Antidumping – pa´ quién?

El ingreso ilegal del calzado asiático a través de una aduana corrupta y mal organizada ha azotado el mercado venezolano en los últimos tres años. Este artículo pretende ofrecer una solución que se podría aplicar a otros países latinoamericanos. 

A principios del año pasado CAVENIC (Cámara Venezolana de Industriales del Calzado) publicó algunas estadísticas sobre las importaciones ilegales del calzado. Las cifras eran sorprendentes – de una demanda nacional de 56 millones de pares, más de 29 millones de pares habían ingresado ilegalmente por la aduana venezolana. La iniciativa de CAVENIC para frenar las importaciones ilegales resultó en un arancel de un 300% sobre zapatos fabricados en China. Sin embargo, China no es el único país oriental donde la mano de obra es sumamente barata. Países como Indonesia y Vietnam pagan pocos centavos por una hora de trabajo y la famosa marca Nike tiene su sede de fabricación en Indonesia y paga aproximadamente 40 centavos la hora. Por lo tanto, la amenaza del Oriente no se ha solucionado completamente y seguirá perjudicando la industria nacional de nuestro país.

Se habla mucho hoy en día sobre la llamada “globalización” que toca todos los sectores de la industria y este proceso comenzó  verdaderamente después de la caída del muro de Berlín en el año 1989. Los grandes avances en la tecnología y la computación nos llevarán a un mundo integrado donde no hay fronteras y donde habrá que COMPETIR con marcas globales como Nike, Reebok, Churchs y Timberland, por ejemplo. Una cosa  es competir a nivel nacional, pero competir no justifica ni incluye las importaciones ilegales o la competencia desleal. Hasta ahora no muchos empresarios han mencionado la amenaza que representa el calzado brasileño para Venezuela que ha causado muchos problemas para los fabricantes argentinos y uruguayos después de la devaluación del Real hace apenas un año.

Hay que aplaudir la iniciativa de CAVENIC contra el dumping, aunque es incompleta, y CAFACA (Cámara Venezolana de Fabricantes de Productos, Insumos y Afines para el Calzado) apoya dicha iniciativa - pero al fin y al cabo ¿es realista depender del proteccionismo gubernamental  a principios del tercer milenio? A largo plazo todas las empresas que quieren sobrevivir tendrán que enfrentar la realidad de la globalización que ningún gobierno podrá detener.

A través del sistema de aranceles se puede frenar la importación masiva del calzado oriental pero de antemano hay que “limpiar” la aduana, parar los sobornos a los funcionarios y encarcelar a aquellos que participen en esta actividad ilícita. ¿Pero es suficiente? Tememos que no. El resultado podría ser que algunos países introduzcan aranceles punitivos contra mercancía venezolana y al mismo no se podría prohibir importaciones que entren legalmente. La solución es aprender a competir en el mercado global sin esconderse detrás del Muro de Berlín. Este artículo no pretende ofrecer soluciones absolutas a un problema complejo pero llama a todas las empresas a reflexionar sobre la globalización imparable y a prepararse para el futuro y no asumir una postura proteccionista que pertenece seguramente a finales del siglo pasado.

¿Cómo competir efectivamente? 
No existe un formulario mágico pero algunas sugerencias son:

• Incrementar la productividad

• Mejorar la calidad del producto

• Entregar a tiempo

• Sacar un precio REAL en dólares y no a través de un bolívar reconocido como sobrevaluado en todo el mundo

• Investigar en profundidad los mercados donde se puede exportar

• Buscar huecos en los mercados exteriores donde se puede ubicar el producto venezolano

• Levantar la imagen de Venezuela y las empresas exportadoras a través de una campaña en la prensa especializada y en Internet

• Mercadear el producto con más imaginación y compromiso

• Identificar las líneas que compiten efectivamente con el calzado importado en el mercado nacional

• Diseñar componentes y estilos de vanguardia