Don Juan Manuel

 

Libro del cauallero et del escudero
(1326)

CAPITULO XXXVIII
Commo el cauallero anciano responde al cauallero nouel que cosa es el omne.

A lo que me preguntastes que cosa es el omne, et para que fue fecho, asi commo otras uegadas vos dixe, todas vuestras preguntas que me vos fazedes son dobladas, et esso mismo es en esta, et la pregunta en si paresçe ligera, pero quien bien quisiere cuydar en ello, non fallara que es tan ligera. Ca en quanto el omne es cosa que paresçe todo el dia el su cuerpo et las sus maneras, paresçe mas ligero de responder que cosa es que non los angeles nin el Parayso nin el Infierno nin las otras cosas a que vos he ya respondido asi commo yo entendi. Mas que en el omne ha otras cosas que non paresçen, es muy fuerte cosa et muy graue de responder a todo lo que en el es. Ca, sin dubda, non ha cosa en el mundo en que los omnes tanto se engannen, et es muy sin razon. Ca quanto omne es mas luenne de la cosa, tanto es menos çierto della, et quanto es mas cerca, deuia ser mas çierto. Et asy non a cosa de que el omne [... ] et por ende lo deuia conosçer mas que a otra cosa. Et si bien quisierdes cuidar en ello, fallaredes que non es asi. Ca non tan sola mente yerra el omne en conosiçer a otro omne, ante yerra en conoscer a sy mismo. Ca todos se precian mas o menos de quanto deuen, o cuydan que son en mayor estado o en menor de quanto es la verdat. Et, sin dubda, este es muy grant yerro et muy dannoso. Ca si el omne non cognosçe su estado, nunca lo sabra guardar; et sí non lo guardare, todo su fecho traera errado. Et los estados son de tantas maneras que lo que pertenesçe al vn estado es muy dannoso al otro. Et bien entendedes uos que si el cauallero quisiere tomar estado de labrador o de menestral, mucho enpesçe al estado de caualleria, et esso mismo si estos dichos toman estado de caualleria; otrosi si el rey toma manera de otro omne de menor estado que el, mucho yerra al su sennorio. Ca segunt dizen que dixo vn rey que fue muy sabio, que avia ya mas de treynta annos quando començo a reynar, el primer día de su reynado començaron todos fablar connel asi commo ante que fuesse rey; et el dixoles a todos que sopiessen que vna cosa era rey et otra infante. Et pues estos que son tan cerca touo el por tan alongados, syn dubda mas alongado deue ser el rey en los fechos et en las obras de todos los otros estados que son menores. Et por ende, la primera cosa que omne puede fazer es conosçer su estado et mantener lo commo deue; et el mayor yerro que omne puede fazer es en non conosçer nin guardar su estado. Pero fallaredes que [si] los mas de los omnes yerran en esto, et otrosi en conosçer a si mismos et a sus estados, menor marabilla es en errar en conosçer los otros. Pero non dexa por esso de ser grant yerro et muy dannoso. Ca muy gran yerro es, pues el omne puede conosçer et conosçe vna vestía o vn aue o vn cam, con que vse vn poco de tienpo, commo quier que nunca le puede fablar, et non conoscer al omne con quien fabla todo el día por grant tienpo que en vno duren. Et asi, pues el omne es de tan estrannas maneras, non uos deuedes marabillar si conplida mente non uos pudiere dezir que cosa es el omne et para que fue fecho. Pero aquello poco que yo entendiera, dezir vos lo he.

Fijo, el omne es una cosa et semeja a dos: el en si es animal mortal razonal; et a las cosas que semeja, es al mundo et al arbol trastornado. Et la razon por que es animal mortal et razonar [es] por que es conpuesto de anima et de cuerpo, et el alma le faze auer razon; et por la razon que ha mas que las otras animalias es omne. Ca las cosas naturales, por que todas las animalias se an a mantener, mas conplida mente las an que non los omnes. Mas los omnes an razon, lo que no[n] an las animalias; et por ende el omne que ha mas razon en si es mas omne; et quanto a menos della, tanto es menos omne, et es mas allegado a las animalias que non an razon. Et por que es conpuesto de alma et de cuerpo, conuiene que sea mortal quanto el cuerpo; et por que se e[n]gendra et biue et creçe et faze las otras cosas asy commo las otras animalias, es animal. Et asi, por estas razones dichas, tengo que el omne es animal razonal mortal, commo dicho es.

Otrosi semeja al mundo; ca todas las cosas que son en el mundo son en el omne; et por ende dizen que el omne es todas las cosas. Et, fijo, alguno podría dezir que non es verdat esto, ca el omne non es piedra, nin el omne non es arbol, nin el omne non es vestía, nin ave, nin el omne non es ayre nin agua nin fuego nin tierra, nin el omne non es angel nin diablo. Pues asi [es] paresçe que non es verdat que el omne sea todas las cosas. Et bien cred, fijo, que el que esto dixere et lo entendiera en esta guisa quel seria muy graue del dar respuesta a todas preguntas que me vos feziestes. Mas la manera en que omne semeia al mundo, et es todas las cosas, es en esta manera que vos yo dire. El omne es piedra en ser cuerpo; ca asi commo la piedra es cuerpo, asi el omne es cuerpo. Otrosi, asy commo el arbol et las otras planctas naçen et creçen et an estado et envegeçen et se desfazen, vien asi el omne faze estas cosas; ca naçe et creçe et ha estado et envegeçe et se desfaze quando se parte el alma del cuerpo. Otrosi, commo las vestias et las aues et las otras animalias fazen todo esto et demas que sienten et e[n]gendran et biuen, bien asi lo faze el omne. Otrosi, vien asi como el ayre et el fuego et el agua et la tierra [son] quatro elementos, asi el omne a en si quatro humores; que son la sangre et la colera et la flema et la malenconia. Et asi commo el angel es cosa spiritual que nunca a de aver fin, al que Dios tanta merçed fiziere que, por las obras que obiere fechas el cuerpo en quanto el alma estudiere en el, mereçiere aver la gloria de Parayso, sienpre la abra et nunca abra fin. Et asi commo el diablo, que es cosa spiritual, pues[tol esta en las penas del Infierno por sus mereçimientos, asy es el alma mal aventurada, que por las obras que fizo el cuerpo en que ella estaua mientre que fue al mundo, mereçiere auer las penas del Infierno, desque en el fuere, nunca abra redenpcion. Et asi, fijo, podedes entender que el omne semeia mucho al mundo, por que ha en el todas las cosas; et por que todas las cosas del mundo crio Dios para seruicio del omne. Otrosi, que es todas las cosas, non por que el omne sea todas las cosas, mas por que ha parte et semeiança en todas las cosas.

Otrosi semeja el omne al arbol trastornado. Ca el arbol tiene la rayz en tierra et depues el tronco et depues las ramas, et en las ramas naçen las fojas et las flores et el fructo. Ca de la buena rays sale buen tronco, et del buen tronco salen buenas ramas, et de las buenas ramas salen buenas fojas et flores et buen fruto, et del mal arbol todo el contrario. [Et] todas estas cosas conteçen en el omne. Ca la rays del omne es la cabeça do esta el meollo que gobierna et faze sentir et mouer todo el cuerpo, et el tronco es el cuerpo, et las ramas son los mienbros, et las fojas et las flores son los çinco sesos corporales; et los pensamientos et las obras, el fruto. Et si el meollo, que es [la] rayz, fuere de buena conplission, todo el cuerpo, que es el tronco, segund razon deue ser de buena conplission. Et si el cuerpo fuere de buena conplission et bien egualada, los mienbros otrosi, que son las ramas, seran tales quales deuen. Et si ellos fueren bien ordenados, los cinco sesos corporales et los pensamientos seran conplidos et faran conplida mente su obra. Et si el cuerpo et los sesos corporales, que son manera, fueren bien ordenados et bien conplidos, deuemos crer que Dios, que faze todas las cosas con razon, por la su merçed et por la su piadat querra que sea y puesta buen alma, que es la forma, por que faga sus fechos con razon; et assy fara buenas obras, que es el fructo. Et asy, por estas cosas, semeia al arbol trastornado.

Et para saber el mismo que obras faze, el que cuerdo fuere deue cadal dia requerir en si mismo que son las obras que fizo aquel dia, tan bien de las buenas commo de las contrarias, et acordar se commo es christiano et que deue saber et creer todos [los] artículos de la fe [que cree] sancta Eglesia [et los sacramentos de la fe] et los diez mandamientos que Dios dio en la ley et las obras de misericordia et los pecados mortales. E los artículos de la fe son quatorze: los siete pertenescen a la diuinidat, et los siete a la humanidat. Et los siete que pertenecen a la diuinidat son estos: el primero, deuemos crer en Dios; el segundo, que es Padre; el terçero, que es Fijo; el quarto, que es Spiritu Sancto; el quinto, que crio el çielo et la tierra; el sexto, que por la sancta fe catholica et por los siete sacramentos se saluan las almas et se perdonan los pecados; el seteno, que por el poder de Dios resusçitaremos et abremos vida perdurable, segund nuestros merecimientos: los buenos, en [e]l Parayso en cuerpo et en alma; et los malos, en el Infierno [en cuerpo] et en alma. Et los siete que pertenecen a la humanidat son estos: el primero, que lhesu Christo fue concebido por Spiritu Sancto en el cuerpo de la virgen sancta Maria; el segundo, que naçio el della verdadero Dios et verdadero omne; el tercero, que fue muerto et soterrado; el quarto, que descendio a los Infiernos et saco ende a los padres sanctos; el quinto, que resuçito al terçero dia; el sexto, que subio a los çielos; el seteno, que verna a iudgar los viuos et los muertos. Et los sacramentos de la fe son siete: el primero es baptismo; el iiş, confirmacion; el terçero, el cuerpo de Ihesu Christo; el quarto, penitencia; el quinto, la postremera vncion; el sexto, orden; el septeno, casamiento. [Et] los dies mandamientos son estos: el primero, que deue omne crer en vn solo Dios et adorar le et seruir le; el iiş, que non deve iurar por el nonbre de Dios engannosa mente nin en vano; el tercero, que deue guardar vn dia sancto en la semana; el quarto, que deue onrar a su padre et a su madre; el quinto, que non deue matar a ninguno a tuerto; el sexto, que non deue fazer forniçio; el seteno, que non deue tomar ninguna cosa por fuerça nin por furto; el octauo, que non deue dezir falso testimonio nin mentira engannosa; el noueno, que non deue cobdiçiar muger agena; el dezeno, que non deue el omne codiçiar ninguna cosa de lo ageno. Et todos estos dies mandamientos se ençier[r]an en dos: el primero, que deue omne amar et temer a Dios derecha mente et sin ninguna enfinta; el iiş, que deuia querer para su christiano lo que quer[r]ia para si. [Et] las obras de misericordia son estas: gouernar, vestir et aluergar los pobres por amor de Dios, et visitar los enfermos et redemir los captiuos et soterrar los muertos et castigar a los errados et amostrar a los non sabios et consejar al que ha mester consejo et ayudar al cuytado et perdonar al que ha er[r]ado [et] sofrir al enoioso [et] ser piadoso a todos los que lo an mester, et rogar por ellos. Et todas estas obras de misericordia deue omne fazer por amor de Dios verdadera mente, et non por ninguna vana gloria nin alauamiento del mundo. Et los siete pecados mortales son estos: orgullo, envidia, malquerencia, forçar lo ageno, luxuria, comer et beuer desordenada mente et auer pereza de fazer bien. Et, fijo, cada vno destos pecados a tantas ramas que me seria muy graue de bos las contar todas; mas cada que vos confesardes, si el confessor fuer bueno et entendudo, el fara en guisa que en qual quier manera que ayades caydo en qual quier destos pecados, que el vos dara consejo. Et por ende vos et todos los que se confiessan deuen fazer quanto pudieren por que aquel con qui se a[n] de confessar sea el mas entendudo et el mas letrado que pudieren auer. Ca bien sabedes que el que enferma fara quanto pudiere por auer el mejor fisico que pudiere fallar; et avn, que si le adolesçe alguna vestia, busca el mejor albeytar que puede. Et pues para las bestias et para los cuerpos, que son cosas falleçederas, buscan los omnes los mejores maestros que pueden para los guareçer, muy mayor razon es que caten et escojan lo mas que pudieren los omnes entendudos et letrados que.les den consejo a las almas por que ayan la gloria del Paraiso et sean guardados de las penas del Infierno. Et çierta mente, fijo, si pudiese ser que el omne non cuydase en al si non en quant grande es la gloria del Parayso, et quanto deuia omne fazer por la auer, et quan grande [es] la pena del Infierno, et quanto deuia omne fazer por non caer en ella, seria muy bien. Mas asy commo el onine, que es mundo menor, es conpuesto et se mantiene por el alma et por el cuerpo, bien asi el mundo mayor se mantiene por las obras spirituales et tenporales. Et commo los estados de los omnes, que an mester muchas cosas corporales, non se podrian mantener si los omnes siempre cuydassen en las cosas spirituales, por ende conuiene que cada omne cuyde et obre en las cosas tenporales segunt pertenece a su estado. Et si asi non lo faze, yerra lo muy mal et non faze seruicio a Dios en ello. Ca el que non quiere cuydar si non sola mente en los fechos spirituales, non aprouecha si non a el mismo; mas el que cuyda et obra en las cosas spirituales et tenporales commo deue, aprouecha a si mismo et a otros muchos. Et por ende cunple que si pudiere cadal dia, si non mucho a menudo, que requiera a sus obras segunt desusso es dicho. Et si fallare que passo en buenas obras, gradesca lo mucho a Dios et lieuelo adelante. Et si fallare que en alguna cosa erro, ar[rlepientase et punne de lo emendar. Ca todo omne deue saber por cierto que Dios es muy piadoso et muy iustiçiero, et non deue ninguno tener que la piadat de Dios es tamanna que dexara los malos fechos sin pena, ca si lo fiziesse seria contra la iustiçia. Mas deue tener por firme, que tanto fizo Dios por saluar los omnes et tan cara mente los conpro por la sangre misma, que si omne se repentiesse et fiziesse derecha mientre la enmienda que deue, segunt la sancta Eglesia lo ha ordenado, que el le abria merçed et piadat. Ca, sin dubda, tan flaca es la naturaleza de los omnes, que abes puede seer que non cayan en algun yerro. Et avn, segun yo entiendo, pocos o ningunos son los que en algun yerro non caen contra nuestro sennor Dios; ca los pecados son de tantas maneras, et el mundo et el diablo et la carne et la voluntad son tan engannosos, que por fuerça a omne de caer en algun yerro. Pero deue omne auer buena sperança que si el se ar[r]ipiente quel abra Dios merçet. Ca çierto es que Dios crio todas las cosas de nada, et non puso y si non la voluntad sola mente; et assi commo lo quiso, asy fue fecho. Pues çierto es que mas ligera cosa es fazer de algo algo que de nada algo. Et pues Dios crio el mundo de nada, asi pudiera redemir los omnes con nada sy quisiera. Mas fizo[lo] el mas con razon et mas piadosa mente; ca por la su grant piadat quiso omillarse tanto fasta que quiso seer omne verdadero. Et demas quiso sofrir muchas penas en su cuerpo et esparzer su sangre et encima tomar muerte por redemir los nuestros pecados. Et asi buena sperança pueden auer los pecadores, que pues Dios, que todo el mundo crio de nada et los podria redemir con nada, et pues tanto fizo por ellos, que si por ellos non fincare, que siempre fallaran en el merçet conplida. Et asi, fijo, segund mi entençion, por estas [razones] que vos he dicho, tengo que el omne [es] animal mortal razonal, et sennalada mente semeja al mundo et al arbol trastornado, segund desuso vos he dicho.

Otrosi, la razon por que Dios lo crio todo lo sabe el; mas lo que yo ende cuydo es esto: tengo que lo crio por quanto el mundo dure sea seruido et loado por ello; et desque el alma se partiere del cuerpo, si fíziere tales obras por que lo meresca auer, vaya a la gloria del Parayso, por que se cunplan los lugares de aquellos que cayeron ende et perdieron aquella gloria por su mereçimiento.

Edición digital de
Miguel Vicente Pedraz

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