LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN
1760-1828


 

POR NADA, COMO VES.

Siete duros al mes de peluquero,
para calzarme, nueve; las criadas;
que necesito dos, no están pagadas
si no les doy cien reales en dinero.
Diez duros al bribón de mi casero,
telas, plumas, caireles, arracadas,
blondas, medias, hechuras y puntadas
de Madame Burlet y del platero.
Noventa duros, poco más. -Noventa,
diez, siete, nueve, cinco... ¡Y la comida!
¿No la quiere pagar, y somos cuatro?
Sólo cuatro... Si a usted no le contenta...
-Sí, calla. Bien. ¡Hermosa de mi vida!
&3161;Hay del que tiene amor en el teatro!


 

LA DESPEDIDA

Nací de honesta madre: diome el Cielo
fácil ingenio en gracias, afluente:
dirigir supo el ánimo inocente
a la virtud, el paternal desvelo.
Con sabio estudio, infatigable anhelo,
pude adquirir coronas a mi frente:
la corva escena resonó en frecuente
aplauso, alzando de mi nombre el vuelo.
Dócil, veraz, de muchos ofendido,
De ninguno ofensor, las Musas bellas
mi pasión fueron, el honor mi guía.
Pero si así las leyes atropellas,
Si para ti los méritos han sido
culpas; adiós, ingrata patria mía.