Este artículo presenta las opiniones de un
grupo de funcionarios del departamento de Montes de la FAO sobre los bosques y
la silvicultura en el año 2050. Mediante el método Delphi las 12 personas,
desde la sede de la FAO y desde oficinas descentralizadas de la Organización
portodo el mundo, consideraron diez aspectos del desarrollo forestal
sostenible, paralelamente a los abordados en los demás artículos de este número
de Unasylva: cubierta forestal, conservación, plantaciones, dendroenergía,
oferta y demanda, agua, tecnología, información, organizaciones internacionales
y administración. El artículo no refleja un consenso sino una visión
conjunta de los colaboradores que participaron voluntariamente. Expresa las
opiniones de los participantes y no traduce la posición oficial de la FAO.
Para respetar el plazo de publicación de
Unasylva no fue posible continuar el proceso Delphi durante diversas rondas
para llegar a un equilibrio; hay que observar, pues, que no todos los participantes
convienen en lo que se expresa. El artículo debe considerarse como un «trabajo en
gestación» el proceso Delphi -y el debate que ha suscitado- continúan.
EL MÉTODO DELPHI
El método
DELPHI se desarrolló originalmente en el decenio
1950-1959
por científicos de la RAND CORPORATION como
proceso
interactivo para predecir el futuro.
La
práctica consiste en reunir a un grupo de personas
interesadas,
sea por correspondencia o en debates cara a cara,
para
considerar cuestiones que afectan a todos. Aunque los
individuos
del grupo comparten un interés común (el tema del
ejercicio
DELPHI), suelen representar puntos de vista
diferentes.
Se pide a
cada miembro del grupo que formule sus
observaciones
sobre una serie de cuestiones. Un coordinador
analiza
las observaciones individuales y redacta un informe que
recoge la
respuesta del grupo. Los individuos lo comparan
entonces
con lo que han dicho en la respuesta colectiva y tienen
la oportunidad
de presentar y de hacer anónimamente nuevos
comentarios
sobre las cuestiones. Se genera un nuevo informe
de grupo y
se repite el proceso. El proceso continúa hasta que se
llega a un
acuerdo o el grupo constata su desacuerdo.
1.- CUBIERTA FORESTAL
Entre 2010 y 2020, la cubierta forestal se
estabilizará a nivel mundial. No obstante, como la deforestación tropical
continuará hasta entonces (aunque a un ritmo reducido de 4 a 6 millones de
hectáreas anuales), la cubierta forestal estabilizada será menor que la actual.
Habrá ciertamente diferencias por regiones y por tipos de bosques. La cubierta
forestal boreal permanecerá estable en los límites actuales. En América del
Norte y Europa occidental y en todos los países desarrollados la cubierta
forestal habrá aumentado considerablemente. En laregión de Asia y el Pacífico
habrá disminuido la superficie de la cubierta forestal natural, correspondiendo
las mayores pérdidas a Asia sudoriental; sin embargo, gracias a las plantaciones
y a los árboles fuera de los bosques, la cubierta forestal de la región podrá
seguir igual o haber aumentado. En América del Sur y América Central la
cubierta forestal será ligeramente mayor que la actual, pero los bosques
naturales se habrán reducido mucho, especialmente en la cuenca del Amazonas.
Los bosques africanos habrán disminuido en general ligeramente, pero el África
central experimentará una gran reducción en sus zonas forestales.
2.- CONSERVACIÓN
La conservación del suelo, el agua y
todos los ecosistemas será cada vez más importante. Será esencial para el
desarrollo y objeto de negociaciones internacionales con importantes
implicaciones económicas. La responsabilidad
colectiva de la humanidad en la protección y
conservación de la naturaleza tendrá una
aceptación general gracias a vigorosos programas de educación medioambiental y
a la presión del activismo ecológico.
Seguirán creciendo las redes de conservación
de superficies forestales naturales. Como los
bosques de condición prístina y natural
habrán sido explotados salvo en las zonas remotas e
inaccesibles, la conservación de los bosques
restantes tendrá máxima prioridad en todos los
países y en todos los continentes. Se
prohibirá la tala en bosques naturales en muchos países.
La sociedad civil, especialmente en los
países desarrollados y en particular por medio de
organizaciones no gubernamentales (ONG),
juntará fondos en apoyo de la conservación; los gobiernos financiarán los
aspectos menos atractivos de la conservación y ejercerán sólo una función de
supervisión. Habrá también cambios en los principios y la práctica de la
conservación; se insistirá menos en la ética de
preservación y la interacción humana será más aceptada como parte de la
naturaleza. Las ONG internacionales serán muy activas en los países tropicales.
Sin embargo las presiones demográficas, los intereses privados en la
explotación de los bosques naturales, la
pobreza, la corrupción y los disturbios civiles seguirán malogrando los
esfuerzos por proteger los bosques, su fauna y su flora. En algunas zonas se cuidará
de la naturaleza con intensidad y sin naturalidad, mientras que en otras
continuará la extinción de especies y ecosistemas.
En los actuales países en desarrollo y en los
países con economías en transición, habrá zonas sometidas a estrictas
medidas de conservación o preservación (imitando la situación en la India),
pero insuficientemente protegidas. Otros países administrarán la mayor parte de
sus bosques utilizándolos para fines múltiples. En los países en que se han
establecido y mantenido zonas protegidas adecuadas, éstas experimentarán una
presión creciente del turismo.
La conservación de los bosques en las
regiones tropicales tropezará con grandes problemas al seguir creciendo las
poblaciones y al tratar los países de promover su desarrollo. En África y en
otras varias regiones en desarrollo, la naturaleza se verá sometida a una
presión creciente, y bosques y prados seguirán retrocediendo en detrimento
de muchas especies. Varios animales grandes como tigres y rinocerontes habrán
desaparecido de su medio natural y sólo se encontrarán en parques
zoológicos. Los animales grandes que queden en libertad serán mucho menos
numerosos que hoy. La AMAZONIA será la región más importante del planeta
para la conservación de la biodiversidad.
Una coparticipación más efectiva y una
colaboración más estrecha con las poblaciones vecinas de los bosques serán
necesarias para la conservación de las zonas protegidas y para luchar contra
los incendios forestales, y al mismo tiempo permitirán a estas poblaciones
contiguas a los bosques obtener de ellos beneficios reales. La mayor presión
sobre los bosques naturales vendrá de la expansión agrícola en los países en
desarrollo y de la tala para aumentar la capacidad de los embalses en todo el
mundo.
3.- PLANTACIONES
Las plantaciones seguirán siendo una
importante fuente de suministros de madera y la más
importante fuente de suministro de fibra para
la industria forestal (a la que aportará por lo
menos el 30 por ciento, y tal vez hasta el 60
por ciento de su materia prima). En las grandes
plantaciones se adoptará la arboricultura
intensiva, lo que permitirá tomar otras decisiones de conservación respecto
a zonas de bosques naturales. La superficie mundial de plantaciones aumentará
notablemente hasta triplicar o cuadruplicar la actual. Se establecerán más plantaciones
fuera de las zonas forestales tradicionales y en tierras agrícolas marginales.
Millones de hectáreas de plantaciones consistirán en cultivares
clonados genéticamente
mejorados. Es probable que se multipliquen las plantaciones de las especies Eucalyptus
y
Pinus. Se extinguirá el actual debate sobre la «naturalidad» y la
aceptabilidad ecológica de las plantaciones.
Las plantaciones tendrán mayor importancia
para el suministro de bienes, especialmente en
ciertos países estables con baja densidad de
población, tierra adecuada para la silvicultura y
buen clima (tales como Nueva Zelandia,
Australia, Chile, Argentina y Portugal, a los que se
unirán otros como Mozambique e Indonesia).
América Latina tendrá la mayor superficie de
plantaciones de árboles de crecimiento
rápido. En los países tropicales económicamente más avanzados se promoverán
plantaciones de ciclo corto para la producción de fibra.
Sin embargo, otros usos se asignarán también
a las plantaciones. Se optará por plantaciones de rotación larga en casos
específicos en que el objetivo principal es la conservación. Se
establecerán plantaciones europeas con una
amplia gama de objetivos medioambientales y
estéticos, siendo menos importantes las
funciones productivas.
La silvicultura urbana ganará en importancia
en los países desarrollados y en desarrollo, en
parte por su potencial para el reciclaje de
aguas usadas o residuales. Las plantaciones urales
y los árboles fuera de los bosques tendrán
mayor importancia en los países en que el porcentaje de población rural siga
siendo elevado. Se utilizarán también árboles plantados para prestar servicios,
que se integrarán progresivamente en los sistemas de uso de la tierra
proporcionando también madera en rollo
industrial (por ejemplo mediante planes de pequeñas explotaciones satélites),
contribuyendo a mantener las actividades forestales en zonas rurales remotas.
No se habrán realizado, como se preveía a
principios de siglo, plantaciones como medida en gran escala con el fin
específico de paliar el cambio climático.
Habrá también peligros importantes; catástrofes
naturales y nuevas plagas harán muy
arriesgadas las inversiones a largo plazo en
plantaciones madereras. Las
plantaciones
industriales serán financiadas únicamente por
el sector privado, y las fuerzas del mercado
determinarán la extensión, la reducción o la
conversión de las plantaciones de árboles.
Los adelantos tecnológicos facilitarán el
aumento de las plantaciones forestales. La
manipulación genética, la biotecnología, la
selección de árboles y mejores prácticas de cultivo habrán mejorado
considerablemente la producción por unidad de superficie. Se desarrollarán árboles
más resistentes a insectos y enfermedades. Las plantaciones se basarán en
especies modificadas para producir fibra con propiedades específicas en función
de las necesidades del producto, así como para aumentar el rendimiento de la fibra
buena. Los desiertos se habrán vuelto fértiles y se utilizarán como
importantes espacios para la producción de fibra, obteniéndose agua del mar y
de la capa freática.
También mejorará la gestión de las
plantaciones, aunque la situación seguirá polarizada entre plantaciones muy
bien llevadas y las que vegetan a causa de la insuficiencia de la inversión inicial
y una gestión deficiente o nula. En el mundo desarrollado la gestión estará muy
mecanizada y utilizará complejas técnicas informáticas para optimizar la
producción y reducir los riesgos (plagas, incendios y bajo crecimiento).
Algunos países del actual mundo en desarrollo, como China, habrán mejorado
también la gestión de las plantaciones.
Entre las cuestiones pendientes estará la
necesidad de que las ONG acepten las plantaciones
como principales proveedoras de fibra y como
medio de reducir la explotación de los bosques naturales. Aumentará la
controversia sobre protección del patrimonio y de la biodiversidad.
4.- DENDROENERGÍA
El consumo de energía procedente de la madera perderá importancia
en muchos países al ser sustituida por nuevas tecnología productoras de
energía, al aumentar los ingresos y al bajar los precios de los sustitutivos
combustibles. En el mundo en desarrollo, el consumo de leña experimentará un
gran descenso hacia 2020 cuando los gobiernos traten de satisfacer la demanda
de energía doméstica con fuentes no renovables y ofrezcan fuertes incentivos
para animar a muchos hogares a pasar de la leña al gas, el petróleo o la
electricidad. El consumo de leña se reducirá también al desarrollarse
formas más eficientes de utilización de la madera
como combustible, especialmente en China,
América del Sur y África del Sur.
La madera seguirá siendo importante como combustible particularmente en los
países más pobres, en las economías de subsistencia, en lugares remotos
específicos y en las sociedades en que abunde la madera. En algunos lugares
concretos muy poblados (zonas urbanas) la leña seguirá siendo escasa y las
pocas plantaciones de zonas rurales no llegarán a satisfacer las necesidades
crecientes. En muchos países será desplazada por otras fuentes de energía.
Habrá nuevas políticas e incentivos en los
países desarrollados para el consumo de leña con
objeto de contribuir a mantener y limpiar los
bosques. Sin embargo, la dendroenergía nunca progresará realmente como
forma de energía renovable en los países desarrollados. Con las nuevas
fuentes de energía del futuro, se tenderá a reducir las necesidades de
energía basada en la madera. Avances tecnológicos como células energéticas y
fusión podrían reducir la dependencia respecto a los combustibles fósiles y las
fuentes de energía renovables.
5.- OFERTA Y DEMANDA
La demanda de la mayoría de los productos
forestales seguirá creciendo, al menos en los
próximos 20 años, e incluso podrá crecer
mucho más de lo que indican las proyecciones
actuales. La escasez de fuentes primarias no
renovables de materias primas (gas, petróleo)
impulsará el uso de productos de la madera en
todo el mundo. La oferta de los principales
productos forestales madereros (pasta, papel,
muebles) procederá cada vez más de las
plantaciones. La oferta de todos los
principales productos madereros será suficiente gracias a los adelantos
tecnológicos, el reciclaje y la sustitución. Los precios de la madera para
uso corriente serán similares o inferiores a los actuales en términos reales.
Oferta y demanda de los principales productos
forestales seguirán centradas sobre todo en los países desarrollados y unos
pocos países en desarrollo. La madera -no en forma íntegra sino en tableros
compuestos y otras formas- se utilizará cada vez más en la construcción de
viviendas.
La leña habrá despertado interés para la
calefacción industrial. Los productos forestales no
madereros perderán importancia, aumentando en
cambio la demanda de servicios forestales de tipo recreativo.
Se necesitará más madera, pero sobre todo en
forma de tableros de fibra. Habrá más demanda de tableros compuestos y menos de
madera aserrada y chapas de tapa. La madera íntegra será muy apreciada,
especialmente la madera dura rara y de alta calidad de bosques naturales tropicales,
cuyos precios serán muy altos en el comercio internacional y que será estrictamente
controlada por varias organizaciones privadas.
Los precios de la madera para pasta bajarán
al aumentar la productividad de las plantaciones en el próximo decenio, lo que
incentivará la expansión de las industrias basadas en la fibra.
Se estabilizarán las tasas de reciclaje de
pasta y papel, tal vez en torno al 60 o al 70 por cientode los materiales,
condicionadas por los costos de recogida y disponibilidad de éstos. No habrá una
reducción notable en la demanda de embalajes, sino más bien un aumento al
crecer la población y elevarse el nivel cultural, en especial por los esfuerzos
de alfabetización; habrá más comercio electrónico, pero seguirá siendo
necesario el transporte y el embalaje de los productos. La demanda de papel de
oficina puede bajar algo en virtud de las comunicaciones electrónicas.
China, Rusia, Brasil y Australia son algunos
de los países que figurarán entre los más
destacados proveedores de madera para los
mercados internacionales.
6.- AGUA
El agua será el recurso no renovable más
estratégico del mundo y el principal problema del siglo
El agua, por su omnipresencia y visibilidad,
bien podría ser la cuestión principal en el próximo siglo, creciendo su
importancia en sectores como la agricultura, el urbanismo y la política. El agua
será el recurso no renovable más estratégico del mundo. Será imprescindible
para la vida de miles de millones de personas. La demanda de agua crecerá de
manera exponencial. El agua escaseará más y llegará a ser considerada como un
producto básico precioso. La lucha por el agua se intensificará, y su escasez
podría provocar conflictos regionales. Tal vez no se considere positivo el
papel de los árboles y los bosques, por el mayor consumo de agua de los bosques
en comparación, por ejemplo, con las tierras de pastos. No obstante, se
mantendrán y administrarán mejor los bosques para formar cuencas fluviales
adecuadas.
La humanidad pagará caro el no haber tenido
debidamente en cuenta las previsiones de oferta y demanda de bienes en función
de la disponibilidad de agua y otros recursos naturales, especialmente recursos
no renovables. Los países con mayores reservas de agua dulce desempeñarán un
papel importante y estratégico en las decisiones, discusiones, debates y
negociaciones internacionales. El agua será el petróleo del futuro.
También se pronosticó un escenario opuesto:
la escasez de agua pertenecerá al pasado. No
habrá ya posibilidad de guerras por el
suministro de agua a urbes gigantescas, ya que las
nuevas tecnologías habrán hecho recientemente
posible extraer agua potable del mar. Las
nuevas posibilidades de suministro de agua
abrirán nuevos horizontes a la producción de
madera en desiertos y en países con reducida
cubierta forestal.
7.- TECNOLOGÍA
Como resultado del constante progreso
tecnológico que tendrá lugar en los próximos 50 años, las prácticas de gestión
forestal habrán mejorado considerablemente. En todo el mundo se utilizará la informática
de alta tecnología para la ordenación de los bosques. Las computadoras y su
tecnología serán la base de todas las actividades. Más comunicación, más computadoras,
programas potentes y robótica mejorarán considerablemente la vigilancia y
el control de los bosques. La preselección y la vigilancia de todos los árboles
valiosos de los bosques naturales serán una realidad. Cada árbol inventariado y
valioso bajo su llevará un chip electrónico corteza. Se controlarán el
crecimiento y el aprovechamiento de los árboles mediante tecnologías de
satélite y de computadora.
Los inventarios forestales y el trabajo
conexo basado principalmente en la estimación de
superficies y volúmenes utilizarán la tecnología
de teleobservación. Datos e informaciones obtenidos por satélite serán la
base de un trabajo más eficiente con menores costos. Sistemas operativos con
tecnología de microondas (radar) supervisarán fácilmente las extracciones selectivas
en una superficie que podría ser menor de 1 m2. Estos sistemas
operarán con la facilidad con que hoy se usa Internet. Dicho de otro modo, será
posible observar el proceso de deforestación o de explotación selectiva en
tiempo real en cualquier superficie o región del mundo.
En los países tropicales la extracción de
madera se hará exclusivamente por helicóptero,
zepelín u otros medios aéreos. No se
abrirán nuevas carreteras en los llamados bosques de producción, y se
limitarán los nuevos allanamientos de bosques. Se dominará la tecnología para
la obtención de energía del sol y del viento, lo que permitirá la
desalinización del agua de mar y el cultivo de extensas superficies desérticas.
La biotecnología será también muy
popular. La mejora genética de los árboles permitirá
obtener una fibra más ventajosa, por ejemplo
con menos lignina para la pasta, mayor
resistencia a enfermedades y ataques de
insectos, pero los beneficios no serán tan grandes
como se espera. El uso de árboles
genéticamente modificados será una cuestión importante, y aumentarán a este respecto
las diferencias de opiniones y políticas entre Europa y los Estados Unidos.
En el procesamiento de la madera, la
tecnología realzará la eficiencia del producto como
materia prima, posibilitando un mayor uso de
más especies y de ramas de pequeño diámetro.
Seguirán los progresos en la transformación,
y las actuales técnicas eficientes utilizadas por
unas pocas grandes industrias madereras se
extenderán por todo el mundo. El reciclaje de
papel y fibra será un elemento clave del
desarrollo tecnológico. Nuevas tecnologías tratarán de utilizar desperdicios de
madera y fibra para fabricar productos de madera reconstituida de alta calidad.
Estos productos competirán ventajosamente con la madera íntegra y serán mucho
más baratos, de manera que, por razones económicas, gran parte del mercado
volverá la espalda a la madera íntegra. Los adelantos de las tecnologías de
procesamiento industrial, en especial el uso más eficiente de la fibra,
superarán en definitiva ampliamente a los adelantos de la biotecnología. Habrá
también un gran auge de productos compuestos y sustitutivos de la madera.
En el sector papelero, habrá mejoras
marginales con reducción de los daños medioambientales de la producción
industrial. Podrá reducirse el consumo de energía para la elaboración de la pasta
y el papel, y es muy probable que en los próximos cinco a diez años estén a
punto sistemas de agua cerrada (en los que la fábrica no descargará residuos
contaminados ni consumirá grandes volúmenes de agua limpia). Será mayor el uso
de fibras de plantación y recicladas, y habrá mejoras marginales en el
rendimiento (unidad de producto frente a unidad de insumo). No es probable un
proceso revolucionario, ni cambios en el proceso que tengan efectos radicales
sobre el medio ambiente o el consumo de fibras forestales.
8.- INFORMACIÓN
Las computadoras serán la base de todas las
actividades de ordenación forestal, al difundirse la tecnología de la
información en regiones actualmente rezagadas como África.
La tecnología de la información progresará en
todo el mundo. Toda persona tendrá acceso a la información sobre cualquier tema
en todas partes, lo que repercutirá en las relaciones entre gobiernos y
pueblos. Se generará, compartirá y utilizará un gran caudal de información técnica,
administrativa, medioambiental y económica. Sitios Web acogedores pondrán a disposición
de cualquiera en cualquier lugar una información gratuita, y organizaciones independientes
cuidarán de que ésta no sea manipulada. El principal problema del usuario será decidir
lo que es verdad y pertinente.
La tecnología de la información tocará techo
hacia 2020, tras lo cual los nuevos adelantos tecnológicos no serán ni
rentables ni comprensibles para el ciudadano medio. Intervendrá la ley del
rendimiento decreciente de las inversiones.
El gran cambio en los próximos 25 años será
la difusión masiva de la tecnología de la
información y la puesta al día de regiones
actualmente rezagadas como África. El desarrollo de redes entre organismos será
un gran adelanto.
No obstante, el mundo sufrirá mucho a
consecuencia de la creciente disparidad entre
poseedores y desposeídos de la información. Los países «sin computadoras» estarán
en
posición cada vez más desventajosa para
recibir información.
Con los continuos adelantos en
teleobservación y tecnología de computadoras, la información jugará en el
futuro un papel crucial en la toma de decisiones. Sin embargo, las decisiones
no serán por ello necesariamente más racionales. La oficina sin papeles,
o al menos con pocos papeles, empezará a ser una realidad.
9.- ORGANIZACIONES INTERNACIONALES
La importancia de las organizaciones
internacionales disminuirá mundialmente pero
aumentará en los planos regional y local. Su papel se reducirá progresivamente al
de un centro de intercambio de información y un foro para el debate, ya que
tendrán cada vez menos intervención en acciones sobre el terreno.
Las Naciones Unidas tendrán que simplificar
su organización y fusionarán varios organismos para reducir la burocracia,
aumentar los presupuestos y ganar en efectividad en la realización de sus
mandatos. Habrá organismos separados para la agricultura, el agua, los bosques,
etc.
No obstante, estos organismos serán
relativamente pequeños, con unas 100 personas cada uno.
Los organismos recurrirán básicamente a
especialistas nacionales para la ejecución de sus
mandatos y funcionarán sobre todo como
facilitadores del debate internacional sobre grandes temas mundiales como
deforestación, contaminación del aire y cuencas fluviales
internacionales. Aumentará la presión para
dar a los organismos de las Naciones Unidas un
papel de vigilancia mayor que el que ahora
tienen. También podrían servir para centralizar la capacidad analítica.
Se constituirá una Organización Forestal
Mundial que tendrá un papel predominante en los programas forestales
mundiales. En conjunción con el Banco Mundial se ocupará de grandes cuestiones
específicas (incendios en Asia, alivio de la pobreza, erosión de la
biodiversidad en el Amazonas y en África Central). La asociación con otros organismos
será importante. Las ONG tendrán una importancia creciente, y la influencia de
éstas y del sector privado dominará sobre las decisiones internacionales
relativas a los bosques.
En algunas regiones como Europa, África y Asia
habrá organizaciones internacionales
privadas fuertes que se ocuparán directamente
de administrar y conservar los bosques. El
sistema de las Naciones Unidas se
utilizará sólo para ayudar a establecer una coherencia
entre las regiones y resolver posibles
conflictos sobre el uso de recursos comunes como el agua o el aire.
Internet hará posible la formación de redes
de contactos fuertes y grupos de debate. Las
comunicaciones internacionales utilizarán
cada vez más la tecnología informática, pero
seguirán siendo necesarias las reuniones. Se
organizarán reuniones virtuales sobre varios
temas relacionados con los bosques y su
conservación, con elevada participación de partes
interesadas; las decisiones no las tomarán
sólo los delegados, sino que se tendrán en cuenta los votos de los
participantes virtuales.
Habrá una erosión constante del poder del
estado, en el que se basan las organizaciones de las Naciones Unidas. La
delegación constante de poderes unida a la regionalización conducirá a alianzas
de grupos interesados por encima de los estados, y las Naciones Unidas
evolucionarán desde la asociación de
estados naciones hacia agrupaciones más amplias. Sin embargo, serán todavía
necesarios foros neutrales para que los nuevos miembros puedan llegar a
acuerdos sobre cuestiones mundiales.
Las ONG se opondrán cada vez más a las
grandes empresas, y se promoverán alianzas
especiales entre algunas ONG con filosofías
muy diversas (cuando no opuestas) en defensa de pequeños productores, pequeñas
empresas o grupos de población. Sus tácticas serán creadoras y conseguirán cada
vez más la aprobación y el apoyo del público.
Algunas de las principales cuestiones
discutidas serán: cambio climático; acceso a agua
potable; reparto de la propiedad de los
bosques entre los habitantes, el gobierno y la industria; conflicto entre las
políticas de los países del Norte y del Sur; y guerras comerciales y aranceles.
10.- ADMINISTRACIÓN
En el futuro, las instituciones estatales
intervendrán poco en la ejecución de los programas, y se acentuarán las
tendencia hacia la descentralización y el traspaso de las funciones de gestión forestal.
Se traspasará el poder a niveles inferiores, pero también a grupos regionales y
de interés. La administración de gran parte de los recursos forestales y de las
operaciones relacionadas con el medio ambiente estará en manos de compañías
privadas y de la sociedad civil. Los recursos nacionales se administrarán
mediante mecanismos de colaboración o interinstitucionales.
Los gobiernos mantendrán la actual
orientación general en favor de una distribución más
equitativa de los recursos y la riqueza
mundiales. Aunque el papel de los gobiernos pueda
menguar mucho, las consideraciones de equidad
(o sin eufemismos, de manifiesta inequidad), tanto dentro de los países como en
el plano mundial, pueden pesar mucho más que actualmente.
Empujada por los transcendentales progresos
de las comunicaciones y los transportes y por
una mayor transparencia, la administración
mejorará en la mayor parte del mundo. No
obstante, la administración forestal seguirá
siendo débil en muchos países, y muy débil en la mayoría de los países en
desarrollo. En conjunto habrá instituciones más democráticas y
transparentes en los planos regional y local,
destacando menos las instituciones nacionales.
La transparencia será la fuerza motora.
La facilidad de comunicación y la creciente
conexión a Internet (o a cualquier instrumento que pueda suceder a Internet),
por lo tanto la gente participará activamente en discusiones y
debates sobre conservación y utilización de
los bosques. Los debates sobre reformas
programáticas serán permanentes, y los
organizarán las ONG que defiendan cuestiones
determinadas. Las grandes ONG y otras
asociaciones harán una fuerte presión sobre la
administración de los recursos naturales y
entrarán en conflicto directo con empresas privadas y gobiernos, en especial en
los países en desarrollo.
CONCLUSIÓNES
Resumiendo, según la visión conjunta ofrecida
por el grupo de expertos de la FAO que
participaron en este ejercicio:
1.- La cubierta forestal mundial se habrá
estabilizado;
2.- La conservación de los recursos naturales
será fundamental para el desarrollo, y la
sociedad civil, a través de las ONG, tendrá
una mayor responsabilidad al respecto;
3.- Las plantaciones predominarán como
proveedoras de fibra para la industria forestal y
tendrán una función recreativa;
4.- La madera seguirá siendo importante como
combustible, en particular en los países más pobres;
5.- Aumentará la demanda de la mayoría
de los productos forestales, pero se compensará con el crecimiento de la oferta
de los principales productos de la madera, así como con los
progresos tecnológicos;
6.- El agua será el recurso mundial más
estratégico y una de las cuestiones más
controvertidas;
7.- Los aspectos técnicos de las prácticas
forestales mejorarán considerablemente con el uso de la tecnología, en
particular de computadoras y satélites;
8.- La tecnología de la información será
rentable y en consecuencia estará disponible para la mayoría de los países;
9.- Las organizaciones internacionales que
se ocupan de la silvicultura serán más ágiles,
tendrán más influencia en los programas
forestales internacionales y estarán mejor
coordinadas con los bancos internacionales de
desarrollo y
10.- Los gobiernos serán más transparentes
e intervendrán menos en la ejecución de los
programas, y los ciudadanos participarán más
activamente en el proceso de formulación de
políticas.
El valor potencial de este ejercicio no radica
tanto en la exactitud de la predicción como en los aspectos metodológicos y
analíticos, en particular en las deducciones sobre la manera de
utilizar el método Delphi para mejorar
la planificación y las políticas forestales. Este tipo de ejercicio permite a
las organizaciones aprovechar su rica red de expertos dispersos y
trabajadores para realizar un análisis
utilizable en la formulación y planificación de políticas.
La finalidad del proceso, y de este artículo,
no era hacer recomendaciones para un programa nacional o internacional, sino
mostrar la importancia de reflexionar de forma sistemática sobre el futuro. No
obstante, una extensión o continuación lógica del proceso sería considerar las
implicaciones de la visión colectiva expresada. Podrían hacerse preguntas sobre
líneas de acción razonables, sea para propiciar la llegada del futuro tal como
lo presenta esa visión, o para modificar el comportamiento actual con la
esperanza de modificar el futuro. Se invita a los lectores a comprobar la
precisión de la visión del grupo de la FAO comparándola con la realidad en
2050.
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