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Ing. Agr., M. Sci., Ph. D.
Fernando García Préchac Ventajas de la siembra directa A continuación se presenta el listado de las ventajas atribuidas a la siembra directa (SD), para enseguida pasarlas a discutir individualmente: ·- Drástica reducción de la erosión y degradación del suelo. ·- Mayor contenido de agua en el suelo. ·- Menores consumo de combustible y energía, parque de maquinaria, gasto de operación y mantenimiento de la maquinaria, mayor plazo de amortización de la maquinaria: Menor costo. ·- Mayor oportunidad de siembra, cosecha y pastoreo. ·- Posibilidad de utilización de suelos no aptos y áreas de desperdicio bajo laboreo convencional (LC). ·- Nuevas posibilidades de mejoramientos forrajeros y
renovaciones de pasturas con las máquinas de SD y los herbicidas. Reducción de la
erosión y degradación del suelo La cobertura del suelo
por residuos y su no disturbio con laboreo, son las principales causas de la
drástica reducción de su erosión y degradación con SD. Estos efectos están
ampliamente documentados en la bibliografía. En el caso de Rio Grande do Sul,
estudios pioneros en conocimiento del autor fueron los de Wünsche y Velloso
(1982). En Uruguay los primeros datos pertenecen a Sawchik y Quintana (no
publicado, cit. Por García Préchac, 1992b), luego a García Préchac y Clérici
(1996) y recientemente a Terra y García Préchac (cit. por García Préchac,
1998a). La información indica que la SD como sistema elimina prácticamente a
la erosión como un problema de manejo y conservación de suelos, al reducirla
entre 85 y 100% con relación a una situación de suelo recién sembrado con LC.
La cobertura del suelo
absorbe la energía cinética de la lluvia, evitando su golpeteo directo sobre
el suelo. Un clásico trabajo de Mannering y Fenster (1977) muestra que la
erosión se reduce exponencialmente con la cobertura del suelo por residuos
vegetales, obteniéndose la máxima reducción entre 0 y 30% de la superficie
cubierta y poco efecto con mas cobertura, lo que llevó a la definición de
"Laboreo Conservacionista" para cualquier sistema de preparación
del suelo que deje 30% o más de la superficie cubierta a la siembra (Allmaras
et al., 1991). Pero el efecto no es solamente de la cobertura, Blevins y Frye
(1993) citan varios trabajos que indican que simplemente la no perturbación
del suelo también reduce su erosión comparada con situaciones de suelo
laboreado sin ninguna cobertura. Esto es consecuencia de que el suelo sin
perturbar no sufrió la degradación física que provoca el laboreo. El contenido de materia
orgánica del suelo aumenta bajo SD, o se mantiene en suelos no degradados,
generando una importante actividad biológica. Ambas cosas contribuyen a una
mejor estructura y porosidad, determinando mejor dinámica del agua, entre
otros efectos. La mejora en la dinámica del agua incluye mayor infiltración,
por lo que se reduce el escurrimiento. Es decir que la SD reduce la magnitud
de los dos procesos que conforman la erosión hídrica del suelo, que son la
desagregación de partículas por el golpeteo de la lluvia y su transporte por
el escurrimiento superficial. Mayor contenido de
agua en el suelo
Este efecto es
normalmente mencionado en la bibliografía como una de las ventajas de la SD,
sin embargo es conveniente comenzar indicando que en las condiciones
edafo-climáticas de Uruguay, en varias situaciones puede facilitar
situaciones de exceso de agua en el suelo. Por una discusión
documentada de los mecanismos por los que el suelo tiene normalmente mayor
contenido de agua bajo SD, en comparación con cualquier sistema de laboreo,
se remite al lector a García Préchac (1996 y 1997). Sintéticamente, se debe a
que por la presencia de residuos en superficie se reducen las pérdidas por
evaporación y aumenta la infiltración de agua cuando ocurren lluvias. La reducción de la
evaporación se debe a que los residuos en superficie aumentan el Albedo,
reduciendo la radiación neta por reflejar una importante parte de la
radiación incidente. A su vez, la capa de residuos (mulch) tiene baja
conductividades térmica e hídrica, porque una alta parte de su volumen es
aire. La menor radiación neta con SD se destina a evaporar el agua que tengan
los residuos en superficie y a calentar dichos residuos y el aire en
contacto. El movimiento del agua del suelo a través del mulch, para llegar a
su superficie y desde allí evaporarse es bajísimo por la mencionada baja
conductividad hídrica. La mayor infiltración en
SD que en LC es explicada por Onstad y Voorhees (1987) como sigue. Los
residuos en la superficie protegen al suelo tanto de la energía radiante como
de la energía de las gotas de lluvia. El encostramiento superficial es
parcialmente el resultado de la energía de la lluvia golpeando la superficie
del suelo, por lo que la intercepción de la lluvia por los residuos retarda
la formación de una costra. Cuanto mas anclados se encuentren los residuos
mayor será su efecto. En primer lugar porque existen conductos a través de
los que el agua puede entrar mas rápido al suelo; estos conductos son tanto
fisuras y rajaduras alrededor de las raíces desde la base de los tallos en la
superficie, como los espacios que ocupaban dichas raíces y que fueron
cediendo al morir y descomponerse. En segundo lugar porque los residuos en la
superficie ofrecen resistencia al escurrimiento superficial, dando mas
oportunidad a la infiltración; este efecto es mas seguro si los residuos
están anclados, ya que no pueden ser arrastrados si el escurrimiento tiene
mucha energía (tormentas intensas). Así mismo, el efecto antes mencionado es
mayor cuanto mayor sea la masa de residuos sobre la superficie. En tercer
lugar, los residuos de las raíces y los de la parte aérea que parcialmente
puedan incorporarse al suelo, son sustrato para micro y meso organismos que
al transformarlos producen agregados estructurales estables y espacios o
poros en el suelo, lo que mejora las posibilidades de infiltración. Por citar algunos
resultados experimentales propios, en los que se observaron ventajas
productivas del mayor contenido de agua en el suelo referimos al lector a
Pérez Gomar y García Préchac (1993), Pérez Gomar et al. (1996 y 1997), Terra
y García Préchac (1997a) y a Ghaffarzadeh et al. (1997). Pero, como arriba
decíamos, en algunos casos mas agua en el suelo puede ser una desventaja. Una amplia revisión
bibliográfica de resultados de EEUU (Allmaras et al., 1991) muestra que la SD
de maíz y soja siempre supera al LC en suelos bien drenados y con algún
riesgo de sequía, mientras que es normalmente superada por LC en suelos con
problemas de drenaje. García Préchac (1991), trabajando sobre un Argiaquoll
(Planosol) con muy baja pendiente en EEUU, comparando sistemas de laboreo en
un cultivo múltiple en fajas de maíz, soja y avena con alfalfa, encontró que
en un año seco SD superó a LC en todos los cultivos. Pero en un año muy
húmedo en soja no hubieron diferencias significativas y en maíz LC superó a
SD. Soja se planta un mes mas tarde que maíz en la primavera del Corn Belt,
que comienza con suelo casi saturado por el descongelamiento; por ello la
soja normalmente se siembra y comienza a crecer con menos agua en el suelo,
por el aumento de evapotranspiración potencial que ocurre durante la
primavera. Estos resultados aplicados a las condiciones de Uruguay,
particularmente las de la zona cerealera del litoral del Río Uruguay, con
predominio de suelos pesados de bajo drenaje interno por la presencia de
horizontes B muy desarrollados, indicarían que con SD se pueden tener
problemas de exceso de agua en el suelo en la instalación y crecimiento de los
cultivos de invierno. Como el efecto es debido a los residuos en superficie,
en tales condiciones debería mantenerse la cantidad mínima que sea suficiente
para no tener riesgo de erosión (se recuerda que con 30% de cobertura ya se
logra un buen efecto); esto, contrasta radicalmente del concepto dominante en
Brasil en cuanto a que la cantidad de cobertura debe maximisarse siempre.
Ello sigue siendo válido para el caso de cultivos de verano, en los que
normalmente son de esperar períodos de sequía, aunque en siembras muy
tempranas de maíz (fines de agosto a principios de setiembre) se deberían
tener precauciones semejantes a las indicadas para los cultivos de invierno. El problema del exceso
de agua está relacionado a menor temperatura del suelo, que se discute
adelante entre las desventajas de la SD. Reducción de costos Al pasarse de LC a SD,
se dejan de realizar todas las operaciones de laboreo primario y secundario,
por lo que se elimina su costo (combustible, mano de obra, mantenimiento),
dejan de ser necesarias las máquinas de laboreo (arados, rastras, etc.) y se
pasa a requerir mucho menos potencia para impulsar las que se usan en SD.
Ello reduce la inversión para lograr el parque de maquinaria necesario, que
en el extremo pasa a ser un tractor de potencia media, una asperjadora, una
máquina de SD y alguna para acondicionar los rastrojos. El número de pasadas
sobre el terreno es menor, lo que extiende la vida útil del tractor (el plazo
para amortizar la inversión) y reduce sus costos de mantenimiento y reparaciones.
En contraposición, con SD aumenta el uso y por lo tanto el gasto de
herbicidas. Frye y Phillips (1980), presentan un cuadro comparativo (cuadro
1) de los requerimientos de energía, medidos en litros de gasoil/ha, entre
SD, LC y laboreo reducido (LR). Cuadro 1 - Requerimientos energéticos (l de gasoil/ha) por sistema de laboreo, cultivos en hilera. |
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Este cuadro es ilustrativo de los conceptos antes manejados y además, enfatiza el ahorro energético de la SD, siendo que la energía, mayoritariamente proveniente de fuentes no renovables y utilizada de tal forma que genera gases que contribuyen al efecto invernadero, es motivo de especial preocupación en nuestros días. Otro elemento de ahorro de
costos asociado a SD es el menor tiempo de operación requerido para realizar
un cultivo. Laco y Thompson (1995), presentan datos según los que la
realización completa de las operaciones para un cultivo de trigo (excepto
acarreo y cosecha) en la zona cerealera de Uruguay, insume 5,48 horas/ha con
LC y 2,71 con SD. Crosson et al. (1986),
presentan una revisión bibliográfica en la que encontraron 8 comparaciones de
costos de maíz y 7 de soja realizados con algún tipo de laboreo
conservacionista con relación a LC. En maíz dicha relación fue en promedio
0,92, variando entre 0,87 y 0,96; en soja el promedio fue 0,92, variando
entre 0,86 y 0,99. Es decir que en todos los casos el laboreo
conservacionista, que incluye alguna operación de laboreo, tuvo menor costo
que LC, en promedio 8%. Estos datos son de EEUU hace algo más de 10 años,
pero cuando en Uruguay se han calculado costos también se encuentra ventaja
de SD frente a LC. Según la revista CREA (1998), la estimación actual de
costos de los verdeos de invierno es favorable a SD comparada con LC en 21%
para Avena y para Avena con Raigrás, 17% para Raigrás solo, 14,5% para
Raigrás con Trébol Rojo y 6% para Trigo con Pradera. Oportunidad de
siembra, cosecha y pastoreo Se dijo al inicio de
este artículo que el laboreo es la principal causa de degradación física del
suelo. Sin embargo, a corto plazo tiene el innegable efecto de aflojarlo,
reduciendo su resistencia a la penetración. Todos los trabajos en que se ha
medido la resistencia mecánica del suelo a la penetración física en ensayos
comparativos de métodos de preparación del suelo que incluyeron SD,
encontraron que durante el ciclo de los cultivos, y desde luego a la siembra,
la resistencia de los horizontes superficiales es mayor bajo SD (Pérez Gomar
y García Préchac, 1993; Pérez Gomar et al., 1996 y 1997, Amarante et al.,
1996 y 1997; García Préchac et al., 1996 y 1997; Terra y García Préchac,
1997b). Esto significa mas "piso", es decir, mejores condiciones
para la traficabilidad de máquinas y animales sobre el suelo. Por lo tanto, la
oportunidad de siembra es mucho mayor con SD, asegurando la instalación de
los cultivos en fecha, con mayor independencia de las condiciones climáticas.
Otro tanto ocurre con la oportunidad de pastoreo de los cultivos forrajeros
anuales, en particular los verdeos de invierno, época durante la cual es
normal encontrar condiciones de exceso de agua. En otro artículo en este
curso (García Préchac, 1998b), se presenta información mostrando que las
mejores condiciones de piso, aumentan significativamente la utilización del
forraje disponible por los animales pastoreando verdeos de invierno
realizados con SD, comparados con los mismos verdeos realizados con LC. Si bien con el tiempo se
va reconsolidando el suelo aflojado por el laboreo, aún al final de un
cultivo es generalmente mejor el piso para la cosecha bajo SD. Posibilidad de
utilización de suelos no aptos y áreas de desperdicio bajo laboreo
convencional. Las zonas de un predio
no arables por riesgo de erosión o por problemas de drenaje no extremos,
pueden ser plantadas con SD. La proporción ocupada por estas áreas varía de
predio en predio. En el caso de "La Sorpresa", un predio ocupado
por las mejores asociaciones de suelos del país (Unidad Bequeló del Mapa 1:1M
de Suelos del Uruguay, DSF-MAP, 1974) con Indice CONEAT promedio de 214, el
área que no era plantada con LC (suelos con problemas de drenaje, desagües
empastados, fajas empastadas aproximadamente a nivel de la sistematización
conservacionista y zonas de maniobra de las máquinas), y que pasó a serlo con
SD, significa un aumento de entre 16 y 18% de la superficie plantada
(Marchesi, 1997). En el mismo predio, los suelos no arables por riesgo de
erosión que pasaron a ser plantados con SD ocupan el 15% de la superficie total.
Parece claro que esta ventaja que ofrece la SD puede tener un enorme impacto
productivo, como se menciona en otro artículo de este curso presentando el
caso de un predio lechero (Valenti, 1997, cit. por García Préchac, 1998b). Extraído del trabajo
"Fundamentos de la siembra directa y su utilización en Uruguay" Autor: Ing. Agr., M.
Sci., Ph. D. Fernando García Préchac - Profesor de Manejo y Conservación de
Suelos y Aguas de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República
Oriental del Uruguay y Consultor del INIA-Uruguay. Fuente: Red Académica
Uruguaya (RAU) Aportado por e-campo.com |