GONZÁLEZ, J.

 


PRODUCCIÓN DE PLANTAS DE DURAZNERO

 

 

Es habitual entre los viveristas que dispongan de una escasa superficie para la producción de plantas de durazno. En este artículo se abordan algunos aspectos que le pueden permitir para obtener mejores resultados de acuerdo a la experiencia recogida a través de los años en la Estación Experimental Agropecuaria San Pedro.

Los trabajos culturales se realizan con labores mecánicas en los espacios entre filas y carpidas manuales entre plantas. Son frecuentes los grandes espaciamientos entre filas, que permiten efectuar trabajos con maquinarias y herramientas convencionales, ocupando las especies cultivadas superficies excesivas en relación al volumen de plantas producidas. Esta elevada relación entre superficie y plantas comerciales, disminuye la posibilidad de incrementar la producción y dificulta las necesarias rotaciones entre cultivos. La incorporación de mini-tractores articulados ha mejorado la situación, no obstante el nivel socio-económico que caracteriza al sector, no permite acceder en la mayoría de los casos a una moderna mecanización.

Manejo del Suelo
La característica de los suelos del área de San Pedro, con textura superficial franco-arcillo-limosa, crean condiciones físicas desfavorables para el crecimiento de las plantas que empeoran con los continuos laboreos. Son frecuentes excesos de humedad en suelos "pesados" que no permiten realizar oportunamente las labores mecánicas para el control de malezas, con el consiguiente perjuicio para los cultivos.
El desarrollo logrado en el control de malezas con agroquímicos permite otras alternativas de manejo de suelos, disminuyendo e incluso eliminando, las labores mecánicas, con lo cual es posible incrementar sustantivamente las densidades de siembra disminuyendo daños mecánicos en plantas y costos por ocupación de mano de obra.
En la E.E.A INTA San Pedro se ensayan diferentes espaciamientos entre surcos (1,40 m ; 0,70 m ; 1 m ; líneas apareadas a 0,40 m y separadas del par contiguo a 1 m ) para observar el comportamiento de los parámetros vegetativos del "portainjerto o patrón", como así tambien de los cultivares injertados.

Siembra y Nutrición
Con relación al portainj erto, el diámetro de tallo no disminuye con el incremento de densidad de siembra de "carozos" permitiendo duplicarla sin afectar su dimensión. Como sabemos esta característica es la que determina la posibilidad de efectuar la operación de "injertado". Las labores mecánicas de suelo afectan negativamente el tamaño del portainjerto, tanto en altura de planta como en el diámetro del tallo. Los daños producidos a nivel radicular explican las diferencias en el crecimiento de las plantas. La aplicación de fertilizantes fosfatados al momento de la siembra, no afecta el crecimiento del portainjerto, incluso en suelos considerados de bajo contenido de este nutriente.
Refiriéndonos a plantas comerciales, no se observan diferencias entre los tratamientos de labranzas probados, que incluyen desde el no laboreo a las labranzas convencionales. Los tratamientos sin labranza son tratados con herbicida residual Simbar (Terbacil PM 80) en dos oportunidades, luego del "bajado de lomos" y del corte del pie, reforzando el control de malezas con herbicidas de contacto con las debidas protecciones.
El crecimiento de los cultivares injertados se ve afectado por las densidades de siembra. Presenta una directa relación entre distancia entre surcos y alturas de plantas y diámetros de tallos. No obstante, desde el punto de vista comercial, los promedios de diámetros de tallos y alturas de plantas son aceptables para los cultivares ensayados aún en las densidades mayores. Debemos considerar que, en plantas destinadas a implantar montes frutales comerciales, los tamaños obtenidos con bajas densidades son excesivamente grandes. Está comprobado que plantas de mayor tamaño poseen menor número de tallos "anticipados" y que, al momento del "arrancado" es mayor el volumen de raíces que permanecen en el suelo, y por lo tanto, se afecta la relación parte aérea-raíz. Estas plantas, luego de instaladas en el monte comercial, tienen un incremento de los diámetros de tallo significativamente inferior que las plantas de menor tamaño que poseen una equilibrada relación entre la masa radicular y la parte aérea.
A nuestro criterio es posible incrementar las densidades de siembra, incluyendo el uso de herbicidas en lugar del sistema convencional de laboreo, con las ventajas ya enunciadas. No obstante, deberá ajustarse la densidad contemplando las diferentes tazas de crecimiento de los distintos cultivares.

FUENTE

INSTITUTO NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA

ARGENTINA