Héctor Bianciotti
Antología Poetica
Título: Claridad desierta |
1 Tu sombra barre la luz de nuestras galerías, desciendes las escalas, te pierdes para siempre en la penumbra de los corredores y entras sin una lámpara en tu noche de carbón apagado. 2 Uno a uno te despojas de los gestos como ornamentos, como alhajas y entras desnuda en el agua del suplicio No estoy responde el gran silencio cóncavo dentro de ti. 3 Debajo de la piel este silencio en el que tú no estás ni nadie como la superficie de un lago acechando la piedra 4 Los perros de la luz han devorado tus follajes de bruma y estás tendida al aire en el valle de piedra oh última del sueño. 5 Los puentes, un paisaje, ciertas calles, un mueble en una alcoba, un sueño trunco, esta enumeración, un terciopelo en un armario de caoba, rostros, y ahora tú. (La luz clava su daga en el árbol nocturno alguien cierra las puertas de mi infierno apagado) 6 Ahora todo es piedra, noche anónima, todo es silencio y unidad ajena. Las palabras te dejan, nunca has sido. Ni siquiera un relieve funerario dará su pobre desmentido a tu ausencia. 7 Aquí se pierden las huellas del destino, ya nadie te contempla, ya estás fuera tiniebla para siempre inacabada 8 Rodeada de silencio y opacidad ya toda de la noche verás tu rostro un solo instante y te desvanecerás los años hechos polvo para empezar a ser todo lo oscuro que habitaba en ti furiosamente. 9 Quédate inmóvil arenas implacables castigándote el rostro allí donde mis manos te dejaron una mañana de nubes y extraños pájaros. 10 Abolir el rostro que te di al mirarte: sé la otra, la terrible desconocida sin ojos que te aguarda. 11 Miras tus uñas, sabes que crecen, si las cartas no sientes que son una parte de ti; ni tus cabello Acaso palmo a palmo, podrías llegar a desconocerte enteramente. 12 Incesablemente descendíamos gradas y de improviso nos volvimos: el último rayo de luz moría tras las murallas. 13 Al final de su vuelo los pájaros de Persia han desgarrado la trama de la luz y moran ciegos en las ramas de la otra oscuridad. 14 Torres de oro verbal, estancias de palabras, muerte de todo fuego. 15 Cómo vivir sin el recuerdo de tu voz que no fue, de los jardines que no recorrí, que nunca fueron. 16 Una puerta a lo lejos y el vaivén de otra puerta. La luz tiembla. Ella vuelve: arrojada de un sueño vuelve a entrar en el mío. *** |
Faciltado por Antología de Poesía Argentina