San Anselmo Proslogion (selección) Cap. I No
se busca entender para creer sino creer para entender. Cap. II Acepta
una "inteligencia de la fe". "[...]
creemos ciertamente que Tú eres algo infinito [infinitud]. ¿Y si, por ventura, no existe una tal
naturaleza puesto que el insensato dijo en su corazón: no existe Dios? Mas el
propio insensato, cuando oye esto mismo que yo digo: "algo
infinito", entiende lo que oye; y lo que entiende está en su
entendimiento, aunque no entienda que aquello exista realmente. Una cosa es,
pues, que la cosa esté en el entendimiento, y otra entender que la cosa
existe en realidad. [...] El insensato debe convencerse, pues, de que existe,
al menos en el entendimiento, algo infinito, porque cuando oye esto, lo
entiende, y lo que se entiende existe en el entendimiento. Y, en verdad,
aquello infinito, no puede existir sólo en el entendimiento. Pues si sólo
existe en el entendimiento, aquello infinito es lo mismo que aquello finito
[... esto no es un razonamiento válido]. Pero esto ciertamente no puede ser.
Existe, por tanto, fuera de toda duda, algo infinito, tanto en el
entendimiento como en la realidad. [...] Luego existe verdaderamente algo
infinito, y de tal modo que no puede pensarse que no exista. [...]" 1ra.
deducción: "[...] Existe, por tanto, fueras de toda duda, algo mayor
que lo cual nada puede pensarse, tanto en el entendimiento como en la
realidad." Cap. III 2da.
deducción: "[...] Luego existe verdaderamente algo mayor que lo cual
nada puede pensarse, y de tal modo que no puede pensarse que no exista." Cap. IV "[...]
Dios, pues, es aquello mayor que lo cual nada puede pensarse. [...]" Cap. IV Dios
es aquello que es mejor que exista a que no exista. Cap. VI "[A
Dios:] ¿cómo eres sensible no siendo cuerpo? [...]" "[...] si sentir no es sino conocer, o
al menos, vía para conocer, [...]" Cap. VII "[De
Dios:] ¿cómo lo puedes todo, si no puedes corromperte,
[...] ? ¿Tal vez porque poder estas cosas no es potencia, sino impotencia?
[...] De ahí, por tanto, mi Señor y Dios, que seas más verdaderamente
omnipotente porque nada puedes por impotencia, porque nada puedes contra
Ti." Cap. VIII "[...]
¿Cómo eres y no eres misericordioso, Señor? ¿Tal vez porque eres
misericordioso según nosotros y no según Tú? [...] Y eres misericordioso,
pues salvas a los míseros y perdonas a tus pecadores, y no eres
misericordioso porque no eres afectado por la compasión de ninguna miseria." Cap. IX Se
pregunta cómo siendo justo hace Dios injusticias. "Tal vez porque tu
bondad es incomprensible [...]" Cap. X "[...]
¿Acaso castigas con un género de justicia a los malos, y con otro género de
justicia los perdonas? [Será porque] justamente castigas y justamente
perdonas." Cap. XI "[...]
justo es que Tú seas justo de tal modo que más justo no puedas ser pensado,
[...] Porque sólo es justo lo que quieras e injusto lo que no quieras.
[...]" Cap. XII "[...]
Tú eres, pues, la misma vida por la que vives; [...]" Cap. XIII Dios
es ilimitado, eterno y contiene en Él todas las cosas. El
alma de las personas se encuentra difundida en todo el cuerpo de un modo
orgánico. Cap. XIV "[Al
querer ver a Dios con el alma] Se ciega, ciertamente, por ella y se deslumbra
por Ti. [...]" Cap. XVII La prueba ontológica de la existencia de Dios. "[...]
creemos ciertamente que Tú eres algo mayor que lo cual nada puede
pensarse. ?Y si, por ventura, no
existe una tal naturaleza puesto que el insensato dijo en su corazón: no
existe Dios? Mas el propio insensato, cuando oye esto mismo que yo digo:
"algo mayor que lo cual nada puede pensarse", entiende lo que oye;
y lo que entiende está en su entendimiento, aunque no entienda que aquello
exista realmente. Una cosa es, pues, que la cosa esté en el entendimiento, y
otra entender que la cosa existe en realidad. [...] El insensato debe
convencerse, pues, de que existe, al menos en el entendimiento, algo mayor
que lo cual nada puede pensarse, porque cuando oye esto, lo entiende, y lo
que se entiende existe en el entendimiento. Y, en verdad, aquello mayor que
lo cual nada puede pensarse, no puede existir sólo en el entendimiento. Pues
si sólo existe en el entendimiento, aquello mayor que lo cual nada puede pensarse
es lo mismo que aquello mayor que lo cual puede pensarse algo. Pero esto
ciertamente no puede ser. Existe, por tanto, fuera de toda duda, algo mayor
que lo cual nada puede pensarse, tanto en el entendimiento como en la
realidad. [...] Luego existe verdaderamente algo mayor que lo cual nada puede
pensarse, y de tal modo que no puede pensarse que no exista. [...]" ANSELMO, Santo: Proslogion (1033-1109), trad. por Manuel Fuentes Benot, 5a ed., Bs. As., Aguilar, 1970,
fragmentos. Compendia: Eugenio Tait |