Esopo

 

 

FABULAS

 

El cazador miedoso y el leñador.

Buscando un cazador la pista de un león, preguntó a un leñador si había visto los pasos de la fiera y dónde tenía su cubil.

-Te señalaré el león mismo. -dijo el leñador.

-No, no busco el león, sino sólo la pista- repuso el cazador pálido de miedo y castañeteando los dientes.

El cazador de pájaros y el áspid.

Un cazador de pájaros cogió la liga y las ramitas untadas y partió para la caza. En el camino vio a un tordo encaramado en un árbol elevado y se propuso cazarlo, para lo cual ajustó las varitas como suelen hacerlo y, mirando fijamente, concentró en el aire toda su atención. Mientras alzaba la cabeza, no advirtió que pisaba un áspid dormido, el cual, revolviéndose, le mordió. Y el cazador, sintiéndose morir, exclamó para sí:

- Desdichado! Quise atrapar una presa, y no advertí que yo mismo me convertía en presa de la muerte.

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