JUAN GUALBERTO GODOY



CIELITO

De Buenos Aires escriben
que en la casa de Quiroga
se siente un olor a soga
que asusta a los que allí viven.

Allá va, cielo y más cielo,
todos dicen que viene eso
de que le anda oliendo a soga
a Juan Facundo el pescuezo.

Han puesto en el Paraná
un palo con un cordel
y la otra punta de aquél
en otro en Córdoba está.

Cielito, cielo que sí,
cielito, cielo que no,
al que adivine su objeto
las albricias le doy yo.

López al ver el cordel
dijo a Rosas al instante,
compañero, el consonante
de cordel es Juan Manuel.

Allá va, cielo cielito,
y Rosas le ha contestado
que un cordel bien ensebado
dice Estanislao a gritos.

Cuando la disputa oyó
que había sobre un cordel
vino D. Tomás Manuel
y al oírla se desmayó.

Cielo, cielito divino,
cielito del cascabel,
¿qué habrá que al nombrar cordel
se desmaya Macuquino?

Plata Blanca dió un bostezo
y dijo a todos, a mí,
desde que ese cordel vi
me incomoda en el pescuezo.

Cielito, cielo que sí,
Cielo de la montonera,
Cordeles hay donde quiera,
Plata Blanca para ti.

El Lucero que es testigo
del susto espantoso y cruel,
que a todos de aquel cordel
dice ahora ésta es conmigo.

Allá va cielo y más cielo,
cielito del italiano
alarife de un tirano,
puedes apurar el vuelo.

Esta va por despedida
y por despedida va:
el cordel del Paraná
a muchos tiene sin vida.

Cielito, cielo que no,
cielito de hermosa espera
de esta hecha la montonera
para siempre se acabó.


CARTA A ROSAS

(FRAGMENTO)

...Yo soy un paisano viejo
que huyendo de sus cariños
cerca de veinte años cuento
de andar fuera de mi pago
sin destino ni concierto.

Como bola sin manija,
como avestruz contra el cerco,
pero como no se olvida
ese pedazo de suelo,
en que con el primer hambre
nos acercamos al fuego,
y el primer churrasco asamos
que cuando niños comemos;
esta tierra que los libros
llaman Patria y los puebleros,
tampoco yo he olvidado
mi pago, señor, y quiero
que nunca se quede atrás
de los más pintados pueblos...


ESPINELA DE LOS DOS CABALLITOS

Paisanos: dos caballitos
son la señal de mi lista:
el que quiera eche la vista
y los verá tan bonitos;
ellos dicen a toditos
los vecinos de Mendoza,
que todo paisano goza
la libertad de votar,
sin que le pueda obligar
ninguno a hacer otra cosa.
Después de los caballitos
amarillos o dorados
o blancos, bien imprentados,
siguen los nombres escritos
de los hombres más aditos
a nuestra Constitución;
hagan pues comparación
con los que cada uno ve
en esa lista de a pié,
y hagan después su elesión.
Así no podrán decir
que yo les vengo a engañar
pa que vayan a votar
ni a quien deben elegir,
por mi parte i de seguir
mi idea, y declararé
que yo me recostaré,
aunque me quede solito,
a la que anda en caballito
y no a la que viene a pie.
Pero que no anden como antes
se usaba en las elesiones,
mandando como patrones
los señores comandantes;
sepan pues que aunque inorantes
ya tan a ciegas no estamos,
v pa que nos manden como amos
y que a todos nos asusten:
voten ellos por quien gusten
nosotros por quien queramos;
no se nos quiera meter
a camisa de once varas,
porque más de cuatro caras
amarillas se han de ver,
les imos de obedecer
en las cosas de servicio;
imos de ir al egersisio,
y a las guardias sin chistar;
pero si mandan votar,
no les irnos de hacer juicio