La semilla del Cardo simbolizando la siembra de cultura

Bibliotecas Rurales Argentinas

 

 

Maldito Ravel
Pedro Gómez
(Colombia)

No se si detesto o amo estos momentos.

Estoy en Bogotá y vivo solo.Soy estudiante de música. En estos momentos debería estar
estudiando y no escribiendo. Había parado a descansar y me puse a ver una pelicula, la
que me relajaría, para despues seguir estudiando. Pues nó, tenía que ponerme sensible,
escuchar Pavane pour une infante défunte, de M.
Ravel y pensar
en Luisa. Luisa es una exnovia de hace algunos años, que vive en Cali. Terminamos por que
en esa época no fuí lo bastante inteligente como para darme cuenta de que ella realmente
me quería. Sin embargo no me hecho toda la culpa; ella tenía una manera muy sutil para
expresarlo. Tan sutil que no me daba cuenta. En fín, hablabamos una vez cada año despues
de terminar.
Hace poco
volvimos a hablar con más frecuencia, desde que me enteré que tenía una hija que se
llama Camila. A partir de ese día no he dejado de pensar en ellas dos.
No podía creer
que de dentro de Luisa haya podido salir una niña. Me imagino las manitas diminutas de
Camila y Luisa cuidandola y mimandola.Lo peor de todo es que no sé por qué carajos tengo
la ilusión de que soy parte de eso.
En nuestra
última conversación tocamos el tema de nuestra terminada. Ella me terminó por que yo le
puse los cachos y no le conté sinó un mes y pico después. Ella me dijo: "Lo peor
fué que a mí me habían contado antes, pero no lo creí por que confiaba ciegamente en
vós". Cuando escuché esto me sentí el más canalla de todos y me odié por haber
sido yo el que había acabado con su inocencia, por que la entendía, por que me había
pasado lo mismo, por que ya estoy tan hechado a perder que necesito a alguien con esa
inocencia .
Sin embargo no
me he atrevido a decirle nada a Luisa, actúo simplemente como un amigo.
Si ella llamara
en estos momentos.
Si ella cogiera
el telefono ahora mismo y me llamara, no aguantaría más y le diría que la quiero. O que
creo que la quiero, mierda ya no sé, tengo tanto miedo de que esto sea otra de mis tantas
fantasías que hago en la cabeza, en busca de ese amor perfecto que nos vendieron de
chiquitos. De algo si estoy seguro Luisa, y es que preferiría estar aquí sentado
escuchando a Ravel con vos.Tambien estoy seguro de que, de alguna forma estúpida, te
necesito y que daría lo que fuera por que vos tambien me necesitaras.

Gómez
Gómez

 

 

 

Retornar a catalogo