RICARDO GÜIRALDES
GUITARRA
Compañera de ayer y de mañana.
Extraña
estructura sonora que llevas la boca
en medio del
cuerpo, para mejor concentrar en
ella tu
entraña.
Cara muda y supersensible que necesitas
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la caricia
para derramarte en canto.
El burdo bisoño nada consigue con
apretarte
entre sus brazos. Hay que haber
aprendido en
las prostitutas a quienes luego
se rechaza.
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Hace mucho ya que te conocí y te compré,
como a una
mujer, para llevarte a casa a
sufrir mis
pasiones y mis indiferencias.
Eres perezosa cuando por tu nuca resbalo
mis dedos
bordoneando la pesada queja
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de un
estilo.
Eres criolla.
Y cuando en la pampa confronto tu
ínfima
congoja con la noche, te vuelves
infinita al
volcar tus gotas de alma en la
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inutilidad.
La luz de los astros, que tu voz llama,
crepita en
armónicas chispas de oro y plata
sobre tu
encordado.
Compañera de ayer y de mañana,
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que me
sigues por lejanas tierras de
otro idioma.
Tu canto es más privado en el
destierro.
Tus acordes balbucean cosas
gauchas que
son nuestro secreto
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incomprendido.