Autor/es

Grupo de Trabajo

Fecha

Polack, A.;
Segade, G.

Protección Vegetal

Dic-1997

 

Manejo Plagas en Duraznero
Prevenir antes que "curar"

Los conceptos monitoreo de plagas y umbrales de daño constituyen en la actualidad una fuerte tendencia orientada al Manejo Integrado de Plagas, o lo que es en otras palabras, una forma racional en el uso de productos agroquímicos con el consecuente beneficio para el medioambiente y la salud humana. Desde este punto de vista, es este artículo se toma como ejemplo el manejo de plagas en duraznero para entender estos conceptos.

Si se ingresa a un monte en producción, la simple observación no permite determinar qué plagas están presentes y qué daño potencial pueden ocasionar. Cuando el daño puede ser observado, ya es tarde para intentar resolver el problema.
Las pulverizaciones preventivas realizadas, siguiendo o no un calendario de curas, pueden resolver algunos problemas de plagas. Sin embargo, el costo a pagar generalmente es muy alto. Afecta "el bolsillo" del productor, en tanto gasta en insecticidas y aplicaciones innecesarias. Afecta "los ingresos" del productor porque no se aplica en el momento oportuno y la plaga igual provoca daño económico. Afecta el equilibrio ecológico en el monte frutal con la posibilidad del resurgimiento de plagas que generalmente están controladas por enemigos naturales.
Gran parte de estos problemas pueden ser resueltos con técnicas de monitoreo sencillas y baratas. El manejo del gusano del brote del duraznero o grafolita y la mosca de los frutos son claros ejemplos para ilustrar los conceptos hasta ahora expuestos.

Grafolita: Su ciclo de vida a través de la temporada
A mediados de agosto, la captura de un macho adulto en alguna de las trampas de la red de trampeo, junto con temperaturas del atardecer superiores a los 15º C, indica el inicio de la generación post- invernante. La polilla de grafolita se aparea al atardecer y requiere para volar temperaturas superiores a la mencionada.
Las trampas consisten en una pequeña casilla de cartón con un techo y un piso pegajoso, dentro de la cual se coloca una cápsula con feromona sintética, la hormona sexual con la que las hembas atraen al macho para la cópula.
La velocidad de desarrollo de esta plaga aumenta o disminuye respectivamente con la mayor o menor temperatura. El registro de las temperaturas mínimas y máximas diarias junto con las llamadas temperaturas umbrales permiten calcular los días-Grado o grafo-grados. Cada etapa de desarrollo (huevo, oruga, pupa y adulto) le insume una cantidad fija de días-grados. De este modo el cálculo de días-grados y su acumulación permite estimar con mucha precisión en que etapa de desarrollo se encuentra la polilla sin necesidad de corroborarla en el campo.

Alarma: Todos preparados
Cuando la suma de días-grado indica que los huevos han eclosionado, es el momento oportuno de realizar el control. En ese momento el INTA, con su red propia de trampeo da el aviso de alarma.
El productor tiene que colocar las trampas a razón de una cada hectárea - hectárea y media, y revisarlas dos veces por semana. Esto le permitirá calcular la cantidad de mariposas por trampa y por día, dividiendo el número de mariposas contadas por el número de días transcurridos entre la última y la anterior inspección. Si la captura supera un determinado número, que varía según la época del año, el productor debe tomar la decisión de tratar o no.
Con este sistema el productor no sólo sabe si tiene que pulverizar, sino también, en caso de que tenga que curar, podrá hacerlo en el momento que la oruga de grafolita sea más susceptible al tratamiento. La aplicación de este modo tendrá el máximo de eficacia posible.

Con la Mosca de los Frutos, otras Trampas
Las trampas para mosca de los frutos son básicamente de dos tipos:
a) Jackson. Constan de un piso con pegamento al que quedan adheridos los insectos y de un atractivo para los machos similar a la feromona de grafolita.
b) McPhail o Portici (las más vistas en nuestra zona). Son botellas invaginadas de plástico o vidrio transparente. Poseen una abertura en el fondo por donde entran las moscas. Se llenan con una sustancia atractiva (preferentemente proteína hidrolizada o vinagre de vino al 50 %). Los insectos entran a la trampa y cuando se mojan o caen en el líquido no vuelven a salir. Capturan ambos sexos pero tienen un radio de atracción de pocos metros. Pueden fabricarse en forma casera, con una botella de vidrio o plástico transparente a la que se le perfora el fondo, se le coloca el atractivo y se le tapa el pico. Una vez por semana hay que renovar el atractivo, y el líquido viejo debe desecharse lejos del lugar donde se colocó la trampa.

Ahora la Alarma la da el productor
En todos los casos, las trampas se colocan en la cara noroeste del árbol y lo ideal es revisarlas dos ó tres veces por semana. Si se detecta la presencia de 1 mosca en dos recuentos sucesivos, o más de una en un solo recuento, es el momento de pulverizar. En este caso no es necesario pulverizar el monte completamente. Sólo en el sector noroeste de la planta, haciéndolo árbol por medio ó fila por medio".
Para preparar 100 litros de cebo, a 100 litros de agua deben agregarse un atrayente y un insecticida. Entre los atrayentes pueden elegirse 5 gk de melaza, ó 1kg de azúcar, ó 1 litro de proteína hidrolizada (el más recomendado).

El piojo de San José
Perteneciente al grupo de las llamadas cochinillas protejidas, es considerado una de las plagas más perjudiciales para el duraznero.. El daño que provoca, pudiendo matar plantas enteras, invade el tronco y las ramas principales, pudiendo también atacar frutos. La corteza de los árboles con ataque intenso es rugosa y agrietada. Los árboles infestados disminuyen su vigor, el follaje se vuelve delgado y amarillento y pueden presentar gomosis. La muerte de la planta se produce por la extracción de savia, por la inyección de saliva tóxica y también por la falta de luz y respiración debido a la costra envolvente.
Tanto las ninfas más desarrolladas como las hembras adultas del piojo de San José son inmóviles y presentan un caparazón gris de 1 a 2 mm de diámetro. Las crías recién nacidas, en cambio, son de color amarillo, tienen gran movilidad y son tan pequeñas (0,25 mm) que es muy común que sean transportadas de un árbol a otro por el viento, por aves e incluso sobre la ropa de los operarios de campo. Otra forma de infestación muy común (pero evitable) se produce al introducir en el monte plantas de vivero ya infestadas.
Como muchas otras plagas, el piojo de San José no se presenta en el monte en forma homogénea. Suele encontrárselo en manchones, principalmente en la cercanía de caminos y otras vías de acceso. En forma previa a tomar cualquier decisión con respecto a su control, es importante conocer cuál es la situación del lote. Para esto, pueden revisarse plantas en forma aislada y, si se detecta piojo en alguna de ellas, revisar también las plantas que la rodean. Marcando las plantas infestadas y revisando de la misma forma los otros sectores, el lote quedará dividido en sectores atacados y no atacados. Cuando se recomiende hacer las aplicaciones, éstas deberán realizarse en aquellos sectores que resultaron estar infestados.
Frente a un ataque de piojo, una primer medida a tomar consiste en efectuar una poda inmediatamente después de la caída de las hojas, quitando las ramas muertas y las muy invadidas y quemándolas. Con respecto al empleo de pesticidas, actualmente se está trabajando en un sistema que permita indicar con mayor precisión en que momento se deben hacer las aplicaciones. Hasta tanto este sistema no esté implementado, se recomienda hacer dos aplicaciones en el año: la primera a fines de mayo o en junio (luego de la poda) y la segunda en agosto (antes de que comiencen a hincharse las yemas). Estas épocas son orientativas y sólo debe aplicarse si en el lote se han observado sectores con piojo.
En cuanto a los productos a utilizar, es muy recomendable el uso de aceites de invierno: son efectivos, presentan baja toxicidad y tienen una acción perjudicial leve sobre los organismos benéficos, que también ayudan a mantener bajas las poblaciones del piojo y de otras plagas. Si se utilizan aceites de ruptura lenta (emulsionados), la dosis es de 3 - 4 lts de aceite cada 100 lts de agua y puede aplicarse con equipos manuales; en cambio, si se emplean aceites de ruptura rápida, la dosis recomendada es de 2 - 2,5 lts de aceite cada 100 lts de agua y se deben utilizar equipos que tengan muy buena agitación. Si los ataques son leves puede usarse polisulfuro de calcio en concentración de 11-15 lts cada 100 lts de agua, recordando que no debe usarse junto con aceite. Otros productos a utilizar (en este caso, solos ó con aceite) son el DNOC, DNBP y Carbaril. Es importante tener en cuenta que algunos de estos productos son muy tóxicos tanto para seres humanos como para los organismos benéficos. Por lo tanto, se los debe aplicar sólamente si se observa un ataque importante de la plaga, respetando en dicho caso las dosis e indicaciones que figuran en los rótulos.

Con lo aquí expresado concluímos: es posible llevar adelante un sistema de manejo para estas plagas que minimice el uso de insecticidas con los consecuentes ahorros que ello implica.

 

I.N.T.A. – San Pedro - Argentina