Íñigo López de Mendoza (Marqués de Santillana)

Bías contra Fortuna

 

         

                        «Prohemio del Marqués al Conde d'Alua»

 

Quando yo demando a los Ferreras, tus criados e míos, e avn a muchos otros, Señor e

más que hermano mío, de tu salud e de quál agora es tu vida, e qué es lo que fazes o

dizes, e me responden e çertifican con quánto esfuerço, con quánta paciençia, con

quánto despreçio e buena cara tú padesçes, consientes e sufres tu detençion e todas

las otras congoxas, molestias e vexaçiones qu'el mundo ha traýdo, e con quánta

liberalidad e franqueza partes e destribuyes aquellas cosas que a tus sueltas manos

vienen, rrefiriendo a Dios muchas graçias, me recuerda de aquello que Homero escriue

en la Vlixea; conuiene a saber que commo por naufragio o fortuna de mar Vlixes, rrey

de los çefalenos, desbaratado viniesse en las riberas del mar, e desnudo e

maltractado fuese traýdo ante la rreyna de aquella tierra e de los grandes del rreyno

que con ella estauan en vn festiual e grand conbite; e commo aquélla lo viesse e

acatasse, e después todos los otros con grand reuerençia tanto lo extimaron que,

dexada la çena, todos estauan contenplando en él, assí que apenas era allí alguno que

más deseasse cosa que pudiesse alcançar de los dioses que ser Vlixes en aquel estado.

Adonde, a grandes bozes e muchas vezes, este soberano poeta clama diziendo: «¡O

honbres, haued en grand cura la virtud, la qual con el naufragio nada, e al que está

desnudo e desechado en los marinos litos ha mostrado con tanta auctoridad e assí

venerable a las gentes!». La virtud, assí commo el Philósopho dize, siempre cayó de

pies commo el abrojo. E çiertamente, Señor e más que hermano mío, a los amigos tuyos

e a mí, assí commo a von de aquéllos, es o deue ser de los tus trabajos el dolor, la

mengua la falta, assí commo Lelyo dezía de Sçipión; ca la virtud siempre será, agora

libre o detenido, rico o pobre, armado o sin armas, biuo o muerto, con vna loable e

marauillosa eternidad de fama.

 

Con estos Ferreras me escreuiste que algunos de mis tractados te enbiasse por

consolaçion tuya. Desde allí con aquella atençión que furtar se puede de los mayores

negoçios, e después de los familiares, pensé inuestigar alguna nueua manera, assý

commo remedios o meditaçión contra Fortuna, tal que, si ser podiesse, en esta

vexaçión a la tu nobleza gratificasse, commo non sin assaz justas e apparentes causas

a lo tal e a mayores cosas yo sea tenido; ca prinçipalmente houimos vnos mesmos

avuelos, e las nuestras casas siempre, sin interrupçión alguna, se miraron con leales

ojos, sinçero e amoroso acatamiento; e lo más del tiempo de nuestra criança quasi vna

e en vno fue, assí que juntamente con las personas cresçió e se augmentó nuestra

verdadera amistad. Siempre me ploguieron e fueron gratas las cosas que a ti, de lo

qual me toue e tengo por contento, por quanto aquellos a quien las obra de los

virtuosos plazen, assý commo librea o alguna señal traen de virtud. Vna continuamente

fue nuestra mesa, vn mesmo vso en todas las cosas de paz e de guerra. Ninguna de las

nuestras cámaras e despensas se pudo dezir menguada, si la otra abastada fuesse.

Nunca yo te demandé cosa que tú non cumpliesses, nin me la denegasses ; lo qual me

faze creer que las mis demandas fuessen rectas e honestas e conformes a razón, commo

sea que a los buenos e doctos varones jamás les plega nin deuan otorgar sinon buenas

e líçitas cosas. E sea agora por informaçiones de aquellos que más han visto, e

paresçe que verdaderamente ayan querido fablar de las costumbres e calidades de todos

los señores e mayores honbres d'este nuestro rreyno, o de aquellos que de treynta

años, o pocos más, que yo començé la nauegaçión en este vexado e trabajoso golfo, he

hauido notiçia e conosçimiento, e de algunos compañía o familiaridad, loando a todos,

tú eres el que a mí mucho ploguiste e plazes. Ca la virtud non esperó a la mediana

mançebía nin a los postrimeros días de la vejez; ca en hedad nueua, e avn puedo dezir

moço, començó el resplandor de la tu virilidad e nobleza. Nin es quien pueda negar

que, fechas las treguas con los rreynos de Aragón e de Nauarra, e leuantadas las

huestes de Garray e del Majano, çessadas las guerras, en las quales viril e muy

virtuosamente te houiste, e por ti obtenidas las inexpugnables fuerças de Xalançe e

Theresa, Zaara e Xarafuel en el rreyno de Valençia, hauer tú seýdo de los primeros

que contra Granada la frontera enprendiesse, çiertamente estando ella en otro punto e

mayor prosperidad que la tú dexaste, al tiempo que triumphal e gloriosamente por

mandado de nuestro Rrey de las fronteras de Córdoua e Jaén te partiste, hauiendo

vencido la batalla de Guadix e la pelea de Xerez e ganado tantas e más villas e

castillos , assí guerreándolas commo combatiéndolas e entrándolas forçosamente que

ninguno otro. E commo quiera qu'el prinçipal remedio e libertad a la tu detençión e

infortunios después dé Aquél que vniuersalmente a los vexados reposa, a los afflictos

remedia, a los tristes alegra, espero yo sea que en algunos tiempos traerá a memoria

a los muy exçelentes e claros nuestro Rrey e Prínçipe -commo en la mano suya los

coraçones de los rreyes sean- todas las cosas que ya de los tus seruiçios yo he

dicho, e muchos otros a la rreal casa de Castilla por los tuyos e por ti fechos, que

por me allegar a la ribera e puerto de mi obra dexo.

 

Rrecuérdome hauer leýdo en aquel libro, donde la vida del rrey Assuero se escriue,

que De Ester se llama -commo en aquel tiempo la costumbre de los prínçipes fuesse, en

los retraymientos e reposos suyos, mandar leer las gestas e actos que los naturales

de sus rregnos o forasteros houiessen fecho en seruiçio de los rreyes, de la patria o

del bien público -que Mordocheo prosperamente e con glorioso triumpho de la muerte

fue librado. Pues lee nuestro Rrey e mira los seruiçios, regráçialos e satisfázelos;

e si se aluenga, non se tira. Nin tanto logar haurá el yrasçible apetito nin la çiega

saña, que tales e tan grandes aldabadas e bozes de seruiçios las sus orejas non

despierten; ca non son los nuestros señores Diomedes de Traçia, que de humana carne

fazía manjar a sus cauallos, non Búseris de Egipto, matador de los huéspedes, non

Perilo siracusano, que nueuos modos de penas buscaua a los tristes culpados hombres,

non Dionisio d'esta mesma Siracusa , non Atila flagelum Dei, nin muchos otros tales,

mas beníuolos , clementes e humanos; lo qual todo faze a mí firmemente esperar la tu

libertad, la qual con salud tuya e de tu noble muger e de tus fijos dignos de ty

Nuestro Señor aderesçe, assí commo yo desseo. E desde aquí daremos la pluma a lo

profferido, e porque ante de todas cosas sepas quién fue Bías, porque éste es la

prinçipalidad del mi thema -segund adelante más claro parescerá-, deliberé de

escreuir quién aya sydo e de dónde, e algunos de sus nobles actos loables e

comendables sentençias, porque me paresçe ffaze mucho al párrafo nuestro fecho e

caso. Bías philósofo.

 

Fue Bías, segund plaze a Valerio e a Laerçio, que más lata e extensamente escriuió de

las vidas e costumbres de los philósophos, asiano de la çibdad de Ypremen, de noble

prosapia o linaje, bien informado o instruydo en todas las liberales artes e en la

natural e moral philosophia; de vulto fermoso e de persona honorable, graue e de

grand auctoridad en sus fechos, de claro e sotil ingenio. Assí por mar commo por

tierra andouo toda la mayor parte del mundo. Quánto tiempo durasse en este loable

exerçicio non se escriue, pero baste que tornando en la prouinçia e çibdad de

Ypremen, falló a los vezinos de aquélla, en grandes guerras, assí nauales commo

terrestes, con los megarenses, gentes poderosas, expertos en armas; a quien con grand

atençión fue rogado, vista la disposiçión e habilidad suya, la cura de la guerra assí

commo capitán enprendiesse. E commo después de muchos ruegos e grandes afincamientos

la açeptasse, en muy pocos tiempos assí de los amigos commo de enemigos fue

cognosçida la su virtud e viril estrenuydad. Leemos d'él, entre otras muchas cosas de

humanidad, que commo caualleros del su exérçito prendiessen en vna çibdad o villa

grand copia de vírgenes juntamente con otras cosas, tanto que a Bías llegaron las

nueuas, mandó, con grand diligençia fuessen puestas e depositadas en poder de

honestas matronas de su çibdad; e façiéndoles graçias e dones de muy valiosas joyas a

sus padres, maridos e parientes, las restituyó enbiándolas con muy fieles guardas,

blasmando e denostando todo linaje de crueldad, diziendo que aun los enemigos

bárbaros non deuían con tal impiedad ser dapnificados. E commo lo tal a las orejas de

los megarenses llegasse e el fermoso acto extensamente recontado les fuesse, sin

dilaçión alguna, loando a aquél, enbiáronle sus legados, reffiriéndole graçias con

muy ricos dones, demandándole paz con muy homildes e mansos coraçones. Después,

passados algunos tiempos, commo de raro la Fortuna en ningunas cosas luengamente

repose, e Aliato, príncipe, sitiasse a los ypremenses, esforçándose de hauer la

çibdad por fambre, commo fuesse çierto de los béuires e prinçipalmente de pan

careçiesse, Bías, con tal cautela o arte de guerra assayó encobrir la su deffectuosa

neçessidad; ca fizo en algunos días, durante el campo, engrossar çiertos cauallos e

que se mostrassen, contra voluntad de las guardas, salir fuera de la çibdad. E commo

luego fuessen tomados, puso en grand dubba a Aliato e a los que con él eran de la

fambre de los ypremenses. Assí que luego se tomó consejo que a Bías e a ellos fuesse

mouida e demandada fabla, por el qual açeptada diziéndo que él non se fiaua de fablar

fuera de los muros de su çibdad, más que Aliato o qualesquiera otros suyos podían

entrar seguros a fablar de qualesquier pacçiones e tractos, de otras cosas quales les

ploguiesse. Açeptado lo tal, segund este mesmo Laerçio escriue, muy mayor e más útil

cabtela les fizo, ca mandó poner muy grandes montones de arena en las maestras calles

e plaças por donde los mensajeros hauían de passar, esparçiendo e cubriendo aquéllos

de todas maneras de pan. Assí que verdaderamente creyeron ser la opinión suya errada

e los ypremenses en grand copia de mantenimientos habundados. E assí non solamente

treguas a tiempo, mas paz perpetua fue entr'ellos con grandes certinidades fecha,

jurada e firmada. Testifica assí mesmo Valerio que, dimittidas e dexadas las armas

por este Bías, tanto se dio a las sçiencia moral que todas las otras cosas

aborresçió, e las houo assí commo en hodio, por tal que, non sin causa, vno de los

siete sabios fue llamado e vno assí mesmo de aquellos que, renunçiada la tabla o mesa

de oro, la offresçieron con grand liberalidad al oráculo de Apolo. D'este Bías assí

mesmo se cuenta que, commo aquella mesma çibdad agora por los megarenses, agora por

otros enemigos se tomasse e posiesse a robo, todos aquellos que podieron escapar de

las hostiles manos, cargando las cosas suyas de mayor preçio, fuyeron con ellas, e

commo él solo con grand reposo passeasse por los exidos fuera de la çibdad, fingiesse

que la Fortuna le fue al encuentro e le preguntasse cómmo él non seguía la opinión de

los otros vezinos de Ypremen, e éste fue el que respondió: «Omnia mea bona mecum

porto», que quiere dezir: todos mis biene comigo los lieuo. Dizen otros, de los

quales Séneca es vno, que éste fuesse Estilbón ; pero digan lo que les plazerá, e sea

qualquiera, tanto que sea, ca de los nombres vana e sin prouecho es la disputa. E en

conclusión, éste será el nuestro thema.

 

Escriuió Bías estas cosas que se siguen:

 

-Estudia de complazer a los honestos e a los viejos.

 

-La osada manera muchas vezes pare empeçible lesión.

 

-Ser fuerte, fermoso, obra es de natura; habundar en riquezas, obra es de la Fortuna;

saber e poder fablar cosas conuenibles e congruas, esto es propio del ánima e de la

sabiduría.

 

-Enfermedad es del ánimo cobdiçiar las cosas impossibles.

 

-Non es de repetir el ajeno mal.

 

-Más triste cosa es judgar entre dos amigos que entre dos enemigos; ca judgando entre

los amigos, el vno será fecho enemigo, e judgando entre los enemigos, el vno será

fecho amigo.

 

-Dezía que assí hauía de ser medida la vida de los hombres, commo si mucho tiempo

poco houiessen de beuir. Conuiene a los hombres hauerse assí en el vso de la amistad,

commo si se membrassen que podía ser conuertida en graue enemistad.

 

-Qualquier cosa que pusieres, perseuera en la guardar.

 

-Non fables arrebatado, ca demuestra vanidad.

 

-Ama la prudençia, e fabla de los dioses commo son.

 

-Non alabes al hombre indigno por sus riquezas.

 

-Lo que tomares, resçíbelo demandándolo e non forçándolo.

 

-Qualquier cosa buena que fizieres, Dios entiende que la faze.

 

-La sabiduría más cierta cosa es e más segura que todas las otras possessiones.

 

-Escoje los amigos e delibera grand tiempo en los eligir, e tenlos en vna affecçión ,

mas non en vn mérito.

 

-Tales amigos sigue que non te faga vergüença hauerlos escogido.

 

-Ffaz que los amigos a grand gloria reputen tu vida.

 

-Dos cosas son muy contrarias en los consejos: yra e arrebatamiento; la yra faze

peresçer el día e el arrebatamiento trespasarlo.

 

-La presteza más graçioso faze ser el beneficio.

 

Preguntado Bías qué cosa fuesse en esta vida buena, dixo:

 

«Tener la conçiencia abraçada con lo que fuesse derecho e ygualeza».

 

Preguntado quién fuesse entre los hombres mal affortunado, rrespondió: « El que non

puede padesçer o sofrir mala fortuna».

 

Nauegando Bías en compañía de vnos malos hombres e corriendo fortuna e andando la

naue para se perder, aquéllos a grandes bozes llamauan a los dioses, porque los

librassen; a los quales él dixo: «Callad, porque los dioses non vos sientan.

Preguntado qué cosa fuesse diffícil al hombre, rrespondió: «Sofrir graçiosamente la

mudança en las penas».

 

Rresplandesçió Bías en los tiempos de Ezechias, rrey de Judá; escriuió estas e otras

cosas muchas en dos mill versos. A quien, después de muerto, los ypremenses

hedificaron templo e fizieron estatua.