L.POLACK
CONTROL
BIOLÓGICO BAJO INVERNÁCULO
UNA
MIRADA AL FUTURO EN EL CONTROL DE PLAGAS
Durante
la primer semana del pasado mes de diciembre el INTA contó con la visita de la
Dra. Yannie Trottin-Caudal, en el marco del convenio con el CTIFL (Centro
Técnico Interprofesional de Frutas y Hortalizas de Francia).
La
Dra Trottin-Caudal es investigadora especializada en el manejo integrado de
plagas en cultivos bajo invernáculo. Desempeña su actividad en la localidad de
Balandran, cerca de Avignon, en el sur de Francia.
En el transcurso de esa
semana tuvo la posibilidad de ponerse en contacto con un amplio abanico de
productores, visitando empresas pequeñas y grandes con distintos niveles
tecnológicos y distintos modos de producción, convencional y
orgánico.
También recorrió ensayos realizados en el ámbito de la EEA San
Pedro y la UEEA Gran Buenos Aires y brindó charlas sobre la experiencia en
Francia en el manejo de plagas.
El
Control de Plagas en Francia
La
estrategia de control de plagas en invernáculo seguida por una parte importante
de los productores franceses y de otros países europeos pone énfasis en el
control biológico. Las plagas de los cultivos tienen enemigos en la naturaleza
que al comerlas o parasitarlas mantienen su población en niveles bajos. Algunos
de estos enemigos naturales fueron seleccionados por su capacidad de control y
actualmente se producen en gran escala y se venden envasados con marcas
comerciales igual que si fuesen insecticidas tradicionales.
Se liberan en el
cultivo cuando se detecta la presencia de la plaga. Regularmente se siguen
realizando liberaciones y se monitorea el cultivo para verificar que la
población de la plaga está siendo controlada por el agente natural.
Esta
manera de manejar las plagas repercute positivamente en diversos aspectos de la
producción. Existen menores riesgos de intoxicación para los operarios, se
garantiza un producto con bajos a nulos niveles de residuos de plaguicidas. Se
mejora la calidad del sistema productivo, etc..
Problemas
Locales
Cuando
miramos nuestra realidad local encontramos que no es tan simple ni tan fácil que
los productores adopten un sistema se manejo de plagas con conceptos parecidos a
los europeos.
En primer lugar, el productor debería modificar aspectos de la
tecnología de producción para hacerla compatible con el control biológico. Esto
incluye la elección mucho más cuidadosa de los plaguicidas para no interferir
con la acción de los enemigos naturales, el monitoreo de las plagas en el
cultivo, la incorporación de invernáculos mejor ventilados o sistemas de
refrigeración debido a que las altas temperaturas afectan la eficacia de los
enemigos naturales.
No existe por otra parte estímulos comerciales hacia el
productor que lo induzcan a adoptar técnicas de control biológico. Los
consumidores, a excepción de los productos orgánicos cuya oferta es todavía muy
limitada, no tienen manera de diferenciar productos más allá de la apreciación
visual. Un producto proveniente de un establecimiento con manejo integrado de
plagas, por el que se puede estar dispuesto a pagar más, no puede ser
diferenciado de otro producido con abuso de los plaguicidas.
El número de
productores hortícolas que están en condiciones y tienen interés de adoptar el
control biológico es escaso. La instalación de una empresa que produzca y
comercialice enemigos naturales es económicamente poco factible si además se
tiene en cuenta que el mercado local de insumos hortícolas es de por sí muy
pequeño comparado con Europa.
El
Camino por Transitar
Si
bien los obstáculos son muchos, la tendencia en el futuro será la progresiva
adopción de sistemas más racionales en el manejo de las plagas. La discusión
ahora es como puede acelerarse este proceso.
Existe información suficiente
para que hoy en Argentina el productor maneje las plagas en base a criterios de
manejo integrado. Esto incluye la manera de monitorear las plagas, la lista de
plaguicidas recomendables por su eficacia y respeto por los enemigos naturales,
el momento oportuno de aplicación de acuerdo al resultado del monitoreo, las
medidas de saneamiento y barreras físicas contra las plagas, el prestar atención
al control biológico que ocurre naturalmente gracias a la fauna benéfica
autóctona.
La introducción artificial de polinizadores para mejorar los
rendimientos como el abejorro Bombus terrestris puede ser, como nos señalara la
Dra Trottin-Caudal, una técnica que permita potenciar y acortar los plazos de
adopción del manejo integrado de plagas entre los productores. Este polinizador
se comercializa en Europa igual que los enemigos naturales y requiere también de
un manejo racional de las plagas para actuar eficientemente.
Es necesario
diseñar una estrategia de producción de enemigos naturales acorde a la realidad
local. Dicha estategia debe contemplar entre otras cosas (1) qué entidad
producirá los enemigos naturales (cooperativa de productores, empresas
independientes, etc), (2) qué especies de enemigos naturales priorizar, y (3) de
qué forma llegarán los enemigos naturales a los productores, etc..
Finalmente
es necesario crear un sistema de certificación de procesos que le permita al
productor hortícola diferenciar su producción. De esta manera, su esfuerzo por
innovar y producir sustentablemente será también recompensado
económicamente.
FUENTE
INSTITUTO
NACIONAL DE TECNOLOGÍA AGROPECUARIA
SAN
PEDRO, ARGENTINA