Enrique de Aragón (Marqués de Villena)

 


Tratado de fascinación o de aojamiento

 

 


JOHÁN Fernandes, yo, don Enrique, tío de nuestro señor el Rey e uno de los de su
consejo, vos embío mucho saludar. E çierto fago sábado pasado çercano, teçio kalendas
juni, a una ora veinte e siete grados d'esa noche, una vuestra resçebí carta con e
por Miguel Ruis, escudero de mi casa. E por aquella entendí vos fuera plazible la
breve declaraçión que sobre las escripturas a las epístolas que vos embié fize, de
que dubdava non poco por ser tan breve e mal compuesta, en quien podrié claresçer con
cuánta se fizo priesa. Que pocos fallo de las mías se paguen obras e por vos d'ella
sólo tanto contentar e pagar puedo bien dezir con el Petrarca en el proemio de La
solitaria vida: «Paucos hominis inveni quibus epistotarum nostrarum tanta dignacio,
tantusque sit amor quantus tibi» [Quiere dezir: 'Pocos hombres fallé los cuales
ficiesen tan dignas mis epístolas e en tanto amor fuesen como a ti'].

E por esto en breve mandaré trasladar la mayor glosa que vós escrivistes e vos
la embiaré, segúnd pidistes. E non es por vos menester al escrivano satisfaçión aya,
segúnd ofresçedes: sin esto avredes recabdo. Justo es tal e buen deseo de favor
correspondiente sea proseguido; tal búsqueda separa el ánima de los vanos del cuerpo
deseos. En esto se demuestra el que filosofar quiere más que en otra cosa, como
testifica Platón en el Fedón suyo diziendo: «In hoc manifestus est philosofus, si
absolvit animam a corpofis comunione» [Decir quiere: 'En aquesto es declarado el
filósopho, si aparta el ánima del ayuntamiento del cuerpo'].

Comuníquevos Dios de la largueza de los sus thesoros e sçiecial dono, que en
este pascual día su santo difundió Spíritu en el presente mundo sobr'el apostólico
gremio e fizo sus creyentes de todos los buenos poseedores saberes. D'esto non es
menester méritos preçedentes, «quia Spiritus ubi vult spirat» [A decir: 'Tanto el
ánima a do quiere espira o no'].

Dezides, en fin, por cabsa inçentiva de la ya suso memorada glosa, vos
entrepusieron me pregúntasedes del ojo, siquier aojamiento, qué o cómmo era,
suplicándome alguno d'ello tractado fiziese por enformaçión de vos e de aquél que vos
en esto interçesor fizo, presumiendo vos e aquél yo en esto responder supiese.

E bien me deviera e pudiera escusar de fablar en ello, así por la ignorançia mía
como por la materia ser tan intricada e aun suspecta çerca de los remedios que suelen
muchos a ello poner; e por otras ocupaçiones que de la oportunidat me separan,
mayormente por estar tan distracto del estudio e remoto d'estas materias, en las
cuales sola frecuentaçión despierta el adormido ingenio e las bien sabidas por
negligençia e poco uso peresçen, como sant Bernardo, in libro De consideraçione ad
Eugenium in libro primo, capitulo primo, dize: «Nil tan fixum animo quod neglectu et
tempore non abolescat».

Justa escusa es e non a cada uno de fablar en la materia que bien e çercanamente
non tiene vista; e los más complidos se con esto e por esto escusaron. Por esto dixo
Casiodoro in libro Variarum unde. «Ille fons eloquencie Tullius, dum dicere
peteretur, fertur se escusare eo quod pridie non legiset. Quid ergo aliis poterit
accidere si tanta laus fecundie visa est auctorum beneficia postulare?» [Quiere
decir: 'Donde se cuenta que como aquella fuente de elocuencia Tulio le demandasen una
cuestión, se escusó diciendo que non lo havía leído; pues ¿cuánto más deve acaescer a
uno que tanta alabanza de fermosura de fabla no toviese, cuando la tal cosa le
demandasen?'].

Con todo esto, tanto fue inçitado e estimulado por vuestras gratas invitaçiones,
que tomé osadía de escrevir alguna d'esto cosa, non en paga, mas en señal, con
entinçión que, si el vagar consintiere, d'ello faré un tractado, la ayuda permisa
divina, e a vos lo embiaré, onde mejor paresca lo que d'esto aprendí de los mayores
en saber de mí.

Onde al presente sea a vos manifiesto muchos filósofos e grandes letrados
fablaron del ojo, donde se diriva aojar, que en latín dezimos façinar o por
aojamiento façinaçión. E pocos dieron la cabsa d'ello e fueron menos los las causas
alcançantes de sus remedios preventivos, cognitivos e subsecativos, siquier
curativos. Los más, empero, concuerdan de aquellos sean algunas personas tanto
venenosas en su complisión e tan apartados de la eucrasia, que por vista emponçoñan
el aire e los a quien aquel aire tañe e los resçibe por atracçión respirativa, segúnt
en la Cosmografía es manifiesto: afirma en Çiçia sean mugeres que por sola catadura
matan. E non deve paresçer estraño o menos creíble por lo que del basilisco en el
libro De las propiedades de las cosas se lee, el cual por sola catadura mata a otrie
e a sí mesmo, reflectando su vista del espejo, como Bernardo de Gorgoneo, in libro
primo Mediçine, capítulo «De venenis» muestra.

E avemos doméstico enxemplo del daño de la vista e infecçión de las mugeres
mestruosas, que, catando en el espejo, fazen máculas e señales en él, como dize Aben
Ruis en el comento De sopno et vigilia: «In speculis valde puris, cum mestruose sint
venientes et inspiciunt super faciem speculi, fit velut nubis sanguinea; et si novi
sit speculum, non facile est abstergere visus macula» [que dize que 'cuando quiera
que en los espejos muy fermosos acatan sobre ellos los ojos mestruosos, en ellos se
faze como nube sanguínea e colorada; e si nuevo es el espejo, no se quita ligeramente
aquella mancilla'].

Puédese aver aun enxemplo en la vista infecta lobina, que, veyendo primero al
omne, fázele la voz perder, como en el libro De propietatibus animalium, en el
capítulo «De lupo» dize: «Lupus in talit sanguine sitit, si prius hominem viderit,
vocem, aufert» [Dice: 'Tanto es seca la sangre del lobo, que con su sequedad que si
primeramente viene al hombre quítale la boz']. Esto faze sin dubda con la venenosidat
de su vista. Contesçe aun, cuando alguno cata en los ojos del vizco, duélenle los
suyos por la turbada e mala catadura.

E maguer en otros animales tal venenosidat de vista fallada sea, más fuerte en
el omne, afuera del basilisco, se demuestra porque en sí es alcuanto venenosa e ha
más sotil emisión de virtud. Por esto Aristótil in libro primo De animalibus pone su
saliva infecta sea, diziendo: «Saliva hominis geiunii omnibus animalibus venenum
habentibus est contraria» [Decir quiere: 'Tanto que la saliva del hombre es contraria
o medicina para todo animal emponzoñado']. E si alguno dixese que esto sería por ser
tiriacal o salutífera la tal saliva, non paresçe así por lo que Egidio Zamorensi in
libro De remediis venenorum ha dicho, capítulo «De morsu canis et hominis rabidorum»:
«Morsus hominum, eciam non rabidi, venenosum est» [Quiere dezir: 'El mordimiento del
hombre que rabia es más emponzoñado'].

E la tal venenosidat de complisión más por vista obra por otra vía, por la
sotileza del spíritu visivo que su impresión de más lexos en el aire difunde. E tiene
distintos grados, segúnt la potençia del catador e la disposiçión del catado. E por
esto más en los niños pequeños tal acaesçe daño, mirados de dañada vista, por
abertura de sus poros e fervor e delicadez de su sangre habundosa, dispuesta a
resçebir la impresión. Dize Aben Ohaxia, en la Philahanaptia mayor, que viera un
cavallo que a cuantos catava fazía venir fluxo, de que lo non osavan sacar con la
cabeça descubierta. En esto faze lo que Aristótil cuenta in Secretis secretorum libro
II, capítulo «De corporis disposicione», que fuera embiada al rey Alexandre por la
reina de India una donzella fermosa a ponçoñas criada, fecha de complisión
serpentina, e catava la gente desvergonçadamente, dañándola con su vista, e podía
matar con su mordedura. Por eso dixo, fablando d'ella: «Perpendi siquidem quia ipsa
interficeret homines solo morsu» [Dice así: 'Entendí o conoscí que ella solo por su
mordedura mataría los hombres'].

Onde tal infecçión de vista dañada e infecta imprime e faze daño conosçido en
los catados o mirados mediante el aire infecto en que amos partiçipan, el uno por
acción e el otro por pasión. E tal acto o reçebsión dizen aojamiento o fasçinaçión.

D'esto mueren asaz personas e otras adolesçen de manera que non saben de qué
viene e non les prestan las comunes mediçinas, sino aquellas que para esto son
espeçiales e propias.

E cuidan muchos que las palabras dañan en esto más que el catar, porque veen
que, si alguno mira a otro que le bien paresca o lo alaba de fermoso o de donoso,
luego paresca daño en él de ojo, siquier de fasçinaçión. E aquí deven entender, sana
consideraçión mediante, que la cabsa d'esto es que aquel que alaba la cosa mirada,
pues se d'ella paga, paresçe en esa ora que mira más fuerte, firme e atentamente que
otra, toda la haz visual dirigiendo, fingiendo e ocupando en aquel catar. Esto faze
mayor e más impresión paresçida e aquel dezir o loar non añade fuerça en el daño, más
significa la atençión del catar. Tanta es la fuerça de tal vista, que aun en los
animales non razonables façinar puede, como dixo Virgilio in Bucoliis, égloga
terçera: «Nescio quis teneros occulos michi fascinat agnos» [Dice: 'No sé quién con
los ojos me aojó o mató los novicitos e tiernos corderos'].

E esto es cuanto natural razón e palpable puede sentir de la cabsa del façinar e
manera de aquél. Ca d'este dicho se entiende el aire resçebir esta impressión por
raridat o diversidat, en él causada por el agente visivo más de cuanto al devido
conviene tempramiento, e muda su provechosa calidat en dañosa. Tal es la vía de la
transformaçión o alteraçión de los elementos. Así lo ha dicho Felipe Elefante, en su
Astronomía, capítulo «De elementis»: «Rarefacio et condepnsacio est via quidam
originalis in trasformacionibus elementorum in gradibus suis» [Quiere decir: 'Lo ralo
e lo espeso es un camino de vaciamiento en las transformaciones de los elementos en
sus grados'].

E para esto ha menester distançia consona, así que la potençia esté más vezina
de su acto, segúnt lo cual el efecto sigue la demostraçión suya, como sea que la
façilidad o dificultad del efecto mide e representa la propincuidat e remoçión de la
potençia, segúnd el çerca dicho Felipe dixo in Arte naturali, capítulo primo:
«Dicitur potencia propinca vel remota, secundum facilitatem vel dificultatem efectus
fiendi» [Que es su romanze: 'La potencia acercana o arredrada según la su ligereza o
la su dificultad es el su efecto fecho'].

Contra este daño usaron de tres maneras de remedios los sabidores e oy se faze
en lo que d'ello alcançan: una antes del daño preservativa; otra para conosçer el
daño resçebido, cuando es dubda si es fasçinaçión; otra después de conosçido, para lo
quitar e librar d'ello al paçiente.

Cada una d'estas maneras por tres vías fue proveída e usada de los antiguos e
agora de los modernos: por superstiçión, por virtud, por calidat.

Por la primera vía, en la primera manera, ponían a los niños manezuelas de plata
pegadas e colgadas de los cabellos con pez e ençienso; e colgávanles al cuello sartas
en que oviese conchas del mar; e broslávanles en el ombro de la ropa manezuelas de
plata pegadas e colgadas de los cabellos, a que dizen hamças; poniénles pegados
pedaços de espejo quebrado e agujas despuntadas; e alcoholávanles los ojos con el
colirio de la piedra negra e del antimonio. Usavan los judíos ponerles nóminas,
espeçialmente aquellas que miha de havelelid con sus dos ángeles. A los moros
lávanles el rostro con el agua del almachiçén, que es roçío de mayo, e dízenle así
por que lo cogen cuando sube la mansión Alrnuçen; e cuélganles al pescueço granos de
peonía; e pónenles libros pequeños escriptos de nombres e dízenles tahalil, e
pónenles dineros foradados al cuello e contezuelas de colores. E guárdanlos que non
los vean, sinon pocos; e aquéllos que non tengan los ojos lagañosos ni vizcos.

Ponen eso mesmo a las bestias cuero con pelo de tasugo en el collar e cabeçadas.
E traen horuz, que son nóminas pequeñas en las cabeçadas e petrales de los cavallos
con çeras e figuras.

Los grandes de hedat juntavan los pies e atavan los pulgares con la buelta que
mostró Enoc, estando contra oriente, e saltavan faza arriba tres vezes antes que
saliesen de sus casas. E pasavan el rallo por su vientre de las bestias de cavalgar
ante que andoviesen camino. E mostravan la hamça en saliendo por la puerta de su casa
e dezían en alçando hamça: «Fi ainac». Esto usan aún los alárabes de Persia. Traen
avellanas llenas de azogue, cerradas con era, en el brazo derecho; e ponen a sus
criaturas espejuelos en los cabellos, e pasables por los ojos antes que sepan fablar
ojos de gato montés. E otras muchas maneras tales, e algunas d'ellas aún se platican.

D'esto Caicamet ha fecho mención en los Anarrizec, e Aben Reduán en el Gayad
Alhaquim. Non allego los testos d'ello, porque non vi sus libros, si non que lo oí
dezir a mis maestros. E aun porque en esta materia non me quiero estender tanto como
podría, buscando las razones de todo esto e sus prinçipios e los inventores contar e
los tiempos en que lo fallaron e primero usaron, que está asaz claro en istorias
antiguas, porque non sea visto mostrar doctrina perniçiosa e contraria a la divina
ley, en la cual me deleito, e tales suspeçiones aborresco e esfuérçome dezir con sant
Pablo Ad Romanos, capítulo séptimo: «Condelector enim lege secundum interiorem
homininem».

Por la segunda vía, en esta primera manera, usaron dezir algunos nombres e
oraçiones. Dize Rabí Açac Alizrraelí en el libro de los Harazim que, diziendo estos
nombres: alla, miza, zora, guardado aquel día d'este daño será; por cuanto salen de
aquel verso ebraico que dize: «Adonai li lo ira mayahaçe li adam», e en latín dize:
«Dominus michi adiutor et non timebo quid faciat michi homo». E sale por el comienço
de los vocablos e letras primeras: de adonay toma la a, de li toma la l, de lo toma
la otra l; de ira toma la otra a; e así dirá alla. De ma toma la m, de yaaçe toma la
a e la i, de li toma la l, de adam toma la a; e así dize maila. Esto dizen los
ebraiquistas. Rasech Enod e el maestro de Girona en su Cabbala ponen que, mostrando
el sadai con la mano, alçando los tres dedos postrimeros en manera de sin, e el
segundo encorvado en manera de dalet, e el purgar poniéndolo deyuso en manera de yod,
e faziendo que se escuda de la mano e que diga taff taf ia maguen David, que será
guardado de mala catadura de ojo por virtud d'este nombre. Empero por aver seído
estos nombres judíos e non aver fecho nuestros doctores d'esto mención, non usan
entre christianos d'ello.

Por virtud natural usan traer coral e fojas de laurel e raízes de mandrágora e
piedra esmeralda e jaçinto e dientes de peçe e ojo de águila e mirra e bálsamo, como
escrivió Fisiólogo in libro Defisicis ligaturis. E asignan en esto tal razón: que
estas cosas han virtud natural de purificar el aire en derredor del que las trae, e
por esto non dan lugar a la infecçión del ojo que dañe, disponiendo en ello otra
manera e faziendo en ello tal acçión contraria.

Donde se concluye que todas las cosas que purgan el aire e quitan d'él infecçión
o dañamiento, traídas, preservan de este daño virtualmente e naturalmente. D'esto
Alberto Magno en su Esperimentador ha memorado muchas cosas que dexo de nombrar e
reservo para el tractado que d'esto entiendo, a Dios plaziendo, fazer.

Por calidat, que es la terçera vía, mandan traer buenos olores e suaves, así
como almizque e ambra e lináloe e gálbano e úngula odorífera e cálamo aromático e
clavos e cortezas de mançanas e de çidras e nuezes de çiprés, porque su buen olor
d'estas cosas conforta los spíritus del que lo trae e faze fuerte su complisión en
benefiçio cordial contra el venenoso aire, depurándolo e retificándolo con su
calentura e fragançia e eferando d'él resolutivamente toda mistión estraña. Para esto
aun aprovechan las buenas aguas, así como muscada, rosada e de azahar e de romero e
de melones e de vinagre; e las buenas unturas, como de ungüento de alabastro e el
tiblo del azeite de almástica e de azaubac e tales cosas, segúnd más largamente contó
Cleopatra, muger de Marco Antonio, en el Libro de sus afeites, e Arpocraçio en sus
Quiránidas.

Enpero de otros muchos remedios preservativos para esto usaron también los
egipçianos, que degollavan un pollo sobre la cabeça de los niños en cada comienço de
luna e con la sangre untávanles la oreja izquierda. E aun por la obra de las imágines
fazían talesmás.

D'esto non he de fazer mención nin lo recordar, poniendo como baste lo dicho,
sólo por enxemplo e después, en el tractado que ofresçí, traeré estas cosas con sus
causas e razones e autoridades, las que buenamente e con segura conçiençia se
pudieren dezir e en escripto poner.

En la segunda manera, para investigar e çertificarse del façinado que se
presume, por aquellas tres vías lo buscaron e usaron los antiguos nombrados:
superstiçión, virtud, calidat.

Por la primera usavan lançar gotas de azeite con el dedo menor de la derecha
mano sobre agua queda en vaso, puesta en presençia del passionado. E paravan mientes
si se derramavan o ivan al fondo o estavan quedas de suso o se mudavan de colores. E
según la diversidat que mostravan, judgavan del enfermo si era façinado o non. E
midían su çinta a cobdos o a palmos, e si viene una vez larga e otra corta, de
aquella variaçión tomavan señal del daño.

Otros ponién un orinal nuevo sobre la cabeça del enfermo con agua e lançavan una
clara de huevo del día puesto dentro; e levantávanse astiles e figuras en el agua que
paresçen de personas, allí diziendo los entendidos en esto si era façinado o cómo le
vino e de qué personas e otras espeçialidades.

Otros tomavan un pedaço de pan que lo oviese tenido el paçiente en la mano por
media ora; e lançándolo en el suelo, paravan mientes si lo levantaría gato o perro o
si lo alçaría persona; e de qué color e a qué parte lo levava e qué fazía d'él. E así
judgavan de la enfermedat o salud.

E otras muchas diversidades d'esta natura e condiçión, segúnt cuenta Cancaf el
Indiano e Mushaf al-camar el corto, segúnt oí dezir a un sabidor morisco que dezían
Xarifi viejo de Guadalhajara. E aun algunas reliquias d'esto han quedado en uso de
las gentes oy. Pero tales cosas en nuestra ley son defendidas como superstiçiosas e
contrarias al buen bevir e por eso en esto non me detengo, nin curo todas sus
diversidades expresar, que fazían por retimientos de plomo e de era e esparzimiento
de farina e de simientes acerca d'esto.

E paso a la segunda vía virtual, por la cual, así por palabras, como
suspensiones e venimientos, entienden algunos que paresçe luego si el daño es por esa
cabsa. D'esto puso el rab Rabí Aser en la Cabala que dexó en Toledo escripta de su
mano que, si toman tiesto de cántaro ante que lo cuegan e escriven en él el nombre
çamarhar, escripto en ebraico, que se faze con çinco letras: caddi, mem, rex, haf,
rex, e sale de las çinco pacumquim de Beresid, tomado las postrimeras letras d'ellas,
lo pusieren en la mano del enfermo, que duerma con ello que gemirá entre sueños
mucho, si por ojo ovo aquel açidente. E si lo non faze non es de aquello.

E maestre Hasdai Crescas, que fue en este tiempo, me contó que viera colgando al
cuello el salmo que comiença: «Aser hais», que entre nosotos dize «Beatus vir», que
luego el paçiente sudava si non era de ojo; e si non sudava, paresçía su complisión
estar mal conçertada por el daño de façinaçión resçebido.

Aun por virtud de suspensiones e aplicaçiones fallavan esto, como poniendo sobre
los pechos la piedra carduro, que se falla en el estómago del oso, faze venir los
ojos en lágrimas al passionado. E poniendo en el dedo suyo esmeralda, se escuresçe su
color a poca de ora. E poniendo el martago en la mano, fázelo temblar. E otras tales
e muchas diversidades. E algunas d'ellas no se fallan çiertas en todo tiempo, nin por
todos omnes, como en el Basilógrafo, de las virtudes de las cosas fablando, se falla;
e el Arpocraçión, que puso muchas d'ellas. E algunas fasta el presente tiempo
quedaron en uso.

Por la terçera vía e más segura e çierta se conosçe calitativamente, así en la
catadura del enfermo, que la tiene turbada e ama tener los ojos baxos e estar echado
e non sentirse fuerça e estar pensoso e sospirar de vagar e tener cuidado sin saber
de qué e sentir quexo en el coraçón e escuresçimiento e dolerse en el cuerpo, como en
non querer comer nin tener señales de espeçial dolençia señalada e acostumbrada, nin
saber cabsa nombrada, prestarle poco las comunes melezinas; e aun fállanle a vezes
frío, e súbito se muda en calor, alterado por vezes trocadas e sudores que le vienen
non razonables, e luego lo dexan. E aprieta las manos e asconde los pulgares, e
bosteza a menudo, e tiene el oír más agudo que de antes, e estríñese de vientre.
Tales açidentes muestran daño de ojo aver esto causado.

E suelen en Persia ponerles un paño mojado sobre la cabeça, e tiénenlo fasta que
se seca por el vaho que sale; e si en el paño quedan máculas, judgan por allí la
natura del enfermedat. E Balihanos dixo que este paño devría ser mojado con su orina
mesma del enfermo.

Otros catan en las lágrimas que le salen qué sabor han. E si tiran a salado con
alcuanto de amargo, afirman de ojo venir aquel açidente. Otros fázenlos escupir sobre
cuchillo o tabla de fierro e escaliéntanlo al fuego, e, secado, veen qué color queda;
e así judgan de la enfermedad ésta, segúnd de todas estas señales. E otros indiçios
pone Alberto Magno en el libro espeçial que fizo De fasçinaçión, do dixo: «Signa
naturalia fascionacionis ostenduntur medicu prudentem, etc.» [Que quiere decir: 'La
sciencia natural demuestra al físico prudente las señales de la muerte'].

D'esto agora poco se sabe; los más segúnt las otras vías, aunque non tan çiertos
sean por su façilidat.

Pues viendo a la terçera manera, que es de quitar o curar el daño por la
fasçinaçión resçebida, por esas mesmas vías contadas de suso usan en diversas partes
diversamente. E todos acuerdan que luego se ponga en ello remedio, pues sea conosçido
façinaçión ser, porque, dende non curando, podrían nasçer e nasçen otros daños e
dolençias peligrosas e aun muerte: tanto se altera la complisión e dispone a
resçebir. cualquier dañamiento que sobrevenga; e si fuer otra fasçinaçión, mátalo.

E por eso dixeron los judíos que todas las melezinas preservativas e remedios
aprovechan en la cura del aojamiento. Así lo afirma maestre Marsilio, que fue en este
tiempo nuestro físico del duque de Milán, en sus Esperiençias, en el capítulo «De
cura fasçinaçionis», así: «Remedia preservacionum a fascinacione preservative et
curative sunt in cura, et converso.» [que quiere decir: 'Los remedios de las
conservaciones del aojamiento para curar e guardar son incurables e a las veces al
contrario'].

E por la primera vía usavan los pasados bostezar en nombre del enfermo muchas
vezes, fasta que les cruxían las varillas e esa ora dezían que le era quitado el
daño. Otros lo pesavan en balanças con un canto grande e lançándolo en el agua
corriente. E aun lavávanle el pie derecho con agua de lluvia e dávanla a bever a
gallina que non oviese puesto; e cuando la avía bevido, que era señal de salud; e si
non la bevía, de muerte. Otros lo sahumavan con yerva tur e con aristología redonda e
aun ruda con péñolas de habubilla e de lechuza. Otros le aniravan as sobreçejas con
sevo de enzebra untado. E algunas d'estas cosas han quedado en uso d'ese tiempo; e
tal cosa non la han por bien en la santa Iglesia cathólica e, por ende, usar non se
deve por fieles e creyentes.

Obravan aun por las virtudes e segunda vía por nombres, segúnt puso el dicho
Rabí Çag Irraelí en su Cabala, que, si dan a bever el nombre mayor de las cuatro
letras que se dizen de la hanaya con agua rosada desliendo, que fuese escripto en
escudilla de madero con açafran e cánfora e lágrimas del paçiente, que lo sana del
ojo malo que lo dañó. E rabí Zarahya, a quien dezían En Ferrer, que fue en este
tiempo, me contó que provara algunas cabbalot, entre ellas, que tomara un ramo de
lulaf e diziendo sobr'él cadíx, e escriviendo en una de sus fojas el nombre de
Sandalfón, el ángel, e dando a bever al enfermo façinado del polvo d'esto, que'l
sanava. E dezié más, que, asentándolo en la teba de rostro al hehal e diziendo
«Adonai elohin» siete vezes, que avía remedio por virtud d'estas palabras.

E por çierto en estas obras que por virtud de palabras se obran grandes secretos
alcançaron los ebraiquistas. Esto fizo la grand antigüedat de la lengua, donde
desçienden las otras lenguas. Por esto dize sant Gerónimo Super Sophoniam: «Nose
Possumus linguam ebraicam omnium linguarum ese matricem» [que quiere dezir: 'conoscer
podemos que la lengua ebraica es madre de todas las lenguas'].

Otros buscaron remedio por las virtudes de las piedras e de las yervas e de los
miembros de los animales, así como poner fojas de albahaca en las orejas, e traer
uñas de asno montés que dizen onagro, e traer sortija de uña de asno doméstico, e
verga e colmillos de lobo, e piedra diamante en el dedo, e oler isopo e lilium
convalium, e tener lana de náquera en la mano.

E todas estas cosas han propiedat para esto e fazen provecho conosçido, como
resçita el dicho maestre Marsilio en el libro nombrado. Éste fue físico muy famoso en
su vida e ovo esperiençia de muchas virtudes en su vida conformes a las complisiones
de agora en proporçión atrativa. E dexó después de algúnt tiempo fama en plática
donde vivió; e léese en las escuelas la Exposiçión que fizo sobre Aviçena, segúnt me
contó maestre Pedro de Tosiñano, que fue su compañero.

Pues, terminando suçitamente de las virtudes, vengo a las obras por calidat
ministradas en tal enfermedat. E usan d'ellas confortando el coraçón e los spíritus
lesos con sándalos e letuario catolicón; e poniendo sobre el coraçón paños de
escarlata mojados en agua rosada e esparzidos de sándalos muçellinos; e teniendo en
la mano hueso de marfil e coral al cuello; e non dexando estar el paçiente a solas; e
dándole ditamo a bever, que quita infecçión resçebida; e regando la casa conçumo de
yedra e vinagre, tirándole los miembros cada día, faziéndole esperezar a menudo,
guardándolo de enojo e de mucho comer e dormir e de viandas secas e mal olientes e de
tener estómago vazío. Todavía donde durmiere aya lumbre, e téngase templado de
vientre, purgándolo, si menester fuere, con diacartamon e çumo de rosas,
ministrándole cosas que esfuerçen la complisión e conorten los miembros prinçipales e
ayan virtud tiriacal e purifican el aire e restituyen la compusiçión a su eucrasia.
E, sobre todo, muger mestruosa non lo visite.

E d'esto mucho complidamente e mejor de otros el dicho maestre Marsilio ha
tratado. E los físicos de agora saben en esto poco, porque desdeñan la cura d'esta
enfermedat, diziendo es obra de mugeres e tiénenlo en poco. E por eso non alcançan
las diferençias e secretos d'ello, que se alcançan parando en ello mientes.

Empero todas aquellas cosas son en la e de la e con la philosophía alcançadas, a
quien pertenesçe prescrutar, saber, investigar, dubdar e solver las divinas e humanas
cuestiones e penetrar los secretos d'ellas. Por eso sant Isidro en sus Ethimologías,
libro segundo, capítulo tercero, dize: «Philosophia est rerum humananum divinarumque
cognicio» [Quiere dezir: 'La filosophía es conoscimiento de las cosas humanas e
divinales'].

E non vos paresca luenga esta cura; considerad la materia en ella movida quántas
dificultades se susçitan en el entendimiento d'ella; e pensad que lo más sumariamente
que pude deduzir aquella, sólo por darvos a sentir algúnt poco de tal laberinto en
degustaçión, reservando para el tractado d'ello fazedero las dubdas e cuestiones que
dende insurgir pueden, así como si esta façinaçión obra en las cosas insensadas,
piedras, fustes, vidros e vasos, que, loándolos de fermosos, se quebran por sí, e
árboles secarse e aguas detenerse e tales estrañezas. Entonçes d'estas e de otras
mayores porné las soluçiones, segúnt los actores que d'esto fablaron han puesto, e a
los presentes informando, cuanto más que la breviedat non deve ser tanta que difusque
la materia o la faga menos intelligible, como dize sant Gregorio, Super Isaiam: «Sic
acrescendum est brevitati ut nullum dapnum fiat intelligencie» ['Así es de otorgar la
brevedad, que ningún daño faga al entendimiento'].

E yo estó poco exerçitado en las tales informaçiones para que osase más dilatar
el dezir de cuanto nesçesidat demanda, el cual exerçiçio muchas vezes ministra
elocuençia de natura negada, como dizo Ermodio en su Dezires: «Exercitacio
eloquenciam dat quam ingenium negat».

E tomad de todo esto lo bueno, es a saber lo que la Iglesia universal ha por
bueno e consiente usar, así como de fasçinaçión guardaredes vuestro cuerpo más
apartés vuestra ánima de pecado, biviendo virtuosamente, por cuya conservaçión deve
omne elegir la muerte antes que darse a viçios. E por esto dixo Aristótiles, terçio
Ethicorum: «Melius est mori quam facere contra bonum virtutum» [Dice: 'Mejor es morir
que facer cosa que sea contra virtud'].

Quisiera más tal informaçión vos por palabra dezir, que en escripto embiar; e,
así, a vos solo la flaqueza de mi ingenio fuese comunicada. E aunque mejor por biva
voz conçibiérades mi concepto, la cual tiene singular efecto en mostrar en el ánimo
del oidor e más durablemente fengir las mostradas cosas que por ordenaçión escripta
-en esto esperto, sant Gerónimo dezía in Epistola ad Paulinum, capítulo segundo:
«Habet nescio quid latentis energiae vive vocis actus e in aures discipulorum de
actoris ore trasfussa fortius sonat»-, túrbame e faze que non pueda en tales vacar
cosas la partiçipaçión de muchos que por expediçión de negoçios tengo de oír e
disgregar mi entendimiento. Tales obras entender podéis quieren voluntad reposada, e
parte de tiempo quiere en que pueda difundir fuera de sí el ordenante lo que Dios le
avrá ministrado; quiere soledumbre e consorçio de pocos; e aun la conservaçión de
buenas costumbres esto demanda. Por eso es aconsejado in capitulo de «Si cupis», 16,
cuestión primera: «Consorcia fuge malorum nec non et multorum» [Quiere decir: 'Fuye
la compañia de los malos'].

E non podría alguno con verdat e razón dezir que a las grandes personas tales
ocupaçiones sçientíficas non convengan, nin a su magnifiçiençia esto requiera, ca,
por çierto, mucho mejor a los en dignidat puestos e por linaje sublimados esto
conviene e d'ellos por doctrina lo deven los menores aver. E con esto les puede más
aprovechar, como dixo Vegeçio, in libro De re militari, capítulo primo: «Nequaquam
magis decet vel meliora scire vel plura quam principi cuius doctrina homnibus potest
prodese subiectis» [Quiere decir: 'No conviene a ninguno saber cosas mejores ni más
que al príncipe, la doctrina del cual puede aprovechar a los suyos']. Cuanto más que
en esta vida bienaventurança non se puede alcançar sin aver complimiento de los
saberes e notiçia de las cabsas, discurso de las artes e plática de los saberes. Por
eso dixo el mencionado Felipe Elefante in sua Etica, capítulo primo: «Igitur cupiens
felicitatem artes ediscat, que nisi studiosum imposibile est quamquam esse felicem»
[Dice: 'Todo aquel que cobdicia ser de sotil ingenio aprenda las artes, ca, si por
ventura no es estudioso, nunca será bienaventurado'].

Esto conosçió bien Demócrito, que por más libre estar e optener puridat
intellectual e darse los saberes, dexó todos los bienes temporales e aun se sacó los
ojos, según Agelio in libro Noctium atticarum largamente cuenta.

E dévos Dios tantos de los saberes abundoso conosçimiento en esta breve e
umbrática vida e dexe fazer así a él obras apazibles, d'este valle de miserias
librado, libre a su gloria venir, en do contemplés con segura eviternidat el Dador de
tantos e provechosos dones.