MUJER Y PATRIMONIO NATURAL

ANGELES BUIL BARRABES. Lda. en Pedagogía. Post-grado en Gestión de Desarrollo Rural.
MARIA MENDOZA ANIES. Lda. en Geografía. Post-grado en Gestión de Desarrollo Rural.
MONICA PLANA NACENTA. Lda. en Filología inglesa . Post- grado en Gestión de Desarrollo Rural.
CRISTINA YUSTA RODRIGO. Lda. en Geografía. Post-grado en Gestión de Desarrollo rural.


Resumen: 

A principíos del siglo XX se inicia un proceso de emigración en los pueblos de Aragón que llegará a su punto culminante en los años cincuenta y sesenta. Las mujeres también comienzan a abandonar sus pueblos en busca de un medio de vida mejor que el que les depara su lugar de nacimiento. Su trabajo estaba relacionado generalmente con el servicio doméstico ("ir a servir"); las que permanecían en el pueblo era con vistas al matrimonio y a la conservación de la casa aragonesa.

Las consecuencias de esa emigración las sufre la sociedad rural actual (despoblamiento, envejecimiento de la población, bajo índice de natalidad...) pero los movimientos migratorios no han cesado y ahora afectan a la población joven, y muy especialmente a las mujeres que ven difícil su inserción en el mundo laboral en el medio rural.

Hoy en día la función de la mujer está en proceso de cambio: de usufructuaria a empresaria, con apoyo de diferentes instituciones a través de programas como LEADER, NOW...

 

PALABRAS CLAVE: Despoblamiento, masculinización, ayuda familiar, casa aragonesa.

 

INTRODUCCION

 

El despoblamiento es el problema más grave al que se enfrenta actualmente el medio rural. El patrimonio natural y cultural son las principales potencialidades de este territorio. Para su conservación, sin embargo, es necesario fijar población; hombres y mujeres en proporciones equilibradas.

En las últimas décadas se ha producido un abandono masivo de los pueblos, debido entre otros factores al desarrollo industrial, a la mecanización del campo, a la mundialización de las políticas agrarias... Todo ello ha desmembrado la otrora célula básica de la organizacipón económica y social de nuestra Comunidad Autónoma, la Casa aragonesa . A consecuencia de ésto las funciones de hombres y mujeres han cambiado sustancialmente.

Actualmente en Aragón algunas mujeres continúan participando activamente en el desarrollo del medio rural ayudadas por diferentes organismos que contribuyen a su capacitación. Pero no podemos pasar por alto que esta actitud es minoritaria, pues la realidad nos muestra que las mujeres continúan abandonando en mayor medida el medio rural, con las graves consecuencias que ésto trae consigo: despoblamiento, masculinización y envejecimiento de la población...

Este éxodo cada vez se produce a una edad más temprana, debido a la falta de centros de enseñanza en los núcleos rurales, a las deficiencias en los servicios públicos y a la falta de oportunidades laborales en el medio rural. Este problema, que afecta fundamentalmente a la población femenina, nos obliga a un tratamiento diferencial, puesto que la situación de partida, perspectivas y necesidades son claramente desiguales.

Llegados a este punto lanzamos una primera reflexión: no podemos olvidar que es un sinsentido hablar de conservación del patrimonio natural y cultural si la población desaparece.

 

I. LA EVOLUCION DE LA ESTRUCTURA FAMILIAR

Durante siglos la institución básica de organización social y laboral había sido la casa , especialmente en el Alto Pirineo, donde se conservaba con bastante pujanza. La casa era una comunidad de vida y de trabajo, de mutua colaboración y apoyo, con una fundamental meta laboral y económica representada por la conjunta explotación del patrimonio familiar, generalmente constituído por tierras y ganados, base de la propia economía primitiva aragonesa (y aún hoy de determinadas zonas pirenaicas).

La mujer tenía unas funciones claramente definidas dentro de esa estructura familiar y económica, que iban desde las estrictamente domésticas a otras más dispares como cardar lana, hilar, etc, pasando por trabajos de colaboración en las labores agroganaderas.

Aunque anteriormente se habían producido ya pequeños flujos migratorios, a partir de los años cincuenta las zonas rurales vieron cómo se transformaban bruscamente sus estructuras sociales y evolucionaban sus prácticas laborales. Se produjeron dos procesos paralelos y complementarios: por una parte el incipiente proceso de industrialización en el que el país se encontraba demandaba continuamente mano de obra en las ciudades, y por otra parte en el campo se prescindía de ella al mecanizarse, permitiendo así el desarrollo de una agricultura intensiva y pasar a una economía de mercado.

El movimiento migratorio lógico al que dio lugar esta situación en los años sesenta redujo drásticamente la población activa rural, fenómeno que ha empezado a frenarse en España en épocas recientes. La migración en este momento fue selectiva: afectó principalmente a jóvenes y a mujeres. Las mujeres encontraban fuera del medio rural un trabajo remunerado, que en muchos casos era el mismo que realizaban en el hogar (lo que popularmente se conocía como "ir a servir"), pues en realidad muchas de ellas tampoco estaban preparadas para realizar otros trabajos. La causa fundamental por la cual emigraban a la ciudad era la escasez de perspectivas de futuro en su lugar de origen. Las que se quedaban lo hacían para casarse y garantizar la continuidad de la Casa Aragonesa , célula básica de la estructura familiar y económica de los pueblos aragoneses, bien porque eran herederas o bien porque se casaban con un heredero.

Con la regularización laboral la mujer quedó definitivamente fuera del mundo laboral agrario. Las mujeres que quedaron en los pueblos sufrieron la pérdida de sus papeles tradicionales en el ámbito de la economía familiar de autoconsumo y de los sistemas agrarios preindustriales. Por ello los procesos de mecanización de la agricultura, la pérdida del sentido económico de las tareas doméstico-productivas destinadas al autoconsumo familiar y el papel desempeñado tradicionalmente por la mujer en la organización del trabajo familiar ya no convence a los más jóvenes, que buscan en la industria y los servicios locales o no locales las opotunidades de empleo que les permitan romper con el destino de sus madres.

Sin embargo la diversificación de actividades en el medio rural, ya venga de una modernización del sector agrícola, ya de una reconversión exitosa hacia nuevos usos productivos o no productivos del entorno, ofrece a la mujer nuevas oportunidades de empleo.

 

II. LA SITUACION ACTUAL

Así pues, actualmente, la población de las zonas rurales es una población envejecida frente a la de la ciudad. Cuanto más pequeños son los pueblos es mayor el grado de envejecimiento, especialmente en las mujeres, pues tienen una esperanza de vida mayor. Se crea un desequilibrio entre varones y mujeres, debido a la ausencia de mujeres jóvenes, produciéndose una masculinización del medio rural, fenómeno al que se une el descenso de la natalidad. De ahí la importancia de la creación de empleo específico para las mujeres, de cara a frenar el éxodo femenino y la masculinización de las familias agrarias.

En la actualidad el mundo agrario ofrece escasas perspectivas de trabajo y formación a las mujeres jóvenes, siendo la educación un aspecto importante del desarraigo femenino (y no sólo femenino) en los asentamientos rurales. Las escuelas desaparecen de los pequeños núcleos rurales como consecuencia del escaso número de alumnos y la consiguiente inviabilidad económica. Los centros educativos situados en núcleos de entidad mayor acogen a esos alumnos, de modo que se inicia una temprana desvinculación del niño de su familia y su pueblo. El desarraigo del medio rural se ve fomentado por la educación que se transmite en las aulas; en ellas predominan modelos y valores urbanos. En este contexto se comprenden las movilizaciones de las A.P.A.s de núcleos rurales ante la implantación en el curso 96-97 de la E.S.O. en la Comunidad Autónoma de Aragón, que acentúa los ya de por sí graves problemas de la educación en el medio rural. La escasez de escuelas en el medio rural, transporte escolar insuficiente, carreteras en malas condiciones, horarios escolares inadecuados, escasez de cuidadores en horarios no lectivos, etc, hacen que los niños en el peor de los casos tengan que abandonar sus hogares para acceder a la escolarización. Algunos padres se han manifestado dispuestos a abandonar sus pueblos si con ello evitaban el desmembramiento de sus familias.

Quizá el aspecto más interesante a tener en cuenta sea el cambio generacional que se da entre madres e hijas en lo que se refiere a sus estudios. El abismo entre madres poco instruídas (por falta de medios más que por voluntad propia) e hijas que han recibido una formación universitaria es muy significativo. Mientras las madres están satisfechas porque piensan que su situación ha mejorado respecto a cuando eran jóvenes, las hijas ven mejoras en la situación de la mujer como ama de casa, pero no en la situación de la mujer como persona.

 

III. LA ACTIVIDAD LABORAL

Las mujeres que llegado a este punto continúan desarrollando un trabajo en el medio rural en contadas ocasiones son titulares directas de una explotación agraria. Según CAMARERO (ver bibliografía) en Aragón tan sólo un 5% de los titulares de explotación son mujeres. Con frecuencia además estas explotaciones son las más pequeñas y las menos viables, ya que la mujer accede a la titularidad bien por el fallecimiento del cónyuge o bien por dedicarse éste a otro tipo de actividad.

Una situación que viene siendo habitual es que la mujer esté dentro de lo que se ha denominado "ayuda familiar". Como ayuda familiar se considera el trabajo que realizan las mujeres en la explotación agraria familiar. Son trabajadoras que contribuyen a una actividad económica que no está recogida como tal en las estadísticas, con lo que sus aportaciones quedan "invisibles". En muchos casos también aportan su patrimonio, y sin embargo están alejadas de la toma de decisiones. El ser titular tiene unos efectos directos como figurar en documentos bancarios, subvenciones o cualquier otra vía de apoyo público al sector, la representación en organismos como las cooperativas y organizaciones de agricultores y, fundamentalmente, poseer derechos asociados al trabajo, como el cobro de pensiones. Por otra parte en muchos casos y por las causas anteriormente citadas, las mujeres que son titulares y por lo tanto tienen mayor capacidad de decisión dentro del sector son las que tienen menor formación al ser las mujeres de más edad. Por último, el gran problema de la ayuda familiar es la falta de remuneración directa, debido a que no se reconoce la aportación real en la explotación.

En resumen, la ayuda familiar o trabajo familiar, además de carecer de la remuneración y los derechos de todo trabajador, relega a la mujer a un lugar secundario en la toma de decisiones, anula su participación en organizaciones, cooperativas, etc, y además enfrenta a las mujeres a graves problemas de formación.

Según la Asociación de Mujeres y Familias del Ambito Rural (A.M.F.A.R.) en España hay más de cinco millones de mujeres en el medio rural, de las cuales cerca de la mitad colaboran activamente en las labores agrícolas sin ninguna contraprestación, mientras que sólo 308.300 se dedican a la agricultura de forma reconocida. Resulta necesario, por lo tanto, un conocimiento y una valoración desde los poderes públicos y también desde la población rural del papel de las mujeres como generadoras de una riqueza y de un trabajo del cual no se puede prescindir y establecer mecanismos que fomenten la cotitularidad y aseguren los derechos sociales favoreciendo la participación de las mujeres en cooperativas, Organización Profesional Agraria (O.P.A.), etc.

En esta linea se manifestaba ya la Directiva Comunitaria 86/613 sobre mujeres autónomas y especialmente las agricultoras, que es un primer intento de garantizar un estatuto jurídico que sirva de base al reconocimiento de derechos propios, tales como pensiones, bajas por maternidad, invalidez laboral transitoria (I.T.L.), etc. Su propósito es impedir la discriminación que padecen las esposas de los agricultores al no ver reconocida su aportación laboral a la empresa familiar, lo que les imposibilita para acceder a un nivel de prestaciones parecido al de los trabajadores asalariados. Sin embargo dicha directiva nunca fue adaptada a la normativa legal, ni por tanto aplicada, ya que el gobierno español consideró entonces que esas reivindicaciones estaban cubiertas con el Artículo 14 de la Constitución, por el cual se consideraba a todos los españoles iguales ante la ley, sin distinciones por razón de sexo, raza o religión.

Uno de los frentes de trabajo de las asociaciones del medio rural es, precisamente, lograr la trasposición de la directiva a la legislación española y su aplicación. Con este fin se han creado comisiones interprofesionales con el objetivo de elaborar un documento de trabajo que esperan llevar al Senado para su aprobación.

Otras mujeres que pertenecen al medio rural optan por el trabajo como asalariadas. Suelen ser mujeres cuyas familias no tienen tierras o con explotaciones muy pequeñas. Frecuentemente alternan el trabajo asalariado en varios sectores (agrario, hostelería, industria agroalimentaria...). Las que trabajan como asalariadas estables generalmente lo hacen en empresas que se han trasladado al medio rural en busca de costes laborales más bajos, con lo que las condiciones laborales se encuentran en los mínimos legales. La única ventaja es que estas trabajadoras tienen todos los derechos laborales reconocidos, aunque sea en su cuantía mínima.

A todas las formas de trabajo descritas hasta ahora se añade para la práctica totalidad de las mujeres el trabajo en el hogar, e incluso en muchas ocasiones la administración de las pequeñas explotaciones. El hecho de tratarse de un medio conservador en el que los cambios sociales tardan en ser asumidos explica que las labores domésticas sigan siendo en la actualidad una función exclusivamente femenina.

 

IV. LA FORMACION

En los últimos años las mujeres más jóvenes y con mayor nivel de formación han optado por acercarse a otros campos profesionales más gratificantes, con lo que la media de edad de las trabajadoras agrícolas es muy superior a la de empleadas en otros sectores. Un cambio importante a ese respecto ha sido el creciente aumento de la demanda de formación de las mujeres jóvenes que desean desarrollar nuevos aprendizajes. Esta demanda de formación es cubierta con éxito desigual por distintos organismos públicos que se acogen a las ayudas económicas que para formación ofrece el Fondo Social Europeo. Estos programas de formación deben tener como objetivos la valoración del medio rural, la estimulación de las actitudes emprendedoras y la transmisión de otros contenidos eminentemente prácticos. Para conseguir estos objetivos, las mujeres que están desarrollando actividades alternativas en el medio rural (industria agroalimentaria, agroturismo, artesanía...) deben participar tanto en la planificación como en la ejecución de estos programas. Desgraciadamente se prima la formación teórica sobre la experiencia.

Sin embargo hay iniciativas como el programa NOW, centro de apoyo logístico para nuevas empresas, que han estado trabajando a lo largo de todo el año 1996 y que van a lanzar una nueva convocatoria para mujeres que tengan una idea empresarial dentro del sector servicios que sea innovadora y que pueda crear empleo. También son interesantes las acciones LEADER de formación y de inserción a las que se acogen mujeres deseosas de lanzar una empresa o de regresar al mercado laboral. LEADER no se dirige de forma específica a la mujer, como sucede con otras iniciativas comunitarias, pero muchos de sus proyectos les afectan directamente. Así, este programa fomenta iniciativas relacionadas con el turismo rural o con la valorización de los productos agroalimentarios locales o la artesanía. Afectana un gran número de agricultoras, cónyuges de agricultores y mujeres dedicadas a la artesanía. Así mismo, los proyectos LEADER fomentan la instalación de telecentros y otros equipamientos ligados a las nuevas tecnologías de la información y facilita el teletrabajo, que puede ofrecer nuevas perspectivas de empleo, sobre todo a mujeres con media o alta cualificación.

Las ayudas comunitarias no son discriminatorias para los beneficiarios. Sin embargo en la práctica se constata que las mujeres se benefician en menor medida que los hombres y que son muy pocas las medidas que se dirigen específicamente a las mujeres. El Instituto Aragonés de la Mujer (I.A.M.), con el fin de dar continuidad a los proyectos de desarrollo rural promovidos por mujeres en el marco de los programas LEADER firmó un convenio con la Red Aragonesa de Desarrollo Local (R.A.D.E.L.) para la realización de acciones que contribuyan al desarrollo y capacitación de la población femenina en el mundo rural aragonés.

 

V. ASOCIACIONISMO

Y ya por último, señalar que la actividad asociativa de la mujer rural no tiene en general un carácter reivindicativo, sino que predominan asociaciones de tipo cultural, religioso... Tampoco hay una participación relevante en la vida política. A modo de ejemplo, en las elecciones a Cámaras Agrarias a celebrar en la primavera de 1997 se presentan en toda la Comunidad Autónoma de Aragón seis mujeres repartidas en tres candidaturas y con nulas posibilidades de ser elegidas, ya que la Cámara Agraria está formada por veinticinco miembros y las candidaturas ocupan puestos a partir del duodécimo. En definitiva, si la mujer no participa en los ámbitos de decisión difícilmente su opinión será tenida en cuenta.

La dinamización de la actividad asociativa se puede convertir en gérman de nuevas iniciativas en el mundo rural. Así lo creyeron los miembros del Banco Mundial de la Mujer (Women’s World Banking), que eligieron para la VII Feria de la Mujer Emprendedora celebrada en Madrid del 7 al 10 de noviembre de 1996 el lema: "Mujeres creando redes". Es una original idea que trata de fomentar la comunicación, transmisión de información y la colaboración entre las distintas asociaciones de mujeres. Trataría de subsanar otro de los graves problemas de las mujeres rurales, que es la falta de información. Como dijo Amalia Gómez, Secretaria General de Asuntos Sociales de España, en el acto de inauguración de la VIII Feria de la Mujer Emprendedora: "El asociacionismo de mujeres es el cauce óptimo para trasladar la información a las mismas".

 

VI. A MODO DE CONCLUSION

Las perspectivas que se abren al nuevo desarrollo rural exigen la diversificación de la economía local, que sólo será posible mediante la flexibilidad en la actividad laboral, y, aunque la agricultura seguirá siendo la base de las economías rurales, la búsqueda de un incremento de las rentas exige la creación de pequeñas industrias y la comercialización de productos agroalimentarios. Las actividades que pueden crear puestos de trabajo aparecen relacionadas con el sector de productos artesanales, turismo rural, cultivos ecológicos y en especial con el sector servicios. Si se quiere impulsar un desarrollo rural integral y participativo debe ser protagonizado por quienes habitan el medio, mujeres y hombres, para recoger intereses, valores y experiencias plurales.Como dijo Jacques Dèlors: "...mantener en la tierra el mayor número posible de campesinos como productores, y no como guardianes de la naturaleza, ya que son los únicos que pueden garantizar el desarrollo de nuestro espacio rural". (Jacques Dèlors, presidente de la Comisión Europea, 18 de junio de 1992).

 

 

BIBLIOGRAFIA:

 

- CAMARERO, L.A; SAMPEDRO, M.R. y VICENTE MAZARIEGOS, I: Mujer y

ruralidad: el círculo quebrado. Instituto Aragonés de la Mujer. Ministerio de

Asuntos Sociales. Madrid 1991.

- GARCIA RAMON, M. et al: Mujer y Agricultura en España: género, trabajo y

contexto regional. Oikos-tau. Barcelona, 1994.

- GIL GIL, N. et al: Del esparto a la PAC. (Jornadas sobre la mujer en el medio rural). Huesca, 1993.

- GONZALEZ, J.J; DE LUCAS, A y ORTIZ, A: Sociedad rural y juventud campesina. M.A.P.A. Madrid, 1985.

- MERINO HERNANDEZ, J.L: Aragón y su derecho. Editorial Guara. Zaragoza 1980.

- Constitución española de 1978. Editorial Nacional. Madrid, 1978.

-Carta para la igualdad de oportunidades de las mujeres en el ámbito rural. Serie Documentos, nº 17. Ministerio de Asuntos Sociales. Madrid, 1995.

- Agricultora, mucho más que una profesión. Jornadas europeas de agricultura. Comisión Europea, 1996.

REVISTAS:

- Femenino Plural. Nº 16 -17. Instituto Aragonés de la Mujer. Zaragoza 1996.

- Mujeres en ámbito rural. Nº 6 -7. Ministerio de Asuntos Sociales. Madrid 1996.

- Mujeres. Nº24. 4º. Ministerio de Asuntos Sociales. Madrid 1996.

 


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