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LA
COBERTURA DEL INVERNADERO
Elegir
bien, colocar adecuadamente y mantener en las mejores condiciones son las claves
para lograr la máxima durabilidad.
Elegir
bien
Cuando
decidimos la compra de un material de cobertura de invernadero, debemos tener
claro cuáles son las propiedades a exigirle para que sirva a nuestro propósito:
1) alta transmisión a la luz
2) termicidad
3) buena difusión de la luz
incidente
4) estabilidad frente a la radiación ultravioleta
5) resistencia
al rasgado
Concentrándonos
en los plásticos flexibles, que por el momento son los más utilizados en nuestro
país, tanto en estructuras metálicas como de madera, nuestra búsqueda debe
orientarse hacia los polietilenos y los nuevos plásticos tricapa.
Dentro
de los polietilenos (que desde ahora denominaremos PE), el mercado ofrece tres
alternativas:
PE normal o cristal: se degrada por las radiaciones
ultravioletas y las altas temperaturas. Nunca elegirlo como cobertura de
invernaderos.
PE larga duración (LD): no retiene las radiaciones térmicas y
difunde muy poco la luz incidente, por lo que el "ahorro" que significa su
compra significará una pérdida en la eficiencia del balance energético del
cultivo.
PE larga duración térmico (LDT): es el que mejor cumple con nuestros
cuatro primeros requisitos, y es, sin dudar, el más apropiado.
Los
plásticos tricapa, material constituido por tres capas de PE coextruidas.
Existen distintas calidades, que debemos diferenciar, pero tratándose de uno
bien hecho, este material cumple con los cinco requisitos de una buena cobertura
flexible.
El
espesor del PE incide en su resistencia y grado de transmisión del calor. Debe
preferirse el de 150 micrones o más, tanto para paredes como techo; y dado que
numerosas experiencias han demostrado que por metro cuadrado de pared se pierde
más calor que por metro cuadrado de techo, resulta una economía mal entendida la
elección de los PE de menores espesores para los laterales.
Otras
propiedades como el antigoteo, o el antipolvillo, son características de menor
durabilidad que el mismo film, y se pierden a corto o mediano plazo.
Es
importante tener en cuenta las medidas en que se comercializan los rollos al
planear el diseño y dimensiones de un invernadero artesanal, y en lo posible, no
adquirir estructuras importadas que exijan medidas no convencionales de la
cobertura, ya que a la hora del cambio podríamos sufrir las consecuencias de una
dependencia irritante.
Colocar
adecuadamente
Para
el montaje de la cobertura de PE, resulta fundamental tener cuidado en dos
aspectos: el estado de los materiales y la elección del momento.
·
el estado de los materiales: debido a pequeñas perforaciones o rasgados
sometidos a la presión del viento, se producen daños casi irreparables en la
cobertura. Por eso, hay que extremar las precauciones durante el transporte y
desenrollado del PE. Conviene almacenar los rollos en su embalaje original, en
un lugar siempre seco y utilizarlos dentro de los 12 meses de la salida de
fábrica.
·
la elección del momento: debe evitarse el trabajo en presencia de viento. En lo
posible, elegir días con temperaturas medias a cálidas (15-25ºC),
correspondientes a una dilatación media, pues el exceso de frío (material muy
contraído) o de calor (material muy dilatado) ocasionan problemas luego de
finalizado el trabajo: formación de "bolsas" en días cálidos o rasgado del PE en
días fríos.
La
optimización de los elementos de sujeción para cada tipo de estructura
contribuye a una mejor retención y duración del PE. En las estructuras metálicas
de primer nivel, los clips de fijación son provistos por el fabricante
respetando normas de calidad de sus países de origen. Si se trata de sujetar el
PE utilizando madera y alambre, evitar en lo posible el contacto del film con
superficies agudas y emplear siempre alambres, clavos, torniquetes y ganchos
galvanizados.
Cuanto
más precaria la estructura, más difíciles resultan las operaciones de apertura y
cierre de las ventanas. En todos los casos, aguzar el ingenio y dedicar un gran
esfuerzo al diseño de sistemas ágiles, que no sometan al PE a roces y
quebraduras, para que conserve por mayor tiempo sus propiedades y asegure la
hermeticidad del invernadero cuando esté cerrado.
Las
franjas de PE de los zócalos deben quedar bien tensas, se aconseja que la
profundidad de enterrado sea por lo menos 50 cm.
Para
las coberturas coextruidas deben respetarse las leyendas "cara externa" y "cara
interna" en la colocación sobre el invernadero.
Mantener
en las mejores condiciones
Para
favorecer la durabilidad del PE una vez instalado, debemos tener algunas
precauciones muy fáciles de cumplir:
·
corregir las dilataciones o "bolsas" que se detecten por un mal montaje para
impedir que se acumule agua de lluvia.
· asegurar una buena aireación del
invernadero, aún sin cultivo, para proteger al PE de los calores excesivos.
·
evitar el "flameado"del PE en las aberturas por elementos de sujeción
sueltos.
· prevenir salpicaduras con los productos fitosanitarios que se
apliquen al cultivo, de cualquier tipo que sean, ya que los residuos de
agroquímicos alteran la eficiencia de los estabilizadores de radiación
ultravioleta del PE y provocan un quemado químico del film.
· reparar
inmediatamente cualquier perforación o rasgado que se produzca con adhesivos
especiales para PE, a fin de impedir que aumente la superficie afectada, cuando
se expone a las presiones del viento.
· cerrar los invernaderos ante ráfagas
moderadas o fuertes para minimizar los riesgos de "voladuras" de la cobertura
del techo.
· vigilar la rápida evacuación del agua de lluvia a través de
canaletas bien drenadas y diseñadas para asegurar el escurrimiento inmediato,
aún de las lluvias más fuertes; el mínimo estancamiento significa proliferación
de algas y microorganismos indeseables que atentan contra las propiedades
ópticas del PE.
Si
bien el productor, siguiendo una lógica de bolsillo, totalmente justificable en
nuestras condiciones, retrasa lo máximo posible el recambio de la cobertura de
su invernadero, es importante saber que las propiedades ópticas del PE suelen
perderse antes que sus propiedades físicas. Por lo tanto, una cobertura
envejecida, opaca, amarillenta, quemada, aunque de aspecto "íntegro", ya no
cumple con los requisitos de su rol y las consecuencias que provoca su
permanencia, aunque invisibles, se traducen en pérdidas de rendimiento del
cultivo.
Existen
mediciones realizadas en otros países, que demuestran que para cultivos
sensibles a la falta de luz en floración, como por ejemplo el tomate, la
incidencia de la pérdida de transparencia de la cobertura del invernadero,
guarda una relación estrecha con la pérdida de productividad: por cada 1% de
pérdida de transmisión de luz : 1% de pérdida de rendimiento
comercial.
En
Europa, la durabilidad del film se expresa comercialmente por el número de
estaciones que su fabricante asegura (si es colocado respetando sus condiciones
de utilización). Un film "3 estaciones", está garantizado por 3 inviernos y 2
veranos (33 meses y un máximo de 7.500 horas de insolación); y un film "4
estaciones" está garantizado por 4 inviernos y 3 veranos (45 meses y un máximo
de 10.000 horas de insolación). El número de meses se calcula desde el comienzo
del otoño precedente a su instalación.
La
cobertura del invernadero, junto a la estructura, debe ser considerada como un
factor más en la producción de los cultivos. Tomar conciencia de la importancia
de su función y buscar asesoramiento libre de intereses comerciales son los
primeros pasos para orientarnos hacia la mejor elección.
FUENTE
INSTITUTO
NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA
SAN
PEDRO, ARGENTINA