José
Antonio Pérez
DE
NUCLEOS Y COLMENAS DEBILES Y FUERTES
[ 11-dic-01] -
Precauciones a tomar en cuenta.
Creación de núcleos
En está época de la
temporada, el apicultor se encuentra en plena tarea
en el colmenar, y de
acuerdo a los objetivos determinados previamente,
se encuentra realizando
los mismos.
De tal manera, y una vez
estabilizadas convenientemente las cámaras
de cría, entre otras
tareas, se encuentra preparando núcleos, tanto
como para ampliar su
colmenar, como para la venta de los mismos.
Habitualmente se realizan
de 4 panales, conformados con una reina
nueva, en postura, cría
de todas las edades, abejas adheridas en los
panales y suficiente miel
y polen. Generalmente los núcleos que tienen
como destino para la
ampliación del colmenar, se realizan en colmenas
para formación de
núcleos, que son del mismo material y tipo de las
colmenas convencionales,
pero más pequeñas en lo que respecta a la
capacidad de panales.
Cuando los núcleos se
preparan para la venta, y con el fin de ganar
tiempo, se hacen
directamente en las jaulas de transporte, construidas
en chapadur, teniendo la
adecuada ventilación, tanto en el frente y el
fondo de la jaula, como
también en la tapa, la cual dispone de una malla
metálica, y por donde,
llegado el caso, se le puede suministrar durante
el encierro de las
abejas, agua con miel o azúcar.
Todo lo expresado hasta
aquí, es sabido en mayor o menor medida por
el apicultor, pero es conveniente
tener en cuenta lo siguiente: debido al
tiempo inestable que, en
cierta forma se está padeciendo, es muy
importante tomar los
recaudos necesarios a fin de evitar hambre y
mortandad en los núcleos,
ya que los mismos, aún no desarrollados, no
dejan de ser colmenas
débiles.
Por tal motivo, hay dos
puntos a los cuales el apicultor no debe dejar
pasar: controlar
permanentemente la alimentación, tanto miel como
polen, y evitar el
desequilibrio a nivel temperatura, a fin de no tener
mortandad, tanto en las
crías como en las abejas adultas, y para
aquellos núcleos que son
para la venta, asesorar convenientemente a
sus clientes al respecto,
para evitar futuros contratiempos.
Colmenas débiles y
fuertes
Hablando sobre
organización y práctica en el manejo del colmenar, un
tema al cual el apicultor
no debe dejar de atender, es evitar por todos los
medios, el tener colmenas
débiles durante la temporada, a sabiendas
que con el correr del
tiempo, solo le provocará perjuicios y pérdida de
tiempo.
La referencia es a tener
y mantener colmenas que, en temporada, no
logran desarrollarse al
nivel de colmenas de producción, quedando por
distintas causas, únicamente como cámaras de cría.
Todo comienza cuando el
apicultor saca a sus colmenas de la
invernada; en esa
revisación, seguramente encuentra colmenas que
invernaron muy bien,
otras bien y otras regular.
A partir de esa primera
revisación, el apicultor intenta, entre otras
tareas, ir recuperando
paulatinamente, aquellas colmenas que no han
salido bien de la
invernada. Para ello, trata de ir cubriendo las carencias
de las mismas, ya sea a
nivel de población como de alimento, para lo
cual recurre a las
colmenas, que ya a esa altura de la temporada, se
encuentran bien
desarrolladas, y en principio no les afecta
mayormente, que les
saquen población y miel.
Es en este punto donde el
apicultor debe marcarse un lapso de tiempo
límite para atender este tipo de colmenas; pues si aprecia que
después
de toda la ayuda que les
brindó, las mismas no han conseguido
recuperarse y
desarrollarse, es el momento de tomar una decisión
definitiva.
Y esta decisión está
referida a la desaparición de estas colmenas, por
medio de la fusión de las
mismas, ya que no tiene sentido seguir
atendiendo estas
colonias, que para lo único que sirven, es para
demorar el trabajo del
apicultor en el resto del colmenar.
En la práctica, el
apicultor está perdiendo colmenas, porque con este
sistema reduce su
colmenar; pero cabe aclarar que lo que está
haciendo es depurarlo,
porque si el apicultor mantiene este tipo de
colmenas, alas cuales no
podrá extraerles producción, cuando llegue el
momento de invernarlas,
es muy probable, que las mismas no lleguen
con vida a la próxima
primavera, con el agravante que, por su escasa
población, sean campo de
cultivo, tanto para las enfermedades como
para las polillas de la
cera.
En cambio, con el simple
hecho de fusionarlas, promediando la
temporada, el apicultor
aprovecha las abejas de esas colmenas y no
permite que los panales, al
darle utilidad, sean atacados por las polillas
y teniendo colmenas
fuertes, a corto plazo, recuperará aquellas que
fusionó, haciendo
divisiones o núcleos fortalecidos, utilizando el material
que en su momento desactivó.
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Autor
José Antonio Pérez
Columnista
Todomiel.com.ar
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