Octavio Paz

 

 

Palpar

Mis manos
abren las cortinas de tu ser
te visten con otra desnudez
descubren los cuerpos de tu cuerpo
Mis manos
inventan otro cuerpo a tu cuerpo

Entre irse y quedarse

Entre irse y quedarse duda el día,
enamorado de su transparencia.

La tarde circular es ya bahía:
en su quieto vaivén se mece el mundo.

Todo es visible y todo es elusivo,
todo está cerca y todo es intocable.

Los papeles, el libro, el vaso, el lápiz
reposan a la sombra de sus nombres.

Latir del tiempo que en mi sien repite
la misma terca sílaba de sangre.

La luz hace del muro indiferente
un espectral teatro de reflejos.

En el centro de un ojo me descubro;
no me mira, me miro en su mirada.

Se disipa el instante. Sin moverme,
yo me quedo y me voy: soy una pausa.

Hermandad

Homenaje a Claudio Ptolomeo

Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.

White Huntress

No lejos del dak bungalow,
entre bambúes y yerbales,
tropecé con Artemisa.
Iba armada de punta en blanco:
un cooli cargaba el Holland and Holland,
otro el vanity case y la maleta
con los antibióticos y los preservativos.

Niña

Entre la tarde que se obstina
y la noche que se acumula
hay la mirada de una niña.

Deja el cuaderno y la escritura,
todo su ser dos ojos fijos.
En la pared la luz anula.

¿Mira su fin o su principio?
Ella dirá que no ve nada.
Es transparente el infinito.

Nunca sabrá que lo miraba.

Augurios

Hoy pasó un águila
Sobre mi cabeza…
Rubén Darío

Al natural, en cápsulas, abiertas
o cerradas, ya desalmadas,
Elvira y doña Sol;
en cada cuna
Eros y leche: digestión pacífica
sin pesadillas griegas;
bálsamos
bíblicos o dialécticos, sedantes
contra las erosiones, decadencias
históricas, siniestros coloniales,
temblores, indios, negros, cracks, sequías,
crisis, poetas solitarios, auto-
críticas, purgas, cismas, putschs, eclipses;
deportes y cultura para todos
los hijos de vecino: camporrasos
todos los camposantos;
pulgas
vestidas a la moda en las metrópolis,
en las playas mariscos erotómanos
bajo el signo de Cáncer;
vacaciones
al cuerno de la luna;
gas, amnesia,
descarnaciones, evaporaciones,
golpes de gracia y otras matemáticas
del cero puritano;
calistenia
moral, lobotomías,
cura de sueño, orgasmos por teléfono,
arcoiris portátiles…

El vacío pregona
una filantropía que despena.