La semilla del Cardo simbolizando la siembra de cultura

Bibliotecas Rurales Argentinas

 

 

Poemas vaciados
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De
René vergara llinás

A mi madre,
Ana Dolores

Tu nombre a mitad llevará mi niña
porque soy la mitad de lo que tú eres
y si llego a volar es porque corrí contigo
por la misma sangre amada

Nunca es una palabra muy corta
para una amnesia imposible
Amor es una palabra muy larga
que sólo cabe en tu nombre.

poemas vaciados

Estas letras obedecen a la generación de un cauce de momentos guardados y recientes.
A un vacío de forma que se ha constituido por delicadas piezas, que se modelaron en la suavidad de la greda húmeda y ya no están, y por otros bosquejos de acabado reciente, encerrados en un molde.
Es la marca espacial de la ausencia, bajada a símbolos abstractos. Vivencias y sueños que han querido fluir, irrefrenables, a una especie de existencia.
En escultura, un vaciado es lo opuesto del vacío, es lo que lo llena de ser y lo re-trae.
Es aquella materia líquida que ingresa a la vacuidad de un molde de yeso para perpetuarse, lo que suplanta en su docilidad de líquido, la carne primigenia de greda efímera. Ella fue la formadora íntima de la dureza de los moldes, de las suaves ondulacion Los moldes han sido encerados y cerrados. Estos vaciados de palabras, han sido hechos en este cauce irrefrenable que ha querido vencer el silencio, ver la luz y salir; formas terminadas, momentos idos e inacabados... Todo ha fluido, y se ha e Estos poemas han transfigurado los vacíos, letrándolos, y lo que fue cauce pequeño se transforma hoy en una corriente que desea vaciarse en todo, arcillas secas, arcillas húmedas, manos que recién amasan, formas que serán; silencios quebrados.

En el espejo de las distancias,
la que elegiste fue la más larga;
su imagen imposible cuelga, vencedora,
de los extremos del universo

Noche vacía

Hoy he dejado todo
entre los círculos de lo inacabado;
a ti y a mí, tapados
Que la vida vaya donde quiera,
porque la he dejado salir
Ya no la veo

Ahora nazco con los ojos acostumbrados
al sueño esquivo que me recorre
Para no tocarlo tibio, le abro la puerta al viento
Por no soñar reflejos de ausencia,
escapo vendado hacia la luz

Si es que veo, repaso los bosquejos
de obras que brillaron en la milésima del antes,
y que hoy se tejen a medias,
distantes; imperfectas
Hoy no sirve lo de ayer

Todo lo he dejado para que exista,
lejos de mi deseo
Kilómetros colmados de ansiedad;
caminos viajados.
Todo lo he dejado; para que sea

Que esta noche sea el nido del vacío,
un espacio largo de estrellas caídas
Todo un reino
Abandonado a un ritmo helado
de sábanas lisas

Voy desplegando manos vacías,
pasos que doblan;
una mirada distante que se va quedando,
por los brillos de una calle mojada de utopías
Vengo adentro, vengo atrás
en el aroma de un verbo olvidado

Hoy lo he dejado todo tranquilo,
para no ver lo mismo
Todo está de siesta, alejado
Vendré luego, vendré más;
hoy, no sirve lo de ayer

Mañana voy a inaugurar la figura nuestra,
al amanecer del tiempo en un día soleado
Vendré adentro, vendré más;
envuelto en la misma mirada,
porque nunca me había ido.

Dolor

Volverás, te conozco
Tras de ti fluye la vida

Eres el dueño
de los pasos que no se han dado,
porque el dibujo del mañana
se genera en tu noche de espinas;
en un espejo de lágrimas

Curiosa labor, la tuya; de verdugo,
de profesor de lo que ya no fue
Desde la sala de proyección,
cargas las máquinas con las imágenes amadas,
y parchas la cinta de los sueños quebrados
para mostrarlas una y otra vez

Eres un maestro de lo no continuado,
ignorante de las censuras y las carteleras
Películas terminadas...
esas son tus funciones,
enemigas del olvido

Si no te conociera,
si no hubiéramos pasado esas noches,
creo que nunca hubiera reído,
y no estaríamos hablando
No te hubiese regalado los temas para tantos guiones

Soy buen colaborador y lo sabes...
Quizá me gustaría que fueras menos insistente,
porque ya hemos visto muchas cosas repetidas,
o que actuaras como un invitado cortés
y supieras cuándo irte

Creo que ya puedo caminar solo,
porque llevo siempre un maletín con las cintas,
y voy entendiendo tu flujo reactivo
Ya sé que no detienes, sino que empujas,

Y ya he visto los hermosos días celestes
que aparecen cuando te calmas,
llenos de luces nuevas;
de puntos de partida.

Para no olvidarte

No voy a hacer nada
porque en tu piel estaban guardados todos los calces,
y los labios recuerdan más que la memoria
Para alejarme todavía te siento como te sentía
y me voy absoluto entre todas las voces,
sintiéndote

Para no olvidarte aprendí que es imposible
volar sin haber tenido alas;
soñar sin haber dormido
Hoy camino sobre los océanos del agua que nos ha mojado
distante, para no alejarme nunca;
lleno

Porque este amor es de antes de haber amado
y después,
porque deseo saber que hay una joya
que no es ni siquiera nuestra
y quiero que ahí se quede,
saber que aunque todo el universo se destruya
hay un lugar perfecto por el que hemos andado

Puedo armar una cordillera de recuerdos recientes
y son los mismos de antes,
porque algo nuestro se le escapó al tiempo
y se quedó pegado en la tibieza del tacto
Puedo incluso irme y hacer que te vayas,
para no olvidarte

Por aquí adentro vive un escalofrío de risa,
un perfume que no cambió de lugar
porque estaba demasiado adentro;
Vive tu voz pegada, tus ojos jugando,
en la tibieza dormida
que nos vino a despertar

Para no olvidarte me voy a quedar quieto
y voy a seguir amando,
voy a salir pero no voy a moverme;
porque voy contigo de la mano aunque no te toque
Porque algo nuestro se le escapó al tiempo
voy a seguir andando

Porque ahora te llevo más cerca conmigo
y después,
porque este amor es de antes de haber amado,
de haber volado, de haber dormido,
y después;
Porque para no olvidarte, no voy a hacer nada.

Encerramos el tiempo en las cosas,

papel

las cosas en las palabras,

las palabras en los números.

Encerramos porque es imposible.

Porque la libertad asusta.

Amor

Por ti he llorado,
lleno de ti, en el mar;
he muerto en un valle, mirando el desierto
Pienso que para tí trabajo,
y me confunden tus rostros hermosos,
tus míos vaivenes

Ese talante esquivo
con el que enseñas que todo se pierde si no es tuyo,
y acaso lo tuyo no sea sino perder,
verterse en el otro

¿Cuántos rostros más
habré de pintar con luces intermitentes?
Tu camino es de dos huellas,
y termina en una, lo sé
Y esa con otra en una,
como un embudo sagrado

Por qué entonces separas, en el final,
lo que uniste
O no lo separas,
y sintonizas dos partes
en un momento

Sin duda manejas
una electricidad alquímica,
generador,
y condensas
y comprimes, todos los resúmenes

Aureolas doradas
sean quizá tu forma última,
sintetizador intangible,
más que querubines empolvados
No eres para entenderte, sino para sentirte
vibración última:
Pasaje

Entre tus óvalos inmensos llevas
la voluntad de lo perenne,
las lágrimas, los orgasmos, las imágenes, las voces y los olores,
todas esas cosas; como si fueran una

Llevas las síntesis lumínicas de los sentimientos
en pequeñas esferas al otro lado,
y las arrojas en la luz que todo lo olvida.
Que todo recuerda.

Porque sabía

No quisiera que te tocaran estas letras
porque han surgido fáciles,
y ahora se me quiebran en el cristal
No quisiera llenar con humo las maletas,
el aire de palabras

Porque no entiendo el secreto de una sonrisa permanente
sobre una escalera.
Se ha colgado un sueño muy grande
en la lluvia, de una cuerda delgada;
delicados pesos se apoyan en el aire

No quiero que sople el viento,
por primera vez; ni una brisa
porque un delicado batir de alas te trajo a la cercanía
Un intento de vuelo,
un punto en una página del pasado

Porque hablo con los signos y cierro las historias...
Y no quiero que tus ojos sean de cristal
Pienso que llevo vidas esperándote;
te vi, y no supe
el secreto de una sonrisa permanente;
porque te vi, y ya sabía que venías

No quisiera que leyeras sino que vieras,
que escucharas sino que hablaras,
para verte y escucharte;
lejos de mi mente y de los signos
aquí a mi lado, frente a frente

Porque amarras la lluvia
de la estructura del cielo y las gotas suben,
y en los ojos las lágrimas se devuelven
Porque evaporamos todo en una sola mirada

Porque te vi y sonreías
y se movió delicadamente el aire;
porque sabía que venías,
y no te lo dije.

A un amigo que no conoce el amor

Pienso que tampoco lo conozco,
que quizá tú me lo expliques, algún día
Lo he visto en momentos,
en pedazos de chispas;
en amaneceres

En un equilibrio químico de olores conocidos
y en su falta,
en la soledad primera y en la media,
y lo intuyo en la última, más fuerte
Camina más por los suspiros que por los besos,
y su presencia
se nota más en las lágrimas que en las risas,
en una ilógica verdadera

Quizá su presencia sea la mezcla,
el llanto de alegría: felicidad y pena
Todo y nada
Es el conocimiento
último y más profundo
Realidad absoluta

La eternidad y la muerte bailan
conjugadas como la noche y el día,
en la irracionalidad lúcida
Uno lo mantiene, lo confunde, lo adoba,
lo transfigura, lo debilita, lo eleva, lo guarda, lo riega;
y sólo debiera ser sentido

Amor loco, amor solo,
amor mental, sexual, espiritual...
Todo amor es espiritual,
porque el cerebro no basta,
porque el sexo no alcanza
su duplicidad de miedo y valentía,
de aire, sangre y carne y cambio.

Unas manos apretadas,
sudorosas, unificadas,
imágenes de tiernas zonas;
carne preciosa y abierta, sublimadas,
palabras sin letras que se escapan,
ecos que se mojan,
olores que se quedan,
ojos nuevos en la hipnosis de dos miradas,
pálpitos terceros:

Son cultivos de sentir pretérito,
que a veces cierran
hermosos jardines de laberinto blando
donde uno se queda y no debe quedarse,
para que no se desvanezca

Porque el amor hace futuro
en un presente encarnado,
que no tiene tiempo y lo pide todo
Porque la voluntad de amar
va tejida por la vida con hilos de carne dorada,
y la costura sólo se abre al final,
cuando la vida quiere transformarse,
y ya no es necesaria

Crece mutando, doliendo, gustando,
inquietando; calmando
Se encarna en un ser, luego en otro, y así;
hasta que entren todos en uno,
y uno en el todo
Es la última salida;
la entrada olvidada,
el desnudo del alma.

Parece

Que no puedo sacarte de mi centro
porque caminaste descalza, muy dentro, sobre el cielo,
y me amarrabas mientras colgabas planetas;
Porque siempre he flotado en mareas oníricas,
y tus rasgos se parecen al fluir obsesivo de las letras

Te pareces
a lo que pediría ver en mi último segundo
y en las mañanas tardías,
al vuelo rápido del tiempo;
a una historia larga de final no escrito

Parece que la tierra se va modulando distinta
bajo tus pies alargados,
que esculpen la sombra de tus huellas;
atraes el agua desde el fondo último,
de la fuente quieta que aguardaba...

Porque eres fluir y tu risa se parece al ritmo
de una tarde que se hizo permiso largo;
porque eres imagen de asomo recurrente
cuando busco tu sombra huidiza;
cuando toda estrategia se diluye, esquiva

Puede ser que entiendas que no es común,
y que no escapes
Que no te ahoguen mis palabras
y veas como ves, el fondo diverso,
el cariño que flota detrás de mis ojos libres

Porque yo sólo intuía y ahora siento
una alegría nueva de viaje perfecto,
de viento tibio, que baja por los valles de todos los ríos
donde anidan tus tesoros

Te pareces al lugar encontrado por todas las obras...
al comienzo del momento,
y al ritmo de mis sentidos;
a un trozo de mi sangre anterior de castillos perdidos

Porque te habla mi alma indestructible,
la que amó guardando,
esperando miradas de miel por los dibujos inexactos;
la que conoce la eternidad de eras circulares
la que vino a encontrarte;
la que verás de nuevo
aunque te vayas

Límite

Esa mañana estaba listo, arreglado;
como si me fuesen a tomar una foto desde el cielo
Como si fueran a levantarme,
dividirme en pequeñas esferas...

Ya me había rodeado bastante de cosas queridas,
constituido la imagen
de la sombra sobre mi nombre
Estaba todo allí,
en el bramido permanente de la vida
hecha espuma de mariscos sobre las rocas

Quise dejar
el increíble espectáculo de mi carne sobre las conchas,
que el tiempo hiciera nacer un templo
entre los huesos de mis costillas

Meterme al medio del palpitar del cosmos,
entregado con mi ropa y mis cosas queridas;
arreglado para la ocasión
Plenitud del desapego,
exposición larga

A mis espaldas quedaba la historia entera,
aquietada por el eco de sus segundos lejanos;
entibiada por la dorada luz de la mañana del día glorioso
Traía mis objetos impregnados,
palpitando momentos buenos

Todo lo vivo éramos uno,
y esperábamos, absortos,
la última fricción del agua en la piedra,
pequeñas lluvias de agua despedazada;
la configuración final de la arena eterna

Estaba en el borde de la vida,
y hoy continúo acá en la urbe rectangular,
como si no hubiera pasado nada;
como si no hubiera visto el mar,
sentado en el límite de la abrumadora carne de la tierra
La ciudad es una caja

Al final no habrá nada
más que el encuentro entre el mar y la tierra.

Tiempo

Vaga relativa la rueda de tus cifras,
incólume,
desapercibida de los sucesos que englobas
voracidad de número,
eternidad dudosa de parámetro

¿Qué mide la cifra sobre la carne?
¿Cuántos años de sonrisas son una línea en el rostro?

Locura ordenatoria, máquina del hombre,
conquista imposible,
atávica lucha por la medición,
informática arcaica,
sólo eso eres, ambición...
Pero retornas y golpeas como péndulo
sobre la gloria de tu apogeo

Nunca podremos superar el drama de tu fantasía,
numerología abstracta, incongruencia;
te lo hemos regalado,
ausencia,
redimida en el total de una experiencia;
perdonada en la bajada

Ya se fue, y es eterna
Ya nos vamos, siempre estamos,
entre el pálpito y el silencio,
en el avance y la detención de un segundero de tejidos
que se degradan en la tierra...
A lo mejor tú sólo te sientas a vernos correr.

Oro del tiempo, te desfiguras, brillas,
te pierdes y enloqueces,
pero siempre te vas,
dejando trozos pasados
Allí te haces dorado,
cuando ya te has ido.

Vuelo

Estaba el tiempo
en el patio de las miradas nuestras
escondido, para que no viéramos
que se ponía alas

Las tomó de un punto tibio
del pastizal soleado de tus ojos
y no nos dimos cuenta
cómo corría, subía, volaba en círculos y planeaba
sobre nosotros, la esquina, las calles y el patio

Era una sordera hipnótica
que fue conocida, y ahora es otra
porque conocimos máscaras y no vimos rostros
No escuchamos, de tanto ver, el tac de los segundos
bailando en la música larga de los parpadeos

Tu mirada es una caricia permanente
que se acaba entre tus labios
Allí se transforma en nada
y vuelve otra vez, llena, extasiada
llena de sonrisa, de reflejos tibios

Nos besamos con la vista,
tocamos historias dulces
Por un tiempo raro, que volaba
escondido en el patio con tus alas

Vaga por tus ojos una densidad tierna
de soledad buscada
y hay un cofre sin llave, semiabierto
allá cerca, donde no cabe ni un segundo,
en un lugar cálido del fondo

El tiempo ya no está
vuela ahora en otro lado
pero vuelve siempre, distinto
yo voy a venir igual, de vuelta
a buscar lo mismo

Quiero tomar, como el tiempo
las alas escondidas que llevas dentro
Planear por sobre él bajo una música elevada
volar más rápido,
por el interior eterno de tu mirada placentera

Para subir de nuevo,
salir del fondo
iluminado de paz, llegar más alto
Porque parece que contigo hubiera buscado
en la soledad lo mismo.

Vidrio

Ahora construyo castillos de silencio,
torres de agua
Ya no veo imágenes,
soy asaltado por todos los pensamientos
Fertilizo ideas bajo un presentimiento,
una seguridad como de encuesta,
probable, de azar forzado

Hago estatuas de vidrio
y soy el fantasma de mi calle invisible
Veo por todas partes y escucho,
pero olvido;
me acuerdo, pero olvido

Vengo a verte, a todos,
a mirarte, a escucharte
A levantar los muros
del lugar transparente donde vas a vivir aunque te vayas;
aunque ni siquiera lo toques

Lo que yo te diré no importa,
no es lo que quiero decirte,
pregunto para ver la forma;
los moldes de tu imagen de cristal caliente

Voy haciendo, sin hacer,
amando, sin amar
Camino hablándote por las hojas secas
y ni yo me escucho,
aunque a veces río, pero no me hablo,
y me río de lo que construyo,
de la belleza de las formas tácitas
que transparentan la luz a mis ojos de espectro

Aquí estás, como todos
Te tengo comprimida en el cristal,
tan hermosa y no lo sabes...
pero quizá lo sientas,
de espaldas al espejo
en algún ruido leve

Siento que comparto lo que no comparto,
que veo a veces lo que no quiero
y me acuerdo, pero lo olvido
No toco el cristal, pero siento
su bella densidad impenetrable
Sus contornos helados y sensuales
se empañan con el aliento de mis palabras dibujadas...

Cada día pesa más el altillo
de tanto vidrio
No subo,
pero escucho crujir al piso, y sé
que algo viene bajando

Cuando te hable de nuevo
soplará un viento tibio que barrerá el polvo de los moldes,
y vendrán las arañas a tejer
Nuestras voces se escucharán por los pasajes y los jardines y en el altillo
Los cristales se harán opacos,
y más de alguna figura caerá,
en constelaciones cortantes sobre el piso rojo

Para entonces, todo lo que fue
de carne se habrá desintegrado,
Habrá gusanos,
y moscas para que coman las arañas
Del pasado no quedará nada
Tal vez hasta salga pasto la próxima primavera,
pero no lo veremos

Si te hablo,
cuando me escuches estarás lejos,
con mi boca pegada en el oído;
riéndote.

Estabas

Hoy hablo frente a un espejo sin marco,
más bello,
a una cáscara caída.
Hoy no estabas,
no estabas y no sé

No sé si es cierto que te amé un instante
pero se nos escapó una tarde,
un remolino de mares
una multitud de fechas;
no estabas y no sé, no estabas
Hoy no estabas

Supieras que fue cierto,
que fuimos, y volvimos de todos los mares;
llenos de luces guardadas en la mente
Que gritábamos secretos
en el aura de las formas,
tocando cielos de continente

Hoy te haces de cristal incomprensible
en una alquimia diversa y flotas,
por sobre tantos sueños...
y sabes que no eres imposible
sabes que no sabes,
que no sé
porqué no estabas

Supieras que fue cierto
todo lo que hoy no fue, que fue hermoso
Supieras que aún será
porque está grabado en el eco de tu nombre,
y tienes otra línea dibujada en la mano
Porque estás.

Quizá

Debiéramos hacer un castillo con el tiempo perdido,
de muros tan altos que no les quepa un minuto;
nunca más salir
Que de sus muros transparentes cuelguen
todas las cosas que se han dormido

Tengo más de diez piedras tácitas, anchas,
largos trozos de espera, un foso vacío
Camino sobre ellos en una altura nueva,
como de templo;
veo desde más arriba las cosas que no volveré a tocar
todo lo que ya no fue mío

Cabría tu sonrisa nerviosa, tu aire demente
lo que viste con tu ojo izquierdo
Todo lo que pensando hiciste,
lo que no dijiste;
las vidas aventureras que se quedaron en tu mente

La decoración entera serían dibujos inacabados,
trozos de formas, sueños por todos lados
Mesas de tres patas, mecedoras rectas
Todas las notas discordantes
del himno de lo dejado

Hoy sólo veo cúspides
mares tibios que se abren por las calles y los balcones,
todo más bajo
todo invisible, todo sin tiempo; todo de nuevo
En el eco de un repique, dentro de un reloj gastado

Quizá te acerques, lo construyas conmigo
Todo el mundo miraría hasta acá arriba,
un castillo transparente, todo invisible,
en un ritmo soñoliento de domingo
Una mansión hecha de la nada sobre el tejado

Jugaríamos a lanzarnos minutos añejos
que flotan inútiles, por aquí todavía
Lágrimas secas, tactos ásperos y el eco de los besos
que se me hace tic tac de tiempo acordado
por aquí, todavía.

Sexo

Aún no sé manejarte
Mental y atávico, te desplazas
entre los pliegues más recónditos de los pensamientos
Te construyes, de pronto,
una catedral de torbellinos para ti mismo

Todo lo gravitas hacia la desesperación conjugada,
lucha y amor
Explosionas los cuerpos,
generas el todo desde sus partes
Y eres el primo de todas las muertes

Por lo menos las recuerdas
en momentos escapados,
certeza animal
Tu hermano mayor, el amor,
no te quiere independiente
Cuando no estás,
lo veo irse por la vida, lentamente

Y tomas y raptas y acaricias y rompes,
amo de tus momentos estremecidos;
te vas
Igual de bello como llegaste,
entre contorneos de fauno caprichoso,
dejando imágenes y olores, sabores; dolores
La vida se escurre de tus dedos fuertes,
del borde de tus labios irritados

Sabes que no eres lo más importante,
pero siempre fuiste obstinado y rebelde,
bello y sucio, limpio y magnífico;
divino y juegas

Siempre juegas, sembrador,
echando al viento tu secreto cálido, divirtiéndote,
riéndote de las máscaras que arrancas,
de las ropas que desabrochas,
de las vidas que quitas;
de las vidas que das
No has asumido que eres una oración doble.

Muerte

Tu manto no es negro, todo lo opuesto
No cubres
sino que abres, y tu vestido es la desnudez
Llegas enseñando que la ropa es un maquillaje,
que el maquillaje es una prenda que no sirve
No le sirve al muerto el vestuario último
Ni el polvo rojizo suaviza blancuras

Quizá tu desnudez sea blanca,
porque tu paisaje es la suma de las luces.
¿Qué otro color muestra la inmensidades
al ojo de la carne?
Tampoco debes ser blanca
Quizá transparencia

Eres mujer porque la mujer es el paso,
del fin al comienzo,
polvo y carne
El lugar donde acabas
y la fuente en que te llenas

Tu punto es el suspenso
de la monarquía del tiempo
La entrada
a los ritmos sin fin de la partícula y el todo
Ellos bailan, apretados;
anudados

Como la muerte blanca te llevas el frío,
como la roja olvidas el calor,
tibieza de alma
Eres la puerta al más acá, al de siempre,
al debajo de la piel, al encima del sol
Amas el amor

Ese día nadé en el océano de tu silencio,
Y el sonido no se extraña en tu distancia corta,
en tu caricia de oro...
Yo te vi en aquel momento, mujer desnuda,
en tu mirada transparente;
y me acariciaste, y me hiciste llorar,
porque ese amor trascendido que a ti te gusta,
aún no cabía en mi alma.

Padre

Por hoy he querido verte adentro,
remoto, cercano siempre,
vestido de tu ancho rostro, tu sombra tibia;
guardado en el aroma de tu ropa enfriada

Voy a tocar las notas recias de tu voz dormida,
para saberte dentro,
y sentirte en la textura de mi alma;
bajo el fondo último de mis ojos viajados;
en el tacto esquivo de mi cariño corto

Mañana azul de tango aprendido,
domingo largo de cama tibia
el aire lleno, la casa entera,
mis ojos abiertos,
memoria nueva

Aún no sé qué me enseñaste
pero entraba el todo,
en la penumbra de una pieza;
valles y montañas, ideas gigantes
Todo mi futuro aún no la ha llenado

Porque todos los parajes
llevaron el sello de tu camino fuerte,
y adoptaron la huella larga de tus ojos
que no cupo en nada, más que en otra mirada,
íntima, premiada; de espejo y dulce

Subían por el paseo las olas,
a tu llamado lejano
El mar entero le hacía caso al ritmo de tu paisaje
y bajo tus ojos vivía todo
Se abría la espuma soplando,
como si fueran nubes de rostro lavado

En tu voz viajaron los ritos del hombre
Todas las vidas,
las habías cantado
Aún rebota el universo pensando,
bajo el sol de un escritorio que estaba vacío

Y fuiste absoluto y dejaste todo
en cada árbol por toda la tierra,
te aliaste con la persistencia húmeda de los amaneceres,
para bajar siempre entre tus ríos
donde bebieron los caballos
Dejaste a tus ojos volar,
para que flotaran los míos

Eras amigo de la mañana fresca,
perfumada de mar
y tus pasos suenan fuertes siempre,
por los ruidos nuevos, y en el jardín,
en el paseo diario que no iba a terminar

Saliste de pronto a un viaje
para quedarte dentro, y aún te espero,
porque volvías siempre
Detuviste la palabra en su apogeo;
calidez presente
Miraste al cielo
y dejaste la puerta abierta;
la ventana al viento.

Agua

Primera palabra tragada,
forma que tomas las formas
Viviste por aquellos ojos,
y ahora te asomas en toda mirada

No quiero más una lluvia larga
que se lleve flotando las semillas de la espera,
interminable persistencia
No quiero que la ansiedad te llame a su cauce giratorio
de retorno invariable, de ciclo eterno
Que me vuelques tu espejo de soledades

Porque el amor flota en tu espesor moldeable,
en las lágrimas y en la lluvia
Flota y navega, o va por las derivas,
por las mismas que bajas
Cuando buscas profundidades oscuras

Te haces de nubes y vuelves,
ahora eres forma de otras formas
En los ojos fuiste lágrima, ahora brillo,
canto de cisne y líquido nuevo,
rodando por el ciclo de tus mismos cauces

Voy a llevarte al desierto en el molde de un amor sagrado,
para detener tu ciclo de adioses,
abrazada de soles de atardecer y mañana
A la sombra, escondida;
para que no te evapores de nuevo,
para que no me lluevas

Primera palabra en los ojos
forma que tomas las formas
Viviste en aquellos ojos
y ahora te asomas brillando
pegada y antigua; nueva y la misma,
en otra mirada

Mareas eternas han anidado en tus ojos sin tiempo
brillos similares
Preguntas largas se asoman por las letras coloreadas
de un desierto llovido
La respuesta vive sumergida en tus labios.

Nieve

Has llenado de ecos blancos
el silencio de las páginas
Los segundos crecen dulces
en el rastro de las mañanas,
tibias de presagio largo
Nieva sobre el papel de vidrio

Nuestros brazos ya han hecho costumbre
del frío extremo de no rodearse,
pero en mi pecho algo escuchaba sincero
a tu corazón equivocado y al mío
Que no quisieron conversar

Trozos de tus besos aún me hablan,
tibios de la historia recurrente
No importa que te hayas ido
a las luces fuertes de tu invierno;
que yo me guarde en el silencio,
cuando las señales gritan

Estará lo que estuvo, mañana,
preguntando por nosotros
Sabrá que hemos volado de la cama,
que huimos y callamos, asustados
No importa que me haya ido,
porque no es verdad

Hoy vuelo por ti,
en una atmósfera diferenciada que se equilibra en tu piel,
corazonada de química exacta
Voy por los valles hasta donde un mar toca la nieve,
bajo una tibia nube inmensa
de vidrio de papel.

Antes

Tú partiste antes, con ese fuego por sangre
con manos de palabra vertida
Venías abriendo todo
lo que yo terminaré cerrando

Sabrás ya que siento esa misma tibieza
que le robaste al frío, que se te nota leyendo
con las manos sobre la mesa
Un pequeño movimiento esquivo,
un momento de la piel que se eriza

A sentir y luchar hemos venido
y parece que tú has sentido, hablado y luchas,
que yo sólo he sentido
Porque yo no toco la tierra, ni hablo;
pero la siento entre tus ojos

Somos los extremos rojos de una vena larga
lo más unido
extrema la sangre, extrema la vida
de círculo rodeado
de gigante tibio, de pecho amado

Te veo intensa,
cómo proyectas la misma sombra
te veo antes,
porque vi lo último;
porque vi el después.

Te miro

Parece que no fueras de ninguna parte,
que no fuiste de nadie
Eres hija, como yo, del cariño gustado,
del cariño perdido,
de la sombra permanente, de la sombra tibia
Y sonríes aún a la despedida plácida
que te humedece los ojos.

No te pareces a nadie
porque nada nunca te ha guardado
y te paras de frente, más lejos,
reconstruida de caricias dulces;
pero todo lo que has visto son bosquejos,
del amor en un paisaje

Sabrás que caminas por mis huellas
con otra fuerza,
pero hemos venido por el mismo camino blando
hasta esta mirada
Tu no huyes y te me enciendes,
en una sonrisa encontrada

Si te pareces a mí
sabrás que por aquí no hay nada,
que llevo la soledad escrita en las venas;
que no soy de ninguna parte
y que no fui de nadie

Tampoco serás mía,
porque nos ha modelado la ausencia
bajo dos espejos alejados
Niña mujer que ignoraste la distancia,
sonríes aún a la despedida plácida;
al sino de mis manos ausentes

Pero te miro
Tal vez me equivoque,
y te ame egoísta
mirándome al espejo;
queriendo robarte la sonrisa.

Mírame

Hay en tus ojos una mirada infinita
que vuela por el tiempo secundario,
en una raíz de claves aladas
De tiempos exactos,
que han marchado como el círculo
que ahora nos rodea

Deja una mirada en la ventana,
que mis ojos tendrán que verla
Deja que tus pies dibujen libres una huella en el destino
que mi sombra por allí se ha besado,
con la tuya en el mismo camino

Dejemos todas las glorias y todos los amores
unos sobre otros frente a nosotros,
y mírame
Verás que no los vemos,
que toda su materia, sola, se aparta invisible

Amor dejemos todo
Porque igual de las manos se nos va cayendo,
entre las letras y el silencio
que aprietan nuestros labios ebrios,
sobre las páginas del destino

A los 2

Amor ceguera destapada en la lucidez de la locura
amas
si es que amas, y pierdes
la calidez de la emoción postrera
porque no ves

Sale tras de ti la Luna
y rebota con los astros de tu pieza mullida
en las fotos y en las cosas, en tu gato
Te ilumina y no te das cuenta
siempre, alrededor tuyo
porque no ves

Por eso algo en ti sube callando
y la escalera se te obscurece
pero igual tienes los hombros pintados de estrellas,
porque te los dibujaron antes
y crees y sabes que tienes todo
lo que no es

Por eso se me escaparon los momentos que se eternizan
y alargo los trozos en el silencio
vivo como que no es cierto que haya un espejo,
y creo y sé que no tuve todo
lo que entra en la piel de su imagen

Sale tras nosotros la Luna
y rebota en los contornos del barrio
en las cosas y en las fotos, en nuestros gatos
Nos ilumina y no nos damos cuenta
siempre, alrededor nuestro
porque no vemos

Por eso, a veces grita el destino
mientras bailamos otra música
porque miramos en la ventana astros de flecha
y curiosas formas que indican en el humo,
porque no escuchamos tras la puerta, que aquí estaba
cerca, lo que siempre estuvo.

Y caemos y caemos
a la suerte onírica de un devenir de astros,
porque no vimos
que tal vez todo estaba pintado de antes
siempre, alrededor tuyo
porque no vemos.

René Vergara Llinás (1966) es escultor, pero ha recorrido en sus estudios otras áreas, siempre relacionadas a su inclinación artística, como el cine y la comunicación audiovisual, entre otras.
Licenciado en artes por la Universidad de Chile, ha realizado numerosas exposiciones colectivas en Santiago y Valparaíso, y un par de individuales recientes, en galerías de la capital.
Escribe intermitentemente desde los ocho años, pero hoy decide revisar esa vocación íntima de letras a través de esta pequeña serie de poemas y trozos de prosa poética, "vaciados", según él, demostrando quizás que bajo la dureza de sus incursiones pét En estos "Poemas Vaciados", su opera prima, lo que fluye son los "moldes abiertos" de sus momentos y sus dudas, en palabras que esculpen su entrega de pensamiento y sensaciones.

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