Otto
Solbrig
LA
AGRICULTURA DEL FUTURO.
ENTRE
LA PRODUCTIVIDAD Y LA CONSERVACION.
[ 13-dic-01] - Una ley
natural importante para entender el
comportamiento de
especies naturales indica que todos los organismos
en presencia de recursos
no utilizados pueden crecer a una tasa
exponencial, que si bien
varía de especie a especie -una bacteria crece
a una tasa mucho mayor
que un elefante, hace que en muy poco tiempo
el organismo ocupe todo
el espacio y los recursos disponibles. De allí
en adelante, su
crecimiento será estable siempre y cuando los recursos
de los cuales dispone se
mantengan estables.
Así, por ejemplo, los
ganaderos saben que un campo tiene una cierta
capacidad de carga, y si cargan
demasiados animales, éstos no
engordarán por falta de
alimentos.
Una consecuencia que nos
atañe mucho es una conocida ley: en la
naturaleza hay límites al
número de individuos que se pueden
mantener con un cierto
nivel de recursos.
Cuando éstos aumentan,
años de buenas lluvias y buen sol, aumentan
los pastos y la vida
silvestre. Años malos, de seca, o frío, disminuyen
los pastos, y también la vida silvestre.
En otras palabras, los
recursos fijan límites al número de plantas y
animales que pueden
habitar este planeta, y porque todos tienen la
habilidad de crecer a una
tasa muy rápida, los recursos siempre están
utilizados, y como varían
de año en año y de lugar en lugar, la densidad
de organismos también
varía de lugar a lugar y con el tiempo.
Agua, Luz y Nutrientes
Los recursos que utilizan
las plantas y los animales son muchos, pero
se pueden reducir a tres
principales: luz solar, agua, y nutrientes
minerales, principalmente
carbono, nitrógeno, fósforo, potasio, y calcio.
Las plantas convierten la
energía solar en energía química a través de la
fotosíntesis, y el resto
de los organismos no fotosintetizantes (bacterias,
hongos y animales), a su vez, obtienen sus recursos
directa o
indirectamente de las
plantas.
Todos los organismos
compiten por estos recursos, y los más eficientes
en apoderarse de ellos
son los que triunfan y se reproducen: sólo un
muy pequeño número de
individuos sobreviven hasta reproducirse,
mientras que la gran
mayoría perece en la lucha por estos recursos.
¿Que decía Malthus?
El primer pensador que
elaboró estas ideas fue el fundador de la ciencia
de la demografía, el
economista y matemático inglés Tomás
Malthusen un célebre
tratado sobre el crecimiento de las poblaciones
humanas aparecido en
1798.
Malthus estaba preocupado
porque notó que la población de Gran
Bretaña -que se había
mantenido más o menos estática por más de
trescientos años- había empezado a crecer en la
segunda mitad
del siglo dieciocho a
tasas nunca vistas con anterioridad.
Esto preocupaba a
Malthus, pues aplicando el modelo animal
preveía que eventualmente no habría suficiente alimento
para todos, y
que la población humana,
al igual que la población animal, en tales
circunstancias se vería
controlada por falta de alimentos.
En otras palabras, Malthus vaticinaba que los más
pobres y sus
hijos se iban a morir de
hambre. Para evitar esa catástrofe, Malthus
recomendaba el control de
la natalidad.
Como todos sabemos las
predicciones de Malthus no se
cumplieron. El siglo XIX
fue un siglo de expansión en Gran Bretaña, y a
pesar de un incremento
enorme de la población inglesa ésta ni se
empobreció ni se murió de
hambre. Al contrario en promedio aumentó
significativamente el
ingreso y mejoró sensiblemente la nutrición. Y con
el correr de los años el
número de hijos por pareja fue decreciendo hasta
llegar a más o menos dos
por pareja hoy en día, al igual que la
mortalidad infantil que
bajó de alrededor del 100 por mil hasta llegar hoy
en día a alrededor de
tres por mil. Hoy en día la población inglesa ya no
crece, está en equilibrio
porque la natalidad y la mortalidad pre
reproductiva están en
equilibrio. Y lo mismo ocurre en Europa, en
Estados Unidos y Canadá,
y en Japón. En muchos otros países entre
los cuales se cuenta
Argentina, Uruguay y Chile la natalidad, al igual
que la mortalidad pre
reproductiva, también han decrecido y están
encaminándose hacia una
situación de equilibrio. Y aún en países con
muy alto crecimiento,
vemos la misma tendencia: una disminución de la
natalidad y de la
mortalidad pre reproductiva encaminada a un eventual
equilibrio.
Este fenómeno es netamente humano: no hemos
detectado
ningún proceso similar en
poblaciones animales.
O sea, los humanos han
controlado la tendencia natural a crecer
exponencialmente, pero
ese equilibrio está empezando a ocurrir con
una población que es diez
veces el tamaño de hace 250 años.
¿Qué está ocurriendo?
¿Quiere decir esto que la
especie humana no necesita obedecer las
leyes de la naturaleza y
que podemos crecer sin preocuparnos?.
Claro que no.
La especie humana obedece
todas las leyes de la naturaleza. Lo que
quiere decir es que el
ser humano ha tenido hasta ahora la
capacidad de aumentar los
recursos que lo mantienen, recursos que
ha obtenido quitándolos a
otras especies, que han decrecido en
número. Grandes bosques
con sus árboles y su fauna han desaparecido
en Europa, en Norte
América, en Japón, pero también en Borneo, en
Indonesia, en la India,
en China, en África, y cada día más en
Sudamérica.
La vida es posible en
este planeta porque recibimos todos los días
energía del sol, que es
convertida por las plantas verdes en biomasa
vegetal que a su vez
alimenta al reino animal incluido el ser humano.
Los seres humanos se han
apropiado de alrededor del 40% de la
superficie terrestre para
su beneficio, dedicándola a cultivos y praderas
naturales y artificiales,
donde pastan los animales domésticos que
finalmente son consumidos
por nosotros ya sea como leche, carne,
lana, etc.
Y es ese proceso de
apropiación de los recursos del planeta, más
el uso de energía fósil lo que ha hecho posible que las
predicciones de Malthus
no se cumplieran. La clave en este
proceso es la capacidad
inventiva del ser humano que se refleja
en su tecnología.
El Rol de la Tecnología
En la época de Malthus
los arados de una reja eran tirados por bueyes o
caballos. Gran parte del
abono usado era estiércol, los rendimientos
eran bajísimos comparados a los actuales. La cosecha también
era
manual con guadaña, como
la trilla.
Nuevas máquinas, el uso
de energía fósil reemplazando a la tracción
animal, el uso de agroquímicos
y todo el "arsenal" agrotecnológico, ha
hecho posible el aumento
de la población en más de diez veces desde
la época de Malthus,
reduciendo la desnutrición y aumentando en
promedio el nivel de vida
y y la expectativa de vida de la población
humana.
Ello no quiere decir que
estos beneficios estén bien distribuidos:
no lo están para nada, y
la falta de equidad es problema número
uno en el mundo, pero eso
es otro capítulo.
La tecnología, y sobre
todo la tecnología agrícola, ha sido entonces la
razón de que las
predicciones de Malthus no se hayan cumplido hasta
ahora.
Pero estos avances no han
ocurrido sin un costo. Ya he
mencionado la pérdida de
grandes áreas de vegetación natural:
bosques, praderas, y
sabanas; también el suelo está amenazado.
Se calcula que alrededor
del 20% de la superficie agrícola está
erosionada, en parte al
extremo de haber sido abandonada.
Las pérdidas económicas
de la erosión de los suelos se calculan en mil
millones de dólares
anuales en los Estados Unidos y el Ing. Casas
estima para la Argentina
una pérdida anual de cerca de cien millones de
dólares.
Además el uso
generalizado de agroquímicos está contaminando
acuíferos y los
suministros de agua para las poblaciones humanas.
Asimismo, el uso masivo
de combustibles fósiles está aumentando el
dióxido de carbono en el aire, lo que está produciendo cambios
climáticos con
consecuencias serias para las sociedades humanas.
En los próximos cincuenta
años la población, que hoy supera los seis
mil millones de personas, va a aumentar en un 50%, o sea
hacia el
2050, habrá
aproximadamente nueve mil millones de personas si
no ocurre algún evento
catastrófico, como por ejemplo una epidemia
nueva como la del SIDA.
Si vamos a alimentar a
ese número de personas habrá que aumentar la
producción de alimentos;
ello significa aumentar los insumos
tecnológicos, lo que
inevitablemente afectará el medio ambiente.
La Trampa de Malthus
Hemos superado-por lo
menos temporariamente-la predicción de
Malthus usando nuestro
ingenio y creando tecnología, sólo para caer en
otra trampa: la destrucción del medio ambiente
para apoderarnos
de una proporción cada
vez mayor de energía solar lo que está
empezando a afectar los
procesos naturales de reciclaje de nutrientes y
descomposición de
productos, de captura del dióxido carbónico del aire,
de creación y manutención
de suelos, etc. que son necesarios para la
existencia de las
poblaciones humanas.
El Dilema
Si reducimos la
tecnología y revertimos a un mundo agrícola más
benigno para el medio
ambiente, resolvemos un problema, pero
aumentamos la
desnutrición y la mortalidad infantil, o sea creamos las
condiciones para que se
cumpla la predicción de Malthus.
Si seguimos produciendo
como lo estamos haciendo y aumentamos los
insumos químicos y el uso
de energía fósil, arriesgamos crear en el
futuro una situación tan
mala o peor que la anterior.
Revolución Verde y
Precios Agrícolas
El enorme éxito de las
tecnologías agrícolas de la revolución verde han
hecho posible que la producción agrícola a nivel
mundial haya crecido a
una tasa mayor que la
población humana durante los últimos cuarenta
años.
Ello ha ocasionado una
reducción de los precios agrícolas, lo que
ha favorecido a los
pobres que han tenido más acceso a alimentos
baratos, pero ha sido
desastroso para los productores, sobre todo
los pequeños en países sin
subsidios.
¿Qué pasará en el futuro?
Podemos imaginarnos
varios escenarios, todos con implicancias
importantes para la
Argentina.
Primer Escenario
Un primer escenario es la continuación de la situación de los
últimos
cuarenta años.
Las nuevas tecnologías,
sobre todo la biotecnología, permiten mantener
el crecimiento agrícola
al mismo nivel que el crecimiento demográfico.
Como la tasa de
crecimiento de la población está bajando y estará
cerca de cero hacia
mediados de siglo, el crecimiento en rendimientos
mientras se mantenga
positivo no necesita ser muy grande,
exceptuando los próximos
diez años.
La gran incógnita es cuál
va a ser el impacto ambiental de un aumento
de la producción de 50%
en los próximos cincuenta años. Si ese
impacto no es mucho mayor
de lo que estamos observando hoy en día,
este escenario resolvería
el problema alimenticio. Si, por el contrario, el
impacto ambiental es muy
grande esta estrategia sería insostenible.
Este escenario es, a mi
parecer, el más probable.
Escenario Opuesto
El escenario opuesto
sería el abandono de la agricultura de altos
insumos por una
agricultura "verde",menos productiva pero
conservadora de recursos.
Esta estrategia crearía serios problemas de
malnutrición y de hambre
en países de África, sur y centro de Asia, y
América latina. Este escenario también es insostenible por
razones
sociales ya que no creo
que el mundo se abstuviera de ayudar a
pueblos sufriendo de
hambre. Por eso creo que este escenario es el
menos probable.
Escenario
"Mixto"
Una tercera posibilidad
es un escenario mixto. Ciertas regiones del
planeta producen granos y
oleaginosas con tecnologías de altos
insumos, mientras que otras producen alimentos "verdes"
con menor
rendimiento pero -con la
aureola de que son de mejor calidad- obtienen
mejor precio. Esto ya
está ocurriendo en los Estados Unidos. La mayor
parte de la producción de granos y oleaginosas es
producida con
tecnologías de altos
insumos, pero un sector, sobre todo en ciertos
rubros como frutas,
verduras, pollos y leche, ya produce con lo que se
denomina tecnologías
"orgánicas",o sea con un mínimo de
agroquímicos.
Europa también tiene un
sector "orgánico" fuerte, aunque también un
sector de altos insumos,
tan es así, que es la zona del mundo que
más agroquímicos por
hectárea emplea.
Mi opinión es que este es
un equilibrio muy inestable.
La tendencia natural de
los productores orgánicos es aumentar o por lo
menos mantener los
rendimientos. Cuando aparecen nuevas plagas, o
no pueden controlar una
conocida, piden y obtienen excepciones
para utilizar
agroquímicos. Poco a poco se van a ir acercando a
los productores de altos
insumos.
A su vez, la presión del
mercado y de la sociedad para reducir el uso de
agroquímicos, y la
tendencia de los productores de altos insumos a
reducir el uso de químicos será la de tratar de
captar parte del
sobreprecio obtenido por
los productores orgánicos.
Y en esa línea de
pensamiento opino que vamos a ver una tendencia
a la convergencia, y el equilibrio al que se llegue dependerá
del
producto: los mercados de
productos de consumo directo, como son
frutas, verduras, leche y
derivados y carne tenderán a ser cada vez más
orgánicos, mientras que aquellos que se venden a
granel -los que
denominamos commodities
agrícolas- y que se industrializan en su
mayor parte, serán
producidos con las tecnologías que lleven a los
rendimientos más elevados.
¿Qué actitud debería
adoptar el productor argentino?
De estas tres
alternativas ¿Cuál es la que más le conviene?.
Creo que el productor
argentino ya se ha jugado por la tecnología de
altos insumos, por lo
menos en el rubro de granos y oleaginosas. Pero
como no es subsidiado,
aún utiliza relativamente pocos insumos
comparado con Europa o
los Estados Unidos. Bien manejado, ésta es
una ventaja comparativa
que debería aprovechar: la imagen de la
pampa llena de vaquitas
comiendo alfalfa es una imagen que
hay que vender.
En el área de carnes y lácteos, una vez que superen
para siempre la
cuestión de la aftosa,
deberían producir usando técnicas "orgánicas"
como lo han hecho durante
más de un siglo si es que quieren captar el
mercado Europeo y
Norteamericano.
En el ramo de commodities
agrícolas -soja, trigo y maíz-la mejor
estrategia es la actual:
aumentar los rendimientos pero protegiendo al
máximo el suelo.
En resumen, enfrentamos
como siempre un futuro incierto.
Debemos hacer todo el
esfuerzo posible para reducir el daño ambiental
de la agricultura, porque
es una espada de Damocles colgando encima
del mundo, y además,
porque es un buen negocio.
Producir con menos
impacto ambiental mantendrá para nosotros y
nuestros hijos los
servicios ecológicos del medio ambiente, mantendrá
la capacidad productiva
de la tierra, y posiblemente también llevará a
mejores precios.
Ponencia presentada en el
marco del 9º Congreso AAPRESID
Autor
Doctor Otto Solbrig
Director
Centro David Rockefeller
- Universidad de Harvard
Revista Agrovisión Nº 49
EL PRESENTE ARTICULO HA SIDO FACILITADO POR: E-CAMPO.COM