RICARDO GÜIRALDES

 

 

DE RICARDO GÜIRALDES, ESCRITOR

 

 

     Dadas las limitaciones de tiempo y espacio que impiden un desarrollo más amplio del tema, vayan al benevolente MARTÍN FIERRO estas contestaciones telegráficamente breves y apuradas, que apunto en semibroma.

 

 

Primera pregunta:

     Sí, hay una sensibilidad y una mentalidad argentinas. Si no fuera así no tendríamos razón de ser sino como terreno baldío vendible en lotes.

     ¿Estamos en un momento de transición y de amorfismo? Desde el colegio tengo metido en la cabeza que estar no es ser.

     Además, pienso que si nada existiera en nosotros, sería nuestra obligación el crear valores por la ley moral de amor y por la ley física de terror al vacío.

     Pero ya había contestado afirmativamente la primer pregunta.

 

 

Segunda pregunta:

 

 

Pequeño balance

                          

Activo

   

Pasivo

          

 

Poder de asimilación

 

Imitación, fonografismo

 

 

Hospitalidad

 

Autodestrucción por abandono

 

 

Individualismo

 

Suficiencia personal

 

 

Desinterés, generosidad

 

Prodigalidad, despilfarro

 

 

Sentido crítico

 

Malevolencia, maledicencia

 

 

Fe en sí mismo

 

Engreimiento

 

 

Audacia

 

Agresividad

 

 

Orgullo por las propias virtudes

 

Vanidad por aspectos exteriores

 

 

Simpatía

 

Versatilidad

 

 

Culto del coraje

 

Compadrada

 

 

Culto de la viveza

 

Astucia, desconfianza

 

 

Culto de la amistad

 

Antagonismo entre los sexos

 

 

Etc.

 

Etc.

 

 

 

 

 

Consejo: conserve su izquierda                               

 

     Esta clasificación, rudimentaria, es arbitraria porque es clasificación. Dentro del convencionalismo humano sepamos dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Dentro de las características mentales y emocionales del argentino, sepamos dar al hombre lo que es del hombre y al criollo lo que es del criollo.

     Y perdóneme mi tono afirmativo, por las razones atávicas que tal vez me lo imponen:

                              

El que de firmeza es firme

          

 

lleva consigo un caudal

 

 

lo mismo afirma una cosa

 

 

que se le afirma a un bagüal.