MARIANO MORENO

 

FUNDACIÓN DE "LA GACETA" DE BUENOS AIRES

 

 

      Desde el momento en que un juramento solemne hizo responsable a esta Junta

      del delicado cargo que el pueblo se ha dignado confiarle, ha sido

      incesante el desvelo de los individuos que la forman, para llenar las

      esperanzas de sus conciudadanos. Abandonados casi enteramente aquellos

      negocios a que tenían vinculada su subsistencia, contraídos al servicio

      del público, con una asiduidad de que se han visto aquí pocos ejemplos,

      diligentes en proporcionarse todos los medios que puedan asegurarles el

      acierto; ve la Junta con satisfacción, que la tranquilidad de todos los

      habitantes, acredita la confianza, con que reposan en el celo y vigilancia

      del nuevo gobierno.

 

      Podría la Junta reposar igualmente en la gratitud con que públicamente se

      reciben sus tareas; pero la calidad provisoria de su instalación redobla

      la necesidad de asegurar, por todos los caminos, el concepto debido a la

      pureza de sus intenciones. La destreza con que un mal contento disfrazase

      las providencias más juiciosas, las equivocaciones que siembra muchas

      veces el error, y de que se aprovecha siempre la malicia, el poco

      conocimiento de las tareas que se consagran a la pública felicidad, han

      sido en todos los tiempos el instrumento que limando sordamente los

      estrechos vínculos que ligan el pueblo con sus representantes, produce al

      fin una disolución, que envuelve toda la comunidad en males irreparables.

 

      Una exacta noticia de los procedimientos de la Junta, una continuada

      comunicación pública de las medidas que acuerde para consolidar la grande

      obra que se ha principiado, una sincera y franca manifestación de los

      estorbos que se oponen al fin de su instalación y de los medios que adopta

      para allanarlos, son un deber en el gobierno provisorio que ejerce, y un

      principio para que el pueblo no resfríe en su confianza, o deba culparse a

      sí mismo si no auxilia con su energía y avisos a quienes nada pretenden,

      sino sostener con dignidad los derechos del Rey y de la Patria, que se le

      han confiado. El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus

      representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la

      execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el

      poder para cubrir los delitos.

 

      ¿Por qué se han de ocultar a las provincias sus medidas relativas a

      solidar su unión, bajo el nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener

      ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el

      sucesivo estado de la Península? ¿Por qué se ha de envolver la

      administración de la Junta, en un caos impenetrable a todos los que no

      tuvieron parte en su formación? Cuando el Congreso general necesite un

      conocimiento del plan de gobierno que la Junta Provisional ha guardado, no

      huirán sus vocales de darlo, y su franqueza desterrará toda sospecha de

      que se hacen necesarias o temen ser conocidos, pero es más digno de su

      representación, fiar a la opinión pública la defensa de sus procedimientos

      y que cuando todos van a tener parte en la decisión de su suerte, nadie

      ignore aquellos principios políticos que deben reglar su resolución.

 

      Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a luz un

      nuevo periódico semanal, con el título de Gaceta de Buenos Aires , el cual

      sin tocar los objetos que tan dignamente se desempeñan en el Semanario del

      Comercio , anuncie al público las noticias exteriores e interiores que

      deban mirarse con algún interés.

 

      En él se manifestarán igualmente las discusiones oficiales de la Junta con

      los demás jefes y gobiernos, el estado de la Real Hacienda y medidas

      económicas, para su mejora; y una franca comunicación de los motivos que

      influyan en sus principales providencias, abrirá la puerta a las

      advertencias que desee dar cualquiera que pueda contribuir con sus luces a

      la seguridad del acierto.

 

      La utilidad de los discursos de hombres ilustrados y que sostengan y

      dirijan el patriotismo y fidelidad, que tan heroicamente se ha desplegado,

      nunca es mayor que cuando el choque de las opiniones pudiera envolver en

      tinieblas aquellos principios, que los grandes talentos pueden únicamente

      reducir a su primitiva claridad; y la Junta, a más de incitar ahora

      generalmente a los sabios de estas provincias, para que escriban sobre tan

      importantes objetos, los estimulará por otros medios que les descubran la

      confianza que pone en sus luces y en su celo.

 

      Todos los escritos relativos a este recomendable fin se dirigirán al señor

      vocal doctor don Manuel Alberti, quien cuidará privativamente de este

      ramo, agregándose por la secretaría las noticias oficiales, cuya

      publicación interese. El pueblo recibirá esta medida como una demostración

      sincera del aprecio que hace la Junta de su confianza; y de que no anima

      otro espíritu sus providencias que el deseo de asegurar la felicidad de

      estas provincias (Orden de la Junta).

 

 

 

FIN