Autor/es
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Grupo de Trabajo
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Fecha
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Segade, G.
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Protección Vegetal
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Nov-1999
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Plagas del Duraznero
EL PIOJO DE SAN JOSE - Recomendaciones para aplicaciones
primavero estivales
Una infestación muy severa de Piojo
de San José en el Duraznero, puede producir la muerte del árbol. Aunque
generalmente se recomienda efectuar tratamientos en invierno, un tratamiento
adicional a fines de primavera dirigido a las crías puede contribuir a evitar
una mayor dispersión de la plaga.
El Piojo de San José es una plaga de gran
importancia en cultivos de manzana, pera, durazno y ciruelos. Al alimentarse
succiona savia de la planta e inyecta en ella saliva tóxica, disminuyendo su
vigor, crecimiento y producción. Si la infestación es muy severa puede
producir la muerte del árbol.
Las ninfas más desarrolladas y las hembras adultas del piojo de San José son
inmóviles y presentan un caparazón o escudo gris de 1 a 2 mm de diámetro. Las
crías recién nacidas ("crawlers"), en cambio, son de color
amarillo, tienen gran movilidad y son tan pequeñas (0,25 mm) que es muy común
que sean transportadas de un árbol a otro por el viento, por aves e incluso
sobre la ropa de los operarios de campo. Otra forma de infestación muy común
(pero evitable) se produce al introducir en el monte plantas que llegan
infestadas desde el vivero.
Numerosos parasitoides y predadores atacan a esta plaga, pero en
infestaciones muy severas los insectos benéficos no son capaces por si solos
de efectuar un buen control. Esto hace necesaria la aplicación de productos
químicos para evitar daños en el cultivo.
La presencia de ramas muertas, en malas condiciones ó que conserven sus hojas
en otoño puede ser una indicación de ataque de piojo. También debe revisarse
la fruta en el momento de la cosecha en busca de escudos.
Para detectar el nacimiento de crías (ninfas móviles), a mediados de
primavera y principios del verano pueden seleccionarse algunas ramas
infestadas y colocar en ellas cinta adhesiva de color negro con el lado
adhesivo hacia afuera, revisándolas una ó dos veces por semana.
El control de la plaga
Conviene realizar
la poda de las ramas muertas y muy invadidas, y quemarlas.
En invierno se recomienda efectuar dos aplicaciones con aceite para combatir
ninfas desarrolladas (con escudo): una a mediados de junio (luego de la poda)
y otra en agosto (antes del hinchado de las yemas). Puede añadirse al aceite
un insecticida organofosforado ó algún carbamato (carbaril) si se observa
resistencia a los organofosforados.
En caso de que no se logre un buen control con las aplicaciones invernales,
se recomienda un nuevo tratamiento (con organofosforado ó carbamato) en
primavera-verano, aproximadamente una semana después de detectarse los
primeros nacimientos de crías (ninfas móviles). Es de fundamental importancia
utilizar los productos químicos con precaución y aplicarlos solamente en
aquellos sectores del lote en que se detecten piojos vivos. Debe tenerse en
cuenta que los insecticidas también afectan a los insectos benéficos y pueden
ocasionar crecimiento en la población de otras plagas.
I.N.T.A. – San Pedro - Argentina
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