OPINIÓN

 

 

RECRÍA: CUESTIÓN DE ESTADO

 


A diferencia de lo que ocurre en vacas lecheras, en donde la condición corporal está relacionada con la etapa de lactación, en la vaquillona la misma lo está con la de desarrollo y la edad. Cómo evaluarla.

La búsqueda de incrementar la rentabilidad del establecimiento, mejorando la performance productiva de las terneras de reposición, requiere de productores innovadores y profesionales para el desarrollo de nuevos conceptos que se materialicen en la práctica.
Los productores se ven obligados a invertir en tiempo, alimento y capital para la recría de la ternera.
En los establecimientos lecheros se elimina anualmente entre un 20 y un 30% de las vacas adultas por descarte o muerte, lo cual debe ser reemplazado por vacas de primer parto. A pesar de ser necesario minimizar costos, la integridad productiva del animal, tanto genética como fenotípica, debe respetarse. Minimizar costos maximizando la eficiencia es el objetivo común en todo sistema de producción animal, pero esto no es fácil de lograr en el manejo de la ternera de reposición.

NO PASARSE DE VUELTAS

La dificultad recae en la sensibilidad del sistema, ya que a cada cambio en el manejo que busca lograr una respuesta positiva, le corresponde por lo general una repuesta negativa en alguno de los objetivos claves para el funcionamiento del sistema.
Existen cinco conceptos claves acerca del manejo de la reposición:

1.     El costo de la vaquillona de reposición puede reducirse al achicar la edad al primer parto.

2.     Para reducir la edad al primer parto son necesarios incrementos en los planes de nutrición.

3.     El aumento excesivo del nivel de nutrición tiene una influencia negativa en el desarrollo prepuberal de la glándula mamaria y en la producción láctea futura.

4.     Un aumento de peso sostenido en el tiempo a lo largo del período de crecimiento disminuye la incidencia de distocia e influye positivamente en la producción de leche en la primera lactancia.

5.     Planes de nutrición que generan elevados aumentos de peso tienen efectos negativos en la eficiencia del aprovechamiento del alimento por parte del animal.

Por ejemplo, el productor selecciona un plan nutricional alto para reducir edad al primer parto, reduciendo así los costos, y a su vez estará afectando el desarrollo de la glándula mamaria con una consecuente disminución en los ingresos.
Lo mismo sucede con el peso al parto. Un mayor peso al parto puede aumentar los ingresos al disminuir los casos de distocia y puede aumentar la producción, pero todo ello se produce a expensas de un aumento en los costos al disminuir la eficiencia de los alimentos.
Tal vez la subalimentación sea un denominador común en muchos de nuestros establecimientos lecheros, por aquello que la vaquillona es todo gasto y no produce ingresos. Sin embargo, es importante tener presente qué ocurre con aquellos terneros alimentados en forma insuficiente.
Las terneras que tengan una ganancia inferior a los 400 gramos diarios tendrán un retardo en el crecimiento, retrasarán su pubertad hasta los 16 meses y con manifestación de celo poco perceptibles, lo que dificultará su detección.
Tanto el manejo nutricional como el estado sanitario tienen directa repercusión sobre el estado corporal de la ternera.
Disponer de una metodología práctica y sencilla para reconocer diferencias de reservas entre vaquillonas de una misma categoría permite realizar una evaluación objetiva, por lo que se constituye en una valiosa herramienta para la toma de decisiones.

Regiones a palpar

El método de evaluación de la condición corporal está basado en la observación y palpación de determinadas regiones anatómicas e intenta cuantificar la cantidad de tejido graso subcutáneo que existe en el animal.
Las regiones anatómicas son las siguientes:

Para la evaluación de la condición corporal se deberá tener en cuenta el resultado conjunto de todos los parámetros dentro de una escala de 1 a 5 (1 pobre o flaca y 5 gorda).
A diferencia de lo que ocurre en vacas lecheras, en donde la condición corporal está relacionada con la etapa de lactación en la que se encuentra el animal, en las vaquillonas de reposición estará relacionada con la etapa de desarrollo y la edad. Como reflejo de esta situación, el uso de las reservas grasas será diferente en cada etapa del desarrollo en comparación a la función específica que cumplen estas reservas en la primera etapa de lactación.
No deberá existir acumulación de tejido graso subcutáneo en edades tempranas. Por medio de la palpación se puede apreciar el lomo, la raíz de la cola y la pelvis y caderas.
Palpando se puede evaluar la condición corporal ideal desde los 2 meses a los 24, es decir hasta el momento de la parición.

Fuente: Revista Infortambo

 

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RAFAELA, ARGENTINA


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