendose suponer, que por mas clarificada que esté, siempre
dexa muestras de contener algun limo: de ordinario se llenan varias vasijas
para que tenga tiempo de asentarse, y se bebe de la mas antigua: esta misma,
despues de reposada, aunque sea por tiempo de un año, tomada en algun baso, no
se le descubre á la vista señal de cuerpo estraño, porque se reconoce tan
diáfana y pura como el cristal mas transparente, y dexada allí uno, ó dos dias,
se vé en el asiento un limo sutilisimo, que parece jabon, el qual se nota
tambien sobrenadar en las vasijas grandes donde se pone, para que se aclare. La
gente comun, y la que trafica por el Rio la bebe turbia como viene
naturalmente, y no hay exemplar de que les haya ocasionado mal, aun usandola
quando se hallan fatigados y sudosos del trabajo de remar.
La qualidad fria que tiene, puede
proceder de venir de las partes del Norte, y de las muchas nieves que se
derriten en ellas, que son, segun lo que puede juzgarse, las que le dán origen:
desde ellas sigue recogiendo las de aquellas dilatadisimas llanuras, que tiran
ácia el Poniente y Norte de los 45 grados en adelante, en cuyo largo curso, y
en el que hacen los otros Rios que lo engruesan, se carga de las partes limosas
de aquellos territorios, y á fuerza de mantenerlas agitadas en el movimiento de
tanto viage, las adelgaza y sutiliza en los términos que se vén; pues miradas
en el baso parecen como, un humo que ocupa su capacidad. Esta misma sutileza
del limo, siendo de tal modo ligero, es sin duda la que comuníca al agua la
qualidad saludable para que facilíte la digestion, avive el apetito, y mantenga
la salud sin las intercadencias que se experimentan con las que no son tan
buenas.
Observase allí con las aguas de las
lluvias una particularidad, que no se oye de otras partes, y es, que en ciertos
tiempos, quando son mas abundantes, se vé sobre ella una nata amarilla, que
parece Azufre; esta la hay en los charcos y en las vasijas de madera que usan
para recibirla; es en bastante abundancia, recogiendose ácia los bordos, en la
que está detenida. Aquella athmósphera parece que abunda de partículas
sulfúreas, y lo acreditan las fuertes tempestades que se experimentan, siendo
muy raro el que llueva, sin que acompañe alguna conformidables truenos, que
hacen estremecer los edificios. Segun lo que dictta la experiencia, trahe el
origen de los bosques espesos de arboles, que abundan en resinas, los quales
exhalan lo mas sutíl, y en estas materias ván mezcladas las partes azufrosas
sutíles, que siendo en mucha abundancia, se incorporan y precipitan con la nube
que dá el aguacero y tempestad. Esta nata, ó azufre es tan ordinaria, que desde
luego está visible, y en unas ocasiones se nota mas abundante que en otras,
procediendo de aqui la vulgaridad allí esparcida, de que llueve Agua y Azufre,
aunque no pueda tomarse mas que por la parte oleosa sutíl de él.
El Rio, cuyas aguas quando crece se ponen
mas altas que el territorio vecino, y lo inundan en las partes donde no tiene
Malecon, ó Dique que las contenga, sirve de mucho beneficio en aquel País donde
toman las que necesitan; y conducidas por cequiones, ó canales, las aprovechan
para los Molinos, ó Sierras de aserrar Madera, siendo una de las principales
industrias que tienen aquellos vecinos. Aunque es tan caudaloso y ancho el Rio
Misisipi, se repara contra lo regular de otros no hacer mayores estragos en las
orillas, lo qual se atribuye á la profundidad que tiene, y que por esta razon
lleva la mayor fuerza su corriente por la parte baxa del Cauce, como que allí
es en donde concurre todo el peso y rapidéz: por esto los Diques, ó Malecones
que hacen, para evitar que se explaye, no son anchos, ni se les dá mas altura
que la que toma el agua en su mayor creciente.
Estas aguas que se toman del Rio, y las
que se juntan con las lluvias, van á dár á los Lagos en la extension que tiene
la Isla donde está situado el Nuevo Orleans, que desde la embocadura del Rio
hasta el caño que llaman impropiamente Rio de Ivervila, es de 68 leguas del
Sueste al Norueste, contando las bueltas que hace. El declivio que las tierras
tienen llevando los desagues para el lado de los Lagos, hace perceptible, que
el limo que el Rio depone, levanta con la continuacion las tierras que baña, y
juntamente su cauce; de donde procede aquella inclinacion para la parte que
está mas distante. Parece por las señales, que el cauce se levanta al igual que
las tierras de su inmediacion, dandolo á conocer la circunstancia de necesitar
siempre de un Malecon, ó Dique que lo contenga para que no inunde las
poblaciones, ni los lugares que se desmontan para el cultivo; no conociendose
diferiencia de la altura que tenia en los tiempos pasados, á la que tiene en
los presentes.
En la desembocadura al Mar hay tambien
alguna señal de levantarse el cauce; y consiste, en que ahora 50 años tenia 24
pies de agua la Barra, y al presente solo tiene 12 en las mareas llenas,
conservando por la parte de adentro la misma profundidad que tenia entonces.
Bien pudiera suceder, que la Barra, en las distintas desembocaduras que tiene
el Rio, creciese en altura, sin que el cauce se levantase; pero siendo uno
mismo el volumen de agua que llevaba en lo antiguo, que el que lleva á el
presente, y consiguientemente igual la fuerza de esta contra los embates de las
olas, parece que no hay razon para que ahora se detengan las arenas sobre aquel
nivél en mas cantidad que entonces; y parece mas regular que sea el cauce el
que se haya levantado, lo qual contribuye á que estén mas estendidas, y que
lleven menos fuerza que quando salian por canales mas reducidos y profundos.
Llama la atencion sobre las aguas, de que
se ha dado noticia, y de sus qualidades, una curiosa comparacion entre las
calientes de la parte alta del Perú, y particularmente en el Govierno de
Guancavelica, y estas de que acaba de tratarse: aquellas son cristalinas,
transparentes, y puras á la vista, y no obstante esto que manifiestan en la
apariencia, forman canteras de los territorios que bañan, reduciendo á la misma
especie las cosas que caen en ellas: estas otras son turbias, sobrecargadas de
limo, de tierras, y de las partes gomosas de los arboles, y no ocasionan piedra
á los que la beben, ni resulta otro algun mal, pues se ha dicho ser saludables
y buenas. Estas dos opuestas propiedades, que recaen sobre accidentes
encontrados, no pueden proceder de otra razon, que de contener las primeras, en
partes imperceptibles á la vista, unas materias propias á unir y endurecer la
tierra luego que se detienen en sus porosidades, y que el limo de las segundas,
por el contrario, subsiste en particulas muy menudas, que sobrenadan, y no se unen,
ni forman concrecion; pero siempre es particular por el engaño que causan á la
vista unas y otras.
Aquellos Lagos Borgne, Pontchartrain, y
Maurepas, que por la parte del Norte y Levante circundan la Isla del Nuevo
Orleans, son la entrada del Mar, entre élla y la tierra firme, cuyo paso llaman
el Rigole, y su anchura es competente para que puedan entrar toda suerte de
Embarcaciones: ácia la parte del Mar tiene de 16 á 18 pies de agua, pero en
todo su largo hay de 10 á 12 brazas: de esta profundidad se buelve á disminuir
á 11, ó 12 pies, que es la que tiene el Lago Pontchartrain: despues de éste el
Maurepas, á donde se entra de él; de suerte que la distancia que hace aquella
garganta, cuyo largo es de tres leguas, hace un pozo que excede en profundidad
á su entrada y salida en 50 pies por lo menos. El primero de los tres Lagos,
llamado Borgne, ó Tuerco, es menos profundo que los otros dos, no teniendo mas
que de 6 á 8 pies sus aguas ácia el lado del Levante, y aunque son dulces, son
gruesas, de mal olor, y gusto, de un color verdoso, al modo que lo están las
encharcadas: desde la medianía para el Poniente son del color de las del Rio, y
buenas para beber. Esta diferiencia viene de que por este lado no le entran
caños, ó esteros que vicien la calidad de los derrames del Misisipi, y por el
opuesto sí. De este Lago se sale al Mar, é inmediato á su embocadura está el
Rigole, que es la entrada á los otros dos Pontchartrain y Maurepas: sus aguas
son saladas, mezcladas con las dulces que caen en ellos por varios esteros, ó
caños que les entran, donde se recogen las de la Isla del Nuevo Orleans.
Descubrese Orizonte en todos tres; y
aunque su profundidad es poca, se agita el agua lo bastante quando sobreviene
tormenta de viento. Las Embarcaciones que los navegan son pequeñas, con
cubierta, no permitiendo las de mayor parte la agua y las barras, que tienen
los caños de S. Juan Tiguyu y otros que van á dár cerca del Nuevo Orleans, en
las quales solo hay de uno y medio á dos pies: son muy abundantes de pescados
de varias especies y buenos, con particularidad los que llamam Peges colorados,
que son grandes: de estos Lagos se proveé el Nuevo Orleans y aquellos
habitantes que están en las orillas del Misisipi.
Cada País tiene sus costumbres y usos
particulares; sucediendo lo mismo con las diversidades de las gentes. En el
Nuevo Orleans, molestados sus habitadores de los grandes calores, y convidados
de las proporciones que ofrecen los Lagos en la bondad del suelo y poca
profundidad de sus orillas, es uno de los entretenimientos que practícan ir á
bañarse y pescar. Para esto van á ellos en Barquitos pequeños, y sin despojarse
de la ropa, se meten en el agua, por la qual corretean y juegan, haciendose
varias burlas, como si estuviesen en tierra. La ropa no les incomoda por ser
delgada la que usan; y pueden pasearse hasta larga distancia de la orilla sin
que les moje mas arriba de la cintura, porque hasta estar bien apartados de
ella es el fondo igual, siendo despues de esta distancia quando empieza á
reconocerse la profundidad. Tendiendo las redes los Pescadores, se divierten
las personas que están de paséo en tirarlas hasta la orilla y vér salir el
pescado que vá en ellas: esto se repite las mañanas enteras, sin que resulte
daño. Despues se retiran á las casas de los mismos Pescadores, que hay allí,
donde mudan de ropa, y concluyen la funcion con la comida que se prepara en
mucha parte de los pescados que se han cogido. El Lago Pontchartrain está en
buena proporcion para estos paseos, que se concluyen en el mismo dia pasando á
él por el Caño de S. Juan.
Entretenimiento
XI
De las
dolencias que son particulares, segun la variedad de los climas y su
comparacion.
Es regular que la naturaleza de las
gentes y los animales participe de las distintas qualidades de los
temperamentos, y que, segun la variedad de estos, sea la disposicion de los
humores, y propension á las dolencias que predominan en ellos. Los
temperamentos frios están preservados de muchas de las enfermedades que reynan
en los cálidos, y en estos son comunes las contrarias á las que allá son
ordinarias: en unos proceden de la constipacion, de la falta de transpiracion,
de la coagulacion de los humores, y de la demasiada tension y entumecimiento
que sufren las fibras: en los otros de la mucha disipacion de laxitud de estas:
de la agitacion de los fluídos; y de la corrupcion puede decirse, que en el
primer caso la naturaleza se halla demasiado comprimida, y que en el segundo
peca por muy relaxada. Los territorios que están fuera de la Zona Torrida
participan de ambas intemperies con otro exceso distinto, procedido de pasar de
un extremo al otro, pues en elVerano se experimentan los efectos del calor, y
en el Invierno los del frio, sin mas intermedio que la Primavera y el Otoño,
que son los que preparan para pasar á ellos.
La diferiencia de temperamento del
Invierno al Verano en las cercanías de la Equinocial y aun en lo que coge la
Zona Torrida, no son considerables, y asi se observa en la parte alta, como en
la baxa del Perú; de aqui nace, que las intercadencias de la salud son quasi
las mismas en todas estaciones, con la diferiencia de ser en unas mas repetidas
que en otras; pero la naturaleza trabaja menos, porque no pasa de una especie
de temple á otro enteramente opuesto. La juventud está muy expuesta en los
climas cálidos por la disposicion que tiene á la fermentacion de los humores.
La vejéz se mantiene bien y adquiere otras fuerzas distintas de las que tendría
en donde el clima no guarda estabilidad: unos y otros viven sin mayores incomodidades
en los que son frios, porque una vez connaturalizados á ellos no tienen que
fatigarse en acomodarse á las extremosas desigualdes de las dos estaciones
opuestas.
En la parte alta del Perú se dice
comunmente, que el que vá sano se mantiene en el mismo estado; pero que el que
lleva enfermedad padece mas que en el parage de donde la sacó: esto no sucede
con todas, pues hay algunas que se curan solo con la mudanza del clima. En la
baxa no es asi, porque hay enfermedades, que quando el grado de calor aumenta,
sobrevienen á los que están sanos, del mismo modo que á los que padecen males
habituales. Hay no obstante una diferiencia entre estos climas calurosos y los
que pasan de un extremo al otro, y es, que habiendose habituado á ellos con la
larga residencia no viven tan expuestos; y asi, todas las incomodidades se
sobrellevan, y nunca son tan penosas como el salir de un Invierno crudo, y
entrar en un Verano caluroso, exercitando la robustéz con pruebas de
enfermedades y epidemias encontradas.
Son las enfermedades ordinarias de la parte alta las que provienen
de Constipaciones, Afectos de Pecho, Pleuresias, y algunos Reumatismos. Estas
son mas, ó menos graves, segun la disposicion en que encuentran los sugetos; y
quando, están bien humorados no es regular que les sobrevengan. Las Fiebres
intermitentes y las putridas no reynan allí; pero se nota en ellos que los que
ván de la parte baxa las llevan, y aunque parezcan sanos, á cortos dias de
llegados, se manifiestan, causando accidentes penosisimos, que en algunos son
de peligro, pero no se comunican á otros, ni transcienden á las gentes que
están acostumbradas al País.
En las quebradas profundas de aquella
misma parte, donde se produce la Caña de Azucar, sucede por el contrario; las
Fiebres intermitentes son comunes; siendo tal el estrago que causan, que llegan
á despoblarse las haciendas por la mortandad que ocasionan en los Indios, y
demás gente que las habita. Esta enfermedad es maligna, á distincion de las
fiebres de la parte baxa, que aunque sean molestas por la duracion, no suelen
ser de peligro; sin ser remedio suficiente salir de allí, y pasar á curarlas al
temperamento frio, porque esto prueba en unos, y en otros no.
En algun modo tiene semejanza con la
intemperie de algunas partes de Italia, quanto á contraherse con facilidad, y á
reynar por tiempos, dexando de molestar en otros. Quando está en vigor basta
hacer mansion en la Quebrada para contagiarse; y si llega á dormirse en ella,
sea de dia, ó de noche, es infalible contraher el mal; por esto los que caminan
no escusan rodear algunas leguas, yendo á buscar la cabezera de las quebradas
para evitar el tránsito por ellas; y los que mas se arriesgan lo hacen sin
detenerse en el camino, procurando atravesarlas en horas que sea lo menos
nociva que se pueda. De continuo se padece este mal en tales parages, pero no
son malignas en todo tiempo: hay algunos en que se declaran tales, lo qual dura
uno, dos, ó mas años, en cuyo término se despueblan, muriendo la mayor parte de
la gente, y huyendo la poca que queda, despues de haber visto los estragos y su
permanencia; de suerte, que hacen al fin lo que deberian practicar en el
principio. Pasado algun intérvalo de tiempo vuelven á quedar habitables, y se
pueblan de nuevo con aquellos restos que salieron fugitivos, y otros que se les
agregan, sin embargo de no ser nunca sanos. La causa de esto es natural:
aquellos lugares están profundos, no se ventilan: los vientos corren segun las
quebradas ván, unas veces de un lado, otras del contrario, y asi los vapores
que se levantan del Rio, los que salen de las tierras humedas y movidas para la
cultura de los Cañaverales, y los que esta misma planta exâla, y la
reberveracion del Sol en aquellos sitios encerrados se junta todo para
inficionar el ayre, y hacer el temple enfermo. Despues que se despueblan cesan
la cultura y labranza de las tierras: los plantíos de Cañas, los humos del
caldo de ésta, en las oficinas donde se reduce á Azucar, los bagazos, y las
heces de aquel, que todo se corrompe, y ayuda á inficionar el ayre; por esto,
despues que pasa algun tiempo de la despoblacion, cesa el mal ayre y buelve el
temperamento al estado regular de un clima caluroso, propenso á las
enfermedades que son ordinarias en los de su especie.
En la misma parte alta, fuera de las
quebradas, siendo las enfermedades comunes del Pecho, suelen ocasionar Asmas,
pero viven con ella los que las padecen mucho tiempo: allí le dán el nombre de
Ahogidos. El remedio mas propio que se conoce es ir á la parte baxa, asi como
los que la contrahen allá convalecen mudando de ayre á la alta: en los unos el
demasiado resorte y compresion de las fibras, y la sutileza del ayre ocasiona
la enfermedad: en los otros procede de un ayre muy denso, pesado, y de la
debilidad de las fibras; por esto, mudando de clima los unos adonde el ayre es
mas pesado y cálido, y los otros á donde es sutíl y frio consiguen mejoría, y
que no les moleste tanto el accidente.
Dos causas hay en aquella parte alta,
para que la naturaleza se debilíte, sin que le aprovechen las prerrogativas del
clima: una es el mal Venereo que está muy propagado; otra el uso inmoderado de
las bebidas espirituosas: sin ellas vivirian las gentes con mucha robustéz, y
sin experimentar las indisposiciones y achaques que padecen: asi se vé, que las
Pleuresias, los Ahogidos, y las Fluxiones de pecho sobrevienen regularmente á
los que están tocados de aquel mal, y á los que usan con desorden las bebidas.
Esto se advierte mas bien en el tiempo de
los hielos, y se confirmó en el año de 1759 en una epidemia general que
sobrevino, en la que perecieron los que estaban con mala disposicion; y al
contrario, de los que no padecian de aquel mal, ni estaban habituados con
exceso á las bebidas, aunque lo padecieron, no peligraron.
El estrago que hizo en los Indios fue
considerable, ayudandose á esto la demasía con que se entriegan á la
embriaguéz: á estos sucedia, que desde los principios del mal se aparataban de
muerte, y duraban pocos dias: conocido este daño, se prohibió la venta del Aguardiente,
y luego se sintió el beneficio, cesando la mortandad; y aunque la epidemia
continuó, no eran tan fatales sus estragos.
Pudiera tomarse por anuncio de este mal,
si se reputasen por seguras las idéas antiguas, la aparicion del Cometa que se
vió entonces, con corta diferiencia de meses: este apareció en aquellas partes
desde 25 de Abril, llevando su curso de las partes Meridionales á las
Septentrionales: la epidemia se declaró en Guancavelica, ácia los fines de
Julio, y corrió toda aquella basta extension de País; empezando igualmente en
las partes Meridionales, de donde fue succesivamente siguiendo á las
Septentrionales; y como si fuese cosa viagera, pasaba de unas Ciudades á otras,
conociendose por la distancia de estas, á corta diferiencia, lo que tardaría en
l legar á las de mas adelante: su principio fue, como vá dicho, en las partes
del Súr; pero como aquellos Países son de tanta extension, quando se tuvo la
noticia en las mas cercanas á la Equinocial fue al tiempo que estaba en Potosí
y Chuquisaca: de allí paso á la Paz, á Oruro, Chucuito, el Cuzco, Guamanga,
Guancavelica, Xauja, y Lima, y fue siguiendo despues por los territorios alto y
baxo ácia Quito y demás Provincias. Sus progresos eran rapidisimos, de tal
forma, que si hubiese tenido la malignidad á correspondiencia de la
generalidad, sería bastante para la exterminacion del genero humano, en quanto
comprehendió, pues en el termino de 5, ó 6 dias no quedaba persona grande, ni
pequeña, que no adoleciese de ella, manifestandose en unas con mas rigor que en
otras: las calles quedaban desiertas, siendo raras las personas que en ellas se
veían: las casas solitarias, y postrados quantos vivian en ellas: las plazas de
la provision totalmente yermas, sin haber ni quien vendiese, ni pudiese ir á
comprar; y en este conflicto faltaba la regular asistencia, porque todos
estaban en el caso de necesitarla. La Providencia de Dios permitió que lo
fuerte del mal durase á las personas bien complexionadas solo por dos, ó tres
dias; y aunque quedaban con una debilidad extraordinaria, podian en algun modo
dár auxilio á las que se hallaban mas agravadas.
El mal consistia en un gran
desvanecimiento y pesadéz de cabeza, flaqueza en todos los sentidos, y dolores
fuertes en el cuerpo, indistintamente en las partes de él; calentura no muy
violenta, lasitud general, sangre por boca y narices, sordera y un gran
abatimiento, con total inapetencia: á los que padecian males habituales,
particularmente del pecho, se les agravaban; y alargandoseles la enfermedad, morian:
los que no estaban en aquel estado mejoraban usando de sudoríficos y de abrigo
para mover la transpiracion: despues de pasado lo fuerte del mal se sentian en
la convalecencia los efectos de él, siendo larga y penosa, porque quedaban
débiles los cuerpos, la vista perturbada, el aspecto triste, y el animo
abatido, necesitandose mas de un mes para disipar estas reliquias.
Observóse entonces, que los Perros
participaron del mal epidemico: en las calles se velan tendidos, sin poderse
poner en pié; algunos murieron, pero se observó, que también fue benigno para
con ellos.
Asi como fue rápido en empezar y en
propagarse en los vecindarios de las poblaciones donde picaba, fue pronto en
terminarse, cesando en cosa de un mes. En las partes por donde empezó fue mayor
la mortandad, por faltar el conocimiento de la curacion observandose, que el
uso de las sangrías era pernicioso y aun mortal, con cuyo antecedente, sin
embargo de los grandes aparatos que le acompañaban, se reducia despues la
curacion al metodo que se ha dicho.
En aquellas partes no conocen la
enfermedad de la Peste, ni tienen en lo comun idéa de ella; con esta escaséz de
noticia, le aplicaron el nombre de tal, como lo hacen en todas las enfermedades
epidemicas, las quales se experimentan por tiempos, y son mas comunes en la
parte baxa, que en la alta. La causa del mal, segun toda apariencia, estaba en
el ayre; y entre las señales que lo persuaden, lo es el que en aquel mes, y
desde fines de Abril reynan los vientos Sures arriba, y la epidemia corría,
como ellos, del Súr al Norte; porque sino fuese asi, y la comunicacion
procediese solo del contagio de unas personas á otras, no las comprehenderia
tan generalmente como sucedia, y menos á los irracionales que ván expresados.
En los parages cálidos de la parte baxa:
es enfermedad comun la de las Tercianas, ó Fiebres intermitentes; duran muchos
tiempos en las personas á quienes dán, pero sin la malignidad que las de las
quebradas de la alta; y aunque no dexan de morir algunos, es quando se les
complican con otros males, ó despues de largo tiempo de padecerlas, sin hacerse
cura formal que lo extinga; y asi acaece á muchos, que viviendo en aquellos
campos esparcidos, y lexos de las poblaciones principales, no tienen proporcion
para ella.
Este genero de enfermedad es sin duda el
mas comun en los parages que por naturaleza son cálidos, ó participan de
Veranos calurosos, y en los primeros son tenaces y dificiles de extinguirse. La
gente del campo, en la Isla de Cuba, tiene una observacion particular, y es,
que quando se mojan, yendo de camino, si el agua les cae sobre la ropa, aunque
sea en poca cantidad, juzgan por seguro que les han de sobrevenir Tercianas,
pero no asi recibiendola sobre las carnes; y que quanto mas copioso es el aguacero,
menos riesgo hay de que les haga mal: por esto, luego que empieza á llover, se
quitan la ropa que llevan, que es bien ligera, y quedan de la cintura arriba en
cueros, afirmando ser esto lo mismo que bañarse; y que lavandose el cuerpo por
igual, no experimentan el daño que percibiendo la humedad de la ropa, durante
el tiempo que camínan, y el calor que comuníca quando está mojada.
El País de la Luisiana es propenso á la
misma dolencia en tiempo de Verano: quando los calores son fuertes, y las lluvias
á turbionadas, ó borrascas pasageras, muere bastante gente de ellas, á causa de
que algunas son malignas, lo que procede tambien de la falta de curacion; pero
luego que se declara el frio con los primeros Nortes en Noviembre, cesan y se
convalece de ellas, la mayor parte sin otro medicamento mas que la mudanza del
temperamento.
El mal que llaman de Siete-dias en las
criaturas recien nacidas, es general en ambas Américas, y no menos peligroso en
la parte alta, que en la baxa: muchas de las que nacen perecen con él, y sin
tener antecedente para sospecharlo, hallandose, al parecer, sanos y robustos,
les sobreviene acompañado de Alferecía: es muy raro el que escapa si llega á
darle. Aunque en Europa se conoce igualmente, no es tan general, ni tan grave
como en aquellas partes; y por esto acostumbran resguardarlos del viento, hasta
que pase aquel termino, fuera del qual quedan libres: de aqui viene, que le
llaman de Siete-dias, porque dura el peligro este tiempo.
En Guancavelica hay otra enfermedad en
los niños, bien rara: salidos del peligro de los Siete-dias, se crian
regularmente hasta que tienen 3, ó 4 meses; entonces empiezan á padecer de Tós
y Afecto al pecho, que llaman alli Pechuguera; ván agravandose, sin que los
medicamentos que se les aplican les alivien: á esto sigue el incharse, y á poco
de estarlo, mueren. Este estrago se experimenta con los Blancos, hijos de
Españoles, no sucediendo lo mismo con los Indios y Mestizos, cuya resistencia
es mayor. El modo de precaverlos es, sacarlos de allí artes que pasen de los
dos meses, y llevarlos á climas mas benignos en alguna de aquellas quebradas,
que están á poca distancia: la vulgaridad atribuye esta poca resistencia á la
frialdad, é intemperie del clima: en mucho puede contribuir, pero tambien es
parte de ello el estár los padres mal humorados, y los humos azufrosos que se
respiran de continuo, procedidos de los hornos en donde se extrae el Azogue,
los quales son en tanta abundancia, que en tiempo de Verano con los hielos
forman nube densa, que cubre el ámbito de la poblacion.
Las Lombrices, en toda suerte de personas
grandes y pequeñas, es enfermedad muy comun en la Luisiana, y de las diversas
castas que hay de ellas se padecen las mas, quando no sea de todas, sin
excluirse el Toenia, ó Solitario: la causa que esto tenga puede ser las grandes
humedades de aquel territorio, la abundancia de semillas de insectos y reptiles
que allí hay, y la calidad de los alimentos, pues se observa con la fruta,
particularmente con las de hueso, y con las legumbres, que no duran; y á los
dos dias de cortadas se empiezan á podrir y se corrompen, procedido de ser de
un terreno enguacharnado, y de una athmosphera siempre humeda: con esta
enfermedad sobrevienen fuertes calenturas, mucho descaecimiento, languidéz, y
melancolía: la curacion que se tiene mas conocida es el zumo de la yerba
llamada Hedionda, ó de Lombrices, que yá se ha nombrado. Tambien usan el Aceyte
de Nueces, que en algunos hace buen efecto; pero se nota, que no todas las
personas curan radicalmente, repitiendoles despues de pasado algun tiempo.
Las Viruelas, enfermedad tan conocida por
lo muy propagada que está en el Mundo, no menos que por los lastimosos estragos
que causa, tiene sus tiempos. En todo el Perú, no siendo annuales, como sucede
en Europa, se pasan varios años sin haberlas; pero quando reynan ocasionan
mucha mortandad, no solo en los Blancos, que allí llaman Españoles, sí tambien
en los Indios y Negros: el año de 64 las hubo en la parte baxa, y pereció mucha
gente de todas edades, experimentando este quebranto las principales familias
de aquel Reyno. Aunque los climas son tan diversos, no puede hacerse juicio de
que sean mas malignas las de la parte alta, que las de la otra, mediante que en
una y otra fue crecido el numero de los que murieron. En la alta suelen usar un
método de curarlas, muy contrario á las precauciones que se han acostumbrado en
Europa, porque las Indias no resguardan del ayre á sus hijos quando las
padecen, y los tienen junto á sí acostados sobre alguna zaléa, con el poco
abrigo que usan; pero aunque aquel clima es tan frio, no mueren mas de este
modo, que de los que se resguardan con las precauciones mas escrupulosas: á
esto se junta no usar ellos el auxilio de Medico, ni de medicina, dexando á la
naturaleza que haga toda la costa: quando mas, se valen de algunas yerbas que
conocen, y éstas se las aplícan, como si fuera sanalotodo, á quantas
enfermedades les sobrevienen. Quando las Viruelas les cogen grandes, son pocos
los que escapan, porque teniendo el cutis grueso, encuentra el humor
impedimento, y no se hace con regularidad la erupcion: por esta razon son mas
temibles en ellos, que en las otras gentes, causandoles horrible desolacion. No
lo serían tanto, ni tan generales sus extragos si las hubiese anualmente, pues
entonces las pasarian de poca edad, y no morirían tantos, acreditandolo asi la
experiencia en los que encuentra pequeños.
Sobre este particular imprimió Monsiur de
la Condamine, de la Academia Real de las Ciencias, y de la de Bellas Letras, en
el año de 1764 cinco Cartas que escribió al Doctor Macy, de la Sociedad Real de
Londres, dandole noticia del estado en que se hallaba la controversia sobre la
utilidad de la Inoculacion en aquella Capital, y los fundamentos del partido
que la sostenia. En estas Cartas desvanece los recelos que hasta entonces se
tenian del peligro á que voluntariamente se exponian los que se Inoculaban, y
el concepto de no quedar preservados, para no bolverlos á padecer por contagio;
cuyos exemplares son los mismos que han dado lugar á los de la Nueva
Inglaterra, para hacer general esta operacion, que se halla no menos puesta en
uso en la Vieja.
En los territorios cálidos de la Zona
Torrida no son tan perniciosas; pero quando médian algunos años sin haberlas,
causan bastante mortandad: esto mismo se observa en la Luisiana, concluyendose
de ello, que no es felicidad el que intervengan 10, ó 12 años sin sentirse sus
efectos, si al cabo de ellos es mas sensible el daño: sin duda ha contribuido
este conocimiento en la Nueva Inglaterra para el uso público de la Inoculacion
establecida allí, por cuyo medio se precaven desde la edad pueríl, quedando
para en adelante sin los temores de peligrar en las Viruelas; y es tan
corriente, que hay casas públicas y Hospitales, donde se practícan con el mayor
acierto en toda clase de personas. Con este motivo acuden tambien de fuera, y
de la Luisiana ha habido varias, que en una edad crecida se han hecho Inocular
allá. Muy conveniente sería que de los Países, donde no se conocen bastantemente
las grandes ventajas de esta providencia preservativa, se diputasen Medicos
habiles para que fuesen á examinar las resultas que tienen los Inoculados
durante el curso de la operacion: que se asegurasen por el quantioso numero de
los que la han pasado, si quedan con el mismo peligro de padecerla en las
grandes Epidemias; y en caso de esta reincidencia de qué calidad son, si
benignas, ó perniciosas; si con la providencia de estár Inoculados todos, ó los
mas, se extingue la causa Epidemica; el método de preparar, y introducir la
semilla: la eleccion de la que usan, las precauciones que se guardan durante
sus efectos, la estacion del año mas propicia, el temperamento, y aquellas
otras circunstancias que conducen al pleno conocimiento de este asunto; por donde
pudiera preservarse de perecer la mitad, ó la tercia parte de las criaturas que
nacen en cada estado, grande, ó pequeño; y lo que es mas que todo, las cabezas
de los Imperios, y sus felices succesiones, pues con unas observaciones,
practicadas por sugetos de conocida reputacion, sabiduria y concepto, se
desvanecerian los reparos y contradiciones que ofrece la novedad de esta
invencion, que se hace repugnante por recaer en un mal, cuyas consecuencias son
fatales.
Asi como los Afectos de pecho son comunes
en la parte alta, lo es tambien el arrojar sangre por la boca, lo qual sucede
en los parages mas frios. En Guancavelica es bastante ordinario, y viven con
ella algunos años: suelen los que lo padecen sanar enteramente pasando á otro
temperamento menos rígido, pero otros mueren, sin que haya regla fija en quanto
á la duracion. Aquel no es temperamento de eticos, sin embargo de lo que se
padece del Pecho, siendo raro verse alguno; por el contrario, el territorio
baxo es propenso á ellos, no siendo comun el arrojar Sangre. En la Luisiana se
padece bastante de ambas enfermedades, abrazando en esta parte los dos males
mas peligrosos de los territorios alto y baxo del Perú.
El accidente del Pasmo es temible en la
parte baxa del Perú por la facilidad que hay de contraherlo, y por ser mortal:
lo primero sucede con muy ligero motivo, no siendo capáz de tenerlos presentes
para precaverse de todos; basta sali algo caluroso de una pieza, y que dé el
ayre, para que se siga el Pasmo. Esto no sucede siempre, pero es una de las
causas: otra es salir al ayre, ó ponerse en donde haya correspondiencia
acabados de beber el Mate, que es al modo del Té: en la parte alta no se conoce
tal enfermedad; y siendo como inevitable quando ha habido alguna picadura en
las plantas de los pies, que sin reflexion se mojan, ó se humedecen, no corre
este peligro en la otra. En la Isla de Cuba y en todos aquellos temperamentos
cálidos es igualmente peligroso, sin que se conozca curacion segura contra
ello, siendo raro el que escapa. En la Habana no obstante se citan
moderadamente algunos exemplares de haber curado; pero el método no se halla
tan entablado, que no sea siempre arriesgado. De esta enfermedad participa algo
la Luisiana en los casos de picadura, pero sin ella no la hay.
Goza tambien la parte alta del Perú el
beneficio de no ser comunes en ellas las Perlesías, que allí llaman Ayre; y
aunque del todo no faltan, no son tan frecuentes como en la baxa: esto procede
de la igualdad del temperamento y de ser siempre frio, sin mutacion de
Invierno, ni de Verano, y de estár los poros del cuerpo cerrados, en
disposicion de resistir la introduccion del ayre; asi quando sobreviene
semejante accidente, es en personas de abanzada edad, que yá se sienten
achacosas. Los insultos Apopleticos son rarisimos; y en este particular no es
menos favorecido el un País que el otro: en el discurso de muchos años no se
oyen estos casos, cuyo beneficio debe tambien atribuirse á la poca variedad en
el temperamento entre las dos estaciones opuestas, pues los humores se
conservan en un mismo ser, los alimentos no varían, y el ayre que se respira
es, á corta diferiencia el mismo. Asentados estos principios, es necesario que
en la athmósphera haya cuerpos desconocidos imperceptibles, que son la causa de
los Pasmos, pues de otro modo podría sobrevenir una constipacion de aquellos
ligeros descuidos, pero no una contraccion tan terrible como la del Pasmo, y la
muerte que se sigue á ella en término de cortos dias.
Siendo, como queda dicho, las Pleuresías
el mal peligroso de aquellos climas frios de la parte alta, no son estas muy
comunes en las personas bien complexionadas, pero sí en las que se hallan mal
dispuestas de las enfermedades venereas, ó de la fuerza de los licores
espirituosos. Se conoce por remedio eficacisimo contra ellas el higado del
Zorrillo tomado por la boca, y se vén curas prodigiosas. No es de el caso que
sea fresco, ó viejo, porque de todos modos son seguros sus efectos, y dicen,
que habiendolo usado quedan asegurados para que en lo succesivo no repita el
mismo mal.
En la vida desarreglada de los Indios,
que tienen por unico deleyte la embriaguez, y pasa toda comparacion lo que
beben de aguardiente, no se vé que sean propensos é Pleuresías, ni á otras
enfermedades del pecho, cuya particularidad debe atribuirse á la fortaleza de
su complexion, y á ser muy raro en ellos el mal Venereo.
Es bastante comun en los climas cálidos
el mal de la Lepra, conocido por mal de S. Lázaro: en la parte alta del Perú no
se conoce; en la baxa, aunque lo hay, no es en abundancia: en las costas de
Tierra-Firme, que corresponden al Norte, se propaga lo bastante, y en la Habana
es una de las partes donde se vén sus estragos con lastimosas consecuencias.
Allí juzgan proceder de la calidad de la carne de Puerco, que se gasta con
abundancia, pretendiendo que el fruto de una especie de Palma, distinguida con
el nombre de Real, á que llaman Palmiche, y come mucho este animal, aumenta la
causa. La carne que se ha mantenido con el se distingue en ser mas abundante de
glandulillas que la otra, siendo estas de color negro, y desde luego son
perceptibles en toda la parte del pescuezo. Aunque tal opinion corre por
segura, debe mirarse como principal en el origen la introduccion de Negros
Africanos, en cuyas partes es muy antigua, y como natural. Contra semejante
accidente, que por todos motivos es de los mas horrorosos, se deberian duplicar
las precauciones, y emplear el mayor cuidado en que se fuese extinguiendo, para
que sus estragos no fuesen comunicables. En la Luisiana no se conocía, y de
poco tiempo á esta parte ha empezado á padecerse.
La enfermedad de la Culebrilla, muy
conocida en aquellos climas cálidos, es otra, que se cree haberse introducido
en ellos por los Negros de Africa. Puerto del Principe y su territorio
experimentó con mas generalidad que otros parages, aun de la misma Isla de
Cuba, los efectos de este mal; pero habiendose convencido de que se adquiria
por contagio, tomaron providencia para contenerlo, y fue la de quemar los
trapos que servian para las curaciones; de los quales, despues de secos,
resultaban infinidad de insectillos, que esparcidos por el ayre la hacían
comunicable á los que estaban buenos; y con solo esta precaucion, y la de curar
á los Negros recien llegados de su País quando se reconoce estár con ella, ha
sido bastante para que no sea tan comun.
Es cosa sabida que no se conoce en
aquellas partes el mal de Rabia en los Perros, ni en algun otro animal; y esto
sucede, no solo en la América Meridional, sino tambien en todas las Indias;
pero en su lugar padecen otro que es general, y del que resulta mucha mortandad
en ellos. Este entra en la clase de los que llaman Peste: de ella no resulta la
propension á morder, que la rabia les dá, ni el daño de comunirla. En algun
modo es un equivalente de las Viruelas en los racionales. Empiezan por ponerse
tristes, no querer comer, enflaquecerse, é irseles la cabeza, de modo que se
caen, y no pueden andar: en esta forma están por espacio de 15, ó 20 dias,
resistiendo unos mas que otros, y al fin la mayor parte muere. Les acomete de
ordinario en el primer año, siendo Cachorro; pero habiendolo pasado una vez no
les repite. Los Perros estimados para la Caza, se procuran curar, que es el
modo de que escapen algunos mas: los medios que se ponen para ello es cortarles
la punta del rabo, ó de las orejas, á fin de que desangre, y darles á comer los
higados de las reses cocidos y mezclados con buena porcion de flor de azufre:
se les unta el lomo con manteca de Puerco, y se tiene cuidado de sobarlos ácia
el rabo, con cuya diligencia se les vé expeler por la cortadura, hecha en él,
porcion de podre, á modo de filamentos, lo qual parece ser la causa del mal. El
año de 67 hubo en la Luisiana una epidemia de estas, que los exterminó quasi
del todo, habiendo sido muy pocos los que escaparon.
Otra enfermedad particular padecen las
Mulas, que llaman mal del Bazo. Las crecidas tropas de este ganado, que se
conducen del Tucuman por todo el Perú anualmente, y constan de millares de
ellas, suelen tener pérdidas crecidisimas, procedidas de ella. El mal es en los
cascos, sin tener semejanza con el Hormiguillo: se les inchan las ranillas,
pasa el mal á lo interior de las piernas y mueren: su contagio es tan eficaz,
que aseguran los que hacen este trato, que solo de pisar por donde han andado
las que lo tienen, se comunica. Esto procede sin duda de dexar entre las yerbas
algunos insectillos, que sean la causa del mal. Esta crecida porcion de Mulas
sale de los territorios del Tucumán, en tropas de dos, ó otres mil, en tiempos
determinados, para hacer el largo viage de 600, y aun hasta 1000 leguas desde
allí á la Tablada de Tuche, en la Jurisdiccion de Guancavelica, que es donde se
hace la Feria de ellas, y pasan algunas partidas hasta el Reyno de Quito. Para
caminar tanta tierra eligen ir por las Punas menos frias aprovechando los
pastos, y regularmente siguen unas tropas á otras, siendo el cuidado de los que
ván posteriores informarse si ha picado el mal en las que preceden para
extraviar viage, y no ir por sus huellas en los pasos precisos, evitando asique
se comunique el contagio. En cada tropa observan el mismo cuidado, separando
las que se reconocen picadas, y llevandolas por sendas extraviadas para que no
se inficionen las buenas.
No llegan estas crecidas partidas en todo
su número á la Tablada de Tuche, porque antes de salir del Tucuman tienen
hechos tratos sus dueños con los Corregidores de Provincias de las cantidades
que necesitan, y al tránsito las ván dexando; y asi solo entran aquellas que no
han tenido salida hasta aquel término, y son las que despues pasan á las
Provincias de los Valles, á Caxamarca, y hasta Quito.
En las Mugeres se experimenta con
bastante frecuencia en el Perú el mal temible del Cancro, que, segun la opinion
allí admitida, se difunde por comunicacion: sus estragos ván en aumento,
haciendose mas comun cada vez: en este modo se ha propagado á la parte alta, en
donde 20, ó 25 años hace no se conocía. Algunas observaciones han dado indicios
de que el origen sea de Africa, por ser en las Negras y en sus generaciones mas
ordinario; y que siendo estas las que sirven de Amas, comuniquen con la leche á
las personas blancas la disposicion á él. Esta opinion tiene dos contras: la
primera el no ser regular en los otros Países de las Indias, en donde la mayor
parte de las Poblaciones se componen de Negros y de gente de castas: la
segunda, el que las Európeas que pasan allá no están libres de él, de lo qual
hay exemplares muy autorizados. Lo que se sabe de seguro es, que sobreviene de
resultas de algun grave pesar, de algun quebranto sensible que indispone el
animo, y lo mantiene en continuo disgusto, y que en las doncellas no es
regular, como en las casadas. Muy en los principios suele contenerse el
progreso con frequentes baños, con cosas humectantes, con diversion, y poco
exercicio; pero es muy raro que llegandose á formar se contenga, siendo
lastimosos y fatales los fines, que terminan con dolores y accidentes
cruelisimos, y con la vida.
Entretenimiento
XII
De los
Minerales, principalmente de los de Plata, y el modo de entablar su trabajo.
El incentivo mayor de las Naciones ha
sido en todos tiempos las riquezas y metales preciosos, que son los medios de
adquirir las demás cosas. El Oro y Plata tienen en sí tanta recomendacion, que
sin fixarles valor seguro se miran en el mayor aprecio aun entre las Naciones
que menos los necesitan para sus tratos. Estos metales dán la ley en el Mundo,
y los Principes, segun el estado actual de las cosas, no pudieran hacerse
respetables, si careciesen de ellos, y no se hallasen en proporcion de sostener
los gastos indispensables de la Soberanía. Asi como dán la ley, dán el valor,
arreglandose las demás cosas por la abundancia, ó escaséz en que ellos corren:
con que son verdaderamente la balanza general entre los menesteres de la vida,
que se regúlan por partes pequeñisimas de ellos. En esta clase entra, como
principal, el trabajo de los hombres: desde el mas alto al mas humilde no hay
quien dexe de recibir la recompensa de su mérito, de su habilidad, ó de sus
fatigas, en las mismas partes de ellos, proporcionadas á la entidad de las
obras de cada individuo. Los Chinos trabajan incesantemente para adquirir
Plata, que no dá su País, siendo una de las Naciones que menos la necesita. Los
Európeos afanan mucho para adquirirla, con el fin de servir á los Chinos,
llevandoles lo que apetecen. Los Moros Africanos hacen continuas piraterías,
anhelando á adquirir Plata, y se valen del medio de esclavizar hombres, para
tener prendas que se la proporcionen, aun siendo las Naciones mas bárbaras y
que trafícan menos de quantas se conocen. Los Európeos se exponen á toda suerte
de peligros para abastecerse de estos metales; y llenos de una emulacion
interminable, se aniquílan reciprocamente en las guerras que suscitan, por el
deseo de poseer la mayor porcion de ellos. Los Americanos desentrañan la
tierra, introduciendose por sus profundos senos, con la esperanza de ser mas
felices con el dominio de semejantes Idolos; pero son los que menos gozan de
ellos, porque insensiblemente se les desaparecen, y en brevisimo tiempo los
encuentran haber hecho la mitad del gyro de la tierra, pasando sin detenerse de
las manos de varios poseedores, á los que se hallan mas distantes. Su poderío
excede en cierto modo á las ideas de los hombres, y los precisa á que se traten
unos con otros, pues sin este atractivo serían incomunicables las Naciones,
manteniendose cada una en el distrito de su territorio, sin incomodarse en ir á
buscar las mas remotas y menos conocidas. Con las partes diminutas de ellos se
mueven las voluntades á quanto se intenta; y acrecentandolas á medida de las
dificultades, se allanan los caminos de lo que parece imposible, y se hace
facil lo mas arduo.
Por esta razon pueden tenerse la Plata y
el Oro por unas materias, que sirven de medida comun entre las gentes, y estas
con su incentivo se mueven á distribuir el tiempo, en las ocupaciones,
trabajos, y desvelos de la vida humana; concurriendo á este destino la
disposicion de la misma naturaleza en no haberlas hecho tan comunes, que se
consiguiesen facilmente, pues á serlo, se disminuiría su aprecio, y tambien en
no haberlas depositado con igualdad en toda la tierra, á fin de que los parages
donde faltasen se valiesen de los medios correspondientes para atraherselos á
expensas de la mayor industria y de la constancia en la aplicacion. En todas
las partes del Mundo suele haber algunos débiles indicios de estos estimados
metales; pero la misma escaséz con que se encuentran en las mas, ó la suma
dificultad que hay para conseguirlos, los hace mas apetecibles, sirviendo
aquellas cortas reliquias de muestra para que se conozcan, y que el deseo se
esfuerce á lograr con abundancia lo que la suerte les repartió con escaséz.
Las Indias Occidentales, que gozan por
privilegio de las minas de Plata y Oro en mayor abundancia que las otras partes
de la tierra juntas, tienen unos naturales, quales son los Indios, Nacion de
suyo la mas desidiosa y menos aplicada á todo genero de trabajo de quantas se
conocen; y quando hacen alguno los que se tienen por civilizados, es á fuerza
de muchos cuidados y de precisarlos á ello; pues si se les dexase enteramente á
su voluntad, se pasarían los dias sin moverse de un lugar, como lo practícan
los no reducidos: por esto la Plata y Oro que ellos mismos poseen los primeros
se les desaparecen de entre las manos, y ván corriendo de dueño en dueño, sin
hacer mucha mansion en ellos.
No solo está la dificultad de adquirir
estos dos metales en su extraccion de las entrañas profundas de la tierra, sino
que parece haber de proposito separado el Supremo Autor de lo criado, de las
otras partes de ella, con Mares dilatadisimos, la que habia de lograr el
privilegio de tenerlos con mas abundancia; y sobre la regular altura de su
redondéz hizo aquella tierra elevada, que predomína á todas las restantes, como
indicando cierta analogía lo physico con lo moral; pues asi como el terreno no
reconoce otras elevaciones, que puedan compararsele en la altura, no se conoce
tampoco materia alguna que sirva de medida al poder, á la autoridad, al
dominio, á la dignidad, al gusto, al porte, á la decencia, y descendiendo por
todas las graduaciones desde la buena suerte hasta la mas desvalída mendicidad
de los preciosos metales que en él se contienen.
Antes del descubrimiento de las Indias, y
en lo que alcanza la memoria del Mundo, habia Oro y Plata, que en todos tiempos
han servido al destino que vá expresado; pero despues de aquel famoso suceso,
han venido á ser el poderoso incentivo de mantener á todas las Naciones en
movimiento, y de inducirles á un continuado empeño y emulacion para
adquirirlos. La solicitud de estos metales ha sido causa de civilizarse las
gentes entre sí con el trato; de poblarse los Mares de flotas numerosas, que
navegan sobre las aguas, como si fueran Republicas enteras; ha adelantado las
Artes, sutilizado la industria, ilustrado las gentes, y les ha proporcionado el
conocimiento de la tierra, que antes estaba muy incompleto, ignorandose muchas
de sus producciones propias, y sus particularidades.
Es cierto, que en correspondiencia de
estas utilidades, el descubrimiento de los tesoros ha ocasionado otras malas
consecuencias, y particularmente para la Nacion, en cuyo seno nacen, siendo las
principales su propio descaecimiento y las guerras repetidas que se le origínan
por la embidia que resulta á las demás en la pretension que cada una tiene
sobre la preferencia para disfrutarlas; bien que estas, es de creer no
faltarían, aunque cesase la razon del incentivo que añaden las riquezas; porque
siempre habria los otros que acredita la experiencia haberlo sido entre las
Naciones, en quienes el uso de estos metales no se halla introducido por lo
dificil que es contenerse los anhelos del corazon humano dentro de los limites
de lo que cada qual goza y posee.
El Reyno del Perú es uno de los grandes
depositos del Mundo, donde están los metales: allí los hay de todas especies,
de Plomo, de Cobre, de Estaño, de Azogue, de Plata, y de Oro: los hay
igualmente de los que se llaman Semimetales, y los hay particulares de Sal
comun, de Azufre, y de Betunes; pero se llevan la principal inclinacion los de
Plata y Oro, como mas preciosos, y como tales apetecidos con igualdad de las
gentes, y aunque en los otros tambien se trabaja, sacando el regular fruto, no
es con tanta aplicacion.
Parece que aquella tierra elevada fue
dispuesta expresamente para que sirviese de caxa, ó receptaculo de la Plata,
siendo particular á ella las Minas; y aunque en las cabeceras de la baxa no
dexa de haber algunas, son pocas y de corta entidad. La experiencia enseña, que
este metal se halla en las Punas y parages mas frios, asi como es lo ordinario
estár los de Oro en los mas cálidos, aunque suelen encontrarse algunos en
territorios que no lo son tanto. Los Minerales de Plata no son en el crecido
numero que se persuade la vulgaridad, imaginandose haberlos en cada cerro, y
que solo se necesita abrirlos, y desenterrarlos para que se haga patente. Este
error es provechoso, pues sirve con el engaño de incentivo para empeñarse á buscarlos
por todas partes, y si unos fallan otros se aciertan. La misma preocupacion que se figura ser tan comunes los
Minerales de Plata, los supone todos ricos, y conviene tambien este segundo
error; pues en tanto que se encuentra la abundancia, que la idéa se promete, se
saca alguna Plata, no obstante de ser con duplicado, ó triplicado costo de su
valor; la pérdida en estos casos es para los que hacen los gastos; pero la
cantidad se aumenta y en el público se goza. No hay entretenimiento mas agradable
para los que se entriegan á él, ni asunto en que se gasten los caudales con mas
franqueza, sin quedar el remordimiento de haberlo malogrado. Embelesados los
Mineros en las señales de su veta, que es el nombre que dán á la Mina, en la
distancia que llevan trabajada, en las calidades de tierras que han ido
encontrando, en la clase de metales que pintan, (asi llaman á la tierra, ó
materias que sacan de ellas) á los visos de Plata que suelen reconocerse de
tiempo en tiempo, y á las Historias que les refieren los que se ocupan en este
exercicio, lo unico que sienten quando se les acaba el caudal es no tener á su
disposicion otro tanto como el que han consumido, para continuar la empresa, y
asi, aunque gasten mucho y recojan poco, no se consideran perdidosos, contando
por mas pingue el que esperan que les produzca la Mina. Algunos en el crecido
numero lo consiguen; y el exemplar de pocos mantiene á los demás gustosos y
satisfechos de su alhaja, embelesados en continuar la obra, para encontrar con
el tesoro. Es de tal modo la pasion que se contrahe con las Minas, que el
hombre que llega á mezclarse en ellas, aunque sea ligeramente y por modo de
ensayo, queda viciado y dispuesto á hacer el sacrificio de quanto caudal posee
por el deseo de disfrutar sus riquezas, siendo el exercicio unico en que no se
conocen los economicos y míseros; porque en el empeño de llegar á lo rico de la
veta donde esperan cortar la Plata á cincel, y poseer un tesoro sin límites, no
escasean el dinero, ni se acortan interin que les dura, por crecidos que sean
los gastos. No es lo mas notable en este asunto que gasten en Minas de credito,
que prometen esperanzas, sino que lo hagan en las que despues de haber sido la
destruccion de otros, estaban abandonadas, y en el embeleso que tienen de ocuparse
en buscarlas; haciendo varias aberturas en los cerros, movidos para ello de
ciertas señales exteriores que encuentran, y del concepto que forman de que
debe haberlas con precision. Para el primer empeño siguen la opinion de que las
riquezas son depositos que Dios tiene reservados para los que los destina; y
que aunque muchos hayan empobrecido buscandolos, no siendo para ellos para
quien estaban, no se llegaba el termino de que se hiciesen patentes. A lo
segundo les mueve la disposicion y forma de la peñasquería del cerro, la
direccion que lleva, la positura de las Lajas, el ancho que tienen, la figura
del cerro en su total, su magnitud, y aun hasta las yerbas que se crian. El
concepto de estas señales se vigoriza con el juicio de los que tienen opinion de
inteligentes, y sobre cada circunstancia forman un pronostico, y exageran como
infalible la mejor pintura de la riqueza que debe haber: para ello usan de un
lenguaje particular de Minas, que tiene la virtud de apartar de la imaginacion
todo otro asunto, y de recrearla. Con estos preparativos el hombre mas apretado
se hace generoso, el mas indiferente se dexa poseer de la persuasion, y
creyendo de dia en dia, y de hora en hora que se cumple el instante de tener
baxo de su domínio la riqueza mayor, se entriegan á su solicitud con tal
empeño, que ni piensan, ni tratan, ni entienden de otra cosa, reduciendo todas
sus conversaciones y negocios á éste.
El incentivo de la Plata llega hasta el
termino de que claudíquen los hombres de mas peso, maduréz, y juicio, sin que
haya desengaños, ni razones que los persuadan, una vez que se empeñan en ello.
Todas sus conversaciones se reducen á tratar de los asuntos de las Minas, de
las dificultades vencidas, ó que faltan por vencer, de las señales que prometen
su abundancia, de los medios de su habilitacion, y de los exemplos de las
grandes fortunas de los famosos Mineros, y felices descubrimientos.
No siempre, ni aun por lo comun, los que
se ocupan en este exercicio son hombres de posibles y ricos: los mas de ellos
son pobres sin recurso, y no pocos los que se pierden en la mercancia. Estos se
agregan de compañia con algun Cateador, y pasan á denunciar una de las Minas
que tienen reconocidas, ó á pedir la adjudicacion por compra al Rey de alguna
de las que se hallan despobladas, cuyo valor es de muy poca monta. Tambien
suelen negociar con el dueño de otra de las Corrientes, que les cedan veta en
ella: de qualesquiera de estos modos solicítan la posesion, y afianzan en la
Caxa Real, adonde toca darsela, pagar al Rey el Diezmo de la Plata que sacaren,
y el importe del Azogue, que necesitaren para el beneficio. Este es el
principio, y los débiles fundamentos que tienen los trabajos considerables de
desentrañar cerros enteros para extraer la Plata. Con la posesion no basta
quando falta lo principal, que es el caudal que se ha de emplear en ello, y en
esto es en lo que entra la industria, la persuasion, y el influxo, que la
riqueza tiene aun para vencer á los mas cautos y reservados.
Con las muestras de los metales ricos,
que suponen ser de la suya, se dirigen á algun sugeto de caudal, y haciendole
manifestacion de ellas con gran mysterio y mucha reserva, le hacen observar los
filamentos de Plata que la atraviesan: le ponderan la bondad de la veta, su
grueso, con las demás señales que tiene favorables, dandole á entender ser de
los Pallacos que están fuera, y que solo con la diligencia de ponerla corriente
se descubrirá el metal, suponiendole, que de resulta de cierto derrumbo se
abandonó; pero que sacados los escombros, y llegado á limpiarse, quedará clara:
á esto añaden no ser necesario mucho caudal para conseguirlo; y formandole un
Plan de lo que hay que hacer, le ván saboreando para que éntre en el empeño,
con una noticia muy prolija de lo que se sacó en otro tiempo, antes del
accidente del derrumbo; reduciendo al fin el discurso á persuadir, que con un
gasto moderado como de 500 pesos, de 1000, ó por este tenor de una cosa de poco
momento, está facilitado todo. Para acabarlo de vencer, le ofrecen de su quenta
toda la Piña que saque, y que no se necesita del dinero en especie, sino en
Ropa, Aguardiente, Hierro, Acero, y otros efectos que se distribuyen entre los
trabajadores. Aunque á la primera diligencia no surta el efecto que se
pretende, queda sembrada la semilla para que labre en el ánimo, disponiendolo á
facilitar la primer cantidad.
Con este método hacen tentativas en
distintos sujetos, procurando que no sepan unos de otros, para lo qual tienen
la facilidad de elegirlos en Lugares distantes como en Lima, y en Guamanga, ó
el Cuzco, la Paz, Guacavelica, ú otra de las muchas Ciudades y Villas de
aquellas partes. Con estas persuasivas no dexa de haber alguno que se aníme mas
que los otros, y no pocas veces son dos, ó tres los concurrentes, que se
ofrecen administrar para los gastos. Consumido el primer caudal, es forzoso
ampliar nueva cantidad por no perder aquella, porque estos que son los que
llaman Aviadores no tienen de donde hacerse pago, hasta que la Mina lo
produzca. Los Mineros, mirando siempre el fin de que los desembolsos sean menos
violentos, les presentan nuevas señales de irse logrando el intento; y aun
suelen llevarles á los Aviadores algun Piñoncillo de pocos marcos que se lo
confirme. En este modo se gastan cantidades 50, ó 60 mil pesos insensiblemente,
sin adelantamiento conocido.
Estos grandes expendios, que no tienen
mas límite que lo que duran los caudales, á menos de que la fortuna sea
favorable, ofrecen dos cosas notables: la primera, que los dueños que los
franquéan queden tan satisfechos de haberlo hecho, que no conociendo la
flaqueza en que han incurrido, no les resulte sentimiento contra quien les
induxo; y que los que son escasos para otros expendios, no lo manifiesten en el
de esta especie, de lo qual se vén muchos exemplares: lo otro, que corrido
largo tiempo de estarse trabajando sin sacarse fruto de entidad, nunca falta en
su inteligencia mas obra para encontrar la veta rica que la que se puede hacer
en un dia, cuyo término, al parecer, corto, no tiene fin, porque siempre sobreviene
nueva dificultad que lo dilata otro tanto, y de este modo pasan muchos, y se
cumplen años sin verse el éxito que tiene prescrito la imaginacion.
Quando sucede que el trabajo se hace en
Mina antigua, que estuvo abandonada, ó en veta de mina corriente, no dexa de
sacarse alguna Plata; pero es tan poca, que no tiene comparacion con lo que se
gasta, y el marco sale por tres, ó quatro tantos de su valor: al contrario, si
despues de muchos afanes, y expendios se logra la felicidad de dár con la riqueza,
se recupera en breve tiempo lo consumido, y quantos tienen parte en la mina se
enriquecen, el Aviador, el Minero, y el Cateador, que de ordinario es el
capataz, y quien dirige los trabajos. Los buenos éxitos que la casualidad
proporciona á una parte de los que se dedican á este exercicio, aníman á muchos
á que permanezcan con constancia; pero siendo todo casualidad, es aun mas
seguro el riesgo de perder, que el de adelantar.
De esto proviene decirse comunmente entre
los Mineros ser ellos los que hacen un servicio distinguido al Rey, porque á no
entrar con tanto empeño y facilidad en el trabajo de las Minas, exponiendo
caudales considerables, no se sacaría la Plata que constituye la riqueza de la
Monarquía. En algun moda ván fundados, porque en realidad sucede asi; pero si
se mira bien el fin que en ello llevan, no es enriquecer la Monarquía, sino
hacerse ellos poderosos con la posesion de mucha Plata, cuyo deseo es el que
los enagena á los terminos que se han explicado.
De ordinario hay junto á las Minas, que
han estado abandonadas, montones de descombros. siendo los que quedaron allí
por inutiles, quando se trabajaban: los que se dedican á ponerlas corrientes,
hacen escoger en ellos aquellos pedazos de mineral que manifiestan buenas
pintas, y los benefician, con cuya diligencia sacan alguna Plata, y en
ocasiones les dán mas que el Mineral recientemente sacado. A estos pedazos
llaman Pallacos, y la diligencia de escogerlos Pallaquear: de esto ha nacido la
opinion, de que la Plata se cria con el tiempo, y que la piedra, ó tierras de
la veta son el vehiculo en donde se fixan las semillas, que preparadas con las
varias materias que contiene, se vá perfeccionando y creciendo: para ello
suponen, que quando los abandonaron fue por no contener parte alguna de Plata,
pues á no ser asi no las huvieran despreciado. Este dictamen pudiera tener la
réplica, de que, en el tiempo que los abandonaron, los miraban de poco
provecho, respecto de la mayor ley que tenia el Mineral que beneficiaban; pero
es tan comun hallarse Plata, en razonable cantidad, en los Pallacos antiguos,
que no está totalmente desnuda de fundamento la idéa, hallandose apoyada del
exemplar de suceder lo mismo en las Minas de Azogue, y de experimentarse dentro
de las mismas vetas que las que se abandonaron, por no sacar de ellas Plata
alguna; vueltas á trabajar, despues de 60, ó mas años la dán, y tal vez con
regular abundancia.
Corrobora lo antecedente, el que en tanto
que la Mina mantiene señales de Plata, y que no falta dinero para sus gastos,
no se abandona, subsistiendo la esperanza de encontrar la riqueza que se
solicita; y asi quando estaba abundante no era regular hacerlo, y quando
escaséa se aprovecha todo, con la consideracion de que aunque sea poco lo que
rinda, siempre ayuda; con que no puede suponerse como cierto, que los Pallacos
tuviesen Plata al tiempo que se extraxeron de la Mina, y que se desperdiciasen,
por haber otros que rendian mas.
Quando se trabaja en vetas que no han
declarado la Plata, ó quando la que rinden es poca, se procura Pallaquear, si
se encuentran descombros en que hacerlo; y fuera de lo que contribuyen para los
gastos, sirven los Piñones, y las piedras sobresalientes que se encuentran,
para sostener el concepto con los Aviadores á quienes las presentan, en apoyo
de las noticias que les dán sobre los progresos que se ván haciendo, y asi
mantienen las esperanzas de que irá siempre en aumento: con estos
convencimientos abren la mano, y franquéan caudal para llevar la obra á su
perfeccion.
No hay satisfacion que iguale á la de un
Aviador, ó dueño de Mina, que la hace trabajar por ínedio de Administrador,
quando le presentan algun Piñon, ó Piña por premio de sus expendios,
entregandole una, ó varias piedras donde se dexa vér la señal de la Plata en
algun filamento. El gusto que en ello reciben, hace olvidar la memoria de
quanto ha costado, que suele ser por cada marco, uno, ó varios miles de pesos.
Esta complacencia, adquirida á tanta costa, dexa descansado el ánimo, no solo
por la esperanza que confirma del logro total, sino por la circunstancia de vér
el parto de la tierra en el metal precioso, cuyas señales, como principio del
triunfo, las ponen con cuidado en el principal lugar de la casa donde esté
patente á todos, y á quantos concurren se las muestran, para que ayuden á la
celebridad y á los plácemes: entonces se repiten las relaciones, que el Minero,
ó el Capatáz han hecho sin faltar señal alguna; y se embelesa la imaginacion,
prometiendose vér multiplicadas las Piñas, á correspondencia de los deseos.
Entretenimiento
XIII
Continúa el
asunto de los Minerales, y se explica quales son las principales caxas, y lo
que
se funde de
Plata en ellas.
En el anterior Entretenimiento se ha dado
noticia de los déviles fundamentos con que se dá principio al trabajo de las
Minas, y que emprendidas muchas de ellas por hombres que no tienen caudal
alguno, aun para la propia subsistencia, se gastan por sus manos crecidos miles
en solicitud de la Plata. En este se seguira, dando la de los Minerales, y del
modo en que se manejan en ellos, por no ser esta de menos industria y
habilidad, que el conseguir fondos con la vana idéa de multiplicarlos en las
cosechas abundantes de Piña, que se proponen sacar de ellas: para esto es
preciso dár idéa del modo en que se ministra el Azogue, por ser el principal
agente, que facilita el laboréo de las Minas.
El Azogue es la medida de la Plata, ó el
mas seguro testigo de lo que se extrahe de las Minas, porque beneficiandose
generalmente por el método de la Amalgama, no puede separarse del Mineral sin
el auxilio de este metal. Hay no obstante algunas Minas que se trabajan por el
fuego, pero son pocas, y además concurre el inconveniente de no haber con
abundancia la leña en donde están, ni el Icho, que es un equivalente para
suplirse: por esta razon, aunque algunos Minerales podrian rendir mas por este
segundo metodo, que por el primero, no es practicable. Asentado pues que la
mayor parte se hace por medio del Azogue, conocido el consumo de este, puede
averiguarse, con alguna corta diferiencia, lo que se saca de aquellas.
Es opinion corriente por allá, y muy
comprobada, que las principales Minas de credito en lo antiguo han ido en
descaecimiento; allí lo han sido las de Potosi, y en realidad no rinden al
presente, ni á mucha distancia con la abundancia que en otros tiempos; esto
procede de dos causas, la una de hallarse en tal profundidad parte de sus
vetas, que el costo de desaguarlas, con el de las obras que necesitan para que
se mantengan, y el de atraher los metales, son mayores que las utilidades que
rinden: la otra, porque á fuerza de haber sacado lo mas pingue de ellas por
largos años, han descaecido; y aunque esto no suceda en todas, se experimenta
en las mas, considerandolas por lo que vá corrido de este siglo: parece que al
paso que unas ván en decadencia, se descubren vetas algo sobresalientes en
otras, resultando que en el total de aquel dilatado País no se extrahe menos
Plata al presente, de la que se sacaba ahora 70, ú 80 años, con la diferiencia
de haber mudado de lugar.
El cerro de Potosi debe considerarse como
un panal de Abejas en las inumerables bocas que tiene, y en las concavidades y
minas que hay en su interior, y asi lo dá á entender la monstruosa cantidad de
material que se ha sacado de sus entrañias, para lograr la parte del Mineral,
que al modo de venas se halla repartido en él, siendo de este del que se saca
despues la Plata; y asi, si fuese dable registrarlo de una vez, quitada la capa
exterior, se descubriria un sin fin de caminos y calles subterraneas,
conducidas sin regularidad en las direcciones, segun la disposicion en que ván
las vetas. Aquellos Minerales, que en el lenguage comun llaman Metales, despues
de los primitivos tiempos inmediatos al descubrimiento, en que fueron muy ricos,
quedaron de poca ley; siendo tal, que sino tuvieran la ventaja de ser dóciles
para extraherse, y para el beneficio, no se podrian aprovechar; pero con esta
circunstancia viene á ser la docilidad compensativo de la falta de riqueza.
Otros Minerales hay en distintas partes, que siendo de mas Plata son menos
proporcionados para el trabajo por la dureza, por los gastos que de ella se
siguen, ó por la mezcla de Antimonios y de otras varias materias, que no dán
lugar á que se pongan en punto de que el Azogue obre en ellos. Aun con estos
inconvenientes es tal el atractivo de unos y de otros, que no falta quien se
dedique á probar suerte, sin reparar en la baxa ley, en la dureza, ó en la
dificultad de acertar con el método del beneficio que requieren.
Hallanse repartidas las Minas de Plata en
varias Provincias, y parece que en esto guardó, la naturaleza un orden
correspondiente al de los Animales y Plantas, no haciendolas comunes á todos
los Países, aun del mismo Continente, como lo acredita el que siendo Punas de
quasi igual altura y frialdad, las que corren desde la parte del Norte de Lima
hasta el paralelo de Potosi, y de allí hasta Chile, es en el ámbito que hay
desde el de Lima al de Potosí donde abundan, y en los que corren desde el mismo
paralelo de Lima ácia la Equinocial ván siendo menos, como lo confirman las
pocas que se conocen en el Reyno de Quito, y de allí ácia la parte de Santa Fé,
en cuyo ámbito son mas regulares las de Oro, bien que estas están en los climas
calientes, siendo muy raro que las haya fuera de ellos. Lo mismo sucede desde
Potosí ácia el Súr, en cuya larga extension por gran casualidad se sabe de
alguna. La physica mas sutíl no facilíta reglas seguras para explicar de un
genero que satisfaga este raro phenómeno, mediante que al parecer concurren
unas mismas circunstancias en todos ellos.
Habiendose de beneficiar los Minerales de
Plata por medio del Azogue, tomó el Estado en sí el cuidado de ministrarlo,
para que este principal ingrediente, sin el qual no podian ser utiles aquellos,
no estuviese expuesto á contingencias, y que sin embarazo pudiesen dedicarse
los Mineros á las labores, con seguridad de tenerlo siempre que lo necesiten. A
este fin se establecieron varias Caxas en aquellos parages donde habia mas
abundancia de Minerales, siendo estas otros tantos depositos de él, y por
consecuencia los lugares determinados á donde debe llevarse á fundir lo que se
saca de Plata para satisfacer al Rey el derecho del Diezmo y el valor de los
Azogues, que se franquea á cada índividuo en el discurso del año.
Entre estos Depositos, ó Caxas Reales se
halla una principal, que ministra á todas las otras el Azogue, y es la de
Guancavelica, siguiendose luego por la parte del Norte, Jauja, Pasco, Lima, y
Trugillo: por la del Sur el Cuzco, Chucuito, la Paz, Caylloma, Carangas, Oruro,
y Potosí, de suerte que en todas vienen á ser 12; pero no en los distritos de
todas hay abundancia de Minerales, pues en algunas son tan escasos, que apenas
hay indicios de ellos. De estos Depositos sacan sus provisiones los Mineros que
están en cada jurisdiccion, y se les subministran fiados por termino de un año,
para facilitarles que puedan trabajar, sin hacer de pronto desembolso, por ser
uno de los mayores costos que tienen. El método que se sigue en esto es acudir
los Mineros á la Caxa Real, y afianzar el Azogue que necesitan para el uso de
los metales que deben sacar de la Mina en el discurso del año, con obligacion
de tenerlo pagado al tiempo de cumplirse. Este año se cuenta empezando por un
antiguo uso, el primer dia de Mayo, y finalizase el ultimo de Abril. Observase
asi no solo en lo perteneciente al Azogue, sino en todos los Ramos de la Real
Hacienda, porque en aquel dia deben concluir todas las cuentas de las Caxas
Reales, y empezar otras nuevas, que llaman cerrar las Cartas-Cuentas.
Es de mucho alivio, como se dexa
comprehender, para los Mineros la proporcion de tener el Azogue, sin hacer de
pronto el desembolso de su valor, usando de este caudal por el discurso de un
año; y con la misma Plata que les facilíta, lo pagan; pero aun todavia no basta
para que se sostengan, acaeciendo con bastante frecuencia hallarse, sin
cumplirse el año, sin fondos para salir de este empeño, que es consecuente, ó á
la poca ley que tiene el metal, ó á los gastos que se les aumentan, bien sea
por su dureza y dificultades que hay para sacarlo, ó por las obras y trabajos
que necesitan hacer dentro de la Mina. De aqui se origina, que se abandonan
aquellas que no sufragan para sostenerse quando los dueños no poseen caudal propio,
ó tienen Aviadores que se lo subministren. Las Minas se deben considerar como
un juego de fortuna, que para el que está favorable le enriquecen, y por el
contrario destruyen y aniquilan al que les es contraria.
El que dexa de corresponder á la paga del
Azogue de un año, no puede prometerse tenerlo en lo succesivo; y careciendo de
este principal agente, se inutiliza la Mina y se abandona, bolviendo á ponerse
en aquel primer estado en que la halló el que emprehendió su trabajo: se hacen
derrumbos considerables, las aguas se aumentan aunque fuesen pocas; se ciegan
las calles; y al cabo de tiempo, quando otro la emprehende de nuevo, tiene que
hacer el mismo trabajo que el antecesor con mucho espendio.
Al vér las considerables porciones de
Plata, que se conducen todos los años de las Indias á España, no es facil de
concebir la dificultad que cuesta de conseguirla en su propio origen, y que se
logra á expensas de muchos caudales, y de la infatigable pasion de los que se
dedican á este exercicio, que es la que los empeña, segun se dixo en el
Entretenimiento anterior, para no abandonarla, interin que se les proporciona
el modo de tener Azogue, aunque sea muy poca la Plata que saquen de ella; y asi
esta providencia es uno de los mayores auxilios, que tienen para promover su
trabajo.
Sin duda fue fundada en este conocimiento
la disposicion en aquellos Reynos de franquear el Azogue al costo que tiene;
contribuyendo tambien la circunstancia de ser bastante crecido, respecto del
regular en España; por cuya regla no es igual en todas partes, proporcionandose
á las distancias; y asi en Guancavelica es á 79 pulgadas37,5/100, en Jauja á
856,25/100, en Pasco á 847,5/100, en Lima á 847,5/100, en Truxillo se les carga
el mas costo que tiene su cunduccion desde Lima allá: en el Cuzco á 9587,5/100,
en Caylloma á 8669/100, en Carangas á 9450/100, en Oruro á 9710,5/100, en
Potosí 99 12,5/100, siendo del cargo de los Mineros la conduccion despues desde
las caxas hasta los asientos de las Minas.
El Erario gozaba los dos derechos que le
correspondian en el quinto del Azogue, que se sacaba, y en el de la Plata: este
ultimo se rebaxó al decimo en el año de 1737, en fuerza de reiteradas
representaciones que hicieron los Mineros, y de sérias justificaciones: por donde
se aberiguó, que la situacion de ellas no permitía tanta contribucion; pues por
no sufragar á ello, se abandonaban muchas, y el Estado padecía el detrimento de
su pérdida. Con iguales fundados motivos se libertó á los Mineros, en el año de
61, de la contribucion del quinto del Azogue por tiempo de dos años, reservando
á la voluntad de S.M. y á lo que la experiencia enseñase, el dexarlo asi para
lo succesivo, ó que espirados bolviesen á contribuir; pero parece que hasta el
presente vá corriendo en la misma forma, que es convincente prueba del
descaecimiento de su respectiva Mina, y que mirado este asunto, como el mas
importante para la subsistencia de las de Plata, se ha tenido por menos
inconveniente perder la Real Hacienda aquel ingreso, que mantenerle con el
menoscabo de que se arruinasen las otras; con que la unica utilidad que ha
quedado á su beneficio es el Diezmo de la Plata que se saca, bien que sin
disfrutarlo integramente.
Las Minas en su generalidad subsisten en
regular estado interin que se trabaja en ellas, porque á medida que se
adelantan en lo largo y profundidad, se tiene cuidado de irlas asegurando con
Empotrados, dexando además los correspondientes Estrivos de distancia en
distancia para la fortaleza, á cuyo fin hay Ordenanzas y Leyes que lo
previenen; pero quando les sobrevienen aguas en cantidad, y que no hay advitrio
para hacerles Socabones por donde desaguen, es preciso abandonarlas, aunque se
hallen en el término de la abundancia de la Plata. El trabajo que se practíca
en ellas es continuo, haciendose tanto de noche como de dia, y lo mismo el
beneficio de Metales en todas sus funciones, pues por una parte se muelen los
que se sacan, hasta convertirlos en polvo muy menudo, y por otra se preparan
los cuerpos para la Amalgama, y se laban los que tienen disposicion para ello.
De esto resulta ser preciso que el Azogue esté pronto, sin lo qual
experimentarían grandes pérdidas los Mineros; y una de las mas considerables
sería el hallarse precisados á suspender las manipulaciones. Por esto es
necesario mirarlas como un encadenamiento en donde los eslabones están
enlazados el uno al otro, siendo el principal el Azogue, sin el qual quedan
divididos los demás.
A proporcion que los metales son mas
ricos, necesitan de mas Azogue para la Amalgama; y al respecto que la Mina es
mas opulenta de metales, por estár sus vetas mas pujantes, se saca mayor
porcion de ellos, que es lo que los dueños apetecen, pues aunque la ganancia
sea corta la hace crecida la abundancia: por esta razon, los consumos, del
Azogue no pueden ser iguales, ni tener regla la distribucion; pero cada uno
sabe á corta diferiencia, segun las vetas que trabaja, su grosor y riqueza, lo
que puede necesitar para darles el ultimo beneficio en el discurso del año, y
procura proveerse de él con anticipacion.
Por las cantidades de Azogue expendidas
en el discurso de varios años, en 11 de las caxas que se han nombrado, y son
las principales, no incluyendo la de Lima, se podrá venir en conocimiento del
estado presente de los minerales de Plata de aquel Reyno; y para la mejor
claridad se pondrá por su orden:
CAXAS
Año de
1759.
Qs. Lib.
onz.
de
1760.
Qs. Lib.
onz.
de
1761.
Qs. Lib.
onz.
de
1762.
Qs. Lib.
onz.
de 1763
Qs. Lib.
onz.
Guancavelica.Jauja
Pasco
Truxillo
Cuzco
Chucuito
La Paz
Caylloma
Carangas
Oruro
Potosí
298.
39. 00.
130. 00.
500.
00. 00.
14. 27. 00.
733.
58. 2.
32. 26. 9.
230. 6.
7.
1253.
21. 6.
1544.
21. 2.
242.
00. 00.
140.
00. 00.
650.
00. 00.
5. 88. 00.
740.
00. 00.
64. 36. 4.
396.
00. 00.
191.
27. 00.
1251. 60.
11.
160. 0.
2.
234.
50. 00.
200.
00. 00.
373.
53. 5.
9. 40. 00.
437.
74. 12.
49. 94. 3.
288.
50. 00.
420. 31 .
1472. 54.
00.
1814. 28.
14.
200.
00. 00.
237.
50. 00.
455.
46. 11.
128.
42. 8.
6. 49.
3.
548.
36. 00.
31. 75.
10.
292.
50. 00.
330.
00. 00.
1061. 38.
00.
1903. 53.
14.
142.
18. 8.
247.
42. 00.
729.
00. 00.
131. 17. 00.
13. 50.
8.
369.
34. 4.
30. 25.
10.
374.
59. 8.
150. 4.
1.
1264. 63.
10.
1792. 86.
12.
Sumas.
4727. 51.
10.
21. 1.
5295. 76. 3.
5195. 41.
14.
5245. 1. 13.
El consumo. del primero de estos 5 años está
incompleto, faltando lo correspondiente á las caxas de Truxillo y de Caylloma:
en el segundo y tercero falta el de la primera, y aumentandolo de lo
correspondiente por el de los años de 62 y 63, vendrán á completarse, y serán
el año de 59 5155 quintales, 94 libras y 2 onzas: el de 1760, 5503 quintales,
63 libras y 9 onzas: y el de 1761, 5424 quintales, 18 libras, y 8 onzas: en
esta forma, tomando un medio entre todos cinco, es 5304 quintales y 84 libras.
Son varias la opiniones sobre la cantidad
del consumo que se experimenta en el Azogue que se emplea en la Amalgama de la
Plata: unos lo fixan á 14 onzas por marco, otros á 12, y otros lo ponen en algo
menos; pero generalmente convienen, en que el preciso y verdadero consumo es el
equivalente al peso de la Plata que se saca; por cuya regla, el marco de ésta
debe consumir media libra de Azogue, y á todo el exceso llaman pérdida. Hay
metales, segun la opinion de los Mineros, que por su calidad consume mas que
otros, y de estos dicen tener mas pérdida, contandola en lo que excede al peso
de la Plata; y asi la Mina que necesita para cada marco 13 onzas de Azogue, sin
bolver á recogerse, tiene de pérdida 5 onzas; la que necesita 14 onzas, 6; y
por este término, otros metales hay que pierden menos, pero no se conoce alguno
que poca, ó mucha no la tenga. Sin hacer quentas imaginarias puede terminarse
el consumo y pérdida del total de las Minas, unas con otras, por 12 onzas el
marco, y en esto convienen los mas; en cuyo caso, los 5304 quintales y 84
libras que se gastan en el año deben producir 707312 marcos de Plata de Piña,
que son 5.658496 onzas de la misma Plata. A esta cantidad debe aumentarsele la
que corresponde al menos Azogue que las 12 onzas por marco de consumo, y la que
se saca por fundicion, cuyos dos puntos son inaveriguables; no siendo facil
conseguir, que con ingenuidad digan los Mineros en lo que consiste su verdadero
consumo y pérdida.
Es mysterio tan reservado la noticia fija
de la cantidad de marcos de Plata que cada Minero saca del Azogue que consume,
que la mas eficáz diligencia no es suficiente para conseguirla; pero averiguado
esto del mayor número de las caxas, podrá formarse el cómputo de la Plata que
sacaron, y la que faltó para completar la que correspondia al Azogue que consumieron.
El año de 1763 la caxa de Guancavelica
dio por consumidas 13448 libras de Azogue menos que lo expendido: fundió 18021
marcos, por los quales contribuyó por el Real derecho de Diezmos y Cobos 17743
pesos y 3 reales. Segun la regla de las 12 onzas, debia haber fundido solo
179301/2, y asi tubo de aumento 901/2 marcos, que no son de consideracion en el
todo de la cantidad. Será reparable que los consumos de Azogue para esta cuenta
de marcos, no son iguales á los expendios de él en el año; y esto procede unas
veces de no fundir todos los Mineros la Piña que sacan en el corriente del
mismo año que recibieron el Azogue, y otras de aumentarse las fundiciones con
los que dexaron de hacerlas en el año antecedente.
La de Jauja consumió 26742 libras mas que
lo expendido: fundió 14565 marcos, por lo que solo contribuyó de derechos 14340
pesos y 3 reales: debia haber fundido 35656 marcos, y haber contribuido 35105
pesos y 41/2 reales; con que le faltaron para la cuenta 21091 marco, y dexó de
contribuir 20765 pesos.
La de Chucuito consumió 42962 libras,
fundió 48063 marcos y 3 onzas, pagaron 47322 pesos y 3 reales: su fundicion de
Plata debió haber sido de 572822/3, le faltaron 9219 y 3 onzas, por los quales
dexó de contribuir 9065 pesos y 3 reales.
La de la Paz tubo de consumo de Azogue
3025 libras, fundió 1601 marcos, por los quales contribuyó 1571 pesos y 5
reales: debería haber fundido 40342/3 marcos: vino á ser diminuta la fundicion
de 24325/8 marcos, á los quales corresponden 2395 pesos y 2 reales, que dexaron
de contribuirse.
La Caxa de Caylloma consumió 49059 libras
de Azogue: se fundieron 280291/2 marcos, cuya contribucion de derechos fue
27596 pesos, 73/4 reales, pero la fundicion debía haber sido de 654I2 marcos, y
hubo de menos 373823/4 marcos; y el importe de los derechos disiminuyó de 36805
pesos, 53/4 reales.
La de Carangas consumió 15001/16 libras:
fundió 22304 marcos y una onza; por los quales contribuyó de derechos 22076
pesos: su fundicion excedió, al respecto de las 12 onzas, en 2299 marcos y una
onza.
La Caxa de Oruro consumió 1254632/3
libras de Azogue: su fundicion fue de 121856 marcos, 4 onzas, por los que
contribuyó 119975 pesos, 71/2 reales; pero segun el Azogue consumido debió
haberse extendido la fundicion á 167284 marcos, mayor que la que se hizo de
454271/2 marcos, cuyos derechos corresponden ser 44726 pesos y 71/2 reales.
En las cinco Caxas que quedan nombradas
hubo de menos en fundicion de marcos y de derechos Reales como se sigue.
CAXAS
Falta en la
fundicion
Disminucion
de derechos Reales.
La de
Jauja
La de
Chucuito
La de la
Paz
La de
Caylloma
La de
Oruro
21. 091.
9. 219.
2. 432.5/8
37. 382.3/4
45. 427.1/2
20. 765. 2.
9. 065. 3.
2. 392. 5.
36. 805. 5.3/4
44. 726. 7.1/2
Total
disminucion de marcos
115. 552.7/8
113.
755.p. 71/4
El importe de los derechos que el Rey
sacó de las Minas de la pertenencia de las siete Caxas que quedan nombradas
fue:
De las de
Guancavelica
17. 743. 3.
De las de
Jauja
14. 340. 3.
De las de
Chucuito
47. 322. 3.
De las de la
Paz
1. 571. 5.
De las de
Caylloma
27. 596.
73/4
De las de
Carangas
22. 076.
De las de
Oruro
119. 975.
71/2
Suma
250. 626.
31/4
De modo, que de las siete Caxas recibe la
Real Hacienda la quarta parte de un millon de pesos, á corta diferiencia, y
dexa de percibir mas de la decima parte del millon.
Las quatro Caxas restantes son Pasco, en
la Provincia de Tarma, que es de consideracion: la del Cuzco, que no funde
Plata: la de Truxillo, que es mediana; y la de Potosí, que es la mayor, pues
excede á la de Oruro en 54 libras de Azogue de consumo; y haciendo un juicio
prudente no llegará á medio millon todo lo que reditúan á S. M. en cada año las
Minas del Perú que usan de él.
La cantidad de marcos que dexan de
fundirse en sus respectivas Caxas, respecto del Azogue que se les ministra, y
la mas porcion que benefician quando el consumo y pérdida no llega á las 12
onzas por marco, no menos que toda la que se saca por fuego, tiene tres
destinos: una parte se extravia, otra se funde para convertirla en vaxilla, y
otra pasa á fundirse á la Caxa de Lima por especial gracia que se les concede;
pero rigorosamente debería llevarse á la Caxa que ministra los Azogues, que es
la del distrito,asi por set la mas inmediata, como para satisfacer los derechos
con ella, y hacer constar haberse hecho el uso que corresponde con el que se
les ha ministrado.
Entretenimiento
XIV
Sobre el
estado actual de las Minas y las que se benefician por el fuego, ó por el
Azogue.
La jurisdiccion del Cuzco es limitada; en
su distrito no hay Minas, y por esto allí no se funde Plata: el corto Azogue
que se consume, es para las manifacturas, de las quales hay bastantes en
aquella Ciudad, siendo sus vecinos industriosos en obras de mano.
En los tiempos pasados fue rica la
Provincia de Castro Virreyna por las muchas y sobresalientes Minas de Plata que
se trabajan en ella, de modo que tenia fama en esta parte; pero ha venido á tal
decadencia, que es al presente de las mas pobres, y solo se trabajaba
escasamente en una, ú otra por sugetos de pocos arbitrios, que lo mas que hacen
es Pallaquear, y hacer las cortas fundiciones que les permite este arbitrio; es
dependiente de la Caxa de Guancavelica.
La de Vilcas-Guaman tiene algunas Minas,
aunque solo se trabaja en una con buenas muestras de dár riqueza: en la de
Guanta se sacaba Plata de otra; pero ésta habia arruinado al que la tenia por
su cuenta, gastando en ella un caudal bastante crecido, en cuya
correspondiencia le daba algunos marcos de Piña de tiempo en tiempo lo
suficiente para mantener las esperanzas, mas no para poder enteramente
costearse.
En la de Angaraez hay algunas que están
abandonadas; una de ellas, de mejor señal que las otras, la tomó á su cargo un sugeto
de conocido caudal, que lo consumió en ella, contentandose con sacar algunos
Piñones de poco valor, y algunas piedras de Plata blanca, que tambien llaman
Machacado, cuyas muestras servian de embeleso al amo y de dár por bien empleado
el caudal que consumia en los trabajos emprehendidos hasta conseguirlas, porque
con estos indicios se prometia lograr la riqueza grande, que suponía en la
Plata.
Quasi todo el Azogue que se expende por
la Caxa de Guancavelica vá á la Provincia de San Juan de Lucanas, que es donde
hay algunas Minas de consideracion, y particularmente una que tuvo bastante
credito; pero como en ellas son regulares las altas y baxas, descaeció á
terminos de no sufragar á sus costos: no obstante, con la fama que tenia por la
riqueza que habia dado, se continuaba su trabajo con constancia, esperanzados
que la veta bolviese á su primer estado de mayor abundancia.
La Caxa de Pasco se halla en la
jurisdiccion de la Provincia de Tarma, y no está en la principal Poblacion, por
haberla situado en la inmediacion á las Minas para la mejor proporcion de
proveerse de Azogues, y de conducir las Piñas que se deben fundir. De algunos
años á esta parte han tomado incremento, prometiendo que se hará allí. uno de
los Minerales pingues del Reyno: son varias las Minas que se trabajan con
utilidad conocida, acreditandolo asi el consumo del Azogue, que un año con otro
sale por 500 quintales á corta diferiencia.
Las del distrito de Chucuito se
mantieneri en regular estado en lo presente; y aunque en el consumo de Azogue
se repara que en los dos primeros años de la comparacion subía á 7331/2 y 740
quintales, y en los tres sieruientes sale uno con otro á 450 quintales con la
disminucion de cerca de 300; no procede esto de haber descaecido, en el termino
de estos cortos años; la flaqueza de sus Minas viene de tiempos mas distantes,
originada, ó de la mucha profundidad que tienen unas, ó de los impedimentos que
se encuentran en otras, para llegar á sacar el metal de buena ley.
De las Caxas de Trugillo se proveen
aquellas Minas que hay en la serranía que corre desde donde termínan las
jurisdicciones de las de Jauja y Tarma para el Norte, yendo ácia el Reyno de
Quito, en donde están las de Caxamarca, Chachapoyas, con otras: por el consumo
que tiene anualmente se comprehende su cortedad, proveyendo desde allí quantas
hay en un espacio de mas de 200 leguas, hasta los terminos de las Caxas de
Piura y Cuenca, adonde no se hacen remisiones de Azogue.
Reconocese, que la Caxa de Carangas
fundió 2299 marcos de Plata mas de lo que correspondia al Azogue que expendió;
y parecerá por este aumento haber habido en los Minerales de su distrito menos
pérdida que en los de las otras Caxas, pero no sucede asi, y tal vez será mayor
en ellas, de que hay bastantes indicios. En la pertenencia de aquella Caxa se
hallan las famosas Minas de Huantajaya, y tanto en estas, como en el mayor
numero de las de su jurisdiccion, se benefician los metales por fundicion, sin
necesitar de Azogue; con que siendo el menor numero y las de menos riqueza las
que gastan las 1500041/10 libras de aquel metal, debería ser la fundicion de
Marcos mucho mas quantiosa, y no faltan pruebas que lo convenzan.
Entre los grandes descubrimientos de
Minerales de Plata que se han hecho en el Reyno del Perú, ha sido famosisimo el
de Huantajaya en los tiempos modemos, porque en su riqueza fue tal, que quanto
cogia el ancho de la veta era de Plata maciza, que se cortaba á cincél, de modo
que verdaderamente le decia el nombre de Mina de Plata, por estár visible este
metal en quanto se descubria; y tuvo parages, donde formando nudos la veta se
sacaban pedazos muy gruesos de ella. Esta famosa Mina ha tenido, como sucede
con todas, sus variaciones; y aunque no ha seguido en la abundancia de riquezas
con que empezó, se sostiene, y trabajaba sin descaecimiento, dando siempre
buenas porciones de aquel precioso metal.
Confirmase con la situacion de esta Mina
la singularidad que la naturaleza guarda con los metales preciosos de
colocarlos en la tierra tan resguardados, que no sea dable desentrañarlos sin
mucha penalidad y costos; pues siendo tan abundante de ellos, son excesivos los
costos que se ocasionan. La naturaleza eligió para hacer aquel rico deposito de
Plata el País mas solitario y mas estéril de quantos hay en aquellas partes, en
un despoblado retirado de las playas del Mar alguna distancia, y en un terreno
de arena muerta: entre cerros dificiles de transitar por lo pesado del piso,
que es de la misma arena, tan desproveido de todo, que no se produce cosa
alguna; siendo necesario que hasta el agua que se ha de beber, por no haberla
allí, ni en las inmediaciones, junto con los viveres para alimentarse
racionales y animales, se conduzcan de afuera en Embarcaciones, y que puesto en
tierra, buelva á transportarse por aquel País dificil, hasta el sitio donde
está la Mina. A este respecto es costosisimo el beneficio de los metales,
porque igualmente carece de leña aun para preparar el mantenimiento, siendo
forzoso llevarla de lejos. Allí se reparte todo por racion del mismo modo que
se hace en las navegaciones largas; y aseguran los que han estado ser tan
escaso, que en ocasiones cuesta una botella regular de agua un peso. Se han
practicado, muchos Pozos, se ha reconocido el País, y ni en los unos se ha encontrado
agua, ni en las exploraciones se han visto indicios de algun manantial, ó
arroyo, no menos que de plantas, de donde pudiese sacarse leña para los grandes
consumos que se hacen en la subsistencia de la gente, y en el beneficio de los
metales: hallandose este parage en la Provincia de Arica, y es el Puerto mas
inmediato que tiene para los embarcos y descarga de cosas el de Iquique.
De este modo la abundancia y riquezas de
tan especiales vetas se consume en el propio costo de trabajarlas; y empleado
en ella misma lo que dá, no es mayor la ganancia de sus dueños que las de
otros, cuyas Minas, sin iguales inconvenientes, son de ley muy inferior,
igualandose por este termino la mas rica y abundante, con la que no lo es, para
que asi se mantenga en equilibrio la estimacion de la Plata por las penalidades
que se superan para conseguirla, en unas partes de la escaséz, y en otras de la
dureza de la piedra en donde se halla incorporada, ó bien por la demasiada
profundidad, por la abundancia de agua que las anega, por los metales extraños
que están interpolados con ella, ó por las dificultades de los lugares donde
están, como sucede con la de Huantajaya.
En las Minas de Potosí, famosas en lo
antiguo, sucede lo contrario que en las antecedentes: su ley es tan baxa en los
tiempos presentes, que no podrian aprovecharse, si las proporciones que ofrecen
para el beneficio, no lo facilitasen; son dóciles para sacarse y molerse; no
tienen mayor dificultad en las operaciones que deben practicarse con ellos
hasta sacar la Piña; logran la comodidad de la célebre Laguna, que á gran costo
se dispuso en el espacio que forman entre varios cerros, donde se recogen las
aguas llovedizas, que saliendo despues por un Rio, sirven para los ingenios en
que se muelen los metales, cuyos ahorros recompensan en mucha parte lo que les
falta de Plata. Aquel cerro ha dado en otros tiempos metales bien ricos, de
donde procedió su gran fama: aun todavia subsisten en algunas vetas señales de
su primitiva riqueza; pero por lo general son de escasa ley los que se
trabajaban. Fuera de las muchas vetas que tiene el ámbito del cerro, hay otras
distintas Minas en las Provincias de sus contornos, que han tenido fama en lo
antiguo, pero al presente las mas de ellas han descaecido á semejanza de las de
aquel: estas se proveen de Azogue de las mismas Caxas, debiendo hacer en ella
la correspondiente fundicion de Plata, y generalmente ha sido la parte mas
abundante de ellas en todo el Perú.
Dudariase de la gran riqueza de aquel
cerro en lo antiguo, si se hubiese de congeturar por la de sus Minas en el
tiempo presente, y no tratasen de ella Autores de toda fé; porque es tanta la
distancia que hay de unos á otros, que no tienen comparacion, y á éste simil
sucede con las otras Minas famosas de aquel Reyno; pero para que se comprehenda
esto, se hará una breve comparacion entre lo que se dice en el libro
Pretensiones del Potosí, que imprimió el Procurador General de aquella Villa
Don Sebastian de Sandoval y Guzman en el año de 1634, y lo que al presente manifiesta
el consumo de Azogues, de que se ha dado noticia.
El descubrimiento de aquellas Minas se
hizo en el año de 1545, tan reciente á la conquista, que solo habian pasado 19
años de la entrada de los Españoles en aquellas partes, habiendo sido en el de
1526, que es buena prueba de estár virgenes los cerros, brotandose la Plata por
ellos con abundancia. En aquellos principios se beneficiaba por fundicion,
siendo en tal grado la riqueza, que de cada quintal de metal se sacaba la mitad
de Plata, con cuyo atractivo se establecieron mas de seis mil Guairas, ó
Hornillos en donde se fundía. Esta abundancia no duró mucho, pues en el año de
1571, que habían pasado 26, se hallaban bastante disminuidas; y no siendo
suficiente el método de fundir para extraher la Plata, se entabló el del Azogue
por Pedro Fernandez de Velasco, bien que no con la perfeccion que al presente
se practíca, pues á medida que los metales han ido descaeciendo de ley, se ha
sutilizado el modo de aprovecharlos y de sacar de ellos la mayor utilidad que
pueden dár, trabajando mucho en descubrir el método de beneficio que necesita
cada uno.
En aquel tiempo el quintal de metal daba,
segun lo que queda dicho, 50 libras de Plata, que son cien marcos, y venía á
salir á marco de Plata por libra de metal. En el presente, segun noticias muy
seguras, la Mina de aquel cerro, que dá quatro marcos de Plata por cajon de
metal, es buena y dexa competentes utilidades á su amo: se trabajan muchas que
no llegan, á esta ley; y las que dán de quatro marcos para arriba se consideran
sobresalientes. El cajon de metal, en las Minas de Plata, es de 50 quintales,
que en el pié de los 4 marcos corresponde á 21/2, adarmes de Plata por cada
arroba de metal, y sale la proporcion como 1 á 1250; esto es, que de la cantidad
de metal que en aquel principio se sacaban 1250 marcos, se saca ahora solo uno.
Esta disforme disminucion sería increíble sino se hallase verificada por la
autenticidad de la obra que queda citada, y fue dispuesta para presentarla á S.
M.; bien que no es la misma esta proporcion en la disminucion que han tenido
los Quintos.
Desde el año de 1545, que fue el
descubrimiento de la Mina, hasta el de 1564 dió de Quintos aquel cerro 76
millones de pesos ensayados de 131/2 reales de Plata: corresponden cada uno de
los 19 años á 4 millones de pesos.
Desde 1564, hasta 1585 dió 35 millones;
corresponde á cada uno de los 21 años 1.666666 pesos ensayados y 2/3.
Desde 1585, hasta 1624 se pagaron de
derechos 52 millones, y habiendo sido 39 años, corresponde á cada uno 1.333333
pesos ensayados y 1/4.
Desde 1624, hasta 1633, que fue el
antecedente al en que escribió, se pagaron 6 millones; y habiendo corrido 9
años, corresponde á cada uno 6666662/3 pesos ensayados.
En el año de 1763 Potosí consumió en las
Minas de su cerro, y en las de las Provincias comarcanas 1792863/4 libras de
Azogue; por la regla de las 12 onzas de consumo en cada marco de Plata
corresponde haber sacado 239049 marcos, á los quales pertenecen por 5º y cobos,
á corta diferiencia, 426463 pesos de á 8 reales, que reducidos á los ensayados
de 131/2 reales son 252719, y viene á ser como 1, á 155/6. La gran diferiencia
que hay en esta proporcion de lo que contribuye, á la que resulta de la ley del
metal, nace de dos causas; la primera de hallarse comprehendidos en los marcos
que se funden al presente, los que proceden de todas las otras Minas que se
proveen de Azogue de aquella misma Caxa; la segunda, de que la cortedad que la
ley tiene al presente, obliga á sacar incomparablemente mayor numero de caxones
de metal, que los que se sacaban quando éste era abundante en Plata; y asi
suple al presente en parte el mayor trabajo á lo que falta de ley.
Esto se confirma con el cómputo de los
que debieron sacarse en cada uno de los 19 años primeros, y los que se sacan al
presente: los 4 millones de pesos ensayados de Quintos que contribuyeron al Rey
aquellas Minas anualmente en el tiempo primitivo corresponden á 20 millones de
los mismos pesos de total saca de Plata, que hacen 33.750000 pesos de á 8
reales, ú onzas de Plata; y siendo la mitad de lo que se sacaba en metal,
venían á ser 4.218750 libras de éste, que componen 421871/2 quintales.
Al presente, suponiendo que la ley del
metal sea, tomandola por un medio, á 4 marcos por caxon, para sacar los 239049
marcos, se necesitan 597621/4 caxones, que hacen 2.988100 quintales, y entonces
se conseguia la misma Plata con solo 2390 quintales de Metal, en lo que se vé
la gran diferiencia que hay de aquellos tiempos á los presentes; y si á esto se
junta la porcion de desmontes que se necesitan sacar ahora para lograr los
59762 caxones de Metal, iría la quenta incomparablemente mas larga: debiendo
suponer, que este número de caxones se saca de todos los Minerales de la
jurisdiccion de aquella caxa, como antes se dixo.
Desde el año de 1633 hasta el tiempo
presente ha tenido de disminucion la Plata que se saca de solo aquel cerro algo
mas de las dos tercias partes, sucediendo esto en el discurso de 130 años: á
cuyo respecto, si continuase la misma disminucion, se inutilizarian aquellas
Minas en otro tanto tiempo, ó en menos; y por esto es muy conveniente en
aquellos Países el fomento de los nuevos descubrimientos, con lo qual se
recompensa en el modo posible el descaecimiento que tienen las mas antiguas con
las modernas.
La gran riqueza de las Minas antiguas
está confirmada en la circunstancia de sacar Plata de ellas los Indios, porque
estos no conocían otro beneficio que poner al fuego, en tiestos, el Metal donde
la Plata estaba visible y abundante, y derritiendose la recogian: en cuyo modo
sencillo, solo la que estaba limpia de otros metales podia fundirse. De esto ha
nacido conservar el nombre de Cayana los hornos en donde se hace la fundicion
de la Piña; porque en la Lengua de los Yacas significa tiesto. De esta grande
abundancia se participó en los tiempos primeros de la Conquista; y aun en los
presentes sucede, que las Minas que por alguna rara inclinacion manifiestan los
Indios á los Españoles, cuyas noticias conservan de sus antepasados, tienen la
Plata visible, siendo desde luego perceptible su riqueza.
El Azogue que distribuye la Caxa de la
Paz es en corta cantidad, como queda visto: parte de él tiene su consumo en las
Minas de Larecaxa, Jaraca, y otras que hay en su jurisdiccion: estos ván á
quintar á las Caxas de Lima, teniendo permiso del Virrey para hacerlo asi. Las
de Plata que están corrientes no son mas, ni de la abundancia que tubieron en
los tiempos pasados.
Los Minerales de Caylloma se sostienen
con regularidad, sin ser de los mas abundantes; pero hay opinion de que mas
bien han aumentado que disminuído. Entre todos los de aquellos dilatados
Reynos, son ahora los mas sobresalientes los de Oruro, á cuyo parage parece
irse transfiriendo las riquezas que gozaron en lo pasado las Minas del distrito
de Potosí: por el consumo de Azogue se vé lo que vá acercandose, pues un año
con otro consumió quasi 1300 quintales, y se asegura por varios sugetos
inteligentes y dignos de fé, que la ley de los Metales, en la mayor parte de
los Minerales, era buena, respecto de las de otras Minas, y que se reconocia ir
en aumento.
De la noticia que queda dada se concluye,
que en el total de aquellos Reynos no han disminuido sensiblemente las Minas de
Plata de lo que fueron en el principio de este siglo, ó en las cercanías de
entrar en él; pues si en unas partes han ido á menos, en otras se ha reconocido
aumento, como sucede en Pasco, Oruro, y Carangas, de que es prueba la
regularidad de satisfacer el importe del Azogue de los Mineros: al contrario de
aquellos que trabajan en vetas pobres, que quando llega el fin del año es
forzoso proceder contra ellos y sus fiadores para hacer efectivo el Entero en
Caxas, á que están obligados.
En el año de 60 solicitaron los Vecinos
de la Provincia del Tucumán que se les proveyese de Azogue, por tener
esperanzas de ciertas Minas que empezaban á descubrirse, y por carecer de él no
podian darles el beneficio necesario, ni averiguar lo que producirían; y siendo
en aquellos Reynos uno de los principales asuntos el fomento de las Minas de
Oro y Plata, obtuvieron 50 quintales, pero parece que no correspondieron á lo
que se pensaba; porque hasta el de 63 no habia muestras de ello. Quasi lo mismo
sucedió en el R eyno de Chile, donde se creyó que se habian descubierto del
mismo metal, y que prometian abundancia; pero las que allí se han hallado no
son de la entidad y firmeza que las del Perú, y por lo comun consisten en
Mantos, que son superficiales, y llegadas á profundar pierden; no sucediendo lo
mismo con las Minas que ván en vetas entre Caxas formales; pues aunque hay
muchas, que la mayor riqueza la tienen en la superficie, siempre conservan
alguna parte en lo profundo, sucediendo en otras al contrario, que hasta llegar
á las humedades no manifiestan toda su ley.
La Piña y los Texos de Oro, quando no
están quintados, llevando en los sellos que se les imprimen la marca, son
contravando en todo el Perú, y solo es permitido conducirlos via recta desde
los Minerales á las Caxas á donde pertenecen, para fundirlos allí, y pagar al
Rey los derechos que le pertenecen del Diezmo y Cobos; pero en aquellos Países
dilatadisimos, donde las Poblaciones están apartadas unas de otras, y que se
anda por lo regular por los despoblados para buscar los Pastos, hay facilidad
de conducirlas extraviadamente, y por esto no se verifica fundirse en las Caxas
toda la que se saca de las Minas.
Los Establecimientos de fundicion están
en las Caxas Reales donde hay depósito de Azogues; y á estas fundiciones llaman
Cayana, como queda explicada. En estas Oficinas se convierten en Barras, y se
ván numerando desde uno en adelante, empezando con el año y concluyendo con él:
se les pone el año en que se han fundido, el peso que cada una tiene en marcos,
onzas, y adarmes, y la ley; á cuya noticia se agregan los Sellos Reales: con
esto quedan convertidas á una moneda del valor de 2, ó 3 mil pesos, y aun
solian pasar. En esta forma se tragína á donde se quiere dentro del Reyno,
porque llevan los requisitos que manifiestan quantas circunstancias son
precisas para la buena fé, y la de haber contribuido al Rey sus Reales
derechos. Las Barras yá selladas, y lo mismo los Texos, iban á parar despues á
las Casas de Moneda de Lima: allí se bolvian á examinar de peso y de ley, para
vér si habia equivocacion, ó descuido en la que se fundieron, cuya diligencia
se practíca con presencia de los interesados, y se convierten en Moneda. Las de
Potosí no hacían este curso, porque en atencion á ser allí donde están las
Minas mas antiguas y acreditadas del Reyno, hay establecimiento de Casa de
Moneda: modernamente se han hecho en Santiago de Chile y Oruro para evitar la
incomodidad de conducirlas hasta Lima.
La Plata, como se ha visto, sale de las
Minas á expensas del trabajo de los Mineros: corre desde ellas á las primeras
Caxas Reales, quando no se extravía, ó se convierte en baxilla; y sigue despues
á la Casa de Moneda. Convertida allí en pesos duros viene á España, para
repartirse por todo el Mundo, sin que le sirva el signo que lleva mas que para
la primer venta, porque despues se admite, y es apetecida como materia sin
respecto al signo.
No son siempre los Mineros los que
conducen de su cuenta las Piñas á las Caxas Reales para fundirlas y pagar los
derechos. Esto solo se practíca por los acaudalados que las trabajan sin
empeñarse; pero los que no se hallan en este caso pagan con ella á los
Aviadores, que los fomentan, ó la dán á los Rescatadores en pago de los efectos
que les llevan á las Minas para el consumo de los trabajadores, y para la
habilitacion de los menesteres, siendo ellos los que las presentan en las Caxas
para que se fundan. Tambien entra en parte de la habilitacion el Azogue, á cuyo
fin los mismos Aviadores y Rescatadores lo solicitan, á fin de que no haya
motivo de que cese el trabajo, ni el beneficio, por ser esto en lo que tienen
la utilidad. El negocio de ir á comprar Piña á las Minas, llaman rescatar, y de
ello toman nombre de Rescatadores los que llevan cosas que vender.
Los Mineros acomodados, siendo asi que es
de la Mina de donde consiguen las riquezas, no son continuos en ellas: unos ván
de tarde en tarde, y otros rara vez, ó ninguna, haciendo confianza de los
Capataces que dirigen los trabajos, y cuidan de los gastos. Esto nace de que
por lo regular están en parages desabridos y muy incómodos por el frio, y por
la intemperie que reyna, pero desde allí hacen conducir los Metales al Asiento,
siendo en él donde se benefician, en cuyo modo los tienen á la vista para
presenciar las Labas, que es la ultima diligencia que se hace para sacar la
Plata.
Los Metales se conducen de las Minas á
los Asientos en Llacmas, ó Carneros de la tierra, y en Alpacas, siendo estos
los animales mas propios para ello por lo escabroso de los caminos, cuya
aspereza es tal, que los de otras especies se maltratarian mucho, y no podrian
traficar. Esta es de las una de las grandes providencias que tienen aquellos
Reynos, asi como en la Laponia son los Renes los adequados para manejarse en la
desigualdad de las montañas, y en los hielos. El carguió se hace en costales,
cuyo ramo, y el de las cuerdas con que los atan sobre los animales, es la
entrada mas segura y quantiosa que tienen los Indios del Pueblo de Juli en el
Gobierno de Chucuito, por ser allí donde se hacen y se llevan á la mayor parte
de los Minerales del Reyno.
No es bastante que las Minas sean de
buena ley para que sus trabajos se costeen con lo que rinden, ó que produzcan
utilidades á los dueños: hay en ellas varios accidentes que interrumpen sus
progresos: estos son las pérdidas de las vetas, dividiendose en ramificácianes
muy delgadas, hasta que enteramente no se descubre metal en ellas, en cuyo caso
es precisa inucha destreza y buen acierto para bolverlas á encontrar en el
interin se trabaja sin recoger provecho, y con la duda de lo que durará la
suspension de los metales. Los toros que se encuentran, y son unos nudos de
piedra durisima que inturrumpen la veta, ignorandose lo que tendrán de
magnitud, ni qué partido convendrá mas, si el de atravesarlos con la Mina, que
se vá abriendo, ó el de pasarlos rodeando por alguno de sus lados. Lo que se
sabe de cierto es, que vencido el toro buelve la veta á continuar con igual, ó
mayor riqueza que la que tenía antes. Los terrenos de naturaleza falsos, que
necesitan muchos empotrados, y obras de materiales para sostener los derrumbos,
y las aguas, quando son abundantes, y están muy profundas las Minas, cuyo
inconveniente suele equiponderar á sus mas sobresalientes riquezas, obliga á
practicar socabones á mucho costo por donde se facilite el desague, cuya
diligencia no en todas tiene proporcion, por no permitirlo la disposicion del
cerro. Estos y otros varios embarazos minoran sensiblemente las utilidades en
tales términos, que ponen á los Dueños mas próxîmos á la pérdida que á las
ganancias.
El trabajo se hace con Indios y Mestizos,
unos voluntarios y otros de obligacion: estos ultimos son los Mitayos: la
diferiencia que hay en estas dos clases es, que los primeros son contingentes,
y los otros seguros, pues en quanto á los jornales son iguales, siendo muy
competente el que se les dá, y es arreglado á Arancel, por cuya regla nunca es
menos de 4 reales de aquella moneda, aunque hay Minas, como sucede en Potosí,
que ganan un peso los dias que trabajan. Es vulgaridad muy errada la de que el
trabajo de las Minas es recio, y que aniquila estas gentes, porque ni uno, ni
otro sucede: siendo buena prueba la de acudir los Mestizos y otros Indios, á
quienes no toca la Mita, á ofrecerse voluntariamente, y que los mismos Mitayos,
concluidas las horas de su trabajo, se convidan á doblarlo, que es trabajar
noche y dia, para ganar mas, ó todos los dias seguidos. Los trabajos que allí
se ofrecen unos son subterraneos, y otros fuera, que consisten en acarreos de
Metales, y de materiales en las varias manipulaciones para el beneficio, sin
que se reconozca que por causa de ellos enfermen, ni les sobrevenga mal de
consideracion. En este destino logran la mejor y mas puntual paga de quantas
pueden tener en las otras ocupaciones; y asi, al exemplo de los voluntarios, se
quedan varios de la otra clase despues que concluyen el tiempo preciso de la
Mita.
Los Mitas duran seis meses, y concluídos
se cambian, haciendose asi para que se restituyan á sus Pueblos, y cultiven las
tierras que les pertenecen: despues tienen dos, tres, ó mas años libres, sin
bolverles á tocar turno, segun son mas, ó menos crecidos de vecindario los
Pueblos. Ademas de los Mitayos siempre necesitan de gente libre las Minas, pues
la que goza 6, ú 8 de aquellos, ocupará 15, 20, ó mayor número, á proporcion de
las vetas que se trabajan. Por razon de la mucha frialdad de aquellos parages
no se acomodan á ellos los Negros, que luego mueren, lo que no sucede con los
Indios, cuyas naturalezas son propias para tales climas, y asi los resisten sin
pension.
Se dixo antes que el consumo de Azogue es
la cantidad de este Metal equivalente á la Plata que se saca, y que lo que
excede de esto es lo que llaman pérdida. Por esta regla puede sacarse Plata sin
pérdida, pero no sin consumo; y asi, el que saca cien marcos de ella, ha de
consumir en el beneficio por la Amalgama 50 libras de Azogue por lo menos: de
esto ha nacido la opinion de que se convierte en Plata este metal, esforzandola
con la circunstancia de no ser visible la Plata en la mayor parte de las
Metales, como sucede con los que llaman Pacos, que son de color de tabaco, y
los que mas abundan: suponen para ello, que el Mineral contiene materias
propias para fijar el Azogue, y purificarlo de los cuerpos estraños que tiene,
y que los Metales donde la Plata es visible, que son los que llaman Machacados,
se hallan en esta forma, porque en su Mina abundaron las materias primitivas
del Azogue en tanta cantidad, quanto es su abundancia; pero que además de esta,
que es sensible á los sentidos, la restante materia que está con ella convinada
con el Azogue que se le incorpora, lo fija y reduce á Plata. Esta opinion,
segun el sentir de los mas bien instruídos entre ellos, es efecto de la
ignorancia, porque hay otras distintas causas para el desperdicio del Azogue,
sin que sea preciso ocurrir á que mude de especie, por razon de la mixtura con
las partículas metálicas de la Mina: concluyendo, que si las operaciones
hubiese arbitrio para hacerlas en otra forma se bolvería á recoger todo el que
se incorpora en las Amalgamas; y en efecto, los grandes Metalurgicos de Europa,
que tienen conocimiento práctico de ellas, se admiran del desperdicio excesivo
de Azogue que se hace en las Minas de Indias, atribuyendolo á no valerse de los
métodos mas seguros é industriosos para evitarlo.
En realidad, despues del largo tiempo que
el mejor y mas pingue patrimonio de la España son las Minas de Plata y Oro de
los dos Imperios de las Indias, hubiera sido conveniente establecer
Elaboratorios de ensayos, donde la aplicacion adquiriese el conocimiento
práctico, y especulativo á cerca de el modo de beneficiar los Metales, con
aprovechamiento del Azogue, y de los de Plata y Oro, pues á todos se estienden
las pérdidas en muchas ocasiones por faltar la inteligencia para separarlos de
los cuerpos extraños que los perjudican, como el Vitriolo, el Antimonio, el
Arsenico, Alumbre, Azufre, Oropimente, y otros varios, que de ordinario
acompañan á la Plata, y es forzoso apartarlos antes de hacer la incorporacion
con el Azogue, pues de no practicarse esto con la exactitud que conviene,
resultan dos daños: uno el de no sacarse toda la Plata que contiene el Mineral
por estorvar la interposicion, ó mezcla de alguna parte de estas materias, que
el Azogue se una bien, y abrace todas las partículas de quella, que están
contenidas en el Mineral: otro, que absolutamente no se consiga la Amalgama,
siendo esto á lo que llaman disparar los cuerpos, porque subdividido el Azogue
en partículas minutisimas y ligeras, se escapa con el agua, y la Plata, no
habiendose llegado á juntar, tambien se desaparece.
Logrado el fin de purgar los metales de
Plata de las materias estrañas que le dañan, y el de hacer las incorporaciones
del Azogue sin la fuerza de repasos que se les dán, se trabajaria en evitar los
consumos de él; y quanto mas se aprovechase tendria menos costo la Plata: los
Mineros escusarian este gasto, y se harian utiles muchas Minas que se abandonan
por no alcanzar la ley de sus metales á los costos del beneficio; pues en el
supuesto de consumirse 12 onzas en cada marco, al respecto del precio que tiene
en Potosí, son 6 reales lo que importa solo el coste del Azogue. Además, habría
tambien la ventaja de no estár pendientes del Azogue para tener la Plata; pues
siempre que faltase aquel cesaría la extraccion de esta, y las Minas quedarian
inutiles. Por el contrario, si el Azogue no tuviese consumo, ó á lo menos este
fuese corto, con una cantidad moderada habría bastante para algunos años, y en
ningun caso sería sensible la falta de su abundancia. El descaecimiento de la
Mina del Almaden, que puede suceder de lo qual haya exemplar, es un peligro que
amenaza á la subsistencia de las de Plata. Las guerras que pueden sobrevenir es
otro, y todo se salvaba con el medio que se ha dicho. Los Mineros se aplican en
quanto pueden al conocimiento de sus metales, y al modo de aprovecharlos, pero
recayendo en unas personas que nunca tuvieron principios de ello, ni
conocimiento de la facultad de Minas y Metales, á quienes la falta de otra
ocupacion les inclina á este exercicio, y el parecerles que para sacar Plata
vasta mover las tierras, nunca pueden adelantar cosa de sustancia, y quando lo
consiguen es despues de bastantes pérdidas, quedando siempre con sobradas
imperfecciones los métodos que descubren. Los Beneficiadores son asimismo gente
de pocos alcances, que aprehenden lo que vén hacer á otros, y al paso que son
habiles en esto,no tienen la mejor disposicion para adelantar ni discurrir por
sí, ni para mudar de método en las operaciones: conocen bien el Mineral que
contiene Plata, pero no los medios de separarla con perfeccion de las otras
materias á que está unida, cuyo punto es esencialisimo como se ha dicho. No
saben discurrir modos de aprovechar el Azogue, que es otro muy principal. No ha
faltado Autor grave, y Minero habil de aquel Reyno que lo ha conocido asi; y
que es de opinion que puede hacerse el beneficio sin consumirse, ni
desperdiciarse Azogue alguno. Este invento, en que debiera pararse mucho la
consideracion, valdría tanto á la Monarquía como las Minas de Plata que le
proporcionan las riquezas que posee, y se las aseguraria para lo succesivo,
disfrutandolas sin desperdicios. A fin de que esto sea mas perceptible será
bien decir que se reconocen Minas, cuyos metales en los ensayos pequeños
manifiestan una riqueza increible, y trabajados en grande nunca dán la ley, y
muchos disparan en el beneficio.
Entretenimiento
XV
Se trata del
Azogue y de la Sal, materias precisas para el beneficio de la Plata y de las
Minas de
estas dos especies.
El beneficio de los metales necesita dos
ingredientes esenciales, que son el Azogue y la Sal: sin estos no podria tener
lugar la Amalgama, siendo el primero el que los úne, de donde nace, que su obra
se llame Incorporacion; la segunda los dispone, para que aquel pueda obrar, á
cuyo fin los purifica de las muchas particulas estrañas que tienen. Además de
la Sal hay otros, de que tambien se usa para el mismo efecto, segun lo
requieren las distintas materias que se hallan interpoladas con ellos. De este
trabajo están libres en parte los metales que se benefician por fuego, pero son
pocas las Minas que tienen disposicion para ello.
El Reyno del Perú fue privilegiado
respecto del de Nueva España en la conveniencia de tener una Mina abundante de
Azogue, con cuya proporcion no ha estado dependiente de España para el que
necesita, y en ocasiones ha contribuído al otro con algunas porciones, cuyo
auxilio ha sido muy importante, pues á haber faltado, era preciso que hubiesen
padecido mucho sus Minas.
La
Mina de Azogue se halla en el distrito de Guancavelica, nombre corrompido de
Huanca Vi1ca, que son dos de la lengua de los Indios, propios de Naciones entre
ellos; el cerro donde está se halla distante como legua y media de la Villa,
que tiene el mismo nombre, la qual esta á su pié: los que le han reconocido y
visto, igualmente que el de Potosí, aseguran guardar mucha semejanza el uno con
el otro.
No guardan igual semejanza en la
disposicion interior, porque el de Potosí consta de muchisimas bocas, que dán
entrada á otras tantas Minas de distintos dueños, hallándose por todo él
difundidas las ramificaciones de vetas, y el de Guancavelica solo tiene quatro
entradas por lo mas alto, que es la cumbre del cerro, y tres socabones, que
sirven para darle viento y desague, no porque tenga manantiales, sino para la
que le éntre de las goteras.
Esta Mina no tiene extension á lo largo,
y consiste en un gran Pozo, bien que cerrado por la parte superior, sin mas
abertura que las puertas de entrada que se han dicho, cuyo circuito es de 180
varas su extension, ó diametro de 60, y su profundidad de 513; en éste ámbito
han estado contenidos los metales que han producido el Azogue, con que se
abasteció aquel Reyno desde los principios, y fuera de él no lo hay; en lo
antiguo fue abundante, pero faltandole extension, está reducida oy á un
esqueleto de palizadas, y algunos retazos, que habiendose dexado con el fin de
sostener la Mina y precaver sus ruinas, han podido escapar de la astucia de los
Mineros: les dán el nombre de Estrivos; estos se disminuyen sensiblemente todos
los dias por sacarse de ellos principalmente el Azogue para el abasto regular.
Pertenece á la Corona, y esto ha contribuído no poco á su mala conservacion,
por la circunstancia de estár cedida á un numero de personas que la trabajan
por compañia, siendo la mayor parte hombres destituídos de posibles, y
forasteros que se recogen allí á tentar fortuna, sin principios, ni
conocimiento del exercicio. El Rey les paga un tanto por cada quintal de Azogue
que le entregan, y les adelanta caudal para que empiecen á trabajar: en otros
tiempos, que la capacidad de aquel gran Pozo, ó Deposito se hallaba en mucha
parte macizo, lograban sobresalientes utilidades, sin perjudicar á la Mina;
pero no asi al presente por la falta de ley á que han venido los metales. La
Villa, que es bastante grande, se mantiene de la Real Hacienda por las
utilidades que dexa el Azogue.
Se trabaja como las de Plata con Indios
de Mita, pero además de estos exceden los voluntarios, asi de la misma casta,
como de Mestizos. La ley del metal en el dia es baxisima, correspondiendo á
cada caxon, que se regúla allí de 6 arrobas, siendo distinta esta medida que
los de las Minas de Plata, desde menos de libra, hasta 21/2, ó 3. Las débiles señales
que han quedado de estrivos, tienen la de 8, ó 10 libras; pero quando estaba en
su fuerza la habia de 25 á 30 libras, que llamaban Metal de Apunchao, palabra
India, que significa metal rico. Veese allí repetida una particularidad
semejante á la de los metales de Plata sobre la regeneracion de ellos; pues en
los parages que han estado abandonados por largo tiempo, como de 60, ú 80 años,
bueltos á habilitarse, se encuentran en sus superficies unas costras, ó capas
mas, ó menos gruesas, cuya ley es sobresaliente, y quitada buelve á quedar la
piedra de una calidad metalica, pero sin contener Azogue, ó tan poco, que es
despreciable. Esto hace creer, que la mejoría de ley que se halla es posterior
al tiempo del abandono; porque quando se hizo fue por no contener cosa de
sustancia; habiendose aprovechado con codicia los metales de ley regular en
todos los tiempos, sin escusar trabajo para solicitarlos. A esto se agrega no
ser natural que los abandonasen quando les quedaba el grosor de una vara, poco
mas, ó menos, habiendo hecho grandisimas escavaciones en aquellos mismos sitios
para extraher otros, que tal vez no serían tan buenos como estos que se
encuentran en los tiempos presentes. Si esto solo se viese en una parte, podria
atribuirse á casualidad, pero experimentandose en todos los que se encuentran,
cuya memoria está quasi perdída, hay bastante motivo para discurrir, que la ley
fue posterior al abandono; lo que comprueba tambien el poco grosor de las
capas.
La piedra donde el Mercurio se fixa es de
un color y gran particular; y aunque no lo contengan, se conoce por ella, que
en mas profundidad, ó sacando algunas capas, se encontrará el cinabrio natural,
que es la misma Piedra, el Azogue y el Azufre unidos y misturados. A esta
piedra llaman Metal de Azogue, á distincion de la otra en donde nunca lo hay, á
la qual dán el nombre de Desmonte, y es al modo de Pizarra. Esto asentado, se
puede concluir, que despues de sacado el metal util de un parage lo abandonaban
y quedaba macizado con los escohombros que echaban en el de los otros cercanos.
Los efluvios y partículas primitivas que constituyen el Azogue, subiendo de lo
mas profundo, circundan por las porosidades de la Piedra Metalica, que tiene
disposicion para recibirlos, y al llegar á la superficie se detienen, no
teniendo matriz por donde continuar la circulacion; y unidas con la piedra
mudan su color obscuro, dandole el que tira á rubicundo mas, ó menos vivo,
segun son abundantes las partículas mercuriales, y los Azufres que les
acompañan, de cuyo modo aquella piedra estéril vá sobrecargandose de ellos, y
reduciendose á cinabrios: de esto resulta, que á proporcion que ha corrido mas
tiempo desde el abandono, ó que la memoria de él está mas perdída hasta el
descubrimiento, es mas, ó menos espesa la capa que se encuentra de la que
contiene Azogue. Suelen ser tan abundantes en algunas extremidades de la Piedra
Metalica las particulas del Azogue, que no pudiendolas mantener fijas, é
incorporadas en sí, se vén en su propia forma; y sacudiendo la piedra contra una
cosa dura despide globulos de Azogue, al modo que la piña de Plata quando está
en pasta, y se comprime, despide el Azogue superabundante, sin otro auxilio:
las piedras que contienen el Azogue en su forma metalica tienen un color de
Plomo brillante, que tira á rubicundo, y en donde él está hace briscado
semejante á las cristalizaciones menudas que se suelen encontrar en las Minas.
Tambien entre los escohombros antiguos
que han pasado por el fuego, se encuentran algunas piedras que contienen
Azogue, de lo qual ha nacido, como en las Minas de Plata, persuadirse á que la
piedra por su calidad es la matríz donde el Azogue se fija, comparando su
propiedad á la de la Esponja que recibe el Agua; y que comunicandosele con el
ayre las particulas sutilisimas del Azufre, y de las partes que forman el
Azogue, buelven á adquir en parte la union que tenían en la Mina con este
metal. Que sea csto, ó el no haber quedado totalmente despojadas de él quando
se hizo la operacion, lo cierto es haber Mineros, que se dedican quando la Mina
no les produce con regularidad á escoger, ó pallaquear, y aprovechan lo que
encuentran para sacar Azogue.
Los lugares profundos de la Mina, que
despues de largo tiempo de haber estado ciegos con los escohombros, se abren,
tienen un ayre de naturaleza, que mata de improviso si se respira, observandose
en esto varias particularidades. Llaman á esta especie de ayre Umpé; en su peso
y elasticidad no se conoce circunstancia por donde pueda venirle esta
propiedad, pues introduciendo un Barométro con industria donde lo habia, no
mudó al Mercurio sensiblemente de situacion de como estaba á la parte de afuera
donde no lo habia, siendo tan eficáz y pronto, que al presentar tres velas de
sebo unidas y encendidas, cuya luz era bien grande, luego que entraron en el
Umpé se apagaban, sin dexar señal de haber estado encendidas en los Pábilos:
tampoco, en el Termométro se reconoció mutacion, ni en las demás qualidades de
humedo y seco, ó las que pueden percibirse por el olfato; y no obstante esto,
quando falta precaucion en los Trabajadores, al llegar á romper alguna antigua
concabidad suelen quedarse muertos y no bolver con ninguna diligencia: para
experimentar estos raros accidentes no es necesario que el agugero que se abre
sea grande, basta el que hace la punta del pico, ó de la palanqueta con que
trabajan. Precavense de este peligro con el cuidado de no respirar al dár los
golpes, quando sienten estár proxima á romperse la comunicacion, y luego que se
abre presentan una luz, la que introducen por toda la abertura en un palo
quanto éste puede alcanzar; sino se apaga es señal de no haber Umpé, pero por
el contrario extinguiendose lo hay, y el término es todo el espacio en donde
sucede esto.
De esta qualidad tan rara del ayre, que
no consiste en su peso, ni en su elasticidad, es muy dificil asignar la causa,
pero se nota que se reproduce y se mueve en el mismo ayre, dandolo á conocer la
circunstancia de sobrevenir en algunos parages donde no se habia advertido; y
sin esperarlo, ni haber antecedente para ello, se vé que las luces se quieren
apagar, lo qual se indica de un modo raro. La luz entera se separa del pábilo,
y sube ácia arriba con mucha prontitud, bolviendo á baxar hasta el mismo
pábilo, donde se mantiene un breve rato, y buelve á repetirse el mismo salto,
hasta que en alguno de ellos se desparece enteramente: en estos saltos sube
como media quarta, sin dexar en el pábilo señal alguna de haber estado
encendido; pero quando sube demasiado es señal de que el Umpé tiene fuerza, y
entonces al segundo, ó tercer salto se apaga. Estando en este término aun puede
resistirlo por breve rato la vida de los hombres, pero quando de repente se
apaga sin dár estos saltos, con la misma prontitud instantanea caen muertos.
La propiedad de moverse se percibe, en
que unas veces se mantiene en aquellas concavidades donde se descubre; otras se
adelanta á la calle por donde se hizo la entrada; y diariamente abanza alguna
cosa: y se observa, que teniendo una luz en la mano donde no se perciben los
efectos, y alargando el brazo á donde son sensibles, la luz se queda apagada;
entonces con la que está en la otra mano se buelve á encender; y quantas veces
se repite el introducirla, tantas sucede el apagarse.
Las personas que impensadamente se han
encontrado donde empieza á haber Umpé, que no esté en toda su fuerza, sienten
un hormigueo grande por el cuerpo, pero con particularidad en las extremidades,
en la cara, y en la cabeza; sordera y mucho sonido en los oídos; los ojos
hinchados, como que se les quieren salir del casco, que son los efectos que
ocasiona la extraccion del ayre dentro de la Máquina Pneumatica. Para conocer
si los del Umpé eran provenidos de igual causa de rarefaccion de este ayre, se
han hecho repetidas experiencias en dos parages diversos donde lo habia, y no
podian subsistir luces encendidas: para esto puso unos lienzos al rededor de
las narices y boca la persona que se preparó para entrar, y reteniendo el
resuello, llevó el Barométro montado 4 varas mas adentro de donde se apagaban
las luces, y colocado allí, salía y entraba para vér si hacía movimiento, lo
reconocía distintamente con la claridad que comunicaba una luz puesta del lado
de afuera 2 varas del límite del Umpé. En esta forma observó mantenerse el
Mercurio en 17 pulgadas, 11/2 lineas; sacado á fuera y puesto en el lugar donde
estaba la luz, que era al mismo nivél, estaba en 17 pulgadas y 2 lineas, la
diferiencia era media linea, que nunca podia causar éste particular efecto. En
el segundo parage donde se hizo la experiencia que igualmente el Umpé no
admitía luz, y es lo mas hondo de la Mina llamada Hoyo Negro, estuvo el
Mercurio en 17 pulgadas, 21/4 lineas. Al mismo tiempo se introduxo un
Termométro, y tampoco tuvo alteracion, respecto de como estaba del lado de
afuera; sacandose de aqui, que la qualidad nociva de aquel ayre no procede de
una gran rarefaccion, ni de ser mucho menos pesado que lo que corresponde á la
athmosphéra de aquella altura. En estos parages no habia mas que una entrada
sin tener correspondiencia.
El modo de disipar el Umpé es haciendo
otra abertura al parage donde lo hay, y que el ayre tome movimiento; de cuya
circunstancia puede inferirse venirle aquella qualidad de estár sin él algun
tiempo enteramente. Si esto contribuye, ó no á que pierda la elasticidad en el
todo, ó en alguna parte, no es facil averiguarlo, pero se dexa conocer le
adquiera alguna propiedad particular dañosa á la vida, indicandolo asi la
prontitud con que ésta se termína donde lo hay.
Esta propiedad singular del ayre se
conoce igualmente en distintos parages de Europa, en algunos Pozos no muy
profundos, y en la Gruta del Perro, segun la llaman en Italia; pero no basta la
sola circunstancia de estár parado el ayre, pues son raros los Pozos en donde
se vé, lo que tambien sucede en las Minas; pero se nota, que donde hay metal de
algun provecho, ó lo ha habido, es mas expuesto que donde no lo hay; de lo que
se colige, que los efluvios de este pueden comunicarle algunas partículas, que
son contrarias á la vida. No sería estraño que la materia Ignea, ó la
Electrica, que se hallan esparcidas por el ayre, las absorviesen en sí los
metales, y que por esto la luz no tenga subsistencia, faltandole en el ayre
particulas correspondientes para animarla, pues entonces, sin haber mutacion en
el peso, ni en la elasticidad podria producir los efectos que se vén. No sucede
en aquella Mina azogarse la gente que trabaja en ella, como se cree comunmente:
en lo antiguo se dice era mas frecuente este daño, y se atribuía á dos causas;
una la porcion mayor de Azogue que contenía el Mineral; otra el modo de
desprenderlo de la Mina con el pico, entonces el polvo que despedía
introduciendose por la respiracion en la sangre, les causaba el mal. Los que
presente se azogan son pocos, y estos lo contrahen en los Hornos al tiempo de
cargarlos, por entrar en ellos quando están todavia calientes; pero siendo los
metales de poca ley, ni aun asi es comun.
Los que se azogan practícan allí un
remedio facil, con el qual se ponen buenos en poco tiempo, quando no pueden resistir
mas, porque se vén en continuo temblor de todos los miembros. Estenuados y
macilentos se transfieren á alguna Quebrada de temperamento cálido. En ella se
aplican á labrar la tierra, con la qual sudan mucho y espelen el Azogue,
poniendose del todo buenos; y despues que lo consiguen, buelven á tomar el
antiguo exercicio, sin que les violenten á ello.
Creyóse un tiempo, que las Minas de
Azogue eran en el Perú tan comunes como las de Plata, y con escrupuloso cuidado
se dispuso que no se trabajase en donde al parecer se habian encontrado
indicios de ellas para estorvar que en Azogue y en Plata se le defraudase al
Rey los derechos Reales; pero quando llegó el caso de necesitarlas, por el
descaecimiento de la de Guancavelica, se halló ser engaño del poca
conocimiento; y aunque se practicaron quantas diligencias dictaron el deseo y
la importancia, solo se encontraron desengaños y el convencimiento de que las
que en lo antiguo se tenian por Minas de Azogue, lo eran de Hierro y de otras
materias de esta naturaleza, cuyo color tira, á rojo, como lo manifestaron
muchos y prolijos ensayos que se han hecho. Las que se denunciaron en distintas
Provincias, y las del Reyno de Chile no han dado mas indicios de Azogues, que
las otras. En esta escaséz que se nota de tales Minas, se reconoce la
Providencia del Criador, que como menos util que los otros metales por su rara
qualidad de ser fluido, é inestable, aun siendo tantas las de los metales
preciosos de Plata y Oro que distribuyó en todo el Mundo, y de que hizo ostentacion
en aquellas dos Americas, son tan raras las que se conocen de Azogue, que se
hallan reducidas á la de Guancavelica en el Perú, la del Amaden en España, y la
de Frieste en el Fruíli; pues de haber otras, son de poca reputacion, y no las
hay en la América Septentrional, cuyas Minas de Plata no son menos pingues que
las del Perú, como lo tiene acreditado la porcion que se saca de ellas todos
los años.
El Azogue se emplea tambien en Amalgamas
de las Minas de Oro quando éste se halla en particulas tan diminutas, que no se
puede recoger por la fundicion, ni por las Labas. De algun tiempo á esta parte
se usa de él en Portovélo con motivo de haber encontrado en los cerros
inmediatos Minas de este rico metal, las que al dictamen de los inteligentes prometen
aumento, á medida que se vayan adelantando sus trabajos; pero coma allí no ha
sido regular hacer consumo de Azogue, padecen escaséz, y esto perjudicaba á los
progresos que deseaban sus dueños.
Proveense las Minas de la Sal que
necesitan; unas de la que se coge en el Mar, y otras de la que se saca de las
Minas que hay propias de ella, segun la proporcion en que están, siendo uno de
los renglones de expendio que tienen, y en las que se hallan muy retiradas es
bastante costoso. Goza en este particular aquel País la ventaja de no ser
necesario que intervenga el trabajo, ó industria de los hombres: se forma la
Sal, ó la congela la naturaleza de sí misma, sin mas pension, que irla á coger.
En el distrito del Pueblo de Chilca, que es del Corregimiento de Cañete, baña
el Mar con las crecientes algunos Valles, entre alturas de poca elevacion,
dexando en lo mas hondo Lagunas, que se renuevan de continuo. Este agua, por la
calidad del suelo, se congela en Sal, siendo tanta su abundancia, que se
abastece con ella mucha parte del País, pero no tienen facultad para extraherla
de allí otros mas que los Indios de aquel Pueblo, y son estos los que se ocupan
en conducirla á los demás parages donde se necesita. A esta semejanza hay en
aquellas costas otros lugares, que son Salinas naturales.
En la parte alta del Perú, que parece
haberla proporcionado la Providencia para depósito de toda suerte de Minerales,
los hay de Sal, y son en la misma disposicion y estructura que las de los
metales: en ellas hay las entradai regulares, y la Sal se halla en cuerpo duro,
macizo, y continuo como la piedra: se corta á fuerza de pico, en pedazos
proporcionados, para que las bestias de carga puedan llevarla, y asi se conduce
á las Poblaciones y á los Minerales; á la vista es engañosa, teniendo semejanza
de piedra de color morado, que tira á obscuro, con vetas al modo del Jaspe, y
la venta no se hace por peso, ni por medida, sino por piedras, en cuyo tamaño
es poca la diferiencia. De estos Minerales de Sal se encuentran en casi todos
aquellos Países, y su especialidad consiste en la dureza, en el color, y en
estár en aquellos cerros de tanta elevacion al igual de los de Plata y de
Mercurio, cuya variedad contribuye á hacer admirables en todo las obras de la
Providencia.
Puede ser digno de repararse, que
habiendo sido tantas las riquezas, especialmente del Oro que se sacaba en las
Islas de Santo Domingo y de Cuba en los tiempos cercanos á su Conquista, al
presente se encuentran tan cortos indicios de ello. En la de Cuba subsisten
vestigios de antiguas Minas con solo el nombre; á poca distancia de la Habana,
por la parte de Bacuranao, hay unos cerros de poca elevacion, y allí un parage
que llaman la Mina, por haberla, aunque ni está corriente, ni parece haberlo
estado de mucho tiempo á esta parte, sucediendo lo mismo á las otras. Hay
noticia no obstante, de que lavando las arenas del arroyo Escambray, que está
tres leguas de la Villa de Santa Clara, en el hato de Manicaragua y en algunos
otros de la jurisdiccion de la Trinidad, se saca algun Oro en polvo y pajillas,
refiriendose otro tanto de los que están ácia la Ciudad de Holguin; pero son
muy cortas estas señales para compararse con la fama de la riqueza antigua. En
la Isla de Santo Domingo no son tampoco de mas entidad que en aquella, y á esta
semejanza sucede lo mismo en las otras de donde se sacó algun Oro en los
tiempos de su descubrimiento.
En la Luisiana, uno de los incentivos que
tuvieron los Franceses para poblarla, á costa de muchas vidas que perdieron en
los principios, fue la esperanza de encontrar Minas de metales ricos, guiados
por la congetura de ser un mismo Continente con la Nueva España; y aunque en su
solicitud y descubrimiento han practicado algunas diligencias, y en efecto han
logrado descubrir algunas de Plomo y de Cobre ázia la parte de los Ilinueses,
pero ninguna de Oro, ni Plata.
Entretenimiento
XVI
Tratase de
los Fosiles, y particularmente de las Petrificaciones.
Ha sido siempre uno de los desvelos de
los hombres el averiguar lo pasado, y descubrir testimonios visibles que lo
convenzan; y quanto mas remotos son los asuntos, mas eficaces y mayores son las
diligencias para conseguirlo. Con este designio no ha quedado cosa que no
registre la diligencia, ni ha habido obstáculos que no venza la constancia á
costa de las mayores fatigas. Los hombres se han repartido por el Mundo con el
objeto de examinar por sí lo que refieren las Historias sin dexar Region esenta
de sus especulaciones, ni lugar adonde no les haya introducido este deseo de
saber. Este mismo fin es el que ha dado lugar al estudio de las Antiguedades,
en el qual la inteligencia, alumbrada de los descubrimientos, usa de sus
facultades para descifrar los testimonios de lo pasado desfigurado con el
tiempo, y por su medio vienen á descubrirse convencimientos de los mas
prodigiosos acacimientos del Mundo.
No hay quien ignore el circulo continuo
que hacen las cosas, decayendo despues de haber llegado al punto mas alto de su
auge, y pasando con la misma aceleracion que subieron al mas infimo de su
ruína, cuya alteracion es el testimonio mas irrefragable de la inestabilidad á
que están sujetas. Los Imperios mas famosos se han deshecho y desvanecido, lo
mismo que el humo se disipa en el ayre. Las Ciudades mas opulentas, populosas,
y ricas se han aniquilado, deshaciendose los marmoles y los bronces que las
adornaban, como si sus fundamentos hubiesen sido aprehensiones de la fantasía:
y hasta las Naciones se han extingido, como si se hubiesen desaparecido de
entre las gentes. El Mundo mismo por partes tiene variedades, y las montañas
que representan mas corpulencia, y parecen incapaces de mutacion, experimentan
con el transcurso de los tiempos, y los acaecimientos que sobrevienen,
novedades muy sensibles, y disminucion de sus alturas. Los Rios mudan de cauce;
y unos pierden la profundidad que antes tenían, al paso que otros se abren
distintos caminos para dirigirse al Mar. En este no son menos sensibles las
mutaciones, como lo testifican las Playas, los Puertos, las Ensenadas, los
Promontorios, y las Islas, unas que se rompen y se disminuyen, otras que
aparecen de nuevo como si creciesen desde lo profundo del fondo; y en este modo
con el curso de los tiempos todas las cosas corren, haciendo un periodo
continuo de variaciones.
Este convencimiento induce á indagar los
acaecimientos mas notables del Mundo para saber lo que fue en su primitivo
estado, y considerar las mutaciones que ha tenido hasta llegar á la disposicion
en que se halla al presente, pasando por grados de una positura á otra, sin que
se noten las variedades, hasta que el intermedio de muchos años, y de siglos
las hacen sensibles. No se satisface el gusto con las relaciones que se
adquieren de la antiguedad, yá sea por no hallarse con la extension, ó claridad
convenientes, ó por sospecharlas desfiguradas con interpolacion de las fabulas
que vician lo que está enlazado en ellas; á que se agrega la particular
recomendacion de afianzarse con señales visibles, que desvanezcan todo genero
de duda en lo que se adquiere de la tradicion; y la de vér que en medio de las
grandes alteraciones que han sobrevenido en el Mundo, se conservan reliquias de
los acaecimientos mas grandes y remotos. No hace muchos años que la liberalidad
del Rey de Dinamarca despachó varios Sábios de aquella Nacion, para que pasasen
al Asia, y parte del Africa, y corriendola por todas partes, examinasen
prolijamente una série de asuntos de la Antiguedad, cuyo catálogo componia un
volumen de bastante bulto; y para amplificarlo mas en observaciones de entidad,
fueron combidadas las Academias y Congregaciones de Sabios de Europa, para que
propusiesen los puntos y asuntos que les pareciesen convenientes, á fin de
evacuarlos con igual exactitud. Esta expedicion, que tenia en expectacion á los
Sabios y Curiosos, no llegó á perfeccionarse, por haber experimentado la
desgracia de morir en ella los comisionados, á excepcion de uno que pudo
escapar del rigor de las intemperies, y de las grandes fatigas que
experimentaron en este encargo. No obstante este sensible contratiempo, apetece
el deseo de vér las resultas de lo que habian adelantado, aunque se crea haber
quedado incompletas las averiguaciones.
Otros muchos han tomado por objeto
averiguar por sí mismos las cosas de la Antiguedad para hacerlas comunicables
al público, contribuyendo á que se determinen á ello, sin reparar en los
peligros, ni en las incomodidades, iguales motivos á los que ván expresados.
Las Indias Españolas no han estado en el caso que las otras partes de la
tierra, concurriendo para ello dos causas: La primera, ser unos Países modernos
en el descubrimiento: La segunda, la total ignorancia que tenia de ellos antes
de descubrirse, sin haber Autor antiguo de quien seguramente se pueda decir,
que diese ni aun confusa luz de sus particularidades; y hallandose separados
enteramente de las otras tres partes, segun lo que se tiene reconocido hasta
aquí, no participaron en ningun modo de los acaecimientos, y grandes
revoluciones que han sobrevenido en estas otras, despues de la renovacion total
de la tierra con el Diluvio, manteniendose por espacio de tantos siglos con
entera independiencia. Se agrega á esto ser tan reducidas las memorias que se
han hallado de las suyas particulares, que no pasan por lo tocante al Perú de
los 13 Incas, que se sabe haber reynado antes del descubrimiento y Conquista,
los quales dandoles lo mas que pueda reputarse, será en cada uno 30 años de
reynado, que no llegan á 400; los que rebaxados de los 1525, que se contaban
quando se empezó la Conquísta, vienen á ser 1125 de la Era de Christo; con que
los sucesos y alteraciones de aquella parte se reducen á 6 siglos y medio:
Epoca la mas antigua, en que puede considerarse ser extensiva su Historia. De
esto se vé haber subsistido como en lo confuso de un caos, mediante no saberse
cosa alguna de lo que fuese, ni de lo que sucedia entre sus habitadores en el
largo espacio de mas de 4 años; y aun en los 4 primeros de los 13 Incas tiene
mas parte el discurso de los Historiadores en lo que se refiere, que las
verdaderas Historias fundadas en los Quipos. Por esta causa son escasisimas sus
noticias, no hallandose señales que dirijan el discurso de los tiempos mas
retirados, ni aun con el defecto de la confusion.
La total reforma del antiguo Mundo, y su
renovacion, completa con el Diluvio Universal, fue como una segunda creacion,
Rara será la Nacion de Gentes que no conserve alguna idéa de ello, aunque en
muchas se mezcle parte de la fabula con lo verdadero; y aun entre las Bárbaras
no dexan de alcanzar confusamente sus especies. Por lo tocante á los Indios,
hay Autores que aseguran haberse encontrado, al tiempo de la Conquista, algunas
noticias de este famoso acaecimiento, aunque desfigurado y confuso. En los
tiempos presentes no se halla en ellos indicio alguno que lo convenza,
sucediendo esto con los civilizados, ó que fueron conquistados, como con los
que han subsistido en su plena libertad. Esta falta de noticia puede nacer de
la indiferiencia con que miran el curso de la vida, como se explicará en su
lugar; y asi no saben lo que fue Diluvio, ni tienen idéa de sus portentosos
efectos, no siendo capaces de comprehenderlo aunque se les quiera explicar, no
debiendo parecer extraño mediante no descubrirse en ellos mas luces que las de
la vida animal, y la memoria de los Incas sus Soberanos, de cuya Epoca no pasan
sus mas antiguas noticias.
Entre las ocupaciones de los
Historiadores y Antiquarios ha sido de las que mas han llenado su atencion el
descubrir señales del Diluvio, que no se puedan equivocar con otros acasos
posteriores, y son tantas las que ha encontrado la aplicacion que no tienen
número, sacando de lo alto de las montañas mas elevadas, y de la dureza de sus
entrañas Peces del Mar, embutidos y engastados en el macizo de las peñas,
algunos de ellos, en tal disposicion, que aun se conserva la espina principal y
la cabeza, estando lo restante del cuerpo y las escamas señaladas, y con el
lustre que tienen quando están en el animal. Por este término se sacan Conchas
petrificadas de distintas especies, y de las mismas que solo se crian en el Mar,
á diferiencia de los Caracoles de tierra, y de las Conchillas que suelen
encontrarse en algunos Rios. Tambien se sacan Arborizaciones Marinas, caracoles
blancos y roxos, y toda suerte de plantas que se crian en el fondo del Mar, las
quales están enceradas en el corazon de las piedras, sirviendo de señal
incontestable de haberlas dexado allí las aguas.
Las montañas de la parte alta del Perú,
segun se ha dicho en el segundo Entretenimiento, exceden en elevacion á quantas
se conocen en las otras partes del Mundo. Las diligencias que se han repetido
en estas, no habian tenido proporcion en aquellas, dudandose si tambien se
hallarian las mismas señales, procedido de ser poco frecuentadas de personas
inteligentes. La parte correspondiente al Reyno de Quito, fue reconocida quando
se practicó la medida de los grados de Meridiano, para averiguar la figura y
magnitud de la tierra; pero aunque con este motivo estuvieron frecuentadas sus
montañas, no se descubrió en ellas señal alguna de las que indican la estada de
las aguas allí; y siendo lo largo del espacio que entonces se anduvo de 90
leguas, empezando algo al Norte de la Equinocial hasta el Súr de la Ciudad de
Cuenca, se creyó que en lo restante de la tierra alta, que corre por el Perú,
sucedería lo mismo, cuya circunstancia si se llegaba á verificar sería
particularidad de aquel País, respecto de lo que se advierte en los otros, y
tanto mas digna de reparo, quanto son mas dilatadas aquellas eminencias que
corren desde el Ismo del Panamá, hasta el Estrecho de Magallanes, ó cerca de él
un espacio de 60 grados de Norte á Súr, que es la sexta parte de la redondéz de
la tierra.
En el Reyno de Chile, por las cercanías
de la Concepcion, se habian visto Minas de Conchas en cerros algo elevados,
pero su altura apenas llegará á ser la septima parte de la que tiene el
territorio alto; de modo que el encontrarse allí, no concluye que las debiese
haber en él. Además de esto, las que se encuentran en Chile no son
petrificadas, ni unidas haciendo cuerpo con los peñascos, sino sueltas en
Bancos, ó capas enteras de ellas, rodeadas por todos lados de tierras segun la
calidad de la de aquellos Lugares.
Esta duda se halla yá del todo,
desvanecida con las Petrificaciones que hay en la parte alta, en los cerros que
se elevan cerca de Guancavelica, y aun en el mismo donde está la Mina de
Azogue, donde las hay en abundancia y con diversidad de especies, cuyo exemplar
convence que las debe haber en otros muchos parages de aquellos dilatados y
altos Países.
En los peñascos que aparecen en aquellas
montañas, quando la continuacion de las lluvias descarnan la tierra que los
encubrian, se vén embutidas las Conchas enteras petrificadas, y haciendo
cuerpo, de tal modo, que la parte que fue Concha siempre se distingue en el color,
en la estructura, y en la qualidad de la materia, de la piedra que las rodea, y
de la que maziza el hueco interior entre sus dos tapas; asi rompiendola, se
reconoce en ella cada cosa distintamente, sin que pueda padecer engaño, ni
equivocacion la vista: la mayor porcion de ellas es de la especie de Bibalbos;
y en quanto á los tamaños no hay regla fixa, encontrandose pequeñas como de una
pulgada, y aun algo menores, y grandes hasta de quatro pulgadas por su mayor
largo, con 31/2 de ancho: otras hay medianas; las chicas son por lo comun de
figura convexa en las dos tapas, sin discrepancia la una de la otra; y las de
los otros tamaños son de la especie que comunmente llaman Concha de Peregrino,
teniendo la una tapa convexa, y la otra plana; todas son estriadas, y derechas
las estrías, encajando las de una tapa con las de la otra perfectamente.
Estas Conchas dán á entender haber
padecido algo con el movimiento pronto y fuerte de las aguas, y con los choques
que tuvieron entre sí, pues se encuentran algunas en que las dos tapas se
hallan desquiciadas, y no obstante están cerradas, pero sobresaliendo la una de
la otra alguna cosa, y sin ajustarse las estrías entre sí; dexandose percibir,
que el nervio, ó tendón que las juntaba por la articulación, se relaxó, y dió
lugar á que perdiesen la igualdad. No sería tampoco irregular, que la
compresion que hacia en ellas la materia, quando se iba endureciendo y
petrificando, no siendo igual, y el animal, hallandose yá muerto, precisase la
una de las tapas á resbalar sobre la otra la cantidad que permitiese la
relaxacion del tendón.
Por la circunstancia de estár completas
las dos tapas y cerradas, se dá á entender, que el animal estaba vivo, quando
la materia que las contenia se endureció; porque lo regular, quando este muere,
es perder la fuerza del tendón, y abrirse la Concha, y asi parece sin duda
fueron llevadas desde los abysmos del Mar á aquellas grandes eminencias, y se
mantuvieron vivas, interin que la materia de las piedras estaba líquida; pero
luego que empezó á endurecerse, faltándoles la humedad con que se mantenian,
murieron los animales, y ellas no pudieron abrirse porque la compresion de la
materia que rodeaba, y se iba endureciendo, no les daba las libertad para
apartarse.
La materia lapidífica donde están las
Conchas no es en todo igual, unas se sacan de color negro, cuyo grano es muy
fino, y á correspondiencia su peso y dureza: otras de color ceniciento obscuro,
no tan dura y pesada como aquella; y otras en piedra blanquecina porosa, sucediendo
esto segun la calidad de las canteras, ó de los cerros, cuyo interior ocupan.
Hay algunas en peñascos tan duros, que no ceden al pedernal, y cuesta
dificultad sacarlas enteras pero al practicarlo se reconoce que la piedra y la
Concha no hicieron union perfecta, pues á la fuerza de los golpes, dados con
alguna maza de hierro, se separan, quedando la Concha con sus estrías dividida
de la piedra, y señaladas en ésta las mismas estrías en toda su profundidad.
Además de las Conchas de las especies que
han explicado, se encuentran bastantes de otras diversas: estas son llanas
univalbas, de la clase de hongos, cuyas estrías salen de un punto que no está
precisamente en el centro de su ambito, y hacen tres ó quatro curbaturas,
encontradas hasta llegar á los bordos de ella, siendo estas en figura de S
repetida: el tamaño es vario, pues llegan las mayores á tener 5 pulgadas de
diámetro por donde mas se estienden, en una figura quasi obal: su grosor es de
una linea en poca diferiencia, y se distingue como en las otras de la piedra
donde está, notandose la misma, circunstancia que en las otras, de romperse
aquella separandose la Concha, y dexando las estrías enteras como que nunca
tuvieron cuerpo, ni formaron perfecta union con ella.
Supuesta la grande altura que tienen
aquellos parages respecto del Mar, y la particularidad de hallarse estas en el
corazon de aquellos peñascos que forman el corazon, ó interior de los cerros,
se hace preciso inferir que no eran piedra quando las aguas las depositaron
allí, y que su dureza es adquirida despues, siendo entonces la materia tan
líquida, que penetraban por ella sin impedimento los varios mariscos que se
encuentran, pues de otro modo era imposible; siendo pues líquida la materia,
que ahora es la mas dura, pesada, y compacta, parece que las otras menos
compactas y recias lo serían igualmente, siguiendose de ello la precisa
conclusion de que toda aquella tierra elevadisima debia hallarse en la misma
disposicion.
Aqui se ofrece una dificultad bien rara
sobre el estado liquido de la materia en los tiempos inmediatos despues del
Diluvio, y es, que en esta disposicion no podía mantenerse elevada, sin ponerse
á nivél con las otras partes que estaban inferiores. La solucion que esto
tiene, es suponer, que lo mas interior de las altas serranías no experimentó
las grandes mutaciones que hubo en las partes mas próximas á la superficie, y
que sirviendoles de apoyo las que no se liquaron, se sobstuvieron y fueron
agregando á ellas las que lo estaban, y por esto no corrieron á buscar la
igualdad; á lo que se agrega, que antes de dividirse en Quebradas profundas de
mucha anchura, eran territorios poco menos que iguales, donde se mantenían sin
notable desigualdad, las que al presente son montañas: esto es lo mas natural y
verosimil, pues solo en este modo se puede comprehender, que las Conchas del
Mar estén embutidas en las Peñasquerías, y que se sobstuviese la materia adonde
alcanzó la liquidacion, formando aquella altisima eminencia de tantos
centenares de leguas en lo largo que hace la parte alta de la America
Meridional.
Es natural, que asi como quedaron Conchas
en lo interior de las Montañas y de sus Bancos, ó Canteras, se detuviesen
muchas en la parte exterior de su superficie, pero como menos arraygadas y
fixas fueron las primeras que corrieron á buscar su primer centro, siendo ésta
la causa de no encontrarse sueltas y esparcidas sobre la tierra, ni sin estár
petrificadas. La disminucion que tienen las montañas, sin embargo de su solidéz
y de la dureza de la materia que encierran, llega á ser perceptible en algunas
de estas mismas Conchas petrificadas que se encuentran en los Rios que
descienden de ellas. Estas se vén separadas enteramente de la piedra, donde
estaban contenidas algunas tan perfectas en sus Estrías, que no les falta cosa
alguna, y otras conservando algun pedazo pequeño de la piedra exterior, como
testimonio de haber sido desmembrada de ella: todo lo que con las lluvias, los
soles, los hielos, y las nieves se separa de aquellas Montañas, hasta descarnarse
lo interior de sus canteras, y dividirse las Conchas que estaban embutidas en
ellas, es diminucion que tienen de su primitivo estado, y á proporcion fue mas
facil que las que no se hallaban tan sólidamente retenidas, siguiesen con las
aguas, sin dexar indicios de haber estado allí, á menos de suceder lo que se vé
en la Concepción de Chile, de quedar baxo de tierra, cubiertas con un grueso
banco de ella, cuyo volumen en los tiempos inmediatos del Diluvio no es facil
determinar. Otra señal no menos convincente de haber estado las aguas en
aquella vasta eminencia, y de la. liquacion de la materia exterior de la tierra
se hace perceptible en las concreciones de varias piedras, que en canteras
considerables se encuentran igualmente en los cerros. Estas consisten en una
porcion grandisima de Guijos menudos, unidos por medio de otra materia
lapidifica, y el todo forma una argamasa durisima, que es lo que corresponde á
la naturaleza de la materia que las incorporó: al paso que con la diminucion de
la capa exterior que cubre las montañas, ván descubriendose en ellas los Bancos
considerables de canteras, aparecen igualmente los de esta especie, siendo de
una magnitud bien grande, pues por espacio de un quarto de legua, y aun á mas
distancia, se reconoce extenderse lo que de ellos se manifiesta á la vista. La
piedra, ó guijos que hacen la concreacion, es, como queda advertido, pequeña,
del tamaño de nueces, y menores; diversas en las figuras, unas chatas, otras
ovales, y tambien mas redondas que largas: la materia que las úne es de color
de ceniza blanquizca, con grano, pero durisima y pesada.
Estos guijos en sí son como las Conchas
precedentes al Diluvio, y la concrecion se formó de sus resultas, mediante que
para ello era preciso que la materia que las unió estuviese líquida para que
pudiese llenar los intersticios que habia entre ellas, consideradas en monton,
pues de lo contrario se hubiera hecho la concrecion perfecta en las partes
exteriores, y en lo interior habría quedado solo con la presion que se comunicaban
unas á otras. Corroborase esto con la circunstancia de que en aquellos Mares es
muy comun en lugar de arena, ó de Lama ser su fondo cerca de las orillas de
este genero de guijos, lo qual se vé asi por ámbitos de bastantes leguas, de
suerte, que lo que en otras partes es arena en estas es guigería, sin mezcla,
ni union de aquella. Los embates disformes que las aguas tendrían durante el
Diluvio, con el mismo poder que llevaron las Conchas á aquellas eminencias,
llevaron sin duda la guijería, haciendose entonces una mezcla de las cosas que
antes estaban divididas, unas como propias del elemento del agua, y la otra
como perteneciente al de la tierra. Puestas allá, y embueltas en una materia
que se hallaba líquida, se incorporaron con ella: las que encontraron la que
era propia para petrificarse formaron concrecion; las que no quedaron sueltas,
y por esto se encuentran tambien otros Bancos donde la guijería no la forma,
hallandose suelta y mezclada con distintas especies de tierras; pero como las
de esta clase se hallan mas expuestas á rodar con las aguas, no son
subsistentes como aquellas despues que pierden la capa exterior que las
mantenía, siendo en tal modo las concreciones que salen de la tierra, que al
modo que los picachos de la demás peñasquería, se levantan de ella á proporcion
que se ván descarnando de tierras.
En estas concreciones se vén, como en las
Conchas, dos materias distintas, que se hallan incorporadas, ó unidas la una
con la otra. Esta circunstancia obliga á conocer, que la una fue primero que la
otra; y que la que hizo la union se hallaba líquida quando la que se unió se
introduxo en ella, cuya obra no pudo perfecionarse en otro tiempo, que quando
con las aguas experimentaron la mayor alteracion todas las cosas de este Globo.
En las peñas que contienen Conchas
petrificadas se encuentran tambien otros cuerpos, que indican ser maderas,
persuadiendolo asi la disposicion de las fibras y porosidades en la que se
distingue la corteza de las otras partes leñosas. Esta circunstancia aumenta la
particularidad por no criarse Arboles grandes, ni pequeños en las eminencias,
bien que en algunas distancias de ellas, ácia las partes menos rígidas hay los
Casis, Especias, y Quinuales, de que se ha dado noticia; y asi en el cuerpo de
un mismo peñasco se descubren las señales de las cosas del Mar y de las
producciones de la tierra antes del Diluvio. De esta no es posible congeturar
si entonces era mas fecunda de plantas mayores que lo que se vé despues; pero
sí, que para que succediese sin salir del orden natural de las cosas, era
preciso que el clima fuese mas benigno, y para ello aquella parte de Mundo
habia de ser menos elevada de lo que se halla, respecto de que de su mayor
elevacion resulta la menos densidad del ayre, y de ésta la frialdad y congelacion.
De esta mayor elevacion que tiene aquella
parte de la tierra, comparada con las otras, se saca por consecuencia, que
aunque se le llama Nuevo Mundo, con atencion á su descubrimiento por los
Européos, es verdaderamente el Mundo Viejo, ó mas antiguo; porque fue el
primero que salió de las aguas despues del Diluvio, y aunque no fuesen mas que
instantes los que precediesen de la aparicion de las tierras mas altas á las
que no lo eran tanto, basta esto para que tuviesen la antelacion.
Suele descubrir la casualidad ciertas
cosas, que hacen titubear el juicio, sin acertar á darles una interpretacion
adequada, y tal, que no dexe dudas y dificultades. Esto sucede con unas
Piramides que se hallan en el Llano de Paucara, las quales al parecer son obra
de la naturaleza, aunque por otra parte no se conforman con ello las
circunstancias que en sí tienen. El Pueblo de Paucara es uno de los que
componen la Doctrina, ó Curato de Acobamba en la Provincia de los Angeles, del
Govierno de Guancavelica. El clima es de lo mas frio de aquellos en donde no
granan las simenteras; allí las serranías se apartan y dexan espacio bastante
dilatado para una llanura, que hace algunas pendientes en forma de Lomas. En
esta llanura se vén sembradas unas piedras, en forma de Piramides redondas,
cortadas con toda perfeccion, siendo cada una de una pieza: en su altura hay
variedad por serlo unas mas que otras: algunas llegan á 10 varas, otras á 8, y
otras mas pequeñas; pero sus superficies son seguidas, é iguales, yendo á
rematar en punta; y muy pocas se hallan truncadas por arriba, lo que debe
atribuirse á la ruina que causan los tiempos; en quanto al numero no se puede
determinar, estando repartidas por aquellas Lomas, sin que en sus inmediaciones
se encuentren otras piedras de diferente figura: el color de estas es
blanquecino, y no se reconoce en ellas grietas, ni rajaduras. Algunos han
pensado ser obra artificial de los Indios, teniendo por muy estraño que pueda
serlo de la naturaleza; á la verdad se hace dificil de concebir quáles fuesen
los moldés de que ésta se valió para dexar en lo espacioso de aquel llano unas
obras tan admirables, en figura de tanta perfeccion, y que fuese á poner allá
los modelos de lo que el Arte habia de imitar despues en las que eligieron los
Egypcios con el fin de inmortalizarse.
A que sea sola obra de la naturaleza,
inclína el crecido número que hay de ellas. La circunstancia de ser de una sola
pieza la altura y magnitud, y la dureza de la piedra, dá motivo para discurrir
bastante sobre las que erigieron los Egypcios, cuya idéa pudo haber sido
heredada por la succesion de los tiempos; pero si por el contrario se atribuyen
á obra de los hombres, es forzoso pensar haberla llevado de donde la tomaron
los Egypcios: en este caso se abre camino con alguna mas facilidad para
discurrir sobre el origen de los Indios, y el modo en que se poblaron aquellos
Países, sobre que se ha pensado tanto, sin acertar á determinarlo de un modo
que satisfaga á la razon.
En el Reyno de Quito se vén las Guacas,
que servian de monumento donde se enterraban los Indios; y aunque no son
precisamente en figura de pirámides tienen semejanza con ellas en quanto lo
permite la tierra, que es el material de que las hacian, y la precision de
darles la pendiente necesaria para que se sobstuviesen. En la parte de
Guancavelica, y por aquellos Países que corren en adelante, no se encuentra
este genero de monumentos, porque en cada País varían los usos aunque
generalmente eran propensos á conservar la memoria de los que morian: hay además
de esto tradicion, de que en el de liano de Paucara era el parage á donde se
iban á enterrar los Curacas y Caciques de aquellas Comarcas, que sobresalian en
poder, y eran de la primer consideracion; y asi no sería irregular que hiciesen
erigir las pirámides, que ahora se vén asi como en el Reyno de Quito.
Establecian las Guacas, que era obra no menos grande, por la cantidad de tierra
que entra en ellas, siendo unos cerros artificiales, hechos en forma de Pan de
Azucar de bastante altura. Esto no se opone á que en otras Provincias del Perú
sean igualmente regulares las Guacas, como sucede en la parte baxa, que tambien
son comunes, y el nombre lo indíca en su generalidad.
Las piedras monstruosas de la fortaleza
del Cuzco, han hecho dudar de la posibilidad de su conducion á los parages
donde están colocadas, dando campo á discurrir que pudieron poseer los Indios
el arte defundirlas; como se supone en los Antiguos: solo considerandolas esta
habilidad pueden vencerse las dificultades que se ofrecen sobre la formacion de
las Pirámides, que por qualquier medio que se elija no se les encuentra
solucion; y si se les concede á los Indios este Arte, será facil deducir su
origen en donde lo tuvieron los Egypcios, mediante ser una misma la obra, y las
dificultades para hacerlas.
Entretenimiento
XVII
De los
Indios naturales de las dos Américas, y de sus costumbres, y usos.
Entre los asuntos que principalmente
llaman la curiosidad de los hombres, es uno el conocimiento de las gentes de
varias regiones; el de sus costumbres, usos, y propensiones, nacido de que
teniendo todas un mismo origen, es tan extraordinaria la variedad que se
reconoce entre unas y otras, que parece á primera vista dificil convinar la
evidencia de aquel principio con la diversidad de propiedades que en muchas se
advierte. Esta suele ser en algunas tan sensible, que en todo se notan diferir.
Asi sucede en el color, en las facciones, en la contextura, y mucho mas en las
costumbres, en el genero de vida, y en los usos. Unas de las que mas se apartan
entre sí, son las que se diversifican por los tres colores, de Blancos, Negros,
y Roxos: cada una de estas se divide y subdivide despues en tanto número de
otras, quantas son las Regiones, los Estados, y las Provincias. De lo blanco á lo
negro hay toda la distancia que permite la oposicion de los dos colores mas
opuestos, como comparar lo claro del dia con las tinieblas de la noche: el
colorado es un medio entre los dos, distando tanto del uno como del otro: este
es el de los Indios; y aunque ellos no paran la consideracion en ello, los de
la parte del Norte se dominan Hombres colorados para distinguirse de las otras
dos especies. No ha faltado quien intente dár solucion á la variedad de colores
en el linage humano; pero muy distante de conseguirlo, ha sido imaginario
quanto se ha explicado sobre ello, hallandose falsificado el sistéma con las
mismas razones en que se ha fundado; y además de la debilidad que en él se
advierte, queriendo atribuirla á lo cálido y frio de los climas, nunca se dá
cumplida satisfaccion á la diversidad de contexturas, y dispariedad de las
facciones, en lo que hay tanta disonancia como la que se percibe en los
coloridos.
Los Indios son de un color que tira á
roxo, y á fuerza de tostarse con el Sol y con el viento, toman otro que
obscurece; pero es necesario advertir, que lo frio de los temperamentos, ni lo
caluroso, no induce en esto variacion sensible; y asi los Indios de la parte
alta se equivocan con los de la baxa del Perú, y entre estos los del País que
llaman Valles, con los de otros mas calurosos; sucediendo lo mismo á los de la
parte Meridional desde los 40 grados ácia el Súr, y los de la Septentrional
desde los 4o grados, y de allí para el Norte, los quales no se distinguen en el
color de los que habitan ácia la Equinocial; de modo, que mezclados unos con
otros no es facil discernir qual sea de una parte, y qual de la otra; porque
recayendo sobre el color propio, el efecto que causa el Sol, el ayre, y el
frio, vienen á quedar todos de un roxo obscuro, que es el general entre ellos,
como se asentó. En la raza de Indios se distinguen menos las diferiencias que
en las otras: como por exemplo, entre los Negros hay unos belfos de nariz
aplanada, y ojos cargados de carne, que comunmente se llaman Getudos, y en
lugar de cabellos tienen lana. Otros, cuyo color es tan negro como el de
aquellos, y las facciones son semejantes á los Blancos, particularmente en
boca, nariz, y ojos, y el cabello es lácio, aunque grueso; hay algunos
colorados, y otros de color claro, tirando al de los Mulatos. En los Indios se
percibe poco la diferiencia del color, y aunque en las facciones varían
bastante, las que son propias de la raza son sensibles en todo; como es, la
frente muy pequeña y poblada de cabello hasta las extremidades, ó la medianía
de las cejas, los ojos pequeños, la nariz delgada, pequeña y encorbada ácia el
labio superior, el todo de la cara ancha, las orejas grandes, el cabello
renegrido, lácio y grueso, las piernas bien hechas, los pies pequeños, y los
cuerpos fornidos y dobles, el ser lampiños, pues solo quando llegan á viejos
tienen alguna barba, pero nunca en las mexillas; y aunque tengan alguna
discrepancia en esta contextura, conservan siempre el ayre de la raza, y no se
equivocan con los Mulatos, que son los que les acercan algo en el color.
Visto un Indio de qualquier Region, se
puede decir que se han visto todos en quapto al color y contextura; pero en
quanto á corpulencia no es asi, variando segun los parages. Los de la tierra
alta del Perú son de mediana estatura: Los de la baxa la tienen algo mayor,
aunque la diferiencia es poca. No asi los de las partes Meridionales desde los
36 grados para el Súr, ni los de los Cayos en la parte de la Florida, ni los de
la parte Septentrional desde los 30 grados para el Norte, en quanto hay
conocido por el Misisipi, el Canadá, y ácia la parte de la Nueva España, que
son de estatura alta, bien hechos y fornidos, cuya diferiencia no puede
atribuirse ni al frio, ni al calor, mediante que en el Perú hay de uno y de otro,
en tanto grado, como en los Países de mucha latitud, ó en los que no la tienen.
Poco menos que con el color sucede por lo tocante á usos y costumbres, al
caracter, genio, inclinaciones, y propiedades, reparandose en algunas cosas
tanta igualdad como si los territorios mas distantes fuesen uno mismo.
Todas las Naciones de Indios han gustado
mucho de pintarse los cuerpos de colorado, buscando para ello las tierras que
dán este color; y la Mina de Guacavelica no tenia otro uso entre los del Perú,
que servirse del Cinabrio para este fin: los de la Luisiana, del Canadá; y los
mas remotos ácia el Norte, propenden á pintarse con extremo, y no hay mejor
mercancía para ellos que el Bermellón. Parecerá particular, que siendo de
naturaleza colorados usen tanto de este color; pero en esto no hacen mas que lo
que se practica entre las Naciones mas cultas de Europa, que siendo blancas
usan varios ingredientes para hacer sobresalir mas la blancura. Los Indios
civilizados del Perú no lo acostumbran yá, pero lo usaban antes de la
Conquista; y entre las Naciones que subsisten en su libertad no dexan de
practicarlo. En las de la parte del Norte es general, y para ello se sirven,
además del color roxo, que es el principal, de blanco, negro, azul, y aun
verde.
La obra de pintarse en los Indios de la
Luisiana, y en los que pueblan aquellos dilatados Países ácia el Norte, viene á
ser como en las Naciones cultas el vestirse y ponerse decentes para parecer.
Llamanle ellos Mactachér, y es en lo que emplean sus talentos, practicandolo
con la mayor prolixidad y delicadeza; en lo que se dexa conocer su paciencia,
siendo la unica cosa que hacen sin pereza, y para que están siempre prontos.
Necesitan 5,ó 6 horas, que es una mañana entera, para esta operacion; y la Dama
mas delicada y prolixa no hace tanto uso del Espejo, para tocarse, como ellos:
ván aplicando los colores con tal arte, que se requiere tener destreza para
hacerlo: por la raíz de las Pestañas, sobre los dos Parpados, ponen dos lineas
de color del grosor de un hilo: lo mismo executan en los Labios, en las
aberturas de las Narices, y sobre las Cejas: en las Orejas tambien ponen,
haciendo las mismas bueltas que ellas tienen. El resto de la cara lo
distribuyen en varias figuras, siendo el rojo el que sobresale, y los otros
sirven para realzarlo. Tambien parte del Pescuezo éntra en esta galanura, y de
ordinario sobre las Mejillas ponen chapas bastante espesas de Bermellón. Para
inventar las figuras que han de hacer, y tirar las lineas con sutileza y
perfeccion necesitan del tiempo que se ha dícho; y como no siempre corresponden
á la idéa que se forman, sucede el borrarlas despues que están hechas para
sobstituír otras que les quadren mejor á su modo de juzgar. Es tal la
presuncion y el deleyte que tienen en esto, que despues de estár Mactaches no
sueltan de la mano el Espejo, ni cesan de mirarse en él, recreandose con su
propia figura: el resto del cuerpo queda á lo natural, y lo mismo la cabeza,
sin ropa que les cubra la carne; siendo lo comun andar en cueros, y solo con lo
que llaman Tapa-Rabo.
Los Indios guerreros, que son como los
Capitanes de valor y credito, se distinguen de los otros en traer pintado el
cuerpo en estampado, introduciendo los colores por el pellejo que llaman
Piqueteado, por hacerse á fuerza de piquetes, y á proporcion de las prohezas se
extiende este modo de pintura; los unos no traen mas que los brazos, otros
aumentan las piernas; en otros se estiende á los muslos, y en otros desde la
cintura arriba, que son los principales en la guerra: de este modo, á medida
que las acciones y la reputacion ván creciendo, lo vá tambien el estampado.
Estos guerreros usan tambien de Plumages,
que ponen en la cabeza en forma de Garzota, en los brazos y en las piernas, mas
arriba de los tobillos, al modo de Brazaletes, siendo asimismo distintivo de
las Armas y señal de valor; asi los que no son guerreros no los traen.
La propension al ocio y á la desidia es
la misma en los de la Luisiana y el Canadá, que en los del Perú y partes
Meridionales de la America, civilizados, ó gentiles; y los unicos exercicios en
que se ocupan los que subsisten en su libertad, es la caza y la pesca, lo qual
sucede asimismo á las Naciones que están vecinas al Paraguay en las Pampas de
Buenos Ayres: las mugeres son las que tienen el cuidado de hacer unos cortos
sembrados de Maíz, y de algunas Calabazas, las que lo muelen para prepararlo en
el modo que la usan, y las que disponen las bebidas que acostumbran, cuidando
al mismo tiempo de los hijos, porque en esto no se embarazan los padres. Las
Indias reducidas de toda la America Meridional usan lo que llaman el Urcu, que
significa el cerro, y estirarse el cabello desde la mitad de la cabeza, sobre
la frente, y cortarlo todo al rededor, desde las orejas, por encima de los
ojos, tapando con él la frente y cejas. Esto mismo practícan las del Norte;
unas y otras atan el resto del pelo atrás, haciendo coleta, y son tan iguales
en ello, como si se hubiesen modelado las unas por las otras. Esta uniformidad
hace vér venirles la moda desde la primera raza en que empezaron á esparcirse
por aquella inmensidad de Países.
No sucede lo mismo con los Indios en este
particular; los del Perú en la parte alta traen el cabello largo y tendido, sin
cogerlo, siendo esto un genero de galanura; los de la baxa muchos lo cortan,
haciendolo asi por causa de los calores, é imitando á los Blancos; los de la
Luisiana se lo arancan de raíz desde media mollera adelante, para hacer la
frente grande, habiendosela dado muy pequeña la naturaleza, y el resto de él lo
cortan corto: esto lo hacen para que en la guerra no tengan los contrarios de
donde asîrlos, ni facilidad para arrancarles las cabelleras, quando caen en su
poder, porque es uso entre ellos llevar los vencedores por triunfo las
cabelleras de los vencidos. El modo de sacarlas es cruel: los asen por los
cabellos quando son Européos, que los acostumbran largos, y cortandoles el
pellejo de la frente al rededor, meten los dedos por entre él y el hueso, y
arrancan de quajo todo el pellejo de la cabeza, y el cabello que está con él:
sin embargo de ser tan inhumana y dolorosa esta operacion, viven algunos que
han pasado por ella: quando no tienen cabello los vencidos es mas dificil la
tal obra, faltando de donde asirlos para tenerlos sujetos.
Generalmente es inhumana esta Nacion, y
se observa lo mismo en los del Perú, civilizados, ó libres, que con los de la
Luisiana, diferienciandose, en que la circunstancia de estár civilizados los
unos, y sujetos á leyes y govierno, no pueden practicar su inclinacion en los
racionales; pero con los animales se les vén hacer cosas, que no dexan duda en
ella. Su gusto en las fiestas de Toros es llamarlos con 6, ú 8 lanzones,
guarnecidos de rejones anchos, y clavarselos á la envestida á un tiempo, cada
uno por donde puede, bastando esto para que sin mas diligencia cayga el animal
en tierra: inmediatamente acuden á cortarle el hocico, rabo, y varios pedazos
de carne de los muslos, y los comen antes que acabe de morir; para qualquier
cosa que sea de crueldad se les encuentra dispuestos, reconociendose en la
alegria que muestran tener complacencia de ello. De esto se puede colegir, que
si viviesen en toda su libertad como los de la Luisiana, Florida, y los de las
partes mas Meridionales, harían con los racionales lo mismo. Lo mas notable en
estos casos es executar las crueldades á sangre fria, sin manifestar cólera, ni
tener en que fundarla, al modo que hicieran qualquier otra obra que no
participase de inhumanidad.
La particularidad de ser lampiños y no
tener bello en parte alguna del cuerpo es general en toda la raza, desde las
partes Septentrionales á las Meridionales, y en esto se distinguen de las demás
gentes.
Tienen el pellejo grueso, la carnadura
recia, y menos sensible que los de las otras partes del Mundo, y entre varios
exemplares que se pudieran referir y lo confirman, será bueno el de la
Operacion de la Piedra: ha sucedido en ésta tardarse 27 minutos en extraherla á
un Indio, sin dexar de manipular en él, quando lo regular es de 3, á 5; porque
estaba aderente, y al tiempo de quererla tirar se escapaba de la tenaza: fueron
muchas las veces que el Operario la introduxo y salía sin ella, en cuyo tiempo
no se le notaron los grandes estremecimientos y sensibilidad que regularmente
causa el dolor, ni mas que un quejido lento que de tiempo en tiempo daba, al
modo que quando se siente alguna leve incomodidad. Por ultimo salió la piedra
al cabo de repetidas diligencias, y á los dos dias clamaba el paciente, porque
le diesen de comer, dexando la cama antes de los 8 dias sin dolerle nada,
aunque la abertura no estaba del todo cerrada. Otro tanto les sucede en
fracturas de hueso, en heridas, y los demás accidentes, notanse, que con
facilidad curan, y que no demuestran tanto dolor como las otras gentes.
Reconocidos los craneos que se sacan de las sepulturas antiguas, se vé tener
mas grosor que lo regular, siendo de 6, á 7 lineas; lo mismo se repara en el
pellejo, manifestandolo asi las operaciones de Cirugía y los Esqueletos que se
sacan de los Sepulcros. De esto se infiere ser en ellos la organizacion mas
tosca y de mayor resistencia; por lo qual es menos sensible. Lo acredita
tambien la resistencia con que sobrellevan las miserias y las intemperies. Los
de la parte alta del Perú, que se exercitan en ser Ganaderos, habítan en las
Punas mas rígidas donde el frio y la nieve son quasi continuos; y siendo muy
poca la ropa que usan, se acomodan á tales destemples, sin molestia, ni
experimentar los efectos que causan en las personas de contextura mas delicada.
Mucho puede contribuír el habito, pero éste no les libertaría del todo, si la
disposicion de los poros y el grosor del pellejo no ayudase. Los de la parte
del Norte, semejantes á aquellos, resisten los grandes frios y hielos del
Invierno, sin dexar de ir á cazar, y no usan ropa con que abrigarse; porque
aunque se ponen sobre las espaldas una Manta de lana, que no dañe al cuerpo, ó
en su lugar alguna Piel de animal, mas parece que lo hacen por gala, que para
resguardo; porque en lo fuerte de los calores la traen igualmente quando las
otras gentes Blancas y Negras no pueden sufrir ni aun las cosas mas delgadas de
Lino, ó Seda; y quando están cazando no la acostumbran para hallarse mas
desembarazados, y llevar menos estorvos al penetrar por aquellos Bosques llenos
de ramazones y de espinas; siendo de opinion, que estas resbalan sobre el
pellejo, y sobre cosa de ropa hacen presa.
En todos tiempos andan con las cabezas
desnudas, sin ponerse cosa alguna que los resguarde de la impresion de los
rayos del Sol, ni del efecto de los hielos, y no se vé que padezcan de las
incomodidades que causan, ni en la Luisiana de los violentos efectos del Sol en
Verano, que matan prontamente á los de otras razas. La costumbre y el habito
desde pequeño contribuyen sin duda en mucha parte, y estas tienen mayor vigor
quando recaen en complexiones fuertes, que de suyo son poco sensibles. En la
America Meridional se diferiencian los Indios en los trages modernos, no siendo
general uno mismo. Los del Reyno de Quito conservan el que acostumbraban en
tiempo de sus Reyes: en la parte de Valles y tierra alta del Perú visten en
parte á la Española, y en lugar de Sombreros se sirven de Monteras de paño muy
pesadas y dobles, sin que les molesten quando ván á los parages calientes, ni
les hagan falta en los mas frios quando no las tienen: no usandolas todos con
igual precision, andan desnudos de piernas y pies, y lo mas que suelen usar es
Alpargatas de pellejo de Buey, que humedecidas despiden en olor muy malo: éstas
no se las quitan de los pies para dormir, ni para secarlas, manteniendolas
hasta que se rompen, y es una de las señales de su desaséo, y de no conocer
fastidio á las cosas mas impuras.
Es general en esta gente la propension á
la embriaguez, y para ello prefieren siempre los licores mas fuertes. Los del
Perú usaban de la Chicha hasta de pocos años á esta parte, que por la utilidad
de los dueños de haciendas en la parte baxa, donde se crian Viñas, y
principalmente en los Valles de Ica, Pisco, y Hasca se ha introducido el
Aguardiente, con el qual se aniquilan visiblemente. Igual inclinacion se nota
en las muchas Naciones que pueblan la América Septentrional desde la Florida y
el Misisipi, hasta los parages descubiertos mas al Norte, á quienes los
Ingleses de la Nueva Inglaterra por una parte, y por otra los Franceses de la
Luisiana, y los que habitaban en el Canadá los han habituado á esta bebida,
siendo el medio de que se vayan exterminando, y asi se ha reconocido haberse
disminuido sensiblemente cada Nacion.
La grande aficion que conservan al ocio y
á la flogera les induce á ser extremosos en el uso de las bebidas que
embriagan; siendo tal el desatino que tienen por ellas, que lo atropellan todo,
arrastrando por quantos peligros pueden oponerseles, por saciar esta
desenfrenada pasion. En la Luisiana se ha visto, no una sola vez, el Indio de
mayor confianza, y al parecer de mejor razon, matar á su Amo alevosamente
acompañandole á la caza, ó yendo de viage, solo con el fin de robarle una
Limeta de Aguardiente que te habia notado, y esperar para hacer el golpe el
instante en que estuviese dormido, beberse el Aguardiente y dexar la Limeta
vacía á cortos pasos del cadáver. En la parte alta del Perú se vé con
frecuencia amanecer muertos en las calles, de resulta de la embriaguez, quando
perdido el sentido se quedan á dormir en ella, y el hielo los enfria; sin que
estos exemplares lastimosos y repetidos les intimíden, ni las amonestaciones
continuas que se les hacen les persuadan para contenerse, ó para valerse de
alguna precaucion que les liberte del peligro. En Quito era costumbre no beber
las Indias, y acompañar á los maridos para recogerlos quando no pudiesen, á
fuerza de embriagados, con sus cuerpos. En el Perú beben las mugeres al igual
de los maridos, se privan con ellos, y no pueden socorrerse uno á otro; pero lo
que es mas particular en este exceso es, que las madres incitan á los hijos
desde muy tiernos de el pecho, dandoles de lo mismo que ellas beben, y antes de
dispertar á las luces del conocimiento los acostumbran á la embriaguéz.
Les sucede con este vicio lo que es
regular en todos, que quando empiezan á beber no tiene termino el exceso,
continuando hasta que enteramente caen, y quedan privados de sentido; y aunque
se procure separarlos, fuera de lo mucho que lo resisten, buelven á él llamados
del frenesí de la pasion. Son en esto, como en las otras costumbres, hermanos
legitimos los de unas partes con los de las otras, sin que las distancias mas
dilatadas de los Países causen diferiencia. En Guancavelica, con motivo de los
muchos Indios que allí acuden para los trabajos de las Minas, en Potosí, y en
los otros Minerales grandes, se toca mas que en otras partes la fuerza de este
exceso: es el uso allí pagarles los Domingos lo que han trabajado en la semana
á los que no son Mitayos, y á estos darles á cuenta la mitad, quedando el resto
para satisfacerselo junto al tiempo de concluir la Mita. Este pagamento se
concluye á las 4, ó 5 de la tarde por los Mineros, é importa en Guancavelica
cosa de 10 pesos; los 4, á corta diferiencia, se beben de Aguardiente en el
resto de la tarde y noche; originandose de aqui, que los Lunes hasta la noche
es poco lo que se trabaja, á causa de no estár los Indios para ello, y asi no
les queda dinero para el gasto de la semana, y pagan el Domingo siguiente lo
poco que consumen de alimento en el discurso de ella. Ha habido Indio que se ha
bebido en aquellas cortas horas el importe de 7 pesos, que vendrá á ser lo que
cabe en doce, ó trece limetas, sin que de pronto le resulte mas daño que la
embriaguéz, siendo bastante prueba de su resistencia. La Chicha les embriaga en
fuerza de la gran cantidad; pero no les resultaban los daños que se vén con el
Aguardiente, cuyo uso deberia estár tan seriamente prohibido como si fuese
veneno, mirando á la conservacion de aquellas gentes, y que quanto mas se
disminuya irán por precision en mayor descaecimiento en aquellos Reynos, siendo
ellos los que se exercitan en toda suerte de trabajos recios de Minas, labranza
de Tierras, Guardas de Ganados, y otros.
Si es perjudicial la embriaguéz con los
Indios por la disminucion de la especie, y la falta que hace á la subsistencia
de aquellos Reynos, no lo son menos por los desastres que acarrea de unos con
otros, pues es ordinario dimanar alborotos, quimeras, y acabar en tragedias,
que por no ser regular permitirles armas, no son de las mas lastimosas; pero no
dexa de correr la sangre en las lastimaduras que se hacen con piedras, ó con
palos, y alguna vez con cuchillos; de suerte, que el dia de Domingo, que debia
ser solemnizado con la mayor reverencia y temor, se vén las Poblaciones llenas
de gentes sin sentido, tinos con las caras ensangrentadas, otros con las
cabezas rotas, otros lastimados en el cuerpo, y por este término con reliquias
de la privacion, hasta que rendidos se tiran por las calles á templar con el
sueño las furias de los vapores.
Las muertes que los Indios del Norte
executan en Blancos, ó Negros, ó con los de otras Naciones de ellos mismos, aun
estando en paz con ellas, no tienen otro origen que el de la embriaguéz, con la
qual se enfurecen, y son muy ocasionados á hacer daño, no respetando, ni
temiendo cosa alguna; y aun los mismos que les ministran la bebida, es preciso
que se precaucionen contra sus frenesíes, siendo esto en algun modo el
principio que tienen las guerras que se suscitan entre varias Naciones: pues
siendo regla entre ellos satisfacer el agravio con igualdad en la pena, la
cabeza del que mata es la que desvanece el sentimiento en la que se halla
ofendida; y quando esto no se puede cumplir, ó hay resistencia en darla, pasa á
ser la satisfaccion motivo de disension, debiendo tomar la venganza completa
hasta la extension de la Nacion, si fuese posible, de donde fue el agresor. En
el trato y comercio que estas Naciones admiten de los Europeos, es el principal
renglon el Aguardiente, sin el qual no apetecerian las otras cosas por haberlos
acostumbrado á ello; y á este respecto, los regalos que reciben han de
comprehender parte de este licor, que es el que moviendoles los espiritus al
partido de la alianza, y les incita tambien á la ira, y á cometer con ceguedad
las mas inhumanas atrocidades; llegando el aprecio á tanto, que le llaman Leche
de sus amigos, comparandolo con el primer nutrimento. Otro tanto sucede con las
Naciones Bárbaras del Reyno de Chile, y con quantas mantienen trato con los
Españoles en las partes Meridionales del Perú: resultando de su pasion
desmesurada, no conocer amistad donde falta el regalo de la bebida; y siendo
forzoso condescendreen ello, se procura minorar quanto es posible.
Entretenimiento XVIII
Continúanse
las noticias del caracter y costumbres de los Indios, con la comparacion de
unos con
otros.
No son temibles los Indios por su valor,
como lo son por sus alevosías y las astucias de que se valen para cometerlas.
Vencedores por sorpresa son inhumanos hasta el extremo, sin conocer piedad, ni
compasion, y esto lo hacen á sangre fria, deleytandose en la carniceria.
Vencidos son los mas cobardes y pusilanimes que se puedan ver: en el primer
caso, tienen complacencia en derramar la sangre de los infelices que han
sorprehendido; y en el segundo se hacen inocentes, se, humillan hasta el
desprecio, disculpan su inconsiderado arrojo, y con las suplicas y los ruegos
dán seguras pruebas de su pusilanimidad. Todas estas son propiedades que
convienen con la cobardía, y con la alevosía, que es el caracter propio de
ellos: ó lo que refieren las Historias de la Conquista, sobre sus grandes
acciones, es en un sentido figurado, ó el caracter de estas gentes no es ahora
segun era entonces; pero lo que no tiene duda es, que las Naciones de la parte
Septentrional subsisten en la misma libertad que siempre han tenido, sin haber
sido sojuzgados por algun Príncipe extraño, y que viven segun su régimen y
costumbres de toda la vida, sin que haya habido motivo para que muden de
caracter; y en estos se vé lo mismo, que sucede en los del Perú, y de toda la
América Meridional, reducidos, y que nunca lo han estado.
No pueden, aunque se intente, atribuirse
estas propiedades en los reducidos del Perú, á las circunstancias de haber
mudado de dueño, de hallarse dominados de una Nacion extraña para ellos, de la
sujecion en que están, ni á las demás causas que vienen con esta; atento, que
asi como no han mudado de lengua, de usos, de propensiones, ni de costumbres,
no es regular que mudasen de caracter, mayormente quando se vé no haber entrado
despues de los años que ván pasados de la Conquista en las de la Nacion
dominante: además, que la sujecion no es tal como se suele figurar la idéa,
porque ellos viven en sus Pueblos con entera libertad, siendo gobernados pos
sus Curacas y Caciques, al modo que lo estaban antes de ser conquistados; y lo
que en este asunto se advierte de particular, es la igualdad que hay en los
reducidos con los que nunca lo han sido, tanto de aquella misma parte, como de
las mas distantes de ellas.
No habrá exemplar de que hombre á
hormbre, ó número igual de una parte y otra, hagan frecuente los Indios á otras
gentes, sean Europeos, ó Negros Africanos, ni que los esperen aunque sean
superiores: son, sin embargo de, su poco brio, temibles; y sucede con bastante
frecuencia, que corto número pone en derrota á otro crecido de Tropa bien
arreglada; pero esto es tomandola por sorpresa en Países cerrados de bosques,
favorecidos de las ramazones que los encubran. En este modo atacan un cuerpo,
haciendole descarga donde se considera mas segura, y en el instante se
transponen, sin ser sentidos, ni dexar rastro del camino que llevan: esto basta
para que empiece el desorden en la que se vé insultada, ignorando qual sea el
número de los contrarios, y las emboscadas que puedan tener dispuestas: por
este método repiten de distintas partes los insultos, y haciendo sobre seguro
las descargas no hay tiro perdido: no encontrando objeto, los que las reciben
para defenderse, al primer desorden sigue la consternacion, y la pérdida de la
empresa. Para este genero de guerra son habilisimos astutos, y sutiles; saben
tener tanta espera, que para no perder el golpe, dán lugar á que se les logren
las ventajas que premeditan, y la executan con quanta seguridad es necesaria
para salir con el intento: se ocultan con los troncos de los arboles, como se
dixo, y con las ramazones; y quando les faltan estos efugios se ponen tendidos
sobre la tierra, y cosidos contra ella, de modo que no se perciben.
En el parage llamado Natchées en la
Luisiana, que era una de las principales Poblaciones que los Franceses tenian,
practicaron en una noche el cruel asesinato de dár suerte á quantos le
habitaban, executandolo sin embargo de la buena amistad y confianza con que
vivian: en ello observaron tanto sigilo, que hasta despues de dado el golpe no
se tuvo noticia de lo que pensaban; unicamente pudo escapar uno favorecido de
las sombras de la noche, siendo el que quedó para dár testimonio de la
inhumanidad que exercitaron con los demás; y por una particular compasion de
algunas Indias, no padeció el mismo fatal destino todo el resto de aquel País
que estuvo sentenciado á ello. Las Indias eran las depositarias del secreto, y
la conspiracion se habia hecho convocando la Nacion Natchéea á las otras de
aquellos territorios, hasta largas distancias, para que un determinado dia
acometiesen á las Poblaciones Francesas, cada una á la que estuviere mas
inmediata, y no dexasen hombre á vida: el dia estaba señalado en un manogito de
varillas que les repartieron á cada una, con la disposicion de arrojar una cada
dia de los que se pasasen, desde el que se dispusieron los manogillos, para que
quando no quedase mas que una, fuese este el señalado para la sorpresa general
en lo mas silencioso de la noche. Repartidos estos manogillos, quedó el que
correspondia en Natchées, y la India que lo tenia á su cargo, ó por sí, ó
consultando con otras, compadeciendose del fatal golpe que habia de exterminar
á los Franceses, quitó del manogillo tres, ó quatro varillas en un mismo dia, y
con esto vino á acortar el termino para los de su Nacion, que apuradas en los
siguientes dias las restantes varillas, practicó el asesinato quando faltaban
las mismas tres, ó quatro varillas que se habian quitado á las otras Naciones,
y por esta razon no pudo ser á un tiempo en todas; lo que dió lugar á que
descubriendose la conjuracion se tomasen providencias para la defensa, y para
cortarle el curso, sin cuya casualidad hubiera sido inevitable el premeditado
intento.
De este modo destruyeron los Indios de la
Provincia de Macas, en el Reyno de Quito, la rica Ciudad de Logroño, la
Poblacion de Guamboya, con su Capital Sevilla del Oro, que eran muy pobladas,
perdiendose la memoria de los parages donde estuvieron, y de los que daban las
crecidas cantidades de oro, por donde adquirió el nombre: en el Reyno de Chile,
la Imperial, con otras de su dependiencia, por los Indios Araucos y Tucapeles:
los Pueblos de Misiones de los Chunchos, en la jurisdiccion del Gobierno de
Tarma: los del Dariel, en el Reyno de Tierra-Firme; y otras varias que se han
experimentado en distintos tiempos en aquellos Países, siendo iguales en el
método de las convocatorias, en el disimulo con que guardan el sigilo, sin que
falte por alguno de los convocados; y aun en las horas que eligen para executar
el golpe, no menos que en la clase de crueldades que cometen, quitando la vida
á sangre fria, y sin conocido motivo de sentimiento, á los Varones de todas edades,
y conservando las mugeres, como despojo del triunfo alevoso, para servirse de
ellas.
No se trata aqui de las inhumanidades que
executan en tales ocasiones, y del secreto que guardan en ellas como cosa
extraordinaria, pues estas mismas son regulares en iguales acaecimientos en
todas las gentes: lo particular entre los Indios es la conformidad que guardan,
sin que las distancias en que viven causen variacion en el método y la
inhumanidad con que lo executan; sin que pueda atribuirse á tenerles oprimidos,
pues las Naciones que pueblan los vastos territorios desde la Luisiana y
Florida para el Norte, no han sido sojuzgadas, ni privadas de su libertad pata
que pudiese atribuirse á ello; y aunque son limitadasimos de entendimiento, y
torpes en los asuntos en que se necesita obrar con reflexion, en los de esta
especie en que se mezcla la inhumanidad, la infidencia, y el interés del
pillage en los despojos de la accion, los de la Luisiana, y los de Chile, los
de Quito, y los de Tarma, con todos los otros, son habiles y expertos, como si
hubiesen tomado las lecciones en una misma Escuela; y como parte de ellas son
tan cautos en la observancia del sigilo, que no flaquean con motivo alguno.
Aquella gente no cuenta los dias
numerandolos, ni distingue los de la semana, siendo para ellos todos como uno
mismo: solo conocen las Lunaciones por ser objeto visible, no gustando de que
trabaje la memoria con semejante embarazo, y por esto quando deben hacer alguna
convocatoria con otras Naciones les embian un mensagero y un manojillo de
varillas con tantas de ellas, como dias han de pasar desde el que premedítan la
cosa, hasta el que se debe executar, que es lo mismo que decir dentro de tantos
dias.
Es preciso advertir, que el agravio
particular de un solo individuo entre ellos, ó de una Nacion, se hace causa
comun, comprehendiendo aun á las mas distantes, y que para este caso no les
detiene el pacto de la amistad reciproca en que se hallan ligados, con la que
intentan ofender, ni el reconocimiento de los beneficios que reciben de ella,
atropellando estos respetos, y con ellos la buena fé: acreditase con ello la
poca seguridad que puede haber en sus palabras, siendo forzoso vivir en
desconfianza y con cautela, pues no es seguridad la amistad para estár libres de
sus conjuraciones imprevistas.
Acometen con resolucion y ferocidad á
algun individuo que encuentran indefenso, por robarle lo que tiene y vestirse
de sus despojos. Lo mismo hacen con astucia y prontitud en alna casa retirada
de Poblado, asaltandola por las paredes con mucho sigilo, ó introduciendose con
silencio sin ser vistos. siendo la primera diligencia el asesinato de los que
duermen; y estando asegurados en esta parte roban lo que encuentran; pero si
perciben disposicion para resistirles, se retiran con el mismo silencio que
emprehendieron, y buelven á emboscarse hasta hallar mejor ocasion. Se observa
en los de la parte del Norte, que quando se calientan con la bebida, y que se
quiere incorporarlos con la Tropa, como se practicaba en las guerras que ha
habido entre Franceses é Ingleses; son arrestados, pero no subsisten mas que
interin que pasa el fervor de los vapores del licor, y que se vén bien
sostenidos; pero faltando una de estas dos circunstancias, se separan para
bolver á su modo de emboscadas. A esto alude la frase que usan los Indios
civilizados del Perú, que hablan algunas palabras mal pronunciadas en Español:
quando se alborotan empiezan por beber bastante Aguardiente, y á esto llaman
animó, pronunciado largo, que es lo mismo que decir, tomar valor. Con ellos no
dexan tambien de experimentar alborotos repentinos, juntandose muchos, y á
pedradas acometen con intrepidéz y gritería; pero con poca gente que se les
opongan buelven la espalda, se ponen en fuga, huyendo sin tino por distintos
lados, para disimular haber tenido parte en el alboroto.
Por su ninguna fé, por su facilidad en
alborotarse, y por la complacencia con que concurren á todo lo que mira á hacer
daño ha, sido una de las providencias que se han dado la mas prudente y sabia
para el gobierno de las Indias Españolas no consentirles Armas á los que están
reducidos y subordinados, ni darles conocimiento de su manejo, tenerlos
sujetos, y precisarlos á que trabajen en las cosas que se les ocupa, como son
las Mitas de Minas y de Haciendas de labor; porque de no observarse asi no
habría seguridad de mantenerlos en obediencia, como la manifiestan los varios
levantamientos, ó alborotos, que con muy ligeros motivos suceden en las
Provincias, los quales si llegáran á tomar cuerpo, serían temibles. Las
Naciones Francesa, é Inglesa se han manejado en las partes del Norte de
distinto modo. Les introdugeron Armas de fuego, y les enseñaron á usarlas, con
el fin de que hiciesen mas crecidas cacerías para que fuese mas considerable el
comercio de las Pieles, y con la maxima tambien de aumentar sus Tropas quando
las necesitasen, para emplearlas reciprocamente la una contra la otra; pero de
aqui ha resultado haberlos armado y dispuesto contra sí, pues siempre que no
les conceden quanto piden, buelven las Armas contra los mismos que se las han
franqueado. Cometen correrías. y violencias en sus establecimientos: les
precisan á solicitar su amistad por medio de regalos y gratificaciones, sin
poder contar con su amistad; porque en la ocasion son de quien mas les dá de
pronto, olvidando contribuciones y beneficios pasados, y por esto es una de las
principales maximas de aquellas partes tenerlos gratos, no darles ni aun
remotos, motivos de quexa, y quando la forman procurar con dones aplacarlos,
aunque sean mal fundadas.
Esta gente tiene la propiedad de dormir
poco y de pasar lo mas de la noche en vela: sus funciones de alegria y
regocijo, que son inseparables de la embriaguéz, duran tanto de dia como de
noche: quando se sienten cansados indistintamente se tienden y duermen, y á la
hora que despiertan buelven á continuar, sucediendoles lo mismo en qualquier
tiempo, y asi cuando todo el Mundo está entregado al descanso: ellos andan
vagueando de un lado al otro, sin objeto determinado, ni serles impedimento el
tener que trabajar despues en los destinos que les ha impuesto la sujecion. Los
que subsisten en su libertad en las partes de Chile, Pampas de Buenos Ayres, y
en los demás Países de Montaña, y los de todo el Norte desde la Florida en
adelante, tienen esta misma costumbre, no obstante la precision de buscar el
alimento en la Caza, ó en la Pesca.
Por lo que queda explicado se reconocerá
ser la vida de estas gentes semejante á la que hacen los brutos, sin horas
determinadas para las distribuciones, y que tambien les parecen en ser de poco
sueño, manteniendose en vela la mayor parte de las Naciones: lo mismo se
advierte en el modo de descansar, ó de mantenerse quando no se hallan ocupados:
los de los Países muy cálidos se tienden en las Jamacas que ellos mismos
fabrícan, pero los demás lo hacen en el suelo unos entre otros, sin distincion
de sexos, ni de estados; de donde puede inferirse las consecuencias que
sobrevendrán, propias de una vida brutal.
A la rusticidad y barbarie, de que respectivamente
se hallan poseídos, se sigue la cortedad, ó falta de nociones; yá se ha dicho
no contar los dias, ni distinguir semanas. La Luna quando la vén les indíca el
termino de un tiempo, sin embarazarse en los dias que contiene: los frios en el
Invierno, y los calores en el Verano, ó la alteracion de hielos y de nieves les
determinan el periodo de un año, pero sin ocupar la memoria en retener el
numero de Lunaciones que contiene, mucho menos las otras medidas mas pequeñas
del tiempo: quasi no tienen idéa de lo que es año, y examinando á algunos, que
manifiestan mucha vejéz de los mas civilizados del Perú, sobre la edad que
tendrán, nunca se puede sacar de ellos mas noticia que la de los Governadores,
ó Caciques que han conocido, y aun asi son imperfectas las que dán; sucediendo
tambien, que conservan la de los mas antiguos, y no se acuerdan de otras que ha
habido posteriores, porque tal vez son los acaecimientos particulares los que
se los hacen tener presentes. Lo mismo sucede con los que se mantienen en su
primitiva libertad, sin percibirse que pongan cuidado en mantener especies de
lo pasado, ni en ampliar las idéas á lo succesivo: unicamente se ocupa su
imaginacion en lo presente, y de ello en lo que tienen mas inmediato. No sería
esto notable sino se advirtiese ser igual entre los que reciben documento de
cultura, y los que carecen de ella, pues los reducidos del Perú, que de
continuo se están rozando con Españoles, que tienen Curas que quasi diariamente
les doctrinan y les instruyen, que tratan con las gentes de todas clases
sociablemente, son en este particular tan indiferentes y torpes como los que
siempre han vivido en la primitiva barbarie entre las fieras, haciendose mas
notable á vista de los Negros de Africa, que llaman allí Bozales, porque estos
con menos instruccion, y quasi sin documentos, despues de haber estado allá
algunos años, adquieren el conocimiento de numerar los dias, los años, y otras
luces muy distintas que los Indios; de donde procede, que aun siendo Esclavos
se tienen en mas que ellos, y les miran con desprecio como incapaces, y sin
discernimiento de racionalidad.
Los del Perú, en tiempo de los Incas sus
Señores Naturales, conservaban memoria de los hechos notables, y tenían cierto
modo de Policía, que refieren sus Historias. Esta cultura la debian
principalmente al cuidado de aquellos Soberanos y al régimen que entablaron con
ellos, precisandolos á vivir con reglas de racionalidad, dando lugar á
discurrirse haber sido aquellos Legisladores de alguna raza mas culta y civilizada
que la de los demás Indios comunes, de la qual no se percibe conservarse
algunos.
Son por lo general de larga vida, aunque
dificil de averiguar el número de sus años, por la razon que vá enunciada; pero
hay dos señales, que manifiestan quando son de edad muy abanzada; la una las
canas, y la otra las barbas: aquellas no empiezan á parecer hasta que están en
70 años, ó cerca de ellos: estas otras hasta que pasan de 60, y siempre son
pocas; y asi quando se vén del todo encanecidos y que las pocas barbas lo están
igualmente, se juzga que pasan de un siglo. Preguntandole á uno, cuyas señales
indicaban ser de mucha vejéz, su edad, respondió, que tendría mas de 20 años; y
examinandolo por otros medios, decia que su Machú le hablaba quando era niño de
las cosas de los Incas, á cuyos Principes habia alcanzado; segun esta relacion,
era preciso que entre los dos hubiesen compuesto 232 años á lo menos: el Machú
venía á ser el Abuelo; y éste de quien se trata, en el año de 64 aparentaba mas
de 120 años; porque fuera de tener blanca toda la cabeza y barba, estaba muy
agoviado del cuerpo, pero sin indicios de impedimento, ó achaque que le causase
la edad. Esta larga vida y la sanidad con que la mantienen, es consecuente á la
falta de asuntos que ocupan sus imaginaciones; á la vida puramente animal que
hacen; y á no tener que desear, ni que temer en sus interiores; á la
organizacion menos delicada y mas tosca, ó vasta que las otras gentes, pues
sino se aniquilasen tanto con las guerras que subsisten entre sí los Gentiles,
que los Franceses llaman Salbajes, originadas unicamente de la venganza, ni
fuesen tan extremosos en el desorden de la embriaguéz, con las bebidas fuertes,
sería una raza de gente, que disfrutaría las conviencias de la libertad y de la
independiencia con perfeccion, y estaría menos expuesta á perecer temprano.
Es costumbre de ciertas Naciones de
Indios del Perú abrirse las orejas todo al rededor por el pliegue mas exterior,
para hacerlas mayores, teniendo esto por galanura, lo qual se conserva ácia las
partes del Marañon, en las que por alusion los llaman Orejones: otras
acostumbran hacerse agugeros en las ternillas de las narices, en los labios, y
en la barba, para poner en ellas unas varitas delgadas, como de una quarta de
largo, al modo de las puas del Puerco-Espin. Esto mismo practícan las Naciones
generalmente del Norte, y asi están conformes en ello unos y otros, no dexando
duda de haberse conservado en ellos estos usos desde los primeros Pobladores de
aquel Mundo, y que su antiguedad viene de los mas remotos tiempos. Lo notable
en este particular es, que guardando tanta uniformidad las Naciones que habítan
aquel Nuevo Mundo, á tan grandes distancias las unas de las otras, no se
encuentra igual semejanza con los Pueblos de las otras partes del Mundo
antiguo, cuya circunstancia induce á concluir, que desde los primeros hombres
que se repartieron por aquellas tierras se han conservado los usos y costumbres
sin variacion, y que las que tienen son coetaneas á su poblacion.
Entre los Indios de las partes
Septentrionales se nota introducida la costumbre de tomar otra muger, quando la
que tienen envejece, sin separar á ésta de la casa, la que queda haciendo
cuerpo con la familia, y sirve para cuidar de los pequeños sembrados, moler el
Maíz, y preparar á su moda la comida y la bebida, de suerte, que viene á ser
como la Criada que sirve á los demás: la joven acompaña al marido á la Caza y á
la Pesca, y es la que carga las piezas que mata: cada una cuida de los hijos
que la pertenecen, hasta que crecen y se separan de los padres. Quando salen á
cazar quedan sus Pueblos, ó Rancherías al cuidado de las mugeres reformadas
como por modo de descanso, no contemplandolas bastantemente robustas para
resistir las fatigas que son anexas á el exercicio.
Los Indios civilizados del Perú no tienen
proporcion para hacer otro tanto, porque no se les permite, y se les reprehende
con castigo qualquier desorden que toque en esto; pero hacen un equivalente en
cambiarse las mugeres, y en tomar alguna otra soltera, dexando á la propia, sin
que en ello tengan rubor ni cautela, siendo uno de los cuidados que tienen los
Curas, los Corregidores, y aun los propios Amos á quien sirven, aunque con poco
fruto, por no ser ellos pundonorosos, ni hacerles la mayor impresion las amonestaciones,
ni consejos que se les dán. De esto se puede inferir, que si tuviesen la
libertad que los otros, harian lo mismo que ellos. Las Indias reformadas no
manifiestan sentimiento, conformandose sin repugnancia con lo que miran
admitido por costumbre, que en ellos se reputa por Ley.
Por lo tocante á el modo y disposicion de
sus alojamientos, se nota haber concurrido la necesidad, ayudada de la
naturaleza, á darles reglas de edificar con sencilléz para resguardo de los
temporales en las horas y tiempos que lo requieren; y asi se vé, que las
Naciones, sin embargo de su barbárie y falta de civilidad, se hallan juntas, y
tienen Poblaciones á su moda, donde viven y hacen la principal residencia. Las
casas de los Indios son en figura redonda, y hasta la altura de un hombre, ó
poco menos; sube la pared derecha, despues cierran con la tecumbre en forma
piramidal, y al rededor ponen por lo interior un tablado, que les sirve para
tenderse sobre algunas pieles de los animales que cazan: en el centro hacen el
fogaril, y la pieza no tiene mas abertura que la puerta la qual es bien
estrecha, y del alto preciso para entrar: el humo sale por ella, y por entre
las ramazones y hojas que hacen la tecumbre: el material es en unas barro y
piedra, en otras madera, cerradas las junturas con el barro en donde no hay de
aquella.
Por la parte de adentro en la pared hacen
unos nichos quadrilongos de un pie, ó media vara de alto, y una quarta de
ancho, al modo de los que se vén en los Palacios de los Incas en el Perú, que
les sirven para poner las pocas cosas de que hacen uso. Cada familia tiene su
casa, ó choza dispuesta en la misma figura, siendo unas mas grandes que otras.
En cada Poblacion hay tambien una Casa
comun con tablados al rededor; esta es mucho mas grande que las particulares,
en figura quadrada, ó quadrilonga, y sirve para juntarse, y hacer sus Concejos,
en que tratan sobre el tiempo en que han de salir á hacer caza, ó pesca; los
que han de ir en cada quadrilla; los parages adonde se han de distribuir; el
tiempo que han de estár fuera para bolverse á juntar, y tambien el modo de
hacer las correrías contra los Estrangeros establecidos, y lo que han de
practicar en ellas, que todos son asuntos interesantes. En esta se juntan para
beber, y para celebrar sus festividades con danzas: sobre ella tienen el
granero donde recogen el Maiz y las Calabazas que les ha dado la cosecha. Estos
Pueblos no guardan formalidad de calles, ni de plaza, estando las casas sin
orden, y de ordinario las hacen en las orillas de los rios. Aun todavia
conservan los Indios civilizados del Perú el mismo modo de casas, ó chozas, y
el tener en cada Pueblo una comun para hacer sus juntas, y tratar de sus
negocios particulares, con la diferiencia de los no reducidos; que los que lo
están deben ceñirse á las Cofradías, y Mayordomías, cuya invencion, quando es
moderada, y no con el exceso que suele introducir el abuso, es muy buena para
tenerlos sujetos y en obediencia, por ministrarles asuntos sobre que tratar,
muy distante de los que les inspira la propension con que se inclinan á lo
malo.
Los jueces y Curas no obstante zelan
mucho sobre estas juntas, evitando que traten en ellas cosas de alborotos, ú
otras que puedan tener malas consecuencias, y para ello tienen algunos de
confianza que les dán noticia de lo qut pasa; y quando se sospecha que se
apartan de lo que les está permitido, ván allá, y los separan, aplicando algun
moderado castigo á los autores que inspiran en las otras malas idéas, siendo
suficiente esta diligencia para desvanecer lo que premeditaban; pero quando se
sospecha asunto de mayor gravedad, se procura contener con providencias y
castigos de mas formalidad.
No es posible apartar esta Nacion,
despues de tantos años de reducidos, de sus antiguos usos y costumbres, y si se
intentase resultarian mayores inconvenientes, pues de prohibirles en una parte
pública las juntas, irían á tenerlas de noche á los parages retirados donde no
fuese averiguable lo que discurrian en ellas.
Yá queda dicho y comprobado, que el trabajo
que hacen los Indios en las Minas del Perú no tiene cosa de perjudicial á su
subsistencia; y el señalar Mitas para ellas, y que verdaderamente vayan con
poca voluntad, es por repugnancia natural que tienen á todo genero de trabajo,
pues si se dexase á su arbitrio nunca hicieran mas que los pequeños sembrados,
al modo de los que practícan los que subsisten sin sujecion.
Las Mitas, ó servicios de las Haciendas,
y guardería de Ganados tampoco los disminuye quando en el trato hay
regularidad. La de los Obrages sería lo mismo si en estos hubiese menos rigor,
y mas consideracion para el régimen de las taréas, y el jornal que se les
hubiese de pagar, proporcionado á que pudiesen subsistir; pero mirando los
dueños á su propia utilidad, y no al bien de los Obreros, los tratan con poca
humanidad, y de ello resulta la disminucion de los que entran: el remedio sería
absolutamente quitarselas del todo, y que sus dueños enpleasen gente libre de
la mucha que abunda sin oficio, ni ocupacion, Mestizos, y de otras castas,
prohibiendose el perpetuo encierro para los que no estuviesen por orden de las
Justicias, y juntamente que en ellos no se pudiese castigar corporalmente como
se hace al arbitrio de los que los tienen á su cuidado, sino que en todo se
gobernasen al modo que lo están las manufacturas en Europa. Ciertos castigos
moderados son precisos en los Indios, porque sin ellos son irreducibles al
cumplimiento de lo que se les dedica, predominando en ellos la propension á la
ociosidad, y al abandono; pero esto no se debiera permitir que se practicase
por los Amos á quienes sirven, que se exceden, y los maltratan en lugar de
corregirlos, sino por la Justicia; en cuyo modo serían moderados, y en ellos
harian mas impresion, sin quedarles el resentimiento de que sea la fuerza, y no
la Justicia quien los castigue. De este modo hay suficiente experiencia, que
enseña no ser necesaria como pretende la vulgaridad, y la facultad despótica,
para que cada uno sea árbitro de castigar sin limitacion á los que le sirven,
siendo los instrumentos por donde aumentan sus riquezas. La total desidia y el
abandono propio de su caracter obliga siempre á estár en continua batalla con
ellos para que trabajen aun en aquellas cosas que son de propio provecho y
beneficio suyo, como es en los sembrados comunes, y en las otras ocupaciones
que les han de sufragar para vestirse: en ellos no obra la razon, ni se
reconoce que las persuasiones muevan sus voluntades: uno y otro le desprecia la
inclinacion al ócio, y por esto se hace preciso que se les apremie con el
castigo, y que se les dén destinos á las Mitas, donde por necesidad vivan
ocupados; pero aun en este modo la obra que hacen en el discurso de un dia,
apenas corresponderá á la que un hombre regular acabará en la mitad del tiempo
á lo sumo: esto nace, no de faltarles fuerzas, sino de aquella natural
propension que los hace tardíos en las operaciones, y lentos en lo que es
trabajo. La caza y la pesca son los unicos exercicios entre los que viven en su
primitivo estado; y esto es, lo uno porque la necesidad les obliga á tomar este
empleo para mantenerse; y lo otro, que son exercicios donde el discurso, ni la
precision trabaja mas de lo que apetece el gusto, y que no lo hacen de
continuo, pues guardan las carnes para algunos dias, y en tanto que duran no se
molestan, pasandolos en inaccion, y entregados á la ociosidad.
Los conquistados que viven en obediencia
hacen un sembrado comun, para lo qual se juntan todos los de la Parroquia,
hombres, mugeres, y muchachos, á lo que llaman tambien Chaco; y la obra que
entre seis, ú ocho hombres pudieran descansadamente acabar en el dia, la hacen
ellos entre 60,ó 70 de todas edades y sexos: llevan porcion de bebida, los
tamborillos, y flautas, y al son de estos instrumentos trabajan, beben, comen,
y descansan á ratos, reduciendose á un dia, ó dos de diversion. Otro tanto
practican quando recogen la cosecha, en cuyo modo la mayor parte de su producto
queda consumida en estos dias; y si les faltasen tales atractivos de bebida y
bayle, no concurririan.
Las personas que no tienen experiencia propia del caracter,
propensiones, genios, y inclinacion de los Indios, se persuaden á que el
obligarles á que trabajen, el destinarlos á las Minas, y darles otras
ocupaciones tiene visos de tiranía; y no es asi, porque cada Nacion y raza de
gentes tiene sus leyes propias para gobernarse, dispuestas con conocimiento,
que miran al fin de mantenerse baxo de un buen orden, como lo pide el bien
comun de la sociedad: las de los Indios es preciso que sean muy diversas de todas
las otras, asi como sus inclinaciones y propiedades lo son. El inmoderado uso
del Aguardiente destruye mas Indios en un año, que las Minas en 50, aun
entrando en estas los extraordinarios accidentes de derrumbos que pueden
sobrevenir. Los obrages los aniquilan por la inhumanidad con que se les trata,
sin que hayan sido remedio las visitas que se practican de tiempo en tiempo,
pues al cabo de tantos años no se reconoce enmienda. Estas dos cosas convendria
que se reformasen por respecto á la humanidad, y á lo que debemos al proximo, y
por conveniencia propia, para cuidar de la conservacion y aumento de una raza,
que sin embargo de sus malas propiedades, vicios, y desidia, es por la que se
mantienen aquellos vastos dominios.
Se cree esta raza de gentes mas advertida
y habil que la Europea, siendo en ellos iguales los que pueblan las vastas
campañas del Norte, con los del Perú civilizados, ó montaraces, pareciendoles
que no hay gentes que puedan ser tan sabídas como ellos. Esta presuncion es
hija de la malicia y pasion propia, y tambien de sus alcances; y quando sucede
salirles al encuentro en alguno de los muchos engaños que premeditan, dicen que
los Españoles, ó Viracochas quieren yá saber tanto como ellos. Los de la
Luisiana, y todas aquellas partes están persuadidos á que los Européos no
pueden igualarles en transcendencia, nacido de que su intento es siempre
engañar sin que se perciba, y no ser engañados: asi se sienten mucho, y no
perdonan el agravio quando se les falta á lo que se les promete; siendo asi que
no conocen buena fé, ni legalidad, pues en lo mas urgente de las ocasiones
faltan, disculpandose despues con pretextos que forjan al intento. Son
solicitados para la paz, sin solicitarla ellos, y esto por libertarse de sus
correrías: son temibles por la libertad, y astucias de que se sirven para
sorprehender: son despóticos, no reconociendo subordinacion á otro: son
obsequiados con regalos, y ellos no los hacen, con el fin de que no cometan
robos y asesinatos; y de aqui forman ellos el concepto de ser mas hábiles,
sábios, y astutos que los que los solicitan, los temen, y los obsequian. La
mentira y el engaño son tan propios en ellos como la embriaguéz, y no se
sonrojan quando se les descubre, buscando salida á los cargos, aunque no vengan
al asunto. Sobre tan errados principios y debiles fundamentos se sostiene la
creencia que aquellos Indios forman de sus ventajas y superioridad.
Quando tienen Parlamentos, los que viven
en su libertad, con las Naciones Europeas, hacen unos discursos, á su parecer,
pomposos, pero sin coordinacion, ni método, hablando por figuras y
comparaciones, que por lo regular tienen el fundamento en el Sol, por su luz,
por su calor, y por la carrera que hace, y esto lo acompañan con acciones y
señas demonstrativas: son largos en los discursos, repitiendo muchas veces la
misma cosa, y durarian el dia entero sin añadir nada á lo que dixeron al
principio, si no se les procurase cortar: piensan mucho lo que han de decir, y
al cabo no producen mas que aquello que les parece propio á persuadir para que
se les dé lo que desean. En este modo de perorar con presuncion, fundan tambien
su ciencia, y la habilidad con que sobresalen á las otras personas Europeas con
quienes tratan, persuadiendose á que los inducen á franquearles lo que desean
con su grande eloquencia. Los Indios reducidos son lo mismo en sus discursos,
largos, cansados, é importunos hasta el extremo, no teniendo termino en ellos,
de suerte que no se diferiencian; y si el lenguage no fuese distinto, podria
creerse que un Indio del Perú hablaba en el Norte, ó al contrario.
Entretenimiento
XIX
Tratase de
la Religion de los Indios, de sus Entierros, de su disminucion, y de las castas
de
Mestizos.
Los Indios de la America Meridional,
sujetos al Imperio de los Incas, tributaban cultos al Sol, á quien erigieron
varios Templos, y sus vestigios aún se conservan: los que no lo estuvieron, y
que hasta los tiempos presentes permanecen incultos, sin sujecion, ni señas de
civilidad, no se sabe que lo dén al Sol, ni á algun otro objeto determinado;
son supersticiosos por herencia; y segun las proporciones que les ofrece la
casualidad, suelen tener veneracion á los objetos mas despreciables que se les
ofrecen á la vista, aunque sin llegar á la formalidad de darles culto. Lo propio
se observa con los de las partes del Norte en las muchas Naciones que habítan
sus dilatados territorios. Distintos Franceses han vivido entre estos por
espacio de 10, ó 12 años, con el fin de aprender las lenguas; y segun las
relaciones que hacen, no tienen ni aun ligeros indicios de Rito, ni de cosa que
se parezca a Religion, asegurando no haberles descubierto idéas, que dén luz de
tener conocimiento de una primera causa, ni sensaciones, de que dependen de un
Criador que lo hizo todo; que para ellos son iguales todos los dias y las
horas; que no se les advierte rezo, deprecacion, sacrificio, ni otro, genero de
adoracion; y siendo, como vá dicho, supersticiosos, sin atribuir los
acaecimientos á una voluntad suprema, se dexa inferir, que sin sujecion á Ley
mas que la de la propia voluntad, ni aun siguen la natural en un método
regular.
Este modo libre de vida sin precepto, ni
ley contra la propension á las pasiones, ni freno que modere los impulsos de
los vicios, ha causado mucho daño á varios de los Européos establecidos en
aquellos Países, que seducidos con el mal exemplo se hallan entregados al mismo
genero de vida, no solo en lo perteneciente á la Religion, sino tambien en las
otras costumbres. Estos se hallan retirados por los campos con sus Esclavos, ó
Familiares, sin acordarse de dár al Supremo Criador, á quien debemos el sér, y
quanto nos concede, el tributo justo de las gracias que el reconocimiento y la
obligacion debe ofrecerle.
Los Indios civilizados del Perú
conocieron desde el tiempo de los Incas una primera causa; y aunque sus Templos
estaban dedicados al Sol, y le daban culto, no dexaron por esto de tener alguna
idéa de que habia otra, que era mas poderosa, sin tener necesidad de gyrar
continuamente para dár sér y vida á las cosas. Estos consagraron al Sol sus
ofrendas, como Deidad mas perceptible á los sentidos, atribuyendole los
beneficios, que por medio de su calor y luz recibe la tierra; y ésta fue
doctrina que les enseñaron sus Soberanos, y á que no alcanzaron otras Naciones
de Indios, que no estaban tan civilizados.
Estos Indios reducidos del Perú tienen
ciertos parages conocidos, que de ordinario están en lo alto de los cerros,
siendo los que llaman Mochaderos: la vulgaridad pretende ser adonde concurren á
idolatrar; con este motivo dicen, que llaman al Diablo, y que tienen largas y
frecuentes conversaciones con él. En estos lugares se vén montoncitos de
piedras puestas cerca de donde pasa el camino, que son hechos por los Indios,
pues cada uno de los que suelen concurrir quando pasa por ellos tiene cuidado
de llevar en la mano una piedra, y colocarla en el monton que le pertenece,
haciendo asi como ofrenda en esta especie de supersticion que conservan: en lo
antiguo practicaban esto los Gentiles con su Dios Mercurio, colocado
regularmente en las encrucijadas de los caminos. La palabra Mochadero puede
venir de Muchar, que significa besar.
Han participado todas las Naciones de la
tierra de la costumbre de honrar los cadaveres de los difuntos, y en esto les
han imitado los Indios, manifestando asi las Huacas en donde se enterraban, y
juntamente la circunstancia de tener lugares determinados para ello. Semejantes
en todo á las del Reyno de Quito y las del Perú se encuentran en la Luisiana:
dos de ellas están como 100 leguas mas arriba del Nuevo Orleans, en el camino
que vá de los Opelúzas á los Natchitochas, en una habitacion que llaman de
Richard, vecino de la Punta Cortada: la figura á modo de tumba ovalada, el
tamaño, y la positura en un llano, próximas á las casas de la habitacion, no
dexan duda de ser Sepulcros como aquellos, indicandose haber sido dispuestos
para algunos Indios de la mayor consideracion; pues para llegar á formarlos
necesitaban de mucha gente que concurriese á mudar la tierra de donde la
sacaban para ponerla allí y hacer cerros bastante abultados; siendo tambien
particular en aquel parage, por no estár en uso entre los Indios de aquellas
Naciones enterrarse en este modo, formando semejante genero de Monumentos para
la posteridad.
Lo que hacen es formar en alto una
especie de Tumba con Cañas puestas unas contra otras, y en ella colocan el
cadaver. Estas las hacen ácia uno de los lados exteriores de la Poblacion, y la
altura que les dán del suelo es como dos varas; tienen de largo poco mas de lo que
ocupa el cadaver. Esta Tumba está sobre unos Pilares de madera; su ancho es una
vara, con corta diferiencia, y otro tanto de alto, desde el extremo de los
Pilares: con el Difunto ponen cosas comestibles, como Mazorcas de Maiz, y las
composiciones que hacen de él; por la parte de afuera, en el Pilar que
corresponde á la medianía de la Tumba, por el lado de la cabeza, cuelgan
algunas cosas de las que fueron del uso del Difunto, y principalmente manojos
de cabellos sueltos sin trenzar, que serán sin duda de las mugeres que viven al
tiempo del fallecimiento del marido, en señal del sentimiento de haberlo
perdido, y se repara ser el uno de los manojos entero de una cabellera cortada
por el tronco, ó atadero, y los otros solo mechones delgados, indicando el mas
grueso ser el ofrecimiento que le hace la muger ultima, y los otros de las que
yá estaban reformadas; y asi no se vén mas que dos, ó tres de estos mechones.
Allí dexan los cadaveres en sus Tumbas hasta que el tiempo los consuma: en los
principios no pueden dexar de causar mucha infeccion, transpirando el mal olor
por entre las cañas, á menos de que con la resina del Pino, ó de los Cipreses
los embalsamen, para moderarlo. No se sabe con firmeza qué es lo que hacen con
los huesos despues que quedan separados de las otras partes que se consumen;
pero es natural que los quemen, para no dexarlos expuestos á que rueden sobre
la tierra.
Reconocese en esto que siguen la
costumbre general de todas las Naciones desde los tiempos mas remotos, que
guardan á los cadaveres de sus mayores, ó allegados cierta veneracion,
preservandolos de que fuesen pasto de los animales, y aun de la tierra, no
acostumbrando enterrarlos, asi como se observó en varias Naciones de las mas
antiguas; y los Egypcios principalmente los preparaban contra la corrupcion
balsamos y resinas, embolviendolos con distintas vandas, y despues los
colocaban en los Nichos, ó Sepulcros que hacian, adequados para su
conservacion. Tambien se dexa percibir en la circunstancia de ponerles
comestibles, sea por el fin que se quisiere interpretar, que conocen no morir
el espiritu con el cuerpo, y que tienen idéa de la inmortalidad del Alma;
porque de no ser asi, no tendría objeto la ceremonia de acompañarlos con tales
cosas. Quál sea el modo en que ellos lo conciben no es facil de averiguar, por
ser en sus explicaciones sobre este particular limitadisimos y confusos.
En algunos parages de la parte baxa del
Perú, y principalmente en los Pueblos que habia en los Valles de las Capillas y
sus contiguos se encuentra otra suerte de Entierros diferente de los de la
Luisiana. Estos están en las propias casas, y cada uno tenía el suyo á manera
de Panteon: para ello destinaban una de las piezas, cuya capacidad, aunque
variaba á proporcion de la voluntad, ó representacion de los dueños, lo regular
era tener de 4 á 6 varas en quadro: en el uno de sus ángulos correspondía el
lugar sepulcral subterraneo, con 3 varas de largo, 2 de ancho, y de 11/2 á 2 de
profundo, dandoles la figura oval. Las paredes de estos Panteones, que aún se
conservan, eran de piedra de mampostería y barro: su techo lo disponian con
troncos de Arboles sin labrar, que servían de vigas, y por encima de estas
acababan de cerrar con caña brava y tierra, haciendo suelo firme, que es el que
sirve de techo al Panteon, ó Sepulcro. Esta pieza parece que no tenia otro uso:
la puerta por donde se entraba en ella solo tiene de alto tres quartas, y de
ancho dos tercias; siendo por su estrechéz bien incómoda para entrar y salir; y
aunque generalmente las otras de las mismas casas son pequeñas, llega su altura
á una vara, y el ancho entre media y dos tercias. En su interior se observan
varios nichos, ó alacenas, semejantes á las que se han dicho hablando de las
casas de los Indios de la Luisiana, cuyo uso es comun en las del Perú; pero en
las piezas destinadas para Sepulcro no las hay, como no necesarias allí.
Es bastante crecido el numero de
calaveras que se encuentran en cada uno de estos Sepulcros, como de 30 á 40;
unas de personas grandes, y otras de pequeñas, hallandose allí el resto de los
Esqueletos: por este número puede congeturarse el de la antiguedad de los
Pueblos, mediante que cada matrimonio tenia su casa, y en cada una de estas
habia su entierro; y asi suponiendo la famila de 6 personas, y que de estas
muriesen 4 en el discurso de cada25 años, vendrian á ser 250 años, y esta la
antiguedad de aquellos Pueblos antes de la Conquista. Los Incas, que se sabe
haber reynado hasta el ultimo Huascar, en cuyo tiempo terminó su Imperio,
fueron 13; y excluyendo á éste, vienen á corresponder los 250 años, entre los
12 que hubo, á 21 años de Reynado unos con otros, que es un tiempo algo corto;
pero se debe suponer, que aquellos Pueblos no se civilizaron desde el tiempo
del primer Inca, y que sus Entierros y Poblaciones tomarian toda su formalidad
despues que fueron juzgados, é instruidos por ellos.
En los Sepulcros se encuentran los
vestuarios que usaban, y eran blancos, de algodon, tegidos al modo que ahora lo
hacen, con algunas lavores y colores diversos; pero están tan consumidos con el
tiempo, que al tocarles se deshacen como si fueran de hiesca. Tambien se
encuentra lana de Alpaca; y no viendose la osamenta de este animal, se infiere
pondrian con los cadaveres algunas pieles de él, y es regular que fuesen las
mismas que en vida le servian para dormir, y de todo se deduce la uniformidad,
ó diferiencia que en quanto á ésto observaron las varias Naciones de Indios
esparcidas por aquellos vastos Países.
Es opinion por aquellas partes bastante
cundida, que ciertas Naciones de Indios mas resueltos, ó de mayor corage que
las otras, al vér sojuzgados aquellos Países por una gente estraña, tomaron el
desesperado partido de enterrarse vivas con sus familias, huyendo del trance
duro de sujetarseles quando no les quedaban esperanzas de defender la libertad:
aunque esto fuese asi, y que los de aquellos Valles se señalasen en esta
resolucion, nunca se opone á que fuese costumbre en ellos tener los Sepulcros
dentro de sus mismas casas, como lo manifiesta lo que se vé en ellas, y la
solidéz con que están hechas: el no encontrarsele otro destino, y el no faltar
en ninguno de los muchos Pueblos que habia por allí, y acaso la circunstancia
de tener á la mano el lugar donde enteramente pudo moverles á tomar esta
barbara resolucion: para lo qual era preciso que en cada Pueblo quedáran
algunos que cerrasen los Panteones, formando los terraplenes de los suelos en
la sala que está sobre ellos en el modo que se encuentran.
Los Indios de la parte del Norte
acostumbran el Calumó, que es una Pipa, cuya canalilla tiene como una vara de
largo, y de una misma chupan el Tabaco quantos están en la compañía. Este
Calumó sirve de cumplido, ó saludo entre ellos, como entre los Européos el
brindarse con el vino. El uso del Tabaco es alli bastantemente moderado. Entre
los del Perú no se nota introducido, principalmente en los de la parte alta; y
en los de la baxa en pocas partes, y en estos no de continuo: en que es digno
de advertir, que siendo este fruto propio de aquellas partes, no sea general,
ni muy frecuente su admision entre los naturales de ellas; y que en Europa se
haya hecho tan comun y necesario, que forma al presente uno de los mas
quantiosos Ramos de las rentas de los Principes y el mas seguro, por el gran
consumo que de él hay. Los Indios que lo usaban era unicamente en humo; pero en
Europa lo gastan en humo, en polvo, y mascado, lo que igualmente conduce á que
su expendio sea tan quantioso como á todos es constante.
Los Indios del Norte de la América toman
el Tabaco de humo en las Pipas largas que se ha dicho, y estas están
engalanadas con labores de varios colores, y colgados de plumas diferentes,
cuya moda es la misma que acostumbran los Orientales, que obsequian. á las
personas que los visitan, presentandoles Pipa para que fumen, y Café, ó otras
bebidas; y asi sin haberse comunicado unas Naciones con otras, convienen entre
sí, siendo de las partes mas remotas de la tierra: lo qual arguye, asi por el
uso como por el modo, haber tenido principio en un mismo tiempo. Las Pipas, en
la parte donde se pone el Tabaco, no son tampoco parecidas á las que usan los
Européos, diferenciandose en la figura, asi como lo son en la caña.
No puede juzgarse que el uso del Tabaco
en humo vino á los Européos de las Indias Occidentales, porque siendo muy
antiguo en el Oriente, era preciso que se comunicase de allí desde que hubo
Comercio por tierra de aquellas partes con el Mediterraneo, el qual hacian los
Venecianos, antes que los Portugueses descubriesen el paso por el Cabo de Buena
Esperanza en 1487; pero lo que no admite duda es, que despues del
descubrimiento de ellas se fue haciendo general hasta el termino en que al
presente se vé, y que desde entonces empezaron á variarse los métodos de
usarlo, advirtiendo los que hay de componerlo; y asi esta moda y el uso del
Chocolate, han venido del Occidente al Oriente, aumentandose con ellas las
cosas precisas en el uso de la vida.
Es cosa constante irse disminuyendo por
todas partes el número de los Indios, bien sea por los estragos formidables que
hacen las Viruelas, bien por el uso de las bebidas fuertes y su inmoderacion
incapaz de contenerse, bien por la repugnancia que les causa verse sujetos á
Naciones estrañas, y precisados á trabajar contra su inclinacion, ó por otras
causas menos visibles, aunque son bastantes las antecedentes. En las Islas de
Cuba, Santo Domingo, Jamayca, y las demás de aquella parte, sucede en este
particular lo mismo que con el Oro y la Plata, que puede dudarse si los ha
habido antes de la Conquista, ó á lo menos si eran con la abundancia que se
hallaron, segun las pocas señales que subsisten de ellos. En la Isla de la
Puna, que está en la embocadura del Rio de Guayaquil, y en todas las Islas de
la Costa de Panamá, han faltada tambien los Indios; y lo mismo se observa en
los varios Pueblos que habia en las cabeceras de la tierra baxa del Perú, donde
empieza á subirse á la alta, en los Valles de las Capillas, el Tapara, Luna
Guana, y otros diversos. Los vestigios que subsisten de los muchos que habia en
tiempo de la Gentilidad, indícan lo muy poblado de Indios que eran, pues cada
quarto de legua, ó cada media legua se encuentra uno con sus casas y calles,
dispuestas en toda forma, sin faltarles mas que las techumbres, y al presente
están despoblados. Las Naciones comarcanas á las Colonias Européas de la
Luisiana, y las que lo están en la parte de la Nueva Inglaterra, se vén tan
disminuídas, que se componen de doce ó quince familias cada una, siendo asi,
que quando se empezaron á establecer allí los Européos eran crecidas; y
sensiblemente se vé su disminucion en el termino de pocos años, dexandose
comprehender, que en breve se hallarán enteramente extinguidas como las
anteriores. En la parte alta no es tan considerable la disminucion, aunque no
dexa de reconocerse bastante, particularmente en los Pueblos que hacían cabeza
de Partido, y eran la residencia de los Curacas.
Al paso que se extingue la raza de Indios
en aquellas tierras, se pueblan estas de Européos, y de las castas que dimanan
de las Africanas; bien que los Negros, en su primer grado no subsisten, á
proporcion del quantioso número que se ha introducido de ellos, procedido sin
duda como en los Indios de la sujecion que se les impone al trabajo contra la
vida holgazana, que ellos usan en sus tierras. En cierto modo parece, que el
empeño de los hombres y su ocupacion es transferir las gentes de las dos partes
del Mundo antiguo á la Poblacion del nuevo, al paso que las cosas de este, y
principalmente la Plata y el Oro por un orden contrario lo sacan de allí para
depositarlo en el lodo de la tierra. Por este termino. considerado lo que se
han mudado aquellos Países en los primeros tres siglos despues de su
descubrimiento y Conquista, se puede suponer, que en el discurso de otros
tantos serán muy pocos los restos de Indios civilizados que subsistan, y que
con la confusion de mezclas de castas Europea, Africana, é India, vendrán á
poblarse enteramente de una raza mixta que participara de todas, sin ser
perfectamente de ninguna de las primitivas. Aquel Mundo, nuevo á la verdad para
las gentes que no lo conocian, podrá serlo tambien en sus Pobladores, respecto
de las otras partes.
Los vecindarios de los Pueblos del Perú
se componen en gran parte de Mestizos, que son dimanados de la generacion de
Blancos y Indios, cuyas razas ván despues haciendo por grados otras distintas.
En la parte baxa hay igualmente con alguna abundancia la de Zambos, que procede
de la mezcla de Indios con Negros: en la alta son pocos los de esta especie,
por no ser muchos los Negros que ván á ella, á causa de no permitirlo el clima
por su mucha frialdad. La de Mestizos proviene en lo general de la procreacion
de Indias con Blancos fuera de matrimonio, ó de Mestizos, siendo raros los que
se vén de Indios con gente Blanca; porque asi como lo primero se tiene por
distintivo apreciable de la calidad, lo segundo es despreciable y vergonzoso,
cuya recomendacion se imprime en unos y en otros con la prerrogativa, que los
de Blancos en Indias están fuera de la obligacion de pagar tributos, no sucediendo
lo mismo con los de Indios y Blancos, que siguen la condicion de los Padres.
Esta esencion favorece las generaciones mixtas, dimanando de ello una de las
causas de acrecentarse las razas de Mixtos, y disminuirse la de Indios puros;
porque es muy raro, y se tiene á cosa vergonzosa y despreciable, aliarse de
nuevo las Mestizas con ellos, ó al contrario.
Lo mismo sucede con la raza de Zambos,
aunque en el primer grado no es tan comun la esencion de Tributos; bien que
siendo una generacion que se equivoca por el color con los Mulatos, no es muy
corriente estár sujetos á ellos, y siempre al segundo grado están esentos
porque no se mezclan tampoco con los Indios. De ello se origina ser abundantes
las generaciones que resultan de Indias, quanto mayor es la disminucion de los
Indios puros, que segun su importancia, para toda suerte de trabajos en
aquellos Reynos, recomiendan la aplicacion de todos los medios conducentes á
que se mantuviesen á lo menos, yá que no fuese posible que se acrecentasen. Esta
ha sido una de las principales politicas del Gobierno; pero la experiencia hace
vér no ser suficientes las precauciones dirigidas á este fin, y que sería
conveniente establecer, que los tr á bajos de cultura de Tierras, de Minas, las
Manufacturas, ú Obrages, y los oficios mecanicos, se hiciesen indistintamente
por la gente Blanca como por los Indios, si n que en ello hubiese distincion,
en cuyo modo se iría entablando este régimen y despues de conseguido no sería
tan sensible su disminucion. Solo en los Países poseídos por los Españoles
miran con desprecio los Blancos tales trabajos, pues en las Colonias de las
otras Naciones, y en lo que se estiende la Nueva Inglaterra, es la gente blanca
Européa, la que se ocupa en ellos sin distincion alguna, del mismo modo que lo
practican en Europa: siendo el modo de que estén bien Pobladas, aprovechadas
sus tierras, opulentas, y ricas, con las producciones que dán.
No sería obra dificil conseguirlo asi,
siempre que por el Gobierno se expidiesen y sostuviesen con empeño las
providencias convenientes, acomodadas á su logro; y sin alterar en lo demás,
las sábias y justas Leyes, por donde se gobiernan, se adelantaría extinguir el
crecido número de gente vagamunda y ociosa que llena aquellos Países,
haciendola util en alguna carrera, cuya politica contribuiría no poco al
fomento de las Minas, pues habría mas que se dedicasen á trabajarlas en todas
sus manipulaciones, y que se estableciesen formando familias, que es la máxima
que han llevado las otras Naciones para poblar las suyas, y que florezcan hasta
el estado opulento en que se hallan.
Entretenimiento
XX
Dáse noticia
de las antiguedades de los Indios, y de las cosas que se conservan de
ellos.
Las Memorias de los Indios del Perú
anteriores á su Conquista, se conservan en las Poblaciones, Edificios, y Muros
en las Guacas, ó entierros, y tambien en aquellas cosas que les eran de propio
uso, como son herramientas, ó instrumentillos de que se servian para hacer sus
obras, y en las figuras de Idolos que al modo de dixes acostumbraban; pero los
que viven en su natural libertad por aquellas partes y en las del Norte, no dán
muestras de servirse. ni de fabricar con ningun fin figuras humanas, ni de
animales. Estas antiguas Memorias de los que fueron sujetos al Imperio de los
Incas, ministran larga idéa de lo que eran aquellos Pueblos, y del punto de
civilidad á que habian llegado: distinguiendose entre ellos y los que no lo
estaban algun genero de cultura, que sin apartarlos de las propensiones
proprias de la raza, hacen perceptibles la distancia que hay entre el hombre
abandonado á la barbarie, á la desidia, y al ócio, y el que subordidado á las
leyes de una superioridad mas instruída, adquiere conocimientos de racionalidad
en las lecciones que aquella le ministra.
Los Indios del Perú civilizados tenian
Poblaciones en toda forma, aun antes de ser sojuzgados por los Incas, y les
daban aquellas distribuciones que eran correspondientes al genero de comodidad
que acostumbraban; y asi entre ellos se conocía este adelantamiento, respecto
de las otras Naciones de la misma raza, que aun se mantienen, sin tanta
formalidad, reducidos á lo mas preciso, é indispensable. Esta mayor formalidad
no se opone en nada á lo que se ha dicho en el Entretenimiento anterior sobre
sus propiedades y propensiones, y principalmente la desidia; porque el caracter
natural de una especie de gente es diverso de la mas, ó menos perfeccion que
dén á las cosas que son indispensables para el uso, asi como en la
irracionalidad de los brutos se vén unos, que con mas instinto que otros, ó con
mas propiedad, á nuestro modo de juzgar, disponen los nidos, hacen las cuebas,
y los parages en donde se han de recoger.
En el Perú se conservan bastantes
vestigios de los Palacios de los Incas, que son de otro orden y solidéz que las
obras de los Indios rusticos, ó por ínejor decir, que las que hicieron las
Naciones antes de ser conquistadas por ellos; reconociendose, que entre las
cosas que adelantaron, sujetandolas á reglas mas metódicas, lo fue el edificar
con algun genero de suntuosidad: por esto pueden mirarse las habitaciones, ó
viendas de los Indios en tres clases: la primera la que les enseñó la necesidad
desde los tiempos mas remotos, reducido á unas Cabañas, ó Chozas en figura
circular como las que se han explicado en los anteriores Entretenimientos, y se
hallan todavia entre el comun de ellos y en las Punas, como tambien en las
Naciones de la parte del Norte, que no han reconocido ningun genero de cultura:
la segunda es la que se vé en los Pueblos antiguos del Perú; y la tercera la
que se practicó con las disposiciones y reglas que inventaron los Incas: en
todas ellas hay alguna parte que guarda semejanza, aunque varían en la figura
de los edificios, en la altura, y en las comparticiones interiores: los de la
primera especie no necesitan mas explicacion que la que se ha dado, siendo el
metodo general que usan las Naciones, que permanecen en la primera rusticidad
en todas las partes del Mundo.
Son bien comunes los vestigios que se
conservan en el Perú de las Poblaciones antiguas, y los hay en todas sus
Provincias, infiiriendose por ello su crecido número antes de la Conquista.
Entre otros parages que lo testifican, son, á lo que parece, de los que
estuvieron mas poblados los Valles de las Capillas, por su propio nombre
Guanquina, Guanca-Conachi, y Topara, cómo yá queda en parte advertido. Asi en
las distancias que hay del parage que al presente llaman Capillas, hasta
Topara, que es de 4 á 5 leguas, caminando ácia la sierra, se vén por uno y otro
lado rastros de 15, ó 20 Pueblos que allí habia; y siguiendo para la parte
opuesta, que es la que conduce al Mar en la misma conformidad, al presente no
hay Poblacion formal en aquellos parages, y solo tal qual casa, ó rancho donde
habítan Mulatos, ó Mestizos, y estas están muy separadas unas de otras, siendo
de cañas su construccion.
Las Poblaciones estaban regularmente en
las pendientes de los cerros que forman aquellos Valles; y aunque en estos hay
bastante extension, no la ocupaban, eligiendo los lugares elevados que
dominasen, acaso para tener esta ventaja; y en caso de ser acometidos por los
que les hacian la guerra poderlos rechazar con mas facilidad, y no estár
expuestos á ser sorprendidos. Tambien llevaban en ello la mira de que
estuviesen sus Pueblos ventilados y libres de los vapores que se levantan de
las llanuras por donde corren los Rios, que eran las tierras que aprovechaban
en sus sembrados, lo qual debia hacerlas menos sanas que las otras que estaban
con alguna elevacion.
La capacidad de estas Poblaciones era
varia; pero regularmente se observa desde 300 pasos de largo en unas, hasta
600, que era la de los mayores, siguiendo segun corren los Valles. Su ancho es
de 80 á 100 pasos con corta diferiencia: este ámbito ocupaban las casas, y
separado de ellas, ácia la parte alta del cerro, se conservan los vestigios de
fortalezas, no en todas, pero sí en las mayores, y hay apariencias de haber
sido establecidas por los Incas despues que sojuzgaron aquellas Naciones, asi
por la circunstancia de dominarlas, como por su construccion, que es uniforme á
la que se vé en las que se fabricaron por disposicion de aquellos Soberanos,
consistiendo en tres murallas, con sus terraplenes, las quales están en forma
de gradería, superiores unas á otras, con aquella altura que vá tomando el
terreno de los cerros de abaxo para arriba. Estos muros siguen las
desigualdades que tienen los cerros por la parte exterior, y baxo de cada uno
se reconoce haber estado rodeados de un foso.
La precisa disposicion de las casas está
desfigurada con las ruinas que causa el tiempo, pero se conoce bien que
constaban de 3, ó 4 piezas habitables, siendo una de estas la que destinaban
para abrir en su suelo el Panteon, ó Sepulcro donde se enterraban: las puertas
de su entrada son pequeñas y estrechas, teniendo de altura cosa de una vara, ó
poco mas, y dos tercias de ancho, como ya se dixo, siendo la unica respiracion
que habia en ellas; pues no acostumbran ventanas. Dentro de las piezas, en el
grueso de las paredes, hacian unos nichos como alacenas, cuyo ancho era de dos
tercias, su alto una, y de profundo una quarta: de ordinario hacian dos
contiguas, que distaban entre sí vara y media, ó dos. Este uso fue general en
toda la raza de Indios; pues en las casas de los de la Luisiana, y de todo el
Norte lo siguen, sin diferiencia en los tamaños, y en la disposicion de hacer
dos contiguas, como para que sirviesen de adorno en la pieza, al misino tiempo
que de comodidad, para poner aquellas pocas cosas usuales que tenian.
La materia de las paredes es de tierra,
en forma de tapias; pero no las hacian al modo de las de Europa: las suyas
seguian á lo largo, todo el que tenian las paredes; y quando la extension de
estas era demasiada, las hacian en dos, ó tres trozos. Los tapiales no tienen
una misma altura, variando mucho en ello: el uno suele tener 3 pies, y el
inmediato alto, ó baxo dos, ó solo uno; ni tampoco tienen la misma altura en
todo su largo: por el un lado es de dos pies, ó algo mas de alto, y luego vá
disminuyendo hasta finalizar el uno en el otro; pero esta desigualdad la suple
el que está inmediato por la parte de arriba, ó por la de abaxo de ella. Las
mas altas cle estas paredes, compuestas de 4,ó 5 tapiales, no tienen mas que
dos varas, ó dos y media; y hallandose sin techos las casas, no puede saberse
todo lo que tenian; pero juzgandolo por las puertas, y por la generalidad de no
exceder en el tamaño algunas de las muchas que existen, se infiere ser ésta su
altura regular: sobre ellas se levantaba la techumbre, que sería
correspondiente á la figura de las casas quadradas, ó quadrilongas. El grosor
de las paredes es algo menos de media vara; siendo digno de reparo, que sin
otra fortaleza que ésta, y sin techumbre han resistido desde su construccion
todo lo que ha corrido de tiempo hasta el presente.
Estos edificios que allí hacian de
tapiales en otras partes eran de adoves; en otras de piedras brutas, ligadas
con barro; en otras de madera, y en otras de caña, correspondientes á los
materiales que tenian mas á la mano, y á los climas que cada Nacion habitaba.
La misma especie de casas se halla en la
parte alta del Perú, en donde tenian Pueblos formales, bien que en estos no
faltaban de las otras mas simples, en figura redonda, al modo que todavia las
hay en los Lugares despoblados; y se extiende igualmente á ellos la práctica de
los Sepulcros subterraneos; pero con alguna mas proligidad que los de los
Valles de que se ha tratado; porque los enlucian por adentro con un genero de
composicion tan dura y lustrosa, que quedaban muy lisas, é impenetrables á las
humedades, no menos que á las savandijas que suelen criarse en tales lugares;
infiriendose de ello el particular cuidado que tenian en la conservacion de los
cadaveres.
Entre los edificios grandes en que se
acredita la magnificencia y poder de los Soberanos del Perú, es de los
principales el del Valle de Pachacamac, nombre que entre ellos significa el
Dios Supremo, invisible, y desconocido, ó el Criador. Este se halla cerca del
Pueblo de Lurin, que dista de Lima 5 leguas. Al presente solo existen de él
ruinas, con algunos trozos que están en pié: hallanse divididos en tres
distintos parages, que consisten en un Palacio, una Fortaleza, y un Templo, ó
Adoratorio, reconociense en todos por aquel termino que les permitia la
rusticidad, un ayre suntuoso y grande, que denota las idéas de los Soberanos
que los hicieron fabricar.
Acia la parte del Mar, donde termína el
Valle de Pachacamac en un parage elevado de arena están los vestigios del
Palacio, cuyos muros subsisten todavia hasta la altura de 4 á 5 varas, mirado
por la parte exterior; pues por la de adentro no es tanta su altura.
Descubrense en él varias habitaciones, ó viviendas; y á no hallarse
comprehendido debaxo de una cerca, con la qual únen los murallones de las
comparticiones interiores, y sin disposicion de calles, podria discurrirse, que
mas bien era Poblacion, que Palacio, por tener mas de media legua de circuito;
pero este ámbito no componia, á lo que denotan las señales, mas que un
edificio; y no puede formarse juicio de las distribuciones que tenia, porque se
halla desfigurado en mantones considerables de adoves, que se han quitado de
las paredes, con el fin de descubrir entierros, y aprovecharse de las riquezas,
que se dice habia ocultas, incitando á ello la noticia de haberse sacado
algunas de consideracion.
Como 600 pasos de este Palacio, sobre un
cerro de arena como el antecedente, y siguiendo siempre ácia el Mar, está la
Fortaleza, que tambien es de adoves, y consta de tres muros, mas anchos que los
del Palacio, dispuestos en forma de gradería, de modo que el mas interior
domína al de afuera succesivamente. Cada muro tiene su terraplen bien ancho, y
la altura de ellos es muy competente, excediendo tambien la que subsiste á la
del Palacio: su capacidad es de un quarto de legua en circuito, ocupando la
cumbre del cerro con parte de su pendiente al rededor de él: distinguense
todavía las viviendas de los que se mantenian en ella, y los nichos, que al
parecer eran Cuerpos de Guardia, del mismo modo que los que tenian en las
Fortalezas de piedra que hacian los Incas en otras partes.
A una legua de la Fortaleza, en la
medianía de la pendiente de un cerro bien alto, al Súr del Valle, está el
Templo nombrado Pachacamac, cuyas paredes exteriores subsisten en toda su
altura, ó poco menos; pero en lo interior se halla muy deshecho, con el mismo
motivo que hubo en los otros de buscar entierros. Su exterior es
correspondiente en lo grande á la de las otras obras, sucediendo lo mismo en
quanto á la solidéz. Por razon de la altura señorea los demás edificios,
descubriendo con ventajas las llanuras de aquel País.
En todo esto se ofrecen varias cosas que
notar, y son, los adoves de que están hechas las obras, la elevacion de los
parages, la magnitud que les dieron, y las dificultades que vencieron para
conseguirlas.
Los adobes son de distinto tamaño que los
regulares, pues tienen dos tercias de largo, media vara de ancho, y una quarta
de grueso. La tierra de que se hicieron fue preciso llevarla del Valle,
mediante á que en los cerros donde están los edificios no hay mas que arena
muerta, y son totalmente áridos: su composicion es tierra y arena, pero sin
estár cocidos son de una dureza como piedra: se conservan sin rajarse, ni
haberse deshecho con el tiempo, aun los que se hallan fuera de colocacion en
montones, recibiendo la humedad de las Garúas; lo qual dá lugar á pensar que
tuvieron algun particular método de trabarlos para que se endureciesen sin
abrir rajas, cuyo secreto se ignora al presente, pues los que se fabrican en
estos tiempos no tienen esta macicéz y dureza, aun siendo menor su volumen.
Es reparable que teniendo allí cerca el
Valle de Pachacamac, fertilizado por el Rio del mismo nombre, y de mucha
amenidad, lo dexasen y fuesen á establecer el Palacio y el Adoratorio en la
aridéz de la arena, y en aquellos cerros donde la vista no tiene cosa que la
recree. La causa de esto parece que fue el darles una situacion ventajosa para
que no pudiesen ser sorprehendidos, mirando la seguridad de las personas de los
Soberanos, con preferencia á las comodidades y á la diversion: á esto se junta
ser lo mas ventilado y menos expuesto á enfermedades, pues en el Valle, por
razon de estár en baxo y de los vapores humedos del Rio, no son los ayres tan
puros y saludables como en las alturas, donde siempre corren los que son
generales en aquellas costas.
La grandeza con que hicieron estos
edificios no pudo ser mayor, como lo dicen los dilatados recintos que ocupan el
grosor extraordinario de los muros exteriores, que no tiene comparacion con
ninguno de los que se conocen de la antiguedad, principalmente en los Palacios
de mas obstentacion, y otros del uso civil, pues aun exceden al grosor que se
da modernamente á los muros de fortificacion. La igualdad con que están
trabajados parece explica el designio de que hiciesen resistencia á lo mas
dilatado de los tiempos, y se mantuviesen contra sus ordinarios acaecimientos;
como hubiera sucedido por muchos siglos, si el deseo de buscar las riquezas, que
se juzgaban enterradas, no se hubiese empleado en demolerlos, anticipando su
destruicion á lo que podian discurrir, los quales fabricaron, y quedando para
memoria aquellas partes de muros, disformes en sus proporciones, que indican lo
que serian en las comparticiones interiores.
Para su fabrica, siendo de tanta
magnitud, son sin número los adobes que se emplearon, y preciso conducirlos del
Valle, que dista algo mas de media legua, venciendo además de la distancia las
causas para ponerles en las alturas, agregandose al trabajo del transporte el
de la precision de llevar el agua para las mezclas de las obras, y para el
crecido número de gente que se empleaba en ellas, pues en sus inmediaciones na
la hay, ni indicios de que practicasen pozos, cuya invencion parece no
conocian, por no encontrar señales de ellos en sus poblaciones; pero aun quando
no fuese asi, allí no eran de uso, por las circunstancias de los parages; y es
de presumir que la llevaban del Rio, por ser la mas inmediata. Este inconveniente
subsistia para el crecido consumo de aguada, que debian hacer los que se
aposentaban en aquellos edificios, que á proporcion de sus capacidades vendrian
á componerse en vecindario, capaz de formar una Ciudad, ó grande Poblacion, por
cuyo motivo se hacia preciso que se emplease un número muy quantioso de Indios
solo en el exercicio de conducir el agua; luego se agrega el correspondiente á
los demás menesteres, y asi hacen comprehender estas circunstancias el gentío
numeroso que habia en aquellos Países antes de haberse hecho la Conquista; pues
en la lentitud natural de ellos, y en la circunstancia de hacer los acarreos
por lo mas comun á espaldas de Indios, tenian abundantemente para perfeccionar
tales obras, y superar las dificultades que parece se acrecentaban de intento á
fin de hacerlas mas recomendables.
Descubrense entre las mismas ruínas y en
las demoliciones que se hacen osamentas de cadaveres en bastante porcion, y
muchas de las calaberas, conservando todavia el cabello, pedazo de vasijas de aquellas
que eran de su uso, y entre estas cosas una gran red rota y consumida por
partes, que á lo que se reconoce serviría para pescar, cuyo hilo es de pita,
siendo estas cosas lo unico que ha quedado despues de las muchas piezas de
alguna curiosidad, y de otras de valor, que han sacado los que han tenido la
ocupacion de deshacer los edificios, cuyo embeleso aun no ha cesado,
exercitandose en él de tiempo en tiempo algunos que se aplican á continuar la
demolicion.
Por las tradiciones y noticias de aquellos
tiempos eran este Palacio, Adoratorio, y Fortaleza, las mas considerables obras
que se encuentran de su especie por aquellas partes; y asi lo dá á entender la
extension dilatada y solidéz con que la dispusieron, haciendo obstentacion del
poder que tenian, y de su aplicacion á grandes empresas, aunque sin gusto,
apartandose de la limitacion de luces que se notan generalmente en los Indios,
cuyas idéas, por lo ordinario, están ceñidas á lo que piden las necesidades de
la vida, sin transcender á suntuosidad, ni magnificencia.
No se sabe con certeza quien fuese el
Autor de estas memorables obras; en lo comun se tienen por de los Incas, y hay
señas que lo persuaden; pero esto tiene la contra de que al tiempo de hacer
ellos la Conquista de aquel Valle, estaba yá en él establecido el culto al Dios
Pachacamac, y edificado su Templo, bien que este podria haber sido ampliado y
mejorado por los Incas, quienes segun las Historias de sus reynados no dexaban
de conocerlo, y lo veneraban interiormente como una de las Deidades supremas;
pero por no ser visible llevaban la opinion de que no correspondia hacer,
respecto de él, las demonstraciones exteriores que practicaban con el Sol y con
la Luna. El Señor que dominaba en aquel y en los otros Valles contiguos, llamado
Cuismancu, tenia por el primero de los Dioses á Pachacamac, á quien reconoció
por Autor, y Mantenedor de todas las cosas, y en esta atencion estaba erigido
el Templo en aquel Valle, y debería atribuirse á Cavismancu, o á sus
antecesores; pero la grandeza de los edificios, el método y orden en que
estaban dispuestos, y su extructura, siendo en todo iguales á los que se
fabricaron por orden de los Incas, sin otra diferiencia que el material, hace
prevalecer la conjetura de que sea obra suya éste de cuyos vestigios se trata,
al menos en la ampliacion, y reedificacion.
Se hace preciso recordar ahora lo que se
advirtió antes tocante á la aptitud, descernimiento, y alcances de los Indios
antiguos por lo que dicen las Historias, y lo que se reconoce en sus
monumentos, comparandolos con las cosas de los modernos. En aquellos habia,
segun todas las noticias, Religion, conocian Idolatría, daban culto, y hacian
sacrificios. Los Indios actuales son totalmente indiferentes en ello en tanto
grado, que no se les encuentran señales que lo persuadan, ni de seguir Rito
alguno en su interior. Todavia subsisten Naciones dilatadisimas en el Perú que
no han sido sojuzgadas, y en ellas no se vé otra cosa mas que una vida animal,
sin que puedan percibirse señales que los diferiencien; pero lo que se nota es,
que en tratandose de culto interno de sujecion á cosas espirituales, delíran y
lo tienen por superfluo, al modo que aquellas cosas que se hacen sin objeto, ó
fin determinado.
Lo que de esto puede inferirse con mas
probabilidad, es, como no pocos han pensado, que la raza de los Indios fue
gente que por uno de los efectos raros de la Providencia pasasen allí de otra
parte, del mismo modo que conduxo los primeros Pobladores, y los de las Islas
que están habitadas en medio de los Mares; y que estos llevando instruccion de
la Idolatría, dirigida al Sol, la introduxeron allí, la qual no apartandose de
lo aparente y exterior, halló disposicion en ellos, porque son inclinados á
todo genero de actos de esta especie; y por aqui se propagó con facilidad,
tanto mas que sus fiestas han sido siempre acompañadas de la embriaguéz y
bayles, que es lo que mas les agrada, y que aquel culto no les sujetaba á
ocupar las idéas en los actos internos del alma, que miran con indiferiencia. Estos
mismos les darían el modo de hacer grandes edificios, y abundando mucho el
gentío lo dedicaban á fabricar los que se vén, practicandolo con la que habia
de sobra, cuya máxima siguieron los Incas para evitar que con la ociosidad
cavilasen alborotos, y se sublevasen.
En esta forma los edificios de
Pachacamac, con otros diversos que se encuentran, no obstante lo que dicen los
Historiadores, debe creerse que concurrieron á su fabrica los Incas en algun
modo, y por esto fueron tan semejantes á los del Cuzco, los del Reyno de Quito,
y de otras partes donde se extendió el Dominio, pues no les falta
circunstancia; y asi las comparticiones, en lo que puede alcanzarse á
reconocer, los Cuerpos de Guardia, el orden de colocar los adobes, y los
restantes requisitos son lo mismo que los que se reconocen en aquellos otros.
Además de esto, el Señor de Pachacamac y de Rimac no podia ocupar un Palacio
tan disforme, y solo para los Incas, con toda su comitiva, venía bien; porque
no se tiene noticia que otros Soberanos, de los que habia en aquellas partes,
tuviesen familia, y séquito tan crecido, que necesitasen edificio de tanta
magnitud para hospedarse.
Otro Palacio algo semejante al
antecedente hay en Herbay, que es la orilla Meridional del Rio de Cañete, distando
de Pachacamac 231/2 leguas: es de bastante magnitud, aunque no tanta como
aquel, teniendo de largo 400 pasos, y el correspondiente ancho: su situacion es
sobre el barranco que forma el Rio, y está construído de arboles de igual
tamaño á los otros: las paredes se mantienen en pie con la regular altura que
tenian; pero en lo interior se halla demolido con igual motivo al que se dixo
del otro.
Tambien se conservan á retazos las
paredes que acompañaban los caminos en el que conducia del Cuzco á Lima. De
estas se encuentran en distintos transitos de aquella larga distancia,
manteniendose en pie, sin que hayan hecho mella en ellas los incidentes del
tiempo, pues en los tramos que se han arruinado ha sido por la diligencia de
deshacerlas para aprovechar sus adobes en las fabricas modernas.
En la raza de los Indios es necesario
distinguir los actos y operaciones del entendimiento de los que son de pura
manipulacion, ó industria: ó por otro modo aquellos en que trabaja el discurso
de los que solo se terminan á los sentidos: en los primeros son totalmente
negados, torpisimos, y sin descernimiento, ni comprehension; dimanando de ello
no hacerles impresion aquellas cosas que se les dicen para que conozcan la
razon, y la distingan de lo que se opone á ella: no alcanzan á sentir lo que
puede resultar de las malas operaciones, y por esto obran sin reflexion, ni
pensar mas que en lo presente. Lo propio sucede en los asuntos de Religion,
oyen con serenidad quanto se les dice; pero ni se les imprime, ni causa en sus
ánimos novedad, de suerte que con la misma disposicion reciben lo que se les
anuncia de la verdadera, que de qualquiera otra, porque ninguna mueve la
voluntad, ni les sujeta á seguirla por razon de convencimiento, y de formar
idéa, que de ello deben esperar una vida eterna. Si se quiere que concedan en
alguna cosa, lo hacen sin dificultad; y si aquello mismo se les persuade á que
lo nieguen, convienen sin repugnancia. Por exemplo, se les dice, que el Diablo
es malo: responden, que no les ha hecho mal alguno; pero asi será. Se les dice
del mismo modo de uno de los Santos, que es bueno; y responden igualmente que
asi será. Si esto se les buelve al contrario, convienen en la misma forma;
sacandose de ello, que ni uno ni otro hace efecto en sus animos.
De
las cosas de este Mundo ni desean, ni esperan mas de aquello preciso para el
dia y en éstas el satisfacer la pasion de la embriaguez: de las del otro las
idéas que puedan tener son muy debiles, y segun ellas no necesitan hacer
meritos para ir allá, porque no dán luz del modo en que la conciben,
figurandose que en este Mundo, como en aquel, todo es igual en la clase de
hombres, y que el fin es uno mismo; con que por estas señales no puede
penetrarse qual sea el fin que llevan en la Idolatría estos que son
civilizados, y la conservan, segun el sentir vulgar, desde los tiempos de la
Gentilidad: no se les vé sacrificar, ni hacer ofrendas, ni otros actos que lo
acrediten, ignorandose en qué consiste laque se les atribuye.
Las cosas aparentes y actos exteriores
ocupan todo su cuidado, y son en algunas obras industriosos; pero esto no es
particular, ni arguye las mayores luces del entendimiento: pues de los animales
se vé que disponen las obras para la conveniencia con tanta delicadeza, que
trabaja el discurso de los hombres en imitarlas, y nunca lo consiguen con la
perfeccion que ellos las hacen. Las redes de la araña indican la mayor
industria y artificios; lo mismo sucede con los capullos de los gusanos, las
casas de los castores dispuestas dentro del agua y sin que les entre, ni moje
ésta su delicado y suave pelo; la variedad de nidos de los pajaros, que no
tiene fin, ni pueden imitarse, y otras muchas cosas que les enseña el instinto,
y dicta la necesidad: por esto en las de los Indios puramente exteriores,
aunque parezcan grandes no contienen cosa de discursivo por donde se perciba
haber trabajado mucho el entendimiento, diferenciandose en lo mas, ó menos
grande, pero sin variarse, ni encontrarse adelantamiento de unas á otras; y asi
vista una, lo están todas. Los de la parte del Norte hacen pinturas en algunos
cueros, que preparan al modo de gamuzas, pero en ello imitan aquellas figuras
que tienen mas presentes; y empleando una lentitud y paciencia sin igual,
necesitan que la vista vaya corrigiendo lo que yerra el tino, y que les dé
reglas que suplan por la falta de idéa en lo que desean sacar, convenciendose
en ello ser en todo materiales.
Entretenimiento
XXI
Explicanse
algunas obras de los Indios para sus precisos menesteres, y de algunas figuras
á manera de
Idolos, ó Dixecillos.
La necesidad ha sido la primer Maestra de
las gentes para las cosas del preciso uso, y con la aplicacion han pasado á las
que son de gusto, ú de conveniencia, resultando que las mas inclinadas al
trabajo han adelantado mas que las otras. En los Indios se reconoce poca
variedad en punto de obras; pero no obstante se advierte haber hecho algunas
para la comodidad, ó para el adorno, distinguiendose en esto las Naciones entre
sí segun el grado de cultura, ó de civilidad que llegaron á tener. En una cosa
han sido iguales, y sin discrepancia industriosos, que es en las Armas, pues
generalmente todos usaban del arco y flechas, y los hacian sin diferiencia
sensible de un mismo modo, imitando en ello á las Naciones de la antiguedad que
poblaban el Asia, y las otras dos partes del Mundo; de modo que siendo comunes
en ello se deduce haberse derivado de un mismo principio, y que fueron las
primeras Armas de que usaron, aunque despues fueron introduciendose otras.
Entre los Indios civilizados del Perú no se conserva yá memoria de ellas; y
aunque del todo no está perdida en las Naciones del Norte, es muy raro el
manejo que hacen de ellas, habiendose acostumbrado á la escopeta, cuyo uso les
han introducido las Naciones Européas, Francesa é Inglesa, como queda dicho:
enseñan pues el del arco y flecha á los muchachos, y son diestrisimos en él;
pero despues quando llegan á grandes lo dexan para aplicarse á las otras. Las
Naciones que viven retiradas de los Européos en el Norte, sin tener trato con
ellos, y las que permanecen en su libertad en lo dilatado de las dos Américas,
no conocen otras, sirviendose agilmente de ellas para la Caza, para Pescar, y
para las Guerras. Los arcos los hacen de madera recia flexible; la cuerda es de
nervio de animal; y las flechas de otra madera recia y pesada, cuyas puntas, ó
las endurecen con el fuego, ó engastan en ellas pedazos de pedernal para herir.
Tambien usan Lanzas de poco mas de dos varas de largo, no gruesas, de madera
igual á la de las flechas, las quales arrojan con la mano diestramente, y con
ligereza. Los civilizados del Perú no conocen al presente mas Armas que las
piedras, y estas las despiden asimismo con la mano, sin la ayuda de bondas,
dirigiendolas con particular acierto. Esta Nacion es muy diversa al presente de
lo que fue antes en quanto á la agilidad, con que hacia aquellas cosas de que
se servian quando se mantenian baxo del dominio de sus Soberanos naturales.
Entre las piezas que se encuentran en las
antiguedades son las Hachas de cobre; estas, por el un lado tienen el cortante,
y por el otro una punta aguda: en el medio tienen el ojo por donde se encaban:
éste cabo no era mas largo que lo necesario para el manejo con la una mano; por
lo que se vé les servian á un tiempo de señal, ó insignia distintiva de la
Soberanía, y de armas ofensivas que usaban los Reyes. Lo primero era al modo
que los Cetros, donde se indica la suprema dignidad y el poder; y lo segundo
como insignia propia de la justicia. Es regular, segun el numero que se suelen
hallar, que además de los Soberanos las usasen los otros Gefes, en quienes
sobstituían parte del poder, para que governasen los Pueblos. Los que estaban
empleados en el mando para las Conquistas y guerras, y los Principes de la
Sangre Real, las tenian con alguna distincion correspondiente á la autoridad y
exercicio de cada uno.
Igualmente se encuentran otras piezas en
figura de Estrellas, cuyo diámetro, tomado de las extremidades de las puntas,
es de 5 á 6 pulgadas, y en estas las hay de dos materias, y de 4 diferentes
modas: la primera es de Cobre, con el diámetro que se ha dicho: en la medianía
tiene un agugero de pulgada y media de diámetro, para que entrase el cabo: su
circunferencia está dividida con igualdad en seis partes: cinco de estas son
las que forman la Estrella; y la sexta es el Cortante de Hacha: las puntas son
redondas, rematando agudas.
La segunda especie es en tamaño y figura
como la primera; pero se distingue, en que no tiene cortante de hacha,
constando de 6 puntas iguales, en forma de estrella, y son redondas.
La tercera se diferiencia de la
antecedente, en que las 6 puntas que hace la estrella no son redondas, sino en
figura de hojas, con filo por los dos lados y por la punta, siendo su ancho el
que tiene la estrella, que por la encabadura es de una pulgada, ó poco mas, y
vá disminuyendo ácia las puntas que no rematan agudas, sino algo circulares.
La quarta es como la segunda, á
diferiencia de ser piedra, y ésta es de una calidad dura y de color obscuro;
siendo digno de reparo, que no teniendo herramientas de acero, ni de hierro,
porque no conocian estos metales, pudiesen darles la perfeccion que tienen, y
hacerles el agugero en el medio, en figura circular perfecta, lo qual no podia
conseguirse de otro modo que con mucha paciencia, á fuerza de frotar unas con
otras.
La primera de estas quatro especies era,
segun lo demuestran las señales, la que servía de Insignia á los Soberanos; y
las otras á los que gobernaban, usandolas tambien como armas para la guerra, al
modo que era comun en la antiguedad con las mazas, pues su antiguedad y tamaño
indican no ser para otra cosa, que para descargar sobre los enemigos
ofendiendoles. Este uso se vé, que á semejanza del de las flechas lo llevaron
desde los principios, habiendolo adquirido en donde lo tuvieron las demás
gentes que guarnecian con puntas las mazas de armas.
Los Indios de la parte del Norte usan
unas hachas de mano, semejantes á las de cobre que se han explicado, con punta
y corte: los Franceses les llaman Casatete; y asi esta Nacion, con la Inglesa,
son las que les proveen de ellas, diferienciandose en ser de Hierro y Acero;
pero es regular que la figura fuese tomada de las que vieron en sus principios,
acreditandolo asi la circunstancia de no ser arma que se acostumbra en Europa,
pues aunque las practícan en los Navíos no dexan de tener alguna diferiencia; y
de ello se colige, que fue comun este uso entre los de la parte Meridional y
los de la mas Septentrional; de suerte, que en las mas de las cosas se reconoce
uniformidad, sin que las dilatadas distancias y el curso largo de los tiempos,
que ha pasado desde que se dividieron del origen, las hayan variado aun en los
accidentes menos esenciales.
Hallanse tambien hojas de metal de 5á 6
pulgadas de largo, y poco mas de una de ancho, siendo su grueso dos lineas: por
la una extremidad hace filo algo circular, y por la otra es la cabeza al modo
de los Escoplos de hierro, indicandose ser herramienta para corte, al modo de
las que usan los Carpinteros. Otra especie de Hacha se encuentra de la misma
materia que las antecedentes: su grandor y figura circular es como las
cuchillas que usan los Turroneros; con la diferiencia que la empuñadura, para
hacer fuerza es del mismo metal que la hoja.
Conocian aquellos Indios las mezclas de
los metales en alguna parte, y se manifiesta en los colores de las piezas que
se han explicado: unas son coloradas, tirando al del Cobre natural: otras
amarillas como el Laton, y entre estos dos hay variedad, unas piezas son mas
parecidas al Laton que otras; pero en todas ellas se repara, que sin estár
cubiertas de betún alguno, no crian verdín, ó cardenillo; sacandose de ello,
que la mezcla que les ponian era tal, que mudaba enteramente la qualidad del
Cobre, ignorandose este secreto; pero lo mas raro es, que habiendo conservado
los Indios, por el largo espacio de muchos siglos, sus usos y costumbres, y el
modo de hacer aquellas cosas que entre ellos eran comunes, en el corto que ha
pasado desde la Conquista han olvidado enteramente la memoria de las cosas
ingeniosas sin sucederles lo mismo con las primeras; y asi es un asunto para
ellos desconocido en el tiempo presente la fundicion y mixtura de los metales,
el modo de vaciarlos, la fabrica de las vasijas antiguas, de que se dará razon
mas adelante, el modo de labrar la piedra dura, con aquellas herramientas de
metales dociles, y el de fabricar las armas de que se servian entonces; siendo
tal este olvido, que los Civilizados no acertarian á preparar una Flecha,
engastandole el pedernal, ni á colocarle las plumas, para que fuese derecha á
donde la encaminase el impulso; mucho menos á disponer el arco en la debida
proporcion; y esto mismo que para los que subsisten en la barbarie primitiva es
un juguete, para los succesores, de los que fueron en un tiempo mas agiles, es
un imposible, sin que haya mas razon para ello que la falta de uso.
No solo en las estrellas y en las hachas
se distinguian, sino que unas eran de color que tira á rojo, y otras amarillas:
sucedia lo mismo en las herramientas para trabajar, lo qual dá idéa de que
hacian las mezclas para darle dureza al Cobre, y tambien para variar el color,
y que fuesen mas particulares á la vista.
Usaban de Pinzas que hacian del mismo
metal que las otras piezas, no hay duda que las diferienciarian en los tamaños;
pero las regulares son pequeñas, de pulgada y media de largo, y media de ancho;
delgadas, consistiendo en una hoja de metal, doblada por la mitad de su largo,
con filo en las bocas, y alguna elasticidad. Estas les servian para arrancar
los bellos de la cara, quando con la vejéz empezaba á salirles, porque siendo
por naturaleza lampiños, se miraria como cosa impropia dexarlo crecer quando la
edad lo producia; al modo que por el contrario en las Naciones Orientales, y
entre los Mahometanos es irregular cortar la barba, ó en los Européos en estos
tiempos mantenerla crecida, á excepcion de algunas Naciones del Norte, que las
conservan como en lo antiguo; pero los Indios civilizados en el tiempo presente
no lo practícan.
No se encuentra entre los vestigios de
aquellas antiguedades instrumento que sirviese para golpear, como martillo, ó
maza, y es que estos los harian de piedra, y se hallarán desfigurados pero
siempre es reparable, que en las Huacas, ó Entierros no los haya. Al modo que
fundian los metales para los fines que se han explicado, hacian con ellos
ciertas figurillas; unas eran macizas, y otras vaciadas, sumamente delgadas y
pequeñas, como para traerlas colgadas; y no solo las disponian de metal, sino
de Plata, de Oro, de Piedra, y de Barro cocido. Su representacion era de los
Indios que llaman Opas, que son monstruosos, é insensatos, no reconociendose
que hicieran de otras menos disformes. Esta especie de defectuosos abunda mucho
entre ellos en uno y otro sexo, y parece que á la circunstancia de la
disformidad, es consecuente la demencia, porque no se reconoce lo uno sin lo
otro. Sus figuras son horrorosas en cara, cabeza, y cuello, teniendo este
poblado de eminencias ó Paperas quasi tan abultadas como la cabeza. Los Indios
los atribuyen varias particularidades, y principalmente la de ser Adivinos,
consultandoles en sus urgencias: los miran con veneracion, y como que tienen
algo mas de particular que los otros hombres, por cuya razon formaban sus figuras
en modelos á modo de Dixes, que es lo que se tiene por Idolos, bien que no se
sabe que les diesen algun culto, ó adoracion, ni que en la antiguedad los
reputasen por cosa divina. En los que viven á su libertad no se reconoce
tampoco semejante Idolatría, porque si tal fuese procurarian conservarlos y
mantenerlos con alguna veneracion; de lo que puede concluirse, que los que
estuvieron civilizados contrageron este uso de las leyes que les impusieron los
Incas, ó los primeros hombres que pasaron de otras partes á sojuzgarlos.
Las ofrendas que dirigían al Sol en sus
Templos tenian por objeto el agradecimiento á los beneficios que les hacia por
medio del calor que comunicaba á la tierra y á la luz con que alumbraba, porque
dexandose llevar de lo aparente, aunque conocian al Dios invisible Pachacamac,
se contentaban con venerarlo interiormente, y atribuían al Astro brillante, por
los efectos aparentes, lo que correspondía al Criador que lo govierna; pero no
se encuentran entre las figuras que hacian alguna que lo representase, ni otras
que no sean las que se han dicho, no siendo facil comprehender qué fin llevaban
en ello.
Reconocese en estas gentes particular
inclinacion y complacencia á las figuras feas con estravagancia; siendo de esta
especie las Mascarillas que hacen de madera para desfigurarse; y sin tener
estas cosa de monstruoso, son tan feas, que no les imítan las de Europa, sin
embargo de las varias idéas extraordinarias que hay para ello: quando llega el
caso de disfrazarse toman los modos mas estraños y ridiculos que se puedan
inventar: á este respeto no es estraño que en los Dixes, ó Idolillos copiasen á
los Opas, que son los mas feos y horrorosos de quantos la idéa pueda figurarse
en la especie humana. Algunos quieren que estas figuras las tornasen de
aquellas en que se les aparecia el Diablo para inducirlos á que se mantuviesen
en sus errores, vicios, y supersticion; pero de esta opinion es forzoso
prescindir por las dudas que pueden ocurrir sobre el modo y circunstancias de
estas apariciones: lo mas regular es atribuir á la grande ignorancia el aprecio
y distincion que tributan á estas figuras y á las personas de notable
deformidad; y aun al presente en los casos de cosas perdidas, ó en los ganados
extraviados acuden á ellos para que les dén noticias de sus paraderos,
confirmandose su inadvertencia en la flaqueza de suponer con mas dotes
naturales á los dementes, que á los que tienen cavales los sentidos. Por estas
cosas queda el discernimiento y la razon en ellos en el estado de la infancia,
aunque llegan á la mayor edad, pues al simil de los muchachos se entretienen
con aquellas figurillas, sin que el aprecio pase mas allá de lo que es
diversion, y depositan en la estupidéz las esperanzas de sus deseos. Cierto
Sabio del primer orden en Europa, tratando de los Indios, decia que era de las
cosas mas particulares en el Mundo que hubiese una Nacion dilatadisima, que
subsistían siempre en el estado de niños, aunque tuviesen ochenta años, atento
que sus operaciones eran en qualquier edad que se hallasen como sino hubiesen
salido de los 7, ó 9 años.
Sacanse tambien de los Entierros unas
vasijas de barro cocido, que tienen mucha semejanza con las que se suelen vér
de la antiguedad Romana, Griega, ó Egypcia, cuyas figuras se encuentran
representadas en los Hieroglificos y en los Dibujos Mosaycos de aquellos
tiempos. El tamaño de estas es de vara y quarta, ó algo mas: el cuerpo de la
vasija es mas largo que grueso, rematando en punta por la parte de abaxo: el
cuello largo y seguido, y la boca ancha, haciendo como embudo: en otros no es
la boca tan esparcida, pero guarda la misma figura, y el barro se reconoce
estár bien cocido. Estas piezas, de las quales no dexa de haber bastantes,
indican que la norma de hacerlas fue llevada por los primeros Pobladores,
habiendola tomado del mismo origen de donde la tuvieron aquellos Pueblos.
Al presente no hacen los Indios modernos
las que tienen para el uso en esta moda, y asi se distinguen facilmente unas de
otras. Tambien hacian otras pequeñas, y algunas representando la figura de la
Llacma, estando echada, que por el medio del vientre tiene hueco, no pudiendo
reputarse por cosa de Idolos, sino que les daban aquella figura para variar la
pieza, al modo que se hace entre las demás gentes. Otras hacian algo semejantes
á las Jarras Catalanas de beber observandose tambien, que variaban en la
calidad de los barros, pues se vén algunas negras, aunque en las vasijas
grandes lo comun es ser blancas.
Los Indios modernos conservan sin duda el
uso de las Valanzas desde la antiguedad; lasque manejan son sin fiel,
consistiendo en dos asientos de calabazos chatos, suspendidos por unos hilos de
un palo, con otro hilo en el medio para levantarla; las pesas son unas piedras
proporcionadas á su modo, que no guardan igualdad con el marco de España. Estas
les sirven para vender la Coca, el Algodon, y la Lana, que son entre ellos los
generos que necesitan peso, entendiendose en todo lo demás á ojo: en las piezas
de antiguedad se encuentran Valanzas pequeñas, cuyos platos son de Plata, y lo
mismo la Barretilla por donde se suspende; aquellos no son llanos, sino
rematando en punta al modo de Conos al revés. Estas por el tamaño parece que
les servian para pesar cosa de Oro, ó Plata, porque para las de otro volumen no
son suficientes: no se encuentra igual adelantamiento entre los Indios no
reducidos, los quales parece no necesitar de ello, porque en sus canvalaches se
entienden al tantéo. Los de la parte del Norte en el Canadá y Luisiana en el
comercio que hacen con las pieles de los animales que matan de todas especies,
tienen un genero de tarifa dispuesto por los Européos, Ingleses, y Franceses, y
con atencion á ella está establecido lo que se les ha de retomar de las
especies que son usuales entre ellos por cada piel, proporcionado á la clase de
las que venden. Otro tanto sucede con los del Súr del Reyno de Chile, y con
aquellas Naciones de la parte del Paraguay confinantes con los reducidos:
concluyendose por ello, que el uso del peso sería introducion que hicieron los
Incas en aquellas Naciones que conquistaron. No se en encuentran medidas, pero
es regular que las tuviesen, las quales, considerando el modo de las de estos
tiempos, serían algunas de aquellas vasijas de barro que fabricaban, pues las
que ahora acostumbran para cosas liquidas y granos son unas hollitas de barro
de la misma especie que las que tienen para hacer sus comidas.
Esta generalidad de cosas que se vén
entre los Indios, iguales á las que fueron comunes á las gentes de las demás
partes, persuade á que los que pasaron á ser Pobladores de aquellas tierras no
eran en corto numero; porque para mantener las especies de muchos asientos se
necesitaba que hubiese Pueblo formal de gentes que las observasen. Los antiguos
Persas, Griegos, y las demás Naciones Orientales, yendo á la Guerra, tomaban
figuras particulares para animar el valor y aterrorizar al enemigo: se vestían,
ó se pintaban de Serpientes, de Leones, de Tigres, y de otros animales feroces,
y se cubrian los rostros con mascaras, que los desfiguraban. Esto mismo han
practicado los Indios y conservan todavia las Naciones que subsisten en su
libertad. El uso de las plumas de los Pajaros para engalanarse, puestas en
forma de Penachos, ó Garzotas en las cabezas, en los brazos, y en las piernas
en forma de brazaletes, el de los carcaxes de flechas y de arcos engalanados
para despedirlos, el de las lanzas para tirarse á la mano, y todo lo demás que
se ha referido no dexa duda en que salieron de un mismo origen las primeras
razas. El cubrirse por las espaldas con pieles de animales es otra costumbre
comun, engalanandolas con pinturas, y asi miradas con cuidado las cosas de los
Indios y las de los Pueblos antiguos, se hallan muy conformes, tanto, quanto
son diversas y disonantes de los modernos.
En la linea de tegidos se encuentran
todavia en los Entierros las Mantas que hacian para cubrirse: estas eran de
Algodon; lo mas comun eran blancas, otras hacian con listas rojas y azules,
cuyos tintes daban con el Achote, con diversas yervas, y con una especie de papas
silvestres, llamada Chaucha, que se crian en la parte alta, y dán el color
azul: aun todavia usan de ellas las Indias. Hacianlas tambien negras, y estas
eran las que servian á las mugeres para Llicllas, que es una especie de manta
quasi quadrada, con que se cubren las espaldas, poniendola sobre los hombros, y
prendida en el pecho con un punzon, que llaman Ticpe: de estos se encuentran en
los Entierros algunos, y son de Plata, pero las Indias del comun suelen hacerlo
de madera, ó de espinas, de las quales se crian en los campos bien largas. Por
lo que se vé al presente los Indios usaban el color blanco en las vestimentas,
y las Indias el negro, diferienciandose aquellos de los del Reyno de Quito, que
acostumbraban este mismo.
A excepcion de estas piezas de que se ha
dado noticia, no se encuentran otras en los Entierros, y de ellas se conservan
pocas; ocasionado, de que las de Oro, ó de Plata las funden, y lo mismo sucede
con las de Cobre, ó Metal compuesto, sirviendose de ellas los Plateros para hacer
las mezclas. Además de esto, en los tiempos presentes es con menos abundancia
lo que se saca de los Entierros, que en los pasados, habiendo sido exercicio
muy comun desde la Conquista hacer escavaciones en los parages donde se
sospechaba que pudiese haber depositos para aprovechar la Plata y Oro que en
varias figuras encerraban, fundiendolos inmediatamente, sin reparo á las idéas
que podian ministrar de la antiguedad. Este mismo incentivo es el que ha
ocasionado la ruina de los edificios, que segun la solidéz con que estaban
trabajados hubieran durado algunos siglos, sin mas que dexarlos al curso y
accidentes regulares de los tiempos.
Entretenimiento
XXII
Sobre la
lengua de los Indios, y juicio del modo en que es regular que se poblasen las
Indias.
Es opinion muy valída entre las personas
erudítas, que poseen con perfeccion la Lengua Quichuá, traer ésta algun origen
de la Hebréa, con la qual le hallan mucha semejanza, por aquellas palabras que
en la Sagrada Escritura se conservan de ésta; y siendo en la pronunciacion, y
en el sonido iguales, no dexan de ser bastantes las que se notan con esta
intima semejanza: de suerte, que juzgandolo por este principio no admite duda
guardar entre sí mucha consonancia. Resta seber si el significado que tienen en
la Hebréa, es con precision el mismo que en la otra, porque las palabras de la
Sagrada Escritura, que se hallan en la Quichuá, son por lo comun aquellas en
que los Interpretes no se han hallado conformes, ó que no les han podido
encontrar la inteligencia que les corresponde, no siendo extraño que en lo uno
se parezcan, sin suceder lo mismo en el significado: para poderdeterminar sobre
ello con propiedad, sería preciso que los sujetos instruidos en la Quichuá,
desde la infancia que la hablan y entienden en toda su fuerza, por serles
natural como á los mismos Indios poseyesen el Hebréo antiguo con la misma
perfeccion, y entonces podrian hacer la comparacion de una con otra; y por la
semejanza de algunas frases, de las expresiones, y de los nombres de las cosas,
vendrían en conocimiento de la igualdad que conservan entre sí, y tal vez no
sería dificil darle la interpretacion que se requiere á las que se mantienen en
obscuridad en el Hebréo.
En la Quichuá hay una frase, entre otras
varias, que se nota ser de las primeras que pronuncian los Parvulos quando
quieren empezar á hablar, sucediendo esto con los de todas la Naciones, y fuera
de los Indios no es usual en el lenguaje: esta es Apa, que es la primera del
verbo Apani, Apanqui, traer, cuyo imperativo es Apamui; y si se repara bien
quando los niños la pronuncian, es señalando alguna cosa, que quieren que les
acerquen, ó que les dén: comunmente no se les hace caso, ni se les percibe,
porque no se pone cuidado en ella á causa de ignorarse su alusion; pero entre
los Indios, que se conoce por ser propia de ella, cuidan de darles lo que
señalan: Apachiy es el imperativo de remitir, ó embiar; y Apariy el de tomar, ó
llevar; y asi para pedir, para embiar, y para llevar empiezan los verbos con
las dos sylabas Apas: la palabra Mama, que en todos los Idiomas es asimismo de
las primeras, es la que propiamente significa Madre entre ellos; y asi aunque
entre las otras Naciones empiezan las criaturas á prorrumpir este nombre en
lenguaje natural, despues lo varían, conservandolo en su sér y fuerza solo los
Indios. A este respecto se nota, que otras varias palabras, pronunciadas en los
principios antes que tenga lugar la enseñanza, son las primeras por donde
empiezan los nombres, ó expresiones del Idioma, sin que muden el sonído para el
lenguaje usual; resultando de esto, que de no ser el de los Indios el que mas
se acerque al natural, es el mas semejante á la primer pronunciacion de los
niños.
Es cortisima esta lengua en quanto á las
voces, y al mismo tiempo muy abundante de expresiones, nacido de que una
palabra mudando el acento significa varias cosas. Muchas de sus expresiones
consisten solo en la repeticion de la precedente sylaba, y al fin un acento, ó
una letra mas que es lo que determina lo que se intenta explicar. Por exemplo,
Acacau significa me quema, hablando del Sol, ú del fuego, ú de lo que se come,
ó bebe: Alalaus, tengo frio: Ananaú, me duele; y asi estas tres frases explican
las tres principales sensaciones de calor, frio, y dolor; pero mudandoles la
final, mudan del todo el significado, como Alau-ni huay, tén lastima de mí, ó
compadeceme: Anallau, qué cosa tan buena, ó tan dulce: á cuya semejanza sucede
con muchas otras. Hallase reducida á reglas de Gramatica, con Diccionario
correspondiente; y se há escrito sobre su origen y elegancia, con la extension
que pide la materia, como tratada de intento.
Es asimismo suave y tierna, dudandose que
haya otra que le iguale en frases propias de agasajo y de cariño: no hay en
ella composiciones de periodos largos, ni frases pomposas: en lo reducido de
las que tiene es elegante, comprehensiva y agradable, sin tornar cosas de las
otras lenguas usuales, como que nunca estuvieron en proporcion de hacerlo; por
estas circunstancias se hace juicio de ser una de las primitivas, participando
de algunas palabras de la Hebréa, segun se ha dicho: de lo que se puede inferir
haberlas tomado muy en su origen, y que el Pueblo de donde salieron aquellos
primeros Pobladores, si en el todo no eran Hebréos, era alguna otra Nacion de
las que vivian contiguas á ellos; con cuyo motivo, conservando su lengua
natural, tomaron parte de los que estaban en mas inmediacion. Para prueba de
ello hay algunas otras señales en las propensiones y costumbres que se observen
en los Indios, que se acercan á las de los Hebréos: tales son la que tienen á
la mentira y al engaño, no pudiendo formarse juicio de lo que dicen en muchas
cosas, por ir embuelto en este vicio, y con la misma facilidad que afirman,
niegan la propia cosa. El engaño es tan ordinario en ellos, que se necesita de
mucha sutileza para no caer en él, hallando pronta salida para la disculpa
quando se les reconviene: son zalameros, se hacen inocentes, y con extremo
ceremoniaticos; propiedades todas que se encuentran en los Hebréos, y en unos y
en otros son naturales por herencia, sin que parezca que en ello hay estudio.
De estos antecedentes se debe concluir lo que se ha dicho sobre la antiguedad
de la lengua, pues en los principios quando no habia estudio de Ciencias, ni
uso de otras facultades y oficios, debian ser las que se practicaban al modo de
la de los Indios reducida, expresiva, y elegante, supliendose con la diversidad
de los asuntos que les daban á unas mismas sylabas, lo que faltaba de palabras
en las distintas convinaciones de ellas; y asi aunque es breve y sucinta, en un
modo es abundante, y expresiva; suave y tierna en el otro: nacido de que con
los acentos acompañan los afectos que se intentan explicar. La lengua Quichuá
es la general en el Perú; pero despues las distintas Naciones de Indios tienen
otras particulares, en lo qual hay mucha variedad, sucediendo entre ellos lo
que en las demás partes de la tierra; pero es rara la que no tiene algunas
palabras semejantes á ella, ó totalmente conformes; lo mas regular es, que varíen
en la pronunciacion tomando diverso sonido. Las de los Indios de la parte del
Norte, con ser totalmente distintas de aquella, y pronunciadas con otra fuerza
y acento gutural, tienen muchas palabras de la Quichuá, siendo bien reparable
que habiendo entre unos y otros distancias tan largas, aun conservan estas
señales de ser todos de una misma raza, descendientes de los primeros
Pobladores que pasaran á la América; lo qual corrobora lo que se ha dicho sobre
los usos y costumbres, y que en el origen mantuvieron las cosas en el estado
que las llevaron, siendo de esta clase la lengua.
Semejantes á las particularidades que se
han dicho de la Quichuá son las que se conocen en la Hebréa, siendo amplisima
en expresiones al paso que es elegante, suave, y sucinta, cuya semejanza, si no
confirma el dictamen de proceder de ella, dexa indicios de serle muy parecida,
recomendandola como la que tiene mas analogía con la que se reputa por la
primitiva.
La Quichuá es comun en toda la parte
alta, siendo la primera que hablan entre sus habitadores, y en la que se hallan
versados. La Española es tambien regular; pero no dexa de tener sus
imperfecciones, particularmente en el acento, cuyo vicio contrahe del que es
natural en la otra. Entre las mugeres es mas facil explicarse en la Quichuá,
sucediendo esta con las de todas clases, á lo qual contribuye servirse de gente
India de ambos sexos, y Mestizos, asi como en la parte baxa se hace con la
Negra, y de estas castas. No es la misma la Quichuá en toda la extension de la
parte alta; en el Reyno de Quito, y por aquel lado es diferente de la que está
en uso en el Perú, variando bastante en los nombres de las cosas, y en la
significacion; pero la verdadera Quichuá es la del Perú, y por lo tal la
general, con la qual se entienden las otras, á lo menos en las cosas usuales y
mas precisas, porque las frases y verbos principales son quasi los mismos, á
diferiencia del modo de la pronunciacion.
Ha sido siempre muy grave la dificultad
de determinar el modo como pasaron los primeros Pobladores á las Indias despues
del Diluvio Universal, trabajando mucho el discurso en buscar continuacion de
tierras por las partes frigidisimas del Norte, para que hiciesen transito por
ellas, ó por las Orientales del Asia, que son las que se conocen mas próximas á
las Occidentales y Septentrionales de la America: por otro método se ha
pretendido imaginar un paso en la continuacion de tierras desde el Cabo de
Bojadór en el Africa y Islas de Canarias, hasta las de Barlovento, atravesando
el Oceano en 800 leguas de distancia, y que estas dilatadisimas tierras hayan
ido despareciendo despues, y reduciendose á Mar todo el espacio que divide por
esta parte las Américas del Africa, de modo que se pretende que los Indios
fuesen Européos, antes de haber pasado á aquellas partes, por otro juicio que
fuesen Asiaticos, y por otro Africanos: de alguna de estas partes es preciso
que saliesen; pero en el modo se ofrecen dificultades grandisimas, que parecen
insuperables al entendimiento, quando no se supone que hubiese navegacion mas ó
menos larga en el transito; y siendo principio constante que pasaron, es
consecuente que quando sucedió no subsistian las dificultades que ahora se
figura la imaginacion.
Tenemos por principio asentado, que las
especies de vivientes de la tierra que se reservaban para la nueva Poblacion,
se salvaron del Diluvio, por disposicion de Dios, en el Arca: que esta aduvo
flotante sobre las aguas, hasta que disininuídas, y descubierta la tierra
descansó sobre ella. Sabese tambien, que despues de estár la tierra bastante
poblada, el desvanecimiento de los hombres intentó fabricar la Torre de Babél,
con el fin de conservarse si bolvia á verse la tierra cubierta de las aguas.
Antes de llegar á esta resolucion, y teniendo presente el Arca en que Noé con
su familia se habian salvado, era regular que fabricasen otras semejantes,
aunque no fuesen de tanta capacidad, para el mismo intento; y aun separando de
la idéa aquel motivo, la memoria del Arca, en los tiempos y siglos siguientes
al Diluvio, dieron á los hombres la primer idéa de Embarcaciones para navegar,
capaces no solo de llevar personas, ó á lo me nos para mantenerse sobre las
aguas sin sumergirse, sino tambien animales de todas especies. Con esta idéa
basta para discurrir, que aquellos primitivos tiem pos fuese una de sus
ocupaciones hacerlas al modo del Arca, y navegar por los Rios y los Mares,
reconociendo si al igual de las tierras, que fueron las primeras pobladas,
habia otras, y examinando lo que contenian: para esto no podian tener objeto
mas adcquado que el mismo Arca, la qual ministraba toda la luz conveniente del
modo de juntar los maderos, de la figura que debian darles para que se
mantuviesen flotantes, y de las comparticiones que convenia hacer: en este
modo, sin apartarse de lo natural, y sirviendose de las luces que le ministraba
aquel portentoso suceso, es facilisima la Poblacion de las Indias, escusando el
recurso á los climas inhabitables de la Zona Frígida, ó de que el Oceano no lo
hubiese sido antes, sino tierra que se convirtiese en Mar, despues de haber
dado paso á los Pobladores de aquella parte, y sin que de lo mas Oriental, y
Septentrional del Asia fuesen á embarcarse para pasar á lo mas Septentrional y
Occidental de las Américas. En las Embarcaciones propuestas de aquellas
primeras gentes pudieron llevar cómodamente animales, fuese de propio intento,
ó por casualidad; asi como despues de la entrada de los Españoles allá se han
llevado las especies que no habia, y han multiplicado con la abundancia que se
vé: en todo lo qual no hay cosa que repugne á la razon.
Mas regular es que en aquellos tiempos
los hombres fabricasen Embarcaciones grandes, y que navegasen, que el que
dexasen de hacerlo entonces, y que lo practicasen muchos siglos despues; porque
teniendo el exemplar mas presente, conocian lo que podia aguantar una
Embarcacion, y que los mas fuertes embates de las olas del Mar agitadas no eran
suficientes para deshacerlas; sabiendo al mismo tiempo que podian unirse muchas
piezas de madera, en tal modo, que el agua no.penetrase por sus junturas; y en
fin, tenian presente el exemplar para seguirlo, mas bien que despues de
corridos muchos siglos; y no obstante de estár la memoria mas remota, se
fabricaron Embarcaciones, se dispusieron Flotas numerosas, y se navegaron los
Mares, cuyo arresto ha sido ordinario en todos los tiempos, como lo testifican
las noticias mas distantes.
Por este modo fue facil poblarse las
Indias en aquellos primeros siglos despues del Diluvio, no menos que la
muchedumbre de Islas distantes de la Tierra Firme, de que están llenos los
Mares; muchas de las quales aun no están enteramente conocidas,como lo
acreditan los descubrimientos que frequentemente se hacen, particularmente en
el Emispherio Austral.
El tránsito á las Indias desde las partes
Orientales es regular, por ser los vientos favorables y bonancibles para ello
en todo tiempo, pues qualquiera Embarcacion que se dexe correr á su voluntad
desde las Costas de Europa en las partes Meridionales, ú de las de Africa ha de
ir por precision á dár á las Indias mas ó menos apartadas de la Equinocial
entre los Tropicos, sin necesitar de Aguja, ni del conocimiento de las
Estrellas para dirigirse, porque los vientos son de la parte del Levante desde
las Islas de Canarias en adelante, que llaman Brisas; y ocupando las Américas
toda la parte del Globo, desde las del Norte á donde han podido llegar los
descubrimientos hasta los 55 grados en el Emispberio Austral, era preciso que
la Embarcacion que se dexase llevar de ellos fuese á dár á quellas tierras. En
los tiempos que el Mundo empezaba á poblarse de nuevo era regular que las
gentes procurasen esparcirse tanto por tierra, pasanda de Region á Region, como
en Naves, que imitasen, segun se ha dicho, la que habia conservado las especies
de vivientes, dexandose conducir por los vientos, y de las corrientes, asi como
el Arca estuvo á la voluntad de estos Elementos, hasta que descansó en tierra;
pues aunque esta iba gobernada de la mano de Dios, que lo tenia dispuesto, los
hombres inclinados á imitar lo que vén, tenian bastante con aquel exemplar,
para no detenerse en poner por obra lo que les inclinaba la curiosidad, y el
fin que les movia de ocupar toda la tierra para hacerse dueños de ella. Pasados
aquellos tiempos en que se emprenderían estos viages, y visto por los
contemporaneos, que no bolvia ninguno de los que iban en ellos, ni se tenia
noticia de su paradero, es natural que les entrase el temor de las resultas. y
que no se determinasen á hacer nuevas tentativas: asi como no hubiera habido resolucion
para seguir los pasos de Colon, si no hubiese regresado del primer Viage, ni se
hubiese tenido noticia de haber llegado á descubrir tierras nuevas felizmente.
Con esta desconfianza, no solo cesaría el empeño de arriesgarse, sino el motivo
de hacer Embarcaciones grandes, y asi se iría perdiendo el método de
fabricarlas, hasta que corriendo los tiempos balvería á renovarse, como sucedió
por los Argonautas, en parte guiados de la disposicion de las Embarcaciones
pequeñas, en parte de algunas luces que no dexarían de conservarse de la
antiguedad, y al mismo tiempo, alentados del conocimiento de las Estrellas, del
curso de los Astros, y de las luces de la Astronomía, que yá se tenian en la
Grecia, y empezaron á navegar y á establecer Naves, capaces de surcar los Mares
con seguridad, y con conocimiento distinto del que podian tener las primeras
gentes, para la direccion de sus viages.
Los que pasarían por el método que se ha
dicho á las Indias, no podian bolver de ellas por la misma razon que les era
favorable para ir, teniendo los vientos contrarios: debiendo suponerse que
entonces no poseían todo el conocimiento necesario para el manejo de las velas,
ni el correspondiente de la Nautica para hacer rumbos contrarios á donde el
viento les impelía: por esto se hallarían precisados á permanecer en las
primeras tierras que encontraron, abandonando enteramente la idéa de
restituirse algunos de ellos al parage donde habian salido; debiendo suponer
que al emprender el viage no presumirian, ni que estuviese tan distante, como
despues experimentaron, la tierra, ni que les fuese imposible el regreso.
Llegados allá, recapacitarían sobre lo que habian tardado en llegar, y las
contrariedades que se ofrecian para la buelta: todo lo qual les determinaba al
partido de permanecer en las primeras tierras, que serían naturalmente las
Islas de Barlovento: irian pasando succesivamente en Embarcaciones chichas
hasta la Tierra Firme, y en ella se constituirían nuevos Pobladores, y dueños
de una gran parte del Mundo, manteniendo los usos y modales que llevaron de
donde habian salido; unos se harían rusticos y feroces, otros mas dóciles y
sociables: los primeros serían, como todavia se vé, los que habitaban en los
Países montuosos de bosques, donde hay fieras y animales dañosos en abundancia:
los segundos los que se establecieron en parages donde no hay bosques, ni
arboles, al modo que la parte baxa del Perú, en lo que llaman Valles, y en la
alta que tampoco se crian espesuras, ni la pueblan animales feroces.
La comunicacion despues de los que se
establecieron en las Indias con la Europa, y el Africa, por la parte Oriental,
era imposible, faltandoles el conocimiento de navegar por varios rumbos, el de
la Aguja magnética, ó en su lugar el de las Estrellas, como tambien el de
disponer las velas para que las Naves hiciesen camino quando el viento no era
favorable, porque no siendo practicable por entre los Tropicos, se hacia
preciso buscar otro camino donde constantemente no fuese contrario como allí; y
esto para unas gentes que se habian dexado llevar por los vientos, no era
asequible: asi, puestos allá, quedaron aquellas tierras en la misma ignorancia
que estaban antes de haberse poblado para los que habitaban en las otras
partes. Por la parte Occidental de la América, y las Orientales del Asia, las
Islas de los Ladrones y Filipinas se ofrecen los mismos embarazos,
necesitandose de tomar cierta altura para buscar los vientos menos contrarios;
y asi por todos lados se hallaban atajados, reducidos á subsistir en donde se
establecieron, olvidando estos mismos con el tiempo que hubiese mas tierras que
las que habitaban.
Los vientos desde la Equinocial, y aun
algo mas al Norte, hasta quanto corre la América Meridional, en el Mar del Súr,
son constantes del Súr para el Norte en todo tiempo hasta la distancia de 80 á
100 leguas de las Costas; y desde Mayo hasta Noviembre siguen igualmente en el
espacio que hay desde la Equinocial hasta las Costas de Panamá: desde Diciembre
hasta Mayo son del Norte para el Súr en este ultimo espacio, y suelen recalar
asi hasta los 3 grados Súr, que llaman Brisas. Lo mismo sucede en las demás
Costas que ván dando la buelta, y forman la América Septentrional, que unas
veces corren del un lado y otras del opuesto, pero siempre segun ellos: por
esto para hacer largas travesías es preciso forcegear con las Embarcaciones
muchas veces contra el viento, y ir á buscar los que son menos contrarios á los
parages donde reynan, siendo preciso para conseguirlo Ciencia Nautica, y
conocimiento de los Mares; de todo lo qual carecian aquellas gentes primeros
Pobladores, y por consecuencia era imposible que saliesen de allí para ninguna
parte, porque aunque lo intentasen los habian de bolver los vientos a las
propias Costas de donde habian salido, á menos que por una providencia
particular de Dios se mudase el orden de los vientos del curso regular que les
dió; de modo, que siendo natural el que qualquiera Embarcacion que se alargase
un poco de las Costas Meridionales y Occidentales de la Europa, ó de las
Occidentales del Africa vaya á dár á las Islas de Barlovento, sería
sobrenatural, que las que estuviesen en estas, entregandose al impulso de los
vientos, viniesen al Africa, ó á la Europa; cuya circunstancia da motivo á
admirar los secretos de la Providencia, que pudiendo haber detenido el Arca en
las altas cordilleras de las Indias, que por ser las mas elevadas de la tierra,
son, como se ha dicho, las primeras que se descubrieron; no lo permitió asi,
porque en este caso era necesario obrar un segundo milagro, haciendo que el
curso de los vientos que vá, segun el orden natural, de Oriente á Occidente en
el ámbito de la Zona Torrida, y Mares grandes, y en lo restante del Globo varía
segun las Estaciones, sin regular fijeza: mudase á la direccion opuesta de
Occidente á Oriente, que era lo mismo que trastornar una parte de la naturaleza
en aquel primer impulso que le dió su poder; y asi le destinó el lugar para
descansar en el vasto Continente, que comprehende tres partes de las quatro del
Mundo; porque desde ellas era preciso que se esparciesen las gentes y animales
á la otra que se hallaba enteramente separada de ellas, sin sacar las cosas del
orden natural.
Christoval Colón fue al descubrimiento de
las Indias por la noticia y los derrotaderos que tuvo antecedentemente, de
donde supo que habia tierras por aquella parte, siendo en la Isla de la Madera
donde los consiguió del Piloto que en su casa estuvo hospedado. Este habia sido
arrojado allá por los vientos; y aunque con certeza no se sabe en qué forma
hizo el viage, es natural que navegandose entonces de las Terceras á las Costas
de Portugal y de España, en alguno de los viages los vientos del Norte le
cargasen mucho, y le llevasen á menos latitud, donde los del Este son
continuos; y puestos en la region de ellos, lo fuesen llevando, sin tener
arbitrio para bolver á tomar el parige de donde habia salido, hasta que llegó á
reconocer la primer tierra. Este exemplar, y el de Colón, que le siguió y
sucedió en los siglos modernos, abren camino á la idéa, para conocer que un acaso,
sobrevenido en los tiempos que habia conocimiento de la Nautica enseña lo que
sucedería en los que se ignoraba; y que asi como fueron estos dos con
Embarcaciones pequeñas, irian en los primeros siglos con otras de ía misma
especie, ó mayores, aunque con menos conocimiento de la Nautica, y ninguno del
método de Navegar por rumbos obliquos yextraviados á los mismos parages. La casualidad en mucha parte, por el
curso de las corrientes, ayudada de la Astronomía y de las reglas de la
Nautica, fueron las Maestras de estos dos célebres Pilotos para discurrir el
modo de regresarse á Europa, desembocando por los canales que forman las Islas
de Barlovento, y poniendose en altura para buscar otros vientos distintos de
los que les habian llevado, porque yá sabían que desde los 25 á 30 grados para
el Norte no eran los mismos que desde aquella latitud ácia la Equinocial, como
que traficando ellos á las Islas de la Madera y Terceras, que están entre los
32 y 40, experimentaban ser los que allí reynaban del Norte, del Nordeste, y
del Oeste en unos tiempos, y que aunque en otros eran de las partes opuestas,
no se mantenian fixos sin cambiar, como sucedia desde la cercanía de los
Tropicos en la Zona Torrida: sabían el modo de tomar la altura por las
Estrellas y aquellas otras reglas precisas para encaminar las Naves á donde
intentaban ir. Con estos fundamentos no fue dificil discurrir el de regresar
desde ella, poniendose en la altura donde la expcriencia les tenia enseñado que
hallarian vientos, que les conduxesen á las mismas Islas y á Europa. Si el
primero de estos dos no hubiese buelto, no hubiera tenido luces el segundo para
emprender su viage; y si éste con sus companeros se hubiesen quedado por allá,
se hubiera confirmado de temeridad su empresa, como se creyó quando la propuso,
estimando por fabulosas las tierras que pretendia buscar, y que habian perecido
en los Mares, que es lo que se debe creer que sucederia, respecto de los
primeros hombres que pasaron allá, y de otros que la misma casualidad llevaria;
de donde fue resultando poblarse aquellas Américas, y una parte de la
muchedumbre de las Islas que hay en el Mar, por toda su extension; pues si en
el crecido numero se han descubierto algunas que no lo están, es porque la
misma casualidad que llevó gentes á las que se encuentran pobladas, dexó de
llevarlas á las que se reconocen desiertas, sin indicios de haberlo estado.
El uso de Embarcaciorres y de navegar es
tan antiguo, que no se le encuentra principio sino se le busca en la mysteriosa
navegacion del Arca: todas las gentes, y en todos los tiempo han navegado y han
tenido Embarcaciones: unos se sirven de ellas en los Rios caudalosos y
pequeños, para atravesar los de una vanda á otra, y para navegarlos como corren
las corrientes, no menos que haciendoles oposicion y subiendo contra ellos:
otros las usan para surcar en los lagos y pescar en ellos: otros en el Mar
exponiendose á salir buena distancia de sus Costas, y por este termino cada
Pueblo, segun los parages en que ha hecho su establecimiento, lo practíca; pero
generalmente se repara, que los Indios han preferido las orillas del agua en
Rios, Lagos, ó Mares para establecerse, por la proporc ion que les ofrecen de
la Pesca, que es uno de sus principales alimentos: siempre han usado
Embarcaciones de distintas figuras y tamaños, familiarizandose de tal modo con
este Elemento, que parecen Ampbivios, pues se exponen sin temor en Canoas
endebles, donde ninguna persona: de reflexion lo hiciera: ellos no solo son
Nadadores desde pequeños, sino agiles en el agua como Pescados; hacen sus
embarcaciones de troncos de Arboles, unas mayores que otras, de cortezas de los
mismos Arboles, de hojas, de pellejos de Lobos Marinos, y de otras varias
especies: con ellas se echan al Mar, sin temor de las olas, ni desconfianza de
la debilidad de la materia, y se alejan quanto quieren, sin que haya embates
que se lo impidan. Sobre un solo palo redondo ván á pescar, y guardan el
equilibrio tan diestramente, que aunque el palo ruede, y aunque haga muchos
tumbos, no caen, ni parece que trabajan con el cuerpo; siendo tan ágiles para
pescar, como arrestados para salir al Mar: si la Embarcacion se les trastorna
no se alteran, y desde el agua, nadando, buelven á enderezarla, y se ponen
dentro; observandose por regla general, que al paso que las gentes son mas
barbaras, incultas, y feroces, son mas arrestadas y mas diestras en el agua,
familiarizandose mas con ellas.
Las Islas de Juan Fernandez en el Mar del
Súr distan 100 leguas de la Costa de Valparaiso, esto es, la que está mas inmediata;
y los Mares de este intermedio son recios y alterados, por ventar los Sures con
fuerza, y ser esto continuo; de lo qual resulta, que los Navios trabajan
bastante en esta travesía. Por los años de 38, ó 39, hallandose en ellas un
Piloto de aquel Mar llamado Don Pedro Le Gu, que habia ido con el fin de hacer
pesca, por ser entonces muy abundante de ella, tenia la gente de su Embarcacion
ocupada en este exercicio en Canoas que habia llevado para el intento: á cada
3, ó 4 Indios daba una, y los repartia por la Costa de la misma Isla, á fin de
que pasando el dia en ello, bolviesen á la noche al Puerto, que era donde se
salaba y preparaba el Pescado: en uno de los dias le faltó una Canoa, y creyó
que se hubiese pasado á la Isla de Fuera, que dista 20 leguas de la de Tierra
ácia el Oeste; pero viendo que no bolvia, al cabo de algunos dias consintió en
que se hubiese perdido: concluida su pesca, fue con la Embarcacion á
Valparaiso, pero quedó bien sorprendido al encontrarse allí con los Indios y la
Canoa, que sin mas motivo que el disgusto que tenian de hallarse en aquella
Isla despoblada, resolvieron irse á la de Tierra Firme, y unicamente con los
Canaletes para bogar: sin mas agua, ni provisiones que las que habian sacado
para el mantenimiento del dia, se determinaron á hacer el viage, arrostrando á
los peligros, y sin embarazarse en las gruesos Mares que no ignoraban que
debian experimentar en la travesía. De estos exemplares hay muchos que pudieran
citarse, con los quales se acredita la facilidad que tienen los Indios y las
gentes mas bárbaras para hacer tales arrojos.
Del mismo modo que en estos tiempos se vé
el modo que tienen los Indios, y otras gentes bárbaras para hacer travesías en
el Mar, es regular que las hiciesen quando se poblaba el Mundo; pues no se
encuentra mas dificultad, ni tanto peligro en atravesar desde las Islas de
Canarias á las de Barlovento, que en hacerlo desde la de Tierra de Juan
Fernandez á Valparaíso: el espacio que hay entre la del Ferro en Canarias, y la
Martinica, es de 800 leguas, que á un navegar regular se pueden hacer en trece
dias, y viene á ser al respecto de 21/2 leguas por hora. Tambien puede hacerse
en menos tiempo, encontrando una coyuntura de Brisas algo mas fuertes que lo
regular. Esta travesía es tan natural, que los Mares por lo comun están
sosegados, y serenos, sin alteracion; de tal modo, que los Navíos ván andando
mucho, y parece que no se mueven, siendo totalmente distinto de lo que sucede
de la de Juan Fernandéz á Valparaíso; y asi en Canoas puede practicarse con
menos riesgo de que se bolteen, que aquella; originandose de esta tranquilidad,
el darles á aquellos Mares el nombre de Golfo de las Damas. Supuesto esta
serenidad, queda la dificultad reducida al modo de subsistir los que fuesen en
las Embarcaciones grandes, ó pequeñas, que no habiendose prevenido de viveres,
y siendo casualidad el haber ido, es preciso suponer no llevaban los
convenientes. Tambien debe advertirse, que las gentes bárbaras que no guardan
régimen seguro en sus cosas, suelen pasarse dos y tres dias sin comer,
sufriendo el hambre por costumbre, que sus naturalezas están hechas á ello, y á
desquitarse despues quando tienen proporcion, practicandolo asi, aun estando en
tierra; parece regular que un ayuno de 10, ú 11 dias, sería en ellos lo mismo
que en las que están arregladas y en costumbre de comer varias veces en el dia
de 4 ó 5, y esto se ha visto muchas veces en pérdidas de Navíos; pero ni aun
era necesario tal ayuno, porque si los primeros Pobladores emprendieron el
viage desprofeso para buscar tierras, y ocuparlas, era correspondiente que
llevasen provision para algunos dias; que no se necesitaba hacerla muy grande,
porque la gente que trabaja poco no es tan consumidora como la civilizada, que
se emplea en exercicios recios, y necesita alimento á proporcion; pero si se
quiere que fuese la casualidad quien los arrojó allá, es regular que acaeciese
quando salian á pescar, que es el unico objeto que entonces, como ahora, los
llevaba al Mar, y con poco pescado que hubiesen cogido les vastaba para
mantenerse algunos dias. Además de esto, en aquellos Mares hay abundancia de
Boladores, que en partidas, ó bandadas grandes vuelan bastante trecho, huyendo
de los Dorados, Taburones, y otros pescados que les persiguen, y en el vuelo no
dexan de caer algunos dentro de las Embarcaciones: hay tambien de estos otros,
y con poca porcion que tomasen tenian suficiente para alimentarse, interin que
llegaban á tierra; con que de qualquier modo no habia dificultad en que fuesen,
y se hallasen en aquellas Islas primeras donde se repondrian de los ayunos de
la navegacion.
Los Indios, aun en los tiempos presentes,
sin embargo de estár civilizados, acostumbran comer el pescado crudo y vivo,
quando está saltando en las Playas acabado de sacar con las redes, siendo esto
tan comun en ellos que hacen su comida al mismo tiempo que pescan. Esta
costumbre la conservan sin duda de lo antiguo, debiendo inferir de ello serles
mas facil el sustentarse en qualquier accidente, que á las personas que
necesitan condimentarlo al fuego; y en aquella forma les sustenta mas, y les
altera menos, necesitando menos de beber, que quando el alimento está preparado
con sal, con cosas grasas, ó con otros ingredientes que se le añaden para
avivar el gusto.
Si se quiere que en aquellos tiempos las
gentes no se alimentasen de cosa que tuviese vida, y que lo hiciesen de yervas,
de raices, y de frutas, es necesario que los Pobladores salieran de intento á
buscar la tierra, porque no tenían otro motivo que les moviese á salir al Mar, faltandoles
el de solicitar el pescado para alimentarse, y entonces era preciso que
embarcasen los viveres convenientes para determinado número de dias, sin que
embarace la mayor duracion del viage, respecto de los que llevaban, tal vez
sucedería que la necesidad les enseñase á comer el pescado que hasta entonces
no lo tenian en uso. Otra razon hay que corrobora la idéa de que la Poblacion
se hiciese transfiriendose por Mar, y por tierra; y es el que para que se
poblasen las Islas terceras, que distan de la Europa 300 leguas, las de Cabo
Verde 100, y otras varias, fue preciso que los Pobladores se transportasen por
Mar, porque absolutamente no habia medio para discurrir que lo hiciesen de otro
modo; y esto acredita que en aquellos tiempos era general el emprender los
viages de esta especie, logrando unos encontrar las tierras mas breve que
otros. Las dos Américas en total, por lo que hasta el presente se sabe, son
Islas; y quando esto no sea, y que tenga union por el Norte con la Europa, ó
con el Asia, será por parages tan remotos, que son intratables, y no
comunicables, por el mucho frio y nieves, siendo un clima helado que no
consiente quasi animal; y asi por todas razones parece no dexar duda, que los
primeros vivientes fueron conducidos por el agua, que es lo mas natural,
mayormente si se sigue el orden de la semejanza: pues habiendo Dios elegido
para conservar las especies el medio del Arca, que era una grande Nave, y que
entregada á la voluntad de las aguas y de los vientos, se mantuviese sin
detrimento hasta que se retiraron aquellas; parece regular que por el mismo
medio bolviesen á poblarse las tierras que habian quedado sin habitantes, y
estaban separadas de las otras, inspirandolo asi á las gentes para que lo
pusiesen en planta, y dandoles por norma el mismo Arca donde se conservaron tan
prodigiosamente las criaturas y animales, cuyo portento fue, á imitacion del de
la Creacion, la Obra de la Omnipotencia, y una de las maravillosas señales que
dexó en el Mundo de la Sabiduría infinita, y de sus incomprehensibles
providencias, con las quales reparó piadoso lo que el brazo de su Justicia
habia exterminado.
LAUS DEO.