La semilla del Cardo simbolizando la siembra de cultura

Bibliotecas Rurales Argentinas

 

 


Punto Cero
Diego Perez

Para situar el "punto cero" de la producción freudiana, conviene
repasar a vuelo de pájaro el estado de la literatura, la
filosofía y la psicología imperantes en la época en que Freud
comienza su producción, hacia fines del siglo XIX.

No es sencillo situar a Freud en una determinada literatura de su
época, ya que sabiéndolo ávido lector resulta difícil precisar si
es en realidad solo los hechos contemporáneos o bien anteriores a
la aparición de determinados conceptos los que influyeron en
mayor o menor medida en la formulación de tal o cual concepto,
como el que nos ocupa. Seguramente no quedara agotada toda la
gama de autores de diversas corrientes del pensamiento, pero
intentaremos dar cuenta de algunas de ellas.

Comenzando por Schiller podemos señalar que caracterizó el avance
del romanticismo, corriente encabezada por Goethe pero que
abandono inmediatamente, en una época en la que predominaba el
clasicismo, encarnado por este ultimo. Schiller cifraba sus
ideales, a los cuales la humanidad toda debía aspirar, en la
Revolución Francesa; pero al ver los efectos provocados por el
terror post-revolucionario comenzó a pensar en el concepto que
seria fundamental en su obra, plasmado en "Don Carlos",
concepción en la cual la humanidad debía deponer sus intereses,
acaso egoístas, en pos de la "libertad". Pero sin lugar a dudas
es en "Guillermo Tell" donde llega a su punto máximo el ideal de
Schiller de libertad y elevación de la humanidad, obra en la que
se aprecia una equilibrada y exenta de proclamas encarnación de
estos valores, en donde también se aprecia un correcto manejo del
trasfondo relativo a las masas. Cabe mencionar también a Richter,
quien obtuvo considerable fama en el ámbito de la literatura
alemana, a quien se lo calificaba como el "desván del
racionalismo", siendo también quien resulto introductor y líder
de la corriente romántica.

Un párrafo aparte nos merece Goethe, autor extensamente citado
por Freud, quien centro sus esfuerzos en lograr la primacía de la
razón por sobre lo casual. Esto se ve confirmado en el hecho de
partir, como el mismo lo remarcase, continuamente desde lo
concreto, y ratificado por una carta de KÖrner a Schiller, de la
cual carecía el de conocimiento: "También a mi me resulta Goethe
demasiado sensorial en la filosofía, pero creo que nos conviene a
ti y a mi rozarnos con el para que nos avise si nos perdemos
demasiado en lo intelectual".

En el siglo XIX son filósofos alemanes quienes dominan y de
alguna manera establecen las reglas de funcionamiento generales
de la época en lo que a evolución intelectual concierne a Europa,
teniendo como principales expositores a dos autores imposibles de
pasar por alto como Schopenhauer y Nietzsche. En cuanto al
primero, a pesar de haber muerto en 1860, sus escritos no son
tomados en toda su dimensión sino hasta mediados de siglo, como
su obra capital, "El mundo como voluntad y representación",
concluida en 1818. Tomando como punto de partida a Kant,
Schopenhauer afirma que el mundo no es divino y salvador como
proponía Kant, sino algo irracional, carente de hálito divino.
Este mundo es entendido en relación de mediatez con la "voluntad"
-"Wille"-; dicha mediatez resulta establecida por la
"representación" o "Idea" (entendida en el sentido platónico). La
representación resulta, para Schopenhauer, una "objetivación
adecuada de la voluntad". Importa destacar la noción de
"voluntad", pues cabe entenderla como pariente cercana del
concepto que Freud habría de acuñar como "pulsión", a la vez que
el filosofo alemán afirma que dicha voluntad concierne a lo real,
a la "cosa en si" establecida por Kant, referencia que Freud
reconoce al desarrollar su concepto de pulsión. Obviamente, la
riqueza de la obra de Schopenhauer impide que en pocos renglones
demos cuenta de sus fundamentos, por lo que valdrá, a modo de
ejemplo, concluir su referencia con una breve cita: "Fuera de la
representación y de todas sus formas, la voluntad es idéntica en
el objeto contemplado y en el individuo que, elevándose a esta
contemplación, llega a conocerse a si mismo como puro sujeto;
luego el objeto en si y el sujeto en si no se diferencian el uno
del otro, pues en si son la voluntad que llega a conocerse a si
misma, y la pluralidad, así como las diferencias en las
cualidades no existen mas que por la manera que tiene aquella de
conocerse; es decir, existen solo en el fenómeno y en virtud del
principio de razón, que es la forma de este" (1)

También Nietzsche ha tenido decisiva importancia en el discurrir
del pensamiento alemán/europeo de su época y posteriores. Se ha
erigido en el principal expositor de una época de revolución y
sublevación contra Dios, bajo la forma de su propuesta del
"anticristo". Trastoca los valores que se manejaban en la época,
como por ejemplo reemplazando el "Tu harás" por el "Yo quiero";
lanza una serie de acusaciones contrarias a la moral cristiana,
tildándola de ser una moral de esclavos, afeminada, convirtiendo
a la figura de Cristo en la representación de aquellos que
flaquean y se sienten otra cosa, es decir, una moral del
resentimiento de los que son inferiores, débiles, contra los
señores naturales, enérgicos y héroes. Desdeña la compasión, y da
vuelta de raíz la modalidad de valoración de la moral, colocando
en el centro de los imperativos categóricos del hombre la
exigencia de la felicidad y la voluntad de poderío. Pero no se
limitaría tan solo a esto -que no es poco, por cierto-, sino que
arremete contra Dios, considerándolo muerto e incluso luchando
contra las reminiscencias que de El se tuviesen. Propone
Nietzsche la figura del Superhombre, pero lo que reinara será la
figura del nihilismo (que es la negación absoluta de todo
principio político, religioso y social) -colocándoselo
injustamente dentro de este movimiento, ya que el solo lo
profetizaba: "Lo que cuento es la historia de los próximos dos
siglos. Describo lo que viene, lo que ya no puede venir de otra
manera: la aparición del nihilismo."-; grandes guerras (de hecho
cumplidas) con las siguientes palabras: "Habrá guerras, como no
las ha habido en la tierra. Solo a partir de mi hay en la tierra
gran política". Si bien estas afirmaciones parecen alejadas de
los desarrollos freudianos, es preciso advertir que se trata de
un autor cuya fecundidad abarco gran cantidad de temas. Es quizá
en su primer libro, "El nacimiento de la tragedia", donde
Nietszche establece categorías que resultan sugestivas para todo
psicoanalista; allí menciona las que serian dos pulsiones que
organizan el devenir humano, a las que llama "apolinea" y
"dionisiaca"; la primera tendiente a la organización de unidades
de completud donde impere la "bella forma" sugiere al Eros
freudiano, mientras que lo dionisiaco, tendiente a la perdida del
principio de individuación tocante al goce, puede resultar
emparentada con algunas inflexiones de la pulsión de muerte.
También debemos hacer constar que a este filosofo debe el
psicoanálisis el termino -y parte del concepto- "Ello", a
propósito de la lectura que Groddeck hiciera de Nietszche y
propusiera a Freud. Otro tanto debe pensarse de la noción
freudiana de "compulsión repetitiva", inherente a las pulsiones,
enraizada en la idea nietszcheana de un "eterno retorno".

El propio Freud se ocupa en mencionar a Schopenhauer y a
Nietzsche como aquellas influencias filosóficas que mas pesaron
en su desarrollo intelectual, aunque insistiera en no haberlos
leído nunca; no obstante, admite que su conocimiento pudo
llegarle por una suerte de "criptomnesia" que no es difícil
comprender, pues eran pensadores frecuentemente citados en las
conversaciones que Freud mantenía con intelectuales de la época y
con sus discípulos, incluso algunos de ellos tuvieron relación
directa con Nietzsche. Citando a Freud: "En la teoría de la
represión mi labor fue por completo independiente. No se de
ninguna influencia susceptible de haberme aproximado a ella, y
durante mucho tiempo creí que se trataba de una idea original,
hasta el día en que O. Rank nos señalo un pasaje de la obra de
Schopenhauer "El mundo como voluntad y representación", en el que
se intenta hallar una explicación de la demencia. Lo que el
filósofo de Dantzig dice aquí sobre la resistencia opuesta a la
aceptación de una realidad penosa coincide tan por completo con
el contenido de mi concepto de la represión, que una vez mas debo
a mi falta de lectura el poder atribuirme un descubrimiento. No
obstante, son muchos los que han leído el pasaje citado y nada
han descubierto. Quizá me hubiese sucedido lo mismo si en mis
jóvenes años hubiera tenido mas afición a la lectura de autores
filosóficos. Posteriormente me he privado de propósito del alto
placer de leer a Nietszche para evitar toda idea preconcebida en
la elaboración de las ideas psicoanalíticas. Ello me obliga a
estar dispuesto -y lo estoy gustosamente- a renunciar a toda
prioridad en aquellos frecuentes casos en los que la trabajosa
investigación psicoanalítica no puede hacer mas que confirmar la
visión intuitiva del filosofo." (2)

Por ultimo, daremos algunos lineamientos generales de la
situación en la que se encontraba la Psicología al momento de
comenzar Freud su producción. La mente era considerada sinónimo
de lo psíquicamente consciente, y según la clásica división
"mente\cuerpo", mas allá de lo psicológico se entendía estaba el
cuerpo estudiado por los biólogos y anatomistas. Esta concepción
regia para cualquier teoría del padecimiento mental; por lo
tanto, si algún trastorno sintomático escapaba a la posibilidad
de ser explicado por el suceder de los fenómenos conscientes era
atribuido al soma. Entre estos dos espacios (mente=conciencia y
cuerpo=organizacion biológica) se ubicaría Freud con su
descubrimiento al postular que hay un psiquismo que ni es
consciente ni se debe a alguna función o disfuncion somática; nos
estamos refiriendo a la formulación del concepto de inconsciente.
El "Proyecto de psicología", que Freud no quiso se publicara, es
evidencia de su intento por adecuar la noción de inconsciente,
aun en gestación, a los dictados de lo somático; poco después,
advertido de lo revolucionario de su descubrimiento, inauguraría
una nueva ciencia, la que tiene en lo inconsciente a su objeto de
estudio.

El Proyecto de una psicología para neurólogos comenzó a ser
escrito en el otoño del año 1895, y finalizado ese mismo año
hacia el mes de octubre; al mismo tiempo Freud no estaba
concentrado solamente en este trabajo, sino que, al menos como la
cronología lo señala, había terminado los Estudios sobre la
histeria en colaboración con Breuer, quien finalmente abandona el
trabajo con Freud al no admitir el origen sexual de las neurosis.

Tenemos los llamados por Freud protectores contra las
excitaciones que provienen del mundo exterior, ya que las
magnitudes de energía que desde allí provienen no son de la misma
dimensión e intensidad que las que el aparato esta dispuesto a
descargar; de ahí que existan, en la frontera entre lo interno y
lo externo, "[pantallas de cantidad] (Q), que solo dejarían pasar
fracciones de las cantidades exógenas." (3). Pero no ocurre lo
mismo con las cantidades de excitación que provienen desde el
interior, ya que aquí los montantes circulantes de energía son de
la misma magnitud que los que circulan entre las neuronas,
tornándose innecesaria su presencia. El tipo de terminaciones
libres es probable que, citando a Freud, "sea, con mucho, el mas
común en la periferia interna del cuerpo." Y sigue: "Allí parecen
ser innecesarias las pantallas de cantidad (Q), probablemente
porque las cantidades (Q'n) que allí son recibidas no necesitan
ser reducidas al nivel intercelular, dado que de por si ya se
hallan en ese nivel." (4) También utiliza este termino varios
años después en Mas allá del principio del placer (1920), en El
block maravilloso (1925) y en Inhibición, síntoma y angustia
(1926)

Freud indica que habría un principio llamado de constancia
neuronal, mediante el cual las neuronas tienden a descargarse
hasta tener un nivel mínimo constante de excitación. Por lo tanto
consideramos a este como el antecesor de la pulsión, ya que la
definición dada por Freud no dista en mucho de lo que luego seria
este concepto; de todas maneras, cabe aclarar que no debe hacerse
lugar a confusiones, no siendo nuestra intención homologar este
principio de constancia con la pulsión, ya que es debido a los
estímulos pulsionales (internos) que aquel actúa. En el Proyecto
dice: "A medida que aumenta la complejidad interna [del
organismo], el sistema neuronal recibe estímulos de los propios
elementos somáticos -estímulos endógenos-, que también necesitan
ser descargados. Se originan en las células del organismo y dan
lugar a las grandes necesidades [fisiológicas]: hambre,
respiración, sexualidad. El organismo no puede sustraérseles,
como lo hace frente a los estímulos exteriores, o sea que no
pueden emplear la cantidad (Q) que poseen para aplicarla a la
fuga del estimulo. Aquellos estímulos cesan únicamente bajo
determinadas condiciones que deben ser realizadas en el mundo
exterior. (Piénsese, por ejemplo, en las necesidades nutricias.)"
También Freud propone el apremio de la vida, definiéndolo como
que el sistema neuronal debe acomodarse a tener un cierto nivel
mínimo de tensión y desechar la posibilidad de llevarla a cero,
como sucedería si solo existiese el principio de inercia, el cual
nos aventuramos a definir como asimilable al principio de
nirvana, proceso que encierra las mismas características básicas.

Luego, Freud comienza a delinear lo que seria el prototipo de los
sistemas inconsciente, preconsciente y de la consciencia, al
hablar de sistemas de neuronas que tienen "la capacidad de ser
permanentemente influidas por la excitación", al tiempo que
existen distintas propiedades, "la inmutabilidad, o sea, la
característica de estar vírgenes ante toda nueva excitación,
corresponde a otra clase de neuronas. Así surgió la distinción
entre células perceptivas y células mnemónicas...". Vuelve a
mencionar este tema en el Block maravilloso, al referirse al
sistema P-Cc, que solo lleva consigo una diversidad de
percepciones, aunque excluyendo la posibilidad de conservar
cualquier impresión mnémica, "de suerte que puede comportarse
como una hoja no escrita respecto de cada percepción nueva",
afirmación que cabe amoldar a aquella de las neuronas que
permanecen sin ningún tipo de alteración, dada en el Proyecto.
Hay aquí otro engarce, pero esta vez con el sistema neuronal que
si recibe modificaciones al ser impresionado por los estímulos,
que son distintas de las anteriores por revestir un carácter
duradero, constituyendo los "sistemas mnémicos" (5)

Este ultimo comentario tiene una estrecha relación con lo que
venimos planteando acerca de la pulsión, ya que en Mas allá del
principio del placer plantea que en el hombre no existe una
pulsión que tienda hacia el perfeccionamiento, afirmando que esto
es solo una ilusión. Con esto Freud indica que no seria del todo
distinta de lo experimentado por los animales, pero que de todos
modos aquella pretensión de "una minoría de individuos humanos
hacia un mayor perfeccionamiento", es pasible de ser entendido
como corolario de la "represión de las pulsiones", pretensión
sobre la cual se construye lo que la cultura humana acepta como
lo mas valioso. "La pulsión reprimida nunca cesa de aspirar a su
satisfacción plena, que consistiría en la repetición de una
vivencia primaria de satisfacción...", pudiendo ser entendida en
términos de, por ejemplo, aquella primera vivencia que el bebe
experimenta cuando siente hambre y primero ve el objeto que va a
satisfacer la necesidad -el pecho-, luego el contacto con sus
labios, la leche al pasar por su garganta, etc., estableciendo la
primer experiencia de satisfacción y, al decir de Freud, "todas
las formaciones substitutivas y reactivas, y todas las
sublimaciones, son insuficientes para cancelar su tensión
acuciante, y la diferencia entre el placer de satisfacción
hallado y el pretendido engendra el factor pulsionante, que no
admite aferrarse a ninguna de las situaciones establecidas, sino
que, en las palabras del poeta, adelante>".(6) De todas maneras, hipotetiza Freud, no es posible
recorrer el camino inverso hacia la satisfacción plena, porque en
la casi totalidad de las veces es obstruido por "las
resistencias, en virtud de las cuales las represiones se
mantienen en pie", por lo cual se hace necesario seguir camino
por la otra vía del desarrollo, pero sin viso de alguna vez poder
concluir con la marcha ni llegar a la meta.

Volviendo al Proyecto, es con el planteamiento de la consciencia
como algo en lo cual no habría ningún tipo de inscripción de
sistemas mnémicos como Freud comienza a cambiar la concepción que
de ella se tenia, cambio que ya hemos citado mas arriba.

Habiendo considerado el problema de la cantidad en otro lugar,
nos resulta insalvable no considerar otro tema, ya que se trata
de establecer que es lo que ocurriría si las pantallas de
cantidad que impiden que los estímulos provenientes del exterior
impacten con toda su fuerza sobre phi, planteando que el fenómeno
que equivaldría a esta falla seria el dolor, afirmando que se
produce por una "irrupción de grandes cantidades (Q)" hacia phi,
imponiéndose a estas neuronas como a las psi, que resultan
permeables al mismo, por lo que las cantidades (Q) deben ser de
una considerable magnitud. Por otro lado, la consciencia nos
lleva a considerar lo que se denomina cualidades, ya que hay una
amplia variedad de ellas, y pueden ser diferenciadas como
distintas por las relaciones que guarden con el mundo exterior.
Es interesante la observación que hace el traductor acerca de
este punto en una llamada al pie, al señalar que "es indudable
que Freud se refiere, no a las diferencias entre las cualidades,
sino a lo diferencial de la cualidad" (7), ya que nos permite
advertir que lo que produce la alteridad de las cualidades no es
la diferencia entre ellas sino el rasgo distintivo intrínseco que
cada cualidad posee.

Retomando lo de la memoria, Freud vuelve a traer el planteo del
recuerdo con una serie de innovaciones, siendo la primera
teorizar que es un proceso que solo se lleva a cabo en phi y que
carece de cualidad, ya que no origina nada que sea parecido a la
cualidad perceptiva, pasando a realizar el planteo de fondo de
tener "ánimo suficiente para admitir que podría existir un tercer
sistema de neuronas" (8), que mientras la percepción se produce
seria activada al mismo tiempo que las otras, pero no así en la
reproducción, y que al ser excitadas estarían dando lugar a las
diferentes cualidades, es decir, que se constituirían en las
sensaciones conscientes. Poco después, en la carta numero 39 del
1-1-1896 este concepto es reformulado. Mas siguiendo con este
recorrido, Freud afirma, como lo haría mas tarde en los artículos
citados y en varios otros, que "las neuronas perceptivas se
conduzcan como verdaderos órganos de percepción y en ellas no
encontramos ningún dato para localizar la memoria." Luego
establece que, según sus hipótesis, las neuronas perceptivas
estarían desprovistas de la capacidad suficiente como para
hacerse acreedoras de cantidades (Q'n), pero que si podrían
asumir el periodo de la excitación, y que la situación suya de
verse aquejada por dicho periodo al tiempo que acepta una ínfima
carga de cantidad (Q'n), es lo que compone la fundamentacion de
la consciencia.

Freud da otra vez una definición de pulsión -aún sin nombrarla-
porque presupone que hay una vía directa que comunicaría desde el
interior del cuerpo a las neuronas psi, afirmando que de este
modo estarían expuestas, sin ningún tipo de protección, a los
embates de cantidades (Q) provenientes de dicha dirección, y que,
afirma, es ahí donde se encuentra el impulso motor del mecanismo
psíquico, por lo que podemos inferir que esta exponiendo lo que
mas tarde llamaría el empuje de la pulsión para poder ser
descargada.

Pero es en la pagina siguiente donde nombra por vez primera a la
pulsión conjeturando que "Desde el momento en que la vía de
conducción alcanza su nivel de saturación dicha acumulación no
tiene limite alguno. Aquí, psi se encuentra a merced de la
cantidad (Q), y de tal modo surge en el interior del sistema el
impulso que sustenta toda actividad psíquica. Conocemos esta
fuerza en la forma de la voluntad, el derivado de las pulsiones."
(9)

En cuanto a la vivencia de satisfacción Freud da la definición de
pulsión con todos sus componentes (fuente, objeto, empuje, fin o
meta, que un poco mas adelante lo hará pero con otros nombres),
pero haciendo una descripción dinámica sin ponerle nombre a cada
etapa, hecho que en ocasiones dificulta la comprensión de este
termino, de tal modo de no llegar a discernir con total claridad
como es posible que haga un recorrido por todas esas estaciones
y, al mismo tiempo, lo realice todo de una vez. Esto es que
frente a un apremio pulsional interno la persona tiende a
descargar este montante de excitación, pero al no poder fugar de
este estimulo interior busca, para su descarga, satisfacerlo con
un objeto externo, logrando una disminución temporaria de la
tensión, pero esto solo se logra luego de un complejo sistema de
aprendizaje, ya que "el organismo humano es, en un principio,
incapaz de llevar a cabo esta acción especifica, realizándola por
medio de la asistencia ajena...", al modo del bebe o del niño
pequeño que en la búsqueda de la satisfacción llora, grita,
patalea. Las estaciones recorridas por la pulsión y que aquí
constituyen su prolegómeno son

el hecho de producirse una descarga continua,
con lo cual se pone fin al displacer
ocasionado por el aumento de la tensión en el
sistema perceptivo (homologable al empuje
pulsional);

es originada la carga de una o mas neuronas
del pallium, que atañe a la percepción de un
objeto (que puede ser pensado como la fuente
pulsional);

han arribado a otros lugares del pallium la
noticia de la descarga producida por medio de
la acción especifica seguida por el
movimiento reflejo (planteando este tercer
paso como el fin o meta); y por ultimo, el
objeto de la pulsión.

"El estado desiderativo" lleva a estar atraído, aparentemente,
hacia el objeto que provoca la imantación, pero debemos recordar
la primitiva vivencia de satisfacción, por el hecho que el sujeto
en realidad busque esa huella mnemónica, aunque no sea consciente
de ello y, como era de esperar, surge la defensa ante aquel
recuerdo que resulta de una vivencia de dolor quizá, podríamos
plantearnos, también primitiva, constituyéndose la defensa y
atracción desiderativa primarias. Una tarea difícil resulta
explicar sencillamente la defensa o represión (aquí Freud los da
como sinónimos), que provoca que aquella imagen mnémica
desagradable sea descargada lo mas rápidamente posible,
justificándolo por el hecho de haber sido reemplazada esta
vivencia por una placentera en los primeros momentos y que hubo
conducido a aplacar el dolor. Tal vez el articulo de La represión
venga en nuestro auxilio. "La escencia de la represión consiste
exclusivamente en rechazar y mantener alejados de lo consciente a
determinados elementos." (10). Esto nos llevaría a ver que la
satisfacción de la pulsión que ha sido reprimida (y por lo tanto
displacentera) podría llegar a ser realizada e incluso
placentera, si no fuera por el hecho que no seria posible
armonizarla con otros principios y aspiraciones, por lo que
"despertaría placer en un lugar y displacer en otro". (11). En
consecuencia, para que la represión actúe, la fuerza que deberá
ser acarreada por el montante displacentero tendrá que ser mayor
al placer derivado de la satisfacción.

El yo es planteado, ya desde el Proyecto, como la instancia
encargada de llevar a cabo la represión, dando también los
lineamientos generales para lo que luego será la ubicación
topológica de este concepto, al conjeturar que "El yo debe ser
definido, pues, como la totalidad de las catexias psi existentes
en un momento dado, siendo necesario distinguir en ellas una
porción permanente y otra variable." Continua diciendo algo que
suena semejante al concepto de defensa o represión, cuando afirma
que "las facilitaciones entre neuronas psi también forman parte
del dominio del yo, ya que representan otras tantas posibilidades
de determinar la extensión que de momento en momento deberá tener
el yo cambiante." Y completa: "cuando existe un yo, por fuerza
debe inhibir los procesos psíquicos primarios" (12), lo cual
también viene en ayuda del principio de constancia al impedir de
esta manera la descarga completa.

Atendiendo a lo extenso del trabajo y ante el comienzo del
planteo de lo que será prácticamente todo el fundamento del
psicoanálisis damos por concluido el presente en este punto, con
la esperanza de poder completarlo en una próxima oportunidad.

Notas

(1) Schopenhauer: El mundo como voluntad y representación. Libro
III, página 18

(2) Sigmund Freud: Historia del movimiento psicoanalítico. Página
1900, Obras Completas, Tomo V, Biblioteca Nueva.

(3) Sigmund Freud, Proyecto de una Psicología para neurólogos,
página 220, Obras Completas, Biblioteca Nueva

(4) Sigmund Freud, Proyecto de una Psicología para neurólogos,
página 220, Obras Completas, Biblioteca Nueva

(5) Sigmund Freud: Nota sobre la pizarra mágica. Tomo XIX, Obra
Completas, Amorrortu.

(6) Sigmund Freud: Más allá del principio del placer, parte V,
Obras Completas, Amorrortu.

(7) Sigmund Freud: Proyecto de una psicología para neurólogos,
página 222.

(8) Sigmund Freud: Proyecto de una psicología para neurólogos,
página 222.

(9) Sigmund Freud: Proyecto de una psicología para neurólogos,
página 229.

(10) Sigmund Freud: La represión. Página 2054, tomo VI, Obras
Completas, Biblioteca Nueva.

(11) Sigmund Freud: La represión. Página 2054, tomo VI, Obras
Completas, Biblioteca Nueva.

(12) Sigmund Freud: Proyecto de una psicología para neurólogos,
páginas 233 y 234


http://www.acheronta.org

[Revista Acheronta]
Número 2 - Diciembre 1995

 

 

 

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