EVARISTO CARRIEGO

 

 

LA SILLA QUE HAHORA NADIE OCUPA

 

 

 

Con la vista clavada sobre la copa

se halla abstraído el padre desde hace rato:

pocos momentos hace rechazó el plato

del cual apenas quiso probar la sopa.

 

De tiempo en tiempo, casi furtivamente,

llega en silencio alguna que otra mirada

hasta la vieja silla desocupada

que alguien, de olvidadizo, colocó en frente.

 

Y, mientras se ensombrecen todas las caras,

cesa de  pronto el ruido de las cucharas

porque insistentemente, como empujado

 

por esa idea fija que no se va,

el menor de los chicos ha preguntado

cuándo será el regreso de la mamá

 

 

 

 

 

 

Digitalizado pro Adriana Viola