Nutrición temprana en pollos de engorde

La nutrición de los pollos de engorde juega un papel definitorio en la continuidad del negocio avícola. La participación de la alimentación en el costo total de producción se ubica entre el 50 y el 70 por ciento.

En la producción moderna de aves, la separación física existente entre la planta de incubación y las granjas de parrilleros hace que, en muchos casos, los pollitos BB pasen un período variable de tiempo sin agua ni alimento. Esto depende, básicamente, de la operación propia de la planta de incubación, de los procesos efectuados sobre el pollito BB -cómo el sexado y la vacunación-, la disponibilidad de transportes y las distancias a las granjas comerciales.

En determinadas regiones del mundo los productores buscan colocar a los pollitos recién nacidos rápidamente en granja, para que en un plazo de pocas horas, puedan alimentarse y beber agua, en un ambiente termocontrolado. En otras, la práctica es retener a las aves recién nacidas por un período de 12

a 24 hs., para que maduren e inicien una respuesta vacuna favorable, aprovechando el bajo desafío inmunológico por la ausencia de antígenos exógenos. Esta demora practicada en incubación tiene un beneficio adicional.

Durante el transcurso del día 19 de vida embrionaria, el pollito BB internaliza lo que resta de la yema, que lo ha nutrido a lo largo de la incubación, en la cavidad intestinal.

La fracción proteica de la yema contiene la fuente de anticuerpos proveniente de la madre. Para que sean efectivos, dichos anticuerpos maternos no sólo deben moverse de la yema al torrente sanguíneo, sino

también se deben difundir hacia sitios más alejados, particularmente a las superficies de la mucosa en contacto con organismos extraños.

Está demostrado que en las 24 hs. promedio que van desde el nacimiento hasta la llegada a la granja, el pollito BB pierde peso. Además que el hecho de colocar las aves en contacto inmediato con alimento y agua mejora la absorción de la yema, tal vez por una mayor actividad del tracto gastrointestinal, produciendo un incremento de peso en el pollito BB.

El problema acuciante es que ni en las plantas de incubación, ni en el transporte a las granjas se les administra alimento a las aves. La primera semana de vida posterior a la eclosión del huevo es extremadamente importante para el pollito BB.

Los primeros 7 días representan del 14 al 18 por ciento del total del ciclo de vida, y el peso al séptimo día representa de un 7 a un 10 por ciento del peso final, según la edad de faena.  En el embrión en desarrollo la única fuente de energía proviene de la yema, que representa el 20 por ciento del peso de un pollito BB al nacer.

La provisión de agua sola produjo un aumento de peso, que fue máximo entre los 4 y 8 días, luego disminuyendo. La provisión de agua sola produjo un incremento de peso, pero este efecto fue menor al logrado con el alimento, y se detuvo a partir del día octavo de vida. A peso de mercado, todos los animales que habían recibido alimento inicial, ya sea en forma líquida o sólida, pesaban de un 8 a un 10 por ciento más que los que habían recibido agua, o los mantenidos durante 36 horas sin nada. No hubo mejora en la conversión alimenticia, pero sí en el porcentaje de pechuga obtenida, de un 7 a un 9 por ciento superior para las aves que recibieron alimento.

Animales que han tenido acceso inmediato al alimento presentan una disminución en el peso de la yema mayor que animales restringidos, probablemente por un incremento en la actividad mecánica del intestino.

La recuperación de los animales en ayuno parece ser completa, alcanzando niveles de crecimiento similares a los pollitos controlados a los 5 o 6 días de vida. La actividad enzimática en pollitos recién nacidos puede estar correlacionada con la ingesta de alimento.

Se deduce que es de muchísima importancia una alimentación inicial temprana. La absorción de fuentes exógenas de proteínas y carbohidratos inmediatamente posterior al nacimiento ronda entre un 78 y un 87 por ciento de eficiencia respectivamente, al cuarto día de vida. Se indica que la digestibilidad de material no lipídico se incrementa en el período inmediatamente posterior al nacimiento, aumentando progresivamente hasta alcanzar los valores expuestos a la edad mencionada.

Cuando las condiciones son adecuadas, hidratos de carbono y aminoácidos de fuentes exógenas son absorbidos eficientemente. Se ha demostrado que hay una respuesta favorable a precursores derivados de la yema, en su mayoría de origen lipídico.

En la actualidad existen productos en el mercado que se pueden administrar ya sea en plantas de incubación, en las cajas donde los pollitos BB son enviados a la granja, o también como raciones prestarter, como concentrados en un determinado porcentaje o como alimentos completos.

Fuente: Agromail