"Hannos faltado ojos durante
tres siglos o más para ver las cosas que nos rodean en América, a donde vinieron
nuestros padres mal preparados para el estudio de la naturaleza nueva que se les
presentaba con formas estrañas, grandiosas o bellas. Línneo y Buffon no habían
todavia dado forma científica a la masa de conocimientos que otras naciones que
la nuestra habían venido acumulando.
Así
es que Azara, al querer poner orden a la enorme colección de animales que había
cazado en el Paraguay y las Misiones, tuvo que inventar un método de
clasificación, que por fortuna se acercaba al de Linneo. Al fin abierta la
América por la Independencia de las antes colonias a todas las investigaciones,
y espuesta a todas las miradas, el sabio más grande de los tiempos modernos
Humboldt recorriéndola descubrió un mundo viejo, en el nuevo mundo, Io que le
indujo a escribir el Cosmos, la historia de la creación del Universo, que hoy se
cree es, el Evanjelio de una nueva teoría o idea de la exístencia, que aún no
muestra todavia sus consecuencias en la moral, la política y la
filosofía.
A
este nuevo Colon han seguido, por lo que hace a estos paises, descubridores
parciales cual Gabotos, Pizarros y Corteses, fundando reinos nuevos en la
ciencia o ensanchando, los antiguos hasta tener que reconocerlos imperio. Este
es el gran rol de la América en la reconstrucción jenesiaca que se viene
operando.
El
día que se exhumó del río Lujan el jigantesco Megaterium, puestos de piés sus
huesos, casi completos en el Gabinete de Historia Natural de Madrid, se abrió un
nuevo capítulo á la historia de la creacion, como se recuperaron, aunque medio
borradas muchas pájinas de la historia humana, cuando se descubrieron los
pedernales labrados que sirvieron de armas á pueblos que han cubierto toda la
tierra aún el hoy desierto de Sahara, donde encontraronse amontonadas astillas
de pedernales de las fábricas de útiles y desechos, como se encontrarían
depósitos de recortes de lata, indicando la vecindad de hojalateros, si el
hierro no cediese tan pronto, á la naturaleza sus elementos, para otros trabajos
y combinaciones, porque el pedernal es materia más duradera para dar testimonio
que los oxidables metales. Mediante aquellas exhumaciones es que el Dr. Muñiz ha
sido iniciado desde temprano en el secreto de los grandes acontecimientos
científicos; la existencia de distintos animales formados, flotan en la
atmósfera de una época sin condensarse una creacion pampeana que ha dejado
sembradas sus osamentas en la dilatada estension de las llanuras.- En 1825
descubre en Chascomús huesos fósiles de varios animales; y mas tarde,
trasladando su residencia á Lujan, enriquece al mundo con repetidos ejemplares
de la fauna que el llama antidiluviana. El viaje, hoy tan célebre de Darwin en
la Beagle que dá orijen á una teoría que intenta servir de vínculo entre las
faunas antiguas y modernas abraza un periodo desde 1832 á 1837 - Muñiz siguiendo
sus huellas redobla de actividad en busca de fósiles, anunciando en I842, que ha
vuelto á trabajar en este campo.
Parece pues que su interés
por aquellos restos lo despertó la abundancia de fósiles que encierra el rio
Lujan, cuyas barrancas parecen un osario de las razas estintas, y donde aún se
conservaban las hondas escavaciones practicadas para desenterrar el megaterium
enviado á Madrid en 1789. La accion de Darwin debió reavivar su celo,
emprendiendo con sus escasos recursos, y debemos en su honor decirlo, con
incompleto conocimientos en ciencia tan nueva, enriquece el museo de Buenos
Aires con varias especies, y mas que todo con un esqueleto casi completo del
caballo fósil, de que Darwin había encontrado un diente en Patagonia, y despues
de Darwin un felix jigantesco, con cuchillos de cortar á mas de incisivos y de
muelas. Con estos trabajos Muñiz es el primer americano que se alista en el
cuerpo de esploradores, obrando por su propio impulso, y con el propósito de
contribuir al progreso de las ciencias modernas. Este es á mi juicio un hecho
considerable.
No
es fácil para hombres instruidos, á la manera y para los fines que se educó
nuestra juventud, recibiendo grados de doctores en derecho o teolojía, emprender
despues de llegados á la edad adulta rehacer su educación, y apreder desde la
cartilla, digámoslo así, los diversos ramos de las ciencias naturales; pero en
estos últimos tiempos, se han abierto nuevos senderos á la intelijencia humana,
que no requieren por de pronto gran bagaje, pudiendo el aprendisaje principiar
por el fin. La antropolojía pertenece á este jénero, en lo que respecta á esta
parte de América: la antigüedad del hombre en la tierra sin historia, se ha
deducido del hallazgo de pedernales labrados de cierto modo en diversos países
del mundo. Los menos aptos para reconocerlos eran los sábios, que con Cuvier
hasta su muerte, y con Lyell veinte años, solo opusieron resistencia y
menosprecio, en cuanto pruebas de una existencia humana antes del uso de
metales, esto es antes de la historia, y la del hombre fósil, como muchos otros
animales, cuyos restos se encontraban por todas partes. El vuelco operado en la
ciencia, en estos últimos años, este comenzar de nuevo la cuenta, digámoslo así,
ha permitido que la juventud sudamericana tan mal preparada para los estudios
cientificos que parecia no importarle nada, se haya agregado á la caravana de
los esploradores cuando no mas sea que para reunir materiales, como conocedores
del terreno, y ayudir la grande obra. La antropolojía, por ejemplo, suscita ya
en toda la América, estudios y descubrimientos orijiales, con el hallazgo y
coleccion de cráneos humanos, y de tiestos de barro o hachas de pedernal-bruto o
pulido que revelan los diversos grados de civilizacion y las razas de los
pueblos primitivos , trasformados en Europa, sobreviviendo en América. Las
huacas peruanas, y los túmulos mejicanos suministran documentos que no se
tuvieron presentes para formar la historia de la civilizacion antigua; pues
Palenque y las construcciones piramidales, la última de las que medida ha dado
míl doscientos piés de costado, setecientos de alto, amenazan dejar modernas
relativamente á las pirámides de Egipto.
Cuánto no deberá pues el
progreso á los infatigables coleccionistas ya sea de fósiles, ya de restos de
arte y construcciones primitiva del hombre, que suministran al sábio materia
para sus investigaciones, o pábulo á su curiosidad. El Doctor Muñíz figura en
primera línea en esta nueva jeneracion de adeptos, y sus esfuerzos han tenido el
mas cumplido éxito como lo muestra el catálogo de las piezas que suministró con
abundancia á los museos de Historia Natural de varias
naciones.
Prueba de su zelo fué la
rica coleccion de fósiles que contenidos en once cajas puso en 1842 á
disposicion del Gobierno de la Provincia, el cual estaba ocupado por entónces de
preferencia en esterminar salvajes unitarios, lejos de dar importancia á esta
especie de chafalonía de huesos, cuyo valor y significado el público de entónces
no comprendía. Apresuróse Don Juan Manuel de Rosas á deshacerse de ellos,
haciendo donacion al almirante Dupotet del embarazo, no quedándole al país sinó
la factura publicada entonces en la "Gaceta", sin que el donador primitivo que
veia representado en aquellos huesos fósiles el trabajo personal de años en
catear, husmear, y desenterrar huesos á veces por una especie de divinacion que
poseen los esploradores, haya podido averiguar si fueron deposítados en el Museo
del jardin botánico de Paris, según dice en muchas de sus cartas posteriores,
ofreciendo a Mr. Geofroy Saint Hilaire, ó al secretario del Gabinete de Historia
Natural de Madrid y al de cirujanos de Lóndres, continuar los envíos, si le
instruyen del paradero de aquel primero valiosisimo.
En
carta al Sr. Don M. R. Trelles, secretario en 1857 de la Comision del Museo,
remitiéndole una rica colección de fósiles, que encuentra diminuta la muestra "á
causa del largo tiempo en que cesaron sus pesquisas en busca de fósiles lamenta
aquella primera "que circunstancias azarosas apartaron de su poder, y llevaron
fuera del pais colecciones valiosas que destinaba al Museo de su
patria".
Esta pérdida, que no lo fué
para la ciencia sin duda, fué sucesivamente subsanada por donaciones
valiosísimas, dé cuyo valor da testimonio el Dr. Burmeister, que reparando el
desfalco traido por la ignorancia de Rosas ha logrado hacer del Museo Nacional
de Buenos Aires, el mas rico Museo paleontolójico del
mundo.
Y
para no apartarnos de los documentos, ya que poco importa el catálogo de los
once cajones enviados á Francia, tomaremos de la carta dirijida al señor Trelles
la lista de fósiles que envía al Museo en 1857: "Figuran, dice, entre los
fósiles orgánicos que he puesto en el Museo, la magnífica cabeza del Toxodon
platense, y otros huesos de este mamífero. Una de las estremidades posteriores
del Clyptodon y varias de sus vértebras caudales. Otra estremidad semejante del
pesado Meghaterium: el brazo poderoso y la terrible mano unguiculada de aquel
jigante de nuestros ántiguos terrenos, con algunas de sus vértebras y costillas;
el esternon, clavícula e istillar, etc. etc. Una mandíbula del Masitodonte,
cuyas muelas conservan el esmalte. Un colmillo ó canino del Mahamouth, especie
de elefante, que aunque deficiente en su estremidad mandibular, mide no
obstante, cuatro piés seis pulgadas de largo, reteniendo hasta la punta el
esmalte natural. Un pié de Milodon, animal de formas tan estraordinarias, como
lo son las de aquellas otras especies. Varios huesos del caballo fósil,
etc.
El
caballo fósil, de paso nombrado aquí, ocupa lugar muy prominente en la
distribucion de los seres creados. Como se vé, es contemporáneo del Megatherium
y con él estinguido, mientras que en Asia y Europa sobrevivió á las catástrofes
que lo sepultaron en América, sirviendo allá al hombre del Asia central con los
centauros, los escitas, para unir á las tribus humanas, destruir y rehacer
naciones con Genjiskan, Atila, Artigas y los bárbaros de á
caballo.
El
Dr. Burmeister para hacer figurar dignamente el Museo Paleontolójico de Buenos
Aires en la Exposicion Universal de Filadelfia, obtuvo del Gobierno provincial,
imprimir una monografía suya De los caballos fósiles de la República Arjentina,
ilustrada con ocho láminas, en gran fólio, en castellano y aleman, síendo el
estudio mas completo que se hubiese hasta entonces hecho sobre el caballo fósil
de América, á que referimos al lector curioso.
Para los fines de este
trabajo, bástenos repetir que segun el Dr. Burmeister, "la primera vista del
esqueleto armado del fósil, demuestra ya evidentemente, que el animal ha sido un
caballo, de figura particular, acercándose mas al Burro y la Zebra, que al
Caballo doméstico. Pertenecen á estas particularidades principalmente, la
construccion mas fina del tronco y los miembros mas cortos, que se relacionan
mucho a las dimensiones del burro, en comparacion con la cabeza, no solo
relativamente mas grande que la del caballo, sino tambien
absolutamente".
Y
haciendo la historia del caballo fósil se espresa así mas adelante: "Entrando en
la administracion del Museo Público de Buenos Aires, al principio del año 1862,
encontré en este establecimiento restos de un caballo fósil, recojido por el Dr.
D. Francisco X. Muñiz, 20 años antes: cerca de la Villa de Lujan, en sociedad
con el esqueleto del Megathcrium, igualmente conservados sus restos en el Museo
Público. Desgraciadamente por la obra inmensa de sacar estos dos esqueletos
enteros de la tierra, con prontitud, sin asistencia de ayudantes útiles, el
hábil descubridor se vió obligado á trabajar sin la precaucion necesaria,
rompiéndose por esto los dos cráneos y conservando completos solamente los
fuertes huesos de los miembros; los que son aun actualmente adorno de nuestro
Museo. Del cráneo del caballo, el Dr. Muñiz me mostró un hueso delgado de 23
centímetros de largo, por solo 2 centímetros de ancho al estremo superior y con
un centímetro al estremo inferior, que éI me señaló como una porcion del hueso
de la naríz. Comparando este hueso con los huesos nasales del caballo actual,
encontré una diferencia tan grande, que me he visto obligado á dudar de la
exactitud de la observacion, y por esta razon no he hablado del hueso
particular, cuando describí los restos del caballo fósil, conservados en el
Museó Público (véase: Anales del Museo Público de Buenos Aires, tomo 1, página
238 siguiente, 1867- 4º),. Hoy sé que la determinacion del Dr. Muñiz ha sido
exacta; el caballo fósil de la Pampa Arjentina ha tenido un hueso nasal con
punta libre sobresaliente, no solamente de 23 centímetros,sino de 28, cuyo hueso
ha medido en su base libre 2.5 centímetros de largo y se prolongaba hácia atrás
en una porción mas ancha de 5 centímetros de largo y 10 centímetros de ancho,
uniéndose a la mandíbula superior y con el hueso intermaxilar de la frente en un
modo correspondiente como en el caballo doméstico. Esta configuracion particular
del hueso de la nariz distingue claramente el caballo fósil de la pampa del
caballo doméstico, como jénero aparte á primera vista. He dado entonces
solamente una descripcion de los huesos de las estremidades, fundando en la
diferencia de las muelas dos especies, que he clasificado, no muy bien en este
modo:
1.
Equus
curvidens. Owen.
-
principalis.
LUND.
-
neogaeus.
GERVAIS.
2.
Equus
neogaeus. LUND.
-
Devillei.
GERVAIS.
Para mas abundamiento en la
página 13, repite la misma observacion:
"Fue esta porcion delgada
que me mostraba ya el Dr. D. Francisco X. Muñiz como el hueso nasal del caballo
fósil, 23 centímetros de largo, deponiéndola en el Museo Público: pero la figura
completamente singular de este objeto me hizo dudar de la exactitud de su
interpretacion, aunque no podía imajinarme la colocacion que hubiera tenido un
hueso tan singular en el esqueleto de un caballo" y aun pájina 20" Tenemos en el
Museo Público un segundo ejemplar del atlas (vértebra del cuello), perteneciente
al esqueleto recojido por Francisco X. Muñiz".
Por
la contestacion dada por el Presidente de la Academia de Ciencias de Stokolmo al
Sr. Profesor Muñiz de Buenos Aires, puede juzgarse de su conato en difundir por
el mundo sábio los elementos de las nuevas ideas sobre la naturaleza:
La
Academia de Ciencias de Stokolmo, á la cual ha qúerido Vd. hacer, por el
intermedio de Mr. Bellberg, el precioso obsequio de una coleccion de osamentas
fósiles de esos países, ha oido en su Asamblea Jeneral el Informe sobre el gran
valor de este don, hecho por el abajo firmado director del Museo de Jeolojía.
Los miembros de la Academia, igualmente interesacios en la Palcontolojía han
tenido ocasion de admirar el estado de perfecta conservacion en que se encuentra
la cabeza de su muñifelis bonaerensis que hace parte de ella. Felicitándose de
ver enriquecido el Museo con tal preciosa coleccion, la Academia ha deseado
manifestar á Vd. su alta consideracion y su vivo reconocimiento, presentándole
la adjunta medalla de Berjelius"'.
En nombre de la
Academia.
Stokolmo, Abril 5 de
1861.
CARL
SWUNDEALL.
Director.
Dres. Magnus Huss. - W.
Berg.
Inspectores del Museo de
Zoolojia
Lejos de darse
pretensiosamente los aires de un consumado naturalista, hace valer solo como lo
escribe a Mr. Geofroy de Saint Hilairé "el empeño con que á dos mil leguas del
centro de la civilizácion, ha procurado, sin estímulo, sin direccion, aún sin
los conocimientos teóricos, y el gusto que comunican los buenos autores á
recojer aquellos restos para encaminarlos al emporio del
saber...
Faltando escuelas donde
estudiar la diversa organizacion de los animales, y donde adquirir instruccion
sobre anatomía comparada, estoy lejos de trazar una descripcion ilustrada y
provechosa de los esqueletos 6 huesos fósiles que
encuentro".
Ante tal franqueza y tan
levantados propósitos se desarma la critica, si alguna vez cometiese error en
las denominaciones dadas á las especies atribuidas á los fósiles que iba
encontrando. El sábio Burmeister, se complace en repetir que era uno de los
hombres mas sinceramente estudiosos; y Darwin en su carta que insertamos á
continuacion se asombra de que persevere en sus trabajos sin recursos, y sin el
apoyo de la opinion publica. Una carta de Darwin como un testimonio de
Burmeister son credenciales bastantes para asegurar el título de sábio
colaborador, á aquellos á quien benévolamente van
dirigidos.
Preocupólo mucho durante sus
últimos años la idea de haber descubierto una fiera fósil, á la cual llamó
muñifeliz bonaerense, dando cuenta de tan valioso hallazgo á los sábios de la
época, á Darwin, á Geoffroy Saint Hilaire, y á los secretarios de varios museos,
notando que su hallazgo era posterior á la espedicion de Darwin y de los demas
jeólogos que visitaron el país, inquiriendo despues del Sr. Trelles si Mr.
Bravard, que solo poseia una cabeza del fósil felino se daba por descubridor.
Sin necesidad de ayudar al testimonio requerido, podemos decir que Mr. Bravard
nos mostró aquella cabeza, haciendo valer su importancia con decir que hacia
falta encontrar un carnívoro, porque toda fauna reclamaba un moderador que
pusiese coto la excesiva multiplicacion de las especies individuales que se
mantienen de vegetales.
El
felino encontrado se conserva en el Museo Nacional de Buenos Aires, y es una de
sus mas importantes adquisiciones. Darwin á quien Muñiz describía las terribles
armas de que venía dotado, sujere que debe ser un Machaerodo, de que ya se
habian encontrado dientes y muelas. El Dr. Muñiz ya mas versado en la
clatsificacion de los fósiles, y con el ausilio de la famosa obra de Cuvier
sobre Anatomía comparada que sobre una muela hallada permite reconstruir el
animal entero determinando su jénero, especie, alimentacion, emprendió dar la
descripcion de su hallazgo favorito.
"Pueblo Bajo de Farnborough,
Febrero 26 de 1847.
Condado de
Kent.
Sr.
Dr. D. Francisco Xavier Muñiz
Respetable
señor:
"La
carta del 30 de Agosto, con los papeles que tuvo Vd. la bondad de mandarme,
llegó á manos hace muy poco tiempo, debido á la enfermedad y ausencia de Lóndes
de Mr. Morris por quien fueron dirijidos.
"He
oido recientemente á Mr. Morris que Vd. deseaba deshacerse de sus restos fósiles
por medio de algun arreglo pecuniario, lo cual no he podido comprender bien en
la carta que Vd. me escribió. He dado á Mr. Morris mi opinion sobre este punto,
así es que no la repetiré aquí.
"Pero diré solamente que el
único plan practicable creo seria el que Vd mandase sus fósiles aquí, á algun
ajente para que disponga de ellos.
"Su
especimen sobre el Muñiz-feliz debe ser horrible.
"Sospecho que será un
Machaerodus del cual hay algunos fragmentos en el Museo Británico, procediendo
de las Pampas.
"Procuraré hacer traducir su
escrito y publicarlo en algun periódico científico.
"La
relacion de Vd. sobre el terremoto en las pampas me sorprendió; nunca habla oído
de ninguno, en parte alguna al Este de la Cordillera, á no ser en
Córdoba.
"Si
Vd. quiere informarme si lee el inglés, seré feliz en mandarle una cópia de mis
observaciones jeológicas en Sur América, recientemente publicadas, indicándome
un conducto para hacerlo. Creo que no valdría la pena de mandárselo sin saber si
Vd. Iee el inglés.
"Presentaré su tratado sobre
la Fiebre Escarlatina al Real Cuerpo Médico de Cirujanos.
"No
puedo adecuadamente espresar cuanto admiro el continuado celo de Vd., colocado,
como lo está, sin los medios de proseguir sus estudios científicos y sin que
nadie simpatice con Vd., en los progresos de la Historia
Natural.
"Confío que el gusto de
seguir sus tareas le proporcione algun premio para tantos
esfuerzos.
"Hace algun tiempo que Vd.
tuvo la fineza de mandarme por Mr. E. Lumb, algunos informes muy curiosos, y
para mi de mucho valor sobre la vaca Ñata.
"Agradeceré cualquiera otra
informacion sobre cualquiera de los animales domésticos de la Plata, como el
oríjen de algunas razas de aves, chanchos, perro, ganados, etc.,
etc.
"Tambien estoy muy
interesado en tener una breve descripcion de las costumbres y formas ó hechuras
de los chanchos, perros, etc., etc., en su estado silvestre y particularmente
sobre las crias silvestres, cuando se toman los animales jóvenes para
criarlos.
"¿Será tan manso un cachorro
de perro cimarron si es criaclo con cuidado, como cualquier otro perro
doméstico?
"Algunas informaciones sobre
todos estos puntos me serían muy útiles; y siempre que Vd. tenga tiempo de
escribirme, se servirá Vd. dirijir sus cartas á donde indica el encabezamiento
de esta.
"Sinceramente deseo á Vd.
prosperidad en sus admirables labores, y si en aIgún tiempo puedo servir á Vd.
de algo, me será grato hacerlo.
"Con el mayor respeto quedo
de Vd. S. S.
"P.
S. - Habia omitido mencionar que el profesor Owen ha oido decir que una
coleccion de huesos ha llegado á Paris, hace algun tiempo, de Buenos
Aires".
Igual novedad que la del
Machaerodus, causó al Dr. Muñiz haber encontrado un árbol fósil en la Pampa,
anunciando, por cartas la feliz nueva á varios naturalistas y Museos como
acontecimiento muy raro y de que no tenia antecedente. Darwin habia encontrado
en Villavicencio, montaña escarpada enfrente de Mendoza, camino de Uspallata á
siete mil pies sobre el nivel del mar, un grupo de árboles petrificados, once
convertidos en sílice y treinta ó mas en espato calcáreo groseramente
caracterizado.
La
impresion de la cáscara en la roca los coloca entre las araucarias que existen
al Sud en las faldas andinas.
Para suministrar un punto de
comparacion, á fin de computar la antigüedad relativa del terreno de los fósiles
que se encuentra en la Pampa, tomaremos del célebre jeólogo el pasaje de sus
viajes que habla de la materia.
No
se necesitan, dice, profundos conocimientos en jeolojía para comprender los
hechos maravillosos que indica esta escena; y sin embargo, lo confieso, tal fué
la sorpresa que desde luego esperimenté, que no queria creer á las pruebas mas
evidentes. Encontrábame en un lugar en donde un grupo de bellos árboles
estendieron sus ramas sobre las costas del Atlántico, cuando aquel océano,
rechazado hoy á 1700 millas de distancia, venía á bailar los piés de la
Cordillera. Estos árboles habian brotado sobre un suelo volcánico levantado
sobre el nivel del mar: despues esta tierra con los árboles que en ella crecían
se habian hundido en Ias profundidades del océano. En estas profundidades del
mar, aquella tierra que antes estuvo seca, se había cubierto de una capa de
sedimentos, despues estos á su turno lo habian sido por enormes derrames de
lavas submarinas: uno de ellos tiene mil piés de espesor; ahora estos diluvios
de piedra en fusion, y aquellos depósitos acuosos se habian reproducido cinco
veces consecutivamente. El océano que se había tragado masas tan colosales debía
ser muy profundo en seguida las fuerzas subterraneas habian ejercido su potencia
nuevamente, y yo veia ahora el lecho de este océano formando una cadena de
montañas que tienen mas de 7.000 piés de alto. Por otra parte, las fuerzas
siempre en accion que modifican constantemente la superficie de la tierra,
habían tambien ejercido su imperio, porque aquellas inmensas acumulaciones de
capas se encuentran al presente cortadas por valles profundos, y los árboles
petrificados salen hoy dia del suelo cambiado en roca, allí donde en otro tiempo
elevaban sus verdes copas (familia araucarias segun Mr. Robert Brown que los
analizó). Ahora todo está desierto en este lugar; los líquenes mismos no pueden
adherirse á estas petrificicaciones que representan árboles de otros tiempos. Y
sin embargo, por inmensos, por incomprensibles que estos cambios hayan de
parecer, todos se han producido en un período reciente, si se le compara con la
historia de la Cordillera, y la Cordillera misma es absolutamente moderna
comparativamente á muchas capas fosilíferas de la Europa y de la
América.
Segun esta modernosísima
cronolojía, los Megaterios, á superficie de tierra casi, son creacion de ayer,
relativamente á nosotros mismos y el pequeño crustáceo y el molusco encontrados
en el terreno laurenciano en Norte América y Canada por donde corre el San
Lorenzo, precede á las araucarias de Villavicencio de unos pocos millones de
años. Ocasion es de repetir la esclamacion del estanciero: "las cosas de Don
Carlos!".
No
es ocioso prevenir aquí,ya que de aquellas famosas petrificaciones se habla, que
el Sr. Moreno, director del Museo de la Plata ha tenido la escelente idea de
subir á la montaña de Uspallata, al lugar designado por Darwin, y desprender de
la roca troncos y cortezas de aquellos testigos de los movimientos terrestres,
como si hubiera intentado traerlos al lugar ideal que ocuparon antes á las
marjnes del mar que ha dejado la conchilla, ó en el que antes dejó las ostras
del Paraná. Podemos pues sin ir á Villavicencio, ver estos prodijios de la
jeolojía.
Tiene para mi un particular
interés el Machaerodo. De las fábulas griegas, entre ellas las doce hazañas de
Hércules, no es la menor haber estirpado el leon que asolaba las campañas de
Nemea, y entre los fósiles encontrados en Grecia, á mas de seis variedades de
monos, fósiles cuya posibilidad negaba Cuvier años antes, se encontró un
terrible carnívoro fósil con dientes, incisivos, muelas y uñas formidables,
dotado ademas de cuchillos tajantes á guisa de espadas de dos filos que debieron
servirle para hacer tajadas de la carne que los otros instrumentos de aquel
arsenal le procuraban. Este debió ser el espantable leon Nemeo, estirpado por
Hérctules, acaso por haber dado como Muñiz con sus huesos fósiles mas
tarde.
El
Dr. Burmeister ha consignado en el primer tomo de los Anales del Museo de Buenos
Aires, á cuya formacion contribuyó mucho el Dr. Muñiz, enriqueciéndolo
sucesivamente con sus mas valiosas adquisiciones, el recuerdo de varias de las
donaciones hechas por este grande aficionado y si le niega ser el primer
descubridor del Machaerodo en el mundo, es porque Cuvier ya habia errado,
confundiendo restos de este animal con los de otro, y sucesivamente
encontrándose dientes ú otros fragmentos en diversas partes del mundo; pero
ninguno tan completo como el que ostenta el Museo de Buenos Aires, y cuyos
cuchillos son los mas grandes que se conservan. Pero Muñiz ha sido el
descubridor del Machaerodo en el Río de la Plata, y él tenía derecho á reclamar
el honor de su hallazgo.
Recientemente ha montado el
Dr. Burmeister una cabeza de mastodonte que habia obsequiado al Museo el Dr.
Muñiz y de cuya posesion se engrie el jeólogo, que una vez nos anunciaba de
regreso de Córdoba, como el descubrimiento mas feliz de su viaje, y un verdadero
progreso para la ciencia el hallazgo, ¡ Oh rara fortuna! de una novena variedad
de glyptodon. Lo trae Vd. todo entero -No, es una vértebra de la cabeza lo que
he encontrado, pero eso basta para caracterizarlo!
"El
terreno, dice el Dr. Burmeister; entre las dos villas de Lujan y de Mercedes, es
principalmente el depósito mas rico de huesos fósiles en nuestra provincia; es
el mismo lugar en donde se encontró el año 1789, el esqueleto entero del
Megaterio hoy el objeto mas valioso del Museo de Madrid, y que ha llamado tanto
Ia atencion de los sabios naturalistas, despues de su descubrimiento, hasta
nuestras dias; como tambien el esqueleto completo del Mylodon Grásilis, que se
presenta en nuestro Museo. Forma aquí el suelo un bajío muy insensiblemente
inclinado, en el centro del cual corre el riachuelo del mismo nombre, en una
direccion jeneral del Oeste al Este, cambiando bajo la Villa de Lujan el curso
directamente al Norte, para unirse al río Paraná, pero no le alcanza; la
barranca alta del terreno mas elevado, que acompaña al río Paraná del lado
Sudoeste, se retira de este punto mas al Sud, y dá lugar al río de Lujan para
adquirir su camino propio hasta la boca ancha del Río de la Plata, en la cual
entra como siete leguas al Norte de Buenos Aires.
"Es
allí donde se forman entre los dos ríos esas islas fértiles, provistas de una
vejetacion rica de sauces de todos tamaños, que la fantasía poética de algunos
escritores del país ha comparado con el célebre Valle de Tempe en
Tessalia.
"Parece que la desviacion
del Riachuelo de su curso en el paraje cerda de la Villa de Luján, indica un
impedimento en la continuacion de su marcha directa, algunos obstáculos
naturales, y que estos obstáculos han causado antes una gran acumulacion de agua
en la hondura de las Villas de Lujan y Mercedes, en la que han muerto y han
quedado sepultados animales innumerables, cuyos esqueletos se encuetran hoy bajo
las tierras depositadas por las mismas aguas. Los restos de carnívoros son muy
escasos entre los huesos fósiles de dicho terreno. Tenemos en el Museo Público
solamente huesos fósiles de cuatro clases de carnívoros, que pronto.
describiremos, después del Machaerodus.
"Respecto al conocimiento
primero del animal, del cual vamos á dar razon, no fué el Dr. Muñiz su primer
descubridor, porque largo tiempo antes de su publicacion en la Gaceta Mercantil,
ya se habían encontrado restos de animales muy parecidos en otros paises. Fué el
Dr. Kaup, quien en el año 1833, fundó sobre el colmillo largo, en forma de hoz,
su jénero Machacrodus, y en este jénero debe entrar por su naturaleza totalmente
igual tambien el Muñifelis bonaerensis. El célebre Cuvier ya habia conocido ese
diente y dado una descripcion corta en su obra del año de 1824; pero como ese
diente se ha encontrado con el Oso, Cuvier ha identificado Ios dos diferentes
animales, llamándoles Ursus Cultridens. Bravard (1828) fué el primero que
encontró cuatro años después, un cráneo completo que manifestaba una grande
similitud del animal con los gatos, cambiándole, entonces su nombre en Felis
Cultridens. Pero el Dr. Kaup, cinco años después (1833), probaba que no es un
verdadero gato aquel animal, sinó un jénero particular, por la construcción
diferente de su colmillo, llamándole Machaerodus. El autor ha conocido de este
animal solamente tres dientes, el coImillo largo superior, otro colmillo mucho
mas chico inferior y el diente molar inferior. No sospechando que estos dos
dientes fueran del mismo animal, he fundado en ellos otro nuevo jénero,
llamándole Agnotherium.
"Algunos años después (1816)
el célebre Owen describió un colmillo muy semejante con el nombre Machaerodus
latidens en su obra sobre los cuadrúpedos antediluvianos de Inglaterra, avisando
al mismo tiempo al lector, que habia visto dientes de un animal semejante,
también en la coleccion de huesos fósiles, mandada por los Sres. Falconer y
Cautley de la gran India. Así ha sucedido, que casi contemporáneamente con la
publicacion del Dr. Muñiz ya fueron conocidas cuatro especies del jénero
Machaerodus, del antiguo mundo. En el nuevo mundo, el primer descubridor de una
especie del mismo jénero fué él Dr. Lund, que ha examinado con tanto éxito las
cuevas naturales de Minas Geraes en el Brasil, para encontrar en ellas huesos
fósiles. Este hábil naturalista encontró algunos dientes chicos y huesos del pié
pertenecientes al Machaerodus; pero sin conocimiento del animall entero, los
aplicó á una especie de Hyaena, llamando el animal H. neogaea (L'Instituto VII,
125, 1839), Sin embargo, despues, como ha encontrado tambien el colmillo largo
en forma de hoz, ha comprendido fácilmente, que el animal no habia sido una
Hyaena, llamándole entonces Smilodon populator. (Act. Acad. Dinam, de Copenhague
Class física IX, 1842). No hay que dudar que el autor fundando este nuevo
jénero, no conoció la obra de Kaup (Ossem. fóssiles Darmstadt, I833, 4º), en la
cual se ven las formas del colmillo de Machaerodus, muy parecidas á las del Dr.
Lund en dichas Actas de la Academia de Copenhague; pero como su primera
publicacion es seis años anterior á la descripción del Dr. Muñiz, no puede
conservarse en la ciencia el nombre Muñifelis bonaerensis con preferencia á la
primera denominacion del Dr. Lund con el nombre del Dr. Kaup, es decir:
Machaerodus neogaeus. Se conocian de este animal que aquí describiré
sumariamente, antes de la publicacion del Dr. Muñiz, solamente las partes
descritas por el Dr. Lund, pero prueba su descripcion, como las figura
acompañadas, que es idéntica su especie con la nuestra. Mas tarde ha dado
Blainville, el sucesor de Cuvier en la cátedra del jardin de las Plantas en
Paris, una figura de un cráneo casi completo en sú obra Ostéographie génér.
Felis, pl. 20; bajo el nombre de F. Smilodon (Smilodon BIainvilli, Desmarest,
expl. de la planche.
"Tenemos en el
establecimiento un esqueleto que el Dr. Don Francisco Javier Muñiz. ha recojido
en el año 1837, cerca de la villa de Lujan, y regalado al Museo.
"Desgraciadamente, faltan algunas partes muy necesarias para su reconstruccion,
y por esta razon no se puede ejecutar exhibicion. Esperamos que nuevos
descubrimientos vengan á completar pronto los restos ya obtenidos para dar al
público la vista sorprendente del esqueleto de este animal
maravilloso.
"De
la cabeza tenemos en el Museo la mandíbula inferior, y el hueso incisivo
superior con algunos otros pedazos del craneo. Las siete vértebras del cuello,
aunque muy rotas, también se poseen.
"De
las diez y sus dorsales tenemos once, y entre ellas la primera y última. Es muy
digno de notar que la diferencia en el tamaño del cuerpo vertebral de la primera
y la última vértebra dorsal es muy grande y mayor que en ningun otro animal
conocido.
"Tenemos en el
Museo Público muchos huesos de un esqueleto de caballo fósil, que el Dr.
Francisco Javier Muñiz ha encontrado cerca de la Villa de Lujan, bajo el
esqueleto de un Megaterio, tambien recojido por el mismo. Los dos esqueletos
estuvieron íntegros, pero la grande obra de sacarlos, sobrepasando las fuerzas
de una sola persona, ha impedido la conservacion perfecta de las dos. Así falta
del esqueleto del caballo como del Megaterio, el craneo, los omóplatos, la
pélvis y muchos huesos del tronco, conservándose completo solamente los de los
miembros.
"Por la pérdida del cráneo
con todos los dientes, no es posible saber á cuál de las dos especies ha
pertenecido el esqueleto, pero como todos los húesos son mas pequenos y finos
que los del caballo actual de tamaño regular, no puede haber duda, de que el
caballo fósil arjentino fué de tamaño inferior en su cuerpo, pero probablemente
de cabeza mas grande y gruesa que el caballo doméstico."
(*) Citado por Sarmiento,
Domingo Faustino, en "Vida y escritos del Dr. D. Francisco Javier Muñiz", Cap.
VI, Félix Lagouane Editor, Buenos Aires, 1885.
Por razones de interés
documental, se respetó la escritura
original.