Bartolomé de Argensola
(1562 - 1631)
"Dime, Padre común, pues eres justo,
¿por qué ha de permitir tu providencia,
que, arrastrando prisiones la inocencia,
suba la fraude a tribunal augusto?
¿Quién da fuerzas al brazo, que robusto
hace a tus leyes firme resistencia,
y que el celo, que más las reverencia,
gima a los pies del vencedor injusto?
Vemos que vibran victoriosas palmas
manos inicas, la virtud gimiendo
del triunfo en el injusto regocijo."
Esto decía yo, cuando, riendo,
celestial ninfa apareció, y me dijo:
"¡Ciego!, ¿es la tierra el centro de las almas?"