Esclavitud antigua
esclavitud moderna

 

 

La esclavitud antigua

Todavía en nuestra época es una nota común unir el origen de la esclavitud a avances en el desarrollo de la civilización: en lugar de matar al enemigo vencido se le esclaviza y así se le permite vivir. En este contexto, y en el de su época, debemos entender la afirmación de Emilio Castelar de que “la esclavitud antigua tenía una fuente, al fin heroica, que era la guerra.” Si bien es cierto que “la esclavitud antigua” no tenía el componente racial que va a adquirir después, entonces como en la época de Castelar, el esclavo era un ser humano convertido en mercancía. El dueño era señor absoluto del esclavo, como lo era de los animales; y los hijos de las esclavas, como los de los animales, nacían igualmente siendo “cosas” poseídas. Las imágenes que nos han llegado de la “esclavitud antigua” muestran una situación que resalta más por la similitud con la “esclavitud moderna”, que por la diferencia a que se refiere Castelar. Los cuatro pares de imágenes pueden verse ampliadas haciendo "clic" en cada una de ellas.

     
     
     
     
Hemos seleccionados estas imágenes para mostrar sólo cuatro facetas de la esclavitud, pero que ejemplifican que en toda época fue un proceso de deshumanización que tiene poco de heroico: Igual se le privaba de la libertad a un ser humano, igual se le conducía como rebaños a punta de látigo, o se le castigaba, o se le maniataba para impedir su huida. En la España de la época romana se usaban los esclavos para la explotación de las minas, en condiciones, según el poeta romano Lucretius, que parecían diferenciarse poco de las impuestas durante la Colonia a los trabajadores en Potosí. La reincidencia del suicidio entre los esclavos romanos, así como las frecuentes rebeliones son testimonio de situaciones extremas de vida.

 

   

 

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