Luis de Góngora y Argote

 

Doctor Carlino



Hablan en ella:

GERARDO
CARLINO, médico
TANCREDO
ENRICO
DON TRISTÁN
TISBERTO
CASILDA
LUCRECIA

Acto primero

(Entran GERARDO y el DOCTOR CARLINO.)
DOCTOR Gerardo, nuestros abuelos,
graduando sus espadas
en las leyes de sus duelos,
mancharon las estacadas
con la sangre de sus celos. 5
Ley tan bestialmente impresa
solamente hoy se profesa
entre galanes de vacas,
a cuyas armas no flacas
es palenque la dehesa; 10
y estos días para mí
tan discreto Marte está,
que manda se quede así
quien se convirtiere ya
por Venus en jabalí. 15
¿Sabéis lo que decir quiero?
Que será un puerco casero
quien por una mujer zaina
desnudare de su vaina
ningún colmillo de acero. 20
GERARDO Desde una roca un doctor
muy bien por la paz aboga,
sin considerar mejor
que de la más grave toga
hace banderas Amor. 25
Y más si se dan las manos
Amor y Honra, tiranos
los más crueles del mundo;
más tirano este segundo
que los tres sicilianos. 30
Ambos con emulación,
porfïada si no igual,
hacen de un mortal arpón
y de un gusano inmortal
sujeto mi corazón. 35
Porque la honra, Carlino,
cual la conciencia imagino
que labra con su gusano;
sino que una roe a lo humano
y otra roe a lo divino. 40
Si a Tancredo cada día
el nido yo le fïaba
de la bella fénix mía,
del ídolo que adoraba,
de la alma con que vivía, 45
¿queréis que le haga el buz
porque el día de la Cruz
me arcabuceó este nido?
¿Si yo el papel he leído
con que atacó el arcabuz? 50
Y si vos sois buen testigo
que Enrico los aires bebe
ballesteando a su amigo
el armiño, cuya nieve
era el calor de su abrigo, 55
¿paréceos que será ésta
razón justa, causa honesta,
para besar yo la mano
de un amigo, de un hermano,
que está armando la ballesta? 60
DOCTOR Gerardo, no te prometas
de amigos
(Aparte.)
(cual yo lo soy),
menos que estas dulces tretas,
y más de hermanos: que hoy
no hay hermandad sin saetas. 65
Amistades ya, ni espadas,
no las hay cual las pasadas;
y si las buscáis, yo fío
que no le halléis a un río
vueltas más disimuladas. 70
Un estoque es bien delgado
el amigo que hoy se usa,
de acero tan mal templado,
que aun en la vaina se excusa
de hallarse con vos al lado. 75
Y ojalá él hiciese ya
lo que el estoque hará
cuando la ocasión suceda:
que el estoque al fin se queda,
pero el amigo se va. 80
GERARDO ¿Luego solo queréis que ande?
DOCTOR ¿Con quién andaréis mejor?
GERARDO Es melancolía muy grande.
DOCTOR ¿Y si os lo manda el amor?
GERARDO Aunque el Amor me lo mande. 85
DOCTOR Muchas tiene en la ciudad
cofradías la amistad.
Si los que ya veis quién son
están en la Enclavación,
entraos en la Soledad. 90
GERARDO Sigo vuestro parecer;
y pues ya la razón hoy
tanto me ha dejado ver
que de luz cofrade soy,
de sangre ellos lo han de ser. 95
DOCTOR Gente es bien disciplinada.
GERARDO Doctor, no me digáis nada,
que acrecentáis mi mohína;
yo haré su disciplina
de los filos de esta espada. 100
Cinco años ha, y aún más,
que por esta mujer ardo,
sin templar mi ardor jamás.
DOCTOR Si ha cinco años, Gerardo,
al quinto no matarás; 105
pues mandamiento es de Dios,
justo es le obedezcáis vos
sin amenazar castigos
a vuestros caros amigos,
que caros fueron los dos. 110
GERARDO Bien dijo que tordo es
un doctorcillo hablador
cierto ingenio cordobés;
porque quien dijo doctor,
tordo dijo del revés. 115
Quien con amistad ingrata
las veras de burlas trata
y del peligro hace juego,
con leña corrige el fuego
y con aceite le mata. 120
¿Ves mi honra en opiniones
y la fe de esotra en dudas,
y a reducirme te pones
con ilaciones agudas
de sofísticas razones? 125
DOCTOR Pues lo llevas de esa suerte,
mata a entrambos; pero advierte
que ha de ir contigo el doctor,
porque el médico mejor
un montante es de la muerte. 130
Murcia le da de su acero
la malla terciopelada
y, para el trance más fïero,
un boticario es su espada
y su puñal un barbero. 135
Sabe como una beata
de la facultad que trata,
pues que receptando vive,
y sin escrúpulo escribe
y con escrúpulos mata. 140
GERARDO Bien está. Pero a fe mía
¿no será bien que esta daga,
convertida en pluma un día,
cualque rótulo le haga
al bote de la atutía? 145
De la tía repulgada,
que empanar hombres le agrada
con la sobrinilla loca,
prestando su infame toca
el repulgo a la empanada: 150
acertada cosa fuera.
DOCTOR ¿Qué peor pudiera ser?
GERARDO Una puñalada fïera.
DOCTOR ¿Puñalada a una mujer?
¿Quién, Gerardo, se la diera? 155
GERARDO Yo, que a estas viejas barbudas
en matallas pocas dudas
pusieran las manos mías.
DOCTOR ¿Quién te ha hecho Matatías,
cuando quiero que seas Judas? 160
No ya el Macabeo caudillo,
sino aquel siempre travieso
calabrés, poco sencillo,
que mató más con el beso
que el otro con el cuchillo. 165
De él has de ser hoy traslado,
bien y fïelmente sacado;
tan fielmente, que del sino
del señor Doctor Carlino
has de andar autorizado. 170
A la disimulación
mi consejo hoy te condena.
Pide el ánimo al hurón,
la máscara a la sirena
y la cola al escorpión; 175
y sobre todo, el recato
pide al ladronesco trato:
que a un ladrón y a un ofendido,
cuando nube no el vestido,
fieltro ha de ser el zapato. 180
El triste, a quien le sucede
cosa tal, y tan pesada,
coserse la boca puede;
que darle lengua a una espada
a toda locura excede. 185
Calle el desdichado, y crea
que será cosa muy fea
publicar tan gran revés;
y ya que Cornelio es,
Cornelio Tácito sea. 190
GERARDO ¿Qué tenemos, pues, del raro
cuadro de nuestra Lucrecia?
DOCTOR Que es casto menos que caro.
GERARDO ¿En cuánto la hechura precia
que en ningún precio reparo? 195
DOCTOR Cien escudos de oro fino
te dejarán ser Tarquino;
y si esta noche quiés sello,
su lecho te espera bello
a pesar de Colatino, 200
a quien no faltando en nada,
yo, en palabras no sencillas,
le entretendré en mi posada
mientras su Babieca ensillas
y te ciñes la su espada. 205
GERARDO Trazas tienes y modelos
para reparar mis celos,
tan excelentes que, en suma,
a un rasguño de tu pluma
son poco papel los cielos. 210
Sólo mi honor te replica
ser vergonzosa esa paga,
porque a fe que no me pica
tanto que la honrada lo haga,
como que pida la rica. 215
DOCTOR En pedir tiene su proa
la mujer de mayor loa,
porque la más singular
es vecina de Tomar,
veinte leguas de Lisboa. 220
No permite su interés
que en su jardín nazca en vano
el Narciso de baldrés,
ni aun la palma de la mano
sin llevar fruto después. 225
Todas, por más que las doro
con católico decoro,
deseando ver están
el paganismo en Orán,
que diga la paga en oro. 230
GERARDO Dices muy bien lo que pasa:
todas juegan a ese juego
en la calle y en su casa,
y sólo no envida luego
lo que de falso se pasa. 235
Dará cartas muchos días,
pero serán las de Urías,
y si os restáis a un abrazo,
dándoos ella con el mazo,
os dejará hecho Macías. 240
¿Cien escudos han de ser?
Cien años esté de un lado.
DOCTOR Gerardo, quien a ofender
entra a un hombre tan honrado,
ciento y más ha menester. 245
Venganza es, y no apetito.
GERARDO ¿Quién a Casilda el maldito
papel escribió?
DOCTOR Tancredo.
GERARDO Pues a él en costas puedo
condenalle por lo escrito. 250
Si por mí el viaje acetas,
al marido le haré costas,
porque serán dulces tretas
que ella me tenga las postas
y él pague las agujetas. 255
Quiero, con ardid extraño,
que las cosas de este daño
él las pague, porque entiendo
se disimula un remiendo
mejor si es del mismo paño. 260
DOCTOR ¿Cómo ha de ser?
GERARDO Bien está.
¿Qué tenemos de Leonora?
DOCTOR Su nombre te lo dirá;
que era un león no ha una hora
y es una cordera ya. 265
Visítola de opilada,
y a su pulso tu embajada
con estos dedos le digo;
que aprovecha mucho al higo
una y otra pulgarada. 270
Fingí tu billete luego
y leíselo también,
instando mucho mi ruego
en que algún duro desdén
no fuese porte del pliego. 275
Representéle el afán
que tendrá, si a Don Tristán
se la concede su hermano,
que, aunque es galán no muy cano,
es más viejo que galán. 280
GERARDO ¿Qué hay pues de ese casamiento?
DOCTOR Que no lo rehúsa Enrico.
GERARDO ¿Con un hombre de años ciento?
DOCTOR Nunca tiene edad el rico.
GERARDO Siempre es pobre el avariento. 285
DOCTOR Verdad es, y bien verdad,
que con gran puntualidad
Enrico me ha cometido
que al señor barbiteñido
le verifique la edad. 290
GERARDO ¿Quién tendrá en los años cuenta
que sabe engañar la tinta?
DOCTOR Muy poco importa que mienta
la brújula de la pinta
a los que han hecho setenta. 295
GERARDO ¿Qué respondió al fin Leonora?
DOCTOR Que esta noche tendrás hora.
GERARDO ¿Y si yo hiciese ya
como introducirme allá,
gritaría la señora? 300
DOCTOR ¿Y el ídolo soberano,
de beldad imagen rara,
Casilda?
GERARDO Doyla de mano.
DOCTOR Soplado me has en la cara
en la mitad del verano. 305
GERARDO Su nombre ya con su fama
escupo.
DOCTOR ¿No es ya tu dama
madona?
GERARDO Leonora viva.
DOCTOR Arrójome a tu saliva
como a los baños de Alhama. 310
GERARDO ¿Tanto de esta novedad,
Carlino amigo, te huelgas?
DOCTOR Celébrala mi amistad,
porque tu memoria cuelgas
hoy a la inmortalidad. 315
Tras cinco años de martirio
y ceguedad, gran colirio
te ha traído Rafael;
y si te le trajo él,
su altar ilustrará un cirio. 320
GERARDO Agradézcote esa cera,
ofrenda, al fin, de tu celo.
DOCTOR (Aparte.)
Cuando yo se la ofreciera,
Casilda, bien sabe el cielo
que a tu devoción ardiera. 325
Adoro tu sombra.
GERARDO Baste
que mi hacienda se gaste
sin desperdiciar mis años.
DOCTOR Llegado han ya tus engaños
a la tienda del contraste. 330
GERARDO Si acaso noticia tienes,
mis prójimos en el Pardo
traen penachos tan solemnes,
como a tu amigo Gerardo
orlan sus benditas sienes. 335
Vive Dios, que no me visto
de las pieles en que he visto
gamuzarse otros galanes,
por no quedar con los canes
por lo cervantes malquisto. 340
Quince años ha que ando,
de lo que ahora me pesa,
harpías alimentando
que, sobre ensuciar mi mesa,
todas se han ido volando. 345
DOCTOR ¿Con quién batieron sus alas
esos pájaros, que igualas
a las aves de Fineo?
GERARDO Por Dios, que aun ésas no creo
que fueron de uñas tan malas. 350
Una con un ginovés,
otra con un capitán
que pasó a Flandes después;
otra con un gavilán
capirote de baldrés. 355
DOCTOR ¿No añades a esas desgracias
los embustes y falacias?...
GERARDO ¿De quién?
DOCTOR De aquella mozuela,
cuya casa era vihuela
de seis órdenes.
GERARDO Deo gracias. 360
El fin ya de esa derrota
un matrimonio ha de ser.
DOCTOR De cierto ladrón se nota
que se iba a retraer
debajo de la picota. 365
GERARDO Quédese esto aquí, que voy.
DOCTOR O yo Carlino no soy,
o a buscar vas a Tancredo.
GERARDO Es verdad, porque si hoy puedo
me he de satisfacer hoy. 370
Vete con Casilda tú,
que te ha enviado a llamar.
DOCTOR ¿Hala asombrado algún bu?
GERARDO Yo, entretanto, iré a buscar
cien vecinos del Perú. 375
DOCTOR Como tú la boca le abras,
de los que trajo en las zabras,
mil te dará, yo lo fío.
GERARDO Voyme, y si acá te le envío,
entreténmele en palabras. 380
DOCTOR ¿Tomará traídos balajes
esa garduña señora?
GERARDO Tomara que estos ultrajes
no sepa Casilda.
DOCTOR (Aparte.)
«Ahora
lo veredes», dijo Agrajes. 385
GERARDO Amigo, ¿qué dices?
DOCTOR Digo
que no debe ser mi amigo
quien de mí eso se promete.
GERARDO Quédate, y perdona.
DOCTOR Vete,
que yo me quedo conmigo. 390
(Vase GERARDO.)
Profunda ciencia de valor divino,
de Apolo nieta y de Esculapio hija,
cuyas insignias son una sortija,
precioso engaste de un guijarro fino;
con tu licencia ya el Doctor Carlino 395
de tu amarilla borla se cobija,
falsamente arrollando en su valija
el mal iluminado pergamino:
despojos de un hermano, que en Valencia
murió en tus facultades gradüado, 400
y mi necesidad los hizo herencia.
Si pequé en ello, muera el que ha pecado;
mas oye antes quién soy, sagrada ciencia,
porque muera a lo menos confesado.
Un pobre aragonés soy, 405
nacido en Calatayud
de humildes padres, mas limpios
como el rayo de la luz.
Fuime a Valencia muchacho,
adonde en mi juventud 410
fui demonio por Valencia,
encarnado y aun azul.
Aprendí allí lo que basta
para engañar al común
con dos o tres aforismos 415
del médico de Corfú.
Murió mi hermano, y dejóme
sus cartas en un baúl,
con que pienso marcar
todo el Norte y todo el Sur. 420
En sus grados y en su nombre
me embestí con promptitud,
y llegué a esta ciudad, donde
soy un Galeno andaluz.
Sangro al tiento y purgo al vuelo 425
sin tener método algún,
como pescador de caña
o tirador de arcabuz;
y tengo, gracias a Dios,
tanta dicha en dar salud, 430
que mis primeras visitas
son vísperas del capuz.
Con los de mi facultad
soy un mico de Tolú,
que con monerías granjeo 435
amistad y gratitud.
Portundo soy en el mar,
que haciendo a todos el buz,
buen viaje digo a todos
aunque encuentre con Dragut. 440
¿Yo sustentar opiniones
contra el Doctor Dingandux,
que no sustento una mula
por no dalle medio almud?
¿Yo conferencias en juntas, 445
que el horno son del Padul,
poca poya y muchas voces,
sombrerazo y mientes tú?
Abrenuncio, Satanás;
a otra puerta, Bercebú: 450
que mi negocio es solapo,
lisonja y solicitud.
Curo las damas del pueblo
y trato la jumentud
de los galanes, y a todos 455
soy médico de orozuz:
dulce, pero chupativo,
que, pregonando virtud,
la voz tengo de Jacob
y las manos de Esaú. 460
Confieso de cuando en cuando
en el nombre de Jesús,
con que el más celoso fía
su encina de mi segur.
Los búcaros para mí 465
son las minas del Perú,
según tengo de opiladas
infinita multitud.
Visítolas; y a las bellas,
como si fueran laúd, 470
busco en los trastes del brazo
consonancias de salud.
Si las sangran del tobillo,
asisto con una luz
a ver trozos de marfil, 475
cual no los vio Calicut.
Miro manos, y sé de ellas
lo que sabe un avestruz,
a lo cual acuden todas
como moscas a alajud. 480
Hablo a Blancaflor en Flores,
a Lindaraxa en Gazul;
Blancaflor me da jamones,
Lindaraja alcuzcuzú.
Si Flores da el par de guantes 485
del mejor ámbar de Ormuz,
Gazul la cadena de oro,
señas de su esclavitud.
Ándome como la abeja
con prompta solicitud, 490
ya desflorando el romero,
ya sobre el almoradux.
Fullero, siempre doy cartas
a uno y otro tahúr;
a los pobres doy primera 495
y a los ricos les doy flux.
A Enrico traigo en zaranda
como grado de altramuz
y en la red anda Tancredo
coleando como atún. 500
Don Tristán barbas al olio,
hijo de Sarra, y Matús,
que fue paloma y ya es cuervo
mediante cierto betún,
por mis trazas pisa el viento; 505
Tisberto muere y, según
le tratan mis embelecos,
ocupará el ataúd.
Por medio el alma a Gerardo
le envaino hasta la cruz 510
el mayor embuste mío,
espada de Sahagún.
De las lágrimas de todos
soy yo triste el arcaduz,
y estoy llorando más qué ellos, 515
Amor, bien lo sabes tú.
Refiéreselo a la ciencia,
que es diosa de la salud,
mientras que yo voy a ver
la causa de mi inquietud. 520
(Entra CASILDA.)
CASILDA ¿Adónde bueno, Doctor?
DOCTOR A veros, dulce Casilda.
CASILDA Ya que la mentís, mentilda
con más dorado color.
Quien desde ayer por la tarde 525
se ha estado sin que me vea,
bien será que no le crea
y mejor que no le aguarde.
Y quien por toda esa calle
viene hablando entre sí, 530
no viene a buscarme a mí;
y así es bien que no me halle.
(Cúbrese el rostro.)
DOCTOR Desvía la mano aleve,
no des a la nieve enojos;
que siendo soles tus ojos, 535
no es bien que les fíes la nieve.
Baste, lisonjera ya,
según mal me correspondes,
que no esté aquí lo que escondes,
sin que escondas lo que está. 540
CASILDA ¡Graciosa incredulidad!
¿Qué escondo yo, ni qué ausento?
DOCTOR La memoria, el pensamiento,
el alma, la voluntad.
Porque aquí, Amor es testigo, 545
sólo asiste por mi mal
una funda de cristal
de esto invisible que digo.
CASILDA No poco a fe me alborota
el sobresalto, Doctor, 550
que dé alfeliche a tu amor,
cuando entendí tenía gota.
Y es cosa bien importuna
que ahora me estés llamando
no a ver a tu amor volando, 555
sino a mecelle en la cuna.
Al cabo de tantos días
de satisfacción y fe,
me pides ahora que
arrulle tus niñerías. 560
Cuando he liado la ropa,
sin dejar clavo en pared,
para que hoy vuesa merced
sea el toro de esta Europa,
viene con impertinencias, 565
y yo necia que respondo,
con que ausento y con que escondo
tres docenas de potencias.
Váyase a carlinear
con aquella opiladica 570
que, porque blando le pica,
la quiere ahora acerar.
DOCTOR Casilda, al diamante bello
el batillo y burilallo
no es para despedazallo, 575
sino para conocello.
Y así, señora, el hablarte
incrédulo de esta suerte
no ha sido por ofenderte,
sino por calificarte. 580
Y por vida de tus ojos,
que son de mis ojos vida,
que nuestra amistad despida
cualquiera ocasión de enojos.
Hablemos de lo que importa. 585
CASILDA Anda Gerardo hecho un Marte.
DOCTOR De un cuarto de hora a esta parte
menos ya su espada corta.
Los celos envainó ya
por flechar amores nuevos, 590
y yo le empollé los huevos
que ahora sacando está.
CASILDA ¿Por qué, di?
DOCTOR Porque a un doctor
ocasiones peligrosas
fuerzan a usar de ventosas 595
para divertir a Amor.
Ya te dije en el estado
que le dejé con Lucrecia,
que si no es ahora necia
cien escudos ha tocado. 600
Y si él es discreto ahora,
afirmarte muy bien puedo
que se los pidió a Tancredo
para dar a la señora.
CASILDA ¿De suerte, amigo, que dices 605
que al Capricornio galán
sacándole ahora están
de su brazo las narices?
DOCTOR Eso es mismísimamente.
CASILDA ¿A Tancredo?
DOCTOR ¿A su mercé? 610
CASILDA ¡Excelente cosa, a fe!
DOCTOR Pero no muy excelente,
que al pagar darán cuidado;
que no es granjería muy rica
el crédito en la botica, 615
si es lo que tomáis fiado.
Dos veces el gusto estraga
sin ninguna bastar poma:
la una cuando se toma,
la otra cuando se paga, 620
CASILDA ¿Cento scuti?
DOCTOR Di oro in oro.
CASILDA Cancaro.
DOCTOR Cazzo madona.
CASILDA Galantísima persona
habrá andado con el toro.
DOCTOR Parece que huelgas de ello. 625
CASILDA Parece que no me pesa,
pues me obliga más apriesa
a sacudillo del cuello.
DOCTOR Pues luego esta noche quiere
cerrar con otro bagaje. 630
Perdóneme el mal lenguaje
la madama por quien muere.
CASILDA ¿Es Leonora?
DOCTOR La repropia.
CASILDA No hay que pedille perdón,
que en ella es la discreción 635
blanco y rubio en Etiopía.
DOCTOR No tienes razón, que es
discreta.
CASILDA Como tu mula.
DOCTOR Eso poco la atribula,
porque yo ando en mis pies. 640
CASILDA Yo haré que mula te den.
DOCTOR No será en este lugar,
aunque esto de muladar
en ningún lugar más bien.
CASILDA Si eres mi esposo esta noche, 645
ver mañana determino
en mula al Doctor Carlino
y a doña Casilda en coche.
DOCTOR ¡Oh qué donaire! ¡Oh qué historia
para un doctor de estornudos! 650
que le pagan en menudos,
cuando no es en pepitoria.
CASILDA No entiendo eso cómo es.
DOCTOR Yo sí, y tú lo entenderás,
cuando me paguen los más 655
en beso manos y pies.
Que el pagar no es ordinario
en ochavos, pues se tiene
por fiesta harto solene
la que trae tal ochavario. 660
Y hay mayor mal, que un criado
le impone sisa mayor
a la paga de un doctor,
que a la carne y al pescado.
Como no hay otra moneda 665
si no es ésta de vellón,
paje o pájaro sisón
con buena parte se queda.
Y hay días, Casilda, hartos,
si la memoria recoges, 670
que todos son ya relojes
principalmente en dar cuartos.
Con estas ayudas que
Hipócrates nos dejo,
¿qué mula he de tener yo? 675
CASILDA ¿Qué mula? Yo lo diré:
una nueva pisadora,
y negra como una endrina,
que sólo será mohína
por la que te ha dado ahora. 680
DOCTOR ¿Pues no me ha de amohinar,
que me obligues a tener
lo que mañana has de ver
que no puedo sustentar?
Cuanto más, si he de decillo, 685
que cualquier Doctor Galeno,
y más si es ventidoseno,
una mula es su cuchillo.
Halló por su dicha el triste
visitas en su visita; 690
la ocasión le solicita,
su flaqueza no resiste.
Quédase el pobre aleando
en las varetas de liga
y, mientras en la vejiga 695
está la orina mirando
de las picantes señoras,
la mula con su percox,
hecha mano de relox,
-señalando está las horas. 700
Y de la suerte que un ojo,
en la margen de una historia,
al más flaco de memoria
le está haciendo del ojo;
en la margen de la casa, 705
donde más se disimula
un doctor, tiene su mula
tres ojos para el que pasa.
Para el que yendo pían piano,
déle o no le dé molestia, 710
ha de conocer la bestia
del señor Doctor Fulano.
Eso no, amiga.
CASILDA Eso sí,
amigo, así os guarde Dios:
mula ha de haber para vos, 715
como coche para mí.
Y si no coche, escudero
calviluciente y barbón,
no amovible, ni alquilón,
festivo, ni dominguero, 720
que cada sábado vea
la letra dominical,
sino un barbas de Nabal,
sea Carmelo, o lienzo sea.
DOCTOR Doña Casilda.
CASILDA Doctor. 725
DOCTOR Aún no estamos desposados
para recibir criados.
Consideradlo mejor.
CASILDA Antes que llegue a ser novia
escudero quiero cano, 730
que me reciba la mano
sobre paño de Segovia.
Porque hará buena acogida,
según tienen vecindad,
paño de aquella ciudad 735
a nieve de la Fuenfrida.
DOCTOR ¿Qué determinas al fin
echar de Ñuflo García
por medio de una crujía
que crujir haga el chapín? 740
¡Oh vanidad de mujer!
CASILDA Maridico de futuro,
escudero quiero puro.
DOCTOR ¿Pues aguado puede ser
si no se busca despacio? 745
CASILDA Ñuflos y reñuflos chero.
DOCTOR ¿Cuántos, niña?
CASILDA Un escudero.
DOCTOR Lo concedo.
CASILDA Vi ringracio.
Nunca tratara mi hermana
con el figón que trató, 750
porque no aprendiera yo
cualque parola toscana.
DOCTOR Todo se admite en palacio,
Casilda.
CASILDA ¿Luego decís?
que con buen gusto me oís? 755
DOCTOR Volentieri.
CASILDA Vi ringracio.
Sólo resta que me des
palabra.
DOCTOR ¿De qué, señora?
CASILDA De comprar.
DOCTOR ¿Qué?
CASILDA Una andadora
que te solivie los pies. 760
Una que, aunque con afán,
haciendo su freno pluma
y tinta fina su espuma,
escriba en cada zaguán:
«Aquí llegó a esta posada 765
un doctor, que traer pudiera
el olio en la faltriquera
y en la pretina la azada».
DOCTOR ¿Pullitas, Casilda, a mí?
No quiero mula que escriba. 770
CASILDA Sí, Doctor, así vo viva,
o me desmayaré aquí.
DOCTOR No haréis tal, por San Acacio;
que me iré antes.
CASILDA Ya me fino.
Mula, Amor; mula, Carlino. 775
DOCTOR La comprarò.
CASILDA Vi ringracio.
(Entra TANCREDO.)
TANCREDO Señores míos, ¿qué voces
son éstas? ¿Qué es lo que pasa?
DOCTOR No ha entrado una mula en casa
y ya está tirando coces. 780
CASILDA De melindroso el Doctor
se ha perdido y de gallardo,
-siendo como es de él Gerardo
tan amigo y tan señor.
Llegó ayer un forastero 785
vendiendo una mula negra
(que aun la relación alegra
y vale cualquier dinero),
concertóla en cien ducados,
que cien maravedís son; 790
pero en tan fuerte ocasión,
que me ha puesto a mí en cuidados.
Está el pobre sin un cuarto,
Gerardo sin un real.
Yo, aunque no tengo caudal, 795
el caudal que tengo parto.
Ofrézcole mis joyuelas
aun para más que empeñallas,
él no ha querido aceptallas;
melindre de cuatro suelas. 800
En esta medio batalla
estábamos no ha un momento.
Yo de corrida la cuento,
y él de empachado la calla.
TANCREDO Doctor, si una empresa honrada 805
es para amigos de ley,
aquesta empresa, buen Rey,
para mí estaba guardada.
Cuanto más que entiendo yo,
y no lo dudo señora, 810
que para esta mula ahora
cien escudos me pidió
Gerardo; y fue gran ventura
el tenellos tan a punto.
CASILDA Que fueron ésos barrunto 815
para otra cabalgadura.
TANCREDO ¿Compra algo?
CASILDA No, sino paga
una yegua de un amigo.
TANCREDO Holgaré, Dios es testigo,
que de ella se satisfaga. 820
¿Es buena, sí dicen?
CASILDA Creo
que te ha de parecer bella,
porque tú has andado en ella.
TANCREDO ¿Es la yegua de Amadeo?
DOCTOR Sea la yegua la que fuere; 825
de tu ánimo, Tancredo,
tan agradecido quedo
cual lo verá quien viviere.
Guarda, amigo, tu dinero,
si a mi gusto te regulas, 830
que cuando yo quiera mulas,
me las hará el zapatero.
Comprar mula mi pobreza
muy grande locura es;
bástame el corcho en los pies, 835
sin subirlo a la cabeza.
CASILDA Oh qué humildades son esas,
Doctor, tan impertinentes;
muy grande flaqueza sientes
de la amistad que profesas. 840
Con los que podrán pensar
que sin duda debes ser
cobarde en agradecer
y olvidadizo en pagar.
DOCTOR No soy, puédolo decir 845
a fe de doctor de bien,
sino el mismo empacho y quien
morirá por no pedir.
CASILDA Deja que los pida yo
a quien los pagaré presto. 850
TANCREDO Muy bien, Doctor, me está esto.
DOCTOR Señor Tancredo, a mí no.
¿Pedir para mí y quedar
a la satisfacción de ello?
Tus labios, Casilda, sello 855
para no dejarte hablar.
TANCREDO Ya es mucho melindre ése,
si yo con gusto dar quiero
a Casilda este dinero
y ella aceptallo, no os pese; 860
fuera de que para esto
Gerardo me envió acá,
y muy bien dispuesto está,
si ello así estaba dispuesto.
DOCTOR Por la borla de mi grado, 865
que pensar tal no es razón,
o muera de torozón
la mula que aún no he comprado.
Para lo que acá te envía,
yo después te lo diré; 870
que cierta cosa es, a fe,
mucho más tuya que mía.
TANCREDO Voy pues.
DOCTOR ¿Adónde?
TANCREDO A mi casa
por los dineros.
DOCTOR Detente,
que ir no es cosa conviniente 875
donde de celos se abrasa
tu mujer. Dale cuidados
Casilda, ¿y para el Doctor,
que solicita su amor,
vas a sacar cien ducados? 880
Sacarásla de jüicio.
CASILDA ¡Válgame Dios! ¿Y tan recia
es la señora Lucrecia?
Vestíos, Tancredo, un silicio.
Ocúpese la señora 885
en el bastidor que está,
sin que en más dibujos ya
se meta.
TANCREDO ¡Es gran bordadora!
DOCTOR Dinerillos este día
el bastidor le ha valido. 890
TANCREDO Nunca yo, Doctor, le pido
cuenta de su granjería.
CASILDA Yo apostaré que a esta hora
se ha dado algún agujazo.
DOCTOR Al menos sin embarazo 895
trabaja.
TANCREDO ¡Es gran bordadora!
DOCTOR A fe que te quiere bien
quien de tu mujer te cela:
victorioso el favor vuela,
vencido huye el desdén. 900
CASILDA A fe que ha sido el Doctor,
como docto y como diestro,
famoso abogado vuestro
en las audiencias de Amor.
TANCREDO Humilde y agradecido, 905
cuando no fuera de seso,
a la una los pies beso
y al otro las manos pido,
para no tan sólo en ellas
ponelle los cien escudos, 910
sino pensamientos mudos
más que tiene el cielo estrellas.
DOCTOR Dad, Casilda, a tal amante
señas de vuestra amistad.
¿Tenéisle amor?
CASILDA Voluntad. 915
DOCTOR ¿Con firmeza?
CASILDA De diamante.
DOCTOR ¿Qué ha de ser?
CASILDA Favorecido.
DOCTOR ¿Cuándo?
CASILDA Vos lo sabéis eso.
TANCREDO A la una los pies beso
y al otro las manos pido: 920
pues en ellas veo que están,
según mi ventura quiso,
las llaves del Paraíso
de este venturoso Adán.
DOCTOR ¿No habla muy bien?
CASILDA Dulcemente. 925
DOCTOR ¿Persuade?
CASILDA Y aun obliga.
DOCTOR ¿Qué habéis de ser ya?
CASILDA Su amiga.
DOCTOR ¿Inconstante?
CASILDA Consistente.
DOCTOR ¿Qué merece?
CASILDA Ser querido.
DOCTOR ¿Con demasía?
CASILDA Con exceso. 930
TANCREDO A la una los pies beso
y al otro las manos pido.
Y sin más aguardar, voy
a traer este dinero.
DOCTOR De tu casa no lo quiero. 935
TANCREDO No será, a fe de quien soy.
CASILDA Id por él, pues; y volved
advirtiendo, amigo leal,
«non fagades ende al
so pena de mi merced». 940
(Vase TANCREDO.)
¿Qué tal ya la mula es,
Doctorísimo señor?
DOCTOR Casildísima, mejor
que las que calzan mis pies;
pues que, sin andar, mejoro 945
mis pasos y decir puedo,
si presta en oro Tancredo,
que es la mula como un oro.
CASILDA ¡Qué socarrón tan cruel
has andado con este hombre! 950
Celebren de hoy más tu nombre
treinta palmas y un laurel.
DOCTOR ¡Oh qué atractivo diapalma
fuiste, amiga, para el mismo!
Bien te debe el chupatismo 955
cien laureles y una palma.
CASILDA Mirad con que dos se toma,
y entre que dos piedras imanes
le suspenden sus afanes
al zancarrón de Mahoma. 960
DOCTOR Muy bien has andado hoy:
desollarás mil Tancredos,
si tus ojos y mis dedos
hacen señas de rentoy.
No falten para el Medoro 965
que cité denantes yo.
CASILDA Si es Enrico, ya pasó
con grande cadena de oro.
DOCTOR Volverá a dejar Enrico
el cabestrillo dorado, 970
que al cuervo lisonjeado
queso se le cae del pico.
CASILDA Bien fiarás de la zorra
que, por más que sea protervo,
no volará tanto el cuervo 975
cuando ella en su alcance corra.
DOCTOR O pídele a la tortuga
te preste el paso en la arena
para alcanzar la cadena
y acelerar nuestra fuga. 980
CASILDA ¿Para cuándo la señalas?
DOCTOR Para esta noche la guardo,
si encerrar puedo a Gerardo:
que es su prisión nuestras alas.
CASILDA ¿Dónde, amigo, y de qué modo? 985
DOCTOR En casa de Enrico, señora.
No preguntes más ahora,
que después lo sabrás todo.
Y antes de nuestra partida
dejemos el finiquito 990
que los hebreos a Egito
la noche de su huida.
CASILDA ¿Cómo?
DOCTOR Pidiendo y llevando,
que mulas tengo alquiladas
de pensamientos herradas, 995
que nos sacarán volando.
CASILDA Hágase de esa manera.
Hurtémonos a esa hora,
que quiero morir doctora
si he vivido bachillera. 1000
Patria, adiós, posada mía,
nudoso balcón gallardo
que los celos de Gerardo
vistieron de celosía:
habiendo en casa postigo, 1005
que se abre sin que se oya,
por do entró el caballo a Troya
preñado de quien no digo.
Paredes, que piedras nuevas
os dieron dulces canciones 1010
de músicos Anfïones,
como a los muros de Tebas.
Calle, que centellas puras
despediste ya, sacadas
cuando no a golpes de espadas, 1015
a fuerza de herraduras.
Casilda se va y os deja
por un matrimonio honrado:
escudero, don, estrado,
dueña en sala y mico en reja; 1020
pero no temáis que impida
desvanecimiento nuevo
el sentimiento que os debo
por leyes de la Partida.
(Llora CASILDA.)
DOCTOR ¿Lloras, Casilda? Y yo lloro 1025
por seguirte, pues me sigues.
Quiera Dios que no me obligues
a más por leyes de Toro.
(Hace que llora el DOCTOR y entra ENRICO.)
ENRICO ¿Qué desgracia ha sucedido,
que tantas lágrimas cuesta? 1030
CASILDA No es ya sino razón ésta:
regar lo que se ha barrido.
ENRICO Grandes señas son de enojos
ver rompidas sin consuelo
las cataractas del cielo 1035
que se abrevia en vuestros ojos.
DOCTOR Del diluvio sólo sé
que aquel aposento esconde
las sierras de Armenia, donde
paró el arca de Noé. 1040
Sus ruinas podréis verlas
sin las aves que batieron
y animales que movieron
plumas de oro y pies de perlas.
ENRICO No entiendo.
DOCTOR Lesbina ayer 1045
una arca descerrajó
y a Casilda le llevó
hasta el menor alfiler.
Vienes muy en hora buena,
a tiempo que traes, Enrico, 1050
si la oliva no en el pico,
el arco en esa cadena.
CASILDA Miente el Doctor.
DOCTOR Es verdad.
ENRICO Sí, dulce señora mía,
de esta cadenilla fía 1055
amor tu serenidad;
aunque cuatro caracoles
no vale, sírvete de ella:
que no es bien, Casilda bella,
que humedezcas más tus soles. 1060
CASILDA Aunque era criada nueva,
Lesbina, llorar me place
la soledad que me hace,
no las cosas que me lleva.
Y pues que no lloro aquí 1065
sino la ausencia que digo,
la cadena os dejo, amigo,
porque no huyáis de mí.
DOCTOR (En secreto.)
Necia sois mayor de marca
si tal hacéis; recebilda, 1070
que bien estará, Casilda
el arco dentro del arca.
(Vuélvese a ENRICO.)
También yo a Casilda cedo
en ocasión como ésta,
cien ducados, que me presta 1075
para una mula Tancredo.
Y está ya la impertinencia
tan señora de vasallos,
que no ha querido aceptallos:
no sé qué sueña Su Encia. 1080
ENRICO Basta que el ofrecimiento,
amigo Doctor, sea mío,
para que vista un desvío
Casilda de cumplimiento.
CASILDA Si basta un solo cabello 1085
para atar mi voluntad,
sin que haya necesidad
de echarme cadena al cuello,
con razón, Enrico, poca
en prisión me ponéis dura: 1090
que esclava soy bien segura
y amante no soy muy loca.
DOCTOR ¡Qué cosa tan porfïada!
Dadme la cadena a mí.
ENRICO ¡Doctor mío, veisla ahí. 1095
(Toma el DOCTOR la cadena.)
DOCTOR No hay cosa de oro pesada.
Si derribare la mano,
tanto más será suave,
que es bienquisto por lo grave
este metal indïano. 1100
Toma.
(Dale la cadena a CASILDA.)
CASILDA ¿Qué?
DOCTOR Desembaraza
la mano.
CASILDA ¡Oh, qué gran fatiga!
DOCTOR Chitón, que ésta no es, amiga,
cadena, sino mordaza.
CASILDA ¡Tal violencia! Dios, Lesbina, 1105
no perdone tu flaqueza,
que tu hurto fue pobreza
y su reparo es mohína.
DOCTOR Por Dios, que haces agravio
a la voluntad de Enrico. 1110
Tenle por mancebo rico
y por galán sin resabio.
No le conoces bien tú.
ENRICO Ojalá cada eslabón
de oro tuviera un millón 1115
y de hechura un Perú,
que aun no tuviera valor;
cuanto más una cadena
que sólo tendrá de buena
dalle tú su resplandor. 1120
(Toma CASILDA la cadena.)
CASILDA Ojalá Enrico gallardo
batiera el tiempo a compás
alas de mi amor no más,
y no celos de Gerardo,
para que en dulces empleos 1125
vieran nuestros corazones
logradas las ocasiones,
satisfechos los deseos.
¿Soy ninfa silvestre, y vos
algún monstruo de la tierra 1130
que con pies de cabra yerta
hecho de las selvas Dios,
para que yo fugitiva
por el monte y la campaña
mi cuerpo esconda una caña 1135
y eterno mi desdén viva?
No sois sino quien recelo
por vuestra edad floreciente,
os desvanezca una fuente
o os arrebate algún vuelo. 1140
Porque vuestras partes bellas,
si no mienten mis temores,
darán número a las flores
cuando no pisen estrellas.
DOCTOR (Aparte.)
Tomad, niñas, para hilo, 1145
que se gasta el fabulaje,
Satanás corta el lenguaje
y Judas cose el estilo.
¿Tal sois, señora mujer?
Pues, aunque pavón no soy, 1150
trescientos ojos desde hoy
en la cola he de tener.
ENRICO Dame el cristal de tus manos,
sirena dulce y cruel,
para que, viéndome en él, 1155
haga tus temores vanos.
Y mírame en paz, que a fe,
si me das este consuelo,
que los faroles del cielo
ponga debajo del pie. 1160
DOCTOR Tancredo viene, señores:
hipocresía, mesura.
ENRICO ¡Oh qué corta es mi ventura!
DOCTOR Ya llega a los corredores.
(Entra TANCREDO.)
TANCREDO ¿Enrico?
ENRICO ¿Tancredo?
TANCREDO ¿Acá? 1165
ENRICO Vengo a buscar al Doctor,
que no sé con qué dolor
mi hermana Leonora está.
CASILDA Gran pena me ha dado Enrico
con el dolor de su hermana. 1170
TANCREDO ¿La causa es grave?
ENRICO Liviana.
DOCTOR Y yo que lo certifico.
(Hablan a coros, en secreto, TANCREDO con el DOCTOR a una parte, y a otra CASILDA
con ENRICO.)
TANCREDO Doctor.
DOCTOR Amigo, hablad quedo.
CASILDA Mi gusto, Enrique, os ordena
que del hurto y la cadena 1175
no sepa nada Tancredo.
ENRICO Casilda, harélo así.
CASILDA Muy bien está. Basta que
la mula al Doctor le dé
sin que me dé nada a mí; 1180
que en materias de interés
soy mariposa que vuela
a la luz de la candela
donde fenece después,
simplicísima.
DOCTOR Eso no. 1185
TANCREDO Doblones son en verdad.
DOCTOR A Casilda se los dad,
pues Casilda los pidió.
CASILDA Enrico, el Doctor ahora
dirá el modo que ha de haber 1190
para volveros a ver
solo esta noche.
TANCREDO Señora.
ENRICO ¡Oh gloria mía!
TANCREDO El Doctor
os remite este dinero.
CASILDA Hoy le hacéis caballero. 1195
TANCREDO Él me hará gran señor.
CASILDA Llegaos acá.
(Truécanse y vuelven a hablar en secreto, a coros, CASILDA y TANCREDO a una parte,
y el DOCTOR y ENRICO a otra.)
ENRICO En mi verdad
que se me había olvidado
lo que más me da cuidado.
DOCTOR ¿Qué es? Dilo.
ENRICO Esta negra edad 1200
de Don Tristán, que bien negra
la está haciendo la tinta,
pues cuanto más él se pinta
más se ensucia y nos alegra.
DOCTOR Yo lo sabré en un momento 1205
con una traza discreta.
ENRICO ¿Con qué?
DOCTOR Con una receta,
potro al darle este tormento.
TANCREDO ¿Esta noche tal favor?
CASILDA El Doctor os dirá cómo. 1210
TANCREDO Las manos, señora, os tomo
para besallas.
(Vuélvese CASILDA a hablar alto con el DOCTOR.)
CASILDA Doctor,
mirad no venga Gerardo:
llevad estos caballeros.
DOCTOR ¿Volveré esta noche a veros 1215
con lo que os he dicho?
CASILDA Aguardo.
(Vase CASILDA.)
TANCREDO (Aparte.)
Conmigo debe de ser.
ENRICO (Aparte.)
Yo apostaré que es conmigo.
TANCREDO (En secreto.)
¿Hemos de volver, amigo?
ENRICO (En secreto.)
¿Amigo, hemos de volver? 1220
DOCTOR ¿Vámonos, señores?
TANCREDO Sí,
ENRICO
vamos.
DOCTOR (Aparte.)
¡Qué lindos camellos!
Han pensado que es a ellos,
y aguarda a mihi vel mi.
(Vanse.)

Góngora
[Abajo]

Acto segundo

(Entran GERARDO y LUCRECIA.)
GERARDO Lucrecia bella, el Príncipe Troyano, 1225
que tan por su mal fue pastor Ideo,
cuando admitió a duelo soberano
tres derechos divinos y un deseo,
no vio distinto, no, en medio del llano
lo que yo junto en vuestro lecho veo: 1230
beldad desnuda con saber armado
y valor de excelencias coronado;
y así en mi bolsa he dado
a Venus los estrechos dulces nudos,
a Juno el oro, a Palas los escudos. 1235
Reales plumas (cuyo dulce vuelo
si de plumas no fue, fue de reales)
me levantaron hoy a vuestro cielo,
adonde el néctar se sirvió en cristales
y en los rubíes dos, que admira el suelo, 1240
cuantos labran dulcísimos panales,
hechos abejas de Hibla, los amores:
que son miel y no dejan de ser flores.
¡Soberanos favores!
ser de Venus, si no Adonis segundo, 1245
el primer Ganimedes en el mundo.
Lasciva invidia le consume el pecho
al decano inmortal del alto coro
que, por manchar un casto y otro lecho,
fingió ser cisne ya, mintió ser toro: 1250
de que por más hermosa causa, hecho
luciente pluvia yo de granos de oro,
si engañar al cuidado no he sabido
de un padre rey, de un viejo prevenido,
al menos de un marido 1255
frustrar sé los designios
(Aparte.)
(de quien hube
los granos de oro que llovió la nube).
No cuente piedra, no, este alegre día,
que a tanta dicha su blancura es poca;
cuéntenle perlas, que el Oriente fía 1260
de la purpúrea concha de tu boca;
cristal le cuente, que la industria mía
en tu roca gozó, que ya no es roca,
sino cuerpo de espumas animado
que venera por madre el Dios vendado. 1265
¡Dichoso el que a tu lado
no a lumbre muerta en noche gozó obscura,
sino con sol, el sol de tu hermosura!
LUCRECIA Bien quedo lisonjeada
del servicio que te he hecho, 1270
si tanto vas satisfecho
cuanto me dejas pagada;
y aunque te he servido en nada,
estimar puedes, Gerardo,
que del lecho que mal guardo 1275
las primeras son tus huellas:
disculpen el yerro ellas,
pues son de pie tan gallardo.
Que aunque de estos yerros es
cualquiera disculpa mala, 1280
o bien los lime la gala,
o los dore el interés,
pondérenmelos después
la que tragar brasas pudo,
o la que al puñal desnudo 1285
dio el pecho, que admitirán
la lima de tal galán
y el oro de tanto escudo.
GERARDO Esto, señora Lucrecia,
no es sino como se toma, 1290
que de la que admiró Roma
hiciera donaire Grecia.
Necia fue Porcia, y más necia
la de tu nombre, y lo fundo
en que a Porcia echó del mundo 1295
el no admitir segundo hombre,
y nada a la de tu nombre,
admitido ya el segundo.
LUCRECIA Cuando no sea a la malicia
del vulgo, en todo ignorante, 1300
la satisfacción bastante
de tu gracia y mi cudicia,
defenderá mi justicia
un Doctor que me ha inducido
a todo lo que has querido: 1305
un Doctor tan bachiller,
que es salud de la mujer
y enfermedad del marido.
GERARDO Que el vulgo se satisfaga
no lo solicito, amiga, 1310
antes le dejo que diga,
como él me deje que haga.
Que es impertinente y vaga
la satisfacción del necio,
pues cuanto más la da recio 1315
tanto más la hace pregón,
y así de satisfacción
la convierte en menosprecio.
Holguémonos, por tu vida,
sin dar a nadie respuesta, 1320
que acusación manifiesta
es la excusa no pedida.
LUCRECIA Mejor es que te despida,
porque no venga Tancredo.
GERARDO No tengas, Lucrecia, miedo; 1325
que yo sé que anda ocupado,
y estar sobre su cuidado
como sobre prendas puedo.
LUCRECIA No es nuevo el entrar en casa,
en el lecho sí, Gerardo, 1330
y así del lecho me guardo
no le diga lo que pasa.
Su cielo dará una voz,
que es cielo y sabrá tronar,
cuando no me sepan dar 1335
sus sábanas una coz;
que de las sábanas pueden
las piernas, aunque de holanda,
darme una coz, y no blanda.
GERARDO A toda razón exceden 1340
tus temores.
LUCRECIA Mil testigos
es la conciencia del reo,
y cuantos doy pasos, creo
que son lenguas de enemigos.
(Aparte.)
¿Tisberto amigo, soy yo 1345
la que te desdeñó ya?
Sí, soy; y rendida está
quien tus señas arrastró.
No es Amor quien me ha rendido,
sino un vengativo afán 1350
por quitalle a una el galán,
que me quitaba el marido.
(Llama TANCREDO adentro.)
TANCREDO Lucrecia.
LUCRECIA ¡Ay, triste de mí!
GERARDO Subid acá.
LUCRECIA ¿Qué haré?
que el chapín me niega el pie, 1355
confesando la que fui.
(Entran TANCREDO y el DOCTOR.)
TANCREDO El Doctor viene conmigo,
Lucrecia.
LUCRECIA Acá está Gerardo.
GERARDO Muy gran rato ha que os aguardo.
TANCREDO Buen alcaide es un amigo. 1360
DOCTOR Y más tal amigo, a quien
le entregara yo el Peñón.
GERARDO No se perdiera, patrón.
DOCTOR ¿Acabóse aquello?
GERARDO Bien.
TANCREDO ¿Son menester otros mil? 1365
GERARDO Antes sobraron aquéllos.
Bésoos las manos por ellos.
DOCTOR ¡Oh ceremonia gentil!
GERARDO Pedíos el dinero yo
para lo que efecto no hubo, 1370
y en lo que conmigo estuvo
riquísimo me dejó.
Volví a traellos volando,
y no hallándoos aquí,
a Lucrecia se los di, 1375
con quien me he estado hablando.
LUCRECIA ¿Cómo? ¿Cuál? ¿Qué?
TANCREDO Ten sosiego.
GERARDO Los cien escudos os pido,
que traje a vuestro marido
y os los di a vos.
LUCRECIA No los niego. 1380
DOCTOR Quisiéralos la señora
para oro y para plata.
TANCREDO Este bastidor la mata,
Doctor.
DOCTOR Es gran bordadora.
LUCRECIA (Aparte.)
Quisiéralos, vive Dios, 1385
para hacer de ellos dos pagas
a quien entrara dos dagas
por las almas de los dos.
¿Tal burla a Lucrecia?
TANCREDO Amigo,
gran pagador sois.
GERARDO Tancredo, 1390
pagándoos, pagado quedo
de mis intentos; y digo
que, dándoos los cien ducados
en vuestra propia moneda,
aun escrúpulo me queda 1395
de que os los vuelvo encornados.
TANCREDO Con la brevedad sospecho
que me queréis engañar.
DOCTOR Osaría yo apostar
que el engaño ya está hecho. 1400
TANCREDO ¿Cómo?
DOCTOR Como si esta tarde
te pidiese mil escudos,
el zurrón no tendría nudos
y del cofre harías alarde.
TANCREDO ¿Jesús, Doctor, quién lo duda? 1405
GERARDO Bien sabe la que está allí
lo que tú tienes en mí,
y lo calla, aunque no es muda.
Ella a lo menos dirá
que, en baja ocasión ni en alta, 1410
no hace Tancredo falta
adonde Gerardo está.
Yo se lo estaba diciendo
cuando tú entrabas en casa.
DOCTOR Bien sé de eso lo que pasa. 1415
TANCREDO Y yo, Gerardo, lo entiendo.
LUCRECIA (Aparte.)
¿Hay quien paciencia me preste,
para que en tantos enojos
no me saque a mí dos ojos
por sacalle un ojo a éste? 1420
TANCREDO ¿Qué dices, Lucrecia?
LUCRECIA Digo
que puedes fïar, señor,
la salud de este Doctor
y la honra de este amigo.
Cuando más suma tan breve 1425
de dinero mal prestado
que, aunque a ti te lo ha pagado,
a mí todo me lo debe.
TANCREDO ¿Por qué?
LUCRECIA Porque a negallo
estuve casi resuelta; 1430
y si lo niego, otra vuelta
era forzoso el pagallo.
TANCREDO Es verdad que algo alterada
te reconocí Lucrecia.
LUCRECIA Alterada como necia, 1435
y necia como burlada.
TANCREDO ¿Y qué burla fue?
LUCRECIA Escuchad,
aunque mi honra me cuesta.
(En secreto el DOCTOR con GERARDO.)
DOCTOR Mayor burla sería ésta
si dijese la verdad. 1440
Barajadle el naipe vos,
o harélo yo.
GERARDO Has de saber
que le acabo de hacer
un picón, y aun creo que dos.
TANCREDO Veamos.
GERARDO Yo me fingí 1445
corredor de unos bordados,
para lo cual cien ducados
en tus doblones le di.
TANCREDO Extremada.
GERARDO Luego yo,
de la ganancia, es verdad 1450
que le pedí la mitad,
y que la mitad me dio.
TANCREDO ¿Aceptaste?
GERARDO Luego a la hora.
Tras esto, de corretaje
le pedí no sé qué gaje. 1455
TANCREDO ¿Diolo?
GERARDO Sí.
TANCREDO Es gran bordadora.
DOCTOR Baste ya, señores. Dalde
lugar.
TANCREDO Ella está perdida.
LUCRECIA (Aparte.)
Es verdad que estoy corrida
como picada de balde. 1460
Mas los huesos de los Laras
de moros los vea pisados,
si no hiciere cruzados
los doblones de sus caras.
(Entra TISBERTO.)
TISBERTO ¿Está acá el Doctor?
TANCREDO ¿Sobrino? 1465
TISBERTO Bésoos las manos, señor.
Vengo a buscar al Doctor.
DOCTOR Aquí está el Doctor Carlino.
TISBERTO Don Tristán te anda buscando.
LUCRECIA ¿Qué tiene mi tío?
TISBERTO Nada. 1470
DOCTOR ¿Dónde queda?
TISBERTO En su posada.
DOCTOR ¿Solo?
TISBERTO Con Enrico hablando.
DOCTOR Luego iré.
(Vuélvese a TANCREDO y dice en secreto.)
Oídme, Tancredo,
aunque Lucrecia nos vea:
esta noche es bien que sea. 1475
TANCREDO ¿Quieres matarme? Habla quedo.
(Hablan en secreto TANCREDO y el DOCTOR.)
GERARDO Lucrecia bella.
LUCRECIA Alevoso.
(Vuélvese a TISBERTO.)
Tisberto, llégate acá.
(Hablan en secreto.)
GERARDO ¿Así se desdeña ya
un amigo semi-esposo? 1480
No quiero serte pesado.
Goce el pobre de Tisberto,
sobre tres años de muerto,
algo de resucitado.
Lo que ha padecido el pobre 1485
resistiendo a tu desdén,
escollo al mar no tan bien,
ni al Austro se opuso robre.
TANCREDO Buena es la traza.
DOCTOR Excelente.
TANCREDO ¿Quién, pues, hará ese ademán? 1490
DOCTOR ¿Quién? Tisberto y Don Tristán.
TANCREDO A toda ley, un pariente:
Tisberto, sobrino mío,
por suya mi honra precia;
Don Tristán, tío de Lucrecia, 1495
con más de padre que tío.
DOCTOR Muy bien les puedes fïar
este negocio y tu casa.
TANCREDO Bien entiendes lo que pasa
de Pamplona y Gibraltar, 1500
y desde el cabo de Gata
al cabo de San Vicente,
más leal y más valiente
no sirve al Rey, ni armas trata,
que Tisberto.
DOCTOR Escucha, pues. 1505
(Vuelven a hablar en secreto TISBERTO y LUCRECIA.)
TISBERTO ¿Qué te movió el llanto mío?
A no estar allí mi tío
me derribara a tus pies.
¿Pero qué importa que esté?
Dame las manos, señora. 1510
LUCRECIA No es tiempo, Tisberto, ahora
de besar mano ni pie,
cuando ofrezco a tu esperanza
lo que ha tanto que te niego,
si de tu espada mi ruego 1515
impetra cierta venganza.
TISBERTO ¿Quiés que le quite algún guante
al animal más feroz
el imperio de mi voz,
las armas de mi semblante? 1520
¿Quiés con un solo bastón
que te hurte el brazo mío,
aunque en poder de mi tío
te corone un escuadrón?
¿Quiés que, después de hurtada, 1525
asegure nuestro amor
la Troya de mi valor,
cuyos muros son mi espada?
LUCRECIA No quiero, amigo gallardo,
tu voz, tu bastón, tu Troya, 1530
sino que... (escucha, no me oya
este traidor de Gerardo).
(Vuelven a hablar en secreto.)
GERARDO De estas dos balanzas vengo
a servir hoy de fïel,
y lo que yo tengo de él 1535
lleve Judas, si algo tengo.
Lamedores del Doctor
regalado me han el pecho,
de manera que estoy hecho
un magistral lamedor. 1540
Andaba yo antes muy necio
diciendo lo que sentía,
sintiendo lo que decía
y dándolo todo a un precio;
ofreciendo mi persona 1545
con voluntad verdadera
a manquitos, que de cera
se ofrecían a Madona;
ya a lo moderno he de andar,
colear quiero y lamer: 1550
al más lamido morder
y al mordido saludar.
A Lucrecia tengo en pan;
en pastel me falta ahora
de echar, si puedo, a Leonora, 1555
que está para Don Tristán.
Picarésela a lo menos,
pues tiene dientes gastados.
Mas, necio, ¿diez mil ducados
con un ángel no son buenos? 1560
Bonísimos; ¿pues qué aguardo?
LUCRECIA ¿Qué te rascas?
TISBERTO (Aparte.)
¡Cosa es recia,
hermosísima Lucrecia,
cruzar la cara a Gerardo!
¿A un amigo cuchillada? 1565
LUCRECIA ¿Qué me respondes?
TISBERTO (Aparte.)
Que quiero
consultárselo primero
al licenciado almohada.
No porque sepas mi tío
quiere bien a esa mujer 1570
has, Lucrecia, de querer
que mate un amigo mío.
LUCRECIA ¿Pues, señor don Manuel,
tal león tenéis delante
que, en vez de quitarle el guante, 1575
dejáis que me dé con él?
¿Tan gran escuadrón de gente
es la espada de Gerardo,
que el bastón de Mandricardo
me desampara vilmente? 1580
¿Y paladión tan fïero
vuestra Troya atemoriza,
que ha convertido en ceniza
los muros que eran de acero?
TISBERTO Lucrecia, así Dios me guarde 1585
que treinta paciencias pierdo,
de que, en naciendo uno cuerdo,
le bauticen por cobarde.
DOCTOR Las cosas bien se harán
si no se altera el concierto; 1590
lleva instruido a Tisberto,
que yo tendré a Don Tristán.
TANCREDO Pues, Doctor, luego a la hora
seremos allá los dos.
DOCTOR Señora Lucrecia, adiós. 1595
GERARDO Adiós Lucrecia, señora.
LUCRECIA ¿Disolviéronse los tratos?
TANCREDO Entra acá, Tisberto amigo.
DOCTOR «Quod scripsi scripsi», digo.
LUCRECIA Palabritas de Pilatos. 1600
(Éntranse TANCREDO, LUCRECIA y TISBERTO.)
DOCTOR Buena dejas a Lucrecia.
GERARDO Mejor queda su marido.
DOCTOR Mi tonto esta tarde ha sido,
mientras ella fue tu necia.
GERARDO ¿Cómo?
DOCTOR Después lo sabrás, 1605
que ahora el tiempo nos falta
para la burla más alta
que se habrá hecho jamás.
GERARDO Extremada fue la mía.
DOCTOR Fuelo tanto, que por eso 1610
he yo nuevamente impreso
la que encuadernar quería.
Deseo con tanto extremo
que te cases con Leonora,
que pienso luego a la hora 1615
meter vela y calar remo.
GERARDO Pues, si he de decir verdad,
yo más que tú lo deseo,
por hacer tan rico empleo
de virtud y de beldad. 1620
Mas tan prendado está Enrico
con Don Tristán, que lo dejo.
DOCTOR ¿No ves que tiene de viejo
lo que le sobra de rico?
y más que sabe la dama 1625
que se anda meando en pie,
si bien yo la he dicho que
tiene zalea en la cama.
Un poco al fin de la unción
y mucho de la avaricia 1630
van templando la cudicia
y apagando la afición.
Cuanto y más que mi cuidado
aun no te dijo denantes
los fundamentos bastantes 1635
que en este edificio he echado,
gastando con ella yo
mucho más material
que en el Alcázar Real
de Toledo se gastó. 1640
Con que tengo las paredes
del edificio gallardo
en tal punto que, Gerardo,
esta noche cubrir puedes.
GERARDO ¡Oh leal siempre Doctor! 1645
DOCTOR (Aparte.)
¡Tan leal como el del beso!
GERARDO ¿Qué traza, pues, das?
DOCTOR A eso
voy, señor Gobernador.
A jugar os podéis ir
al mandracho de Marcelo, 1650
hasta que el Argos del cielo
sus ojos comience a abrir.
Saldréis luego, y contra vos
un hombre meterá mano,
a quien le daréis de llano 1655
un espaldarazo o dos;
no sean grandes, que al más chico
voces dará sin concierto:
«¡Qué me han muerto, que me han muerto!»,
y a las voces saldrá Enrico. 1660
Fomente con eficacia
vuestra turbación mi enredo,
que él os ha de meter miedo
ponderando la desgracia.
Vos socarrón, él cumplido, 1665
pensando que os hace engaño,
tanto apretará en su daño
que os daréis vos por vencido;
y en su posada ligero
entrará, que no debiera, 1670
no un caballo de madera,
sino un garañón de acero.
Del brazo os ha de meter,
o yo me pelaré éstas,
donde las cosas dispuestas 1675
halléis a vuestro placer.
GERARDO ¿Quién, amigo, no te abraza?
DOCTOR Abrazos pienso huillos,
que ajan los abanillos
y no valen en la plaza. 1680
GERARDO Esta bolsa que, pendiente
como lámpara de plata,
sesenta doblones ata
(si no digo ciento y veinte
escudos, por alegrarte 1685
con la multiplicación),
te ofrece mi devoción.
DOCTOR Las manos he de besarte.
GERARDO Éstos y más gané ayer,
y hoy con ellos he ganado 1690
no menos que un nuevo estado:
que estado es tomar mujer.
Y más, Doctor, la gentil
hermosa dama que ofreces;
que es duquesa diez mil veces, 1695
pues trae ducados diez mil.
DOCTOR Al encuentro ya nos salen
Don Tristán y Enrico juntos.
GERARDO Tomado hemos grandes puntos
contra los dos, si nos valen. 1700
DOCTOR Déjalos, y a mi posada
a Bertucho ve a mandar
que me traiga a este lugar
mi ferreruelo y mi espada.
Y vuelve luego al mandracho, 1705
que se va poniendo el sol.
GERARDO ¿Ha de entender español
a estas horas el borracho?
(Vase GERARDO y salen DON TRISTÁN y ENRICO.)
D. TRISTÁN Todo hoy te ando a buscar.
DOCTOR Aunque lo hubiera sabido, 1710
mis enfermos me han tenido,
que hay muchos en la ciudad.
D. TRISTÁN ¿Qué hay enfermedades?
DOCTOR Muchas,
y aun casi epidemiales.
D. TRISTÁN Renegaré de mis males. 1715
ENRICO Ya el Doctor pesca sus truchas.
D. TRISTÁN Esperad, que luego salgo.
(Vase DON TRISTÁN.)
ENRICO Seis veces en media hora
ha entrado.
DOCTOR Para Leonora
es como un oro el hidalgo. 1720
ENRICO ¿Tan enfermo y tan galán?
DOCTOR Solicitad, pues, aprisa
un orinal con camisa,
que eso mismo es Don Tristán.
Pues, Enrico,...
ENRICO Ten silencio. 1725
DOCTOR ¿A un viejo que un muerto es
tan hermosa viva quiés
juntar! ¡Oh cruel Mecencio!
ENRICO Haz diligencia en sus años.
DOCTOR Descuídate, que mi pluma 1730
hará muy presto la suma
de ellos o de sus engaños.
ENRICO ¿Es amigo de vivir?
DOCTOR Tanto como yo tu amigo.
Escúchame lo que digo. 1735
ENRICO ¿Quién te dejará de oír?
DOCTOR Va, pues, de juego: ya sabes
en cuán estrecha prisión
vive Casilda, y que son
de su libertad las llaves 1740
los celos y la persona
de Gerardo. ¡Amistad santa,
al que hoy los fueros quebranta
de tu santa ley, perdona!,
que lágrimas de una dama, 1745
vertidas por un galán,
todo aquello borrarán
que escribiere quien me infama.
ENRICO Pues qué, ¿llora por mí?
DOCTOR Llora
ríos tan crecidos que, 1750
perdido en sus ondas pie,
me han arrojado aquí ahora.
Presupuesto, pues, que quiere
lo que estáis vos deseando
y que ha remitido el cuando 1755
a lo que yo dispusiere,
pues tanto importa ausentallo
por una noche o por dos
para que la gocéis vos;
vistos bien los autos, fallo 1760
que esta noche será bien,
que al salir temprano o tarde
de jugar, alguien aguarde
a Gerardo (y daré quien
lo haga) y, a las primeras 1765
cuchilladas, los pies vuelva
como corzo que en la selva
plumas se calza ligeras.
(Entra DON TRISTÁN.)
D. TRISTÁN Perdonad mi dilación.
ENRICO Perdonad nuestro recato. 1770
DOCTOR Quien nos deja cada rato
no busque conversación
D. TRISTÁN Doctor, no me olvides.
(Aparte.)
Reina
de los jazmines, Leonora,
más canas gozan la Aurora, 1775
que las que Don Tristán peina:
y lisonjera y suave,
flores ciñe y perlas llueve
sobre los copos de nieve
que teñir tinta no sabe. 1780
DOCTOR Ofreceréme yo al punto
y, encareciendo el suceso,
al recluso haré preso
y aun al herido difunto.
Con lo cual, dos, tres y aun cuatro 1785
días, si no son más ya,
de esta fábula podrá
ser tu aposento teatro.
D. TRISTÁN Que teatro su aposento
será, a Carlino le oí; 1790
y teatro para mí,
tálamo es de casamiento.
Será pues bien que mañana,
si la estangurria porfía,
me purgue, y luego otro día 1795
no deje rastro de cana.
Quedaré sano y galán
con tinta y con medicina:
que una purga es la piscina
y la alheña es un Jordán. 1800
ENRICO Bien está, pero ¿no ves
que en casa de una doncella,
sin mujer mayor con ella,
es yerro y peligro es
entrar humana criatura? 1805
DOCTOR A ese escrúpulo perdona,
que do asiste tu persona
el peligro se asegura.
La prudencia es de tu hermana
oráculo en la ciudad, 1810
y templo de honestidad
es su edad florida y cana.
Pues sus años, aunque verdes,
maduro ofrecen el seso;
no lo dejes, no, por eso, 1815
que una grande ocasión pierdes.
D. TRISTÁN Dios te dé salud, Doctor.
¡Qué bien que le has respondido!
Aunque oyo mal de este oído
y de este otro oyo peor. 1820
Sin duda alguna quería
oponer Enrico ahora
a la poca de Leonora
la desigual edad mía;
pues el Doctor respondió, 1825
haciendo gallardo oficio
(que en la prudencia y el juicio
más años tiene que yo),
que no dejase pasar
tan bien nacida ocasión, 1830
porque yo no soy halcón
de los que se han de soltar.
Bien a fe se va poniendo.
Quiero entrar, pero no es bien
dar señas de viejo a quien 1835
por mozo me estoy vendiendo.
A las calzas es mejor
atreverme, pues son mías,
que cuando un vecino a Olías
diere más, salvo mi honor. 1840
DOCTOR El término es corto, Enrico:
o acometello, o dejallo.
ENRICO Obedeciéndote callo
y callando te replico.
Hágase, mas Don Tristán 1845
cosa alguna entienda de ello.
DOCTOR ¿Pues para qué ha de sabello?
D. TRISTÁN Efectuado lo han;
y sin duda que es conmigo
pues me nombraron a mí, 1850
y siendo como es así,
mi buena suerte bendigo.
DOCTOR Ve a prevenir tu aposento,
mientras yo de esta laguna
¡Meotis, sin sonda alguna, 1855
su fondo y sus grados cuento.
D. TRISTÁN Muy bien mis cosas entablo.
Vuele mi fortuna, vuele.
DOCTOR Por nuestro Señor, que huele
a vísperas del diablo. 1860
ENRICO Pues a fe que huele mal.
DOCTOR ¡Que sin decir al que pasa:
«Agua va», las de esta casa
derramen un orinal!
ENRICO Terrible cosa es, señor. 1865
Yo me voy, a Dios quedad.
D. TRISTÁN Bésoos las manos.
DOCTOR Andad.
ENRICO Lo dicho, dicho, Doctor.
(Vase ENRICO.)
D. TRISTÁN ¿Qué hay, pues, de nuevo mi Rey?
DOCTOR Que vuesa merced se cure. 1870
D. TRISTÁN ¿Acabóse?
DOCTOR No me apure,
que soy amigo de ley.
Púrguese luego a la hora,
que importa.
D. TRISTÁN Bástame eso.
Las manos, Doctor, os beso: 1875
mía es la bella Leonora.
DOCTOR (Aparte.)
Convertido se ha per Deum
en gramático nefando,
pues le hallo declinando
siempre a: «Meus, mea, meum». 1880
D. TRISTÁN ¿Cuándo esta purga cruel
se recetará?
DOCTOR Al momento.
D. TRISTÁN ¿Hola, oís? De mi aposento
me bajad tinta y papel.
DOCTOR ¿Habéis tomado el jarabe 1885
estos cuatro o cinco días?
D. TRISTÁN Sábenlo las triplas mías,
y mi paciencia lo sabe.
DOCTOR ¿La orina?
D. TRISTÁN No pidáis tal,
que es tarde y no la he tomado. 1890
DOCTOR (Aparte.)
(Si ya no lo ha disculpado
ser de lienzo el orinal.)
Venga el pulso.
D. TRISTÁN ¿Ambos queréis?
DOCTOR ¿Qué sentís?
D. TRISTÁN Nada.
DOCTOR Prometo
que está muy flaco el sujeto. 1895
¿Qué edad, amigo, tenéis?
D. TRISTÁN ¿Pues manda la medicina
que se informen de la edad?
DOCTOR Sí, y vuestra debilidad
favorece esta doctrina. 1900
Galeno que enseñó ya
a todos el A B C
de nuestro arte, y más a mí,
que soy en nuestra edad yo
de los médicos el Bu, 1905
en un consejo que da
de febribus sine spe,
en griego nos dice así:
«Agios oheph, nepható
apoton chirios i mu», 1910
que porque se entienda acá
en romance lo diré:
«Médico, si estás en ti,
no purgues a nadie, no,
sin que sepas su edad tú», 1915
porque con la edad está
tan flaco el sujeto, que
Avicena a un alfaquí
con dos dracmas le mató
de sen en alcuzcuzú; 1920
y así, como tanto va,
si no me traéis la fe
de vuestro bautismo aquí,
en vano drogas nos dio
Ceilán, Malaca y Pegú. 1925
Porque muy bueno será
que maté a vuesa mercé,
y que digan por ahí
que un doctor le recetó
canina de Bercebú. 1930
De mí tal no se dirá
si vuestros años no sé,
aunque me pongan allí
cuantas barras envió
en sus flotas el Perú. 1935
D. TRISTÁN ¿Que en griego está escrito eso?
DOCTOR ¿Cómo escrito? En letras de oro;
a no sabello de coro,
os lo trujera aquí impreso.
D. TRISTÁN ¡Válgame Dios!
DOCTOR ¡Lindo sois! 1940
Pues escuchadme, os lo ruego,
como a Hipócrates en griego,
en arábigo a Averrois:
«Guahalet...»
D. TRISTÁN ¿Algarabía
sabéis?
DOCTOR Muy bien.
D. TRISTÁN San Germán 1945
la puerta os abra de Orán,
postigo de Berbería.
No más textos.
DOCTOR Pues, señor,
la edad venga.
D. TRISTÁN ¿La edad mía?
DOCTOR Voyme.
D. TRISTÁN Deteneos, que el día 1950
hace de San Salvador.
Treinta, cuarenta...
DOCTOR ¡Oh que extraños
alambiques!
D. TRISTÁN Y aun sudores.
DOCTOR ¿Hay partos con más dolores?
Alúmbreos Dios.
D. TRISTÁN Cincuenta años. 1955
DOCTOR Crecidito es el infante.
Vuélvase la pluma atrás,
que la vida iba no más,
si diera un paso adelante.
Gracias hoy vuestra salud 1960
a su ángel dé custodio,
de que no fue el polipodio
vísperas del ataúd;
pues de tanta edad ajeno,
si calláis, el papel tomo 1965
y caer me dejo a plomo
con tres onzas de veneno.
D. TRISTÁN ¿Es posible, Doctor?
DOCTOR Sí,
que a cada edad hay su droga,
y para vos fuera soga 1970
lo que es toca para mí.
D. TRISTÁN Pues cincuenta y cinco son,
Doctor, mis años.
DOCTOR Buen punto
para dejaros difunto
con el diacatolicón. 1975
D. TRISTÁN Buena burla fuera esa.
DOCTOR No fuera menor; y en suma
si no queréis sea mi pluma
la azada de vuestra huesa,
no me tengáis más en calma, 1980
que del cuerpo es quien os cura
tan confesor, como el cura
es el médico del alma.
Verdad es que va la vida.
D. TRISTÁN ¡Oh qué angustias! ¡Oh qué afrenta! 1985
Salen...
DOCTOR ¿Qué decís?
D. TRISTÁN Sesenta
ensucia la mal teñida.
DOCTOR Si son canas, tinta poca
las desmentirá más bien,
mas si son años, el sen 1990
tormento os dará de toca.
D. TRISTÁN ¿Cómo así?
DOCTOR Como hará,
si tenéis sesenta y cinco,
deis al purgatorio un brinco,
si no le dais más allá. 1995
(Aparte.)
(Buen brazo ha sido mi ingenio).
¿Escribo?
D. TRISTÁN ¿Qué prisa es ésta?
Aun más por saber nos resta.
DOCTOR ¿Es, por dicha, otro quinquenio?
D. TRISTÁN No, sino, por mi desdicha, 2000
otros dos.
DOCTOR Gracioso aliño
será daros como a niño
un poco de maná en chicha.
¿Setenta, y pasáis?
D. TRISTÁN Callad.
DOCTOR ¿A quién pensabais coger 2005
con el falso?
D. TRISTÁN A una mujer.
DOCTOR ¿Falsos a la falsedad?
Y a quien, os prometo a Dios,
que en siendo algo noche obscura,
si le entra cierta figura, 2010
se piensa restar con vos.
D. TRISTÁN ¿Cómo, Doctor? ¿Mi Leonora
figuras espera?
DOCTOR Sí,
y una le ha de entrar por mí.
D. TRISTÁN ¿Por vos?
DOCTOR Dentro de una hora. 2015