E-CAMPO
EL
ROL DEL ESTADO EN MATERIA DE COBERTURAS CLIMÁTICAS
[ 9-ago-01] - El sector agropecuario creció
significativamente como
consecuencia de un aumento de la superficie
sembrada y también de
los rendimientos por hectárea.
La producción argentina oscila actualmente, en
alrededor de 25 millones
de hectáreas sembradas y una producción de 60
millones de toneladas.
El aumento de los rendimientos es consecuencia
de una mayor
incorporación de insumos y tecnología que
involucraron necesariamente
el aumento de los costos. Actualmente, se
necesita más que capital en
juego y por lo tanto el riesgo de los
productores es creciente.
Esta dualidad entre el aumento del capital
invertido y el aumento de
rindes y productividad, necesita ser
contrarrestada con cobertura de
riesgos para que los esfuerzos realizados no
se diluyan en pobres
resultados económicos.
La situación de los seguros privados
De las 25 millones de hectáreas mencionadas,
las aseguradas no llegan
a 3 millones. Los seguros
agrícolas que ofrecen las compañías
concentran básicamente su atención en la
cobertura de las pérdidas
provocadas por el granizo.
Los seguros multiriesgo, que cubren pérdidas
de producción
ocasionadas por numerosos eventos climáticos
se desarrollaron recién
estos últimos años, así como otras formas de
aseguramiento a través
de los
proveedores de insumos.
La seguridad de los 400.000 productores
argentinos se asienta en las
cosechas que esperan producir. Ciertamente el
fracaso de una cosecha
es una situación muy difícil de superar, de
allí que resulta paradójico la
baja predisposición a la adquisición de los
productos disponibles en
materia de seguros.
En consecuencia, es justificada la inquietud
del gobierno nacional y de
los gobiernos provinciales, de ampliar el
mercado de cobertura contra
fenómenos climáticos, para otorgar una red de
seguridad al sistema
productivo. Enfrentamos el momento de la
redefinición de las
responsabilidades públicas y privadas para una
protección integral,
eficiente y eficaz de los productores
agropecuarios.
Para avanzar en este camino, es indispensable
disponer de un correcto
diagnóstico de las restricciones actuales para
el desarrollo del mercado
asegurador, como asimismo revisar los
criterios de la ley de emergencia
actual vigente para situaciones de pérdidas
climáticas.
La Ley debe, a través de su aplicación,
proteger las pérdidas severas y
favorecer la toma de seguros individuales y
privados por parte por parte
del productor, para que entre ambos se
potencien en sus efectos.
La Ley de Emergencia Agropecuaria actual (Nº
22.913) reconoce en
emergencia al productor cuando su producción o
capacidad productiva
está afectada en un 50% y en desastre cuando
el grado de afección es
del 80%.
El objetivo de la ley es concurrir a la ayuda
de los productores que han
sufrido contingencias naturales para normalizar
la producción y
posibilitar la recuperación económica de las
explotaciones.
Con este fin contempla la adopción de una
serie de medidas en materia
crediticia, en el orden impositivo y prevé la
reparación y construcción de
obras públicas afectadas por fenómenos
naturales.
Si bien estas acciones representan un esfuerzo
en magnitud para las
cuentas públicas de la nación y las provincias,
a los efectos de las
cuentas de los productores son paliativos
menores ante la gravedad de
ciertos acontecimientos. Esto ha provocado una
revisión de los criterios
de la ley para acortar la brecha entre las
necesidades de los
productores y los beneficios que ésta otorga.
En Argentina hay situaciones provocadas, por
ejemplo por "El Niño" que
justifican plenamente la existencia de un plan
de gobierno para estos
eventos. En la mayoría de los países que
tienen un sector agropecuario
relevante, las emergencias ocasionadas por
fenómenos impredecibles y
generalizada tienen respuestas por parte de
sus gobiernos.
Éstos garantizan en principio una
indemnización básica en función de
las pérdidas reales de producción, convencidos
de que el productor debe
contar con indemnizaciones para superar los
problemas financieros. La
Organización mundial del Comercio (OMC) admite
una protección a los
ingresos
de los productores, la Ronda de Uruguay pone especial
énfasis
en garantizarlos y se inclina en que debe existir una asistencia
en el caso de catástrofes.
En tono con este pronunciamiento la Unión
Europea actúa en ese
sentido a través de diferentes mecanismos de
seguros de catástrofe.
Los mismo hacen Estados Unidos, Canadá y
algunos países
latinoamericanos, mientras que en Argentina no
se están usando
ninguna de estas herramientas.
Modificar en ese sentido,
ésta situación en nuestro país requiere
conocer los niveles de exposición al riesgo de
cada producción,
identificar los rangos de variabilidad de la
misma, promover los
instrumentos de coberturas adecuados, en
definitiva, diagnosticar para
incidir con políticas activas.
Tenemos la firme voluntad de avanzar, para
contar con reglas claras
respecto de cuánto y cómo serán compensados
los productores.
La secretaría de agricultura, ganadería, Pesca
y Alimentación y el
Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria están realizando estudios
en forma conjunta con el
propósito de evaluar estrategias para brindar
mayor protección.
El propósito final, es llegar a la elaboración
de un programa
gubernamental para las pérdidas de origen
climático que podría ponerse
a disposición de los productores en el próximo
año, basado en la
cobertura de muchos riesgos generalizados e
imprevisibles y de esta
manera abrirá las puertas para una ampliación
significativa en la oferta
de seguros privados a costos accesibles.
La Argentina tiene un fuerte potencial y
perspectivas promisorias para el
desarrollo de coberturas amplias: Nuestros
siguientes pasos son
respaldar la generación de información en
calidad y cantidad y lograr un
marco de consenso con las organizaciones
gremiales de los
productores, los proveedores de insumos
físicos y financieros, los
acopiadores y la cadena de compras, las
compañías aseguradoras y
reaseguradoras, los gobiernos provinciales,
los organismos técnicos y el
Gobierno nacional en su conjunto.
Somos conscientes que estos dos aspectos son
los principales puntos
que debemos focalizar si queremos hacer más
eficiente el uso de los
recursos financieros disponibles, para que la
mayor porción de los
mismos llegue a manos de los productores.
Extraído de "Seguros Agropecuarios y
Mercado de Futuros y Opciones",
Publicación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Pesca y
Alimentación, la Oficina de Riesgos
Agropecuarios y el Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria.
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