Carlos Augusto Salaverry
Yo sé que eres un ave
fugitiva
Un pez dorado que en las ondas
juega,
Una nube del alma que
despliega
Su miraje de rosa y me
cautiva.
Sé que eres flor que la niñez
cultiva
Y el hombre con sus lágrimas la
riega
¡Sombra del porvenir que nunca
llega,
Bella a los ojos y a la mano esquiva!
Yo sé que eres la estrella de la
tarde
Que ve el anciano entre celajes de
oro
Cual postrera ilusión de su alma,
bella;
Y aunque tu luz para mis ojos no
arde,
Engáñame, ¡oh mentira!, yo te
adoro,
Ave o pez, sombra o flor, nube o
estrella.
(Carlos Augusto Salaverry,
1830-1891)