NEMESIO TREJO

 

UN CANTO DE CONTRAPUNTO


Era una noche preciosa
y serena de Febrero:
apenas débil pampero
soplaba en la falda hermosa,
apacible y majestuosa
la luna su luz tendía
sobre un rancho que existía
bajo el cerro del amor;
alumbrando el interior
de una pobre pulpería.

Poco a poco iban llegando
paisanos a la tranquera,
y los fletes solos rumiando,
todos fueron acercando
su asiento hasta el mostrador,
donde estaba un payador
muy quejumbroso entonando;
al son de un estilo blando,
una endechas de amor.

Después de cantar ardiente
sus desengaños pasados,
sus amores contrariados
y su situación presente,
dijo en tono muy valiente
y en una improvisación:
-"que igualando condición
y sin proponer asunto;
cantaba de contrapunto
con cualquiera en la ocasión."

Un simpático murmullo
precedió al severo reto,
cuando apareció un sujeto
con cierto tinte de orgullo,
templó el instrumento suyo
y arrancando un dulce son,
aceptó la invitación
que el otro cantor hacía,
diciéndole: -"que él venía
a medir su inspiración."

Se notó un gran movimiento
por la lucha que empezaba,
y en silencio platicaba
el paisanaje contento,
de la cifra el dulce acento
la vigüela hizo brotar,
y después de saludar
a la reunión con primores;
entraron los payadores
al arte de improvisar.

Una atmósfera candente
de humo y alcohol confundido,
envolvieron el quejido
del trovador incipiente,
combatiendo frente a frente
un tema filosofal,
sobre el hecho material
de la vida transitoria;
empezaron por la historia
del derecho natural.

Dijo el primero: -"la vida
es como un juego de taba,
si cae de suerte ganaba,
si al revés era perdida,
que estaba tan confundida
con el bien y con el mal,
que aunque era tan colosal
según la ciencia decía;
él, la miraba y tenía
como cosa muy trivial."

-"Está errao, dijo el contrario
con eco provocativo,
no es razonable el motivo,
ni seré su corolario;
en el canto soy corsario
porque creo con rigor,
que la vida es un primor
cuando hay placer y ventura
y no viene la amargura
a retoñar un dolor."

Empezó la lucha hiriente
entre ambos competidores
y subieron los ardores
del auditorio impaciente,
uno y otro diligente
su puya hacen relucir,
ninguno quiere rehuir
el encuentro comenzado;
Y un bando de cada lado
se aprestan a combatir.

Fue poco a poco aumentando
la tremenda algarabía
y una daga relucía
e iban los vasos volando,
los dos que estaban cantando
salieron en confusión,
con sus armas en acción
a ventilar la querella;
siguiendo la triste huella
de histórica tradición.

Y en una franca contienda
luchando a brazo partido,
cae uno a la tierra herido,
llorando su dulce prenda,
el pulpero en la trastienda
presenciaba con terror
el cuerpo del payador
que en su fúnebre agonía;
miraba la pulpería
causante de su dolor.

Quedó el vencido en el suelo
y el vencedor arrogante
montó en su pingo anhelante
y tendió rápido vuelo,
el tiempo corrió su velo
sobre este cuadro de honor,
y en el cerro del amor,
entre varias margaritas;
hay varias trovas escritas
del ínclito payador.