No se describirá con menos frases vida más larga. He vivido en todas partes la vida íntima de mis huéspedes y no como viajero. Dejo tras de mí un rastro duradero en la educación y columnas miliarias en los edificios de las escuelas que marcarán en la América la ruta que seguí.
Hice la guerra a la barbarie
y a los caudillos en nombre de ideas sanas y realizables, y, llamado a ejecutar
mi programa, si bien todas las promesas no fueron cumplidas, avancé sobre todo
lo conocido hasta aquí en esta parte de América.
He
labrado, pues, como las orugas, mi tosco capullo, y sin llegar a mariposa, me
sobreviviré para ver que el hilo que depuse sería utilizado por los que me
sigan.
Nacido en la pobreza, criado
en la lucha por la existencia, más que mía, de mi patria; endurecido a todas las
fatigas, acometiendo todo lo que creí bueno y coronada la perseverancia con el
éxito, he recorrido todo lo que hay de civilizado en la tierra y toda la escala
de los honores humanos, en la modesta proporción de mi país y de mi tiempo; he
sido favorecido por la estimación de muchos de los grandes hombres de la tierra;
he escrito algo bueno entre mucho indiferente; y sin fortuna, que nunca codicié
porque era bagaje pesado para la incesante pugna, espero una buena muerte
corporal, pues la que me vendrá en política es la que yo esperé, y no deseé
mejor que dejar por herencia millares en mejores condiciones intelectuales,
tranquilizado nuestro país, aseguradas las instituciones y surcado de vías
férreas el territorio, como cubiertos de vapores los ríos, para que todos
participen del festín de la vida, de que yo gocé sólo a
hurtadillas.