Había una vez un hombre llamado Bálsamo de Verano. En su juventud había vivido con los kree y se había llevado una poderosa medicina. Todos conocían la existencia de ese poder mágico pero nadie sabía en qué consistía.

Cuando Bálsamo de Verano había visto ya caer algo más de dieciocho nieves no mostraba ningún deseo de casarse. La gente de la tribu estaba sorprendida, pues era tan buen cazador que hubiera podido alimentar a tres o cuatro mujeres. Un buen día los habitantes de la aldea dijeron:

-¿Sabéis la noticia? ¡Bajo la tienda de Bálsamo de Verano vive una muchacha!

Era cierto. Pero, hete aquí que la muchacha no se quedó más que durante tres soles.

Otra ocupó su lugar. Esta partió a su vez. Otras mujeres la sustituyeron. Así que la gente de la aldea empezó a murmurar:

-¿Habéis visto cómo desfilan las chicas por su tienda? Bálsamo de Verano es muy difícil, no se decide a quedarse con una mujer.

Hasta el día en que un padre dijo a su hija:

-Has pasado tres noches con Bálsamo de Verano y no ha venido a pedirle en matrimonio. ¿Has sido descortés con él?

-He sido absolutamente correcta con ese joven valiente -respondió la muchacha.

-En tal caso no dejará de casarse contigo. ¿Cuánto piensa hacerlo?

La joven contestó:

-Olvida el tiempo que pasé en la tienda de Bálsamo de Verano. Nunca pensó en casarse conmigo ni reclamó mi presencia. Soy yo la que fui porque quise.

El padre no comprendió a su hija. Pensó: <<Ese Bálsamo de Verano ha embrujado a mi hija.>>

Varias madres se preguntaron:

-¿Por qué toma a nuestras hijas y luego las abandona como a mocasines usados? ¡Esto no es normal!

Y por la aldea corrió el rumor de que Bálsamo de Verano atraía a las muchacha a su tienda gracias a un poder mágico traído de los kree. Alguien incluso dijo una noche alrededor del fuego del consejo:

-Bálsamo de Verano es la verguenza de la tribu. Hay que matarlo. No puede doblegar a nuestras hijas como se le antoje.

El hechicero se encogió de hombros.

-¿Qué le podéis reprochar? Vuestras hijas van hacia él sin que él tenga necesidad de llamarlas. ¿Acaso tiene la culpa de que todas estén enamoradas de él?

Y todo continuó igual.

Hasta el día en que una muchacha llamada Ruido Furtivo Agradable pasó cuatro noches en la tienda de Bálsamo de Verano. Su prometido, Casi un Perro, decidió vengarse. Fue a visitar a Ruido Furtivo Agradable y le preguntó:

-¿Por qué has estado con Bálsamo de Verano?

-No lo sé -contestó la joven-. Pasé delante de su tienda y sentí que me invadía un hechizo. Entré sin poderlo remediar y me quedé. Ese hombre posee un filtro de amor, me lo ha enseñado. Es un saquito de piel atado a un lazo. Está colgado del montante de su tienda.

Casi un Perro se dijo: <<Es absolutamente necesario que robe ese saco-medicina y lo queme, si no los novios no volverán a conocer la tranquilidad. Pero, ¿cómo hacerlo? Ningún hombre puede penetrar en la tienda de Bálsamo de Verano.>>

Casi un Perro fue a ver al hechicero y le contó toda la historia. Este le dijo:

-Lo ideal sería convertirte en mujer. Que yo sepa sólo una persona tiene el poder de realizar esa transformación. Se trata de Viejo Hombre, pero habita demasiado lejos de aquí para que puedas consultarle, morirías en el camino. El Viejo Hombre murió hace cinco lunas y ahora vive en el cielo.

-Entonces, ¿qué crees que debo hacer?

-Aunque tú no puedes ir a él, él, en cambio, sí puede venir a ti. Convócale esta noche con fuerza y trata de entretenerle durante un sueño.

Cuando caía la noche, Casi un Perro se fue a su tienda. Se concentró intensamente en el Viejo Hombre y se durmió.

En la mitad de la noche a Casi un Perro se le apareció una cara toda arrugada. El valiente le preguntó:

-¿Quién eres viejo buen hombre? Pareces muy mayor.

-Soy el Viejo Hombre -dijo el fantasma-. Según parece me necesitas.

-El hechicero me aseguró que tienes el poder de convertirme en mujer.

-En efecto, puedo hacerlo. Sin embargo, no te aconsejo dicha transformación. Las mujeres son seres extraños y luego podrías añorar tu antigua condición de hombre.

-Conviérteme en mujer por una sola noche -imploró Casi un Perro-. Tengo que introducirme en el tipi de Bálsamo de Verano para quitarle su bolsa-medicina.

-¡Sea! -dijo el Viejo Hombre-. Desde el cielo he visto lo que os pasaba y quiero ayudaros. Pero no serás mujer más que una sola y única noche. Por la mañana recuperarás tu apariencia de hombre.

Casi un Perro ofreció un poco de tabaco al Viejo Hombre para demostrarle su agradecimiento. El ser sobrenatural lo fumó y desapareció.

Durante la segunda mitad del día siguiente al sueño, Casi un Perro se sintió de pronto muy raro. Se contempló en el agua del riachuelo y vio que se había convertido en una chica muy guapa. Se dijo: <<Ha llegado el momento. Vamos a merodear por el tipi de Bálsamo de Verano.>>

Llegado ante la tienda, una fuerza irresistible le obligó a entrar. Bálsamo de Verano pareció sorprendido. Le preguntó:

-¿Quién eres? Nunca te había visto en esta aldea y no esperaba a nadie.

Casi un Perro contestó:

-Soy una extranjera. Pasaba delante de tu casa y he sentido ganas de verte. Me llamo Viento de la Noche.

Entonces sucedió algo extraño. De Viento de la Noche emanaba un atractivo tan irresistible que Bálsamo de Verano sucumbió. Invitó a la joven a compartir su comida. Cuando terminaron de comer, Bálsamo de Verano dijo:

-Ya no deseo encontrar a otra mujer; es contigo con quien me quiero casar. Quédate aquí, serás feliz conmigo, te seré fiel.

-Acepto con una condición -contestó Casi un Perro-. Se dice que tienes un amuleto mágico. Enséñame en qué consiste.

-Mi filtro de amor está en esa bolsa que ves ahí colgada -explicó Bálsamo de Verano-. Contiene dos raíces, una macho y otra hembra. Basta con que las una con el pelo de una mujer para que se enamore de mí y venga. Si no lo hiciera caería gravemente enferma y moriría. Cuando me canso de la que ha caído en mi poder, desuno las raíces y quemo el pelo. Entonces la mujer se despierta como si saliera de un sueño y, toda avergonzada, vuelve a su casa.

Viento de la Noche pasó la noche en el tipi de Bálsamo de Verano. Poco antes del alba se despertó y sintió que le invadía una gran fuerza. Pensó: <<Estoy a punto de volver a ser un hombre. Bálsamo de Verano todavía duerme y no debe darse cuenta de mi transformación.>>

Casi un Perro se apoderó rápidamente de la bolsa y corrió a ofrecérsela a su prometida, Ruido Furtivo Agradable.

Cuando Bálsamo de Verano se despertó había olvidado a la mujer que fue Casi un Perro y no pensaba más que en Ruido Furtivo Agradable. Pensó: ¿Cómo me he podido separar de una mujer tan atractiva como Ruido Furtivo Agradable? Voy a ofrecerle regalos y pedirle que se case conmigo. Fue a donde la joven y le declaró:

-Es a ti a quien amo, Ruido Furtivo Agradable. Acepta mis regalos y conviértete en mi mujer.

Pero la joven no le hizo caso y Bálsamo de Verano regresó avergonzado

Los siguientes días se le vio rondando alrededor del tipi de la bella. Todos se asombraban y las viejas observaron:

-Es curioso. Antes no miraba a ninguna mujer y ahora cloquea como un pavo tras las faldas de Ruido Furtivo Agradable.

Cuando, con uno u otro pretexto, Bálsamo de Verano quería entrar en la tienda de Ruido Furtivo Agradable, ella lo echaba a pedradas. Cuando la joven iba a buscar agua al río, Bálsamo de Verano la seguía y quería llevarle los odres. Pero Ruido Furtivo Agradable gritaba:

-¡Mirad todos! ¡He encontrado un perro fiel y no quiere apartarse de mi sombra!

La gente se reía y decía:

-¿Habéis visto cómo le trata? Nunca se casará con ese hombre. Más le valdría disistir.

El padre de Ruido Furtivo Agradable estaba al corriente de la intervención de Viejo Hombre y de la de Casi un Perro. Dijo a su hija:

-¿No crees que ha llegado el momento de librar a ese desgraciado del encantamiento que lo une a ti?

Quema ya el pelo y las dos raíces, ya ha pagado suficientemente.

-Todavía no ha sufrido bastante -contestó Ruido Furtivo Agradable-. Quiero que se arrepienta por completo de sus anteriores artimañas.

El estado de Bálsamo de Verano empeoraba día a día. Totalmente entregado a su amor ya no comía y se desmejoraba de forma inquietante. Permanecía postrado de la mañana a la noche ante la tienda de Ruido Furtivo Agradable y ofrecía un aspecto lamentable.

Fue entonces cuando los habitantes de la aldea empezaron a murmurar:

-No es humano dejar que un hombre se desmoralice así. Ha cometido faltas, es cierto, pero mejor sería abreviarle la vida.

Afectada por esos razonamientos, Ruido Furtivo Agradable proclamó bien alto una mañana:

-¡Voy a poner fin a sus sufrimientos! Dentro de poco dejaréis de ver a Bálsamo de Verano llorando delante de mi tienda.

Abrió la bolsa-medicina, tomó el pelo del joven y lo enrolló alrededor de un gusano. Este se metió en un agujero y desapareció en el suelo.

Entonces Bálsamo de Verano empezó a ahogarse.

Se retorció como un gusano durante todo el día y murió por la noche.

Ruido Furtivo Agradable fue a ver a Casi un Perro y le dijo:

-He quemado las raíces que diste. Ahora me puedo casar contigo.

Casi un Perro pensó:<< Esta mujer es terrible en su venganzas y me da mucho miedo convertirla en mi esposa.>>

Y partió hacia lejanos parajes.

Ruido Furtivo Agradable nunca volvió a encontrar marido y vivió sola toda su vida.

Algunos dicen que ha muerto y otros pretenden que aún vive.




Facilitado por la Facultad Nacional Autónoma de México