Ing. Wilson Montoya Ms.Sc

 

 

Vinces - “París chiquito”

 

 

Un emporio de riqueza agrícola

 

Este cantón constituye una vitrina agropecuaria de producción diversificada que nutre con sus variados productos a toda la población ecuatoriana, destacando el cacao fino de aroma tipo nacional.

 

En 1652 Vinces contaba con 40.000 árboles de cacao, a finales de 1780 existían cerca de 145.000 árboles, mientras que en 1990 sumaban 16.000 has de la pepa de oro.

 

Vinces, a quien se denomina históricamente París Chiquito, es un verdadero regalo de la naturaleza. San Lorenzo era el nombre del antiguo poblado donde se asentó la familia de apellido Vehinces, de origen vasco, que es actualmente el productivo cantón San Lorenzo de Vinces, que se encuentra localizado en la provincia de Los Ríos, a 100 kilómetros del puerto de Guayaquil.

 

Vinces, después del cantón Baba, es uno de los pueblos más antiguos de la provincia de Los Ríos. Su tradición y cultura datan desde la era de la famosa “Pepa de Oro”, como se le denominó al cacao, producto exquisito por sus condiciones intrínsecas organolépticas que se apreciaban en su aroma floral y calidad, propia de los cacaos llamados de “Arriba”, procedentes del cacao tipo Nacional que tuvo y tiene gran aceptación en el mercado mundial como un auténtico producto gourmet.

 

La historia relata que ya en el año 1652, don Andrés de Veinza tenía alrededor de 40.000 árboles de cacao en la zona de Vinces, y que a finales de 1780 existían unos 145.000 árboles plantados que producían alrededor de unas 3.500 cargas (81 libras cada una). Mientras que en el año 1990 contaba con unas 16 mil hectáreas de cacao en manos de aproximadamente unos 800 productores.

 

La tradición del cacao fue cediendo ante la valoración económica del banano, que actualmente ha transformado la producción en este productivo cantón, pues se estima que al menos unas 3.000 hectáreas han sido sustituidas por este cultivo que se muestra potencial en su producción, debido a la riqueza y contenido de los suelos y favorable ecología. Pero, además, Vinces constituye una verdadera vitrina agropecuaria de producción diversificada que nutre con sus variados productos a toda la población ecuatoriana, destacando el cacao fino de aroma tipo Nacional, el banano, café, plátano, yuca, arroz, maíz y hortalizas entre los rubros de exportación y consumo básico; frutales comunes y exóticos donde prevalecen los cítricos (naranja, limón, mandarina y toronja), mango, mamey, níspero, zapote, guaba, marañon, caimito, guaijí, guayaba y ciruela. Asimismo, posee excelentes hatos ganaderos y planteles avícolas, productores de carne, leche, queso y pollo.

 

Gran parte de la producción es exportada, como el caso del banano y cacao; mientras que el resto de rubros son absorbidos por el consumo de la población local y los mercados de Quevedo, Babahoyo y Guayaquil, principalmente. Vale destacar que la población del cantón se aproxima a los 80.000 habitantes, donde se destaca un comercio y mercado importante para los productos generados, lo que permite impulsar el desarrollo sustentable.

 

Vinces, a quien se denomina históricamente París Chiquito, es un verdadero regalo de la naturaleza, pues su entorno paisajístico revela una ecología fastuosa que cuenta con uno de los humedales más extensos del país, como es el Humedal de Abras de Mantequilla, situado a 10 Km. de la población, con una extensión de 22.500 has. que sirve de hábitat a más de 120 especies en peligro de extinción

 

Pero esto no es todo, Vinces está circundado y revestido de una naturaleza propia, suelos de banco ribereño, con una profundidad o perfil de hasta 1.50 metros, excelentes para la producción agrícola, un clima fabuloso para el desarrollo de la fauna y flora. Ríos con caudales importantes que permiten abastecerse e irrigar los cultivos durante todo el año y una playa acogedora junto al río Vinces, que lo convierte en el primer balneario de agua dulce del Ecuador.

 

Finalmente como un vinceño más que soy puedo decirles que este noble cantón constituye un verdadero emporio de riqueza agropecuaria, y para quienes no lo conocen, les invitamos a visitarlo, seguro que disfrutarán de una grata experiencia y sano esparcimiento; sobre todo por lo acogedora, humana y hospitalaria que es su gente.

 

 

 

Fuente: Revista El Agro

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