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CULTIVO SIN SUELO DE
HORTALIZAS
Las condiciones del suelo
aparecen como la limitante principal en la optimización de la producción. Ante
esta situación, el reemplazo del suelo "cansado" por un sustrato artificial
aparece como una solución. Este artículo desarrolla esta posibilidad en
Argentina.
La
producción de hortalizas bajo cubierta, en nuestro país, se realiza teniendo el
suelo natural como medio para el desarrollo de las plantas. Se recurre a la
enmienda orgánica, aplicación de altas dosis de fertilizantes químicos,
desinfección del suelo con diferentes agroquímicos, labranzas, riego, etc con el
objeto de mantener una capacidad productiva del suelo compatible con los
requerimientos de rendimiento -calidad y cantidad- necesarios para satisfacer
las demandas del mercado y lograr el mejor resultado económico.
Este sistema
conduce, luego de unos pocos años, a un deterioro de las condiciones edáficas
que actúan limitando la producción de los cultivos.
En la actualidad con los
invernaderos de madera (palos y/o madera aserrada) la solución a este problema,
consiste en dejar de cultivar el suelo durante unos años trasladando el
invernadero a otro sitio, para lo cual siempre necesita recurrir a material
nuevo ya que no toda la madera rescatada es reutilizable. A esto debe sumarse la
mano de obra necesaria para la construcción y el posterior mantenimiento de
estas estructuras. Sin embargo, en muchos casos esto se torna difícil de
llevarlo a cabo debido a las reducidas dimensiones de los predios. Es de
destacar que en el "cinturón verde" de Buenos Aires, el 73% de las explotaciones
tienen menos de 10 hectáreas y del total de productores un 60% producen
hortalizas en ambos sistemas, al aire libre y bajo cubierta.
El sistema
productivo bajo cubierta, en el país, como ha ocurrido en otras partes del
mundo, se encuentra en franco proceso de evolución tecnológica. Se observa una
tendencia firme al mejoramiento de las estructuras del invernadero
-construcciones metálicas no fácilmente desplazables-, adopción de sistemas de
riego localizados y fertirriego, automatismos de los mismos, existencia en el
mercado de fertilizantes simples y formulados solubles, disponibilidad de
material vegetal de alta capacidad productiva, ajuste en el manejo de los
cultivos, participación de técnicos en los sistemas productivos , cambio de
actitud y mayor capacitación tecnológica de los productores, etc que tienden a
un sistema productivo más eficiente. Por otra parte, cada vez es más sentida la
necesidad de preservar el medio ambiente y la salud de la población; para tender
a ello, se establecen restricciones en el uso de agroquímicos en general y para
la desinfección del suelo en particular, pautas para un uso más eficientes de
los fertilizantes químicos, etc. Coincidentemente, el mercado exige, día a día,
productos de mayor calidad y libre o con bajo residuo.
Actividades desarrolladas y en desarrollo en la E.E.A. INTA San
Pedro
De acuerdo a nuestras perspectivas de mediano plazo, el cultivo
sin suelo de hortalizas será adoptado por los productores que utilicen
tecnologías modernas para obtener altos rendimientos cuali-cuantitativos,
programables en el tiempo y que aseguren un abastecimiento fluído de productos.
En la actualidad, ya existen productores que, en forma experimental,
producen tomate y pimiento en sustratos diversos.
Considerando estas
circunstancias se ha iniciado, a partir del año 1993, actividades tendientes a
obtener información básica sobre producción sin suelo de hortalizas que
permitieran realizar evaluaciones técnico-económicas y determinar así la
factibilidad de adopción por parte de los productores.
¿Qué aspectos
deben experimentarse para determinar cuales son los sistemas más convenientes
?
En este sistema de producción es requerimiento ineludible el ajuste
de tres componentes fundamentales: el sustrato en donde se hará desarrollar la
planta, el recipiente o contenedor en donde se mantendrá el sustrato y la
solución nutritiva que suministrará los nutrientes y el agua que requiere la
planta para su desarrollo.
Como sustratos fueron evaluados los siguientes
materiales puros o en mezclas diversas:
* perlita agrícola. Producto
derivado de roca volcánica. Material de baja densidad, color blanco grisáceo,
sus partículas se fragmentan con relativa facilidad. Es un sustrato muy poco
activo, químicamente inerte, pH neutro y retención iónica
despreciable.
*
arcilla expandida, derivado de la arcilla sometida a elevada temperatura. Son
partículas semiesféricas, superficie dura y resistente, muy estable; pH neutro,
quimicamente estable, material inerte. En el mercado existen varios calibres,
finos 0-3 mm y grueso 3-10 mm.
*
turba, producto orgánico proveniente de regiones frías. Textura esponjosa,
fibrosas, con elevada porosidad y capacidad de retención de agua, aunque
inicialmente bastante hidrófobas. Utilizadas en mezclas.
*
cáscara de arroz. Es un subproducto de la industria arrocera que se utiliza
directamente después de extraído el grano. Es un material liviano, poroso; de
descomposición lenta. En general por su alta porosidad se utiliza en mezclas
para mejorar el drenaje y la aireación.
*
mezcla perlita / turba, relación 3 / 1., utilizado en cultivo de
tomate
*
mezcla cáscara de arroz / perlita, relación 1 / 1, utilizado en cultivos de
hoja, pepino.
*
mezcla cáscara de arroz / turba, relación 3 / 1, utilizado en tomate, pimiento,
pepino
Para
lograr un adecuado comportamiento del sustrato debe ajustarse el régimen de
aporte de solución nutritiva. Cada sustrato tiene una capacidad de retención de
agua diferente de manera que para mantener una relación agua / aire óptima para
el cultivo debe adecuarse el momento y la duración del riego.
En los
trabajos realizados se ha constatado que como contenedor pueden utilizarse
indistintamente los siguientes:
* sacos de polietileno construidos con
manga para riego de 25 cm de ancho y cortados de manera que cada saco tenga 1.20
m de largo. En cada saco pueden plantarse 3 plantas de tomate, pimiento o
pepino. Los sacos en el extranjero se comercializan ya confeccionados con el
sustrato en su interior, son de polietileno bicolor, blanco por fuera y negro
por dentro. En la EEA se probaron confeccionados con polietileno negro y
polietileno bicolor, los resultados fueron similares a pesar de que en los
negros la temperatura sobre la superficie del saco fue superior al
blanco.
*
macetas sopladas de polietileno de 7 y 10 litros de capacidad -color negro-. Se
planta 1 planta por maceta, su durabilidad es de 4-5 campañas o ciclos de
cultivo.
*
macetas de bolsa de polietileno negro de 150 micrones. Los utilizados fueron de
7 litros de capacidad, tienen una duración menor al anterior, 2-3
ciclos.
Estos contenedores se utilizaron en cultivos de tomate, pepino,
pimiento y poroto chaucha.
* canaletas construídas con polietileno negro
de 300 micrones de espesor; las medidas fueron 0,15 m de ancho x 0,20 m de alto
y largo variable según requerimiento.
Se utilizaron en cultivos de tomate,
pimiento, pepino con distancia variable entre plantas.
* canteros
construídos con polietileno negro de 300 micrones de espesor, las medidas fueron
0,10 m de alto x 0,80 m de ancho y largo variable -utilizados en cultivos de
hoja (lechuga-escarola-apio)-.
Todos
los contenedores tuvieron un comportamiento satisfactorio; de manera que la
elección deberá hacerse teniendo en cuenta tipo de cultivo, disponibilidad de
material y costo de los mismos.
Solución
Nutritiva
En
la bibliografía se encuentran una gran diversidad de soluciones nutritivas que
varían de acuerdo a los sustratos, especies, momento del ciclo del cultivo,
ambientes, etc.
En nuestro caso, que se utilizaron sustratos inertes o
químicamente casi inertes, la cuestión se ha visto simplificada. Además, si bien
cada planta tiene sus requerimientos nutricionales, tambien es cierto que dentro
de ciertos rangos o relaciones de nutrientes las plantas absorben los elementos
en forma selectiva. Nosotros consideramos que es conveniente utilizar soluciones
ajustadas solamente después de haber optimizado los demás factores productivos
que seguramente tendrán una mayor incidencia sobre el producto final.
En
todos los sustratos y las especies cultivadas en este sistema se aplicó la misma
solución nutritiva de parámetros fijos, por supuesto ajustada de acuerdo a la
composición del agua de riego utilizada.
En la medida que se tienda a
optimizar los distintos factores de producción aparecerá las condiciones
edáficas como la limitante principal. Bajo esas condiciones sólo el reemplazo
del suelo "cansado" por un sustrato artificial adecuado para cada situación,
permitirá obtener el resultado esperado: alta producción cuali-cuantitativa y
perdurables a través del tiempo.
FUENTE
INSTITUTO
NACIONAL DE TECNOLOGÍAAGROPECUARIA
SAN
PEDRO, ARGENTINA