Las liebres y las ranas
Se reunieron un día las liebres y se lamentaban entre sí de llevar una vida tan precaria y temerosa, pues, en efecto, ¿No eran víctimas de los hombres, de los perros, de las águilas, y otros muchos animales? ¡ Más valía morir de una vez que vivir en el terror! Tomada esta
resolución, se lanzaron todas al mismo tiempo a un estanque para morir en
él ahogadas. Pero las ranas, que
estaban sentadas alrededor del estanque, en cuanto oyeron el ruido de su
carrera, saltaron asustadas al agua. Entonces una de las liebres, la que
parecía más inteligente que las demás, dijo: ¡ Alto compañeras! No hay
que apurarse tanto, pues ya veis que aún hay otros más miedosos que
nosotras! |
Las liebres y los leones
Las
liebres arengaban en la asamblea y argüían que todos deberían ser iguales.
Los leones entonces replicaron: -Sus palabras, señoras liebres, son buenas, pero carecen de garras y colmillos como los que tenemos nosotros. |
La liebre y la tortuga Cierto
día una liebre se burlaba de las cortas patas y lentitud al caminar de una
tortuga. Pero ésta, riéndose, le replicó: -Puede
que seas veloz como el viento, pero yo te ganaría en una
competencia. Y
la liebre, totalmente segura de que aquello era imposible, aceptó el reto,
y propusieron a la zorra que señalara el camino y la meta. Llegado el día de la carrera, arrancaron ambas al mismo tiempo. La tortuga nunca dejó de caminar y a su lento paso pero constante, avanzaba tranquila hacia la meta. En cambio, la liebre, que a ratos se echaba a descansar en el camino, se quedó dormida. Cuando despertó, y moviéndose lo más veloz que pudo, vio cómo la tortuga había llegado de primera al final y obtenido la victoria. |
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