Karina Balussi

 

 

 

CRIA DE GUANACOS

 

 

 

 

 

 

      Introducción

 

      La mayor parte de la región patagónica corresponde a ecosistemas  áridos y semiáridos donde las limitantes naturales solamente han  posibilitado modelos de producción extensivos, poco diversificados  que, tradicionalmente se hallan orientados a la producción ovina.

 

      Actualmente, la producción regional atraviesa una profunda crisis, en  parte debida al avance de la desertificación causada por el  sobrepastoreo y, en parte, debida a las fluctuaciones de los  mercados que han disminuido la rentabilidad de las empresas  agropecuarias.

 

      En circunstancias adecuadas, es posible ofrecer una opción de producción alternativa o complementaria a las producciones tradicionales de la región a través de la fauna silvestre,  ya sea por medio de un manejo racional de sus poblaciones o de la cría de algunas especies en condiciones de cautividad o semicautividad.

 

      Estas alternativas permiten reconciliar la necesidad de mejorar la calidad de vida de los  productores rurales con el mantenimiento de los recursos naturales y su sustentabilidad.

      Por otra parte, la valoración de la fauna por intermedio de la población rural permitirá ampliar las perspectivas de sobrevivencia de las especies nativas.

 

      En este sentido, y desde tiempos remotos, el guanaco tuvo una importancia fundamental  para las etnias indígenas que poblaban la Patagonia, que utilizaron la carne para su  alimentación, los cueros para las viviendas y ropas de abrigo, las piedras bezoarias para  medicina y las fibras para costuras.

 

      Además, formó parte de su cultura, siendo protagonista de numerosas creencias y leyendas. Hoy en día, el guanaco tiene cierta importancia para algunas comunidades   locales, especialmente las de áreas marginales, quienes esporádicamente incorporan la  carne a su dieta alimenticia.

 

      Pese a ser una especie muy rústica y adaptada a los más diversos ambientes, sus  poblaciones han ido disminuyendo drásticamente con el correr del tiempo debido  principalmente a la caza irracional y la alteración del hábitat por las actividades  antrópicas.

 

      Aunque el guanaco aún no se encuentra configurado dentro del grupo de especies en extinción, se hace imprescindible diseñar una nueva metodología para su cuidado, porque  las grandes extensiones patagónicas y los escasos recursos de infraestructura impiden  llevar adelante un programa eficiente para controlar las matanzas de estos animales.

 

      Potencial

 

      En la actualidad, la caza del guanaco está permitida sólo como caza deportiva en la provincia de Neuquén, mientras que en Santa Cruz tiene el carácter de caza de control,  previa autorización del organismo que administra el recurso fauna. 

 

      Sin embargo, en la mayoría de las provincias existe una caza furtiva con distintos  propósitos.

      La importancia socioeconómica de esta especie es actualmente pequeña, por una serie de  restricciones de distinta índole (bioecológicas, político-legales, productos-mercado), pero  tiene un gran potencial en la medida que se desarrollen técnicas adecuadas de manejo y  aprovechamiento amparadas por disposiciones legales eficientes.

 

      A ello deben sumarse programas de educación y extensión con las comunidades rurales,  para lograr que éstas consideren el guanaco como una posibilidad concreta de  diversificación pecuaria, que permita el uso sostenible del medio, especialmente en áreas  marginales.

 

      El manejo y aprovechamiento del guanaco en el país es muy incipiente y las aisladas  experiencias desarrolladas hasta el momento no pasaron de la fase experimental, tanto en estado silvestre como en semicautiverio y cautiverio.

 

      Además, en estos esfuerzos generalmente no se tuvieron en cuenta las expectativas de  las comunidades locales y su disposición a participar en las modalidades de manejo que  deseen desarrollar.

 

      Sin embargo, esta especie siempre ha estado incluida en los esquemas de producción de  la región de un modo no ortodoxo, a través de la caza para el aprovechamiento sobre todo  de las crías (chulengos). Así, la sobreexplotación por caza de chulengos y la percepción   popular de que los guanacos son competidores del ganado, provocaron una disminución de  sus poblaciones de tal magnitud que hoy esta especie se encuentra protegida por la legislación, tanto a nivel internacional corno nacional y provincial.

 

      Mercados y comercialización

 

      Juntamente con la vicuña, el guanaco posee las fibras de mayor finura, lo que le da un alto  precio en los mercados internacionales. Los canales de comercialización son poco conocidos (sean legales o no). La inclusión de la especie en el Apéndice 11 de la  Convención Internacional para el Tráfico de Especies Silvestres (CITES) permite su Comercialización, incluso a nivel internacional, pero sujeta a un plan de manejo racional y  planificado. Sin embargo, la legislación para el aprovechamiento de los camélidos  silvestres a nivel nacional es precaria.

 

      La caracterización de los productos del guanaco (pelo, carne y cuero) es insuficiente,  aunque existen evidencias de que al menos el pelo es altamente competitivo por su calidad  y por su precio en el mercado. Existe además una significativa demanda internacional por esta fibra.

 

      Algunos países como Perú han comenzado a desarrollar sistemas de mejoramiento en la  producción de estos camélidos en semicautiverio. A nivel nacional existen iniciativas para  el desarrollo del tema a través de organismos como el Instituto Nacional de Tecnología  Agropecuaria (INTA), el Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas (IADIZA) y  direcciones provinciales de Fauna, pero hasta el momento no existen sistemas de aprovechamiento racional en funcionamiento, ya sea de sus poblaciones naturales o en  cautiverio.

 

      Experiencias de producción

 

      En este sentido, la Estación Experimental Bariloche del INTA está desarrollando dos  experiencias piloto en la provincia de Río Negro. Una, que recién comienza, a la cría de  guanacos en semicautiverio en un campo del INTA, ubicado en las cercanías de la  localidad de Pileaniyeu.

 

      La otra experiencia lleva ya dos años y está enfocada en la captura controlada de  guanacos adultos con el fin de un aprovechamiento integral de la especie por parte de la  población rural de Pilquiniyeu del Limay (ex estancia María Sofía). El objetivo de estas   actividades es desarrollar una producción sostenida y rentable que contribuya al

mejoramiento socioeconómico de las comunidades de la región.

 

      La construcción de la represa hidroeléctrica de Alicurá afectó a 23 familias rurales, que  fueron reubicadas dentro de las 55.000 hectáreas del establecimiento María Sofía (ahora en  manos del Estado provincial). Este hecho planteó la formulación de interrogantes en cuanto  a su inserción productiva.

 

      Faltos de recursos propios y con dificultades para el acceso al crédito, sus posibilidades  de incorporarse a la producción agropecuaria (basada en la cría de ovinos o caprinos) se  vieron notoriamente limitadas.

 

      Desde su inserción en el lugar, los pobladores han recurrido a la caza del guanaco como  una forma de satisfacer sus requerimientos nutricionales mínimos haciendo solamente uso   de su carne y sin obtener beneficio alguno por el cuero o el pelo de estos animales. De  esta manera, la significativa población de guanacos de la región se vio afectada así por la  caza de subsistencia de los pobladores, a lo cual debe sumarse la caza furtiva, la captura  y la muerte de los chulengos y la mortandad de animales con heridas provenientes de un  sistema de caza ineficiente.

 

      Frente a esta situación, y viendo que este recurso faunístico (hoy mal aprovechado) podría convertirse en un elemento más para el desarrollo de esta comunidad rural, el INTA-Bariloche -con la participación de la Dirección de Bosques, Fauna y tierras de Río Negro- elaboró una propuesta basada en el uso integral y racional del recurso (pelo, carne y  cuero). De la propuesta participaron, desde un principio, los pobladores del área, interesados y directos beneficiarios de la misma.

 

      Con este fin se realizaron reuniones de extensión con la comunidad para lograr que estas consideren al guanaco como una posibilidad concreta de diversificación pecuaria que permita el uso sostenido del medio. En 1993 se comenzaron a realizar censos terrestres  de la población de guanacos.

 

     

      Autor: Karina Balussi

 

 

   EL PRESENTE ARTICULO HA SIDO FACILITADO POR: AGROBIT.COM