Abelino Pitty

 

 

 

EVITE PROBLEMAS CON LA SEQUIA, USE LABRANZA DE CONSERVACION

 

 

                            Sí, los agricultores pueden evitar los daños de la sequía. Ellos tienen en sus manos parte de la solución, ésta consiste en cambiar el sistema tradicional de preparación del suelo para la siembra. La mayoría de los agricultores aran y rastrean el suelo antes de sembrar. Necesitamos cambiar a sistemas que reducen o no usan arados ni rastras. Estos son los sistemas de labranza de conservación, no remueven el suelo y la siembra se hace directamente sin prepararlo.

                            El problema de la sequía lo vemos todos los años en las noticias, pero no buscamos la solución al problema. Es cierto Que los agricultores no pueden hacer que llueva. Sin embargo, si pueden hacer cambios en sus sistemas de producción, que ayuden a conservar el agua.

 

                            Está comprobado que sembrar sin preparar el suelo tiene más benéficos que preparar el suelo antes de sembrar. Entre las ventajas que tiene están:

 

                                Se reduce la pérdida de suelo por la erosión que causa el agua y el viento.

                                 Se reducen los gastos de maquinaria y combustible, pues se evita el arar y rastrear.

                                 Se reduce el tiempo de espera para sembrar, ya que cuando llueve no hay que esperar tanto tiempo                                 para entrar a sembrar

                                 Mayor producción de maíz en años, especialmente en los años muy secos.

                                 Se reducen los problemas de acame del maíz cuando hay viento. En labranza de conservación las                                    plantas  están mejor ancladas al suelo y no se vuelcan con el viento.

                           

 

                            ¿Por qué penetra más agua en suelos bajo labranza de conservación?

                            En suelos bajo labranza de conservación existen más huecos, llamados poros y macroporos, los cuales aceleran y  aumentan la entrada del agua al subsuelo. Las raíces del cultivo y de las malezas dejan estos huecos cuando mueren y se descomponen. Además hay huecos que deja la lombriz de tierra, la cual es más abundante en suelos bajo                            labranza de conservación. Cuando llueve, el agua penetra rápidamente por estos huecos y hay más penetración y                            acumulación del agua porque tiene menos tiempo para escurrirse sobre el suelo y salir de la parcela.

 

                            En suelos arados y rastreados los huecos son destruidos con los implementos de labranza y el suelo queda homogéneo y pulverizado. Cuando llueve el agua penetra más lento y la capa superior del suelo se satura                            rápidamente; al saturase el agua ya no penetra y se escurre sobre la superficie. El agua que sale de la parcela no es                            de ayuda para el cultivo y además reduce la fertilidad porque arrastra partículas de suelo.

 

                            Los rastrojos del cultivo anterior y de las malezas que quedan sobre la superficie, ayudan a reducir la velocidad del agua lluvia que escurre sobre el suelo. Esto permite que el agua tenga más tiempo de penetrar por los huecos, además la reducción de la velocidad del agua también reduce el arrastre de las partículas de suelo. Los rastrojos                            también protegen el suelo del impacto de las gotas de lluvia. Las gotas de lluvias que caen sobre el suelo sin                            cobertura van aflojando las partículas de suelo, pero esto no es tan fuerte si la gota de agua cae primero en un  pedazo de rastrojo y después cae al suelo.

 

                            En Zamorano hemos determinado que el contenido de humedad en labranza de conservación es 15-20% mayor que en labranza convencional. Esta diferencia hace que las plantas no sufran cuando hay sequías. En muchos otros lugares se han encontrado diferencias similares.

 

                            ¿Por qué se pierde menos agua en suelos bajo labranza de conservación?

                            Los suelos bajo labranza de conservación no solamente retienen más agua, también pierden menos agua. Esto se  debe a los rastrojos que quedan sobre el suelo y no se incorporan. Los rastrojos que quedan sobre la superficie ayudan a que el suelo se caliente menos que los suelos sin rastrojos, pues reducen la radiación solar que llega                            directamente al suelo. Esto reduce la pérdida de agua por evaporación. Además los rastrojos que quedan parados o                             verticales son muy efectivos para reducir la velocidad del viento sobre el suelo, ésto reduce la velocidad con que se                             evapora el agua.

 

                            Definitivamente existe más agua en suelos bajo labranza de conservación ya que ésta permanece en la parcela y se  conserva más. Por lo tanto, las plantas no muestran síntomas de sequía en los períodos de canícula, no sufre y no se  reduce el rendimiento.

 

                            

                            Ventajas de la labranza de conservación en la producción de maíz

                            En el trópico seco centroamericano es común tener una canícula todos los años, que se presenta en julio o agosto. La intensidad y la duración es muy variable de año a año y entre localidades. Si la canícula es fuerte, se reduce el  crecimiento y el rendimiento del maíz. Esto es mucho más marcado si coincide con la floración del maíz. Las fotos 1 y 2 fueron tomadas en El Zamorano en un año de canícula y se observa el daño al maíz causado por la sequía; las hojas se enrollan y no hay buena polinización debido a la falta de agua.

 

                            En experimentos en Zamorano se comparó la labranza cero y la labranza convencional en lotes establecidos a la par  (Figura 2). En este año en que se tomó la foto, la canícula coincidió con la polinización del maíz y hubo 20% menos de producción en el maíz bajo labranza convencional, comparado con el maíz en labranza cero. La diferencia se debió a  que el maíz en labranza cero no sufrió por la sequía, porque había suficiente agua en el suelo.

 

                            En Honduras el cogollero es de las plagas más temidas en el maíz. En Zamorano el ataque del cogollero es 15% menor en labranza de conservación. Esto se debe a que en labranza cero hay más arañas, hormigas y otros insectos que comen o parasitan las larvas o huevos del cogollero. El hecho de no remover el suelo no destruye los nidos de hormigas y los rastrojos crean refugios para algunos insectos como hormigas, avispas, tijerillas y otros insectos que son enemigos naturales del cogollero.

 

                            La gallina ciega es una plaga del maíz que es menos problemática en suelos bajo labranza de conservación. Nuestros datos generados en Zamorano indican que después del cuarto año de haber cambiado de labranza convencional a labranza de conservación, los daños por gallina ciega son menores. Esto se debe a que en el suelo llegan y se  establecen algunos enemigos naturales de esta plaga. Los enemigos naturales pueden ser hormigas, otros insectos, hongos o bacterias.

 

                            En Honduras tenemos personas pioneras en labranza de conservación, las cuales están satisfechas con los resultados. Los hermanos Julio y Marvin Aparicio (de la localidad del Virrey) hace años han cambiado todo su

                            sistema de labranza convencional a labranza de conservación y manifiestan su apoyo total a este sistema. Don Pepe Lobo Sosa es el pionero de Olancho y tiene varios años de estar sembrando maíz bajo labranza de conservación. Don Ramón Lobo y su hijo Jorge Lobo, de Bonito Oriental, son otros de los pioneros que trabajan sus tierras bajo labranza de conservación y están totalmente apegados al sistema. Todos estos pioneros manifiestan que las ventajas son más que las desventajas y están convencidos que el sistema de labranza de conservación es mejor que la

labranza convencional.

 

                            Señores agricultores, ya es hora de ganarle la batalla a la sequía, hay que cambiar labranza convencional a labranza de conservación. Protejamos el suelo, reduzcamos los problemas con plagas y combatamos la sequía.

                            Para mayor información puede contactar a Dr. Abelino Pitty, Zamorano, Carrera de Ciencia y Producción  Agropecuaria, División de Protección Vegetal, teléfono 776-6140 ext. 2363, correo electrónico                            apitty@zamorano.edu.hn

 

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