MÓNICA AGNUS

 

 

MANEJO OTOÑO - INVERNAL DE LOS PASTIZALES NATURALES

 

 

La época otoño-invernal es la época crítica en cuanto a la producción de pasto. Es crítica porque a partir del otoño baja la temperatura, se acortan los días, se alteran todas las condiciones que determinan que se produzca forraje.

Es el momento donde tenemos menos tasa de crecimiento por lo tanto las cargas que puede soportar el pastizal son mínimas, rondan de ½ animal a eventualmente 1 animal por hectárea.

Posteriormente durante la primavera se multiplica por 5 y hasta 10 veces la producción de forraje y se podría multiplicar la carga animal, pero los sistemas de producción no tienen la capacidad de multiplicar la cantidad de animales a ese nivel, entonces estas bajas cargas durante la época fría determinan posteriormente, pérdidas muy importantes de forraje. Por este período crítico estamos estimando una pérdida del 65 al 70% de la producción anual de forraje.

¿Hay algún manejo especial para evitar esta pérdida?

Lo que normalmente hace el productor para sobrellevar esta situación del período frío del año, es reservar forraje en épocas más favorables para la producción, primavera, eventualmente o el verano si hay humedad, y ese forraje es transferido hacia el otoño y el invierno. Pero esto tiene un costo importante, porque en todo ese tiempo de transferencia, buena parte del forraje se pierde por descomposición.

Esta sería, si no estamos utilizando nutrientes como por ejemplo fósforo y nitrógeno, la solución de compromiso para sobrellevar este período crítico en cuanto a condiciones ambientales.

Si el otoño es favorable, y hay condiciones favorables para el crecimiento, como humedad y temperaturas entre 12 y 14 grados, lo conveniente es hacer pastoreos dejando remanente de hojas para que esas condiciones favorables permitan que el pasto pueda seguir creciendo.

Y otra situación, al inicio del otoño, es tratar de no entrar con mucha cantidad de pasto seco por que si la situación climática es favorable para la germinación o el macollaje, el forraje muerto lo impediría.

¿Hay alguna técnica de manejo especial para esta situación crítica que usted nos plantea?

En principio, las gramíneas forrajeras de las pasturas y pastizales naturales de la región  pueden crecer a bajas temperaturas de 8 a 9 grados, que son las temperaturas medias del invierno nuestro. La escasa producción forrajera de estos recursos durante los meses fríos del año es, en parte, consecuencia de que no se dispone en el suelo de los  nutrientes imprescindibles para el crecimiento activo de las plantas, particularmente nitrógeno y fósforo.

Por lo que nosotros estamos investigando, en aquellos casos en  que se asegura una adecuada nutrición fosforada para la pastura,  la aplicación estratégica de dosis adecuadas de nitrógeno a mediados de otoño y entre mediados y fines de invierno permite  incrementar significativamente la producción de forraje, obteniéndose tasas de crecimiento   3 a 5 veces más altas que en las pasturas y pastizales carenciados. Como consecuencia, es factible prácticamente duplicar las cargas otoño - invernales con el consecuente efecto favorable al tener más animales en el período crítico, de tener una cosecha más eficiente de la alta producción primavero - estival de los pastizales naturales.

Autor: Ing. Mónica Agnusdei - INTA Balcarce

Fuente: INTA Balcarce

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