M´HIJO EL DOTOR
FLORENCIO SANCHEZ

Drama en tres actos .
Estrenado en el teatro Comedia de Buenos Aires, el 13 de Agosto de 1903.

PERSONAJES.
Doña Mariquita.
Jesus.
Sara.
Misia Adelaida.
Mama Rita.
Don Olegario.
Julio.
Don Eloy.
Un gurí.

La acción transcurre a principios de siglo . Primero y tercer actos, en una
estancia de la República Oriental del Uruguay. Segundo acto, en Montevideo.
Derecha e izquierda, las del actor.

ACTO PRIMERO.

En el patio de una estancia. Un ángulo de edificio viejo, tipo colonial,
corroído por el tiempo, una puerta a la izquierda y dos al foro ; al centro, en
un segundo plano, un coposo árbol, y rodeando su tronco, una pajarera con
pájaros. Verja a la derecha con un espacio franqueable entre dos pilares.

Escena I.

EL GURI, DOÑA MARIQUITA Y DON OLEGARIO.

GURI.- (Chillando) ¡Señora !... ¡Madrina ! .... ¡Madrina !.... Ahí ha venido el
hijo de doña Brígida la puestera en la yegua picaza y dice que si le empriesta
el palote de amasar porque va a hacer pasteles hoy...
MARIQUITA.- (Asomándose a una de las puertas del foro) ¿Te querés callar,
condenao ? ¿No ves que vas a despertar a m´hijo el dotor ?.... (Desaparece)
GURI.- Es que el muchacho viene apurao, porque tiene que dir también a la
pulpería .... ¡Ah ! ... y dice que si le da permiso p´atar la descornada vieja,
porque va a precisar más leche... ¿Qué le digo ?...
MARIQUITA.- (Sale precipitadamente y lo toma por el cuello, zamarreándolo)
¡Acabarás de cacarear, maldito !...
GURI.- ¡Ay !...¡ay ! ... ¡No me pellizque ! ¡Si yo no he hecho nada !...
MARIQUITA.- (Sin soltarlo) ¡Te viá enseñar !... ¡Trompudo !... ¡Mal criao !...
OLEGARIO.- (Sale calmosamente e interviene) ¡Dejá esa pobre criatura ! ...
¡Parece mentira !.... ¿Qué te ha hecho ?... (Al Gurí) ¡Camine usted a cebarme
mate !...
MARIQUITA.- Es que todos los días sucede lo mismo... Este canalla sabe que Julio
está durmiendo y se pone a berrear como un condenado... ¡Y lo hace de gusto !...
GURI.- (Compungido). ¡No señor !... ¡Es que no me acordaba !...
OLEGARIO.- (Al Gurí). ¡Camine a cebarme mate, le he dicho ! ... (Se va el Gurí)
¡Qué ha de hacerlo a gusto el pobre tape ! Bien sabés vos que es gritón por
naturaleza... (Afectuoso) ¿Es que se ha levantado hoy mi vieja con el naranjo
torcido ?...
MARIQUITA.- (Brusca) ¡Me he levantao como me he levantao !...Pero vos con
defender y darle confianza al chinito ése , lo estás echando a perder.
OLEGARIO.- ¡Vamos, vieja, no se enoje !... ¡Caramba !... Vaya, traiga su sillón
y su sillita baja. (Mariquita vase y vuelve con los pedidos cuando se indica) y
nos pondremos a tomar mate tranquilos. ¡Qué diantres ! Está muy linda la
mañanita pa ponerle cara fea. Espere, comadre, le viá´ayudar. (Mariquita alcanza
un sillón de hamaca y sale con una silla baja y avíos de costura. Ambos toman
asiento. El Gurí aparece con el mate, que alcanza a Olegario, quedándose de pie.
Olegario a Mariquita) ¿Gusta servirse ?
MARIQUITA.-(Ceremoniosa) ¡Está en buena mano !
OLEGARIO.- (Jovial) ¿Me desaira, moza ?... ¡No puede ser !... ¡Vamos, aunque sea
un chuponcito !... No ponga esa cara de mala que nadie le va a creer. ¡Sabemos
que es guenaza !... ¡Sí, viejita, uno, aunque más no sea !... ¿Se acuerda ?
Antes no era así, ¡no me hacía esos desaires ! Voy a pensar que está muy
vieja... ¡Vamos, un chuponcito !...
MARIQUITA.- ¡Jesús, Olegario !... ¡Te has levantao con ganas de amolar la
paciencia !... ¡No quiero mate !... (Viendo al Gurí que ríe solapadamente) ¿De
qué te reís vos ?... (A Olegario) ¡Ahí tenés lo que has conseguido !... ¡Qué
hasta los mocosos se rían de una !...
OLEGARIO.- ¡Vos te reís de tu madrina , canalla !... ¡ya ! ¡Ponete serio !...
(Gurí sigue riendo) ¡Serio ! (Idem) ¡Serio, he dicho ! ... ¡mirá que te pego
!...
MARIQUITA.- ¡Basta, hombre !... (Al Gurí) ¡Ya, fuera de acá !... (El Gurí se
aleja riendo a todo trapo) ¡Así me ha de respetar esa chusma si los que deben
dar el ejemplo lo hacen tan mal !.. ¡La culpa la tengo yo de permitir esas cosas
!... (Mete precipitadamente las costuras en el costurero y se pincha la mano)
¡Ay, demonios ! (Se chupa el dedo y arroja el costurero con estrépito al suelo)
¡Jesusa !... ¡Jesusa !...
OLEGARIO.- ¡Chist !... ¡Chist !... ¡Cállate, mujer !... ¡No ves que vas a
despertar a m´hijo el dotor !...
MARIQUITA.- (Con rabia, dejándose caer sobre una silla) ¡Un cuerno !...

Escena II.

DICHOS Y JESUSA.

JESUSA.- (Entrando) ¡Mande, madrina !...
MADRINA.- ¿Dónde te habías metido ?
JESUSA.- Estaba en el corral curando el ternero de la reyuna... ¡Pobrecito !...
Esa loca de la colorada que desterneramos el otro día, no quiere salirse del
corral y se ha puesto tan celosa... extraña al hijo ¿verdad ?... que cuando ve
otro ternerito, lo atropella. Al de la reyuna le ha dado una cornada al lado de
la paleta, ¡tremenda !... Yo le pongo todos los días ese remedio con olor a
alquitrán para que no se le paren las moscas, ¿hago bien, padrino ?
OLEGARIO.- ¡Sí, m´hijita !... ¡Hay que cuidar los intereses !...
MARIQUITA.- ¡Buenos intereses !... Por jugar, lo hace. Todo el día lo mismo ;
cuando no es un ternero es un chingolo que tiene la pata rota y se la entablilla
como si fuera una persona, cuando no los guachitos, toda una majada criada en
las casas con mamadera, y , mientras tanto, las camas destendidas hasta mediodía
y los cuartos sin barrer...
JESUSA.- ¡Pero madrina !...
OLEGARIO.- ¡Ave María, mujer !... ¡Ni que tenga guen corazón lo querés permitir
a la muchacha !...
MARIQUITA.- No digo eso. Pero por cuidar los animales, ni se ha acordao de
hacerle el chocolate a Julio... ¡Ahora no más se levanta y no tiene nada con qué
desayunarse !...
OLEGARIO.- ¡Qué lástima !... ¡El príncipe no podrá pasar sin el chocolate !...
¡Jesús !...
MARIQUITA.- ¡Claro ! ¡Si está acostumbrado ! ¡Vos sabés que en la ciudá !...
OLEGARIO.- ¡Qué se ha de tomar chocolate en la ciudá !.. ¡Gracias que lo prueben
como nosotros en los bautizos y en los velorios !... ¡Le llamarán chocolate al
café con leche !... ¡Venir a darse corte al campo, a desayunarse con chocolate
aquí, es una botaratada !...
JESUSA.- ¡Pero madrina ! Si Robustiano...
MARIQUITA.- (Corrigiéndola) Julio
JESUSA.- Julio me ha dicho...
OLEGARIO.- ¡Ah !... ¡No me acordaba ! ¡Un mozo que se ha mudao hasta el nombre
pa que no le tomen olor a campero, hace bien en tomar chocolate !...
MARIQUITA.- No seas malo, Olegario, vos sabés que él llevaba los dos nombres :
Robustiano y Julio... Ahora firma Julio R...
OLEGARIO.- ¡Sí, sí, sí !...
JESUSA.- Este... quería decir que Julio me ha prevenido que no le gusta el
chocolate ; que si teníamos empeño en indigestarlo con esa porquería... él
prefiere un churrasco o un mate...
MARIQUITA.- ¿Lo oís, Olegario ?...
OLEGARIO.- ¿Lo oís, Mariquita ?... Vos que estabas rezongando por el chocolate.
MARIQUITA.- ¡Y vos que decías que nada quería saber con las cosas del campo !...
ya lo ves... come churrasco...
Escena III

DICHOS y el GURI.

GURI.- ¡Padrino !... ahí llega David con la tropilla e´ la picaza. Las yeguas
vienen disparando. ¿Quiere que monte su lobuno y le ayude ?...
OLEGARIO.- ¿Y quién ha mandao echar esa tropilla ?... ¿No he dicho que no me la
traigan al corral ?
GURI.- El niño Julio dijo que quería ensillar hoy el pangaré viejo pa dir a la
pulpería...
OLEGARIO.- ¡Eso es !... ¡El niño Julio !... ¡Caminá ! Saltá en pelo y ayudale...
(Vase Gurí) y entren despacio, no sea que se me estropee algún animal... ¡El
niño Julio !... ¡El niño Julio !... ¡No hace mas que jeringar la pacencia !...
¡Haciéndome sudar las yeguas a mediodía !... ¡Como al niño Julio no le cuesta
criarlas, deja que se maltraten los animales !... ¡El niño Julio !... (Jesusa se
pone a limpiar la pajarera).
MARIQUITA.- ¡Pero Olegario !... ¿Qué te ha hecho el pobre muchacho pa que le
estés tomando tanta inquina ?... ¡Parece que no fuera tu hijo !... ¡Todo el día
rezongando ! ¡Todo el día hablando mal de él !.. ¡Tras que apenas lo vemos un
mes en el año !...
OLEGARIO.- ¡Más valiera que se quedara allá !... ¡Si ha de venir a avergonzarse
de sus padres, a mostrarnos la mala educación que apriende en el pueblo !...
JESUSA.- Padrino, ¿en qué lo averguenza ?... Julio tiene otras costumbres... en
la ciudad se vive de otra manera... pero por eso no ha dejado de querernos...
OLEGARIO.- ¡Sí ! ... A las malas mañas le llaman ahora costumbres... Viene a
mirarnos por encima del hombro, a tratarnos como si fuera más que uno, a reírse
en mis barbas de lo que digo y de lo que hago, como si fuera yo quien debe
respetarlo y no él quien... ¿Lo han visto anoche ?... El niño no quiere que lo
reten y botaratea con que es muy dueño de sus acciones... ¡La figura del mocoso
!... ¡Había de ser yo el que le contestara así a mi padre !... ¡El ruido de mis
muelas por el suelo !... Me acuerdo de una ocasión en que el finao don Juan
Antonio, mi hermano menor, se permitió decirle a tata que ya era muy grande pa
que lo retara... ¡Ahí no más se le fue encima el viejo y si no se le sacamos de
entre las manos lo desmaya a azotes !...¡Sin embargo, ya ven cómo me trata el
niño Julio !... ¡En cuanto le observo algo, ser ríe y se pone a discutirme con
un airecito y una sonrisita !... ¡Como si me tuviera lástima !...
MARIQUITA.- ¡Jesús, qué idea !...
OLEGARIO.- ¡Sí... sí !... Cómo si me tuviera lástima, como si fuera algo más que
yo... como diciéndome , ¿qué sabés vos de estas cosas, viejo desgraciao ?...
¡Hijo del país !... ¡Por ustedes no le he bajao los dientes ya !... ¡Pero ande
irá el guey que no are ! Voy sabiendo algunas cosas de su conducta en el pueblo,
y si se comprueban, ¡pobre de él ! ¡Te aseguro que las va a pagar todas juntas
!...
MARIQUITA.- ¡Todo eso que estás diciendo son ideas tuyas y chismes del
galleguete pulpero !... El muchacho es gueno, nos quiere. Lo que hay es que
tiene otra educación. Si fuera un campero como nosotros, no estaría pa ser
dotor...
OLEGARIO.- Pero tendría mayor respeto a sus padres...
MARIQUITA.- ¿Pa qué lo mandamos a estudiar entonces ?...
OLEGARIO.- ¡Callate, Marica, hacé el favor !... (Interrumpiéndose y accionando
hacia la derecha) ¡Eso !... ¡Eso ! ¡Muy bonito !... ¡Diviértanse, muchachos !...
Estropeen no más la caballada... ¡No han de ser ustedes los que sufran !...
¡Animal !...¡por ahí no !... ¡torneá despacio esa yegua !... ¡no la castigués
!... ¡Ah, ladrones !... ¡ya dejaron ir la tropilla !... ¡Canallas !... ¡Burros
!... ¡ahí voy yo !... (Vase vociferando).

Escena IV

JESUSA Y MARIQUITA.

JESUSA.- (Soplando un comedero de la jaula) ¿Por qué será, madrina, que le está
tomando tanta rabia a Julio ? ¡Tan bueno que es padrino, tanto que lo quiere !..
MARIQUITA.- ¡Qué sé yo !... ¡Estoy más disgustada !... Debe ser la enfermedá...
Desde que le empezaron a dar esas sofocaciones, se ha puesto muy lunático y por
cualquier cosa se enoja... ¡Bueno, Julio tiene un poquito de culpa ! ¡A los
padres nos da rabia que los hijos nos traten como a iguales ! Anoche ha cruzado
la pierna y se ha puesto después a palmearlo al viejo cuando lo reprendía... Eso
a cualquiera lo fastidia.. Vos debías decirle, ¿sabés ?... que no haga eso..
JESUSA.- ¿Pero qué tenía de malo ?... Me parece que esos modales son más
cariñosos ... Y Julio lo dice : ¿por qué ha de tratar uno a sus padres con menos
confianza que a un extraño, que a un amigo ?
MARIQUITA.- ¡Qué querés , hija !... A él le parece una falta de respeto...
JESUSA.- Vea, madrina... He pensado que entre Julio y yo lo podríamos amansar...
¿Quiere que haga la prueba ?... Bueno : en cuanto lo vea de mal humor, le salto
encima , le tiro la barba, lo palmeo ... ¡Así !... ¡así !... ¡Va a ver !...
(Extremosa) ¡Buen día, padrinito !... ¿le duele la cabeza, padrinito ?... y lo
beso y lo estrujo bastante... (Vuelca el alpiste sobre doña Mariquita).
MARIQUITA.- ¡Muchacha !... ¡Cómo me has puesto !...
JESUSA.- ¡Ah ! ¡Disculpe, padrinito !... ¡Perdone, padrinito !... ¡Un beso !
¡Otro !... ¡Otro beso !...
MARIQUITA.- (Riendo) ¡Y te llevas un moquete por fastidiosa !
JESUSA.- (Con afectada ingenuidad) ¿Y qué ? ... ¿No se manosea a los caballos
para que se acostumbren no patear ? ¡Con los cristianos ha de ser más fácil !...
MARIQUITA.- Aunque sea mala la comparación ¿eh ?
JESUSA.- ¡Ja, ja, ja !... Lo verá. Si Julio hace otro tanto, lo volveremos loco
al viejo a fuerza de cariño.

Escena V.

DICHOS Y ELOY.

ELOY.-(Entrando) ¡Ave María !...
MARIQUITA.- ¡Caramba, don Eloy !... ¿Cómo le va ?... ¡Tan bueno !... Bien dicen
que en esta casa no hay perros para usted... Lo dejan arrimar callaos...
Muchacha, traele una silla y mandá cebar un matecito...
ELOY.- ¡No se molesten !... ¿Cómo está, Jesusa ?...
JESUSA.- Bien, ¿y usted ?... (Vase y vuelve rápida con la silla).
ELOY.- No pregunto por don Olegario porque acabo de estar con él en el corral...
Y... ¿qué tal ?...
MARIQUITA.- Ya lo ve, don Eloy... ¿y usted ?...
ELOY.- Como siempre... Ya sé que lo tienen por acá a Julio ; la felicito ,
señora.
MARIQUITA.- Gracias.
ELOY.- ¿Y usted, Jesusa ? ¿Ha descansado ya ?...
JESUSA.- ¿De qué ?
ELOY.- Del baile del otro día.
JESUSA.- ¡Ave María, don Eloy ! ¡Miren de lo que ha venido a acordarse ! ¡Hace
quince días del baile !
ELOY.- (Intencionado) ¡Tan pronto lo ha olvidado !...
JESUSA.- No ; no digo eso. Es que he tenido tiempo de sobra para descansar...
¡No he bailado tanto !
ELOY.- Las emociones, sin embargo...
MARIQUITA.- ¡Ah, sí !...¿Ha andado de conquista la pícara ?... Figúrese que me
contó que casi toda la noche había bailado con usted...
ELOY.- Lo que no quiere decir que yo...
JESUSA.- ¡Madrina ! ¿No lo esperaba a don Eloy para hacerle los encargues ?
MARIQUITA.- ¡Cierto es !... Como han recibido el surtido, quería pedirle las
muestras de algún generito de fantasía que no fuera muy ordinario para hacerle
un vestido a Jesusa y alguna sarasa cubierta como para mí... Además tengo una
listita de cosas de almacén que voy en seguida a traerle. (Se levanta) No crea
que es por echarlo que ando tan pronto.
ELOY.- ¡Oh, señora !...
JESUSA.- (Inquieta, poniéndose de pie) Vea, madrina, la lista está sobre la
máquina, ahí no más junto a la puerta...

Escena VI.

ELOY Y JESUSA.

ELOY.- ¿Y, Jesusa ?... ¿Lo ha pensado ?...
JESUSA.- (Azorada) ¿Qué ?...
ELOY.- La contestación. Vengo a saberla antes de irme a la ciudad. De su
respuesta depende que haga todos los aprontes...
JESUSA.- Pero ¿qué aprontes ?...
ELOY.- No se haga la desentendida. Dígalo... ¡Sí o no !... ¡Me quiere o no me
quiere !...
JESUSA.- (Mirando en rededor ansiosamente como en demanda de socorro) Pero...
ELOY.- Vamos. Acabe con esta duda. Cuesta poco. ¡Sí o no !..
JESUSA.- (Idem) Este... ¡madrina !... ¿No encuentra el apunte ?...

Escena VII.

DICHOS Y MARIQUITA ; luego OLEGARIO.

MARIQUITA.- Sí, hija ; aquí lo tengo. (Gesto de fastidio) Aquí está : (Leyendo)
Galleta, galleta de la buena ¿eh ? (Risa contenida de Jesusa que va a ocultarse
detrás de la pajarera) Kerosene, velas, arroz, alfileres, garbanzos...
ELOY.- ¡Sí, sí !... Déme ese apunte... (Busca a Jesusa con la mirada) Diga,
señora, ¿tendría a mano la libreta ? ¡Si quisiera traérmela !...
MARIQUITA.- ¿Cómo no ?...
JESUSA.- (Rápidamente) ¡No se incomode !... yo la traigo. (Vase corriendo).
MARIQUITA.- Siéntese, don Eloy. ¿Qué tal ? ¿Cúando piensa bajar a la ciudá ?...
ELOY.- ¡Tal vez pronto !... Depende... ¡hem ! ¡hem !...Depende de cierto asunto
... ¡vea !... se lo voy a decir con franqueza... No sé si usted habrá notado que
Jesusa...
JESUSA.- (Saliendo) La libreta. Sírvase, don Eloy...
MARIQUITA.- Llegás a tiempo. Don Eloy empezaba a hablar de vos...
ELOY.- Y me felicito de que pueda continuar en su presencia la conversación,
pues nos interesa a todos...
JESUSA.- (Mueca) ¡Ah, no !... Yo me voy...
ELOY.- ¡Por favor , Jesusa ! ¡No me haga ese desaire !...
JESUSA.- ¡No, no., no !... ¡Me voy !
OLEGARIO.- (Desde adentro) ¡Jesusa !.... Alcanzame una palangana de agua...
JESUSA.- ¡Gracias a Dios ! (Vase)
OLEGARIO.- (Saliendo) ¿No ha desensillao ?... ¿Piensa marcharse con la resolana
?... Son conocidos ustedes los extranjis por las costumbres de viajar a la
siesta ; son como chicharras pa´l sol... (Jesusa le presenta la palangana) Me he
puesto a la miseria por desvasar al rosillo viejo que estaba al imposible de las
patas ... (Lavándose)
ELOY.- ¡Ah, sí !...
OLEGARIO.- Estos peones son unos dejaos, y si uno no anda en todo...
ELOY.- El ojo del amo engorda el caballo.
OLEGARIO.- Hay razón, amigo... Gracias, m´hija... (Secándose) Diga, don Eloy,
¿no vino correspondencia pa mí ?...
ELOY.- Es verdad, me había olvidado. Tengo una carta de su compadre, según el
sobre y varios diarios... (Le entrega la correspondencia).
OLEGARIO.- ¡Gracias a Dios !... ¡Estaba aguardando esta carta !... ¿Y Julio se
ha levantao ?...
MARIQUITA.- (Vacilante) Este... ¿Julio ? ¡Sí ! ¡Sí ! ¡ya se levantó !... Por ahí
anda...
OLEGARIO.- Bien. Iremos con don Eloy a su pieza. Quiero que me haga la cuentita
aquella de los novillos...
ELOY.- ¡Con mucho gusto ! (Olegario se encamina hacia la izquierda ; don Eloy lo
sigue)
MARIQUITA.- ¡No, Olegario !... Pasen mejor a la sala... ¡Jesusa ! ¡Poneles un
tintero allí !... La pieza de Julio está todavía sin arreglar y no es propio.
OLEGARIO.- ¡Ah, sí !... ¡sin arreglar ! ¡sin arreglar !... ¡Hum !.. ¡ta gueno
!... (Vase con Eloy por la puerta del foro derecha, precedido por Jesusa).

Escena VIII.

MARIQUITA, después JESUSA.

MARIQUITA.- (Llamando a la puerta izquierda) ¡Julio ! ¡Julio !... ¡Son cerca de
las once ya !... ¡Levantate, pues !... ¡Ah, sí !... ¿Te estás vistiendo ?...
Bueno, voy a prepararte un churrasco... ¡Sí !... ¡Sí !... ¿Jugoso ?... ¡Voy
corriendo !...
JESUSA.- Madrina... ¿lo despertó ?
MARIQUITA.- Sí, m´hija. (Vase derecha).
JESUSA.- (Al enfrentar la pajarera) ¡Ay, Jesús ! ¡Lo que he hecho !...¡Les he
dejado la puerta abierta !... ¡Ay !... ¡se ha escapado el tordo !... ¡Pipí !...
¡pipí !... ¡Qué lástima !... ¡Pipí !... ¡pipí !.. ¡No debe estar muy lejos !...
¡Qué sinvergüenza !... ¡Después de tanto que lo he cuidado !... La verdad es que
yo también me he escapado de una buena... Este don Eloy se empeña en que le haga
caso... ¡y yo tan sonsa, que le di esperanzas !... ¡Pipí !.. ¡pipí !... ¡Ah,
pícaro ! ¿Estás ahí ?... ¡Ahora verás !... ¡Canalla !... Si te agarro te pongo
tres días en una jaula aparte para que aprendás... Pero ¿cómo lo agarro ?... Si
tuviera... ¡Ah ! (Toma un comedero y se empina hacia una rama) ¡Pipí !... ¡Sonso
!... ¡Quedate quieto !... ¡Ay, mi Dios !... ¡Qué alto se ha ido !... ¡Pillo !
¡Ingrato !... ¡Malo !... ¡Ah, ya verás ! (Toma una silla y la aproxima con
cautela. Julio se asoma y contempla la escena) ¡Aparatero !... ¡Mírenlo al muy
sinvergüenza guiñándome el ojo !... No, no pienso cazarte. ¡Te abandono ! Puedes
irte a vaguear con los otros pájaros...a que te coman los halcones a picotazos,
que por mi parte ... ¿Qué, no lo crees ?... ¡Pues por eso mismo !... (Va a
trepar y desciende) ¡Ay ! ¡voló otra vez !... Si vuelves a saltar, tomo la
escopeta y... Te asustaste, ¿eh ?... Vamos, ¡quietito !... ¡No seas malo !...
(Se trepa. Julio va aproximándose en puntas de pie). ¡Pipí !... ¡Uy !... ¡Qué
cerquita !... ¡Ya lo tengo !... (Julio se apoya en el respaldo de la silla)
¡Jesús !... (Gritito azorado y cae en brazos de Julio que la besa en la boca)
¡Tonto !... ¡Lo hiciste escapar !... ¡miralo, miralo !... ¡Se va por encima de
la casa !... Malo...
JULIO.- Estabas adorable, criatura y no pude contenerme... (Efusivo,
estrechándola) ¡Te quiero !...
JESUSA.- (Apartándose) ¡Dios !.. Si nos vieran... Están ahí... en la sala con
don Eloy...
JULIO.- ¡Ah !... ¿Está tu novio ?... ¿Ha venido a pedirte ?...
JESUSA.- ¡No sé !... Tal vez... ¡He pasado por unas apreturas !... Se había
empeñado en que lo desengañara de una vez y yo...
JULIO.- ¿Y tú ?..
JESUSA.- ¡Me daba vergüenza decirle que no !...
JULIO.- Le hubieras dicho que sí...
JESUSA.- ¡Pavo !
JULIO.- ¡Ricura !... (La estrecha)
JESUSA.- (Deshaciéndose) ¡No, Julio ! ¡Nos verán !...¡Dejame !... Luego...
JULIO.- ¡Tonta !... (La besa).
MARIQUITA.- (De adentro) ¡Jesusa ! ¡Llamá a Julio !...
JESUSA.- ¿Lo ves ?... ¡Casi nos ha sorprendido !... Vamos...
JULIO.- La verdad. ¡Si llega la voz de mamá un poco antes, se pone colorada de
rubor !... (Con ternura, amagándole un abrazo) ¡Tontita mía !... (Jesusa esquiva
el abrazo y vanse por derecha).

Escena IX.

OLEGARIO Y ELOY.

ELOY.- ¡Pierda cuidado !... Se hará como usted dice.
OLEGARIO.- ¡Ah !... En cuanto al asunto de Julio, le ruego mucha reserva....
¡usted comprenderá que es una vergüenza !
ELOY.- Quede tranquilo, señor...
OLEGARIO.- ¡Ese pícaro !... ¡Comprometer mi buen nombre !... ¡Ya se entenderá
conmigo !....
ELOY.- ¡Oh, no !.... El asunto está arreglado y supongo que no le dará mayor
importancia...
OLEGARIO.- Es cuestión mía... ¡Sé lo que debo hacer !... En cuanto al asunto de
la muchacha, cuente con mi apoyo... ¡téngalo por hecho !....
ELOY.- Gracias... Conque... hasta la vista, ¿no ?....

Escena X.

DICHOS Y MARIQUITA ; luego JULIO.

MARIQUITA.- ¿Cómo ?... ¿Que se va ?...¿No se queda a almorzar, don Eloy ?
ELOY.- Tengo que hacer...¡muchas gracias !....
MARIQUITA.- ¡Caramba !.... Creo que Julio deseaba hablar con usted.... Voy a
llamarlo.... ¡Julio !...
JULIO.- (Entrando) ¿Qué hay ? ¡Aquí está Julio !... ¡Buen día, viejo !....
(Olegario no responde) ¿Qué tal, don Eloy ?... Sabía que andaba por acá... ¿Está
bueno ? Precisamente me disponía a hacerle una visita esta tarde para hablarle
del negocio aquel... ¿Se va ? Lo acompañaré hasta el portón. No me atrevo a
hacer el viaje con este sol... (A Olegario, con familiaridad afectuosa) ¿Y
usted, viejo ?... ¿Ha pasado buena noche ?... No muy buena, ¿verdad ? ¡Lo noto
de mal semblante !... (Palméandolo) ¡Hay que cuidarse, amigo !... ¡hay que
cuidarse !... ¡Cuando se llega a cierta edad, los achaques reverdecen !....
OLEGARIO.- (Intencionado) Seguro que no has de ser vos quien me cure...
JULIO.- ¡Naturalmente ! ¡Como que no estudio medicina !... Y ... ¿nos vamos, don
Eloy ?... (Eloy se despide) ¡Hasta luego, viejo !... ¡Adiós, viejita !... Vuelvo
en seguida... (Vase)

Escena XI.

OLEGARIO Y MARIQUITA.

OLEGARIO.- (Siguiendo a Julio con la mirada) ¡Andá no más, pícaro !... ¡Andá no
más !... ¡No sabés el chasco que te espera !... ¡Canalla !... ¡Farsante !...
¡Doctor en trampas !...
MARIQUITA.- (Alarmada) ¿Qué es eso, Olegario ?... ¿Qué pasa ?.. ¿Por qué te
ponés así ? ¡Por Dios !...
OLEGARIO.- ¡Farsante !... ¡Bellaco !... (A Mariquita) ¡Metete ahora a defenderlo
!...
MARIQUITA.- ¡Virgen Santa ! ¿Qué ha hecho ese pobre muchacho ?... ¡Hablá, pues
!...
OLEGARIO.- ¡Nada !... ¡Sonceras !... ¡Ha sacao plata del banco con la firma de
don Eloy y ha dejado protestar el documento !...
MARIQUITA.- ¿Y qué es eso ?... ¡Me parece una pavada !
OLEGARIO.- ¿Una pavada, deshonrar su nombre y el mío ?.. ¿Una pavada hacer
deudas cuando no se tiene con qué responder ?... ¡Infeliz !.. ¡Qué sabés vos de
estas cosas !... ¡Eso es una estafa !... ¡Canalla !... ¡Tantos desvelos gastados
para recibir después el pago de la vaca en el pantano !...
MARIQUITA.- (Lagrimosa) ¡Pero... vos podés pagarle a don Eloy ... tenés con
qué... lo habrás hecho...de manera !
OLEGARIO.- ¡Sí !... ¿Y la vergüenza ?.. ¡Le he pagado ya !.. pero ¿quién nos
quita de encima esa mancha ?...
MARIQUITA.- Desde que se paga, no hay mancha... El pobre muchacho, tal vez
necesitado habrá tenido vergüenza de pedirte...
OLEGARIO.- ¡Ése no conoce la vergüenza !... ¿No ves los modales y la insolencia
con que nos trata ? ¿Qué prueba eso ? Que es un libertino, un calavera, un
perdido... ¡Ah !... todavía he de saber más. Le he hecho escribir a mi compadre
Rodríguez y aquí tengo la contestación... (Llamando) ¡Jesusa !...

Escena XII.

DICHOS Y JESUSA.

JESUSA.- ¿Llamaba, padrino ?
OLEGARIO.- Sí, m´hija. Léenos esta carta. (Tomando asiento, colocándose Jesusa
entre ambos en la silla baja)
JESUSA.- (Leyendo) "Mi estimado compadre y amigo : El objeto de ésta es
contestar su apreciable carta de fecha 3 del que luce, deseando que al recibo de
la presente se halle Ud. en compañía de los suyos gozando de la misma salud con
que, Dios gracias, por acá lo vamos pasando. Con respecto a los datos que me
pide al relativo de su hijo, mi ahijado, paso a decirle que el muchacho no ha
andado muy bien de conducta en estos últimos tiempos. Por mi parte no he dejado
de cumplir los deberes del sacramento y de la amistad, dándole buenos consejos ;
pero usted sabe que los hijos de hoy nos van perdiendo el respeto y se creen muy
en sí mismos. El muchacho no es malo en el fondo...."
MARIQUITA.- ¡Lo ves, Olegario !...
OLEGARIO.- ¡Seguí leyendo !
JESUSA.- "El muchacho no es malo en el fondo, pero es muy irrespetuoso y algo
botarate. Estudiar, estudia, pues tiene buenas calificaciones y los diarios
hablan de él, pero se le han metido en el cuerpo unas ideas descabelladas y
hasta creo que le da por ser medio anarquista o socialista y no cree en Dios.
Además..."
OLEGARIO.- ¿Eh ? ¿Qué te parece el mocito ?.. ¿Qué te parece ?... (Jesusa sigue
leyendo)
JESUSA.- "En cuestión de plata siempre anda galgueando por pesos. Para decirle
la verdad, le he adelantado cuatro meses de pensión. No sé lo que hará con el
dinero ; debe tener malas compañías. En cuanto a lo que me pregunta de la casa
Rodríguez, Chaves y Cía, me informan que no entregó todo el importe de los
novillos, dejando un vale de 300 pesos..."
OLEGARIO.- ¡Lindo ! ¡Lindo !... ¡Qué hijo, señor, qué hijo !... ¡Seguí, no más !
JESUSA.- "...de 300 pesos. Yo, compadre, le doy estos datos para que esté al
tanto y no lo tome desprevenido algún pechazo fuerte de Julio, que espero le
hará, porque me lo ha dicho y el muchacho no ha de dejar manchar su nombre, y
para que le aplique de paso una buena capina que le vendrá bien porque está en
la edad buena para sentar el juicio..."
OLEGARIO.- ¿Una capina ?... ¡Hum !...
JESUSA.- "El mozo no es malo, como le digo y tan lo creo así, que veo que le
anda arrastrando el ala a Sara, m´hija segunda..." (Se interrumpe y lee ansiosa
para sí)
MARIQUITA.- ¿No entendés ?
JESUSA.- (Con vos entrecortada y casi sollozante) "... que le anda...
arras...trando... el ala... a ... Sara, m´hija segunda...." Y yo...y yo... ¡Ay,
Dios mío !... (Deja caer la cabeza sobre las rodillas y solloza)
MARIQUITA.- (Alarmada) ¡Muchacha !... ¿Qué te pasa ?...
OLEGARIO.- (Cariñoso) ¿Qué tiene, hijita ?... ¡Hable, pues ! ¿Qué ha sido eso
?...
JESUSA.- ¡Dios... Dios... Dios mío !....
OLEGARIO.- ¡Hija !... ¿Qué le pasa ?... ¡Diga !... Alce esa cabecita...
JESUSA.- (Reaccionando) ¡Nada.... nada !... ¡Es que ... esas cosas de Julio me
dan mucha pena !...
MARIQUITA.- Nos habías asustao, muchacha...
OLEGARIO.- (Conmovido) No es para menos... ¡Pobres de nosotros !
MARIQUITA.- Pues a mí no me resulta tan grave el asunto... Al fin y al cabo,
cuestión de unos cuantos pesos...Parece que fuéramos a llorar la plata que hay
que darle a Julio... ¿No dice más la carta ?
JESUSA.- "Sin más que recuerdos..."
MARIQUITA.- ¡No hay que alarmarse ni gimotear tanto !... ¡Qué diantres !...
OLEGARIO.- Pero mujer... mujer....
MARIQUITA.- ¡Qué mujer ni qué mujer !... ¡Vos sos el padre y harás lo que te dé
la gana !... Podés retarlo y sermonearlo a tu gusto ; pero yo digo que por
haberse empeñado, m´hijo no es ningún perdido, y que si hace falta plata, estoy
dispuesta a vender todas mis vaquitas para sacarlo del apuro... ¡Ya lo saben
!...
OLEGARIO.- ¡Oigalé !... ¡También retobada !... ¡Lo que me faltaba !... ¡Usted,
señora, hará lo que yo ordene !... ¡En casa, mientras yo viva, he de ser yo el
que mande !... ¿Me entienden ?... ¡Usted, Jesusa, vaya a ver si ha vuelto ese
mal hijo ! ¡Y vos, ya podés ir saliendo de aquí !... ¡Andá , andá a vender tus
vaquitas !... (Se para irritado dándose golpes con el rebenque en la bota)
¡Caramba con la gente ! (Vanse Mariquita y Jesusa) A este paso hasta los perros
me van a faltar el respeto. ¡Pues no !.. ¡Ya verán si una vez por todas hago un
escarmiento !... ¡Ahí está ese pillo !...

Escena XIII.

OLEGARIO Y JULIO.

OLEGARIO.- (A Julio, solemnemente) ¡Caballerito !... ¡Tome usted asiento !...
JULIO.- ¡Caramba !... ¡Qué solemnidad !.. ¿Qué le pasa, viejo ?...
OLEGARIO.- ¡Tome asiento, le he dicho !..
JULIO.- ¡Bien... me sentaré !... (Se acomoda en la silla con aire un tanto
cómico. Olegario se pasea sin mirarlo. Pausa) ¿De qué se trata ?... Supongo que
va usted a decirme cosas muy graves.
OLEGARIO.- (Sin dejar de pasearse) ¡Muy graves !... ¿Y ésa es la cara con que se
presenta usted a dar cuentas de su conducta, insolente ?...
JULIO.- (Con extrañeza) ¡Eh !...
OLEGARIO.- ¡Ah !... ¡Conque se hace al ignorante !... ¡conque nada sabe !... ¿Se
creía usted, caballerito, que se puede pasar así no más la vida, haciendo
canalladas ?...
JULIO.- (Irguiéndose) ¡Alto ahí,señor !... ¡Explíquese de una vez o seré yo
quien haga de juez !...
OLEGARIO.- ¡Atrevido ! ¡Siéntese ahí !... ¡ya !...
JULIO.- (Serenándose) ¡Vamos ! ¡No me acordaba de que me toca a mí ser razonable
!... ¡Siéntese !... ¡Sentémonos y hablemos claro ! ¡Haga el favor, siéntese !
¡Si con estar de pie no va a tener mayor razón !... Debo hacerle una pregunta
previa. ¿Ese grave asunto ha sido la causa de que un tiempo a esta parte me
venga tratando con tanta sequedad ?...
OLEGARIO.- Lo habías notao, ¿eh ? ¿Y la conciencia no te acusaba de nada ?...
¿Te parecía muy bien hecho después de todas tus trapisondas, seguir teniendo de
estropajo al pobre viejo que te ha dado el ser, faltándole a todos los respetos,
sobándolo y manosiándolo como a un retobo de boleadoras ?... ¡Decí !...
¿Hallabas muy bonito eso ?.. ¡Tras de haber abusado de mi confianza, venirte
aquí a mortificarme la vida con tus insolencias, con tu desparpajo, con tu falta
de respeto ?... ¡Hablá !... ¡Hablá, pues !...
JULIO.- ¡Adelante, viejo ! Siga diciendo simplezas.
OLEGARIO.- ¿Lo ves ? ¿Lo ves ?.. ¡Ni pizca de vergüenza te queda !... ¡Acabá de
una vez !... ¡Confesá que nada te importa de estos pobres viejos que te han
hecho medio gente ! ¡Andá, mal agradecido, perro ! ¡Decí que no me debés nada,
que no soy nada tuyo ; que no sirvo más que pa trabajar como un burro pa
mantenerte los vicios !...
JULIO.- (Impaciente) ¿Llegaré a saber eso de mis vicios ?...
OLEGARIO.- ¡Ah !...¿Todavía te hacés el inocente ?... ¡Tomá !... ¡leé... leé....
lo que dice mi compadre ! (Julio toma la carta y lee sonriente) Te parece la
cosa más natural ¿no ?... Hechos de hombre honrao, ¿no ?... muy dignos del
apellido que llevás , ¿no ?...
JULIO.- Tranquilécese, tata, y no dé esos gritos, que no está tratando con un
niño. Oiga...
OLEGARIO.- ¡Hablá, no más ! ¡Sí !... ¡Hablá, no más !... ¡Decí !... ¡Disculpate
!....
JULIO.- ¿Me dejará hablar ?...
OLEGARIO.- ¡Hum !... ¡Canalla !...
JULIO.- Diga... ¿Con qué derecho, usted y su compadre se ponen a espulgar en mi
vida privada ?...
OLEGARIO.- ¿Con qué derecho ?...
JULIO.- (Severo) ¡Sí ! ¿Con qué derecho ? Son hombre, soy mayor de edad, y
aunque no lo fuera, hace mucho que he entrado en el uso de la razón y no
necesito andadores para marchar por la vida... ¡Soy libre, pues !... ¡Siéntese,
tata !... ¡Tenga paciencia !... (Continúa con naturalidad) Usted y yo vivimos
dos vidas vinculadas por los lazos afectivos, pero completamente distintas. Cada
uno gobierna la suya, usted sobre mí no tiene más autoridad que la que mi cariño
quiere concederle (Gesto violento de Olegario) ¡Calma, calma ! (Afable) ¡Conste
que lo quiero mucho !... Todo evoluciona, viejo ; y estos tiempos han mandado
archivar la moral, los hábitos, los estilos de la época en que usted se
educó.... Son cosas rancias hoy. Usted llama manoseo , a mis familiaridades más
afectuosas. Pretende, como los rígidos padres de antaño que todas las mañanas al
levantarme le bese la mano y le pida la bendición en vez de preguntarle por la
salud ; que no hable, ni ría, ni llore sin su licencia ; que oiga en sus
palabras a un oráculo, no llamándole al pan, pan y al vino, vino, si usted lo ha
cristianado con otro nombre ; que no sepa más de lo que usted sabe. Y me libre
Dios de decirle que macanea ; que no fume en su presencia. (Saca un cigarrillo y
lo enciende) En fin, que sus costumbres sean el molde de mis costumbres... ¿Pero
no comprende, señor, que riéndome de esas pamplinas me aproximo más a usted, que
soy más su amigo, que lo quiero más espontáneamente ? Volviendo al asunto de mi
conducta : ¿cuál es mi gran delito ?...
Creo que no he malgastado el tiempo ; me voy formando una reputación, estudio,
sé ; ¿qué más quiere ?... ¿Que he hecho algunas deudas ? ¿Que gasto más de lo
que usted quisiera que gastara ?... Cierto. ¿Pero usted pretendía que todo un
hombre, con otras exigencias y otros compromisos, siguiera manteniéndose con una
escasísima mensualidad ? Por lo demás, lo único que tengo que lamentar es que no
haya sido de mis labios que conociera usted lo de mis deudas... Pensaba
confiárselo antes de irme y pedirle fondos para cubrirlas...
OLEGARIO.- ¡Ah !.... ¡Aquí te quería !... ¡Te he escuchao con calma nada más que
para ver hasta dónde llegaba tu desvergüenza !...
JULIO.- ¡No sea grosero, padre !...
OLEGARIO.- ¿Conque sos libre ?... ¿Conque sos dueño de tu vida ?... ¿Conque nada
te vincula a tus padres ? ¿Y a que salís ahora con que tengo que pagar todas tus
trampas ?... ¿Es decir que solo soy tu padre pa mantener los vicios ?...
¡Ingrato !... ¡Ah !... ¡El pobre gaucho viejo !... ¡Vení al mundo, clavá la
pezuña contra el suelo, afirmate pa cinchar la vida, y cinchá , cinchá !... ¡Y
después, cuando hayas repechao y estés arriba, sin tiempo pa secarte el sudor,
vuelta a cinchar de la vida de otros !... Y todo ¿pa qué ?... ¡Pobre gaucho
viejo !...
JULIO.- ¡Tata !... ¡Tata !... ¡No se aflija así !... ¡Cálmese !... ¡Sea
razonable !...
OLEGARIO.- (Reaccionando) ¿Tata ?.. ¡no !... ¡Yo no soy tu tata .... ya no soy
nadie para vos !... ¡Andate !... ¡sos libre !... ¡Sos dueño de tus acciones !...
¡Andate no más !... ¡Pero lejos... donde no te vuelva a ver !... ¡Pa vergüenza,
me sobra con haber hecho un tipo de tu calaña !...
JULIO.- ¡No, tata !... ¡No me voy !... ¡No quiero irme !... ¡Cálmese que me
aflije a mí también !... ¡Yo lo quiero, lo respeto !... Pensamos de distinto
modo ¿qué le hemos de hacer ?... ¡Vamos !... ¡No se excite así, mi pobre viejo
!... (Lo acaricia)
OLEGARIO.- ¡Ya, hipócrita !... ¡No me toqués ! ¡No te acerqués a mí !... ¡Ya,
fuera de aquí !... ¡Víbora ! ¡No me vengás a babosear estas canas honradas !...
JULIO.- ¡Tata ! ¡Tata !...
OLEGARIO.- ¡Fuera, he dicho !... ¡Retírese ya de esta casa !...
JULIO.- (Altivo) ¡Vea , tata, lo que hace !...
OLEGARIO.- ¡Ah !... ¡Tampoco querés irte !...
JULIO.- ¡Basta !... Esto parece un plan preconcebido. ¡Gauchos soberbios !...
¡Me iré en seguida, pero entiéndalo bien ; no he provocado ni querido esta
situación ; no he de ser yo quién se arrepienta !...
OLEGARIO.- ¡Ni yo !... ¡Podés irte !... (Ademán de Julio de retirarse) ¡No !...
Vení ... vení acá... ¡Hasta hoy he sido tu padre y aunque no lo quieras,
¿entendés ?, todavía tengo derecho a castigarte !... (Lo zamarrea) ¿Entendés
?...
JULIO.- (Irguiéndose) ¡Cuidado, padre !...
OLEGARIO.- ¡Sí ! ¡A castigarte !... (Alza la mano ; Julio lo detiene con
violencia y después de una brevísima lucha, lo despide de sí)
OLEGARIO.- (Retrocediendo, tropieza con el rebenque que ha dejado en el suelo)
¡Esto más !... ¡Ah, infame !... (Trágico) ¡De rodillas !.... ¡Ya !....
JULIO.- ¡Nunca !... (Va hacia él)
OLEGARIO.- ¡De rodillas !... De ro... (Da un salto felino y le asesta un golpe
en la cabeza ; Julio tambalea y cae de bruces) ¡Sí !... .¡de rodillas !...
(Mariquita y Jesusa corren y abrazan a Olegario. Brevísima pausa. Olegario, que
respira afanosamente, mira a Julio y hace ademán de levantar de nuevo el
rebenque)

TELON.

ACTO SEGUNDO.

Salita de hotel. Bastante en desorden la colocación de los muebles. Sobre las
sillas, un poncho, vestidos y paquetes. Un baúl abierto a la izquierda dejando
asomar ropas. Cerca de él, una mesita con útiles de escribir, un calentador para
mate y tarritos de yerba y azúcar. Hacia el centro, dos sofás uno frente a otro.
Consola en el foro derecha. Puertas practicables al foro y derecha.

Escena I.

JESUSA.

JESUSA.- (Sentada ante la mesa, arroja la pluma, relee lo que ha escrito y lo
rompe) ¡No !... ¡No le escribo !... ¡Se va a reír de mí !... ¡Tengo una letra
tan fea !... El caso es que de cualquier modo tengo que hablarle... que
decírselo... ¿Pero cómo se lo digo ?... ¡De palabra me da mucha vergüenza !...
Además, apenas tenemos tiempo de hablar... Todas las horas le son pocas a
madrina para conversarle y acariciarlo... ¡Pobre Julio !.. ¡Se conoce que sufre
!.. ¿Se acordará de mí, de su negrita adorada ?... ¡Oh !... ¿Por qué no ?.. ¿Y
la otra ?.. ¡Bah !... ¡Qué sonsa fui cuando me puse a llorar al leer la carta
del señor Rodríguez !... ¡Los hombres tienen varias novias ; una es la
preferida, la verdadera !... ¡yo !... las otras son un entretenimiento... ¿Y si
yo no fuera la verdadera ?... ¡Oh !... ¡Soy yo !... Julio me quiere porque me lo
ha dicho.. y si no me quisiera mucho, mucho ; si en estos tres meses la otra lo
hubiera atrapado, cuando sepa... ¡Qué sonsa soy !... No puedo pensar en esto sin
ponerme colorada... ¡Cuando sepa !... (Resuelta) ¡Oh !... ¡Yo le escribo !...
¡Se lo escribo !... (Se pone a escribir) "Queri... do .... Ju.... lio...." ¡Uy
!... ¡La jota que me ha salido !... con ese palito de arriba tan encorvado.
¡Jesús !... ¡Si se parece a don Chisco, el puestero del Talar, con su jorobadita
!... ¡No, no, no !... ¡se va a reír a carcajadas Julio ! (Rompe y arroja los
papeles) ¡Ay !... (Tirando los pedazos ) ¡Si la madrina los encuentra !... (Se
pone a recogerlos ; llaman a la puerta) ¡Voy !.. ¿Quién será ?... (Abriendo)..
¡Ay !... ¡Misia Adelaida !... ¡Adelante... adelante ! ¡Madrina !.... visitas.

Escena II.

JESUSA, MISIA ADELAIDA, DOÑA MARIQUITA Y SARA.

JESUSA.- (Saludando con besos estrepitosos) ¡Cómo está misia Adelaida !... ¿Cómo
le va, Sara ?...
MARIQUITA.- (Saliendo) ¡Jesús, qué sorpresa, comadre !... ¡Cómo le va ! (Se
besan) ¡Sarita !... ¿Cómo estás, mujer ? (Idem) ¡Pasen... pasen ! ¡Acomódense
!... Esta pieza está hecha un revoltijo.. Ni tiempo de arreglar las cosas...
Siéntese... aquí en este sofá... ¡Qué gruesa, qué moza está Sarita ! Y don
Cándido, ¿bueno ? (Sara y Jesusa de pie conversan muy afectuosamente)
ADELAIDA.- ¡Bueno, comadre !... Debía venir con nosotras, ¿sabe ?, pero ha
llegado el mayordomo de Buenos Aires con unos carneros finos y tuvo que ir a
desembarcarlos...
MARIQUITA.- ¡Ay, pobre !...
ADELAIDA.- Pero luego vendrá... Ha sido un alegrón para él la llegada de mi
compadre Olegario... ¡Oh !... ¡Qué torpe soy !.. ¿No me iba olvidando de
preguntar por él ?...
MARIQUITA.- Fue a ver al médico. Usted sabrá que hemos venido únicamente por
eso.. No lo encuentro bien, comadre, a Olegario. Se le hinchan las piernas y le
salen unos manchones muy feos, amoratados, en la cara... ¡Pa mí que es
hidropesía !.. ¡Si usted lo viera, comadre, lo quebrado que está !... ¡Pobre
viejo !... ¡Y después del asunto de Julio se ha puesto tan triste !...
ADELAIDA.- ¡Qué cosa, comadre !... ¡Qué desgracia !....¡Julio nos ha contado
todo !...
MARIQUITA.- ¿Pero no se sacan los sombreros ?... Supongo que vendrán a pasar la
tarde... ¡Jesusa, llevate a Sara al espejo !... ¡Ah !... y prepará un
matecito... (Sara y Jesusa van al espejo. Sara se quita el sombrero y se arregla
el peinado)
ADELAIDA.- ¡No, gracias !... Hemos dejado de tomar mate. Nos hacia daño.
MARIQUITA.- ¡Vea qué cosa !...
JESUSA.- (Yendo a sacar algo del baúl) ¡Uy !... ¡Qué suerte !. Está más fea que
yo. (Saca una caja de polvos y un frasco de agua colonia que deja después en la
consola)
ADELAIDA.- Supongo, comadre, que se habrá visto con Julio....
MARIQUITA.- Sí, en seguida que llegamos. Fue a buscarnos a la estación... Viera,
comadre, ¡qué escena !... ¡Pobre hijo mío !... ¿Ha estado enfermo ?...
ADELAIDA.- La herida no fue nada, pero el muchacho quedó muy afectado. ¡Ha sido
una gran injusticia de mi compadre !...
MARIQUITA.- ¡Lo que es mí pobre viejo la paga bien duramente ! Pa mí lo más
grave de su enfermedad es el disgusto que tiene, y lo peor es ahora. Julio viene
a verme estando Olegario en casa ; sin mirarlo siquiera, ¡como si para él no
existiera !... Olegario tampoco le dice nada, pero se ahoga de pena, y cuando
Julio llega, se va por ahí, por los rincones, escondiéndose como perro ajeno...
Así que se va m´hijo, comienza a pasearse rezongando y hablando solo como si
estuviera ido de la cabeza... ¡Ah, comadre, comadre !... ¡Qué gran desgracia
!... Desde aquel día maldito, no hemos tenido un minuto de alegría en casa...
(Llora)
ADELAIDA.- ¡No se aflija, comadre !... Tal vez esto se pueda arreglar. Ayer lo
decíamos con Cándido. ¡Hay que reconciliarlos !...
MARIQUITA.- No ; es imposible. Le he hablado a m´hijo y ya me ha dicho que
jamás... ¡Está muy ofendido y con razón el pobre Julio !...
JESUSA.- (Luchando con Sara que trata de impedirle que hable) ¡Madrinita !...
¡Madrinita !... ¿Sabe lo que dice Sara ? ¡Me dice... me dice... que Julio le ha
prometido componerse con padrino !...
SARA.- ¡Me has echado a perder la sorpresa !... (Enlaza con su brazo la cintura
de Jesusa) ¿Qué es eso, señora ?.. ¿Está llorando ?.. ¡Alégrese, pues !... Se lo
voy a decir todo, aunque está mamá adelante... ¿Me guardas el secreto, mamita
?.. ¿Sí ?... Pues bueno ; Julio me ha prometido que aprovechará la estadía de
ustedes en Montevideo para hacer pedir mi mano con don Olegario. (Jesusa se
desprende de Sara y va a ocultar su emoción como si pretextara una tarea)
ADELAIDA.- ¡Picarona !... Te lo tenías muy guardado, ¿eh ?
SARA.- ¡Bah !.. ¡Bah !... ¡Tonta !... ¿Acaso ignorabas tú que teníamos amores
?... ¿Y Jesusa ? ¿Dónde te has metido, muchacha ?...
JESUSA.- (Con voz desmayante) ¡Aquí... aquí estoy !
SARA.- (Yendo a su encuentro) ¡Jesús !... ¡Qué cara! ¿Qué ha pasado ?... (Jesusa
avanza con la cabeza baja)
MARIQUITA .- ¡La alegría, hija, la alegría !... ¡Lo quiere tanto a Julio !...
¡Nos quiere tanto !...
JESUSA.- ¡Sí !... ¡Sí !... ¡La alegría !... ¡no sé qué !... Me dio así como un
golpe en el corazón... (Bruscamente echándose en los brazos de Mariquita)
¡Madrina !... ¡Madrina !... (La besa) ¿Verdá que Julio es muy bueno ? ¿Verdá
?... ¿Muy , muy bueno ?... ¿Verdá que sí ?
MARIQUITA.- (Apartándola) ¡Sí, hijita, sí !...

Escena III.

DICHOS Y JULIO.

JULIO.- (Entrando) ¿Se puede ?
SARA.- ¡Julio !... (Van a su encuentro y lo toman cada una por la mano,
trayéndolo al centro)
JESUSA.- (Con voz apagada) ¡Julio ! ¡Julio ! ¡Julio !...
ADELAIDA.- Si llegás un momento antes te encuentras con un velorio...
JULIO.- Me felicito de haberme retrasado entonces... Y... ¿Cuare causam ?....
SARA.- ¡Tú !... ¡La cuestión tuya !
JULIO.- (Afectado) Siempre yo... ¿Estaré condenado a no producir más que
desazones ?...
MARIQUITA.- ¡No, hijo !... ¡Ya pasó eso !... ¿No nos ves a todas contentísimas ?
Sarita nos ha contado...
JULIO.- (Inquieto) ¿Qué ?....
MARIQUITA.- Todo lo de sus amores.... La reconciliación con el viejo...
JULIO .- (Aparte a Sara) ¡Indiscreta !
SARA.- (A Julio) ¿Por qué ?... Vi a tu mamá llorando tan entristecida que no
pude contenerme... Al fin y al cabo tenía que saberlo.
JULIO.- Ha sido una caritativa imprudencia. ¡Después de todo... quién sabe el
giro que pueden tomar las cosas !...
JESUSA.- (Aparte) ¡Dios mío ! ¡Qué esperanza !...
JULIO.- Pero, ¿por qué no cambiamos de asunto ?...(A Adelaida) Supongo, señora,
que me ha de ayudar a distraer a mi viejita, que la invitará a algunos paseos y
le hará conocer la ciudad y sus bellezas... Y tú, Jesusa, tienes que pensar en
la modista, en los sombreros nuevos... en engalanarte a la moda. Te aseguro que
llamarás la atención con tu belleza...
JESUSA.- ¡Yo !... ¡Una campusa !...
SARA.- ¡Ave María, muchacha qué modestia !... Te prometo, Julio, que entre yo y
Cata la vamos a poner en un santiamén a la moda... Ya verás.... ¡Y callejearemos
que será un gusto !...
JULIO.- ¡Bravo, bravo !
SARA.- (Atrayéndola hacia el sofá) Mañana si quieres podemos ir a lo de Perró,
nuestra modista, la modista de moda, ¿sabés ?... Te hará en tres días a lo sumo
un traje de calle. (Jesusa distraída sigue con la mirada a Julio que toma una
silla y forma coro con Mariquita y Adelaida) Se usan otra vez las mangas
perdidas... Y es una exageración , hija, cómo las llevan algunas. Te aconsejaría
que no te las hicieras tan largas... ¿Qué miras ?... ¡Déjalos, pava !... Ya se
vendrá Julio con nosotras... ¡No creo que le interese mucho la conversación con
las viejas !.. ¡Cuéntame algo de la estancia ! ¿Tienes muchos guachitos ?.. ¿Y
aquella ternerita blanca que cuidábamos juntas ?... ¡Hoy será toda una señora
vaca, madre de familia !.. ¡Y el toro !...
JESUSA.- (Enigmática) ¡Se me escapó !
SARA.- Con Julio nos acordábamos siempre de la estancia. ¡Claro !.. Como que en
aquel viaje se me declaró ... ¿Recuerdas ?... En el paseo que hicimos a la
gruta... ¡Qué dicha !... ¡Desde entonces puedo decir que conozco la felicidad
!... ¡Es tan bueno, tan afectuoso, tan delicado !... ¡Y a ti te quiere mucho..
pero mucho, tanto como si fueras su hermana !...
JESUSA.- (Atormentada)¡Dios mío !...
JULIO.- No ; no señora. No es amor propio. La prueba está en que no tendré
inconveniente en hablarle primero... Es que esas heridas no se borran... La
actitud del viejo ha matado en mí todo afecto. He dejado de quererlo...Me es
absolutamente indiferente.
SARA.- ¡Míralo !... ¡Qué buen mozo !...
JULIO.- Y por satisfechos deben darse de que el asunto acabe así. Otro en mi
lugar...
SARA.- ¿Y tu novio ?... ¡Cuéntame algo !...
JULIO.- ¡Usted sale ganando, mamá ! No tendrá que compartir cariño.
MARIQUITA.- ¡No seas cruel !... ¡De qué me vale que me quieras más si no existe
paz en mi casa, si mi pobre viejo se me va muriendo de pesadumbre !... ¡Vamos !
Vos no lo has olvidado... Lo querés aún. Te dura el escozor, eso es todo.
SARA.- ¡Julio !... ¡Ven un instante !
JULIO.- (Acercándose) ¿Qué ocurre ?...
SARA.- Que esta pava de Jesusa porfía y porfía que no tiene novio.. ¿Verdad que
sí ?...
JESUSA.- (Mirándolo ansiosa) ¿Verdad ?..
JULIO.- (Embarazado) No sé... el mejor juez...
SARA.- ¡Tonto !... Tú lo sabes. ¡Vamos !.. Dí quién es...
JULIO.- El que ella diga... ella lo sabrá...
JESUSA.- ¿El que yo diga ?... El que yo diga... ¡Julio !... ¿El que yo diga ?
(Julio la mira fijamente) ¡Oh, no !... (Cubriéndose el rostro) ¡No puedo !..
SARA.- ¡Jesús, qué vergonzosa !...
JULIO.- (¡Pobre criatura !... ¡Le abreviaré la mortificación !...) ¡Mamá !...
¿Por qué no pasamos a las piezas de la calle ?... Las muchachas podrán salir al
balcón...
MARIQUITA.- Tenés razón. ¿Quieren que pasemos ? (Se disponen para salir)
SARA.- ¡Ofréceme el brazo, Julio !... No seas descortés.
JULIO.- Les ofreceré el brazo...
JESUSA.- ¡Gracias ! Vayan ustedes ¡En seguida iré !... (Vanse derecha, Jesusa
los sigue desmayante con la vista.)

Escena IV

JESUSA.

JESUSA.- ¡No me quiere !... ¡No me quiere !... ¡Era cierto, Dios mío !... No me
querrá ni aun cuando sepa mi estado... ¡Qué va a ser de mí, Virgen Santa ! Se le
ve, se le conoce en la cara... ¡La ama y mucho !... Como decía quererme a mí...
¡Y eso que es más fea !... Mucho más fea... ¡Oh ! ¿Por qué no he dicho delante
de todas que era él mi novio ? ¿Por qué, Señor, me ha faltado fuerzas para
revelarlo ?... Me miró como diciéndome : No me descubras ; ¡guárdalo, entierra
para siempre el recuerdo de nuestro amor !... ¡Ya no puede ser !... ¡Julio !...
¡Julio !.. Tú, que eras tan bueno ¿por qué sacrificas a tu pobre Jesusa ?.. ¿Por
qué me has mentido ?.. ¡No ! ¡Julio no me ha engañado !... ¡Me quería, sí, me
quería !... ¿Por qué no habría de quererme ?.. El disgusto con padrino habrá
sido tal vez la causa... ¡No ! ¿Para qué voy a hacerme ilusiones ?... ¡No me ha
querido nunca !... ¡Fui su entretenimiento !... ¡Me tomó como a una cualquiera,
sin cariño !... ¡Virgen, Virgen Santa !... ¿Qué va a ser de tu hija ?...

Escena V.

JULIO Y JESUSA.

JULIO.- (Entrando) ¡Jesusa !...
JESUSA.- ¡Julio !.. (Va a su encuentro y se le echa al cuello) ¡Es posible !...
¡Es posible, Julio mío !...
JULIO.- ¡Oh, Jesusa !... Seamos razonables. Aprovechemos este instante para
hablar... (Sentándose) Te han mortificado mucho, ¿verdad, mi pobrecita ?... ¡No
será lo único que tengas que sufrir !
JESUSA.- Luego, ¿es verdad ?..
JULIO.- ¡Sí ; es verdad !.. ¡No me juzgues mal !... Voy a ser sincero. Podría
mentirte aún, podría prolongar tus esperanzas, dejando correr esta situación
equívoca ; pero sería una doblez y me siento muy honrado para cometerla. Más
tarde o más temprano era fatal que ocurriese... ¡Quiero a la otra !...
JESUSA.- (Desesperada) ¡Julio !...
JULIO.- ¡No te amaba !... ¡Fue una ofuscación aquello !.. ¡Tomé por amor lo que
no era más que una vil manifestación del instinto !.. ¡Te busqué, te asedié,
trastorné tus sentidos con cálidas ternuras, dejándote entrever con mis promesas
sinceras, te lo juro, un paraíso de dicha !... ¡Ah !... ¿Por qué te me
ofreciste, pobre criatura, tan linda, tan fresca, tan incitante ?... Fue después
que nuestros labios se habían unido, que la realidad vino a golpear en mi
razón... Perdóname... Compréndeme... ¡No fui, no soy culpable !... No fuimos
culpables... Fue un accidente... ¡La ley humana es implacable !... ¡Escúchame
!... ¡Te estoy martirizando !... He padecido más por ti que por el desdichado
incidente con mi padre... Hace un instante, viéndote dolorida y atormentada por
la revelación, sentí una pena tan grande que si tú te alzas y gritas : "¡Julio,
Julio es mi amante !...", me habría resignado a consumar el sacrificio.
JESUSA.- (Irguiéndose airada) ¿Sacrificio ?... ¿Sacrificio ?... ¿Sacrificio
devolverme el honor, la dicha, la vida que me has quitado ?.. ¡Julio !.. ¡Tú no
eres el mismo !..
JULIO.- ¡Sí, Jesusa ! ¡Sacrificio !... Muchas veces ha pensado reparar a
cualquier precio el daño que te he causado, pero el amor a la otra ha primado
sobre todos los escrúpulos... Después... mi moral es distinta de esa moral que
anda por ahí... ¿Por qué voy a purgar, renunciando para siempre a todo lo más
caro a mi existencia, un delito del que yo no soy culpable ?..
JESUSA.- ¡Y yo, Julio, y yo !...
JULIO.- ¡Sé razonable !... ¡Una vida sin cariño se haría insoportable para los
dos !...
JESUSA.- Sí ; tienes razón. Pero yo sería tan buena, tan afectuosa, tan dulce ;
sabría halagarte de tal manera que acabarías por amarme ; estoy segura !...
JULIO.- ¡No se ama a plazo fijo ni con programa !
JESUSA.- ¡Julio !... ¡No me abandones ! ¡Te lo pido de rodillas !... ¡Te lo
ruego por lo más sagrado !.. ¡Por tu madre !.. ¡Julio ! ¡Por nuestro hijo !..
(Oculta la cara sollozando convulsivamente)
JULIO.- ¡Oh !... ¡Qué desdicha ! (Pausa) ¡Serénate !.. ¡Vamos !.. ¡Ten valor !
(La alza ; Jesusa se apoya en su hombro y sigue llorando) La situación es
igualmente irremediable... ¡No soy un cínico, ni un perverso, ni un mal hombre
!... ¡Si pudieras ver todo lo que pasa aquí dentro, te convencerías !... No sé
cómo atenuar la crudeza de mis razonamientos. Las cosas no han cambiado de
aspecto. Ese hijo no agrava tu situación... Por el contrario, contribuirá a
endulzarla.
JESUSA.- ¿Y toda mi vergüenza ?
JULIO.- ¿Cúal ?.. ¿La de ser una buena madre, comprendida, respetada y
enaltecida por el sacrificio ?.. ¿No sería mayor la de una unión cimentada en la
violencia o en la mentira ?... ¡Vamos !... ¡No te pongas así !... ¡Tranquilízate
!... ¡Alza la cabeza !... ¡Mírame !... ¡Mírame bien !... ¿Me crees un malvado
?.. Responde ¿Te parezco un vil sujeto ?.. ¡Dilo, Jesusa !...
JESUSA.- (Después de mirarlo un instante, con voz ahogada) ¡Oh, no !..
JULIO.- (Besándola en la frente) ¡Vive, pues !... ¡Sé razonable y no hagas
locuras ! ¡Adiós ! (Se levanta ; Jesusa se deja caer sobre el sofá, sollozando
desgarradamente, Julio la contempla un instante, apoyado en el respaldo del
mueble , y se va).

Escena VI.

JESUSA Y OLEGARIO.

OLEGARIO.- (Avanza en silencio y el bastón y el sombrero de Julio sobre una
silla) ¡Ya está ese aquí !... ¡Señor ! ¿Hasta cuándo voy a padercer ?.. ¡Yo me
mando mudar !... (Oye los sollozos de Jesusa) ¡Eh !.. ¿Qué es eso ?.. ¡Jesusa
!... ¿Qué te pasa, hija ?.. ¿Por qué llorás ? ( Muy cariñoso, sentándose a su
lado) ¡Vamos, hijita ! ... ¡Cuénteme ! ... ¡Alce esa cabecita !... ¿Qué le han
hecho ?.. ¡Diga !.. ¡No se así con su padrino !... ¿La han retao ?..
JESUSA.- ¡No !... ¡Nada !.. ¡No me pasa nada !...
OLEGARIO.- (Enjugándole las lágrimas con su pañuelo) Por nada no se llora. ¿Está
enferma ?... ¡Sea franca con su padrino, que tanto la quiere ! ¿Por qué están
tan afligida ?...
JESUSA.- ¡Oh !... ¡Padrino !... Es que...
OLEGARIO.- ¡Diga, pues !... ¡Hable !...
JESUSA.- ¡Es que me da mucha pena, mucha pena verlos a usted y a Julio como si
fueran extraños !... ¡Mucha pena !... (Echándose al cuello) ¡Padrino !... ¡Soy
muy desdichada !...
OLEGARIO.- (Conmovido) ¡Oh !... ¡Pobrecita !... ¿Era por eso no más ?...
¡Cálmese !... ¡A mí también me da pena !... ¡Se me parte el alma !... ¿Pero qué
le hemos de hacer ?... ¡Ese muchacho es tan retobao ; tan soberbio !... ¡Ya lo
creo que de decirme una vez : "Tata perdóneme"... ¡Ya lo creo que perdonaría !
¡Pero humillarme yo, su padre !.. ¡Eso nunca !... ¡Vamos, no llore más !...
¡Séquese esas lágrimas !.. ¡Caramba !.. ¡Yo que venía tan contento a traerle una
buena noticia y me la encuentro así !...Bien : le prometo hacer todo lo posible
por arreglarme con ese muchacho... ¿Está conforme ? ¡Bueno, y ahora la gran
noticia !... Tiene que ir preparando la ropita pal casorio... Don Eloy ha
llegado y...
JESUSA.- (Horrorizada) ¡Oh !...
OLEGARIO.- ¿Qué, no te alegra ?... El me había dicho...
JESUSA.- ¡Padrino !.. ¡Padrino !...
OLEGARIO.- (Con extrañeza)¡Hija !.. Supongo que...
JESUSA.- ¡Padrino !.. ¡Yo no puedo casarme con don Eloy !...
OLEGARIO.- ¿Cómo ?... ¿Qué eso de yo no puedo ?....¿Vos lo habías dado
esperanzas, te habías comprometido casi y me has hecho comprometer a mí y ahora
salimos con ésas ?...
JESUSA.- ¡Oh, qué angustia !..
OLEGARIO.- ¿Qué tiene don Eloy ?... ¿No es buena persona ?... (Asentimiento)¿No
es rico ? (Idem) ¿No es joven y buen mozo ? (Idem) ¿Qué más querés, entonces
?...
JESUSA.- Es que.. es que.. ¡Oh, me ahogo !... ¡Es qué no lo quiero !...
OLEGARIO.- ¿Recién ahora se te ocurre ?... ¿Y pa qué lo has estao entreteniendo
?... ¡Ah ! Seguramente ese loco de Julio te ha hecho creer que podés casarte con
algún dotorcito de su calaña... ¿verdad ? ¡Bah, hija !... ¡Esas son pamplinas
!... ¡Vos no podés aspirar a nada mejor !... ¿Qué no lo querés mucho ?... Ya le
irás tomando amor cuando estén casaos y lleguen los hijos... Después.. yo en
cualquier día entrego el rosquete y quiero dejar asegurado tu porvenir. Se lo
prometí al finao tu padre y lo cumpliré. ¡La boda se hace, pues !..
JESUSA.- ¡No, padrino !.. ¡No es posible !... ¡Nunca !..
OLEGARIO.- ¿Cómo ?.. ¿También vos te me sublevás ? ¿También me desobedecés ?...
¡Ah ! ¡Los consejos de ese canalla de Julio !...¿Estaré condeano, Dios mío, a
que me maten a ingratitudes ?... ¡Como si no tuviera bastante con la deserción
del otro, vos, vos, ingrata, mal agradecida, también te alzás contra mí !...
¡Vos !...
JESUSA.- (Retrocediendo de dolor) ¡No, padrino !... ¡No !... ¡No es eso !...
OLEGARIO.- ¿Qué es, entonces ? ¿Querés a otro ? ¿No ?... ¿Cuál es la impedimenta
?... ¡Vaya, mocosa !... ¡Usted se casa !..
JESUSA.- ¡No puedo padrino !.. ¡Perdóneme !... ¡No hablemos de eso !...
OLEGARIO.- ¡Usted se casa he dicho !.. (Se levanta)
JESUSA.- ¡No, no puede ser !.. ¡No puedo !.. ¡No podré casarme con don Eloy, ni
con nadie !...
OLEGARIO.- ¿Eh ?.. ¡Dios Santo !.. ¡Hablá...decí...decílo....todo !... (la
zamarrea) ¡Todo !.. ¡Todo !...
JESUSA.- ¡Voy a ser madre !...
OLEGARIO.- (Arrojándola de sí) ¡Ah ! ¡Perra !... ¡Arrastrada !... ¡Te mato !...
(Alza el puño)
JESUSA.- (Echándose a sus pies) ¡Perdón !... ¡Perdón !...
OLEGARIO.- ¡Oh !... ¡Pobre viejo !... ¡Pobre gaucho viejo !... ¡Qué has hecho,
gran Dios, para merecer maldición !.. (Se deja caer abrumado)
JESUSA.- ¡Padrino !... ¡Padrinito !... ¡No se ponga así !...¡Perdón !... ¡He
sido culpable, pero soy muy desgraciada !... ¡Si usted supiera !... ¡Padrinito
!... ¡Ay, Dios mío !... ¡Le da el mal !... ¡Padrino !... ¿Me oye ?... ¡Virgen
Santa !... ¡Se muere ! (Desolada, dando voces) ¡Julio ! ¡Julio !...

Escena VII.

JESUSA, OLEGARIO, JULIO, MARIQUITA, ADELAIDA Y SARA.

MARIQUITA.- ¿Qué pasa ?... ¡Ay !...¡Esposo mío !... ¡Se muere !... ¡Julio, un
médico !... ¡Olegario !... ¡Soy yo !.. ¡Tu viejita !...
JULIO.- (Sereno, reconociéndo) No se alarmen. No ha de ser nada... Un poco de
agua colonia... ¿Hay ? (Sara corre hacia la cómoda y vuelve con un frasco,
empapando un pañuelo, que le acerca al rostro)
MARIQUITA.- ¡Marido mío !... ¡Marido mío !....
JULIO.- ¡Ya reacciona !..
JESUSA.- (De rodillas) ¡Padrino !... ¡Padrino !...
OLEGARIO.- (Aspira hondo) ¡Ya pasa !... ¡No ha sido nada !... ¡Es que me faltó
aire !... Se han asustao, ¿no ?... ¡Si no me voy a morir todavía !... Tengo algo
que hacer en el mundo. Déjenme solo, ¿quieren ?... ¡Solo con Jesusa !... Ella
tiene que acabar de contarme... ¿Verdá, Jesusa ?
JULIO.- ¡No, tata !... Lo que Jesusa tiene que contarle, se lo diré yo.
(Movimiento de extrañeza)
JESUSA.- (Irguiéndose) ¡No, Julio !... ¡Cállate !... ¡No !... (Abrazándose a él)
JESUSA.- (Exasperada) ¡No !... ¡Es mentira !... ¡No le hagan caso !.. ¡No sabe
nada !...
JULIO.- (Apartándola) ¡No debe ser un secreto !... (Jesusa se echa en brazos de
Mariquita) ¡Sara , quiero que tú lo oigas también !... Esta desdichada criatura
va a ser madre y yo...
SARA.- ¡Julio !...
OLEGARIO.- (Convulso) ¡Vos !...
JULIO.- ¡Yo !...
OLEGARIO.- (Precipitándose hacia Julio) ¡Vos !... ¡Bellaco !...
JESUSA.- (Interponiéndose) ¡Padrino !...
OLEGARIO.- ¡Merecías que te matara !.. ¡No te bastó maltratarme, hundirme en la
desesperación, matarme a disgustos... que por tu culpa me estoy muriendo, sino
que has llegado hasta deshonrar a esta infeliz, a esta inocente criatura !...
¿Dónde está tu honor ? ¡Dónde tus buenos sentimientos ? ¿Eso es lo que te han
enseñao los libros , gran sinvergüenza ? ¡Respondé !.. ¿Es tener corazón,
siquiera matar a los padres a disgustos, seducir a una pobre muchacha y engañar
a otra ?.. ¡Decí, desalmao !... ¿No te conmueve el cuadro ?.. Explicá tus
grandes doctrinas. ¿La moral de tus padres te enseñaba esto ?...
JULIO.- ¡La moral de ustedes no evitaba estas situaciones, padre !... ¡Mi moral,
más humana, me dice que estos hechos son accidentes y que no existen
responsabilidades !...
OLEGARIO.- ¿Pero qué estoy oyendo ?...
JULIO.- ¡La verdad, señor !... ¿Qué repararía casándome con Jesusa ?...
¡Pregúnteselo a ella, pregúntele qué preferiría.. si la caridad de mi mano y de
mi nombre sin amor, o la respetuosa devoción del padre de su hijo !...
ADELAIDA.- ¡Hija, vámonos !...
SARA.- ¡Julio !
JULIO.- ¡No tienen por qué irse !... Sara, sólo tú podrás comprenderme. ¿Verdad
que me comprendes ?... ¡Sara, háblame !... ¡Una palabra tuya !.. ¡Una sola !..
OLEGARIO.- ¡Se ha visto desparpajo igual !...(A Sara) Váyase, pobrecita... ¡Esto
no tiene remedio !... Julio tiene que reparar el daño que ha hecho.
JULIO.- ¡No, señor ! ¡No tengo que reparar nada !...
OLEGARIO.- ¿Cómo ?... ¡Te atreverás, infame !.. ¡No, Julio ! ¡No lo repitás !..
¡No lo digás, siquiera !.. ¡Vos te casás con Jesusa !... Claro está... ¡Te casás
!...
JULIO.- No me caso. Y le advierto, señor, que no tiene derecho a exigirme
nada...
OLEGARIO.- ¿Qué estás diciendo ?... ¡Como padre tuyo, no como padre de Jesusa
!... ¡Te casás o te mato !... (Lo toma por un brazo)
JULIO.- (Repeliéndolo) ¡Tranquilícese ! ¡Qué situación, Señor !..
OLEGARIO.- ¡No !... Estoy tranquilo... Te prometo no pegarte... Pero vos te
casás... ¡Decí que sí porque te mato, eh !...
JESUSA.- ¡Oh !... ¡Basta !... ¡Basta ya !... ¡Padrino !... ¡Yo..yo soy la que no
quiere casarse !... ¡Perdón !...
OLEGARIO.- ¿Vos ?... ¡Ah, desgraciada !... (Alza el puño como para pegarle .
Julio lo contiene).

TELON RÁPIDO.

ACTO TERCERO.

En la estancia. La habitación de Jesusa, modestamente amueblada. A la derecha
una cómoda antigua y sobre ella una imagen de la Virgen, dos velas encendidas y
un platillo de cristal con una ramita a manera de hisopo. Puertas al foro e
izquierda. En el ángulo izquierdo una cama con cortinas blancas ceñidas por
moños celestes. En el ángulo derecho un ropero. Al centro una mesa con frascos,
calentador, copas, etc. Hacia la izquierda un viejo sofá de crin y junto a él un
costurero de mimbre. La puerta izquierda da acceso a la habitación donde se
supone que yace Olegario moribundo.

Escena I.

(Al alzarse el telón aparecen arrodillados ante la cómoda, Mariquita, Jesusa,
tres o cuatro mujeres, un paisano viejo y el Gurí ; mama Rita, negra curandera,
reza el rosario)

RITA.- Dios te salve María, llena eras de gracia, el Señor es contigo, bendita
tú eres entre todas las mujeres, bendito es el fruto de tu vientre Jesús.
TODOS.- (Murmurando) Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros los
pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (Rita masculla algunas
palabras más. Toma la ramita del plato y hace la cruz, salpicando sobre la
cómoda. Las mujeres se persignan y se levantan, yéndose muy lentamente por la
puerta del foro. El paisano despabila las velas y después de persignarse otra
vez, vase despacio. El Gurí se aproxima a la puerta izquierda curioseando. Rita
toma asiento cerca de la mesa y se pone a liar un cigarro)

Escena II.

JESUSA, MARIQUITA, RITA y el GURÍ.

JESUSA.- (A Mariquita, que está arrodillada) ¡Madrinita !.. ¡No se aflija así
!.. ¡Levántese !... ¡No se han perdido todas las esperanzas !... ¿Ha visto qué
bien está hoy ? (La alza suavemente) ¡Cálmese !.. ¿Qué hemos de hacerle ?...
MARIQUITA.- ¡Pobre, pobre viejo mío !.. ¡Se nos va de esta vez !...
GURÍ.- ¡ Madrinita !.. ¿Se murió ya ?...
MARIQUITA.- No, m´hijito. .. ¡Pero se muere !...
JESUSA.- ¡Ya de acá, indiscreto !.. (A Mariquita) No, Dios no ha de quererlo...
(El Gurí se va)
RITA.- Y mama Rita no es manca... ¡Ah !... ¡Si me hubieran hecho caso dende un
principio, ya estaría gueno y sano !... ¡Pero se metieron con los dotores y ahí
tiene lo que sucede... Ni siquiera han sabido acertarle con el mal... ¡El
corazón !... No ve que si.... ¡Mal de corazón...fue lo que tuvo mi compadre
Sixto, el quintero e´la estancia e´los Pérez que lo curé a Dios gracias y a la
Virgen Santísima !... ¡Pero lo que es don Olegario !... Dende que vide que
agarraba pa la ciudá pa´cerlo ver, se lo dije a mi comadre Sinforiana, pueden
preguntárselo, que no me dejará mentir ; le dije : "Hacen mal en dir a gastar
plata al ñudo... Si lo que don Olegario tiene, es la paletilla caída, y pa eso
no hay como la vencedura". ¡Qué saben los dotores !... Mucho tomar el pulso,
mucha letricidá ¿y total qué ?.. ¡Entre ellos le comen al dijunto media
testamentaria !,,, ¿A ver yo, qué les cobro ?...
MARIQUITA.- ¿Le arreglaste el cuarto a Julio ?
JESUSA.- ¡Sí, madrina !
RITA.- ¿A ver yo, qué les cobro ?
JESUSA.- ¡Nada !... nada , mama Rita... Pero no es el momento.
RITA.- Ya lo sé. ¡Lo digo pa que apriendan pa otra vez ! ¡Digan si no se mejoró
el paciente en cuantito lice la primera vencedura !... Si no cambió de color y
emprencipió a conocer.
MARIQUITA.- (Volviéndose sobresaltada) ¿Qué ?.. ¡Creo que ha tosido !..
JESUSA.- ¡No me parece !...
MARIQUITA.- Voy a su lado. En cuanto llegue Julio me avisan ¿eh ? (Vase)
RITA.-¡Ah, Mariquita !... Si lo ves que se retuerce, no hagás caso, que es el
mal que empieza a salirse... (Pausa. Jesusa se pone a coser) Y vos, Jesusa ¿cómo
te sentís ?
JESUSA.- ¿Yo ? ... Bien.
RITA.- Che... Me ha dicho la piona que don Eloy te ha mandado un presente. ..
¿Qué era ?... Ha de haber sido una cosa linda... ¿Ande lo tenés ?...
JESUSA.- ¿Para qué quiere verlo ?... Allí está sobre la cama....
RITA.- (Va hacia la cama y vuelve con una caja grande, que destapa, sacando un
ajuar de bautizo) ¡Un faldón !.. ¡Qué preciosura !... ¡Mirá con don Eloy !...
Ese galleguito podrá tener todos los defectos , pero es un rumboso como él
solo... ¡Fíjensen !... ¡La gorrita encañutada !... ¡Qué lindura !.. ¡Esto ha de
valer cuanti menos cinco o veinte pesos ! ¡Pobre don Eloy !.. (Trata de ponerlo
en la caja) ¡Ay, m´hijita !... Esto sí que no lo puedo hacer... ¡tiene tantos
dobleces !...
JESUSA.- Déjelo fuera, no más... Después la arreglaré.
RITA.- Esto es.. (Lo extiende sobre el costurero) ¡Qué lujo, hijita !... ¿Y qué
le habrá dao por hacerte un presente así ?... Cuando yo supe lo de tu desgracia,
que me la contaron las de Ibañez los otros días ansinita que ustedes llegaron...
JESUSA.- ¿Ya lo saben las de Ibañez ?
RITA.- ¡Uf !.. Las de Ibañez, y todas las Pérez, las Caminos... ¡Les oyeras la
boca !..
JESUSA.- ¿Qué dicen ?
RITA.- ¡Te ponen como bajera !... Dicen que si pa eso cacareabas tanto por los
bailes.. ¡Oh, pero las piores son las Sosas, esas solteronas flacas como
bandurrias !.. ¡Qué zafadas !... Vos no le hagás caso, ¿sabés ?... ¡Hablan de
envidia !...
JESUSA.- Pero, Señor ¿quién se habrá encargado de esparcir la noticia ?..
RITA.- ¡Oh ! .. Esas noticias son como la semilla de cardo, ¡vuelan solas !...
Se abre el alcaucil, viene un vientito y al rato está el campo inundao...
JESUSA.- ¡Dios mío, qué gente !..
RITA.- Hija, si vamos a ver, no es la gente la que tiene la culpa.. Gueno, como
te iba diciendo, cuando me lo contaron las de Ibañez, yo le dije a Hilaria, la
mayor : "¡Cómo se va a poner don Eloy !.." "Así es ", me dijo ella. Y yo dije :
"Viá verle la cara", y de un galopito me llegué hasta la pulpería. ¿A qué no
sabés lo que estaba haciendo el gallego ?... Descargando los muebles, hija, los
muebles que había comprao pal casorio contigo ; unos muebles de cuarto
e´príncipe...alacenas con espejo y ... ¡la mar !... ¡Qué lástima !... Gueno,
d´iay le hablé del asunto de tu desgracia y qué sé yo, y el hombre empezó a
esplayarse... ¡Que tal y que cual, y que vos no tenías la culpa, sino ese
sinverguenza de Julio !...
JESUSA.- ¡Mama Rita !...
RITA.- Lo decía él, yo no... Este... por eso vide que el hombre estaba dolorido
del lomo... Entonces me acordé de vos y que te quiero como si fueses m´hija y le
dije que naides estaba libre de un accidente y tal... y lo que lo tuve madurito,
le largué la cosa...
JESUSA.- (Inquieta) ¿Qué cosa ?
RITA.- Vas a ver... Le dije que a él no debía importarle lo que dijeran las
Pérez o las Ibañez y que debía casarse no más contigo...
JESUSA.- ¿Por qué ha hecho eso ?
RITA.- ¡Oh !... ¿Y qué más querés, pedazo e´pava ? ¿Te creés vas a encontrar
otro mejor que cargue con el mochuelo ?... Ya se darían todas con una piedra en
los dientes por encontrar un mozo así... y tener una mama Rita que les arregle
el asunto... Gueno, como te iba diciendo, don Eloy lo penso y redepende dice...
"¿Y por qué, no ?.. ¡Ya que tengo los muebles compraos !... ¡Ah !... me preguntó
que si vos consentías y yo le dije que volando...
JESUSA.- (Irritada) ¡Pero bruja del diablo !... ¿Quién la ha autorizado ?...
RITA.- ¡No grités muchacha !... Le dije eso, pero le dije que debía hablar
contigo, porque no era yo la víctima.. ¡Oh !... ¿Y te parece más lindo quedarte
deshonrada y soltera que casarte con un hombre rico y trabajador ?.. Hay que
taparles la boca a las bandurrias de las Sosas... Si te casás con don Eloy,
todas esas que andan hablando se callarán la boca, y quieran que no, vos serás
la señora de García... mientras que así ni los perros te van a mirar bien. ¡Yo,
hija, he desparramao ya la noticia de tu casamiento y vieras lo que dicen !..
Dicen : "¡Qué suerte la d´esta muchacha Jesusa !..." ¿Qué decís ahora ?... Por
eso, pa demostrarte que no tenía inconveniente en ser padre de ese hijo, te ha
hecho este regalito don Eloy. ¿Qué te parece ?
JESUSA.- Lo que me parece es que no quiero oír hablar una palabra más de este
asunto ¿me oye ?, ¡y que Dios la libre de andar llevando y trayendo chismes !..
RITA.- Eso sí que no ; en chismes no me meto.., ¡Ah, me olvidaba !.. Me ha dao
esta madrugada esta carta para vos...
JESUSA..- ¿Ah, sí ? (Toma la carta y va a romperla).

Escena III

DICHOS Y MARIQUITA.

MARIQUITA.- ¡Qué conversadero el de ustedes !... Se oye desde el cuarto .(Jesusa
deja la carta sobre el costurero) Ya debe estar por llegar Julio...
RITA.- ¡Dejuro !... Voy a bombear pal lao del camino...
GURÍ.- (Asomándose) ¡Madrina !... ¡Madrina !... ¡El niño Julio !...
MARIQUITA.- ¡Gracias a Dios !... (Vase seguida de mama Rita .Jesusa hace un
movimiento como para seguirlos y se vuelve desde la puerta. Como luchando
consigo misma, cabizbaja, se acerca a la cómoda, apoya los codos sobre ella ,
fijando en la imagen la vista. Pausa.)
JESUSA.- (Como resulta) ¡En fin !.. (Al oir la voz de Julio vuelve la cabeza
nerviosamente y se queda de nuevo como estática)

Escena IV.

MARIQUITA, JULIO , ELOY Y JESUSA.

JULIO.- Pero... ¿está mejor hoy ?
MARIQUITA.- Bastante mejor. Parece que tu venida lo hubiera hecho revivir..
¡Pobre !.. ¿Y tú ?.. Te noto muy pálido. ¿Estás enfermo ?
JULIO.- No ; el viaje tal vez...
MARIQUITA.- ¡Vení !... Sentémonos... Vieras qué alegrón cuando recibimos el
anuncio de tu venida...
ELOY.- (Viendo a Jesusa) ¿Cómo está usted Jesusa ?
JULIO.- (Volviéndose precipitado) ¡Jesusa ! (Va a su encuentro y la alza,
besándola en la mejilla) ¿Por qué no has salido a recibirme ?..
JESUSA.- (Confusa) Es que..
MARIQUITA.- Tome asiento, don Eloy ; disculpe que no lo atendamos como es
debido...
ELOY.- ¡Ah !.. Me explico...
JULIO.- (Conservando entre las suyas las manos de Jesusa) ¿Estás bien ?.. ¡Me
has preocupado mucho !... ¡Tengo tantos deseos de hablar contigo ! (A Mariquita)
¿Descansa, tata ?...
MARIQUITA.- ¡Hace rato que duerme !...
JULIO.- Voy a su lado.
MARIQUITA.- ¡No, hijo !.. Tal vez una impresión así de golpe... Sería mejor
prepararlo.. cuando se recuerde...
JULIO.- Eso es. ¡Bien pensado !.. Venga mamá... Siéntese a mi lado... (Se
sientan) Tú Jesusa... aquí... (En el sofá) ¡Entre los dos seres queridos !...
Cuéntenme ... ¿Qué ha pasado ?... ¿Cómo ha sido eso ?
ELOY.- (Comprendiendo que está de más) Como ustedes tendrán que hablar...
JULIO.- Está disculpado. ¡Adiós , señor !... (Vase Eloy) ¿Es tan grave, tan
grave su estado ?...
MARIQUITA.- ¡Sí, muy grave !... ¡Vos sabés cómo se puso aquella tarde !... ¡Bien
!.. en seguida me hizo arreglar todo y a la otra mañana nos pusimos en viaje...
"No quiero dejar en la ciudá ni los huesos !", decía. ¡Y parece cosa del destino
!.. Ni bien llegamos de dio un ataque feísimo y desde entonces no ha podido
dejar la cama. ¡Pa dos meses van, hijo !... ¡Qué días !.. Esperando por momentos
que se nos fuera... ¡No quiso probar un solo remedio de botica..."Cosa de la
ciudá no quiero .. me matará más pronto...Llamen a la médica si quieren que viva
un tiempo más" Y nosotros mandamos traer a mama Rita..
JULIO.- ¡Qué barbaridad !...
MARIQUITA.- No lo creerás, pero desde que la negra vieja lo asiste, va
mejorando... A tomar, no le da más que agua de lino...
JULIO.- ¿Lo cura con palabras ?
MARIQUITA.- Se ha colgao una reliquia en el pescuezo...
JESUSA.- Y todas las mañanas se pone detrás de las casas, y al salir el sol,
hace cruces y otras rayas en la primera línea de sombra que proyectan...
JULIO.- ¡Qué ignorancia !.. ¿Y de mí qué dice el viejo ?..
MARIQUITA.- Los primeros días disvariaba mucho... Hablaba de prenderle fuego al
campo y a la estancia pa no dejarle nada al morir ; después se le fue pasando y
de repente una mañana me dijo que quería verte y que te hiciéramos un
telegrama...
JULIO.- ¿De veras ?...
MARIQUITA.- ¡De veras, hijo !.. Jesusa ¿querés ir a ver si se recuerda ?...
JESUSA.- ¡Sí, madrina !... (Vase)

Escena V.

JULIO Y MARIQUITA.

MARIQUITA.- ¡Julio ! Vos sabés todo lo que he hecho por ti y cuánto te quiero...
Sabés que nunca te he contrariado, que nada te he exigido, que tus gustos han
sido los míos, que daría la vida por tu bien...
JULIO.- Sí, mamá ¿Por qué me habla de eso ?...
MARIQUITA.- Si yo te pidiera una cosa, una sola y supieras que de ella depende
mi felicidad ¿serías capaz de concedérmela ?
JULIO.- ¡Todo, mamá, todo cuanto pueda hacer por usted !..
MARIQUITA.- ¿Todo ?... ¿todo ?.. ¡Cásate con Jesusa !...
JULIO.- ¡Oh !..
MARIQUITA.- ¡No me digas que no !.. Se lo has prometido a tu madre, se lo has
prometido a esta pobre viejita que bien se merece un sacrificio de tu parte !...
¿Verdad que lo hacés ? ¡Decí que sí, mi Julio ! ¡El lo quiere, para eso te ha
mandado llamar !.. Te va a pedir perdón de sus ofensas, se va a humillar ante
vos si es preciso a cambio de esa promesa... ¡Vos no has de querer matar a tu
padre !.. ¡Decí que sí ! ... ¿Por qué no la querés a Jesusa ?... ¡Es tan buena
!... ¡Es una mártir la pobrecita !... ¡Vieras cómo ha cuidao a tu padre ! ¡Y tan
sufrida ! ¡Nadie diría, viéndola que ha pasado por tantas angustias !... ¡Vamos,
hijo mío !.. (Lo besa) ¡Mirame !... ¡Vos no tenés mal corazón !... Jesusa no te
hará desgraciado. ¿Por qué no hacerla tu mujer ? (Sale Jesusa, y oyendo cruza y
vase para el foro)
JULIO.- ¡No...no !... ¡No puede ser !...
MARIQUITA.- ¡Lo vas a matar !... ¡Nos matarás a todos, Julio !... ¿Querés que te
lo pida de rodillas ?.. (Se va a arrodillar, Julio se lo impide)
JULIO.- ¡No !.. ¡Eso no se hace !...
MARIQUITA.- ¿Me lo prometes, entonces ?..
JULIO.- Madre, ¡no puedo !... ¡No debo hacerlo !
MARIQUITA.- ¡Dios mío !..
JULIO.- (Reaccionando nervioso) ¡Madre !... ¡madre !.. ¡madre !... ¡Esto es
atroz !.. ¡ustedes no me comprenden !...
MARIQUITA.- ¡Consientes !... ¡consientes !... ¿Verdad ?
JULIO.- ¡No sé !.. ¡Lo pensaré !... (¿Por qué he venido')
MARIQUITA.- ¡Oh !... ¡Gracias !.. ¡Lo harás !.. ¡Yo se lo digo !.. ¡Le
devolveremos la vida !.. Bien sabía yo que no me ibas a negar !... Dame un beso.
.. ¡Qué pálido estás !... ¡Otro ! .. ¡Voy a ver si ha despertado y te mandaré a
Jesusa para que hablen !... ¡Qué alegrón para ella !..
JULIO.- ¡Pero, mamá !..
MARIQUITA.- ¡No !.. ¡No te dejo volverte atrás ! (Vase)

Escena VI.

JULIO.

JULIO.- (Se pasea , saca un cigarrillo y fuma nervioso) ¡No !... ¡No puede ser
!... ¡Qué situación !... ¡Debí preverla.. quedarme allá !.. ¡Habría sido una
cobardía, sin embargo ! ¡Qué hago, Señor, qué hago !... (Se sienta apoyando los
codos en las rodillas y oprimíendose la cabeza) ¿Debo seguir sembrando desdicha
? ¿Tengo derecho a amargar la agonía de ese pobre viejo ?... ¿pero sería yo, o
sería él quien se la amargara ?... En el fondo él no tiene la culpa. ¡Es su
tiempo, es su vida, son sus prejuicios !... ¡Pretender arrancárselos en estas
circunstancias !.. ¡Convercerlos !... Llegar junto a su lecho, decirle :
"¡Padre, muérase usted, muérase de rabia, pobre espíritu viejo !... ¡Su hijo no
renuncia a sus amores, a sus ideales ; no quiere hacer a la muerte la ofrenda de
su libertad , que es su vida !..." ¡Decirle eso al desdichado anciano cuando
sólo espera que el hijo pródigo bañe sus flacas manos con las lágrimas del
arrepentimiento y le endulce con ternuras su espíritu torturado para rendir la
trabajada vida !... (Se cubre el rostro con las manos. Pausa. Viene después
irguiéndose resuelto) ¡En fin sea !... ¡Si he ser verdugo de alguien, lo seré de
mi corazón, otro enfermo !...

Escena VII.

JULIO Y ELOY.

ELOY.- ¿Molesto ?..
JULIO.- ¡Ah ! ¿es usted ?... ¡Pués sí, molesta !...
ELOY.- ¡Es que... quisiera hablarle, Julio !..
JULIO.- De intereses ¿no ? Teme que se muera el viejo...
ELOY.- ¡No, señor !... ¿Me permite una franqueza ?... Como don Olegario está
mejor, según parece , pienso que no será inoportuno tratar de un asunto...
JULIO.- Le prohibo que me hable de negocios.
ELOY.- Es que...como don Olegario tiene tanto empeño en asegurar el porvenir de
Jesusa... y la cosa se ha divulgado tanto y...
JULIO.- ¡Acabe de una vez !...
ELOY.- Y como usted también es parte interesada, yo venía a decirle que...
estaría dispuesto a casarme con Jesusa...
JULIO.- ¡Casarse con Jesusa !... ¿No le he prohibido , señor, que me hable de
negocios ?
ELOY.- Usted sabe que yo la he querido siempre...Cuando supe que usted no se
casaría con ella y viendo que quedaba en una situación así...tan comprometida,
pensé que lo ocurrido no la hacía desmerecer en mi concepto...
JULIO.- (Irónico y un poco distraído) ¡Oh, alma generosa ! ¡Venga acá, magnánimo
!... ¿Pensó usted todo eso ?... ¡Pensó que era hacendosa, de buen carácter,
económica... excelente ama de llaves, que le serviría para hacer la comida a los
dependientes, que tendría una peona sin sueldo disponible para un barrido como
para un fregado !... Pensó que tendría un padrino a punto de morirse y dejarle
algunas vaquitas, y pensando también en que Jesusa era una mercadería
marchanteablea a cualquier precio, se dijo : "He aquí una oportunidad para
proceder honradamente " ¿no ?...
ELOY.- ¡Señor, no le permito esos juicios !...
JULIO.- ¡Alma noble !... ¡Corazón de oro... sellado !
ELOY.- ¡No sé cuál de los dos la tendrá más noble !...
JULIO.- ¡Y lo pone en duda !... ¡Usted, señor ! ¡Usted protector de seducidas
con herencia !...
ELOY.- Dirá usted lo que quiera, pero yo ..
JULIO.- ¡Ea, acabemos !... ¡Usted no se casa con Jesusa porque Jesusa no está en
pública subasta, en primer término, y en segundo término, porque Jesusa es y
será mi esposa !..
ELOY.- Disculpe entonces... No sabía...

Escena VIII.

MARIQUITA, JULIO Y ELOY.

MARIQUITA.- (Saliendo apresurada) ¡Julio !... ¡Julio !... ¡Te espera !... ¡Vení
!.. ¿Me prometés ser bueno ?
JULIO.- (Abrazándola) ¡Sí, madre !... ¡Concendido todo !
MARIQUITA.- ¡Gracias, Dios mío !.. ¡Vamos !. (Vanse)

Escena IX

ELOY Y JESUSA.

ELOY.- ¡En fin !... ¡Qué le hemos de hacer !..
JESUSA.- (Llamando) ¡Julio !...
ELOY.- (Indicando) ¡Está allí !...
JESUSA.- ¡Ah !...
ELOY.- ¡Jesusa !... ¡Yo le había mandado una cartita !...
JESUSA.- (Rápidamente, tomando la carta del costurero) ¡Ahí la tiene ! ¡No la he
leído !...
ELOY.- ¡Vale más así, porque ya era tarde !
JESUSA.- ¿Ha desistido ?.. Me alegro mucho...
ELOY.- A la fuerza. Julio acaba de decirme...
JESUSA.- Que no me molestara con sus pretensiones.
ELOY.- ¡Porque había determinado casarse con usted !
JESUSA.- ¿Eh ?.. ¿Qué dice ?..
ELOY.- La verdad. ¡De mi parte, aunque me duele en el alma perderla... la
felicito !... ¡Adiós !... (Vase) Sí ; la felicito sinceramente...

Escena X.

JESUSA, después JULIO.

JESUSA.- ¡Oh !.. ¡No es posible !.. ¡No puede ser !... ¡Le habrá dicho semejante
cosa para librarme de él !... ¡No ; Julio no bromea con estas cosas !.. ¡Qué
pensar, Dios mío !... ¡Ah !.. ¡Qué sospecha !... ¡Madrina le ha pedido !.. ¡Oh
!... ¡Va a sacrificarse por nosotros el pobre Julio !... No ... ¡No debo
consentirlo !... ¡Primero me caso con don Eloy !.. (Mira en rededor). ¡Se ha ido
!...
JULIO.- (Asomándose conmovido) ¡Jesusa !..
JESUSA.- ¡Julio !...
JULIO.- (Llevándose el pañuelo a los ojos) ¡Ven, Jesusa , ven !...
JESUSA.- ¡Gran Dios !... (Va) ¿Qué hay ?... (Desaparecen. Pausa)
JULIO.- Ven, ven al lado de mi padre.

Escena XI

MARIQUITA va a arrodillarse ante la Virgen.

MARIQUITA.- ¡Gracias, gracias, Virgen Santa !... (Se reclina orando. Pausa
prolongada durante la cual se la oye murmurar sus oraciones. Julio asómase y
queda junto a la puerta , dando paso a Jesusa , que lentamente y como abrumada
llega a su costurero y se deja caer en el sofá. Mariquita se levanta , se
persigna y vase izquierda como si no los viera).

Escena última.

JULIO Y JESUSA.

JESUSA.- ¡Pobre de mí !... (Volviéndose contempla a Julio un instante .
Resuelta) ¡No ha de ser !... (Dulcemente) ¡Ven a mi lado !.. (Julio se aproxima)
¡Siéntate !.. ¡Aquí !... Dime ; ¿es verdad que cuando uno muere todo se acaba
?..
JULIO.- (Alarmado) ¿Qué quieres decir, Jesusa ?.. (La mira fijamente)
JESUSA.- ¡Nada !.. ¡Es mi último escrúpulo !... ¡Padrino se va !... ¡Hemos hecho
lo que debíamos endulzando sus últimos momentos !... Después que muera... si es
que todo acaba, ¿quién nos obliga a consumar el sacrificio ?..
JULIO.- ¡Jesusa !...
JESUSA.- Nuestra promesa no debe pasar de una piadosa mentira..
JULIO.- ¿Qué oigo ?.. ¡No !... ¡No !.... ¡No !...
JESUSA.- ¡Sí !... ¡Ya no puede ser !
JULIO.- (Exaltándose) ¡Jesusa !.. ¡Jesusa !.. ¿Qué piensas ?..
JESUSA.- ¡Es mi turno !.. ¡Me toca a mí pedirte que seas razonable !..
JULIO.- ¡Tu revancha ! ...
JESUSA.- ¡No, no !... ¡Te lo juro !.. ¡Tú no debes, no puedes sacrificarte !..
No quiero que te sacrifiques. Tú no me quieres, no han desaparecido los motivos
que antes impidieron nuestra unión...
JULIO.- ¡Desgraciado de mí que no he sabido comprenderte ; buena, noble, gentil
criatura !.. Tú eres la abnegada, tú...No , Jesusa, ¡lo que no hizo la pasión ni
la violencia, lo que no pudo lograr el dolor mismo, lo hará esa grandeza de alma
que descubres recién !... ¡Oh !... ¡Te quiero mía, mía para siempre !..
JESUSA.- ¿Y Sara, Julio ?..
JULIO.- (Contracción dolorosa) ¡Oh !...
JESUSA.- (Melancólica) ¿Lo ves ?..
JULIO.- ¡Hay aquí una herida que sangra ! ¡Aquello acabó !... ¡Sara no me quería
!...
JESUSA.- (Ansiosa) ¡Dime, dime Julio !... ¿Sara fue capaz ?..
JULIO.- (Con voz sorda) ¡Sí !.. ¡Si supieras !...
JESUSA.- ¡Cuéntame !... ¡Qué maldad !.. ¡Qué maldad !...
JULIO.- ¡Fue muy sencillo !...
JESUSA.- ¡Oh !... ¡Cuánto debes sufrir !... (Le pasa su brazo alrededor del
cuello, acariciándolo) ¡Cuéntame , pobre amigo mío !...
JULIO.- Los padres, considerándome un seductor de la peor especie , me cerraron
las puertas de su casa...
JESUSA.- ¡Ves !.. Yo tengo la culpa...
JULIO.- Busqué a Sara.. Sara acataba la voluntad de sus padres, y entre mi amor
y su respeto a las conveniencias sociales , optó por lo último ; no quiso
compartir libremente la vida con el hombre que la adoraba... ¡Y decía quererme
!... (Apasionado) ¡Oh, tú !... ¡Tú que no injuriaste la vida subordinando el
amor , que es su esencia , a los convencionalismos corrientes ; tú que
espontáneamente corriste a rendirle la ofrenda de tu plétora vivificante, tú que
supiste vivirla, amarla y crearla... tú eres la belleza , la verdad, eres el
bien !... ¡Te quiero !...
JESUSA.- ¡No !... Estás excitado, impresionado... Te engañas... ¡Mañana te
arrepentirás !...
JULIO.- ¡Te quiero !... (La estrecha)
JESUSA.- ¡No puede ser !...
JULIO.- ¡Te quiero !..
JESUSA.- ¡Vete, Julio !... ¡La amas aún !.. ¡Búscala !
JULIO..- ¡Ya no !.. ¡Te quiero !... ¡No me iré de tu lado ! ¡Para siempre unidos
!...
JESUSA.- ¡Mejor !... ¡Quédate aquí !... ¡Estás enfermo !... Te curaremos...
Velaré tu convalecencia...
JULIO.- (Ansioso) ¿Y después ?..
JESUSA.- ¡Acepto un juez !.. (Toma como distraída la gorrita de bebé del
costurero) ¡El porvenir decidirá !..
JULIO.- (Transportado, oprimiendo las manos de Jesusa) ¡Oh !.. ¡La vida !.. ¡La
vida !...

TRANSCRIPTO POR LA VOLUNTARIA ELISA VICONDO
Ultima modificación: 13 de Septiembre de 1999

 

 

 

Retornar a catalogo