LA OPINIÓN

 

 

PARÁSITOS INTERNOS DE LA HACIENDA

 


La enfermedad parasitaria es básicamente dependiente del manejo de la hacienda. Aparece como la segunda en importancia en el tambo (luego de la mastitis) y la primera en la recría e invernada. Es una enfermedad que se puede detectar (haciendo recuento de los huevos en la materia fecal o control de peso de los animales) y prevenir.
Se caracteriza por pelaje feo y estómagos abultados, y en animales jóvenes puede provocar malformaciones o subdesarrollos de ovarios y útero.
La parasitosis es una de las enfermedades que mayores daños provoca:

La necesaria inclusión de pasturas en la cadena forrajera ha obligado a:

Las pasturas son la llave de la transmisión parasitaria, pues todas están contaminadas en mayor o menor grado, ya que algunos parásitos pueden vivir en el campo más de un año y por lo tanto parasitar a las distintas categorías de animales.

Ciclo de la enfermedad

Los parásitos se encuentran inicialmente fuera del animal, en la bosta organizada (entera) y el pasto circundante.
La materia fecal actúa como reservorio de parásitos, los mismos pueden durar dentro de ella de 1 a 1 año y 1/2 mientras se mantenga organizada (entera-armada).
La lluvia es el factor mecánico que rompe la bosta y difunde los parásitos en el pasto.
En la altura de O a 5 cm del pasto está la mayor carga parasitaria. A mayor carga animal, mayor presión de pastoreo. A mayor presión de pastoreo, mayor cosecha de parásitos.
Para entrar al animal hay que tener en cuenta dos factores que dependen del huésped: la respuesta inmunitaria (animales estresados son más sensibles) y la edad del animal (cuanto más joven, más susceptible).
El parásito demora 3 semanas desde que entra al animal hasta que llega a adulto y comienza a poner huevos.
Los animales jóvenes excretan muchos más huevos que los animales adultos. Las vacas y animales adultos pueden usarse para "limpiar potreros" ya que es mayor la proporción de larvas que ingieren, que las que deponen.
Una vez que los huevos llegan al pasto lo que incide sobre ellos son los factores del ambiente, principalmente la humedad y la temperatura.
Veranos calurosos y secos son menos aptos para la supervivencia de los parásitos que el tiempo frío y húmedo.
Suelos más arenosos, con mejor drenaje, son peores para la difusión de los parásitos.
Suelos encharcables, húmedos y con declive favorecen la persistencia, y difusión de los mismos.
Suelos cubiertos con broza que retengan mayor humedad favorecen la persistencia de los parásitos, no así suelos desnudos y secos.
A nivel regional, la carga parasitaria varía según sean los períodos lluviosos o húmedos. Si estos momentos coinciden con los de parición y/o destete (animales débiles y con pocas defensas) aumenta mucho más el problema de los parásitos.
Es mejor prevenir que tratar animales enfermos si se quieren evitar perjuicios irreparables.

Tratamiento

Los tratamientos en momentos prefijados no siempre son eficientes, son mejores los estratégicos, o en función del seguimiento del peso del animal o recuento de huevos en heces.
Es más negocio tratar animales cuando son jóvenes que adultos. La dosis es menor, el costo es menor y hay menos residuos en la media res porque el tratamiento está lejos del momento de faena.
A partir de los 8-9 meses el ternero empieza a generar defensas y comienza a disminuir la tasa de diseminación de huevos.

Recomendaciones

Lo peor que se puede hacer es trabajar rápido o apurado con la hacienda.
Si se dejan animales sin tratar el tratamiento del rodeo no tiene efecto porque se vuelve a contagiar.
Un error a evitar es el de estimar la dosis en base al peso promedio de un rodeo grande. Los animales pequeños recibirán una sobredosis del producto, lo que por lo general no provoca problemas. Los animales grandes recibirán una subdosis y esto significa lo mismo que no tratarlos. La solución a este problema es dosificar en base al peso de los animales más grandes de tropas más chicas.
Si se intenta una estrategia de limpieza o disminución de la carga parasitaria del campo hay que tener en cuenta para esto los siguientes puntos:

1.     Potreros libres de parásitos inicialmente, verdeos de invierno o verano, praderas en implantación y rastrojo de cultivos de cosecha.
Fardos, silos y rollos normalmente no llevan parásitos.

2.     Comer pasturas sucias mientras dura el efecto residual de los desparasitantes y cuando este va a terminar, pasar a potreros limpios.

3.     Usar animales grandes como "aspiradoras de parásitos", son más las larvas que levantan que las que deponen.

4.     Exponer en verano las praderas infectadas al efecto del sol.

5.     Romper en tiempo seco las bostas para producir la mortandad de los parásitos pasando una rastra de dientes.

6.     De hacerlo en tiempo húmedo y campo mojado, estamos favoreciendo la difusión de la enfermedad.

7.     Los productos ovicidas matan el huevo, => bostas estériles.

8.     Los productos larvicidas matan las larvas en el cuerpo y las que nacen en la bosta.

9.     Seis horas luego de aplicados los productos ya se puede mandar la hacienda al campo.

10. Los productos lechosos, como el Axilur, a los 2 días de aplicados ya permiten la evolución de los parásitos (recordar que el ciclo dura 3 semanas hasta que el parásito empieza a poner huevos). Esto implica no esperar más de tres semanas para tratar de nuevo la hacienda.

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RAFAELA, ARGENTINA



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